LA ENCRUCIJADA DE LA
ALFABETIZACIÓN INICIAL EN
MÉXICO
La escuela debe cumplir con la misión de incorporar a los niños a la cultura escrita y
responder ante los nuevos desafíos que la sociedad enfrenta. Ante este nuevo
contexto internacional, la sociedad demanda a las escuelas una educación de mayor
calidad que satisfaga y forme individuos capaces de participar exitosamente en esta
dinámica de intercambio y competencia mundial. Ante esta nueva realidad y en
tránsito hacia a la sociedad del conocimiento, el lenguaje se ha convertido en
herramienta fundamental para el desarrollo del pensamiento y la generación de
conocimiento, además contribuye en impulsar una nueva cultura tecnológica-
científica. Los contextos actuales y el uso de las tecnologías de la información y la
comunicación han modificado las prácticas tradicionales que utilizábamos para
comunicarnos con los demás, los términos: “leer, escribir, hablar y escuchar” ya no
significan lo mismo que hace treinta años, en la actualidad escribimos y leemos en
soportes muy diversos, pues han cambiado las condiciones, las necesidades y los
propósitos comunicativos de los grupos sociales del país.
Aún a pesar de que diversas investigaciones han demostrado que aprender a leer
deletreando no permite lograr una lectura de comprensión y ser un lector funcional; y
que aprender a escribir copiando no permite organizar desarrollar nuestros
pensamientos cuando queremos escribir textos propios, siguen aún vigentes algunos
de los libros con métodos sintéticos, como el “libro mágico”, “caminito de letras” y
otros más. Existen muchos factores para que estos métodos tradicionales se sigan
utilizando, por ejemplo: 1) Muchos padres de familia insisten en que se debe enseñar
a leer y escribir a sus hijos de la misma forma como a ellos los enseñaron y esto
causa un gran conflicto en el niño, pues por un lado conviven cotidianamente con la
variedad textual disponible y observan cómo sus padres y hermanos modelan la
lectura y la escritura de diversos textos y confirman cómo se cumplen sus propósitos
comunicativos y por otro, sus padres y algunos maestros insisten con las cadenas
gráficas del modo: “Tomasa amasa la masa” y “ese oso es así”. De manera que los
niños se ven obligados a trabajan con dos procesos: el que enseña letras y sonidos
sin sentido, ni relación con la realidad y el que observa en los letreros y anuncios
comerciales, en los libros, revistas, volantes, en la televisión y cuando participan en
la lectura de cuentos, noticias y cuando intentan escribir algunas ideas de forma no
convencional, u observan cómo leen y escriben algunos modelos de su familia. 2)
Muchos docentes se ven obligados a aplicar estos métodos porque no conocen otras
maneras de hacerlo, en las escuelas normales no existe capacitación sobre ello.
Además, existe mucha presión que tiene que soportar un docente que atiende el
primer grado, de sí mismo, de los padres y de los directores que en lugar de
ayudarlo, generalmente les dicen: “hazle como quieras, enséñalos como sea y en el
menor tiempo posible”. 3) Otro factor que influye es que la metodología de la reforma
actual no tienen un proceso de acompañamiento, ni un proceso de formación con un
seguimiento sistemático, sólo se dan los programas de estudio, con una información
muy básica que no aporta muchos elementos para que un profesor de primer grado
pueda comprender y aplicar la metodología en su trabajo docente.
Los verbos “leer” y “escribir” en la actualidad no significan lo mismo que hace veinte
años, ahora leemos sobre una gran diversidad de soportes. Leer es interpretar el
sentido de los textos, interactuamos con ellos a partir de nuestros conocimientos
previos y con sus características gráficas. Escribir es organizar nuestras ideas y
pensamientos para que determinados destinatarios las lean. Desarrollamos las
competencias comunicativas y lingüísticas para hablar, escuchar, leer y escribir
ideas. Es muy importante que los docentes que atienden primer grado compartan
estas definiciones, porque si siguen pensando que leer es decir los sonidos de las
letras y que escribir es dibujar letras, difícilmente pueden enseñar con una
metodología centrada en las características psicológicas y los procesos de
aprendizaje del niño.
El trabajo didáctico del maestro tiene dos condiciones básicas: crear un ambiente
alfabetizador (ambiente de aprendizaje) donde se propicie la interacción entre él, sus
compañeros y los textos; pero además; la otra es que el maestro se posicione frente
a los niños como un modelo lector y escritor que reflexiona como experto junto con
sus alumnos.
Conclusiones