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Metodología para el Cambio de Base del INPC

El Instituto Central, atento a su compromiso de realizar con la mayor eficiencia sus funciones, genera
y pone a disposición del público información económica que se elabora mediante los procedimientos
más avanzados. Con el fin de que la medición de los precios pueda ser comprendida
adecuadamente por todos los interesados, se ha decidido dar a conocer la metodología empleada
para llevar a cabo el cambio de base del Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
Conviene recordar que el INPC es el indicador oficial para medir la inflación en el país.

METODOLOGÍA PARA EL CAMBIO DE BASE DEL INPC

I. Antecedentes
El Banco de México inició la estimación mensual del INPC en 1969. En ese entonces se adoptó
como base de comparación para estimar el crecimiento de los precios el año de 1968 y una
estructura de ponderadores proveniente de la Encuesta de Ingresos y Gastos Familiares, elaborada
por el propio Instituto Central en el año de 1963. A partir de entonces se han llevado a cabo tres
cambios de base para el INPC:
(a) en 1978 se modificó la base de comparación, manteniéndose fija la base de ponderación (1963);
(b) en 1980 se modificaron ambas referencias, fijándose la base de comparación en ese mismo año
y definiéndose una base de ponderación a partir de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de
los Hogares levantada en 1977 (ENIGH 1977); y
(c) finalmente, el último cambio se incorporó en 1994, cuando se adoptaron nuevos ponderadores
con fundamento en los gastos reportados en la ENIGH 1989. De ese esfuerzo provino la definición
de las bases de comparación (1994) y de ponderación (1993)1 que están en vigor en la actualidad.
Acerca de los antecedentes presentados, conviene hacer dos observaciones. Por una parte, la
instrumentación del cambio de base para un índice que agrupa a un número grande de precios de
bienes y servicios (como es el INPC), requiere de dos procedimientos bien identificados:
(a) la definición del período contra el cual se compararán los precios (base de comparación); y,
(b) una estimación de cómo se distribuye el gasto de los hogares, de lo cual se derivan los
ponderadores del indicador (base de ponderación).
1 La base de ponderación 1993 se obtuvo actualizando los ponderadores obtenidos de la
ENIGH 1989 mediante precios relativos.

BANCO DE MÉXICO
La coincidencia en el tiempo de ambas referencias es deseable, pero no necesariamente se
consigue de manera automática. La otra observación es en el sentido de que el INPC vigente cuenta
con bases de comparación y de ponderación ya muy alejadas del presente. Ello da lugar a que no
sólo sea apropiado, sino necesario que se lleve a cabo su actualización.

II. Experiencia Internacional


En el Cuadro 1 se presenta información sobre los procedimientos de construcción y actualización de
las bases de comparación y de ponderación de los índices de precios al consumidor de diversos
países que cuentan con sistemas de actualización recurrente para sus índices. De esa información
se desprende que, independientemente de la base de comparación, en general los ponderadores
corresponden a algún período más reciente. Ello da lugar a que la base de ponderación no coincida
con la de comparación. Sin embargo, cuando ambas bases coinciden, se señala el procedimiento
que se ha utilizado para hacerlas concordar.
Resulta pertinente comentar que en los doce países citados en el cuadro, las bases de ponderación
son más recientes que la incorporada actualmente en el INPC de México (1989, actualizada a 1993
mediante las variaciones de precios relativos de los genéricos que integran el indicador). Inclusive,
en Suecia los ponderadores del índice de precios se revisan anualmente. Por otra parte, en cuatro
de los doce países citados la coincidencia entre las bases de comparación y de ponderación se ha
logrado mediante el siguiente procedimiento: la actualización de los gastos observados en un
período anterior se lleva a la base de comparación, vía precios relativos. Precisamente, es este
último procedimiento el que se adoptó en México para la actualización de los ponderadores del
INPC y que se discute en este anexo.

