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Editorial

E
l homenaje exagerado es una mala cos- acceder a recibir correos electrónicos que bien no todo es conflicto y que el acto de decir “esto que no cabe reducir a Hulsman a una suerte de
tumbre que suele llevar al fanatismo de pueden nunca ser contestados. Por el contrario, es conflicto”, es un acto de poder, determinado hombre naïve, que no entiende que sus pro-
la falacia de autoridad, al encadenamien- la sorpresa se fundó en la forma que adquirió la por relaciones de poder sobre las que, quizás, el puestas tal vez estén bien para Holanda, pero
to infinito de ideas reproducidas (muchas veces respuesta: Louk tenía en su billetera una plan- abolicionismo deba decir algo. También lo cues- que en los países del margen con sus sistemas
mal reproducidas) y a una cultura de glosadores cha con pequeños y prolijos stickers en los que tionamos acerca de su idea de “transformación de increíblemente violentos se vuelven absoluta-
irreflexivos que nada tienen para decir cuando aparecía su dirección de correo electrónico, la di- situaciones conflictivas en situaciones positivas” y, mente ridículas. Por nuestra parte, admitimos
no encuentran el precedente adecuado. En este rección de su casa y su número telefónico. Louk en especial como funcionaría ese mecanismo en que se pueda discutir si es la violencia penal el
sentido, quisiéramos apartarnos del tradicional no sólo accedía a ser entrevistado por nosotros, situaciones de graves y masivas violaciones a los único gran problema en el ejercicio de la vio-
homenaje y del lugar común de todos los recono- sino que generaba toda una industria al servicio derechos humanos como, por ejemplo, el caso ar- lencia estatal, o si pueden existir mecanismos
cimientos con plena convicción de que la necrofi- de este tipo de contactos. Una mirada atenta, en gentino de la última dictadura. no violentos de organización social; sin embar-
lia que nos rodea y en la que estamos inmersos, realidad develaría que esto era sumamente razo- Louk nos contestó inmediatamente que las go, no podemos dejar de admirar a quien con
nos impone serios límites al momento de hablar nable; aquel hombre de sandalias y saco arrugado preguntas lo entusiasmaban, que estuvo pensan- la convicción de que el sistema penal es uno de
de los muertos. por sus viajes en avión era, fundamentalmente, un do bastante en ellas y que cuando concluyera con los grandes problemas, dedica su vida militante
Louk Hulsman no era nuestro amigo. Ninguno militante. Según decía, el abolicionismo antes que una serie de viajes, entre ellos la visita a su her- a abolirlo.
de quienes hacemos Derecho y Barbarie lo co- corriente teórica, era movimiento político, que, en mano que vive en Francia, según explicó en una Otra singularidad, quizás más casual, ubica a
nocía, tan sólo habíamos leído algunos de sus tra- consecuencia, debía ser sostenido por militantes conversación telefónica, nos enviaría las respues- Louk en un lugar destacado. Su primera aproxi-
bajos, asistido a sus conferencias y recordábamos políticos, sujetos dispuestos a intervenir en la rea- tas correspondientes. Luego, algo avergonzado, mación a lo que luego sería su concepción del
con exactitud el clásico ejemplo de los amigos y el lidad con el propósito, no de describirla y explicar- nos pidió disculpas por haber escrito las respues- Estado y del sistema penal, se produjo en un
televisor con el que solía graficar los mecanismos la, sino de modificarla radicalmente. tas durante algún viaje, en un desprolijo papelito campo de concentración bajo el régimen nazi.
alternativos de resolución de conflictos. Esta cir- Nuestra disciplina, inexistente, hizo que la ela- que perdió. A quienes lo vimos alguna vez, no Esto además de tener el encanto romántico
cunstancia de ajenidad, debería servir para valorar boración de las preguntas demorara más de lo ra- nos cuesta imaginarlo escribiendo en un papeli- de constituirlo en víctima y enemigo del “mal
mucho más este relato. zonable y no fue sino hasta cuatro meses después to, guardándolo en su billetera, quizás junto con radical”, tiene una importante significación en
Durante el mes de mayo de 2008, Hulsman de nuestro primer encuentro que llegamos a inte- la plancha de stickers y, finalmente, extraviándolo su ser de hombre de las ciencias penales. Son
se encontraba en Buenos Aires con motivo de rrogarlo. Queríamos, de algún modo, confrontar para siempre. Poco tiempo después de esa con- relativamente comunes los casos de hombres
un Congreso; sin mediadores o conocidos en co- con su propuesta abolicionista, arrinconarla, en- versación, en la que decidimos que la entrevista se del derecho que a partir de su condición de
mún que nos facilitaran el acceso, lo abordamos frentarla con sus contradicciones, no por que le haría pensando en el tercer número de esta revis- operadores jurídicos relevan los problemas, las
desprevenido explicándole lo inexplicable, que un fuésemos hostiles, sino por que sólo poniéndole ta, Louk Hulsman murió. inconsistencias, la violencia del sistema penal
grupo de estudiantes intentaba sacar una revista obstáculos y permitiendo que los superara se nos Consideramos que la anécdota de esta en- y, en consecuencia, reaccionan en su contra.
de la que existía tan sólo un número, que debería representaría como la propuesta plausible que trevista jamás realizada merecía alguna mención, En cambio, el relato y la perspectiva de quien
haber un segundo número en algún momento consideramos que es. Con este fin, le pregunta- pero creemos que por encima de esto, Louk me- es cosificado por el sistema penal nos es más
y que sería fantástico poder entrevistarlo vía co- mos por el posicionamiento del abolicionismo en rece un reconocimiento especial. Su condición extraño, más desconocido. Los hombres del
rreo electrónico, dado que nuestra imprevisión la definición de determinadas situaciones como de militante abolicionista lo ubicó en un lugar derecho, aún los que mejor enfrentan al puni-
y espíritu horizontal aún no nos habían dado la conflictivas, es decir, si el abolicionismo debería singular, puesto que eso significa enfrentar, con tivismo, suelen ser abogados, jueces, fiscales.
posibilidad de confeccionar entre todos una lista tomar (usando el ejemplo de los amigos) la ro- plena conciencia de las dificultades, a quienes Rara vez son presos. Cabe, entonces, destacar
de preguntas con la que pudiésemos comenzar tura intencional del televisor como una situación sostienen que lo estrictamente necesario debe al Louk-preso, que en el campo ubicó al estado
un diálogo. La respuesta afirmativa no produjo conflictiva dada, o si también, debería intervenir quedar subordinado a los límites de lo supuesta- en un lugar del que nunca lo correría, fundan-
nuestra sorpresa, después de todo, no es difícil en su definición, en su recorte, identificando que mente posible. En este sentido, queremos señalar do así las primeras impresiones de un abolicio-
nista.
Sumari
DERECHO Y BARBARIE
E. Raúl Zaffaroni
El crimen de estado como objeto de la criminología

Marcelo Raffin
Posdictadura y derechos humanos. En torno de las incapacidades
de la praxis jurídica de asumir la fundación de un nuevo orden

Atilio A. Boron
El legado de Gramsci

Rubén Dri
Las muertes de Dios según Hegel

Diego Conno
Política, Comunidad y Vida.
El pensamiento biopolítico de Roberto Esposito.

Alexis Alvarez Nakagawa


Violencia legítima y legítima defensa
(cuatro cuestiones en torno a una intuición benjaminiana)

BARBARIE Y DERECHO
LIBROS
Valeria Tentoni
Notas sobre El Arte, ejercicio de crueldad de Georges Bataille

Mauro Benente
¿Qué es la propiedad? de Pierre Joseph Proudhon

Claudio López
No hay mejor defensa que un buen ataque: comentario
Derecho y Barbarie somos:
a “Defendiendo a la humanidad” de George Fletcher y Jens Ohlin
Lucas Guardia | Juan Cordero Nieto | María Eleonora Feser |Ana Clara Piechestein | Alexis
Álvarez Nakagawa | Mauro Benente | Santiago Ghiglione
Diseño y diagramación:
CINE
Azul De Fazio Lucas Arrimada
Sus ojos en tus ojos. Notas introductorias sobre cine y derecho
Contacto y carta de lectores:
derechoybarbarie@gmail.com
La revista no se reserva los derechos sobre esta publicación.
TESTIMONIOS
Talleres de educación popular en cárceles:
Impreso en abril de 2009 en los talleres gráficos de impresos La Imprenta: Salto 175, reflexiones sobre la necesidad de articular un discurso crítico
Avellaneda, Bs. As., Argentina. con una práctica social alternativa
DERECHO Y BARBARIE

El crimen de estado como objeto


de la criminología1 | E. Raúl Zaffaroni2
7
1. Tanto la atención científica como la comu- trales, el etnocentrismo es insuficiente para expli- Sea cual fuese el paradigma científico en que
nicación social no pueden hacer otra cosa que carla. En un mundo cuya comunicación crece en cada quien se apoye, lo cierto es que sería despre-
concentrarse sobre campos limitados y por ello, forma exponencial, nadie ha dejado de tener noti- ciable un saber criminológico que ignore el crimen
irremisiblemente, pierden de vista o dejan en se- cia de los genocidios del siglo XX6, desde el todavía que más vidas humanas sacrifica, porque esa omi- 1
Este trabajo es la versión castellana de la exposición
gundo plano lo que queda excluido de su foco oficialmente negado de Armenia7 hasta otros en sión importaría indiferencia y aceptación. El cien- presentada en “The Stockholm Criminology Symposium”.
de atención. En el caso de la comunicación social, curso en el momento actual. tífico no puede alejarse de la ética más elemental Estocolmo, junio de 2006.
esto genera la llamada indiferencia moral: todos de los Derechos Humanos. Lo dedicamos a la querida memoria del ilustre amigo y
Descartada la explicación monocausal por vía
penalista chileno, Prof. Dr. Eduardo Novoa Monreal.
saben de la existencia de hechos atroces, pero se del etnocentrismo, por no resultar admisible en Pero existe otra razón a la que en este mo- *
omite cualquier acto al respecto, no existe desin- un momento globalizado en cuanto a la comuni- mento le urge una respuesta: menos aún se pue- Este texto fue reproducido también en: Da Rocha, Joaquín
P., La balanza de la justicia., Bs As, Ad-Hoc, 2007, pags., 241 a
formación sino negación del hecho. cación, no es difícil comprobar que así como exis- de eludir el tema en tiempos de terrorismo. Más 254 y en Bercholc, Jorge; dir. [et al], El Estado y la emergencia
Respecto de esta última, se ha escrito lo si- te un mundo de significados y valores en el que allá de que no existe un concepto aceptado de te- permanente., Bs As, Lajouane, 2007, 225 a 240 (N. del Ed.).
guiente: Los hechos del 11 de setiembre de nos sentimos seguros y que se pone en duda con rrorismo y de que se abusa de la expresión, lo que **
Este trabajo, junto a otro titulado “La dismisura del male.
2001 son quizá uno de los más fuertes ejem- la noticia del crimen de estado aberrante, también objetivamente puede verificarse es que vivimos Il diritto di fronte ai crimini di massa” publicado en el
plos de indiferencia moral. Ese día el mundo toda comunidad científica entra en pánico cuando una época en la que la vulgarización de las técni- libro homenaje al Prof. Jorge de Figueiredo Dias (Coimbra,

6 occidental se afligió colectivamente por la


pérdida de 3.045 personas en los ataques al
World Trade Center de New York y al Pentágo-
se enfrenta a preguntas que hacen temblar sus
límites epistemológicos, dando lugar a una sensa-
ción de disolución del saber que le incumbe y del
cas de destrucción facilita la comisión de crímenes
masivos e indiscriminados contra la vida y la inte-
gridad de las personas, que provocan justificada
2008), fueron especialmente tenidos en cuenta por el jurado
independiente que, desde el Centro de Criminología Jerry Lee
de la Universidad de Pennsylvania en Philadelphia, otorgó el 4
de febrero de este año, el “Premio Estocolmo de Criminología
no en Washington. No obstante, no hay duda que se siente muy segura y protegida dentro de alarma y consiguiente reclamo de prevención.
2009” al Prof. Raúl Zaffaroni, (N. del Ed.)
de que pocas de esas lágrimas fueron vertidas las murallas de su horizonte de proyección con- No obstante, desde las medidas racionales de 2
sagrado. Director del Departamento de Derecho Penal y Criminología,
por las víctimas de la “economía global”, que prevención –que nadie discutiría seriamente- es Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad de
murieron ese mismo día: 24.000 personas que Es comprensible el vértigo del científico social fácil el desplazamiento hacia la quiebra de la regla Buenos Aires.
murieron de hambre; 6.020 niños que murie- ante un campo que, al menos en apariencia, se del estado de derecho y, a su vez, de ésta al cri- 3
Simon Pemberton, A theory of moral indifference:
ron de diarrea o 2.700 niños que murieron de le vuelve inconmensurable. En definitiva, quizá men de estado. Understanding the production of harm by capitalist
sarampión3. sea éste el mayor obstáculo que halla el avance Dependiendo del contexto conflictivo y de society, en “Beyond Criminolgy. Taking harm seriously”,
No se trata, de manera alguna, de minimizar del conocimiento en cualquier campo del saber. editado por Paddy Hillyard, Christina Pantazis, Steve Tombs
otras circunstancias, estamos asistiendo a despla-
Toda revolución científica significa una alteración and Dave Gordon, Londres, 2004, p. 67.
un crimen aberrante comparándolo con otro, sino zamientos hacia el crimen de estado que no
de destacar la banalización de la destrucción coti- del horizonte de comprensión y, por ende, un necesariamente alcanzan esa meta, pero que van
4
Stanley Cohen, Human Rights and crimes of the State:
nuevo paradigma, en el que no están seguros los the culture of denial, en “Australian and New Zealand Journal
diana de miles de vidas humanas ante el silencio acercándose peligrosamente a ella. of Criminology”, 1993, p. 97; reproducido en “Criminological
indiferente del mundo, como si fuese el inevitable cultores que siempre se manejaron con el anterior
Ningún crimen de estado se comete sin ensa- Perspectives. Essential Readings”, editado por MacLaughlin,
resultado de un curso natural o, más aún, como si paradigma. Muncie, Hughes, Londres, 2005, p. 542.
yar un discurso justificante, y el riesgo en tiempos
no sucediese (negación). de terrorismo es que la prevención de crímenes 5
S. Cohen, States of Denial.Knowing about Atrocities and
Pero, como vimos, la indiferencia moral res- 2. Por cierto, el análisis del crimen de de destrucción masiva e indiscriminada, si bien, Suffering, Polity Press, Oxford, 2001.
ponde a un fenómeno que es común tanto al estado evoca el reclamo de planteamientos fuera de toda duda, es imprescindible, pase rápi- 6
Una visión de conjunto en Yves Ternon, L’État criminel. Les
conocimiento público (medios masivos) como al macrosociológicos, donde el terreno científico se damente a ser la nueva justificación putativa del Génocides au XXe. Siecle, París, Seuil, 1995.
científico. Por ende, también afecta a la ciencia y, torna resbaladizo. Intuitivamente parece reclamar crimen de estado. Con ello los protagonistas de 7
En detalle, Vahakn N. Dadrian, The History of the Armenian
por supuesto, ésta incluye a la criminología. la reinstalación del debate de la criminología estos crímenes de destrucción masiva e indiscri- Genocide. Ethnic Conflict from the Balkans to Anatolia to
Hace años que Stanley Cohen llama la atención crítica8, según el paradigma que desplaza el centro minada habrían obtenido el resultado que se pro- the Caucasus, Berghahn Books, Oxford, 1995.
acerca de este lamentable fenómeno en el campo de atención de la disciplina desde el delincuente pusieron. 8
Sobre ello, en su momento: Ian Taylor, Paul Walton and
criminológico con respecto a los crímenes de es- hacia el sistema penal9. Jock Young, The New Criminology. For a Social Theory of
tado4. Este autor profundizó luego muy inteligen- Deviance, London, 1973.
No obstante, creemos que esta discusión, 3. Para ocuparse del crimen de estado la cri- 9
temente la investigación de la indiferencia moral pese a ser de importancia capital, oscurece el ver- No pretendemos tampoco negar su vigencia, demostrada con
de la opinión pública5, pero no se interna en las minología no requiere enredarse desde el inicio en sus últimos aportes y su propia autocrítica: Kerry Carrington
dadero problema del crimen de estado, que es el una cuestión epistemológica. Como en todo tema and Russell Hogg (Ed.), Critical Criminology. Issues, debates,
causas de la indiferencia moral de los científicos, gran desafío para la criminología del siglo XXI10. La relativamente nuevo –no en la realidad pero sí en Challenges, Willan Publishing, Devon, 2002.
es decir, de la criminología misma. criminología no puede eludir el tema, dada la for- la investigación científica-, debe comenzarse inge- 10
Puede verse el nuevo planteamiento de Wayne Morrison,
Si bien los hechos que caen bajo la indiferencia, midable gravedad de los hechos y la victimización nuamente y, para ello, nada mejor que comenzar Criminology, Civilization and the New World Order, oxford,
por lo general tienen lugar fuera de los países cen- masiva. por los elementos que provienen de la crimino- 2006.

