construccionismo Social
De Kenneth Gergen
Carlos Bravo Urzúa, Psicólogo
Material Utilizado en el Seminario de Psicología Social de la
Escuela de Psicología de la Universidad Bolivariana
Santiago de Chile, 2002
1. A modo de introducción
Para iniciar esta reflexión crítica en este seminario de psicología social, lo primero que
hay que advertir es que Kenneth Gergen es un optimista. Es optimista en cuanto a las
posibilidades que abre el socio-construccionismo en el marco de las transformaciones
socioculturales. Es optimista en cuanto ve que la crisis de la psicología social empírica y
racionalista pueden aportar hacia la construcción de una nueva forma de psicología:
una más allá de la psicología individual, a saber, la psicología de la comunidad.
Los dioses de la psicología social clásica han muerto. Sus agonías le permitirán a
Gergen hacer una propuesta que se fundamentará en una vista panorámica de las críticas
y emergencias en contra de la sociedad moderna “en decadencia”. En su gesto
reformista intentará construir una nueva formulación que tendrá incluso ciertos atisbos
revolucionarios en el sentido de mostrar una novedad. Novedad que debiera incluso
replantear y re-construir nuevas formas de sociabilidad.
Pero estas nuevas formas de sociabilidad, o se podría decir incluso nuevas formas de
gobernabilidad están planteadas desde el mundo disciplinar de la psicología y sus
disciplinas afines como eje del cambio social.
Gesto ilustrado que intentará dar cuenta de la crisis de la modernidad para elevar al
socioconstruccionismo como la nueva ciencia de la crisis de la re-presentación del
“mundo objetivo”.
Ante todo intentará situarse en la cima de las discusiones actuales en cuanto al déficit de
la ciencia factual, de la psicología individual en base a los aportes de la psicología
crítica, de la sociología crítica, y de todos los que imprequen a la ciencia en cuanto
artefacto dominador basados en ideologías del poder unilateral.
Gergen intentará estar en el reverso, en lo alterno en tanto marginalidad emancipadora.
Intentará situar su campo teórico revelador de sus verdades en los intersticios
disciplinarios que emergen de la homogeneidad cultural de la ciencia fáctica.
Kenneth Gergen planteará que todo el conocimiento se ha erigido desde las ideas de un
individuo libre, basado en las determinaciones de su razón y la confianza en las
instituciones de educación, de religiosidad, del derecho, de la economía y de la familia.
Ya esta tradición hegemónica occidental debe ser cuestionada a la luz de las
transformaciones socioculturales.
Lo que estaría sucediendo son cambios en los núcleos de integibilidad entendidos estos
como cuerpos de proposiciones inter-relacionadas compartidas por los que participan en
los diferentes enclaves científicos. Estos sistemas son homólogos a las matemáticas.
Tienen la características de ser auto-corroboradores. Pero también poseen sus propios
elementos para pasar a su defunción, esto es que existen proposiciones afirmativas que
establecen el núcleo de integibilidad y éstas mismas afirmaciones tienen su correlato
negativo. Una compresión de existencia supone la afirmación de su no ser o ausencia.
En este aspecto, Gergen hará una recusación de estas tradiciones en apariencia binarias.
El mismo basará su recusación colocandse en uno de los puntos dicotómicos respecto a
las tradiciones anteriores para establecer el lugar del construccionismo social.
A Gergen le importarán las transformaciones teóricas de la ciencia para poder situar ahí
las transformaciones de la psicología moderna.
Gergen dirá que es una contradicción el que la teoría haga reconocible un hecho
anómalo desde sus propias premisas ya que éstas no podrían reconocerlo.
De este modo “la mente” entra al campo de la psicología científica como un constructo
teórico y metodológico (Thorndike, Bandura). El gran salto es la introducción de un
elemento no observable en una disciplina que intenta establecerse científica al igual que
la biología o la física.
Así, la teoría del aprendizaje humano intentó ser una réplica de la teoría de la ciencia,
esto es una sincronía entre la metateoría y la metodología, entre la ciencia y la
psicología.
