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HALITOSIS

REVISION BIBLIOGRAFICA

Autora: Diana Marcela Gomez Duarte

Facultad Odontologia

Universidad Santo Tomas

Resumen

La halitosis oral es un término que se utiliza para describir mal olor producto de factores
patológicos o fisiológicos de origen bucal o sistémico. Su padecimiento es muy común, a tal punto
que todos en algún momento lo hemos presentado. Se ha clasificado en tres categorías: halitosis
verdadera, pseudohalitosis y halitofobia. La halitosis verdadera se subclasifica en halitosis
fisiológica y halitosis patológica, esta última, a su vez, se clasifica, según su origen, en oral y
extraoral. En este artículo vamos a realizar una revisión de literatura donde se observaran diversas
teorías sobre sus características etiológicas orales y extraorales y el correcto tratamiento por parte
del odontólogo, teniendo en cuenta la clasificación.

Palabras claves: halitosis, higiene oral, diagnóstico y tratamiento

Abstract

Oral halitosis is a term used to describe bad odor product pathological or physiological factors of
oral or systemic origin. It is so common, that practically everyone at some point has had halitosis.
Has been classified into three categories: true halitosis, and halitofobia pseudohalitosis. The true
halitosis is subclassified into physiologic and pathologic halitosis, the latter, in turn, is classified, by
origin, in oral and extraoral. In this article we will conduct a review of literature where there are
various theories about its etiology oral and extra features and proper treatment by the dentist, taking
into account the classification.

Key words: Halitosis, oral-hygiene, diagnosis and treatment.

Introducción

La halitosis es un olor desagradable, que proviene de la cavidad oral, en


ocasiones del tracto respiratorio y es capaz de crear una situación embarazosa
para cualquier individuo. La halitosis constituye un problema u obstáculo social. El
ser humano vive rodeado de otros individuos y está forzado a estar en contacto
con ellos, cualquier característica que resulte desagradable tiene influencia en la
aceptación por parte de su entorno.
La consulta al odontólogo y al médico por mal aliento, ha aumentado en los
últimos años por exigencia de competencia social y autoestima, en la que se debe
lucir bien y no provocar rechazo.1
Los escritos sobre este problema datan de las épocas griega y romana. En los
libros litúrgicos judíos, de hace casi dos mil años, establecieron que un hombre
que se casara con una mujer y posteriormente, descubriera que ella tenía mal
aliento, podía divorciarse sin cumplir con los términos del contrato matrimonial.
Otras lecturas similares pueden encontrarse en la religión islámica y en la católica.
Pero siempre ha habido conciencia del fenómeno del mal aliento, o halitosis (del
latin halitus, aliento y del griego –osis, condicion anormal). 2
La halitosis puede manifestarse transitoriamente como característica fisiológica,
relacionada a situaciones diarias, como es normal padecer halitosis en el
momento de presentar hambre, más común en personas que omiten el desayuno.
Cuando dormimos, el sistema de autolimpieza de la cavidad oral, los cuales son el
flujo salival y el movimiento de lengua y carrillos se encuentran en reposo, por esta
razón al levantarnos detectamos halitosis la mayoría de veces.
Un tipo de halitosis que debe ser tratada, ya sea por el médico o por el
odontólogo, es la de origen patológico, ya que es provocada por infecciones
bucales o sistémicas.3

