Con esto conseguían que los hombres de la tierra de los muchos colores
sembraran en su Ser, enojo, ira, inseguridad y miedo, la inteligencia
como contagiada por una fiebre tropical era mermada y se perdía poco a
poco, y cada vez que una chispa de esta aparecía, Ira y Enojo volvían
a instalar sus vendas mágicas en los ojos del corazón de los hombres,
para que no la voltearan a ver.
II
En la tierra de los muchos colores, los hombres sin esperanza, sin sus
colores, sin la luz, encontraron otra forma de comunicarse: la guerra,
que se hizo cotidiana y cosas a las que los hombres de esas tierras
mágicas no estaban acostumbradas, y de continuo las horrorizaban, se
empezaron a convertir en algo cotidiano.
Paso algún tiempo en una tierra que sin sol empezaba a carecer de este
y aquella semilla empezó a germinar junto con sus hermanas, pero a
diferencia de las otras plantas de maíz esta creció y creció, robusta
y con un verdor que aunque sin colores visibles se podía ver sin
ninguna dificultad. Y, finalmente, llego el tiempo de la cosecha.
IV
Después amor llamo a Dialogo, Consenso y a Respeto que junto con él,
enseñaron a los hombres como arreglar el desastre hecho por ellos
mismos en su casa. En La tierra de los muchos colores después de tanta
guerra y pelea.
Para poder hacer que el sol brillara otra vez escogieron a una
muchacha la mas hermosa de la tierra de los muchos colores. Entonces,
Amor, Ternura, Esperanza, Dialogo, Consenso y Respeto, entregaron cada
uno sus dones a está, y en medio de un gran mitote ella se convirtió
en una espléndida mariposa mágica, que empezó a extender y a batir sus
alas para dirigirse al sol.
Una vez que ella hubo llegado. Volvió a mover sus enormes y preciosas
alas con tal fuerza que el sol se comenzó a mover rompiendo el hechizo
que sobre él, Ira y Enojo habían puesto.
Los hombres y sus amigos se dieron cuenta que aunque habían vencido a
Ira y a Enojo.
Así las cosas, por fin el tiempo y los colores regresaron a esa
tierra. Que se pudo volver a llamar La tierra de los muchos colores.
Desde entonces, la mariposa que no fue nada tonta. Formo a unos
ayudantes que se llaman yodoques y son los encargados de darle su
manita de gato a esta tierra, cuando de vez en vez, y de cuando en
cuando, se empieza a decolorar.