1. El marco geográfico:
3. La Edad Oscura:
4. La época arcaica:
5. La época clásica:
Las posibles tensiones que pudiesen producirse entre las florecientes ciudades
griegas fueron evitadas ante las amenazas que surgieron provenientes de Asia Menor,
allí las ciudades griegas estaban siendo atacadas por el nuevo imperio Persa; esto
provocó las conocidas como Guerras del Médicas (500-479; paz de Calias 449 a.C.).
Se conoce con esta denominación a las luchas que mantuvieron las ciudades griegas
contra el Imperio Persa, a principios del siglo V. La expansión del Imperio Persa, hacia
Tracia, Macedonia y las costas del Asia menor, desató el conflicto. Ciro, rey de Persia,
atacó el reino de Lidia, que hasta ese momento era un estado estratégico que señalaba el
límite de las colonias griegas con el imperio persa. Con la dominación de Lidia, los
demás reinos griegos del Asia Menor, fueron dominados por los persas, que les
exigieron tributos y hombres para el ejército. Las ciudades griegas del Asia menor, se
rebelaron contra la dominación persa, en el año 500 a. C. Lograron expulsar a los
gobernadores persas y se decidieron a atacar Sardes, capital de la satrapía de Asia
Menor. Allí no tuvieron el éxito esperado, y huyendo hacia la costa, los rebeldes fueron
derrotados cerca de Efeso. Como castigo, la mayor ciudad griega del Asia Menor,
Mileto, fue arrasada, y otras ciudades corrieron suerte parecida. Varias polis griegas,
entre ellas Atenas, apoyaron a los rebeldes, ya que ellos mismos se sentían amenazados
ante el avance persa, sobre todo en el control de las rutas comerciales que los
comunicaban con las costas del mar Negro, de donde obtenían, sobre todo, trigo. Ante
su victoria, los persas, una vez sofocada la rebelión, decidieron vengarse de la
entrometida Atenas, que había colaborado con los sediciosos. Los persas arribaron a las
costas del Ática, en el año 490 a. C., siendo mucho más numerosos que los atenienses,
sin embargo, éstos se impusieron en la batalla de Maratón.
Tras diez años de calma, los persas avanzaron nuevamente sobre el territorio
griego, esta vez, bajo el mando de Jerjes, sucesor de Darío. Bajo el mando de Esparta,
las ciudades griegas, se dirigieron al desfiladero de las Termópilas, donde lograron
detener a los persas por el lapso de dos días, hasta que fueron traicionados por Efialtes,
que condujo a los persas por un camino secreto hasta la retaguardia griega. Los
espartanos se defendieron heroica pero inútilmente, hasta morir, y los persas siguieron
avanzando hacia Atenas por tierra y por mar. Al principio, la guerra pareció favorecer a
los invasores, cuya fuerza terrestre era imposible de detener, y Atenas resultó
incendiada y devastada. Sus moradores ancianos, mujeres y niños, habían sido
trasladados a islas cercanas. Sin embargo, la batalla naval de Salamina, significó un
importante triunfo para los griegos, que se habían apoyado en la superioridad de su
flota, y alentados por el éxito, y con la ayuda de los espartanos, vencieron a los persas
en forma definitiva, obligándolos a replegarse a la zona del Asia Menor. Todavía debió
librarse, un año más tarde una nueva batalla, donde Esparta se impuso en Platea.
6. La época helenística: