UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE CIENCIAS DE LA EDUCACION

FACULTAD DE FILOSOFIA Y EDUCACION

DEPARTAMENTO DE FORMACION PEDAGOGICA

c Autora: Daniela Seguel Moya

Carrera: Educación Parvularia. Tercer

semestre. Sección: 2 c
Asignatura: Sicología educacional

Profesor: Jorge Elgueta c

Fecha: 28 de Abril de 2011
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La situación educativa dentro del proceso
social
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El presente ensayo tiene la finalidad de presentar lo que es el proceso social, sus
implicancias en la psiquis de los individuos y también analizar el rol del docente
dentro de su comunidad educativa, el impacto de sus actos y las repercusiones de
estos en sus estudiantes, también presentará los elementos de la situación
educativa y quienes participan en ésta, llevando a cabo una relación estrecha
entre estos actores y elementos del proceso educativo, donde no puede coexistir
uno sin el otro. Para ello será utilizado un marco teórico basado en documentos,
material visual y la propia experiencia de lo hablado y analizado en clases.

Según Wundt ë







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ello necesita la interacción de todos los individuos, de modo que todos ayuden a
construir este producto.

En pocas palabras es la sociedad quien condiciona el modo de actuar de los

individuos, donde éste está sometido a las imposiciones de la comunidad en la
cual está inserto y si el sujeto no se adapta a estas reglas e imposiciones
probablemente sea excluido de esa sociedad.

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Para Durkheim ë








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Es esta sociedad quien está
antes que el sujeto, de esta comunidad nace el individuo.

Debido a la organización de una sociedad comienza a generarse en ella un

sistema de creencias el cual debe adoptar el individuo para poder insertarse
dentro de ella y convivir con todos sus miembros que se rigen por este sistema de
creencias y normas establecidas para todos.

En resumen, todas las actitudes, las percepciones y en sí, la psiquis, no pueden

ser entendidas como un proceso individual, al contrario, todo está condicionado
por un proceso social.

El individuo va construyendo un ³sí mismo´, es decir, una imagen de sus

características, una identidad propia, las cuales también se atribuyen al grupo
social en el cual está inserto el sujeto.

Estas características pueden potenciarse o debilitarse dentro de la sociedad matriz

que abarca tanto a la persona como a su comunidad. Pero este ³sí mismo´
significa individualizar las normas en que se desenvuelve la ideología con la cual
se rige la sociedad y por ello también, la comunidad, que se resume en que estos
tengan un dominio sobre sí mismos, capaces de ser críticos y de esta manera
también independizarse.

De este modo podemos decir que la persona es producto de la sociedad, la que le

impone sus propias normas y formas de comportamiento, le indica cómo debe ser,
como debe actuar para insertarse dentro de esta sociedad.

En este grupo social conviven dos actores principales del proceso educativo: el
educador y el educando. Cada uno de ellos tiene una tarea específica, según las
palabras de Paulo Freire, uno enseña y el otro aprende, pero al mismo tiempo
ambos aprenden el uno del otro. También cada uno de ellos comparte un mismo
espacio pedagógico el cual debe ser utilizado de manera óptima, contar con los
recursos necesarios para que el espacio pedagógico sea aprovechado por ambos
actores del proceso educativo.

Es importante inculcar el respeto y el cuidado por las cosas que ocupamos en este
espacio pedagógico, de esta manera estamos educando también, ya que existe
una relación entre las condiciones materiales y nuestras condiciones mentales,
espirituales y éticas.

También es importante dentro de la situación educativa el tiempo pedagógico que

debe utilizarse para la producción de saberes, saberes producidos en conjunto con
los estudiantes, y que está asociada directamente con los ideales sociales y al
servicio de la sociedad. Pero muchas veces este tiempo pedagógico no es

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aprovechado por los educadores y por los educandos, se desperdicia y termina
dañando al educando, ya que se descuida su desarrollo por causa del tiempo mal
aprovechado, el cual podría utilizarse para preocuparse del estudiante, conocer
sus intereses, sus necesidades y sus ideales. Todo ese tiempo muerto pudo
haberse utilizado en la producción de aprendizajes.

Muchas veces este tiempo no se ocupa en actividades provechosas tanto para el

educando como para el educador. Por ejemplo, los recreos debieran ser espacios
de aprendizajes, que no se dan dentro de la sala de clases y que son más
importantes quizás, porque el estudiante aprende desde su propia experiencia. Es
mediante la experiencia del educando que el maestro descubre su necesidades e
intereses y establece una relación horizontal con ellos/ellas. De esta manera
educador y educando están aprendiendo el uno del otro dentro de un espacio
pedagógico que no necesariamente es el aula y dentro de un tiempo educativo
que se aprovecha óptimamente.