Revisión de literatura
Como su nombre lo indica, la halitosis, es el olor desagradable del aliento. Este se
puede producir por el consumo de ciertos alimentos o sustancias, por una
enfermedad dental, periodontal o gingival, por una estomatitis, por la presencia de
lengua saburral, por un carcinoma oral, o por la fermentación de partículas de los
alimentos en la boca, entre otros. Mucha gente cree que el mal aliento se origina
en el estómago, sin embargo, este argumento no tiene validez porque el mal olor
no puede escapar del estomago excepto durante el reflujo o el vómito. El esófago
es un tubo que comunica el estomago con la boca y no permanece abierto,
normalmente, por tal motivo la halitosis rara vez es una condición gastrointestinal.
La mayoría de los estudios coinciden en que la halitosis (80-90 %) se origina en la
cavidad oral, donde las bacterias anaeróbicas degradan los azufres contenidos en
los aminoácidos como la cystina y la metionina en compuestos de sulfuro volátiles
(CVS) desagradables, entre los cuales se encuentran el metilmercaptano
(CH3SH), el sulfuro de hidrógeno (H2S) y el dimetilsulfuro (CH3SCH3) como las
principales sustancias responsables del mal aliento.1,2 La halitosis de origen
extraoral solo representa un porcentaje muy bajo (10-20%), en el cual el olor
surge, principalmente, de la nariz no de la boca. Tiene, además, una característica
diferente pues el olor puede resultar por una sinusitis y por otras afecciones que
impidan o bloqueen el flujo mucoso. El mal olor oral puede ser tratado
efectivamente, en contraste con muchos casos de halitosis extraoral que requieren
de un tratamiento especializado.
Desde el punto de vista epidemiológico, se señala que el 95% de la población
mundial sufre de halitosis en alguna época de su vida y de ellos solo un tercio
presenta periodontitis; los demás son pacientes sanos; quedando demostrado
que es una condición común que afecta a individuos de todas las edades,
causando una incapacidad social y psicológica a quien la padece, sobre todo
porque estamos en un mundo que cada vez se ha hecho mas sofisticado y donde
los aspectos estéticos representan una categoría de gran consideración y una
necesidad imperiosa de soluciones. En un trabajo de campo realizado por
estudiantes del 1er año de la Facultad de Odontología de la Universidad
Santa María en el año 2000, con la tutoría de docentes del Departamento de
Práctica en Salud, se realizó en la Ciudad de Caracas, a 416 personas de
ambos sexos, mayores de 20 años de edad, de diferentes estratos sociales
(según Graffar), el cuestionario sobre halitosis publicado en Quintessence
Internacional Special Issue. Vol 30, Nro. 5 y traducido por Fundacredesa. Los
resultados mostraron que el 60% de los encuestados respondieron que padecían
halitosis, de ellos el 65% eran no fumadores, el 50% le sangraban las encías, el
30% refirió el padecimiento desde hace años y se dieron cuenta por si mismos, el
90% respondió cepillarse los dientes todos los días y el 60% 1 vez al día. Así
mismo el 50% indicó empleo de enjuague bucal diariamente y de ellos el 25% lo
usa solo 1 vez al día. Del 60% de las personas que respondieron padecer de
halitosis, solamente el 20% ha sido examinado por el odontólogo y de ellos
apenas al 14% le realizaron examen de las encías y le recomendaron enjuague
bucal. Finalmente del total de encuestados el 70% respondió que no conocía
ningún método ó test para la detección de halitosis y en cuanto al tratamiento el
60% utiliza enjuague bucal Listerine y goma de mascar.4,5

Clasificación de la halitosis
Para poder determinar su etiología durante la realización de la historia clínica del
paciente es conveniente que el profesional conozca las diferentes características
de la halitosis, la cual conlleva después de efectuar una amplia revisión
bibliográfica a la siguiente clasificación.
Idiopática: No se conoce la causa por la cual se produce dicha sintomatología.
Según el tiempo:
Exentual: El paciente está exento de halitosis.
Intermitente: Se caracteriza por intervalos alternados de presencia y ausencia de
halitosis.
Continua: No existe interrupción en la existencia de halitosis en el paciente.
Según el olor emitido:
Específico: El aroma emitido pertenece a un tipo de olor específico, por ejemplo:
Alcohol, orina, acetona, etc.
Inespecífico: No puede determinarse que el aroma emitido por el paciente
pertenezca a un tipo particular de olor, por ejemplo: Materiales orgánicos en
descomposición.
Según el origen del mal olor:
Halitosis verdadera

