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Las siguientes palabras no buscan la realización de una tesis filosófica en torno al


vocablo Dzlibertaddz; por el contrario, y debido principalmente a una coyuntura
internacional que analiza constantementela concepción real de lo que debería
ser uno de los intereses supremos de la política Ȃla libre determinación de cada
ser humano de este mundo- mientras procura su práctica de formas tan diversas
como la cantidad de grupos étnicos, culturas o ideologías existentes en cada
rincón de la Tierra, me interesa particularmente reflexionar sobre un fenómeno
que ilustra, mientras preocupa, el futuro de la libertad en el mundo: cómo las
democracias liberales, mientras se aferran con convicción a su sistema de
valores, permiten, a su vez, la deslegitimación de todos esos esfuerzos. En otras
palabras, en qué medida la dependencia del petróleo y la constante búsqueda de
nuevas fronteras económicas de forma deliberada e imprudente Ȃasí como la
frecuente utilización de dicha imprudencia en otros marcos de la arena
internacional-, entre otros,inciden en el gradual deterioro de la esencia de la
Dzlibertaddz a la vez que posibilitan el pisoteo más perverso y antiético que
cualquier ser humano debería soportar. Este artículo busca analizar dicho
fenómeno, trayendo a la luz algunos hechos, procesos y fenómenos ilustrativos,
para, en fin, buscar la reconstrucción de un término tan importante para la
significancia comopara el futuro de la Humanidad.

En primer lugar, y si bien el 2011 puede que pase a la historia como el ícono de la
esperanza en cuanto a mayor demanda de derechos humanos y menor tolerancia
de tiranosen el mundo se refiere,la indiferencia que por décadas enmudeció al
planeta entero de las atrocidades cometidas en distintas zonas del recién ahora
cambiante mundo árabe-debido, principalmente, a los beneficios que aquellos
autoritarios líderes significaban para el bienestar económico y político tanto de
las principales potencias así como de muchos estados del mundo Dzlibredz- no
puede pasar desapercibida si es que queremos que nunca más vuelva a repetirse.
Mubarak en Egipto, Gadafi en Libia, Assad en Siria Ȃy así sucesivamente, la gran
mayoría de los líderes en el mundo árabe- han comandado a sus países a la vez
que faltado a los derechos individuales de sus gobernados por mucho más
tiempo y de forma mucho más grave de lo que es reconocidamente legítimo, y,
salvo esporádicos reclamos, Occidente siguió no sólo conviviendo con ellos sino
que también coexistiendo; es decir, no sólo los tenían como Dzcolegasdz del sistema
internacional sino que también los habían convertido en sus Dzsociosdz: habían
desarrollado una cantidad innumerable de tratados comerciales con ellos a la vez
que basado su industria en la dependencia del petróleo,producto que aquéllos
poseían casi de forma monopólica Ȃpor lo que deberíamos agregar a esta lista,
además de los ya nombrados, a otros países como ser Venezuela, Irán o Rusia.
Según Thomas L. Friedman1, este hecho se puede traducir como la financiación
indirecta de la limitación de la libertad, así como de los cada vez más numerosos
y más extremistas movimientos islamistas, que, siendo los promotores de la
Yihad, son la principal amenaza al desarrollo y a la prosperidad universal. Para

1FRIEDMAN, Thomas. Caliente, plana y abarrotada. Editorial Planeta. 2008-


2009.
Friedman, cuanto más petróleo se consuma en su país Ȃy en Occidente- menos
libertad habrá en el mundo, ecuación que llamala DzPrimera Ley de la
Petropolíticadz. En síntesis, durante gran parte de los últimos cuarenta años, el
mundo considerado libre, mientras promovía la democracia, la transparencia y la
libertad de prensa en cada parte del globo, al comprar más y más petróleo y al
generar más y más tratados comerciales con estos mandatarios, estaba siendo su
propia piedra en el zapato: estaba trancando sus propias convicciones y
poniendo en peligro a la libertad global debido a la necesidad, a la interminable
obsesión por el crecimiento económico y a la ausencia de nuevas estrategias con
visión de futuro Ȃpor ejemplo, de desarrollar nuevas fuentes de energía- que
lograsen, por fin, divorciar al mundo libre de dicha materia primay así poder
culminar la dependencia de las democracias con los autoritarismos, que, aunque
suene paradójico, ha sido el principal factor de la inoperancia práctica en pos de
la libertad universal,hecho que ha desalentado hasta a los más optimistas
durante un tan largo período de tiempo.
Vale aclarar que esta dependencia ha engrandecido tanto económica como
políticamente a los gobiernos Dzvitaliciosdz de esta compleja y estratégica zona, lo
que les ha permitido no sólo limitar la libertad en cuanto ellos quisiesen, sino
también fortalecer sus narrativas sobre dicha palabra; las cuales, creo, nada tiene
que ver con el avance hacia la modernidad y la justiciao hacia el liberalismo y el
futuro.

Por otra parte, y también relacionado con las revueltas árabes, me han llamado
poderosamente la atención los pronunciamientos Ȃo silencios- que algunos
Estados han hecho a favor de, por ejemplo,Muamar el Gadafi. Que países como
Venezuela, Cuba o Nicaragua se alcen a defender lo indefendible2 Ȃla matanza
indiscriminada de ciudadanos en consecuencia de la pérdida total de la
legitimidad de su gobierno- no es nuevo, pero preocupa. La libertad como utopía,
idealque ha iluminado el camino a los2 
tanto como a quienes les
cedemos nuestros derechos para hacerlo, es una sola. Si bien la propia palabra
tiene tantas acepciones como pensadores, en términos generales la idea de
libertad no puede vacilar entre la determinación o la muerte. En todo caso, el
hecho de que existan países que apoyen a este tipo de Dzlíderesdz Ȃlas comillas son
debido a que de Dzespejodzéstos no sirven demasiado- deslegitima la raíz misma de
la idea en cuestión, y pone en peligro la desviación del mensaje mundial sobre el
valor de la libertad.