Fase crítica
Las críticas del racionalismo hacia el empirismo, según Gergen, estarán basadas en
prácticas rituales de argumentación y contra-argumentación basadas en dos niveles: la
crítica ideológica y la crítica social. Así, las resoluciones a las críticas quedan en el
vacío y no pueden salir de sus propias lógicas argumentales, ante esto esta agonía
teórica del racionalismo y el empirismo formarán el polo rechazado de una nueva
dualidad: el racionalismo y el empirismo están basados en la individualidad, en tanto el
construccionismo social postulará que el conocimiento es resultante de las relaciones
comunitarias.
La incapacidad de los filósofos empíricos para montar una alternativa convincente a las
críticas, los psicólogos se trasladaron rápidamente a un período de transformación
teórica. Así la conciencia y la intencionalidad como elementos de la “mente” tomaron
consistencia bajo la tradición mas bien racionalista.
Así, cuando Chomsky (y Piaget) critican que el desarrollo del lenguaje ocurre bajo
modificaciones medioambientales, se estaría basando en una ontología positiva. El
racionalismo entenderán que la emergencia del lenguaje está determinada por la
estructura gramatical inherente a la mente humana.
Ante esto Gergen se pregunta si con esto ¿no se volverá al conductismo más radical?
Gergen argüirá que el fortalecimiento de esta revolución está dado por el aporte de
elementos teóricos nuevos y sus verificadores. Su comprobación empírica está radicado
en la metáfora del ordenador.
Las ciencias transmiten el descubrimiento de sus verdades a través del lenguaje por lo
que se ha de suponer que la supervivencia de los humanos depende del funcionamiento
del lenguaje.
Los nuevos movimientos teóricos como los pos-empiristas, los pos-estructuralistas o los
pos-modernos ya no buscan una base lógica racional para una relación precisa de la
palabra y el mundo, lo que supone una crítica en la suposición de que el lenguaje puede
transmitir, retener, reflejar, representar o almacenar el conocimiento objetivo.
2.2 Críticas
La ciencia evita el debate moral ya que ella “muestra las cosas como son y no como
debiera ser”.
Pero a partir de la escuela de Francfort, se tratará de criticar la idea de asepsia
ideológica de la ciencia, ella constituye al establecimiento del stablishment del
capitalismo e incluso ayuda en el desarrollo de tecnologías de dominación.
Según Gergen, este era el sentido freudiano al tratar de encontrar el contenido latente en
el contenido manifiesto de la palabra hablada.
Pero Derrida criticará esta estructura dual del lenguaje estructuralista, dirá “¿Porqué
hemos de suponer que el discurso es una expresión externa de un ser interno?”.
La búsqueda de las significaciones de las palabras lleva a un sin fin creciente de otros
términos, de este modo las disciplinas no existirían más allá de los textos plasmados en
el ejercicio escritural.
Así, desde esta línea de pensamiento el debate entre los racionalistas y los empiristas
sería un debate literario. Gergen en este campo se pregunta entonces por la verdad; la
verdad tendría una estructura de metáfora y metonimia literaria que se desplaza
constantemente por lo que la relación del significante con el significado nunca queda
fijada en la cadena.
Según Gergen, los orígenes de las teorías son sociales. Los grupos se organizan
alrededor de determinadas teorías, por consiguiente los desacuerdos teóricos son
conflictos entre grupos. Lo que se considera conocimiento es algo cultural e
históricamente contingente.
Para esto véanse las críticas de Feyerabend (“Contra el método”), Kuhn (“La estructura
de las revoluciones científicas”) y Berger y Luckmann (“La construcción social de la
realidad”).
La crítica social va por un camino opuesto al del lenguaje; las concepciones de verdad
son un proceso social.
Entonces, ante este panorama, Gergen se reflexiona: ¿Existe un punto de vista unificado
de tal modo de combinar las fuerzas críticas?
En cuanto a la crítica retórico-literaria Gergen dará cuanta que este pensamiento ubica
como fuente de análisis a la mera textualidad sin tomar noticia de la relación entre
lenguaje (incluyendo todas las formas de texto) y el proceso social, concebidos en
términos de relaciones de poder.
Foucault dirá “que la mente es la superficie de inscripción para el poder, cuyo
instrumento es la semiología”.