DERECHOYBARBARIE EL CRIMEN DE ESTADO COMO OBJETO DE LA CRIMINOLOGÍA


DERECHO Y BARBARIE
te que se haya soslayado la relectura en clave de
crimen de estado12 del breve y denso escrito de
Sykes y Matza, enunciado originariamente en clave
de delincuencia juvenil13. En definitiva, no pasa de
ser un punto de partida bastante clásico: se trata
de analizar el comportamiento de los protago- de tiempo, lugar, personas y demás circunstancias minalidad realmente organizada por excelencia. La
nistas de los delitos, de sus autores, instigadores, sociales, con lo cual puede afirmarse que el siste- pretensión de atribuirlo a una supuesta psicopa-
cómplices y encubridores y, por cierto, también ma normativo de una sociedad se caracteriza por tía es demasiado absurda, pues ni siquiera los más
de la opinión pública, y preguntarse cómo fun- su flexibilidad, pues no se trata de un cuerpo de firmes defensores de este discutido concepto psi-
ciona para este análisis la teoría de las técnicas de normas vinculantes en cualquier circunstancia. quiátrico admiten tan alta frecuencia social19.
neutralización y en qué consisten cuando están
referidas a este género de crímenes.
Como corolario de todo lo anterior sostuvieron
que muchas formas de delincuencia se basan
esencialmente en una extensión no reconoci-
La idea ingenua y simplista del crimen de es-
tado como producto psicopático no pasa de ser
un vano intento de calmar la propia alarma ante
9
4. La teoría de las técnicas de neutralización da de las defensas para los crímenes, en la for- la revelación de que alguien análogo a uno mis-
se enunció en el campo de la delincuencia juvenil ma de justificaciones a la desviación percibidas mo puede cometer semejantes atrocidades. La
como una reacción frente a la posición de Albert como válidas por el delincuente, pero no por tesis de que el criminal de estado es diferente y
K. Cohen, quien pretendía ver en ella una simple el sistema legal o la sociedad más amplia16. enfermo, es una reacción común frente a ésta y
inversión de los valores dominantes en las clases Podría pensarse que lo que ellos llamaron téc- a otras formas de criminalidad grave y aberran-
medias14, con lo cual asignaba muy poca creativi- nicas de neutralización no serían más que las te, explicable psicológicamente, pero inadmisible
dad valorativa a los estratos sociales más desfavo- viejas racionalizaciones trabajadas por los psicó- como válida en la ciencia social.
recidos de la sociedad. logos como mecanismos de huída17, pero las ra- La particularidad de los criminales de estado
Esta teoría debe considerarse un ulterior desa- cionalizaciones se construyen después del hecho, de todos los tiempos respecto de su vinculación
rrollo de la teoría de Sutherland, en el sentido de en tanto que estos mecanismos de ampliación con los valores dominantes es que fueron siem-
que la conducta criminal es resultado de un pro- de la impunidad operan ex ante sobre la motiva- pre mucho más allá que los infractores juveniles
ceso de aprendizaje15. ción, con la ventaja de no romper frontalmente de Sykes y Matza, pues sostuvieron que su misión,
con los valores dominantes, sino que los neutrali- lejos de negar estos valores, era la de reforzarlos y
Partía de la observación de que los infractores
zan sin mayores costos para la propia imagen del reafirmarlos. Con demasiada frecuencia estos cri-
respondían a las demandas de la sociedad amplia
infractor. La circunstancia de que los mismos ar- minales pretenden estar predestinados a superar
y no pretendían introducir un nuevo sistema nor-
gumentos que se erigen en técnica de neutraliza- las crisis de valores que denuncian, a reafirmar
mativo ni eran parte de una subcultura con un

8 logía clásica de mediados del siglo XX. Por otra


parte, parecen ser los que en principio ofrecen
sistema completo de valores. Reconocían también
límites valorativos que se traducían en selecti-
vidad victimizante (no robar en el propio barrio,
ción (motivacionales) puedan usarse en ocasiones
como racionalizaciones a posteriori no quita valor
a la anterior distinción.
los valores nacionales, a defender la moral pú-
blica y la familia, a sanear las costumbres, etc. El
criminal de estado casi siempre se presenta como
un moralista y como un verdadero líder moral.
mayor utilidad y, paradójicamente, a partir de ellos no hacerlo a la iglesia de la misma religión, etc.) y
se plantean los mayores problemas epistemológi- afirmaba que no es verdad que los infractores ju- 5. Si bien en el caso de los criminales de estado
cos en la materia. veniles no experimentan sentimientos de culpa o las técnicas de neutralización ofrecen particulari-
Cabe observar, como regla más general, que de vergüenza en algún momento y tampoco que dades, no es menos cierto que éstas no quiebran
las cuestiones epistemológicas que se encuentren considerasen inmorales a quienes se someten a el esquema general trazado por los autores de 11
al final del camino son útiles para el avance del co- las reglas y valores dominantes. medio siglo atrás. En este sentido corresponde ampliar los intentos de Stanley
Cohen, 1993, cit.
nocimiento, en tanto que las que se plantean al Señalaron que ignorar los vínculos de los infrac- Con mayor razón que en el caso de la delin- 12
comienzo y pretenden que su solución sea un re- tores con el sistema de valores dominante impor- Constituye una excepción a esta regla la contribución cit.
cuencia juvenil es verificable que el crimen de de Stanley Cohen.
quisito previo a toda investigación, suelen ser un taba reducir al joven delincuente a un gangster estado es producto de un aprendizaje y de un 13
obstáculo. duro en miniatura, es decir, acabar haciendo una Gresham M. Sykes and David Matza, Techniques of
entrenamiento, incluso profesional y en ocasiones
caricatura y no una descripción. neutralization: a theory of delinquency, en “American
Para eludir los obstáculos y llegar a los proble- de larga práctica política, científica o técnica. Sociological Review”, 1957, 22, p. 664-670; reproducido en
mas, o sea, para no poner los bueyes detrás del Sykes y Matza afirmaron en su momento que Así como el joven delincuente manifiesta su McLaughlin/Muncie/Hugues, op. cit,., p. 231-238.
carro, proponemos comenzar por insistir en algo el problema más fascinante es por qué los seres indignación porque su falta de habilidad lo llevó a 14
Albert K. Cohen, Delinquent Boys. The Culture of the
bastante obvio: el crimen de estado siempre pre- humanos violan las leyes en las que ellos mis- ser aprehendido y juzgado, sintiéndose una vícti- Gang, Free Press, New York, 1971.
tende estar justificado. mos creen. ma de su propia inhabilidad en comparación con 15
Edwin H. Sutherland – Donald R. Cressey, Criminology,
Ante esta verificación empírica y con el material Explicaron este fenómeno mediante la consta- otros que hacen cosas peores, el criminal de es- Lippincott, New York, 1978, p. 80 y ss.
teórico disponible, no puede menos que apelarse tación de que raras veces las normas sociales que tado se considera un mártir sacrificado por su in- 16
Lo que estos autores llamaron unrecognized extension
a quienes han llamado la atención acerca de las sirven como guía a la acción asumen la forma de genuidad y buena fe política o por el oportunismo of defenses es lo que en la técnica del derecho continental
justificaciones de los infractores en el campo cri- un imperativo categórico, no condicionado y váli- o la falta de escrúpulos de quienes le quitaron del europeo se llamaría extensión no reconocida de causas de
minológico11 y, por ende, emprender una atenta do para cualquier circunstancia: ni siquiera la pro- poder18. justificación, de inculpabilidad o de excusas absolutorias.
relectura de la teoría de las técnicas de neutra- hibición de matar tiene este alcance, pues cede En alguna medida –muy limitada por cierto-
17
V. J. Laplanche – J-B. Pontalis, Vocabulaire de la
lización de Sykes y Matza en clave de crímenes en la guerra. Psychanalyse, París, 1968, voz rationalization.
sus agentes admiten excesos o consecuencias
de estado. Por otra parte, esa relectura resulta Por ende, las normas que guían la conducta no deseadas, aunque las consideran inevitables. 18
Los jerarcas nazistas sostenían que se los juzgaba sólo porque
aconsejable a partir de otro dato de fácil verifica- tienen una aplicación condicionada por razones Presentar al criminal de estado como un suje- habían perdido y los autores de los crímenes colonialistas de
ción: los actores de los crímenes de estado no en- Argelia imputaban su fracaso a la traición del Gral. Charles de
to que niega todos los valores dominantes y no Gaulle.
frentan los valores corrientes en sus sociedades, siente ninguna culpa ni vergüenza, lleva a la inve- 19
sino que pretenden reforzarlos. Cfr. Wolfgang Kallwass, Der Psychopat, Kriminologische
rosímil y tranquilizadora imagen del psicópata. El
und strafrechtliche Probleme (mit einer vergleichenden
Aunque corrieron mares de tinta en el último crimen de estado es un delito altamente organi- Untersuchung des Entwufs 1962 und des Alternativ-
medio siglo de la criminología, es sorprenden- zado y jerarquizado, quizá la manifestación de cri- Entwurfs), Berlin, 1969.

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DERECHO Y BARBARIE
Los criminales de estado ni siquiera suelen re-
chazar frontalmente los principios que imponen
límites racionales al ejercicio del poder del estado,
sino que más bien lamentan que no puedan ser
respetados en las circunstancias en que ellos ope-
ran desde el poder y en ocasiones pretenden ser simple y basta con leer sus discursos y alocuciones causto por parte del nazismo, o sea, directamente (c) La negación de la víctima es la técnica de
los restauradores de las circunstancias que per- públicas. afirmar que los hechos no ocurrieron o no fueron neutralización más usual en los crímenes de esta-
mitirán volver a respetarlos o bien de otras que como se los describe. do. Las víctimas eran terroristas, traidores a la na-
Además, ésta neutralización por ampliación de
los realicen más plenamente. Ni siquiera en este ción, fueron los verdaderos agresores, el crimen
los permisos y disculpas, que en el caso de los in- No es esta la negación de la responsabilidad
aspecto puede decirse que rechacen los valores de estado no fue tal sino la legítima defensa ne-
fractores juveniles tiene bajos costos para la pro- como técnica de neutralización, pues ella es la de-
dominantes. Aunque destruyen las repúblicas
suelen hacerlo en nombre de su fortalecimiento
o restauración.
pia imagen, en el caso de los criminales de estado
obliga a mucho más que a salvarla o no dañarla.
fensa primaria de cualquier delincuente y, en este
sentido no ofrece particularidades, salvo en cuan-
to a la magnitud de los hechos y a la grosería de
cesaria, etc. No deja de ser frecuente que el hos-
tigamiento hacia un grupo produzca una reacción
agresiva que sea la base de la ulterior negación de
11
En efecto, la magnitud del crimen de estado
La selectividad victimizante –que responde la negación. la víctima. Hace muchos años que se puso de ma-
no permite que éste se cometa sólo salvando de
a la aceptación de pautas dominantes- se mani- nifiesto que muchas de las conductas agresivas de
mayores daños la propia imagen, sino que requie- La negación del hecho es una simple táctica
fiesta más claramente en los criminales de estado, los miembros de un grupo estigmatizado son re-
re mucho más: demanda que ésta se exalte, defensiva, pero el actor sabe que los hechos exis-
pues nunca su ataque se dirige contra los de su sultado de los comportamientos estigmatizantes
llevando a los criminales a considerarse tieron. Se trata de una táctica que coexiste muchas
propio grupo, salvo cuando los conside- del otro grupo, especialmente si es mayoritario y
héroes o mártires. La integridad psí- veces con la verdadera técnica de neutralización,
ran traidores o se plantean pugnas discriminador22.
quica del criminal de estado re- porque no es incompatible con ella, dado que la
de poder hegemónico o purgas La justificación de la tortura, basada en la im-
quiere semejante exaltación. negación del hecho se dirige a quienes lo juzgan,
como las nazistas o stalinistas posibilidad de contener las agresiones de las vícti-
Esto hace que el crimi- en tanto que la negación de la responsabilidad se
de los años treinta. mas, es una clásica técnica de neutralización por
nal de estado, mediante la dirige a la propia conciencia del autor.
La selectividad victi- vía de la negación de la víctima.
técnica de neutralización, La verdadera técnica de neutralización por ne-
mizante del criminal de Además, las víctimas del crimen de estado
sufra un proceso de ex- gación de la responsabilidad tiene lugar cuando
estado es mayor o me- siempre son mostradas por sus victimarios como
trañamiento o aliena- los criminales de estado afirman que sus hechos
nor según la naturaleza inferiores, sea biológica, cultural o moralmente,
ción que por lo general no fueron intencionales, sino simplemente inevi-
del conflicto en que se según la naturaleza del conflicto en que se come-
es irreversible, pues la tables.
produce el hecho. Si se te el crimen.
propia exaltación im- Se apela a esta técnica cuando se afirma que
trata de un contexto
pide reconocer a pos- en toda guerra hay muertos, que en todas se hace (d) La condenación de los condenadores es
de guerra colonial o de
10 violencia interétnica, es
obvio que la selectividad
recaerá exclusivamente
teriori la naturaleza
aberrante de sus críme-
nes. Es muy difícil el arre-
sufrir a inocentes, que son inevitables los errores,
que los excesos no pueden controlarse, etc.
una técnica de neutralización bastante frecuente
en los crímenes de estado, especialmente cuando
se dirigen contra pacifistas, disidentes o adversa-
La negación de la responsabilidad apelando a
pentimiento sincero de rios políticos. Ex post suelen emplearse en (α los
contra los colonizados y descargarla en otros y mostrándose como puro
tales aberraciones sin caer llamados procesos de ruptura, en que el crimi-
nunca contra los del propio producto del medio o de las circunstancias es mu-
prácticamente en un desmo- nal desautoriza moralmente a sus juzgadores, y
grupo colonizador, salvo cuan- cho más rara en el crimen de estado.
ronamiento de toda la estructu- (β también cuando reconoce la competencia de
do éstos denuncien o persigan A diferencia del infractor juvenil, que puede
ra de la personalidad. éstos –no rompe con el tribunal- pero desautoriza
sus crímenes (traidores); fue el caso atribuir su conducta a condicionamientos de fami-
Por lo general, si consideramos como moralmente a quienes lo redujeron a la condición
de la fijación de la OAS contra Jean-Paul Sar- lia, del barrio, de la pobreza, etc., el criminal de es-
criminales de estado a los responsables que lideran de procesado.
tre. En lugar, si el conflicto es interno, los grupos tado que pertenece a la cúpula del poder rara vez
se definen políticamente. El círculo victimizado esos crímenes y no a los simples subordinados, lo En el primer caso el procesado se niega a de-
puede explotar este desplazamiento de responsa-
está mucho más demarcado en los crímenes de cierto es que si no exaltasen su personalidad has- clarar ante el tribunal y si lo hace es usando el pro-
bilidad, aunque puede hacerlo el personal subal-
estado que en los que tomaron en cuenta los au- ta considerarse héroes o mártires por efecto de ceso como tribuna política. En el segundo caso
terno, como fue el caso de los médicos nazistas
tores de la teoría. la técnica de neutralización y, por ende, pudiesen se somete al tribunal, pero en su discurso acusa a
que cooperaron en la eliminación de enfermos
reconocer la magnitud de su injusto, sufrirían un quienes traicionaron su confianza o la de la nación,
La hipótesis sostenida por Sykes y Matza, en el psiquiátricos20 o del personal militar de la frontera
verdadero derrumbe de su personalidad. El cos- a quienes son hipócritas porque todos hicieron lo
sentido de que los infractores no rechazan ma- de República Democrática Alemana21, alegando el
to dañoso para su personalidad sería total. Esta es mismo, o porque los impulsaron y los aplaudieron
sivamente los valores dominantes, sino que am- condicionamiento de su formación en regímenes
una característica diferencial muy importante res- en su momento, o les rindieron pleitesía, etc.
plían ilegalmente las causas de justificación y de autoritarios. De cualquier modo, es frecuente la
pecto de los infractores descriptos por los autores
inculpabilidad o las excusas absolutorias, resulta negación de la responsabilidad atribuyéndola a las
de la teoría.
más claramente verificable, porque las técnicas de circunstancias extraordinarias en que deben ac-
neutralización son más evidentes en los crímenes tuar y que fueron provocadas por otros.
de estado que en los comunes. Si alguien puso 6. Sykes y Matza distinguieron cinco tipos ma- (b) La negación de la lesión en sí misma es
en duda en su momento la tesis de estos autores yores de técnicas de neutralización como amplia- directamente inviable en los crímenes de estado,
respecto de la delincuencia juvenil de los rebel- ciones no reconocidas legalmente de causas de dada la magnitud masiva del daño. La única forma
des sin causa norteamericanos de mediados del impunidad (justificación, inculpabilidad o no pu- de apelar a esta neutralización es admitiendo la le-
20
V. Alice Ricciardi von Platen, Il nazismo e l’eutanasia dei
siglo pasado, no cabe ninguna duda respecto de malati di mente, Firenze, 1993.
nibilidad) : (a) negación de la responsabilidad; (b) sión, minimizándola en lo posible y esgrimiendo
los criminales de estado, pues la verificación es negación de la lesión; (c) negación de la víctima; (d) una pretendida legítima defensa con la intención
21
V. Giuliano Vassalli, Formula di Radbruch e diritto
condenación de los condenadores; (e) apelación a penale. Note sulla punizione dei “delitti di Stato” nella
de negar la condenación moral del crimen.
Germania postnazista e nella Germania postcomunista,
lealtades más altas. Siempre esta técnica de neutralización se com- Milano, 2001; Rodolfo Luis Vigo, La injusticia extrema no es
(a) En principio, en el crimen de estado suele bina con la precedente y con la siguiente: se redu- derecho (De Radbruch a Alexy), Buenos Aires, 2004.
negarse el hecho mismo, como en los casos de la ce la responsabilidad, se niega a la víctima y con 22
Cfr. por ejemplo, Gunnar Myrdal, Value in social theory,
negación turca del Genocidio Armenio o del Holo- ello también se reduce o niega la lesión. A selection of essays on methology, London, 1958.