La halitosis verdadera está determinada por la presencia de un aliento


desagradable, cuya intensidad sobrepasa los límites socialmente aceptables, por
lo tanto resulta perceptible para los demás. Se subclasifica en halitosis fisiológica y
halitosis patológica.6

Halitosis fisiológica

Algunos olores originados en la cavidad bucal son fisiológicos y transitorios. El


aliento normal es individual y posee características cambiantes. Puede variar
considerablemente dependiendo de la edad y del sexo; de la hora del día y de si la
persona ha ingerido alimentos o no.12367

La halitosis es común en personas saludables, particularmente, al momento de


levantarse,6,7 El mal aliento matutino es normal, debido a que los mecanismos de
autolimpieza de la boca, como el flujo salival y los movimientos de la lengua y los
carrillos, cesan durante el sueño. Este tipo de halitosis tiende a desaparecer
pronto1 y su intensidad varía en los respiradores bucales y en pacientes con
sinusitis crónica.6
El origen principal de la halitosis fisiológica se encuentra en el dorso posterior de
la lengua, específicamente en la capa que la cubre. El olor bucal transitorio,
producido por el consumo de alimentos como el ajo, no debe considerarse como
halitosis fisiológica.7

Halitosis patológica

El mal aliento puede ser persistente en algunos individuos como resultado de la


presencia de enfermedades o procesos patológicos. En estos casos se considera
que la halitosis es patológica. Esta condición, a su vez, se clasifica en halitosis
patológica de origen bucal y halitosis patológica de origen extrabucal.6,7

Halitosis patológica de origen bucal

Un noventa por ciento de los casos de halitosis tienen origen en la cavidad


bucal.2,6 Aunque los olores desagradables pueden provenir de diversas áreas del
cuerpo humano, la boca es la principal fuente de compuestos volátiles
responsables del mal aliento. La experiencia clínica revela que el aliento fétido
puede producirse como consecuencia de una higiene bucal deficiente.1,6
La presencia de ciertas condiciones o entidades dentro de la cavidad bucal, como
lesiones cariosas avanzadas, enfermedad periodontal, flujo salival reducido,
alimentos impactados y descompuestos, pericoronaritis, infecciones pulpares y
prótesis defectuosas, puede generar olores fétidos y, por lo tanto, producir
halitosis.2,5,6,7

Los dos tercios posteriores de la lengua, posiblemente, representan las principales


fuentes bucales de halitosis.6 En esta zona, sobre todo en personas mayores,
suele existir una capa blanquecina que representa un entorno ideal para producir
compuestos sulfúricos volátiles y otras moléculas productoras del mal olor.

Halitosis patológica de origen extrabucal

El origen del mal aliento puede provenir de diferentes zonas del cuerpo humano.
Muchas enfermedades no bucales pueden provocar mal aliento; sin embargo, el
porcentaje de personas que experimentan halitosis por estas causas es muy
pequeño. Un 10% de los casos de halitosis se puede producir por causas
respiratorias, digestivas u otras causas no bucales como la uremia, la falla
hepática y la cetoacidosis diabética.6

Las fosas nasales constituyen unas de las fuentes predominantes de halitosis no


bucal. La sinusitis, la presencia de cuerpos extraños en la nariz y las infecciones
respiratorias también pueden ser fuentes de halitosis. Ciertas formas de rinitis
atrófica o crónica, como la ocena, pueden producir un aliento pestilente. No
obstante, ésta es una condición relativamente rara.5,6