III. Justificación Teórica


La instrumentación del cambio de base, fundamental para el INPC, se ha llevado a cabo en un
contexto particular, caracterizado por una transformación importante de los paradigmas que hasta
hace poco tiempo predominaban en el mundo en cuanto a la teoría de la medición de la inflación.
Las ideas en que se funda esa transición se resumen en la siguiente premisa: la estimación de la
inflación ya no sólo depende de la representatividad de los precios involucrados, sino también de la
actualidad o vigencia del resto de los componentes del indicador, como son la canasta, los
ponderadores y el sistema de cálculo implícito (mecanismo de agregación). Más aún, en la nueva
teoría se sostiene que cuando la inflación se calcula con componentes que han perdido su vigencia
(es decir, con componentes obsoletos) el procedimiento puede redundar en una medición deficiente
del fenómeno. Obviamente, lo anterior ilustra y determina la necesidad de contar con una estrategia
que contribuya a garantizar una mayor exactitud de la medición.
Esta renovación de ideas ha empezado a influir sobre la manera en que los países calculan su
respectivo índice de precios al consumidor. El proceso parte de la recomendación relativa a la
necesidad de contar con componentes (canasta, ponderadores y precios), que reflejen con la mayor
actualidad posible las preferencias de los consumidores. Esto implica conocer lo que los hogares
compran, en qué cantidades lo hacen y los lugares en donde realizan sus adquisiciones. La
actualización de los procedimientos de cálculo es también deseable y contribuye a que se tenga una
estimación más precisa.
Si bien la polémica sobre la exactitud de los índices de precios se remonta a la época de Stanley
Jevons, quien criticó en 1860 la formulación de ponderadores fijos de Lowe (1825), pasando por
Irving Fisher y las pruebas de perfección de los números índices y su consecuente fórmula ideal
(1896), la teoría moderna de la medición de la inflación arranca formalmente con “The Theory of the
Cost of Living Index” de Robert Pollack publicada en 1972. Otra contribución seminal es la del
artículo de Jack Tripplet de 1974, “The Measurement of Inflation: A Survey of Research on the
Accuracy of Price Indexes”, publicado en el volumen Analysis of Inflation, editado por Paul H. Earl.
Definitiva es la recopilación de artículos sobre números índices contenida en el volumen Index
Numbers in Theory and Practice editado por Erwin Diewert en 1991. Debe citarse también al Informe
Boskin, que analiza la exactitud del CPI de los Estados Unidos. Se recomienda la recopilación de
Dean Baker en el volumen Getting Prices Right publicada en 1999, que contiene la versión final del
citado Informe, así como diversas contribuciones de especialistas sobre el tema. Se sugiere
consultar también la serie de artículos aparecidos en la edición de invierno de 1998 del Journal of
Economic Perspectives.

Según la teoría sobre la estimación de la inflación (Baker (1999)), a medida que los ponderadores
del INPC se alejan de su período base, la medición resultante tiende a sobreestimar el incremento
promedio. Esta diferencia puede ser poco significativa en un punto en el tiempo, pero dado que se
vuelve sistemática en periodos sucesivos tiende a generar un mayor sesgo acumulado. Lo anterior
debe evitarse, puesto que implicaría enviar señales desorientadoras sobre la evolución de los
precios. A su vez, ello podría dar lugar a que se tomaran medidas de política económica demasiado
astringentes. Otra consecuencia es que se exageraría la magnitud del deterioro del poder adquisitivo
de los ingresos fijos, además de ampliarse artificialmente la estadística de hogares extremadamente
pobres que existen en el país. Se citan estos posibles efectos por estar asociados a objetivos
prioritarios de la política económica actual. Entre los mismos, cabe citar la consecución de un
equilibrio macroeconómico con inflación baja y estable, la reversión del deterioro del poder
adquisitivo de los ingresos de los trabajadores y el alivio de la situación económica de los hogares
menos favorecidos. En lo fundamental, el sesgo potencial que contiene un índice de precios con una
canasta y ponderadores que han perdido su vigencia se explica por las siguientes razones:
(a) no refleja adecuadamente la transformación de la estructura del consumo causada por los
cambios de precios relativos;
(b) no se captan las modificaciones en los patrones de consumo de los hogares derivados de las
transformaciones económicas y socio-demográficas que éstos experimentan a través del tiempo. Al
respecto, en el Cuadro 2 se presenta un perfil de las características socio-demográficas de los
hogares mexicanos tomado a partir de las ENIGH de 1989 a 2000;
(c) no se incorporan los cambios en las preferencias de los consumidores que tienen su origen en la
aparición en el mercado de productos y servicios novedosos; y
(d) no se estima con precisión la variación en el costo que enfrentan los consumidores, como
consecuencia de la mejora constante de las cualidades físicas, de rendimiento y de comercialización
de los bienes y servicios que se ofrecen en el mercado.