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DERECHO Y BARBARIE
ción que no hace el propio criminal, sino que suele
configurar una ideología criminal, en el sentido
de un sistema de ideas bastante elaborado.
Pocas dudas caben acerca de que el libro
en que por vez primera se expuso un sistema
integrado de criminología etiológica, derecho
penal y procesal penal y criminalística como
un todo orgánico, fue una enorme técnica de
neutralización usada profusamente en la Europa
medieval y moderna para sacrificar a muchas miles
de mujeres y reafirmar el patriarcado24. Menor
elaboración teórica tuvieron las neutralizaciones
que legitimaban la esclavitud25, pero igualmente
13
no eran producto de los importadores de esclavos
ni de sus propietarios.
Promediando el siglo pasado, una terrible téc-
nica de neutralización cundió entre los estamentos
militares a partir de una elaboración francesa de los
mandos durante las guerras de Indochina y Argelia,
que llegó directamente a América y que también
fue expandida por la administración norteameri-
cana, conocida como doctrina de la seguridad
nacional. Esa técnica de neutralización operó efi-
cazmente en las dictaduras latinoamericanas que
cometieron los peores genocidios del siglo.
Cabe preguntar si los escritos de Rosenberg en
tiempos del nazismo o de Charles Maurras en los
del proceso Dreyfus26 pueden ser considerados de
modo diferente desde esta perspectiva. En algún

12 sentido, escritos muy determinantes de politólo-


gos como Carl Schmitt27 asumen el mismo carác-
ter. Pocas dudas pueden caber hoy, releyendo la
Criminología de Garofalo28, de que éste no pasa de
ser un manual sintético de técnicas de neutraliza-
ción para crímenes de estado, de que la construc-
ción del concepto de vidas sin valor vital de Karl
Binding29 fue un elemento de neutralización en
el exterminio de enfermos terminales y mentales
del nazismo, de que la afirmación del catedráti-
co de Milán en el sentido de que la esterilización
y las teorías racistas del derecho nazista eran las
creaciones más revolucionarias del derecho penal 23
Arthur de Gobineau, Essai sur l’inegalité des races
de todos los tiempos30 era la glorificación de los humanines, París, 1967; Houston Stewart Chamberlain, Die
mayores crímenes de estado de su tiempo o de Grundlagen des neunzehnten Jahrhunderts, München,
que la elaboración del concepto de extraños a la 1938; Alfred Rosenberg, Der Mythus des 20. Jahrhunderts,
(e) La apelación a lealtades más altas es la 7. Sykes y Matza verificaron estas técnicas de comunidad31 del catedrático de Munich era una München, 1943.
neutralización por excelencia en los crímenes de neutralización en los infractores juveniles, pero técnica de neutralización de las masacres de los 24
Jakob Sprenger –Heinrich Krämer, El martillo de las
estado. La invocación de pretendidos deberes de son más fácilmente verificables, con las particula- campos de concentración. brujas, Valladolid, 2004.
conciencia o lealtades a ídolos o mitos es la carac- ridades anotadas, en los criminales de estado. 25
Todo esto demuestra que las técnicas de neu- V. David Brion Davis, O problema da escravidao na
terística más común de las técnicas de neutraliza- Pero la criminalidad de estado presenta una cultura occidental, Rio de Janeiro, 2001.
tralización de los crímenes de estado tienen mu-
ción en estos crímenes. característica diferencial que la criminología no 26
cho más nivel de elaboración que las empíricas y James McCearney, Maurras et son temps, París, 1977.
No hay crimen de estado en que no opere una puede pasar por alto: en tanto que los infractores contradictorias de los infractores juveniles que es- 27
Su defensa de esta imputación puede verse en: Carl
técnica de neutralización de carácter mítico, aun- juveniles elaboran sus técnicas de neutralización tudiaban Sykes y Matza a mediados del siglo. Schmitt, Risposte a Norimberga a cura di Helmut
que no se invoquen falsamente religiones. Todos recibiendo elementos en forma predominante Quaritsch, Laterza, 2006.
No son improvisadas ni elaboradas por los pro-
los valores superiores que se invocan son míticos; por tradición oral o creándolos en el in-group, 28
pios protagonistas, sino por teóricos especializa- R. Garofalo, Criminologia, 2ª ed. italiana, Torino, 1891
(α) algunos lo son por sí mismos (la raza superior o la la neutralización de valores en la criminalidad de
dos en el trabajo de fabricación de esas técnicas, 29
K. Binding – A. Hoche, Die Freigabe der Vernichtung
utopía futura), (β) otros son perversiones aberran- estado es mucho más sofisticada, alcanzando ni-
con frecuencia dotados de un arsenal académico lebensunwerten Lebens, Leipzig, 1920.
tes de valores positivos (nación, cultura, democra- veles de teorización importantes.
importante y en ocasiones impresionante. 30
Filippo Grispigni – Edmondo Mezger, La riforma penale
cia, republicanismo, religión, derechos humanos, Aunque nunca son racionales desde un punto
etc.). A la categoría de perversiones de valores po- Mientras Sykes y Matza publicaban su trabajo nacionalsocialista, Milano, Dott. A. Giuffré, 1942.
de vista filosófico y muchas veces su irracionalidad
sitivos pertenece la técnica de neutralización más sobre la base de observaciones a infractores ju- 31
Francisco Muñoz Conde, Edmund Mezger y el Derecho
es manifiesta, como en el caso de la raza aria su-
común en el último tiempo: la seguridad. veniles en tiempos de los rebeldes sin causa, los penal de su tiempo. Estudios sobre el Derecho Penal del
perior23, en cualquier caso se trata de una elabora- Nacionalsocialismo, 4ª ed., Valencia, 2003.
mandos militares franceses enviaban comisiones a

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DERECHO Y BARBARIE
América que llevaban a neutralizar en los oficiales
superiores de las fuerzas armadas todos sus va-
lores positivos32, en forma que los convertiría en
pocos años en reales genocidas.
No puede desdeñarse esta característica y mu-
cho menos el problema que ella genera en la cri- es un claro aporte a la neutralización de los valo-
minología. res de quienes lo hacen o al reforzamiento de la
neutralización intuitiva con pretendidos recursos
científicos.
El comportamiento de estos refinadores de
técnicas de neutralización no puede ser indife-
rente a la criminología. Desde un punto de vista
jurídico-penal es posible que no puedan ser con-
15
siderados instigadores y, además, en muchos ca-
sos no podrían serlo en modo alguno porque con
frecuencia operan sin dolo, pero esto no es obstá-
culo a la necesidad de investigarlos criminológica-
mente, desde que son claramente determinantes
de conductas de criminalidad masiva.
Por ende, la criminología debe abarcar en su
horizonte de proyección discursos ideológicos (fi-
losóficos, jurídicos, políticos, tácticos, etc.).
Esta es sin duda la tarea que atormenta a quie-
nes se asoman al tema, porque con ello parece
perderse el límite epistemológico de la criminolo-
8. Lo señalado plantea dos cuestiones: (a) En gía y se teme su disolución en el terreno pantano-
principio, pone de manifiesto que al encarar el so de las ideologías.
crimen de estado la criminología no puede ser
Sin duda que el siglo XX nos deja un instrumen-
ideológicamente neutral ni mucho menos. (b) En
to que no puede ser omitido en cuanto a su vital

14
segundo término, hace objeto de estudio de la
carácter orientador en la cuestión valorativa, que
criminología a las ideologías y al comportamiento
de los ideólogos.
son los documentos internacionales de Derechos 10. En síntesis:
Humanos. No obstante, creemos que ni siquiera
En cuanto a la pretendida neutralidad, ésta (a) El horizonte de proyección de la crimino-
es menester llegar a eso en todos los casos, pues
se hace añicos con la verificación de que muchas logía debe abarcar el estudio de los discursos
basta con orientarse hacia la prevención de los crí-
elaboraciones teóricas y académicas, abundantes políticos, filosóficos, antropológicos, etc., desde
menes de estado.
discursos políticos y jurídicos (y también crimino- la perspectiva de su eventual contribución a las
En este sentido, el planteo es mucho más sim- técnicas de neutralización de valores para los cri-
lógicos) pasan a ser técnicas de neutralización y,
ple de lo que parece a primera vista: si lo que se minales de estado.
por ende, un objeto de estudio frente al que la
pretende es contribuir a evitar estos crímenes,
criminología no puede proclamar neutralidad al- (b) También –y en especial- debe ocuparse del
es obvio que la criminología debe ocuparse de
guna. comportamiento de los penalistas y de sus discur-
los discursos que los fomentan mediante el
Si a ningún criminólogo se le ocurriría declarar- sos, tanto por lo que legitiman como por lo que
refinamiento de técnicas de neutralización y,
se neutral frente a la elaboración de un infractor omiten frente a los crímenes de estado.
por ende, debe ser objeto de estudio de la cri-
juvenil que argumenta apelando a la negación de minología el comportamiento de los teoriza- (c) En este sentido puede afirmarse que la cri-
la víctima porque es un negro, tampoco hay razón dores que fabrican esos discursos y de quienes minología mantiene su distancia del derecho pe-
alguna para hacerlo frente a la elaboración de un los difunden por los medios masivos. nal, pero lejos de que éste le marque sus límites
académico que sostenga lo mismo. Tan negación epistemológicos como lo pretendía el neokantis-
No obstante, no puede negarse que abre un
de la víctima de carácter racista, homofóbica, sexis- mo, se trata de que ésta vigile con suma atención
panorama de investigación completamente nue-
ta, etc., puede ser la del infractor juvenil como la los que aquél pretende marcarle.
vo y muy amplio, pero constituye el desafío de la
del académico. El mayor nivel de elaboración no le (d) Lo anterior no exime a la criminología del
criminología ante la amenaza de que una nece-
resta ningún carácter esencial a la última, sino que, análisis de la función neutralizadora de valores que
sidad preventiva se convierta nuevamente en el
por el contrario, le agrega mucha mayor eficacia. cumple la comunicación social en los crímenes de
pretexto para una técnica de neutralización que
Un homicida juvenil que niega a su víctima en lleve a nuevos crímenes de estado. estado y de la que pueden cumplir las propias
razón de que pertenece a una raza inferior, sólo teorías criminológicas. .
Además, no sólo los discursos políticos se vuel-
se distingue de un académico que sostiene la in-
ven objeto de la criminología por esta vía, sino que
ferioridad de esa raza en sus trabajos en que este
el derecho penal y la criminología misma pueden
último no mata personalmente, pero su discurso
adquirir ese carácter. La conducta de los penalis-
tas y criminólogos y sus elaboraciones deben ser
objeto del propio estudio criminológico, en la me-
dida en que sean susceptibles de convertirse –o
32
Cfr. Marie-Monique Robin, Escuadrones de la muerte. La directamente constituyan- técnicas de neutraliza-
escuela francesa, Buenos Aires, 2005. ción para criminales de estado-.

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DERECHO Y BARBARIE
A renglón seguido, Nino retoma la conceptua-
lización de las violaciones masivas de derechos hu-
manos bajo la categoría de mal para desarrollarla
en una línea teórica que se reclama heredera de
las contribuciones de Arendt y Kant con la noción

Posdictadura y derechos humanos


de “mal radical”. Nino es sumamente escueto en la
presentación de esta ascendencia teórica. Arendt
elaboró la categoría de mal radical o absoluto para
pensar las acciones que habían conformado la

En torno de las incapacidades de la praxis jurídica de asumir política de persecución y exterminio del régimen

la fundación de un nuevo orden


nazi y que desembocaron en la shoá. En Los orí-
genes del totalitarismo (1948-51), obra en la que
analiza los monstruos de la política moderna (anti-
17
semitismo, imperialismo, totalitarismo), la filósofa
| Marcelo Raffin* sostiene que el mal radical se produce cuando se
consigue tornar a las personas superfluas, quitar-
Notre héritage n’est précédé d’aucun testament** La aporía del mal radical les su espontaneidad, tornarlas totalmente previ-
René Char sibles. Ello tiene lugar bajo regímenes totalitarios
y la banalidad del mal
Introducción pero también, advierte Arendt a cotidiano en los
Una pregunta específica en el caso argenti- regímenes democráticos, en la medida en que
Uno de los interrogantes claves que se plan- “con el aumento de la población y del desarraigo,
no, aunque en modo alguno limitada a él, fue la
tean a la hora de organizar una transición hacia un constantemente se tornan superfluas masas de
de saber qué hacer con lo que el discurso polí-
régimen democrático (lo que implica siempre una personas si seguimos pensando nuestro mundo
tico-jurídico denomina “violaciones a derechos
contraposición con un régimen anterior de signo en términos utilitarios. […] Las soluciones tota-
humanos”, práctica que el régimen dictatorial de
contrario sea éste una dictadura de carácter civil, litarias pueden muy bien sobrevivir a la caída de
1976-1983 había transformado en uno de los ejes
militar o de ambos, un estado de conflicto armado los regímenes totalitarios bajo la forma de fuertes
de su política represiva. Es la pregunta que Car-
o cualquier forma de organización “autocrática”), tentaciones, que surgirán allí donde parezca im-
los Nino, uno de los hacedores de la transición, se
es el que concierne a los términos de dicho pro- posible aliviar la miseria política, social o económi-
ceso, es decir, a las rupturas y continuidades que planteó muy concretamente y expuso en su obra
Juicio al mal absoluto. Los fundamentos y la his- ca en una forma valiosa para el hombre.”4 Arendt
puedan establecerse con el régimen anterior. Se complementa su noción de mal radical con las de
toria del juicio a las juntas del Proceso (1996).2 * Profesor e investigador de la Universidad de Buenos