Siguiendo, la tergiversación de la palabra libertad es alimentada, además, por los


cada vez más repetidos tratados comerciales y políticos que suceden entre países
violadoresde los derechos individuales y lasdemocracias que se autodenominan
liberales pero que pecan en comprender que, para realmente serlo, les hace falta

2ABC. http://www.abc.es/20110223/internacional/abcm-gadafi-estrecha-
relacion-hugo-201102231717.html
El universal. http://www.eluniversal.com/2011/02/25/chavez -se-une-a-castro-
y-ortega-en-apoyo-a-gadafi.shtml
consolidar su coherencia.3 Esto es, que si creemos que robar está mal, no sólo
que no lo hacemos en nuestra casa ni que tampoco somos susceptibles al robo en
cualquier parte del mundo, sino que menos que menos lo financiamos. Que
Ahmadineyad, Assad o Chávez logren firmar acuerdos y estrechar Dzamistadesdz
con países democráticos es una contradicción que no sólo hace irrelevante la
esperanza de las ONGs que dedican su voluntarismo y su vida al respeto de los
derechos humanos, sino que, por sobre todo, hace caer cualquier sueño de un
mundo con menos lapidaciones y con mucha más justicia.

Por último, y antes de pasar a las conclusiones, quiero reflexionar sobre un


organismo que se ha convertido en la institución de la tergiversación de la
libertad: el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Éste, lejos de
estar liderado bajo las pautas de su Carta Ȃo sea, por aquellos estados ejemplo en
materia de derechos humanos-4 presencia entre sus miembros a países como
China, Bahréin, Rusia, Jordania, Arabia Saudita o, hasta que saliera en la
televisión amenazando la salud de sus civiles, Libia5, y ha sido tan poco creíble
como el respeto de las libertades en cada uno de dichos países. Este consejo ha
sido ciego de una enorme cantidad de conflictos mundiales, desde Chechenia y
Darfur hasta las masacres en China y en Siria, y, salvo en las ocasiones en que
condenó a Israel -blanco de críticas desproporcionadas en contraste con el resto
de su actividad condenatoria-6 ha servido nada más que para potenciar la
indiferencia hacia las atrocidades cometidas en tantos lugares del planeta, y para
reforzar el desprecio de la libertad en la comunidad internacional.

No obstante, los sucesos en el mundo árabe han dado ilusiones a quienes


entienden a la libertad como un valor humano tan importante como la sangre.
Pero aún queda por descubrir tanto como por hacer; y, por en cuanto, las
verdaderas democracias deben ser totales: deben unificar su discurso con sus
estrategias de futuro; deben hacer corresponder su mensaje de libertad con el
ejemplo de sus políticas -a lo que Joseph S. Nye 7 denomina la tercera cara del
poder, perteneciente a la categoría de
2  primero, y de
 2 
después Ȃy si los realistas lo tachan de idealista, vale decirles que nada tiene esto
de herramienta puramente moralizadora, sino que, además, es una estrategia
política tan importante para el avance de las democracias en el mundo como
para el interés de Occidente en general; deben, también, desarrollar nuevas
alternativas energéticas que les permitan pensar en un futuro con muchas menos
dictaduras y con mucha mayor libertad; en adición, deben desarrollar criterios
educativos a la vez que incentivar la creación de asociaciones juveniles basadas

3En estas fechas, por ejemplo, Uruguay ha afianzado sus relaciones con Irán.
http://www.observa.com.uy/actualidad/nota.aspx?id=111644&ex=25&ar=1&fi
=13&sec=8
4Díez de Velasco, Manuel. Instituciones de derecho internacional público.

Decimocéptima edición. Editorial Tecnos. 2009.


5UN Human rightscouncil.

http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrcouncil/membership.htm
6FreedomHouse. Libreta de clasificaciones del Consejo de derechos humanos de

la ONU. Reporte especial. www.freedomhouse.org. 2009.


7 NYE, Joseph. S. Thefuture of power. Publicaffairs. 2011.
en la confianza que, en su conjunto, lleven el significado de la libertad desde el
interior del individuo crítico hacia el activismo, primero dentro de las sociedades
y luego de forma transnacional, para asegurar la reflexión y el reclamo de la
libertad en los próximos tiempos; para que, al fin de cuentas, la esencia de la
libertad y los avances en materia de derechos fundamentales en el mundo
crezcan en lugar de atrasarse Ȃy sin la necesidad de que determinados actores lo
aseguren (dícese, por ejemplo, de líderes particulares), debido a una
democratización y a una mayor participación de la sociedad en la búsqueda de
dicho objetivo.Todo lo anterior generaría un compromiso mundial por la lucha a
favor de la libertad, proceso que sólo puede ser resultado de la educación y de la
democracia.
Más que nunca antes en la historia, ha llegado el momento de eliminar la
indiferencia y de aprovechar el contexto para conseguir transiciones hacia
verdaderas democracias tanto en el mundo árabe como en todas las zonas
represivas del planeta, así como para generar un proceso global de
concientización y de consolidación de la libertad como una misión de la sociedad
internacional toda, que permitan revalidar un concepto esencial para los que
quieren hacer de éste un mundo mucho mejor.

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