La sinusitis crónica está frecuentemente acompañada por un olor fétido. Esto es


más notorio en los casos de sinusitis maxilar crónica de origen dental, de hecho,
el mal olor constituye un criterio diagnóstico importante.1,2
Halitosis de origen gastrointestinal: Este tipo de halitosis es sumamente raro,
refieren que los gases del tracto gastrointestinal superior, normalmente no se
mezclan con el aire espirado, vomitando o eructando es cuando se puede producir
mal olor. Casi todos podemos relacionar la experiencia de un eructo que causa
una asociación del aroma de un rábano, coliflor u otra comida o bebida. Los
pacientes que tienen mal olor y presentan dispepsia, estreñimiento u otra
perturbación del intestino deben enviarse a un internista o gastroenterólogo.
Cuando hay obstrucción intestinal confiere olor fecal al aliento. Las alteraciones de
la digestión de las grasas originan ácidos grasos olorosos, si se presenta cirrosis
hepática o hemorragias del aparato gastrointestinal puede apreciarse olor a
sangre. Infecciones bacterianas del tracto intestinal, como la producida por el
Helicobacter Pylori o los padecimientos locales como reflujo esofágico, hernia
hiatal, estenosis pilórica, también podrían producir mal olor oral. 7
Otra patología que podría generar halitosis con base gastrointestinal son los
divertículos esofágicos, estos son prominencias sacciformes o proyecciones en
forma de bolsa hacia el exterior de la luz esofágica.6 El divertículo más común es
el divertículo hipofaringeo, mejor conocido como bolsa de Zenker, tiene una
frecuencia de 1 de cada 1400 ingresos hospitalarios, esta bolsa una vez que se ha
hecho lo suficientemente grande, puede generar regurgitación de alimentos y
moco después de las comidas y por la noche, atrapamiento de alimentos y
descomposición de los mismos por la bacterias, generando así el mal aliento.1,7
Para su diagnóstico y tratamiento es necesario remitirlo al gastroenterólogo.
Halitosis originada en el tracto respiratorio: las enfermedades dentro de los
pulmones o el tracto respiratorio superior casi siempre producen mal aliento, como
la bronquiectasia, la bronquitis, el absceso pulmonar, la tuberculosis pulmonar,
etc. Hay comidas que durante la digestión forman vapores sulfonados que entran
en la sangre. Cuando esta llega a los pulmones algunos de estos vapores se
expelan con la respiración.7 Los mejores ejemplos de este tipo de comida son el
ajo y la cebolla, pero también esta el brécol, el pepinillo, los cebollines, los coles
de Bruselas, el café, el alcohol y hasta la piña. Estos pueden durar 24 horas en la
sangre, según salen los vapores, parte de estos se disuelven en la saliva y se
digieren de nuevo.
Halitosis originada por enfermedades sistémicas: Existen ciertas enfermedades
que pueden generar halitosis como parte de sus signos y síntomas, por ejemplo:
La cetosis aparece especialmente en inanición, en la diabetes mellitus y en dietas
enteramente grasas.7 La insuficiencia hepática y renal (Uremia), pueden producir
sustancias metabólicas que se detectan como halitosis, confiriendo un aroma
amoniacal.7 En el Síndrome de Sjogren,8 la secreción salival en estos pacientes se
encuentra disminuida, alterando así la capacidad antibacteriana y de limpieza que
tiene la misma, pudiéndose generar olor ofensivo en la cavidad oral.
Halitosis originada por medicamentos: Muchas drogas producen xerostomía,
existiendo una relación inversamente proporcional del mal aliento con el flujo
salival. Las drogas que la producen incluyen analgésicos, anticolinérgicos,
antidepresivos, antihipertensivos, psicoterapéuticos, y otras. Otra causa de
xerostomia sería la terapia de radiación debido a la atrofia de la glándula que es
inducida por la misma.7 Otros medicamentos pueden producir olor en el cuerpo y
también puede distorsionar el sabor y el olor. Estos incluyen agentes
antimicrobiales, antirreumáticos, antihipertensivos, y drogas psicofarmacológicas.