16
trata de una pregunta que apunta a decidir cuál mal banal y banalidad del mal, por las que entien- Aires, en grado y posgrado, en las Facultades de Ciencias
será el grado de cambio que se pretende introdu- Nino abre su libro con las siguientes preguntas,
de la incapacidad de juicio reflexivo, es decir, la Sociales, Derecho, Filosofía y Letras y en el Ciclo Básico
cir con las nuevas formas políticas respecto de las respuestas y declaraciones de principios: “¿Cómo
posibilidad de ver un igual al momento de prever Común. Se formó en filosofía, derecho, sociología y
anteriores o, dicho a la inversa, hasta qué punto enfrentar el mal? ¿Cómo responder a violaciones traducción en las Universidades de Buenos Aires y
masivas de derechos humanos? ¿Cómo hacerlo las consecuencias de la acción que se va a realizar,
el nuevo régimen político puede y/o quiere pre- de París, donde se doctoró en filosofía. También es
cuando son cometidas desde el Estado o por quie- así como la incapacidad de percibir el carácter ex- diplomático de carrera del Ministerio de Relaciones
tender la fundación de un orden completamente traordinariamente malo de las acciones que son Exteriores de la Argentina. El autor desea agradecer a
nuevo o una recuperación de las formas previas. nes cuentan con el consentimiento y la tolerancia
tales. El mal entonces deviene algo inscripto en el la Revista Derecho y Barbarie la invitación a participar de
La respuesta que distintas experiencias socio-his- de sus gobiernos? Frente a semejantes atrocida- este número.
des, quienes tomen el poder (un nuevo gobierno orden de las cosas, deja de tener profundidad, se
tóricas han dado a esta pregunta respondió a un banaliza; en una palabra, se vuelve común y co- ** Nuestra herencia no está precedida por ningún
número de variables entre las que gravitan de o fuerzas extranjeras de ocupación) deben deci- testamento.
dir si enjuiciarán o castigarán de alguna forma a rriente y pierde su especificidad.
manera determinante, el grado de legitimidad del 1 Estas preocupaciones, entre otras, signaron la materia
los miembros del gobierno anterior o del ejército La relación entre Kant y Arendt es entonces
régimen anterior y en particular, de los nuevos y La justicia retroactiva en el Cono Sur: transiciones
vencido por la comisión de tales actos. El ejemplo clara: se trata de construir una teoría de la acción democráticas y jurisdicción internacional (Departamento
viejos actores, cuál es el alcance de sus capacidades
más famoso de enjuiciar y castigar lo constituyen, a partir del juicio kantiano intersubjetivo sobre la de Filosofía del Derecho de la Facultad de Derecho de
y hasta qué punto han arraigado prácticas y “tradi-
por supuesto, los juicios de Nüremberg luego de base de sus desarrollos de la ley moral y el impe- la UBA, a mi cargo, durante los años 2000 a 2004) y los
ciones” autoritarias (valores, creencias, prejuicios, libros La experiencia del horror. Subjetividad y derechos
la Segunda Guerra Mundial. Suele ocurrir que los rativo categórico.
odios, amores, etc.) en desmedro de democráti- humanos en las dictaduras y posdictaduras de Cono Sur y
cas frente al nuevo régimen que se pretende ins- gobiernos democráticos apenas instalados deben Nino propone entonces aplicar la construcción El tratamiento del pasado. Las respuestas de la transición
talar y construir, con sus actores, sus capacidades decidir, además, si utilizarán las nuevas normas arendtiana a las violaciones a derechos humanos posdictatorial a las violaciones de derechos humanos de la
penales democráticamente sancionadas en contra cometidas por las dictaduras del Cono Sur. El in- dictadura 1976-1983. Estas experiencias posibilitaron un
y sus prácticas y “tradiciones”.
fructífero espacio de discusión, reflexión y aprendizaje
de los miembros del régimen autoritario anterior tento, creo, es válido a condición de señalar que
El caso de la Argentina posdictatorial no ha es- compartidos acerca de estas y otras cuestiones.
por las violaciones masivas de derechos humanos no es el único que podemos ensayar y subrayando
capado a esta lógica. La pregunta sobre los térmi- 2 Recuérdese que Nino escribe este libro en inglés con el
que han cometido. Esta decisión se vuelve espe- su límite: la aporía a la que nos enfrenta, puesto
nos de la transición estuvo en las mentes de todos título Radical Evil on Trial como parte de su trabajo en la
cialmente complicada en tiempos de transiciones que el problema del mal, en estos términos, es Universidad de Yale, desde donde abre un enriquecedor
aquellos que imaginaron el cambio de régimen y
democráticas como las ocurridas en los años 70 un problema sin solución definitiva, irremedia- debate con otros académicos de los Estados Unidos que
naturalmente también de aquellos que tuvieron
en Europa del Sur, en los 80 en Latinoamérica y ble, pero por esto mismo, con la potencialidad se ocupan de estos mismos problemas, en particular con
que implementarlo.1 Diane Orentlicher. El libro fue publicado póstumamente
en los 90 en Europa Oriental. Más allá de cómo de forzarnos a una toma de posición. El malestar
por la Universidad de Yale en 1996 y al año siguiente en
los nuevos gobiernos tratan de hecho las violacio- provocado por la aporía se explica porque su na- castellano, con traducción de Martín Böhmer, uno de
nes de derechos humanos cometidas antes de su turaleza reside en un enfrentamiento de absolu- sus discípulos.
advenimiento al poder creo, y argumentaré en lo tos, dos esquemas morales que se oponen por ser 3 NINO, Carlos S., Juicio al mal absoluto. Los fundamentos
que sigue, que alguna forma de justicia retroacti- inconmensurables. Sin embargo, la aporía de los y la historia del juicio a las juntas de Proceso, Buenos
va por violaciones masivas de derechos humanos absolutos sin solución encierra la virtualidad de su Aires: Emecé, 1997, p. 7.
brinda un sustento más sólido a los valores de- contrario: la búsqueda de respuestas, nunca defi- 4 ARENDT, Hannah, The Origins of Totalitarianism, San
mocráticos.”3 nitivas, que permitan afirmar los valores que han Diego-New Cork-London, Harvest Book-Harcourt Inc.,
sido eliminados. p. 459.

DERECHOYBARBARIE POSDICTADURA Y DERECHOS HUMANOS


DERECHO Y BARBARIE

El ejercicio del poder constituyente


y la fundación de un nuevo orden
Hannah Arendt se ocupó muy especialmente
de la cuestión de la fundación de un nuevo orden
en Sobre la revolución (1963). Arendt sostiene
que las revoluciones son los únicos acontecimien-
tos políticos que nos confrontan directa e inevita-
19
blemente con el problema del comienzo, y sobre
todo, de un nuevo comienzo de un orden socio-
político. De ahí que las revoluciones nos confron-
ten con el problema del fundamento de todo
orden político, es decir, con el problema de la le-
gitimidad del orden, que remitirá, antes que nada,
a la necesidad de legitimar su fundación. Se trata,
en términos filosóficos, del problema del absolu-
to, el de la producción de un nuevo origen y un
nuevo comienzo. Arendt analiza, en particular, las
dos experiencias revolucionarias fundantes de la
Los problemas de la justicia retroactiva de los derechos humanos y de un régimen demo-
modernidad política: la estadounidense (1776) y la
crático, cuestiones que el así denominado “Pro-
Ahora bien, uno de los aspectos centrales de ceso de Reorganización Nacional”6 había no sólo francesa (1789) y señala que la revolución estado-
las preguntas y respuestas que giran en torno de desconocido sino negado por completo y ello por unidense legitimó el ejercicio del poder constitu-
las transiciones posdictatoriales refiere a la “justi- definición, puesto que se trataba de un gobierno yente en su propio acto de fundación, es decir,
cia retroactiva”, expresión que apunta a designar de facto que había sido emplazado luego de un no sacó más legitimidad que de sí misma (de ahí
la situación particular en que se decide proceder su modernidad por oposición a un fundamento

18
golpe de Estado a un gobierno constitucional y
a una práctica de justicia institucional con herra- por práctica específica, puesto que se trata de un trascendente sea el “Dios de la naturaleza” o las
mientas que provienen de regímenes de signo régimen que hace de las violaciones a los derechos verdades evidentes por sí mismas). La revolución
diferente y de marcos institucionales diferentes.5 humanos el eje de su política represiva signada por estadounidense instituyó una autoridad median- 5
Adviértase que toda práctica de justicia institucional es
Se trata de una pregunta que ha signado ciertas el terror ejercido desde el Estado. Lo que muchas te el acto de fundación. De ahí que, para Arendt, siempre “retroactiva”, es decir, posterior a la acción que da
prácticas político-jurídicas del siglo 20 y que cons- sea “inútil la búsqueda de un absoluto con que lugar al ejercicio de la jurisdicción.
voces vienen repitiendo en el ámbito jurídico des-
tituye, por definición, una aporía y la fundación de las experiencias fundacionales de Nüremberg y romper el círculo vicioso en el que queda atrapa- 6
Cabe hacer notar la carga semántica de la denominación
de un nuevo orden político. Son estas dos carac- Tokio, es una pretendida “continuidad” de normas do inevitablemente todo comienzo debido a que que se atribuye el gobierno de facto como “Proceso de
terísticas centrales del problema, las que la praxis “este absoluto” reside en el propio acto del co- Reorganización Nacional” respecto de su proyecto socio-
y principios respecto de un vacío fáctico. ¿Cómo político: se trata, pretendiendo inscribirse en la línea de lo
jurídica descarta o no quiere o no puede asumir al puede haber continuidad cuando hay ruptura? mienzo mismo”8. que había hecho el patriciado nacional poco más de cien años
momento de poner en funcionamiento sus meca- ¿Cómo se puede pretender la continuidad cuando Arendt refuerza esta concepción de la fun- antes aunque guardando diferencias con él (“Proceso de
nismos y figuras. Son estas las características que se trata justamente de regímenes de signo opues- dación de un nuevo orden (novus ordo sae- Organización Nacional”), de reorganizar la “nación argentina”
han sido dejadas de lado, más particularmente, al (el orden nacional, los valores occidentales y cristianos, la
to, uno autoritario y el otro democrático, que se clorum), con sus ideas sobre la acción humana,
momento en que fueron planteadas algunas de esencia de la argentinidad) que había sido “desorganizada”
definen por una negación excluyente?7 llave de acceso a la política, y el nacimiento. En y corrompida por elementos foráneos y contrarios a ella,
las dudas, críticas y objeciones a la experiencia del La condición humana (1958), en el capítulo de- como era la ideología de los así denominados “subversivos”
Teniendo en cuenta las diversas experiencias de
juicio a las juntas militares en la Argentina o cada dicado a la acción, Arendt sostiene que la facul- que pretendían pues, a sus ojos, “subvertir” un mentado
“justicia retroactiva”, a la pregunta acerca de si se
vez que se rehabilita el debate acerca de qué ha- tad de la acción implica siempre el comienzo de orden histórico y natural de la sociedad argentina.
violan los principios de legalidad e irretroactividad
cer con las violaciones cometidas por el régimen algo nuevo y en este acto, la interrupción del ciclo 7
Uno de los aspectos fundamentales de esta relación a nivel
de la ley penal y la garantía de juez natural, debe-
dictatorial en distintas instancias. remos convenir en que ello es así, pero no olvide- natural, biológico y automático que lleva inexora- jurídico en la Argentina, lo constituye la así denominada
blemente del nacimiento a la muerte, “como una “doctrina de facto”, elaborada nada más ni nada menos
Resulta claro que la así denominada “justicia ex mos que se trata de una aporía, en la medida en que por la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN)
post facto” ha acarreado problemas a los princi- que no cabe posibilidad fáctica de establecer las advertencia siempre actual de que los hombres, en particular desde los años 1930 y repetida a lo largo
pios fundamentales del derecho penal moderno, relaciones de causalidad que nos imponen dichos pese a que deben morir, no nacieron para morir de las décadas siguientes aunque con modificaciones a
empezando por la vulneración del principio de le- principios (empezando por las normas jurídicas y sino para comenzar”9. Aquí Arendt compara a la partir de la última transición posdictatorial, por la que se
galidad y de su corolario de irretroactividad de la los mecanismos institucionales hasta alcanzar el acción, al contrastarla con el movimiento cíclico convalida la continuidad institucional entre regímenes de
natural de la vida de los seres vivientes, con un facto y democráticos. En este sentido, ver, por ejemplo,
ley penal y siguiendo por la de la garantía del juez marco del régimen político). Pero lo que es más las Acordadas de la CSJN del 10 de septiembre de 1930 y
natural, a lo largo del siglo 20 y en la Argentina. grave aún, es que el derecho no logre hacer suya milagro. La facultad de la acción está ontológica- del 7 de junio de 1943. A mayor abundamiento, cf. BIDART
Pero, ¿en qué contexto plantea el derecho estas la realidad de la fundación de un nuevo orden mente enraizada en la natalidad, es decir, en el CAMPOS, Germán, La doctrina de facto, cap. XLV del tomo
vulneraciones? ¿En qué términos sustenta la línea político, que avasalla con fuerza arrolladora cual- nacimiento de nuevos hombres y en el nuevo co- II del Tratado de Derecho Constitucional Argentino,
de continuidad de un régimen para pretender su quier argumento en contrario. La fundación de un mienzo y, sobre todo, en las posibilidades de sus Buenos Aires; Ediar, 1986 y sus tímidas críticas a la doctrina.
validez? Si se sostiene la plena vigencia de estos nuevo orden político no es más ni menos que el acciones futuras. 8
ARENDT, Hannah, On Revolution, London & New York:
principios hay que recordar que ellos se despren- ejercicio del poder constituyente de toda acción En este sentido, conviene aclarar que el poder Penguin Books, 1990, p. 204.
den de un contexto muy particular como es el del revolucionaria que fija, según su propia Weltans- constituyente es la definición misma de lo políti- 9
ARENDT, Hannah, The Human Condition, Chicago and
Estado de derecho que implica la plena vigencia chauung –visión del mundo-, sus principios. co, toda la vitalidad e ilimitación que la institución London: The University of Chicago Press, p. 246.

DERECHOYBARBARIE POSDICTADURA Y DERECHOS HUMANOS


DERECHO Y BARBARIE

Epílogo
Las desconexiones e incongruencias de la
praxis jurídica que se acaban de examinar, la dejan
completamente inválida, ciega y sorda, caminando
a tumbos por un mundo que, en muchas oportu-
nidades, desnuda con toda evidencia lo espúreo,
interesado y parcial de sus discusiones.
21
Revisar algunas de las cuestiones fundamen-
tales que marcan la construcción de un orden de-
mocrático, es decir, el pasaje desde un régimen
político (autoritario) a otro (democrático), esto es,
de una transición a la democracia, constituye tam-
bién un acto y un ejercicio de memoria. Ella tam-
bién es fundamental a la hora de la construcción
democrática y del ejercicio de la política. Puesto
que sin memoria es imposible cualquier proyec-
ción e institución de una subjetividad plena. ¿Por
qué es importante la memoria? Para ser. Sin me-
moria y sin historia, no podemos ser. Pero estas
cuestiones ameritan otros debates específicos. .