El sesgo de un índice de precios calculado a partir de componentes desactualizados es una


proposición lógica, pero de difícil cuantificación. Como es sabido, en economía no es posible esperar
relaciones determinísticas absolutas. El fenómeno es muy complejo, pero si se supone que el
consumidor es racional, que tiende a maximizar el rendimiento de un presupuesto limitado, que
busca la satisfacción objetiva y subjetiva de sus necesidades al menor costo y que es afecto a la
innovación, puede concluirse lo siguiente: un indicador de la inflación cuyos componentes no se
actualizan puede, en general, arrojar resultados por encima del incremento real de los precios.
Elemento fundamental para comprobar empíricamente el postulado anterior, consiste en presentar
evidencia respecto a que la composición del gasto de los hogares no es estática. Es decir, que dicho
gasto se modifica a través del tiempo siguiendo reglas o principios de la teoría del consumidor. En el
Cuadro 3 se presenta la evolución que han tenido en México los principales componentes de dicho
gasto durante los últimos cuarenta años. La información proviene de las encuestas de ingresos y
gastos levantadas por instituciones oficiales a partir de 1963 y hasta el año 2000.
La transformación de la estructura del gasto revela que en la medida que el país se ha ido
desarrollando, el porcentaje del ingreso que los hogares destinan a la alimentación y al vestido ha
disminuido. En contraste, la proporción que se aplica a vivienda, salud, educación y transporte es
cada vez mayor. En apoyo de lo anterior, en el Cuadro 4 se presenta evidencia que confirma las
importantes diferencias en la estructura del gasto entre países que tienen grados de desarrollo muy
distintos.

Si bien en la composición del gasto influyen variables diversas (gustos nacionales, precios relativos,
características demográficas, importancia de los bienes públicos, etc.), es claro que en los países
más avanzados los hogares tienden a destinar proporciones menores de su ingreso a la satisfacción
de las necesidades básicas.
Otro sesgo potencial que se presenta en el cálculo del INPC es el relacionado con la sustitución de
productos que integran un mismo concepto. Un ejemplo de ello es el genérico jitomate, formado por
los específicos bola, saladette, guaje, etc., donde un segmento de los consumidores probablemente
se inclinará por la variedad con menor precio dada una calidad similar. Dicho sesgo se deriva del uso
que se hace de la media aritmética para promediar los precios, lo cual supone implícitamente que no
hay sustitución entre los productos, cuando en la realidad los consumidores comúnmente están
buscando lo mejor al menor precio. Como se verá más adelante, este problema se supera mediante
el empleo de la media geométrica en los genéricos cuyos específicos tienen una elevada
elasticidad de sustitución.