“Los términos con los que damos cuenta del mundo y de nosotros mismos no están
dictados por los objetos estipulados de este tipo exposiciones”.
“Los términos y las formas por medio de los que se consigue la comprensión del mundo
y de nosotros mismos son artefactos sociales, productos de intercambios situados
históricamente y culturalmente y que se dan entre las personas”.
“El grado en el que un dar cuenta del mundo o del yo se sostiene a través del tiempo y
no depende de la validez objetiva de la exposición sino de las vicisitudes del proceso
social”.
“La significación del lenguaje en los asuntos humanos se deriva del modo cómo
funciona dentro de las pautas de relación”.
“Estimar las formas existentes del discurso consiste en evaluar las pautas de vida
cultural, tal evaluación se hace eco de otros enclaves culturales”.
Para Gergen, ante determinados hechos, los individuos son culpabilizados y por
extensión se culpabiliza también a alguna institución como por ejemplo a la familia, a la
escuela, etc. Esta práctica de distribución de culpabilidades debiera ser reemplazada
prácticas de reorganización de tal modo de replantearse y establecer diálogos para que
emerja una realidad compartida y elaborar nuevas pautas de acción. Será necesario
entonces hacer una mirada histórica a los problemas.
Gergen no dejará de expresar sus esperanzas en que “en la medida en que el dialogo
sigue y las construcciones continúen abiertas, los significados locales tal vez se
ramifiquen y quizás las personas lleguen a compartir o asimilar los modos de vida de los
demás. En este resultado descansa tal vez la mayor esperanza de lograr el bienestar
humano”.
En consecuencia, serán los relatos los medios por los cuales el ser humano se hace
inteligible hacia él mismo y hacia los otros. Del mismo modo, las narraciones hacen que
los hechos sociales, por un lado sean visibles y por otro establecen particularmente
expectativas para los acontecimientos futuros. En este plano, Gergen será enfático en
determinar que el relato no va a pertenecer a un sujeto particular sino que será
producido en el seno del intercambio social.
5.1 La autonarración
Gergen situará la autonarración no como una función individual interna sino como una
forma social de dar cuenta de sí mismo o en su extremo es en definitiva un discurso
público o social.
5.2 La narración
Esto es que un relato debe ser dirigido hacia un punto que marque el hecho a relatar.
En la narración se deben seleccionar los hechos que den cuenta del punto final.
Estabilidad de la identidad.
Vinculaciones causales.
Gergen dirá que según los estándares contemporáneos las narraciones ideales son
aquellas en que se proporcionan una explicación del resultado.
Signos de demarcación.
Se refiere a las distinciones entre el mundo que es relatado y el mundo donde se efectúa
el proceso del relato.
Las construcciones narrativas de amplio uso cultural (las antes mencionadas) forman un
conjunto de inteligibilidades confeccionadas que ofrecen una gama de recursos
discursivos para la construcción social del yo. Pero las combinaciones son al infinitum
en donde no existe una sola estructura narrativa que determinaría una sola identidad
sino que inducen a determinadas acciones y a desalentar otras en un momento
determinado.
Así, Gergen sustituirá la autocognición privada por un proceso social que genera
integibilidades mutuas, y a su vez no son productos de acontecimientos de vida en sí
mismas sino que se derivan ampliamente de convenciones narrativas disponibles.
Esta visión descorre al yo como una unidad. Existiría una multiplicidad de yoes en tanto
distintas relaciones, esto es, las personas pueden autonarrarse de muchas maneras
dependiendo del contexto relacional.
Las narraciones están inmersas en procesos de intercambio efectivo, estos sirven para
unir el pasado con el presente y significar las trayectorias futuras. Este último ámbito se
torna relevante ya que dispone el escenario para la evaluación moral.
Por ejemplo, sustentar que se es una persona honesta (narración de estabilidad) implica
un futuro de avance continuado. Por otro lado, sostener que se que pierden las
capacidades por envejecimiento (narración regresiva) genera la expectativa de que será
menos vigoroso en el futuro.
Las prácticas futuras estarán sujetas a la apreciación social por la narraciones predichas.