20

de la praxis política implica10, y que la categoría no o al principio de soberanía. El poder constituyen-


Bibliografía sugerida:
se restringe al limitado sentido que le asignan la te, como la democracia, resiste, por definición, la
ciencia jurídica y el constitucionalismo. Antonio constitucionalización. Por lo tanto, ante esta para- ARENDT, Hannah, Los orígenes del totalitarismo, Bar- MINOW, Martha, Between Vengeance and Forgive-
Negri se abocó muy particularmente al análisis de doja, lo mejor es aceptar la crisis y de esta manera celona: Planeta-De Agostini, 1994; La condición hu- ness. Facing History after Genocide and Mass Vio-
mana, Barcelona-Buenos- México : Paidós, 1983; lence, Boston: Beacon Press, 1998.
los alcances y límites del concepto (en una obra captar mejor la naturaleza del concepto como au-
sencia, como vacío, como deseo, una antiutopía, Sobre la revolución, Madrid: Alianza Editorial, 1968. NEGRI, Antonio, El poder constituyente. Ensayo so-
que lleva ese nombre, The Constituent Power,
BARCESAT, Eduardo, Aportes para una teoría de la bre las alternativas de la modernidad, Madrid: Liber-
1994) y como él mismo explica “en la radicalidad es decir, “una desbordante actividad constitutiva, tarias/Prodhufi, 1994.
transición de la excepcionalidad institucional al Es-
de su fundamento y en la extensión de sus efec- entendida como la utopía, pero sin ilusión, llena
tado de Derecho (Ensayo formulado a propósito de NINO, Carlos, Juicio al mal absoluto. Los fundamen-
tos, entre democracia y soberanía, entre política y por el contrario de materialidad”12. la ruptura de la ideología de la “seguridad nacional”), tos y la historia del juicio a las juntas del Proceso,
Estado, entre potencia y poder”11. Negri sostiene Nada hay que impida entonces un nuevo régi- en Derecho al derecho. Democracia y liberación, Buenos Aires: Emecé, 1997.
que el poder constituyente es la contracara de la men, sino el empuje y las capacidades de las fuer- Buenos Aires: Fin de siglo ediciones, 1993. RAFFIN, Marcelo, La experiencia del horror. Sub-
democracia y, como tal, constituye un concepto zas revolucionarias, pero, llegados a este punto, GARRETÓN, Manuel, Los derechos humanos en los jetividad y derechos humanos en las dictaduras y
en crisis en tanto categoría jurídica en la medida procesos de democratización, en JELIN, Elizabeth y posdictaduras de Cono Sur, Buenos Aires: Editores
será necesario plantear cuáles serán las concesio-
HERSHBERG, Eric, (coordinadores), Construir la de- del Puerto, 2006; “El tratamiento del pasado”. Las re-
en que es subordinado a la función representativa nes que el nuevo régimen desea realizar con todos mocracia: derechos humanos, ciudadanía y sociedad spuestas de la transición posdictatorial argentina a
lo actores en juego, con sus “tradiciones” (valores, en América Latina, Caracas: Nueva Sociedad, 1996. las violaciones a derechos humanos de la dictadura
creencias, prejuicios, odios, amores, etc.), con las KRITZ, Neil J., Transitional Justice. How Emerging De- 1976-1983, Buenos Aires: Editores del Puerto, 2007.
10
En este mismo sentido, cf. también, entre otras, propias y con todo aquello que acarrea tras de sí mocracies Reckon with Former Regimes, Washing- RINESI, Eduardo, Política y tragedia. Hamlet, entre
las posiciones de Cornelius Castoriadis (La institución y en sí y en el marco del mundo en el que vive. Lo ton, D.C.: United States Institute of Peace Press, Hobbes y Maquiavelo, Buenos Aires: Colihue, 2003.
imaginaria de la sociedad, 1975) y Claude Lefort (Ensayos 1995.
cual quiere decir que todo nuevo régimen puede SANCINETTI, Marcelo, Derechos humanos en la Ar-
sobre lo político, 1986).
hacer cualquier cosa pero, en tanto y en cuanto MALAMUD GOTI, Jaime, Terror y justicia en la Argen- gentina post-dictatorial, Buenos Aires: Lerner, 1988.
11 tina. Responsabilidad y democracia después de los
NEGRI, Antonio, El poder constituyente. Ensayo sobre quiera ser considerado democrático, no deberá
las alternativas de la modernidad, Madrid: Libertarias/ juicios al terrorismo de Estado, Buenos Aires: Edi-
Prodhufi, 1994, p. 18.
traspasar los límites de aquello que en el espacio ciones de la Flor, 2000.
12
contemporáneo se concibe como un régimen de-
Ibídem, p. 34.
mocrático y un Estado de derecho.

DERECHOYBARBARIE POSDICTADURA Y DERECHOS HUMANOS


DERECHO Y BARBARIE

El legado de Gramsci
| Atilio A. Boron*
23
“¡Hay que lograr que ese cerebro deje de fun- otorgaba a Italia una fisonomía muy especial en el 1892, fundadores, según el historiador británico, inmediato asumiría un trabajo en el Secretariado
cionar!”, exclamó entre la desesperación y la im- concierto de los capitalismos de la época. Si el Pie- del “marxismo occidental.” Es decir, que cuando de la Internacional Comunista que, entre 1921 y
potencia el fiscal del régimen fascista ante la corte monte y la Lombardía, con sus cabeceras en Turín estalla la Revolución Rusa, Gramsci era un joven 1924 lo llevaría a vivir en Moscú y Viena. En 1924
que estaba juzgando al fundador del Partido Co- y Milán, eran un reflejo latino del mundo industrial de veintiséis años que, hastiado del marxismo regresa a Italia y es elegido Secretario General del
munista Italiano. La corte, naturalmente, obedeció que agitaba la vida cotidiana en buena parte del reseco, acartonado, convertido en un inofensivo PCI y al año siguiente diputado del Parlamento
a su mandato y lo condenó a veinte años, cuatro Norte de Europa, la estructura social que se confi- catecismo redactado por el pontífice máximo de Italiano que ya funcionaba bajo las severas restric-
meses y cinco días de prisión y a pagar una con- guraba de Roma hacia el Sur tenía muchísimo más la Segunda Internacional (y de su partido guía, la ciones impuestas por el régimen fascista desde
siderable suma de dinero en concepto de multa. que ver con la periferia capitalista latinoamerica- socialdemocracia alemana), Karl Kautsky, escribe sus primeros años. A fines de 1926 es encarcelado
Allí pasaría los restantes once años de su vida sólo na que con lo que acontecía de Roma al Norte. alborozado al confirmarse la noticia del triunfo de bajo la absurda acusación de “haber querido ins-
para ser liberado pocos días antes de su muerte, Pese a ser un hombre del Sur, a Gramsci, nacido los soviets en Rusia taurar por la vio-
el 27 de Abril de 1937, cuando múltiples enferme- en Cerdeña, le tocó pensar y actuar el marxismo un artículo cuyo tí- lencia la república
dades agravadas por la falta de cuidado médico, allí donde Marx había dicho que debía producir- tulo lo dice todo: “La de los Soviets” en
habían minado irreversiblemente su salud. Su lar- se la revolución socialista: en aquellas naciones en revolución contra Italia, sometido
ga agonía en las mazmorras del fascismo revela donde el capitalismo hubiera alcanzado su mayor ‘El Capital’ ”. ¿A qué a un proceso ju-

22
no sólo la bajeza moral del régimen sino también desarrollo. Gramsci es, por lo tanto, el gran teórico se refería Gramsci dicial viciado de
el talante ético de su víctima. Es bien sabido que marxista de la revolución en Occidente. con este título? A la nulidad absolu-
en múltiples ocasiones Mussolini le hizo saber a Para honrar tan ambicioso programa, nuestro versión de ese libro ta y condenado,
Gramsci -con quien había compartido en los años autor tuvo que ser, al mismo tiempo, uno de los popularizada por el como decíamos
de la Primera Guerra Mundial algunas actividades más lúcidos analistas de las estructuras económi- partido socialdemó- al principio, a una
en el marco del viejo Partido Socialista Italiano co-sociales y políticas de los capitalismos avanza- crata alemán y de la reclusión que ter-
(principalmente en el diario Avanti!)- su decisión dos. Si Lenin, Trotsky y Rosa tenían siempre como cual se “deducía” la minaría con su
de conmutar su pena y dejarlo marchar al exilio, telón de fondo las particularidades del desarrollo imposibilidad abso- vida.
a condición de que el prisionero hiciera llegar su capitalista en Rusia –o en Polonia- y, al mismo luta de una revolu- Si bien la
pedido de clemencia. Gramsci se negó terminan- tiempo, de su atraso con relación a otros países ción socialista en la producción de
temente a semejante humillación, pagando con europeos, Gramsci siempre tuvo como horizonte periferia del capita- Gramsci con an-
su vida la ejemplar coherencia de su conducta. de sus aportaciones los desarrollos experimenta- lismo. Y en caso de terioridad a su
La preocupación del fiscal del régimen era más dos en los puntos más altos de la civilización del que tal monstruosa encarcelamiento
que comprensible, no así su perversa conclusión. capital: referencias a la situación de Francia, Ale- aberración tuviese es importante,
Preocupación comprensible, decimos, porque sin mania e Inglaterra son constantes a lo largo de lugar lo más conve- de lejos, el corpus principal de su obra es el que
duda Gramsci fue una de las más importantes ca- toda su obra así como a los Estados Unidos, algo niente para el avance de la revolución mundial era intermitentemente logra escribir, bajo las peo-
bezas teóricas del marxismo en el siglo veinte, a la que difícilmente encontramos en muchos autores abortar el proceso lo antes posible. Lo que ya era, res condiciones que puedan imaginarse, durante
altura de las más encumbradas, y comparable tan de la tradición marxista. Esta permanente mirada el gobierno de los Soviets, “no podía ser”, porque sus años en las cárceles fascistas. Pero no todo
sólo con Lenin, Trotsky y Rosa Luxemburg y tal vez, hacia los capitalismos más desarrollados era im- el libro, según su erudito intérprete, decía que de- el tiempo, porque como lo expresa en su denso
aunque esto sería motivo de arduas polémicas, con pulsada por algunas preguntas a las que habría de bía ser otra cosa. epistolario, sus privaciones, enfermedades y de-
algunas pocas más. Pero hay una calificación muy dedicarle casi toda su vida: ¿por qué fracasó la re- El joven Gramsci se rebela contra tamaña in- presiones lo obligaban a largos períodos de pasi-
importante: los tres arriba mencionados pertene- volución en Occidente? y ¿cuál podrá ser el futuro sensatez. Había llegado a Torino en 1911, a la edad vidad en donde no hallaba fuerzas ni siquiera para
cían a una zona marginal del capitalismo europeo: del socialismo en Occidente? de veinte años, para estudiar en la Facultad de Le- leer. Pero sus célebres Cuadernos constituyen un
Rusia y Polonia. Gramsci, en cambio, pensaba al No sólo su locación geográfica en el corazón tras de la Universidad de esa ciudad. Allí comien- aporte teórico de fundamental importancia. Es-
marxismo y la revolución desde uno de los países capitalista europeo diferencia a Gramsci de sus za a desplegar una intensa actividad política en critos y reescritos varias veces en unos cuadernos
que, en cierto modo al menos, se localizaba en el predecesores “orientales”. Como lo subraya Perry el marco del Partido Socialista y tiempo después, escolares, con una letra pequeña, casi diminuta,
núcleo esencial del sistema capitalista. Es cierto Anderson en su Consideraciones sobre el mar- una vez producida la Revolución Rusa, en un los Cuadernos contienen sus reflexiones sobre
que, tal como lo demostrara el propio Gramsci, xismo occidental, Gramsci es un teórico de otra grupo político denominado L’Ordine Nuevo (El
en realidad no había una Italia sino al menos dos: generación y pertenece a otra época histórica. Le- nuevo orden) integrado, entre otros, por Palmiro
el Norte próspero e industrial, con una influencia nin había nacido en 1870, Rosa en 1871 y Trotsky Togliatti, quien luego sería el Secretario General *Lic. en Sociología, Magíster y Doctor en Ciencia Política.
del PCI, y otros jóvenes radicalizados como An- Profesor Titular de Teoría Política y Social (I) y (II) de la
que llegaba hasta Roma y luego el Mezzogiorno; en 1879. Gramsci, en cambio, es de 1891 y corres- Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Director del Programa
el Sur arcaico y tradicional, esa “inmensa disgrega- ponde a una cohorte en la cual se incluyen Lukács gelo Tasca y Umberto Terraccini. En 1921 Gramsci Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias
ción social”, en palabras del propio Gramsci, que le (1885), Korsch (1886) y Walter Benjamin, nacido en se encontraría entre los fundadores del PCI. De Sociales. www.atilioboron.com

DERECHOYBARBARIE EL LEGADO DE GRAMSCI


DERECHO Y BARBARIE
estaba en presencia de un pensamiento en cons- peradora de los esquematismos en que la “filoso-
trucción bajo las peores condiciones imaginables. fía de la praxis” (como él designaba al marxismo
en su afán por sortear la censura carcelaria) había
El infortunio editorial de tan excelsa produc-
caído tanto a manos de la social democracia ale-
ción teórica ha sido notable. Es casi un milagro
mana como de la Tercera Internacional. Sería una
que no hubiera terminado convertido en cenizas
una amplia diversidad de temas y arrojan luz so- tarea imposible resumir en unas pocas líneas la
en la hoguera de sus carceleros fascistas o en la
bre algunos de los problemas más importantes vastedad de su rico pensamiento que abarca casi
de los custodios de la pureza del dogma. El periplo
del capitalismo contemporáneo. A la muerte de todos los aspectos de la vida social. Como vimos
recorrido por esos 33 cuadernos, apretujados en
Gramsci, estos manuscritos iniciaron una increíble más arriba, Gramsci fue un teórico político y un
una destartalada valija y recorriendo el dantesco
peripecia que tendría como etapas más significa- filósofo, un crítico cultural y un internacionalista;
escenario que se extendía desde los Urales a los
tivas la España desgarrada por la Guerra Civil y la
Unión Soviética en-
frascada en la gue-
Pirineos, provoca asombro todavía hoy. Grams-
ci sufrió una doble
censura: la de sus
también un fino sociólogo cuyos análisis sobre el
Mezzogiorno italiano o sobre la vida cotidiana y
los usos, costumbres y creencias populares de
25
rra a muerte contra la sociedad norteamericana -muy especialmente
carceleros fascistas y
el nazismo. Finali- del modo en que el fordismo se expande desde
la de los burócratas
zada la guerra estos la fábrica hasta abarcar y modelar casi todas las
del estalinismo que,
preciosos escritos formas de la sociabilidad-, son hasta el día de hoy
al igual que hicieran
emprenderían len- piezas obligadas de referencia en cualquier estu-
con Mariátegui en-
tamente el retorno dio sobre el tema.
tre nosotros, jamás
a Italia donde, al le perdonaron al
cabo de unos diez italiano su fidelidad
años, comenzaron a las enseñanzas de cen al corazón mismo de la teoría marxista de la
a ser publicados Marx, Engels y Lenin política y la cultura. Debemos a Gramsci una ela-
por Einaudi, una y su rechazo a las boración sobre el “estado ampliado” del capita-
editorial comercial imposturas intelec- lismo contemporáneo, un estado de clase (algo
de Turín, porque el tuales y políticas del que escamotean las lecturas socialdemócratas de
Partido Comunista estalinismo. Los pri- Gramsci) que sintetiza en su seno los tradiciona-
Italiano, temeroso meros le impedían les mecanismos de la dominación y la coerción,
de irritar a los custo- a Gramsci acceder a con los renovados dispositivos de la domina-
dios del dogma que la producción teóri-
24
ción ideológica que Louis Althusser incluyó bajo
sentaban sus reales ca del pensamiento el nombre de “aparatos ideológicos del estado”.
en Moscú con la di- socialista o marxista, Nuestro autor desarrolla asimismo una concep-
fusión de las ideas o enterarse de las ción materialista de la hegemonía, que contrasta
de un pensador tan novedades y las no- vívidamente con algunas teorizaciones contem-
“heterodoxo” como ticias de su tiempo a poráneas, como las de Ernesto Laclau y Chantal
Gramsci, se abstu- las que se asomaba Mouffe, para quienes la hegemonía es un etéreo
vo de publicarlo en por la dudosa vía juego de “significantes flotantes” totalmente re-
Editori Riuniti, la del rumor o, sobre movidos del sórdido materialismo de la sociedad
principal editorial todo, leyendo algu- civil, para decirlo con una expresión muy usual en
del partido. Es decir, nas revistas como los análisis de Marx. Gramsci también aporta nue-
solo unos quince Civiltá Católica, que vas hipótesis sobre los intelectuales y su función
años después de la informaba de algu- política en la perpetuación del dominio de clase;
muerte de Gramsci nos de los hechos nos habla de los impactos que los desarrollos tec-
esos manuscritos de este mundo con nológicos, como el fordismo, tienen sobre la so-
comenzaron a ver evidente parcialidad. ciedad americana, desde la moral sexual hasta la
la luz pública bajo Sin embargo, era el política; y también sobre la “revolución pasiva” y el
la forma de libros alimento que nece- transformismo, como rasgos sobre los cuales se
compilados por un sitaba una mente asienta una transformación capitalista que se pro-
colectivo de notables intelectuales dirigidos por lúcida como pocas, audaz como casi nadie, para duce sin revolución burguesa, algo de suma im-
Palmiro Togliatti, a la sazón Secretario General del bajo tan adversas condiciones producir la contri- portancia para América Latina. Las crisis políticas y
partido italiano, con títulos precisos e índices te- bución teórica más importante al marxismo en el la valorización de la función educativa y organiza-
máticos muy específicos.1 Pero lo cierto es que período posterior a la Primera Guerra Mundial y, tiva del partido político de las clases subalternas,
Gramsci jamás escribió esos libros sino una enor- muy especialmente, desde la muerte de Lenin en ese “príncipe colectivo”, es otro de los temas que
me serie de notas, o “notitas” (noterelle) como a 1924. Los segundos, a su vez, se prodigaron en motivaron de su parte profundas reflexiones. Con
él le gustaba llamarlas, en donde volcaba sus re- impedir la difusión de su pensamiento una vez razón algunos autores llaman a Gramsci el teórico
flexiones sobre hechos de los que lograba infor- que su genio creador se apagara. Los principales de las super-estructuras, por la concentración de
1
Recién en 1971 el PCI publicaría en Editori Riuniti la obra
marse, los recuerdos de su época de estudiante, o de Gramsci. Los títulos de los libros eran: Il materialismo
temas abordados en esos Cuadernos pertene- su labor en el examen de estas cuestiones a las
de las poquísimas informaciones sobre la situación storico; Gli Intelletualli; Il Risorgimento; Note sul
cuales el marxismo de su tiempo, dominado por Machiavelli; Letteratura e vita nazionale; y Passato e
de las sociedades capitalistas a las que podía tener el economicismo, no le había asignado la impor- Presente. En 1976 verían finalmente la luz los Cuadernos,
acceso desde la cárcel. Notas que muy a menudo tal cual Gramsci los escribió. Fueron publicados, en el apogeo
tancia que efectivamente tenían.
contenían advertencias como “afirmación no su- de la hegemonía intelectual que el PCI había conquistado
ficientemente controlada o probada” o “primera En sus numerosos escritos, Gramsci plasmó en Italia, bajo la dirección de un gran estudioso del tema:
aproximación al tema”, para dejar en claro que se una concepción metodológica del marxismo su- Valentino Gerratana, Editori Riuniti.