Como maestros debemos ser capaces de incentivar y preservar la curiosidad en

nuestros estudiantes, porque todo tiempo educativo es una oportunidad para que
ellos aprendan mediante la curiosidad, haciendo preguntas es como el niño/a
aprende y así soluciona de paso sus problemas. Así también aprende a producir
conocimiento y trabajar a la par con el profesor. Sin embargo es necesario
plantearle que es bueno hacer preguntas y buscar respuestas, pero que existen
tiempos para hacerlo, lo que éticamente significa asumir los límites de la libertad.
Como lo plantea Freire 
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Dentro de esta situación educativa subsisten dos procesos, enseñar y aprender,

que son objetos cognoscibles y que no pueden funcionar y realizarse el uno sin el
otro, de este modo ambos actores del proceso educativo se ven beneficiados con
estos objetos ya que aquel que enseña también aprende cuando está enseñando
y aquel que aprende también enseña cuando está aprendiendo, porque es capaz
de explicar mediante los recursos que tiene, todo lo que ha aprendido y de este
modo puede enseñar a otros.

La situación educativa debe estar dirigida hacia algún lado, debe estar orientada
hacia objetivos que traspasan los muros de las aulas, que son transversales. Es lo
que se llama direccionalidad de la educación y que explica que en la práctica
educativa se utilice la politicidad de la educación como una cualidad. No significa
que el maestro deba pertenecer a un partido político, sino que entienda que todo
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el proceso social y educativo es político y que eso es lo que mueve su manera de
pensar, sus ideales, sus sueños, los que son traspasados a sus estudiantes para
que ellos mismos formen su propio pensamiento y criterio sobre lo que están
viviendo, sobre su experiencia.

Dentro de la politicidad de la educación se develan dos características más de la

situación educativa, la ética y la estética que deben estar presentes en la práctica.

La praxis educativa es bella porque está formando seres libres y cultos, y por eso
es estética, pero también forma al sujeto para que se inserte dentro de la sociedad
mediante un sistema de normas y valores, por lo que considera la moral, por lo
tanto también es ética.

Es por ello la importancia de demostrar a nuestros estudiantes que tenemos

convicciones, dar testimonio de ellas, mostrarles que es posible el cambio, aunque
difícil, pero que debemos creer que se puede realizar, de este modo les
traspasaremos el valor de la transformación, y quizás ellos puedan ser también
agentes de cambio dentro de su propia generación.

De ahí la ferviente necesidad de plasmar en nuestra práctica como docentes estas

cualidades del proceso educativo, que influirán en la formación final de nuestros
educandos, y que les permitirá ser partícipes de la construcción de su propio
aprendizaje.

En el film ³La Ola´ del año 2008, se puede apreciar como un profesor hace una
pregunta a sus estudiantes acerca de si era posible que en Alemania se volviera a
instaurar una dictadura. Lo que los jóvenes contestaron fue que era imposible, que
las cosas habían cambiado desde el régimen nazi y por lo tanto era algo que ya no
podía ocurrir.

Para comprobar si era factible, el maestro hace un experimento con sus alumnos y
les propone que dentro de las clases ellos deben regirse por una serie de normas
creadas por su líder, que en este caso sería el profesor. Un juego que poco a poco
fue tomando ribetes más profundos y que en el desarrollo de los sucesos, ocurren
hechos inesperados.

La Ola, es el nombre que deciden darle estos estudiantes al movimiento que

surgía en el aula, debían vestir de una determinada manera, a modo de uniforme,
y tenían una consigna especial, a modo de saludo entre ellos.

Las mentes y personalidades de cada miembro de este movimiento fueron

cambiando en el corto plazo de una semana que era el tiempo en el cual estaba

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destinado este experimento, cada integrante de este clan sentía necesario que las
demás personas debían pertenecer a este grupo, y las que no lo hacían sufrían el
desprecio y la violencia por parte de ellos.

El experimento se le escapa de las manos a este maestro ya que su ego no le

permite ver que está dañando seriamente la vida de estos jóvenes, y que por lo
tanto debe detenerse.

Muchos de estos jóvenes ven en este grupo un sistema de vida, algo a lo que
pertenecen y no se sienten marginados por sus pares. Ese sentimiento de
pertenencia que tiene el ser humano y que pasa a conformarse en una necesidad
para poder vivir dentro de una sociedad que le impone modos de vivir y de
relacionarse con el resto, es lo que motiva a estos adolescentes a formar parte de
³La Ola´.

Es en esta película donde vemos el rol del profesor y las repercusiones que tienen
sus actos en las vidas y maneras de actuar de sus estudiantes. Este maestro lleva
esta situación al límite de lo permitido y crea en los jóvenes un sentimiento de
dependencia a este grupo, una necesidad de pertenecer a él y de esta forma
también los lleva a hacerse daño entre ellos, inconscientemente, lo que termina
con el suicidio de uno de ellos y la cárcel para el maestro, quien no supo ponerle
freno a tiempo a este experimento, que en sus inicios trató de hacerles ver a sus
alumnos de que el autoritarismo se disfraza en la sociedad por medio de grupos
como este y que la necesidad imperante del sujeto por formar parte de uno de
estos grupos de la sociedad, y de ese modo, no ser excluido, es tan fuerte que
termina absorbiendo a cada uno de nosotros y pasamos a someternos ante las
imposiciones de una sociedad dominante que a su vez domina la psiquis de cada
persona y hace obrar al sujeto de acuerdo a sus mandatos.

Bibliografía

- El grito Manso. Paulo Freire.

r Recurso visual:

- Película La Ola.