IV. Metodología
Una vez presentada la justificación teórica para el cambio de base, a continuación se describe la
metodología que se utilizó en el Banco de México para instrumentar dicho cambio. Como se
mencionó líneas atrás, por lo regular el cambio de base de un índice de precios implica dos
procedimientos bien identificados: el cambio de base de comparación y el cambio de base de
ponderación. En este sentido, el cambio aludido implica, por una parte, que el promedio de los
precios observados durante la segunda quincena de junio de 2002 sea la referencia contra la cual se
compararán los precios que se recopilen durante la primera quincena de julio. Es decir, la anterior
será la nueva base de comparación3. En lo que se refiere al cambio de base de ponderación el plan
es el siguiente: a partir de la segunda quincena de junio de 2002 los ponderadores (importancia de
cada concepto dentro de la canasta del INPC) y la canasta de bienes y servicios del INPC
corresponderán a la estructura del consumo de los hogares observada en el año 2000, pero
actualizada mediante precios relativos a la quincena elegida como base de ponderación.
La materia prima para llevar a cabo el cambio de los ponderadores se deriva de la Encuesta
Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) que levanta y publica el INEGI. La
información así captada proporciona los gastos medios asociados a una canasta de 580 conceptos,
y cubre la totalidad del gasto de consumo ejercido por los hogares del país en un período en
particular. A partir de esa información se han integrado los 315 conceptos genéricos que se
incorporaran al INPC base 2002.
Resulta conveniente destacar que la aplicación al INPC del modelo de aseguramiento de la calidad
ISO-9001 permite contar para el diseño del cambio de base con un procedimiento claramente
definido y estructurado. Es decir, en el procedimiento de diseño del INPC se detallan los pasos
necesarios para adecuar la información contenida en la ENIGH a las necesidades del índice. En
particular, sehan considerado aspectos como la cobertura geográfica o los patrones de consumo de
los agentes económicos.
en algunos países se utiliza un mes específico para fijar la base de comparación. Dado que en
México el INPC tiene periodicidad quincenal, la comparación relevante es contra una quincena en
particular.
A continuación se presenta un resumen de las acciones que se han llevado a cabo para transformar
la información contenida en la ENIGH, a fin de actualizar la canasta y los ponderadores del
INPC:
(a) definición de la población objetivo considerada en el INPC. Se han incluido todos los municipios
que cuentan con al menos una localidad de 20,000 o más habitantes; (b) selección de los
cuestionarios levantados en la ENIGH 2000 que corresponden a la población objetivo del INPC.
Del total de los cuestionarios de la ENIGH se escogieron los aplicados a hogares domiciliados en los
municipios que cumplen con la característica señalada;
(c) clasificación de los cuestionarios según la distribución geográfica del INPC. Se asignaron los
cuestionarios relevantes entre los conglomerados4 que conforman la clasificación regional del
indicador;
(d) cálculo de los gastos medios por ciudad mediante la agregación de cuestionarios. Se obtuvo el
gasto promedio por conglomerado para todos los componentes de la canasta ENIGH. Estos son
promedios ponderados según el expansor5 asociado a cada cuestionario;
(e) selección de la canasta del INPC con base en la distribución del gasto de los hogares reportada
en la ENIGH de 2000. Se incorporaron todos los conceptos que tuvieran una participación de cuando
menos 0.02 por ciento en el gasto total medido en la encuesta;
(f) identificación y análisis de los gastos atípicos por ciudad y por producto. Se eliminaron las
observaciones individuales asociadas a los gastos que sin justificación alguna estuvieran muy
alejadas del promedio;
4 Conjunto de localidades, de igual tamaño, representadas por cada ciudad incluida en el
INPC.
5 El expansor es un indicador que señala a cuantos hogares representa un cuestionario de
la encuesta.
(g) complementación de la muestra en ciudades con insuficiente número de cuestionarios. A tal fin se
complementó la base de datos con información levantada en ciudades vecinas, de tamaño parecido.
Esto se hizo con el fin de que cada gasto promedio por ciudad procediera de una muestra no menor
de 175 observaciones; (h) nuevo cálculo de los gastos medios para la canasta INPC una vez
complementada la muestra y verificados los gastos atípicos. Los resultados que se obtuvieron de
este proceso son los que se usaron para construir los ponderadores del INPC;
(i) revisión de los gastos correspondientes a conceptos especiales para los cuales se contó con
información inadecuada o insuficiente. Entre éstos cabe destacar los siguientes casos: vivienda
propia, vinos y licores, cerveza, cigarros, cantinas, automóviles, consumos estacionales,
desagregación de conceptos relevantes (gasolinas, ropa infantil, medicamentos y alimentos fuera de
casa) y tratamiento de los gastos que presentan un valor de “cero” en los cuestionarios. Dado que en
la ENIGH no se reporta información suficiente para representar con toda precisión a los rubros de
consumo señalados, resultó necesario complementarla con otras fuentes. Esto se hizo consultando
las Cuentas Nacionales y otras encuestas o mediante la aplicación de técnicas estadísticas
especiales;
(j) cálculo de los gastos por estrato de ingreso. Estos se obtuvieron de los cuestionarios relevantes,
agrupados por región y clasificados según el ingreso total del hogar. El proceso se aplicó acorde con
los estratos siguientes: núcleos familiares que perciben menos de un salario mínimo, entre uno y tres
salarios, más de tres y hasta seis salarios, y más de seis salarios;
(k) determinación del sistema de las ponderaciones con base en los gastos familiares reportados en
la ENIGH y estimación de los demás conceptos especiales. Ello implicó dividir el gasto asociado a
cada concepto de la canasta entre el gasto total, a los niveles nacional, regional, por ciudad y por
estrato; y
(l) incorporación al sistema de recopilación recurrente de precios al consumidor, de los conceptos
nuevos reportados en la ENIGH. Dado que la canasta seleccionada contiene conceptos genéricos de
nueva creación, fue necesario llevar a cabo las siguientes acciones: definir los específicos asociados
a cada genérico, reconstruir la evolución reciente de sus precios e incorporar dichos conceptos al
levantamiento recurrente de información.
En el momento en que se instrumente el cambio de base, se deberá hacer la actualización de los
consumos realizados en 2000 (obtenidos en la ENIGH) vía precios relativos hasta la segunda
quincena de junio de 2002. Ello con la finalidad de hacer posible el encadenamiento de la serie del
INPC base 1994 con la serie base 2002, igualando de esta manera la base de ponderación con la de
comparación.
Una mejora adicional introducida en la metodología para el cálculo del INPC consiste en la utilización
de la media geométrica para obtener el precio promedio de los genéricos integrados por productos
específicos que cuentan entre ellos con una elasticidad alta de sustitución. En particular, el anterior
procedimiento se aplicará en los cálculos correspondientes al subíndice de alimentos, que es dentro
del cual se encuentran los rubros con las mayores elasticidades de sustitución. Para los cálculos
relativos al resto de los genéricos se seguirá usando la media aritmética.