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Quisiera concluir con una reflexión final, perti- sario reconciliar la política con las necesidades de
nente especialmente para un público como el de la economía. Bajo el capitalismo esto significó, lisa
esta revista. Al hablar de los aspectos teóricos y y llanamente, subordinar la democracia, la justicia
prácticos del economicismo, Gramsci decía que el o la igualdad a la primacía de la ganancia y los bien-
liberalismo como filosofía económica y política se hechores impulsos del mercado.
basaba en un error teórico fácilmente detectable:
la tendencia a reificar una distinción entre socie-
dad política y sociedad civil que, siendo eminente-
La base teórica y metodológica de esta engañi-
fa está en esa visión fragmentada de la vida social
que Gramsci criticó con simpar elocuencia. En el
27
mente metodológica, se convertía en orgánica u plano académico esta reificación tuvo por conse-
ontológica y, a partir de la cual, el estado en cuan- cuencia legitimar los saberes parciales y compar-
to sociedad política y la sociedad civil devenían timentalizados: una ciencia económica para “la
en “cosas” separadas, en “esferas institucionales” economía”; una ciencia política para el “estado y la
distintas y separadas entre sí. Una distinción mera- sociedad política”; una sociología para la “sociedad
mente metodológica, decía Gramsci, se transmuta civil”, el “derecho” para las normas, y así sucesiva-
en una separación ontológica entre esferas socia-

Obras de Gramsci2
26 Notas sobre la revolución rusa (1917)
La revolución contra el capital (1917)
La poda de la historia (1919)
La Internacional Comunista (1919)
El Estado y el socialismo (1919)
Un partido de masas (1921)
El Partido y la masa (1921)
El Partido Comunista y la agitación obrera en curso
(1921)
Enseñanzas (1922)
La crisis de la pequeña burguesía (1924)
Necesidad de una preparación ideológica de la masa
(1925)
La situación interna de nuestro Partido y las tareas
del próximo Congreso (1925)
La situación italiana y las tareas del P.C.I. (1926)
Carta al Comité Central del Partido Comunista
Soviético (1926)
Espontaneidad y dirección consciente (1931)
Los 32 Cuadernos de cárcel no fueron escritos en
vistas a una publicación, pero cuando fueron publi-
les aisladas, rompiendo la unicidad y totalidad de la mente. De este modo una correcta visión de la vida cados por la casa editora Einaudi, se ordenaron en
vida social. Ese desliz es congruente con la imagen social en toda su compleja interrelación se vuelve seis volúmenes:
que la sociedad burguesa proyecta de si misma: imposible. Peor aún: se arranca de raíz cualquier El materialismo Histórico y la filosofía de Benedetto
un conjunto de átomos individuales y de “partes” posibilidad de elaborar un pensamiento crítico y Croce (1948)
Los intelectuales y la organización de la cultura
separadas, cada una con su propia lógica y “leyes emancipatorio, dado que sin una visión integrada
(1949)
de movimiento” y en donde los imperativos de y totalizante de la vida social lo que existe, en su El Risorgimento (1949)
una, la economía, debe prevalecer sobre todas irreductible fragmentación, es lo único que puede Notas sobre Maquíavelo, sobre la política y sobre el
las demás. El economicismo se convierte, para- existir. En este “pensamiento único” entronizado Estado moderno (1949)
freaseando a Engels, en una verdadera religión de como el “sentido común” epocal (otra categoría Literatura y vida nacional (1950)
Pasado y Presente (1951)
la burguesía toda vez que sitúa a los imperativos gramsciana) cualquier referencia a la construcción
de la acumulación por encima de cualquier otra de una buena sociedad, es rápidamente desterra-
consideración. En los últimos tiempos, esta con- da del discurso político y descalificada como una 2
Nota del editor
cepción se expresó en el debate político argentino ingenua y romántica utopía de incurables soñado-
bajo el mandato de la “gobernabilidad”: cualquier res. El marxismo de Gramsci es uno de los mejores
gobierno debía garantizarla, para lo cual era nece- antídotos contra ese chantaje. .

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Las muertes de Dios según Hegel


| Rubén Dri*
29
Quien ha puesto en circulación el tema de la la sustancia, es decir, del contenido. El individuo “Las estatuas son ahora cadáveres cuya alma a dominar. Esto está claro en la dominación que ha
muerte de Dios es Nietzsche, pero antes Hegel queda vacío. vivificadora se ha esfumado”, dejaron de ser sím- ejercido el cristianismo sobre numerosas culturas.
se había referido al tema, desarrollándolo en dos “Es el dolor que se expresa en las duras pala- bolos vivientes de la trascendencia, en los que los El caso que más nos interesa es el de América.
contextos diferentes, de modo que podemos ha- bras de que Dios ha muerto”. El contenido de devotos se sentían expresados. Los “ilustrados” En este continente había innúmeras culturas que
blar de las dos muertes de Dios según Hegel. El esta muerte de Dios, anterior a la muerte del Dios criticaban estas devociones porque juzgaban que expresaban los valores y creencias de otros tantos
primer contexto se refiere al momento histórico cristiano, significa que el mundo se desencanta, se adoraba un pedazo de mármol o de madera, pueblos. Mientras estas culturas estuvieron vivas,
de la destrucción de la polis y el advenimiento del que los dioses han callado, que sus leyes ya no pero el devoto nunca se detuvo en la expresión mientras sentían que sus dioses les hablaban, tu-
imperio romano, y el segundo, al momento de las sirven, que no se cree más en los oráculos, que material, siempre fue más allá, viéndose a sí mis- vieron la fuerza necesaria para resistir cualquier
primeras comunidades cristianas. Ambos acon- “las estatuas son ahora cadáveres cuya alma vivifi- mo en el símbolo. invasión. El invasor español y cristiano procedió a
tecimientos tienen determinados ejes comunes, cadora se ha esfumado, así como los himnos son Las estatuas no eran cadáveres, no eran sim- desarticular sus símbolos culturales. Con esta des-
pero presentan también notables diferencias. palabras de las que ha huido la fe” (Ibidem). plemente un pedazo de materia, sino que estaban articulación los pueblos perdieron su identidad,
Los griegos no eran monoteístas, de mane- dotadas de vida poderosa y luminosa. La confianza sus dioses ya no les hablaban y, con ello, decayó el
ra que la expresión aquí empleada por Hegel, no en esa vida, trátese de Zeus, Hera o Palas Atenea, ánimo de la autodefensa.
La primera muerte de Dios hace alusión a la creencia sobre la existencia fác- era la confianza en sí mismo que el devoto pasaba La manera de resucitar de su muerte conlle-

28 En el siglo IV AC. ya no sólo había pasado el


momento de florecimiento de la polis, sino que
ésta se hallaba en franca disolución. El individuo
tica de Dios o de los dioses. Apunta directamente
al significado del símbolo “Dios” o “dioses”. La vida
del ser humano no se reduce a cuestiones econó-
a tener por intermediación del símbolo. Siempre
que un pueblo creyó en sus mitos, en sus dioses,
en sus héroes, tuvo la fuerza necesaria para crear,
va la necesidad de recuperar sus tradiciones, sus
dioses, sus símbolos que, de hecho, pervivieron
camuflados detrás de los símbolos del opresor. Es
particular que hasta el momento se encontraba micas, a comer, vestirse y abrigarse, sino que se para crecer, para luchar por su libertad. así como la Pachamama de los pueblos andinos
completamente inserto en la totalidad del pueblo, expande en un mundo cultural donde se ubica el De esta manera, comenta Hegel refiriéndose se camufló en las Vírgenes morenas. Estrategia
se acababa de desligar del mismo, celebrando su sentido. a la muerte de Dios en el siglo IV, “el destino no de supervivencia. Con la plena resurrección de sus
completa libertad individual en la comedia. Expe- Dios o los dioses representados por estatuas, nos entrega con las obras de este arte su mundo, símbolos, de sus religiones, resucitan los pueblos.
rimentaba “un bienestar y un sentirse bien de la celebrados en himnos, consultados sobre el des- la primavera y el verano de la vida ética en la que Es el proceso que se está dando en América.
conciencia, tales como no se encontrarán nunca tino tanto particular como general de la polis, ex- florecen y maduran, sino solamente el recuerdo
ya fuera de esta comedia” (Hegel, 1973, p. 433). presan ese sentido sin el cual es imposible la vida. velado de esta realidad” (Hegel, 1973, p. 436). Las
Pronto habría de experimentar el individuo la fal- Cuando ellos desaparecen, porque ya no hablan, obras de arte en la época de esplendor de la polis La segunda muerte de Dios
sedad de su situación, pues detrás de su alegría se el mundo se desencanta. En lugar de ser un es- estaban llenas de vida, expresaban los valores y las La segunda muerte de Dios acontece en el
escondía la más desoladora desgracia. pacio cualitativo, en el cual vale la pena vivir, pasa creencias que hacían de la polis una maravilla de cristianismo. Como se sabe éste se encuentra cen-
En la polis el individuo se encontraba en su a ser meramente cuantitativo, matemático, cuya creatividad, de amor por la libertad, de fuerza para trado en la figura de Jesús de Nazaret, el Cristo.
ethos, es decir, en su ámbito, en su hábitat, en el grandiosidad aterra, como lo experimentara Pas- el combate. Mientras Jesús vivió su misma presencia corporal
cual su vida, completamente integrada al demos, cal en el siglo XVII. Esas mismas obras, como pueden verse, por era un velo que impedía ver en él la divinidad. Para
tenía plenitud de sentido. Al desprenderse del La destrucción de la polis va unida a la muerte ejemplo, ya sea en el Museo Vaticano o en el mu- que esto fuera posible era necesaria la muerte del
demos, queda aislado, en el aire. Al primer senti- de Dios, o viceversa, la muerte de Dios va unida a seo del Prado, se encuentran privadas de vida. particular. De hecho, sólo después de la muerte
miento de libertad le sigue el del vacío, para llenar la destrucción de la polis. Es la totalidad dialéctica Sólo nos recuerdan como una realidad lejana, el de Jesús los discípulos descubren en él al Cristo,
el cual se entrega al estoicismo, buscando en una de práctica y conciencia, práctica y teoría, prácti- contexto en que ellas fueron producidas. Sólo una al Hijo de Dios.
razón universal el sentido perdido. El consiguiente ca y filosofía, práctica y religión. Ninguna socie- débil rememoración de la vitalidad de un pueblo
fracaso lo vuelca al escepticismo, cuya conclusión dad subsiste cuando los valores que la sustentan que se expresó de esa manera. Esas obras, otrora
es la conciencia desgraciada, verdadero reverso vienen a menos y viceversa, cuando las prácticas seres vivientes, ya no son más que materia para la
de la conciencia feliz expresada por la comedia. creativas de la sociedad languidecen, sus valores investigación de científicos e historiadores que las
“Es la conciencia de la pérdida de toda esen- se esfuman. toman simplemente como “hechos”.
cialidad en esta certeza de sí y de la pérdida Es ésta una realidad histórica de la que siem- Todas las culturas tienen en su base mitos
precisamente de este saber de sí, de la sustancia pre fueron conscientes las potencias dominantes. fundantes cuyas narraciones entrelazan y estruc-
como del sí mismo, es el dolor que se expresa en Para dominar a un pueblo es necesario destruir turan los grandes símbolos de esas culturas. Los
las duras palabras de que Dios ha muerto –Gott sus valores, sus creencias, su fe, en una palabra, dominadores de todos los tiempos, los invasores,
gestorben ist-” (Hegel, 1973, p. 435). La aparición su cultura. Mientras estas realidades culturales es- siempre lo supieron. Para lograr el cometido de
del individuo por sobre la totalidad del demos que tén vivas, el pueblo tendrá las fuerzas suficientes la dominación siempre ha sido necesario destruir * Filósofo, Teólogo y Profesor consulto de la Facultad de
le daba contenido y sentido significa la pérdida de para resistir. los mitos, desorganizar los símbolos de la cultura Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

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ritu. Éste último no puede ser representado por- irrepresentable porque sólo los objetos son repre-
que se encuentra más allá de toda objetualización. sentables. Ahora bien, si desparece el momento
Pero el ser humano siempre necesita pasar por objetual de la autoconciencia o espíritu, de éste
la representación. Ésta no puede concebir que el no se percibe más que una “noche”.
hombre es Dios, que lo humano es divino. Nece- Dios es el espíritu por excelencia. El ser huma-
sita representárselo, tomarlo como un aconteci-
miento histórico y, en consecuencia, aleatorio.
Por ello, en el ámbito de la representación, el
no necesita de la representación, que implica el
momento de la objetualidad. Por eso a Dios se lo
representa con la figura del ser humano. El cuer-
31
momento de la particularidad del espíritu aparece po humano es su vehículo pero también su velo.
como la muerte del hombre particular, Jesús de La conciencia debe traspasar ese velo para que
Nazaret. En el ámbito del espíritu, en cambio, se aparezca el espíritu sin interferencias, sin rastro
trata de la muerte de la particularidad y, en conse- de objetualidad. Al desaparecer el momento ob-
cuencia, la aparición de la universalidad. jetual queda sólo el espíritu, noche profunda, en
De esta manera, Hegel expresa dialécticamente la medida en que no hay manera de lograr una
la experiencia hecha por los discípulos de Jesús de representación. Es la muerte de Dios.
Nazaret según la narración evangélica de Lucas (Lc Es la muerte del Dios-objeto, del Dios repre-
24, 13-35) Una pareja desilusionada por la muerte sentado, del Dios-sustancia, del Dios-algo, del
de Jesús vuelve a su casa en la localidad de Emaús. Dios-ente y la resurrección del Dios-sujeto univer-
En el camino se les hace presente Jesús resucita- sal que es vivido en la comunidad. Es la muerte
do, pero ellos no lo reconocen. Llegados a Emaús del “hombre divino singular” y su resurrección
entran en la casa y “una vez que estuvo en la mesa como “hombre divino universal, la comunidad”.
con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo De esta manera lo expresa Hegel: “Así como el
Según la representación “la esencia divina se dio. En ese momento se les abrieron los ojos y lo hombre divino singular tiene un padre que es
ha reconciliado con su ser-ahí mediante el acae- reconocieron, pero ya había desaparecido”. en sí y solamente una madre real, así también el
cer de la propia enajenación de la esencia divina