Si una acción entra en conflicto con una narración, pone en duda su validez y puede que
aquellas acciones sean censuradas socialmente. Por lo que la autonarración una vez
utilizada establece las bases para el ser moral dentro de la comunidad. Así, la
realización de la autonarración garantiza el futuro relacional.
Gergen indicará, “dado que la identidad de uno puede mantenerse sólo durante el
espacio del tiempo que los otros interpretan su propio papel de apoyo, y dado que uno a
su vez es requerido para interpretar papeles de apoyo en las construcciones de los otros,
el momento en el que cualquier participante escoge faltar a su palabra, de hecho
amenaza a todo el abanico de construcciones interdependientes”.
Por ejemplo. Una amante puede decirle a su compañero que ya no le interesa como
antes aplastando potencialmente su narración de estabilidad; sin embargo, éste puede
contestarle que hacía mucho tiempo que se aburría con ella y que se siente contento de
ser relevado de su papel de amante.
En estos casos, dirá Gergen, cuando dos partes en relación retiran sus papeles de apoyo,
el resultado es una degeneración general de las identidades. Las identidades en este
sentido, nunca son individuales, cada una está suspendida en una gama de relaciones
precariamente situada.
5.5 El yo
Así mismo, acusa Gergen, la ideología del individualismo también genera sentidos de
independencia o aislamiento fundamental. Para el individuo, las personas son entidades
limitadas que llevan vidas independientes, desde esta visión la comunidad y la familia
estarían amenazadas por la visión individualista la cual estaría en contra de la vida
pública y cívica. De esta forma de relación se va pasando a una vida privatizada y
defensiva
Existe un gran vocabulario que caracteriza a los yoes individuales pero muy pocos
desarrollados respecto a la relacionalidad.
Se tratará de documentar las realidades que se dan por sentadas de modo que sean
integradas en las pautas de vida social. Se tratará de caracterizar en cómo la gente así
misma se narra y el mundo con el que tratan con el propósito de que sus acciones sean
inteligibles y justificables.
En lugar de aceptar los problemas sociales tal como vienen dados y precipitarse a las
soluciones, estos deben situarse en la perspectiva en que “los problemas sociales” no
pueden abordarse como naturales. Se debe indagar más bien en los modos en que
definirse como problemas. Por ejemplo, en el caso del alcoholismo preguntar para quién
y en qué medida el alcoholismo es un problema.
Así, para Gergen, queda claro que las preguntas que guían las investigaciones están
formuladas en el ámbito de los procesos de construcción social y no en los procesos
psicológicos internos.
En definitiva, para Gergen dirá que “el objetivo del construccionismo no es eliminar
todas las formas de investigación que se muestren incoherentes con sus propias
suposiciones. Si la primera función del lenguaje científico es la pragmática, y no la de
transportar la verdad, entonces hemos de ensalzar las metateorías, las teorías y los
métodos tradicionales, en todo aquello que aportan a los recursos de la cultura y hemos
de criticarlas con propiedad cuando sus consecuencias parezcan lesivas.
Es distinto pensar a un criminal como un individuo que decidió hacer el mal a pensar
que es producto de una contingencia cultural y la sanción está determinada por el
devenir histórico.
En cuanto a la expresión teórica; las nuevas exploraciones deben ser diversas y superar
el gesto ilustrado del libro.
Existen otras tradiciones intelectuales con las que socioconstruccionismo dialoga y que
mantiene una importante relación intertextual. Una de ellas que porta especial
relevancia es el constructivismo.
7.3 El realismo
Este punto será abordado más adelante pero en un sentido más general, Gergen
describirá que a causa de la separación de la iglesia del estado, ésta pierde su hegemonía
en cuanto a los dictámenes de la moral. Así, se tuvo esperanzas en que la
fundamentación de la moral tuviera raíces científicas. Pero el rechazo del
socioconstruccionismo a la hegemonía del saber invita a la deliberación moral que, a
juicio Gergen, no debiera el construccionismo defender de modo necesario un conjunto
de suposiciones morales sobre otro.
Gergen afrontará esta pregunta respondiendo que una teoría generativa, está diseñada
para socavar el compromiso con los sistemas predominantes de la construcción teórica
de tal modo de para generar nuevas opciones. La teorización generativa empieza con
críticas a las explicaciones existentes.