Pseudohalitosis

Algunos pacientes normales, después de un tratamiento exitoso, temen que su


mal aliento persista. Muchos se han preocupado por su halitosis durante tanto
tiempo, que les resulta difícil concebir que se pueda controlar con medios sencillos
de higiene bucal.7

Las personas con pseudohalitosis insisten en quejarse de presentar mal aliento, a


pesar que los demás no lleguen a percibirlo. Para estos pacientes puede ser muy
útil la ayuda de una persona de confianza, como la pareja, un familiar o un amigo,
que evalúe periódicamente su aliento. Realizar un nuevo examen y el uso de
aparatología especializada, antes y después de finalizar el tratamiento, les puede
proporcionar gran tranquilidad.7

El odontólogo puede tratar la pseudohalitosis a través de medidas de higiene


bucal, de explicaciones acerca de los resultados de su evaluación y de consejos
basados en la literatura, de forma que logren comprender que la intensidad de su
aliento no sobrepasa los límites socialmente aceptables. Estos pacientes, por lo
general, aceptan las recomendaciones del odontólogo y responden
favorablemente al tratamiento.7

Halitofobia
Existen pacientes que se quejan de mal aliento crónico y tienen una variedad de
síntomas psicopatológicos que en los casos más severos pueden desencadenar
en grandes desordenes. Por lo tanto un Síndrome de referencia olfatoria es una
condición de reconocimiento psiquiátrico en donde ocurre una somatización de
algunas presiones resultando que el paciente cree que emana un olor fuerte de
alguna parte del cuerpo y generalmente es la boca; lo cual va a interferir en su
normal desenvolvimiento social.1 Antes del diagnóstico de este tipo de halitosis, el
paciente debe recibir una repetición del examen debido a su subjetividad y deben
ser examinados antes de comer y de los procedimientos de higiene oral,
preferiblemente en la mañana, en caso de confirmarse la ausencia física de la
halitosis, el paciente debe ser remitido al psicólogo.7
ETIOLOGIA

Una vez constatada la presencia del mal olor corresponde definir el origen para
saber a quién le corresponde el tratamiento.
Enfermedades gastrointestinales con la gastritis no da halitosis, pero el
helicobacter pylori como causa de la misma puede darla. Este microorganismo
puede estar solo en la boca y no en el aparato digestivo.1 En la cavidad bucal
puede estar la placa microbiana dental o protésica y también en la lengua.10
Las vellosidades nasales pueden estar colonizadas por helicobacter pylori y dar
incluso mal olor nasal.1
El enfermo diabético emite un olor característico cetonico, similar a una manzana
en descomposición.
En el adulto mayor son corrientes grandes cavidades cariosas, así como
enfermedad periodontal avanzada con marcadas retracciones gingivales y bolsas
profundas por perdida ósea, lo que facilita la retención y descomposición de
alimentos. Agravado por la dificultad de realizar una correcta higiene oral. Algunos
alimentos son metabolizados en boca y puede bajar el PH del medio, lo que facilita
el aumento de la flora microbiana anaerobia, responsable fundamentalmente de la
halitosis. El metabolismo microbiano produce componentes sulfurados volátiles.1
La lengua suburral asociada con xerostomía s otro hecho corriente, la mayor parte
de los malos olores bucales viene de la parte posterior, especialmente del dorso
de la lengua. Es una zona con poco oxígeno, con acumulación de restos de
alimentos donde fácilmente se reproducen los anaerobios. Allí se multiplica el
sulfuro de hidrogeno. Al hablar se mueve la lengua y se produce la movilización de
gases.1
Existe un grupo de halitosis local que no se vincula con patología, si no con el olor
bucal producido por mala higiene oral y el uso de prótesis.10
Las bacterias GRAM – negativas son las responsables del mal olor, entre ellas la
klebsiella y enterobacter. Este ultimo se encuentra en mayor porcentaje en
portadores de protesis.10
La mala higiene oral y protésica, su uso continuo y la disminución de saliva en el
adulto mayor pueden producir candidosis. Esta infección también provoca mal
olor.9
Se encontraron que las especies de Veillonella y la Prevotella oralis, fueron los
microorganismos odorígenos predominantes en una población infantil. La
Veillonella es una especie de coco gramnegativo anaerobio que prolifera cuando
la dieta es rica en azúcar. La Prevotella oralis es un bacilo gramnegativo
anaerobio considerado poco patógeno.10
Boever y Loesche11 aislaron, de las muestras tomadas de la superficie lingual de
catorce pacientes con halitosis, dos especies conocidas de microorganismos
productores de compuestos sulfúricos volátiles: Fusobacterium (F. nucleatum, F.
fusiforme y F. polymorphum) y Prevotella intermedia. Estos autores afirman que la
flora gramnegativa, anaeróbica y asacarolítica desempeña un papel esencial en la
producción del mal aliento.
Las principales bacterias productoras de compuestos sulfúricos volátiles colonizan
rápidamente todos los ecosistemas o nichos bucales, como el dorso de la lengua,
los surcos gingivales y las amígdalas y pueden trasladarse de un nicho a otro.7
A pesar que la mayoría de los pacientes perciben a la halitosis como un
problema exclusivamente cosmético, existe evidencia que demuestra que los
compuestos sulfúricos volátiles resultan altamente tóxicos para los tejidos
bucales, aún cuando se encuentren en bajas concentraciones.7,10
Se sospecha que muchas de las bacterias identificadas en la producción de la
halitosis son periodontopatógenas. Los compuestos sulfúricos volátiles pueden
acentuar los efectos de otros factores que participan en las primeras etapas de la
gingivitis o contribuir directamente en el proceso patológico.10