30 mediante su acaecida encarnación humana y su


muerte” (Hegel, 1973, p. 454). Según la doctrina
cristiana, Dios se hizo hombre, reuniendo en una
La presencia del particular, del hombre Jesús,
es un velo que impide reconocer la divinidad. Ésta
que está “en sí” en el hombre, en este caso en Je-
hombre divino universal, la comunidad, tiene por
padre su propio obrar y su saber y por madre el
amor eterno que se limita a sentir” (Hegel, 1973,
sús de Nazaret, pero en realidad en todo hombre, p. 456).
misma persona la naturaleza divina y la humana.
Esto es narrado, nos dice Hegel, como si fuera un no pasa al “para sí”, a los discípulos no se les abren Hegel recurre a la narración evangélica según
acaecer, un acontecimiento histórico, cuando los ojos, si el particular no desaparece. Los discí- la cual Jesús nace de María que es la madre “real”,
en realidad es un devenir del espíritu o concepto. pulos lo reconocen cuando Jesús parte el pan, es siendo José un padre solamente “en sí”, pues, al
decir, en la comensalidad, el momento de máxima no participar en la gestación no pudo pasar al “para
Éste se desarrolla dialécticamente desde el unión de la comunidad. sí”. Esto le sirve a Hegel para reflexionar sobre la
universal abstracto hacia el individual o universal concepción “del hombre divino universal”, es de-
concreto, pasando por el particular. El particular Esta desaparición de la particularidad es la se-
gunda muerte Dios o, en realidad, la verdadera cir, la comunidad, la cual tendría como padre a “su
no es un individuo histórico, sino un momento de propio obrar, es decir, el padre aquí es real, no ha
la autorrealización del espíritu. El acontecimiento muerte de Dios. Esa muerte es “la muerte de su
lado natural o de su particular ser para sí” (Id. p. quedado en el “en sí”. La madre, por su parte es el
en donde) Dios se hace hombre, no es tal, sino amor, en otras palabras, el sentimiento amoroso.
que “en sí”, naturaleza humana y naturaleza divina 454). Desparece físicamente. El cuerpo, momento
objetual del espíritu, momento en el que el espíri- Queda en el “en sí” en la medida en que no pasa a
nunca estuvieron separadas. la conceptualización propia de la filosofía.
tu, en cierta forma, hace pie, deja el vacío. Queda
El paso del universal al particular es una ne- el espíritu solo, absoluta negatividad, es decir, ne- El sentido que en la primera muerte de Dios se
gación, una muerte que debe dar paso a una se- gación de toda objetualidad. encontraba en las estatuas, en los himnos, en los
gunda negación o muerte. Sólo desapareciendo cánticos, ahora se encuentra en el sentimiento co-
el particular puede el universal recuperarse plena- “La muerte de esta representación contiene al
mismo tiempo la muerte de la abstracción de la lectivo de la comunidad. Ésta es Dios, es decir, ésta
mente como universal concreto. En este caso el es divina. Es allí donde se “siente” a Dios, sentido
particular está representado por un hombre, Je- esencia divina que no se pone como sí mismo.
Esta muerte es el sentimiento doloroso de la con- de los sentidos. La primera muerte es una trage-
sús de Nazaret. “En sí”, en él se encuentra el uni- dia. Ese Dios muerto debe resucitar. La segunda
versal, la divinidad, pero ésta no puede aparecer ciencia desgraciada de que Dios mismo ha muer-
to. Esta dura expresión es la simple expresión del muerte, por el contrario es necesaria. El Dios-obje-
hasta que ese particular desaparezca. to debe morir para resucitar en la comunidad. .
saber de sí mismo más íntimo, el retorno de la
Aquí es necesario tener presente la diferencia conciencia a las profundidades de la noche del yo
entre el ámbito de la representación y el del espí- = yo, que no diferencia ni sabe ya nada, fuera de Buenos Aires, 30 de enero de 2009
ella” (Id. p. 455).
El espíritu o sujeto o autoconciencia, es irre-
presentable porque es la negación de todo objeto.
Bibliografía
Hegel G.W.F.(1973), Fenomenología del Espíritu, ed.
El sujeto no es objeto, pero no puede ser sin obje- Fondo de Cultura Económica, México.
to. Basta para entender esto pensarse a sí mismo.
La propia realidad espiritual o autoconciencia es

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Política, Comunidad y Vida


El pensamiento biopolítico de Roberto Esposito
| Diego Conno*
33
Se pueden tomar casi todos los términos, todas las de manifiesto la precariedad de lo social contem- silencio, locura, dolor, muerte. Es un desgarro en
expresiones de nuestro vocabulario político y abrirlos. poráneo. Terrorismo, conflictos interculturales, el corazón del individuo que coincide con lo más
En su centro se encontrará el vacío. migraciones masivas, refugiados, peligros medio- profundo de nuestra intimidad (Pardo).
Simone Weil, Escritos históricos y políticos . ambientales, son tan solo algunos de los princi- Este umbral no iluminado por la filosofía po-
pales fenómenos que afectan nuestro mundo lítica tradicional es lo que el filósofo italiano ha
La lengua no puede pronunciar el nombre común, hasta el extremo de que aquello que se
del que sufre. denominado como lo impolítico1. Aquí radica para
pone en juego en la actualidad es la misma idea de el autor el problema fundamental de la relación
Sólo hay locura en el nacimiento de la palabra.
“mundo-en-común”. Es por tal motivo que este entre filosofía política y comunidad. Si lo político
Oscar del Barco. Poco, pobre, nada.
texto pretende ser una contribución, o podríamos coincide con la conflictualidad irreductible de un
decir una insistencia, en sostener la cuestión de la mundo común y con ello del alma humana, el in-
1. Entre tú y yo, un abismo, un vacío, un silen- comunidad como nuestra pregunta más urgente. tento de la filosofía política de cancelar, o al menos
cio. Nadie mira, nadie escucha, nadie siente. Entre de ordenar simbólicamente ese conflicto, anula al
tú y yo, la muerte. Como si el nosotros fuera apla- mismo tiempo lo específicamente político. Por
zado por el espíritu de un mundo desgarrado. Un 2. Tal como afirma Fistetti, el de comunidad es
eso es que lo impolítico, en este sentido, no debe
un concepto “polisémico” que a lo largo de la tra-
32
mundo que llora, y que sangra precisamente allí, ser entendido como un concepto o una catego-
en lo abierto. En aquello que de abierto hay en dición ha recorrido un camino sinuoso plagado de
ría, ya que si lo fuera estaríamos atrapados en el
nosotros. Pero en esa distancia, nuestros cuerpos disputas teóricas y batallas políticas. Sin embargo,
mismo horizonte del que se pretende desvincular.
se tocan, y se cruzan. Se entrelazan. Y se salvan. Se esta polisemia que el término lleva consigo, como
Podríamos decir, siguiendo a Esposito, que lo im-
aman. Se lastiman. Se hieren. El dolor, mi piel, tu una sombra imposible de borrar, no ha impedido
político es un punto de vista, un modo de mirar y
carne. Y en ese instante un ardor, el cuerpo que- que la cuestión de la comunidad se haya conver-
dejarse penetrar o atravesar a su vez por lo polí-
ma. Y luego el frío, la soledad, el abandono. tido en la categoría fundamental del pensamiento
tico, en su irreductibilidad, en su diferencia, afir-
político, hasta el punto en que es posible sostener
Ya no hay todo ni parte. Ni tierra, ni mar. Solo mándola como diferencia. El concepto que aquí
una cierta identidad entre política y comunidad.
flujos, fluidos, virtualidades. No hay más número. nos interesa para comprender esta cuestión es el
¿Qué otra cosa expresa la pregunta por el sentido
La ciudad se hace polvo. Y desaparece. De pronto, de representación, ya que lo impolítico adquiere
de lo político, sino acaso una interrogación radi-
un hombre tiembla ante la evidencia del temor a sentido justamente por oposición a ella. Tanto la
cal sobre nuestro modo de vida en común, sobre
su propio rostro. Una desnudez que estremece. representación católica-romana del bien en poder,
nuestra vida compartida? En este sentido es que
La angustia. No hay camino, solo viaje. Ulises sin como la hobbesiano-moderna expresada en la re-
en los últimos años se ha abierto un campo de
Itaca. Aquella ruta ya no conduce a ningún lado, lación representante-representado, lo impolítico
reflexión novedoso respecto de su tematización
porque no hay principio ni fin, ni origen ni destino. se mide por su grado de no representación. Dicho
por la filosofía clásica y moderna, que al recuperar
Estamos como en tránsito. A la deriva. Y la nada de otra manera, lo impolítico es lo irrepresenta-
la cuestión heideggeriana del Mit-sein (con ser) y
asoma su rostro, y todo lo borra. Y todo lo cubre. ble porque aquello irrepresentable es lo político
aquella del étre-avec (ser-con) elaborada por Batai-
El extranjero llega y reclama los dones de la hos- mismo. Y la comunidad, por lo tanto, no puede
lle, deconstruye el discurso metafísico junto con
pitalidad. ¿Acaso no somos todos extranjeros en traducirse al léxico filosófico político debido a su
su léxico categorial (Estado, soberanía, ciudadanía,
una tierra de nadie? Sin ley, sin justicia, sin perdón. constitutiva (im)politicidad.
individuo), al interior del cual el concepto de co-
A la espera de un tiempo por venir. De un tiempo Efectivamente, todas las filosofías políticas
munidad ha sido forjado. Así lo ha entendido una
que no llega. Demorados en la espera. Porque ya contemporáneas de la comunidad – y no solo
de las voces que con mayor insistencia ha abona-
está aquí, llegando. Y sin embargo, también allí, en ellas, ya que podríamos rastrear el origen del pro-
do un camino en esta dirección. Nos referimos al
cada pliegue, en cada umbral, en los intersticios, blema por lo menos hasta Platón-, el neocomuni-
filósofo italiano Roberto Esposito. Al comienzo
en ese “entre” que ya somos, un desierto nos aco- tarismo americano, las éticas de la comunicación,
de su libro Communitas. Origen y destino de
ge. Entre tu y yo, una comunidad, una vida. la sociología organicista, la tradición comunista,
la comunidad, Esposito sostiene que la comuni-
¿Qué significa pensar la comunidad? ¿Qué im- dad aún mantiene un borde impensado, un lado son presas de esta imposibilidad radical. Imposi-
plica afrontar el riesgo de volver a pensar la idea oscuro que ha obstruido la filosofía política al in- bilidad de pensar verdaderamente la comunidad,
* Licenciado en Ciencia Política, UBA. Docente de Teoría
de comunidad, luego de la caída de los llamados tentar nombrarla. Porque la comunidad no es voz inscripta en la singular paradoja en la que han caí- Política Moderna, Fac. Cs. Soc., UBA. Becario doctoral Conicet,
“socialismos reales” y ante la evidente crisis del pa- ni palabra. No es verdad, razón, orden ni paz. Y do todas las filosofías dirigidas a ella, al identificar con un proyecto de tesis sobre la cuestión biopolítica en la
radigma individualista neoliberal? Nuestro tiempo por eso, ella es incomunicable, inconfesable (Blan- lo común precisamente con su opuesto, lo pro- teoría política contemporánea.
es un tiempo de crisis. Los procesos de globali- chot), inoperante (Nancy), inaccesible y, por lo tan- pium (propio). Ya sea que se la considere como un 1
Ver Categorías de lo impolítico, trad. Roberto Raschella,
zación económica, política y cultural, han puesto to, siempre por venir (Agamben). Comunidad es “atributo” que comparten determinados sujetos Buenos Aires, Katz ed., 2006.

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individuales, o bien como una “sustancia” produ- que Esposito rescata, hay un segundo significado
cida por la unión de ciertos sujetos, el resultado es que revela el carácter constitutivamente polémico
siempre el mismo: la comunidad así entendida es del concepto de comunidad. Es el que se refiere
vista “como una cualidad que se agrega a su na- al término munus, y que connota una cualidad o
turaleza de sujetos, haciéndolos también sujetos condición social, distanciándose así de la oposición
de comunidad.” (Communitas, 23) Es un “pleno” público/privado para vincularse con la idea de de-
o un “todo”. Un “bien”, un “valor” o una “esencia”. ber. En este sentido, el vocablo munus contiene
En esta clave de lectura, lo común es definido por tres significados heterogéneos: onus, officium y
la identidad de los elementos –territoriales, étni- donum, de los cuales este último es el de mayor
cos, lingüísticos- que la constituyen. En tal caso, complejidad semántica. La inscripción de los dos
el punto de contacto de todas estas elaboraciones
es que la noción de comunidad se ha tejido so-
bre el trasfondo de la categoría de sujeto. Es, sin
primeros en la idea de deber es bien clara. Hacen
referencia a una “obligación”, “función”, “cargo”,
“empleo”, “puesto”. En cambio el don, suele vin-
35
embargo, a partir de una deconstrucción de este cularse con la idea de una acción libre y voluntaria.
entramado metafísico, que otro pensamiento de En este caso, la particularidad del don implicado
la comunidad es posible. en el término munus se expresa en su sentido de
obligatoriedad: “es un don que se da porque se
debe dar y no se puede no dar”. (Communitas,
3. Así es como la noción de comunidad elabo- 28) De esta manera el munus manifiesta su carác-
rada por Esposito se ubica en un registro radical- ter negativo, ni posesión ni ganancia, sino pérdi-
mente distinto. Leyendo a contrapelo la filosofía da, sustracción, cesión. “El munus es la obligación
política moderna Esposito suspende su léxico, y a que se ha contraído con el otro, y requiere una
partir de una indagación etimológica del concepto adecuada desobligación” (Communitas, 28). De
de comunidad, reconduce la cuestión a su matriz este modo se rompe el dispositivo de intercambio una falta. Más que una comunidad de algo, una sino más bien lo impropio, o más exactamente lo
ontológica. Es a través de una recuperación del que ha caracterizado con todo a la filosofía política comunidad de nada, o lo que es lo mismo, nada otro. La comunidad manifiesta entonces, su ca-
significado etimológico del término latino com- moderna, para vincular la cuestión de la comuni- de comunidad. Comunidad entonces, insustancial rácter especular respecto de la subjetividad. No
munitas que es posible una re-semantización de dad con la problemática del don. e inesencial. Dicho de otra manera, en un sentido hay una comunidad de los sujetos, porque ella es
la noción de comunidad. La primera indicación que mantiene cierta afinidad con todas las imá- precisamente lo que socava la misma subjetividad.
Pero entonces, ¿qué es lo común? ¿Es posi-
que Esposito nos presenta es que el sustantivo genes del delito fundacional en el que se asienta Es lo otro del sujeto, su reverso, su no ser nin-
ble y, más aún, deseable hablar de un “algo” o de
communitas al igual que el adjetivo communis toda comunidad, desde el relato bíblico de Adán y gún sujeto. En efecto, no hay sujeto de la comu-
una “cosa” en común? ¿No es precisamente el ca-