V. Principales Modificaciones Observadas en la Composición de la Canasta del INPC como


Consecuencia del Cambio de Base de 1994 a 2002
Entre los cambios más notables en la nueva estructura de los ponderadores al nivel de los
agregados del gasto de los hogares, cabe mencionar los siguientes: la disminución de la importancia
relativa del gasto total de consumo en alimentos y bebidas, así como en ropa y calzado. Frente a ello
tuvo lugar un aumento de la participación correspondiente al gasto en vivienda, salud, cuidado
personal y educación, particularmente en el rubro de estudios universitarios. Estos cambios se
explican por varias razones, entre las cuales sobresalen las siguientes:
(a) la disminución del tamaño medio del hogar, así como la modificación de la estructura de edades
de la población;
(b) el grado creciente de urbanización de las localidades en las cuales se recaban las cotizaciones
para calcular el índice; y
(c) las modificaciones en la distribución del ingreso y en la estructura de precios relativos impulsadas
por transformaciones estructurales ocurridas en la economía, tales como una mayor desregulación
económica y la apertura comercial frente al exterior.
En cuanto a los ajustes aplicados a los ponderadores de los grupos de productos que consumen los
hogares, a continuación se resumen los más importantes:
(a) aumento de la importancia relativa de los alimentos industrializados en comparación con los
frescos;
(b) elevación de la cantidad y frecuencia del consumo de alimentos fuera del hogar;
(c) descenso de la participación de la ropa infantil en comparación con la de adulto;
(d) creciente importancia de los gastos en energía para el hogar y en servicios de comunicación;
(e) incremento del consumo de aparatos para el hogar;
(f) crecimiento significativo de la participación dentro del consumo total de los gastos en
medicamentos;
(g) aumento de la participación del gasto en transporte por cuenta propia frente al relativo a
transporte colectivo. Cabe destacar también la reducción de los gastos de operación del transporte
privado; y
(h) incremento relevante de la participación de los gastos en educación privada, particularmente los
correspondientes a enseñanza superior.

Estos cambios se explican, en lo fundamental, por algunas de las razones ya señaladas y también
por las siguientes:
(a) la aparición de bienes y servicios novedosos, así como el suministro con mayor eficiencia
operativa de los ya existentes; y
(b) la evolución del nivel de ingreso de los hogares, así como de su distribución.

En cuanto a las modificaciones de la canasta de bienes y servicios del INPC, las principales
resultaron ser las que se mencionan a continuación:
(a) introducción en la canasta de 36 nuevos productos genéricos. Los más importantes entre ellos
son los siguientes: computadoras personales, agua embotellada, alimentos para mascotas, impuesto
predial, contribuciones por el suministro de agua, suavizantes y limpiadores, equipos de aire
acondicionado, estudios médicos de gabinete, televisión por cable y satélite, servicio de Internet
y servicios turísticos en paquete, entre otros;
(b) transformación de 60 genéricos del INPC base 1994 que, por haber perdido participación dentro
del gasto de las familias, en la nueva canasta pasaron a ser conceptos específicos;
(c) formación de 27 genéricos nuevos. Ello se derivó de la agrupación de los genéricos de la canasta
anterior, que al perder representatividad pasaron a ser específicos; y
(d) desaparición de un genérico por prácticamente haber caído prácticamente en desuso (servicio de
ferrocarril de pasajeros).

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