Plan de tratamiento
La halitosis no es una enfermedad, es un signo o síntoma de una enfermedad tal
como la periodontal, diabetes etc. O de una actitud como la mala higiene oral.
Si la halitosis es fisiológica, se le debe indicar al paciente la correcta higiene oral
para prevenir una halitosis patológica por presencia de caries y enfermedad
periodontal. Se le debe indicar al paciente que el cepillado se debe realizar 3
veces al día, mas importante el de la noche, usar seda detal diariamente y
enjuagues bucales una vez al día.
En pacientes con prótesis fijas, se debe usar seda dental especial llamada
superfloss, pasarla entre los pónticos y encía para eliminar restos alimenticios,
acompañado de n buen cepillado.
Los pacientes con prótesis removibles totales y parciales, deben lavarla después
de cada comida con jabón neutro y un cepillo de doble cerdas, además deben
descansar de dicha prótesis 6 a 8 horas diarias para que la mucosa oral pueda
respirar, también es importante Sumergir la prótesis en una solución desinfectante
durante aproximadamente quince minutos una vez por semana: antisépticos
bucales comerciales, lejía al 1-2% o lejía con agentes descalcificantes, vinagre.
Si la halitosis es patológica, se deben realizar profilaxis y limpiezas profesionales,
además se debe eliminar la causa, si es por caries, realizar la respectiva
obturación. Si es causada por enfermedad periodontal se debe hacer un alisado
radicular, para eliminar las bacterias que causan el mal olor. En el caso que la
halitosis sea ocasionada por una enfermedad sistémica es necesario remitir al
médico. Ejemplo enfermedades como la diabetes y falla hepática o renal.
En el caso de los pacientes con pseudohalitosis, se les debe explicar el resultado
de los exámenes, instrucciones profesionales, educación y refuerzo.
En pacientes con halitofobia se debe remitir al psicólogo. Ya que esto es un
trastorno psicológico, donde el paciente manifiesta que se siente mal olor bucal,
pero los demás no sienten este mismo olor. Es común en pacientes
1,2,3
depresivos.

Conclusiones

La efectiva clasificación de un paciente con halitosis es la base fundamental para


un manejo apropiado y su correspondiente tratamiento. La Halitosis como síntoma,
necesita del conocimiento por parte del Odontólogo de todos los aspectos
fisiológicos y patológicos que pueden producirla. Con ello podremos realizar el
correcto tratamiento encaminado hacia el origen de la causa o bien remitirlo al
especialista indicado debido a que no todos los agentes causales están dentro del
alcance del profesional odontológico, nos vemos en la necesidad de formar un
equipo multidisciplinario que pueda atender esta alteración.

El manejo preventivo para la halitosis no solo ayuda a reducir el mal olor sino que
también contribuye a promocionar una buena higiene oral en individuos de todas
las edades y sexos.
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