34
hacen referencia a aquello que no es propio. Tal Eva hasta el mito de la horda primitiva narrado por nidad porque ella es “la expropiación de la propia
rácter positivo de la “cosa” lo que ha conducido
como afirma el filósofo italiano “en todas las len- Freud en Totem y Tabú, sin olvidar el asesinato sustancia que no se limita a su “tener”, sino que
en el siglo XX a los regímenes más atroces, ya sea
guas neolatinas, y no sólo en ellas, común (com- de Abel a manos de Caín, o aquel más próximo implica y corroe su mismo “ser sujetos”. (Nihilis-
a favor de una única sustancia constituida por la
mun, comune, common, kommun) es lo que no de Remo a manos de Rómulo que diera origen mo y Política, 38) En tal caso, es posible sostener
raza en el caso del nazismo, o de una esencia des-
es propio, que empieza allí donde lo propio ter- a Roma, la comunidad siempre está en falta, co- que el grado de intensidad de la comunidad no
alienada para el stalinismo? Aquí, la radicalidad del
mina” (Communitas, 25-26) Para luego continuar rroída por el miedo (Hobbes), acechada por la cul- acompaña el proceso de individuación sino que es
planteo de Esposito. No hay ninguna cosa positiva,
acentuando su carácter plural, puesto que lo co- pa (Rousseau). Es por eso que precisa de una ley inversamente proporcional al mismo.
ningún bien, ninguna propiedad, ningún interés
mún es lo referente a todos, o cuando menos a (Kant) para salvarla de su trágico destino. Hay una La comunidad así entendida es el “con”, o el
que tengan en común los miembros de una co-
los muchos. Es público y general en contraposi- falla constitutiva “de” y “en” nuestra vida compar- “entre”, vale decir, un modo de relación que al
munidad. Ningún atributo, sustancia o esencia.
ción a privado y particular. Es lo colectivo y por lo tida, en nuestra “con-vivencia”. De este modo, la tiempo que nos vincula con los otros destruye
Sino más bien una carga, un encargo, una deuda,
tanto de todos. Sin embargo, y este es el punto comunidad se desvincula de una ontología posi- nuestra propia identidad, altera nuestra subjeti-
tiva que bajo muy distintos enfoques ha plantea- vidad, instaurando una distancia respecto de no-
do la filosofía política moderna, pero también la sotros que hace que cada uno no sea idéntico a
clásica, para apoyarse en una ontología negativa. sí mismo, y por ello nos hace ser “diferentes”. O
Communitas es efectivamente, “el conjunto de mejor, en un sentido que conduce a una nueva
personas a las que une, no una <<propiedad>>, ontología de la comunidad, el ser mismo como re-
sino justamente un deber o una deuda. Conjunto lación. La cifra de la comunidad entonces, ya no es
de personas unidas no por un <<más>>, sino por la identidad sino la diferencia. Es por eso que la co-
un <<menos>>, una falta, un límite que se con- munidad nunca es nuestra, siempre es de otros.
figura como un gravamen, o incluso una moda- De los otros. Pero una diferencia tal que debe ser
lidad carencial, para quien está <<afectado>>, a contenida y cancelada para su salvaguarda. Pre-
diferencia de aquel que está <<exento>> o <<exi- cisamente porque la comunidad no es reunión,
mido>>.” (Communitas, 29-30). El discurso de asociación o comunión sino exposición y exterio-
la communitas toma así distancia de la dialéctica rización de lo interno. “No calienta y no protege.
público/privado para inscribirse en un nuevo hori- Al contrario expone al sujeto al riesgo más extre-
zonte de sentido: la bipolaridad communitas-im- mo: el de perder, con su propia individualidad, los
munitas. Si común es aquel que tiene la obligación límites que garantizan su intangibilidad por parte
de realizar una función o saldar una deuda, por del otro. De resbalar repentinamente en la nada
el contrario inmune es el que al negar el munus de la cosa” (Nihilismo y Política, 40), o sea, en la
del que forma parte está dispensado de tal obliga- muerte.
ción. La identidad común- propio es así cancelada
De ahí, como nos recuerda Esposito, la intui-
y desplazada por el par común-impropio. Lo que
ción de la filosofía política de que la cuestión de
caracteriza a lo común no es en verdad lo propio,
la comunidad se toque con aquella más extrema

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tanto la vida individual como colectiva. Disloca las
identidades sembrando a su interior una diferen-
cia. Sin embargo, lo problemático no es tanto el
miedo al contagio sino su expansión y prolifera-
ción a todo el campo social, a todos los planos
y más oscura de la muerte. Este es el punto de de la vida. Tenemos entonces, ante el peligro o la Lo que niega este dispositivo securitario es
contacto también entre comunidad y nihilismo, o amenaza a lo común, el surgimiento de un dispo- fundamentalmente aquello que es más que vida,
entre comunidad y nada. No porque el nihilismo sitivo de seguridad, una defensa, una barrera de lo que la excede, podríamos decir, su potencia
venga a devolver el sentido originario de la comu- protección y de contención: lo inmune. vital. Estamos en condiciones de decir entonces
nidad sino porque por el contrario, manifiesta el Aquí el término inmunidad debe ser apre- que el problema mayor de la biopolítica, es decir,
síntoma de este desvío que atraviesa nuestra mo-
dernidad política: la negación de la nada. Exacta-
mente, como bien advierte Espósito, el nihilismo
hendido en toda su complejidad. En efecto, la
Immunitas tiene dos vectores de sentidos: uno ju-
rídico-político, y otro médico biológico. El primero
su negatividad, no es solo la relación entre vida
biológica y política, ni tampoco una imbricación
que confunde sus términos, sino la reducción de
37
“no es la expresión sino la supresión de la nada- hace referencia más específicamente al problema la vida a su mera conservación. Podemos así trazar
en-común”, (Nihilismo y Política, 39), y por lo de la comunidad y el segundo, podríamos decir, al la serie política-inmunidad-biopolítica como eje
tanto de la comunidad. de la vida. constitutivo de la modernidad. Acá es importante
Así lo ha entendido quien fuera el fundador En el sentido jurídico-político el concepto de marcar que el hecho de que la vida ocupe un lugar
del nihilismo político moderno. Naturalmente Inmunidad se define por su carácter de privación o central en el campo político es algo que podemos
nos referimos al filósofo inglés Thomas Hobbes. negación. Es la negación del munus. El inmune es encontrar ya en el mundo clásico. Basta recordar
Es la negatividad originaria de la condición natural el que no le debe nada a nadie. Es aquel que está la relevancia respecto de la política de nacimientos
del hombre la justificación de un orden soberano exento de la obligación del munus y por lo tanto operada en la antigua Grecia. La novedad de la di-
cuya eficacia radica en la capacidad de cancelar el está dispensado. Sin embargo, tal como indican námica moderna es justamente la eliminación de
munus que la communitas comparte. Como ya es los diccionarios, la immunitas no es solo dispensa toda mediación entre política y vida. La biopolítica
bien conocido, la igualdad natural del hombre ra- sino también privilegio. La inmunidad es del orden es precisamente la anulación de toda forma de
dica en la posibilidad de que cualquiera pueda dar de lo excepcional y de lo particular. Es aquello que vida, reduciéndola a sus elementos biológicos.
muerte a cualquiera. Es este don de muerte el que no sigue la generalidad. Es lo no común, y por lo
precisa ser inmunizado. Que haya sido Hobbes, el tanto propio, solo de algunos. O más precisamen-
5. En Bíos. Biopolítica y Filosofía, Esposito
primero en dar cuenta de esta problemática que- te es lo anti-común, lo anti-social. Es la ruptura de
vuelve a insistir en la necesidad de un nuevo an-
da evidenciado por el hecho de ubicar el carácter todo vínculo, de toda relación horizontal.
damiaje conceptual a partir de la imbricación vida
originario del miedo. “El miedo no solo está en el
36 origen de la política, sino que es su origen, en el
sentido literal de que no habría política sin mie-
do.” (Communitas, 56) Es frente a esta necesidad
En su sentido médico biológico, la Inmunidad
aparece así como una “condición de refracción
de un organismo ante el peligro de contraer
– poder. Los acontecimientos contemporáneos
dan cuenta de una doble tendencia, dos procesos
convergentes. Una creciente imbricación entre
una enfermedad contagiosa.” (Immunitas, 16) política y vida biológica, y una deriva mortífera.
intrínseca del concepto de comunidad y de toda El punto clave que a Esposito le interesa marcar Una biopolítica y una tanatopolítica. Acá Esposito
comunidad política realmente existente, que se es el pasaje de la inmunidad natural a la adquiri- recupera la pregunta de Foucault: “¿por qué, al
levantan todos los dispositivos inmunitarios des- da. Es decir, la idea de que inducir activamente, y menos hasta hoy, una política de la vida ame-
tinados a cancelar, o cuando menos frenar, aquel de manera controlada, algunas dosis de la misma naza siempre con volverse acción de muer-
munus originario que nos acomuna. infección o del mal que se quiere eliminar, contri- te?” (Bíos, 16) Dicho de otra manera: ¿Por qué la
buye a inocular o neutralizar sus efectos nocivos. biopolítica se transforma en tanatopolítica? Para
La inmunidad no es por lo tanto una acción origi- Esposito, Foucault no da una respuesta clara al
4. Ya desde el comienzo de Immunitas. Pro-
naria, sino más bien, una respuesta, una reacción respecto. Por el contrario abre dos líneas de in-
tección y negación de la vida. puede leerse que
ante un peligro primero. vestigación que habilitan, en el debate político
la inmunidad no es simplemente lo contrario u
opuesto a la comunidad sino su contraparte, su Se constituye de esta manera una relación in- contemporáneo, dos modos divergentes y opues-
contrapunto semántico y político que la precisa disoluble entre protección y negación de la vida. tos de comprender el problema de la biopolítica.
y la requiere. Si la comunidad expresa un com- Para que la vida pueda seguir siendo lo que es, Una lectura negativa (Agamben), y una positiva o
promiso de donación hacia el otro, la inmunidad debe introducir a su interior algo que de alguna afirmativa (Hardt y Negri). El problema radica pre-
es la exoneración o dispensa de tal obligación. Si manera la niega. Acá se inscribe la antinomia o cisamente en una incertidumbre respecto de dos
la comunidad remite a algo general y abierto, la aporía fundamental de la modernidad que Espo- dimensiones del problema: Una incertidumbre o
inmunidad expresa lo cerrado y particular de una sito rastrea en una genealogía de varios discursos: ambivalencia del significado, y una incertidumbre
situación no-común y por lo tanto propia. Si la derecho, teología, antropología, política, biología. o ambivalencia de su periodización. La tesis de
comunidad es riesgo, contagio y contaminación El paradigma de la inmunidad le permite al autor Espósito es que el paradigma de la Inmunización,
recíproca que hace que el sujeto ya no sea dueño superponer estos discursos, borrar sus fronte- es decir, la protección negativa de la vida, y de la
de sí mismo y por eso se altere y devenga otro; ras, y posicionarlos sobre una misma problemá- comunidad, permite pensar la relación entre bio-
la inmunidad es la seguridad, asepsia, y profilaxis tica que nos mete de lleno en una cuestión solo política y tanatopolítica en un mismo horizonte de
necesarias para mantener al individuo lejos del ligeramente descentrada. Aquella inaugurada por sentido, vinculando a la vez biopolítica y moderni-
contacto con los otros y con lo otro de sí mismo, Foucault hace ya más de treinta años con el nom- dad. Como bien afirma nuestro autor, no es que
a salvo en los confines de su propia identidad. bre de biopolítica. no existan poderes sobre la vida en la antigüedad
y el medioevo. La novedad de la biopolítica es su
De esta manera se presenta la Inmunidad como
íntima vinculación con la cuestión de la conser-
protección ante un peligro, una amenaza. El peli-
vatio vitae. Esposito presenta de esta manera,
gro que implica nuestra propia naturaleza, nuestra
no solo una sistematización de la problemática
vida en común. El contagio y la contaminación son
biopolítica, sino también y al mismo tiempo, una
vistos como aquello que perfora, lacera, destruye

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clave de lectura novedosa de nuestra modernidad comunidad. Dirigiéndose contra sí misma a la ma-
política. Tanto de la realidad efectiva, como de nera de una autoinmunidad, la dinámica inmuni-
las categorías de análisis para comprender dicha taria produce un efecto contradictorio y se abre
realidad. Así es como los conceptos centrales de a una posible transformación. Así como ocurre
la filosofía política: soberanía, propiedad, cuerpo en los procesos biológicos de tolerancia inmuni-
político, libertad, nación, sacan a la luz su eminen- taria, donde un trasplante de órganos introduce
te constitución biopolítica. Sin embargo, tal como un cuerpo extraño al interior de otro cuerpo, o
sugiere Esposito, es recién con el totalitarismo que en el nacimiento, que como ya lo había señalado
la biopolítica moderna adquiere toda su relevancia Hannah Arendt, introduce algo nuevo al mundo,
y significación. En especial con relación al proble- los sistemas inmunitarios de la sociedad pueden
ma planteado por Foucault por el cual la política
amenaza la vida. Es con el totalitarismo nazi que
la política se biologiza plenamente y la biopolítica
lograr un punto de inflexión que permitan re-
componer la relación con la communitas y con el
munus que ella lleva dentro. Este es, en efecto,
39
se convierte en tanatopolítica. De esta manera se el núcleo que permite evidenciar el proyecto más
lleva hasta el extremo la lógica inmunitaria hasta el general de Espósito, que solo en parte ha sido de-
punto de vincular la vida de la nación con la pro- sarrollado, y que reclama un trabajo común: “no
ducción de muerte de una parte del pueblo, pero tanto pensar la vida en función de la política,
que implica en la misma medida la muerte de toda sino pensar la política en la forma misma de
la nación. Muerte por un exceso de inmunización. la vida.”(Bíos, 22) Este es el camino también, in-
El totalitarismo, desde esta perspectiva, no es concluso por cierto, que recupera y actualiza la
un desvío respecto del proyecto moderno sino su interrogación por el sentido de lo político, aunque
extremo cumplimiento que pone de manifiesto ella manifieste el carácter imposible de toda co-
la dialéctica negativa entre comunidad e inmuni- munidad. Es esta misma imposibilidad la que lejos
dad. La inmunidad conserva la comunidad y a su de intentar realizarse en una nueva forma política
vez la vida, pero de un modo que la despotencia debe más bien pensarse en su constitutiva im-
y frena su desarrollo. La salva pero también la so- posibilidad radical como el contenido vacío de la
mete al riesgo de implosión. Como lo expresa en democracia. Vacío, no porque no signifique, sino
la contemporaneidad el auge de los dispositivos precisamente porque aquello que significa es una
de seguridad que llevan a un riesgo mayor aquello ausencia o una provisoriedad del sentido. El vacío
que querían defender generando su propia des- es en suma, “el ser mismo de la comunidad ex-

38 trucción. puesto al propio cambio.” Porque la comunidad


no está allí, ni aquí. La Comunidad no es “el lugar”
del sentido, como lo sugiere Nancy. Ni siquiera po-
6. Llegados a este punto, formulemos una ul- dríamos decir que es “un lugar”. La comunidad es
terior y última pregunta. ¿Cuál es la relación entre justamente la ausencia de lugar, un “no lugar”. El
biopolítica y comunidad? ¿Qué significa pensar la “no lugar” de nuestra existencia siempre compar-
comunidad biopolíticamente? Este es el umbral tida y abierta al otro. A los otros. Al otro que hay
de reversibilidad de la biopolítica. Su posibilidad en el “yo” o en el “tu”, o mejor aún, a lo otro que
afirmativa que coincide con una restitución de la hay ya desde siempre en “nos-otros”. .

Bibliografía de Roberto Esposito citada:


Communitas. Origen y destino de la comunidad (trad. de Carlo R. Molinari Marotto), Ed. Amorrortu,
Bs. As., 2003.
Immunitas. Protección y negación de la vida (trad. de Luciano Padilla López), Ed. Amorrortu, Bs. As., 2005.
Bios. Biopolítica y filosofía (trad. de Carlo R. Molinari Marotto), Ed. Amorrortu, Bs. As., 2006
Categorías de lo impolítico (trad. de Roberto Raschella), Ed. Katz, Bs. As., 2006.
Espósito, Roberto, Galli, Carlo y Vitiello, Vicenzo (comps.) Nihilismo y Política, (trad. Germán Prósperi), Bs. As.,
Ed. Manantial, 2008.

DERECHOYBARBARIE POLÍTICA, COMUNIDAD Y VIDA


DERECHO Y BARBARIE

Violencia legítima y legítima defensa


(algunas cuestiones en torno a una intuición benjaminiana)1
| Alexis Alvarez Nakagawa
41
“En última instancia, el derecho consiste en esto:
una violencia a la violencia
La pregunta será entonces ¿Cómo es que el Segunda cuestión:
derecho interioriza su negación? ¿Cuál es el me-
por el control de la violencia” canismo por el cual logra internalizar una violencia el temor del derecho y su
R. Esposito2 más allá del derecho y a su vez cómo justifica tal negación
accionar? La respuesta queda, por ahora, en el tin-
tero. Sin embargo, adelantamos que creemos po- Pareciera ser que hay algo que el de-
Acerca de una intuición fundamental der encontrar una respuesta, tal vez preeliminar, recho teme más que a nada, algo que
Este trabajo parte de una de tantas intuicio- en una institución del derecho mismo: la legítima produce en su organismo una reacción, un
nes benjaminianas: la relación indubitable entre defensa. estremecimiento, un escalofrío tembloroso: la
violencia y derecho. Es mi ¿modesta? intención violencia en cuanto tal, fuera de su orden y con-
echar luz sobre la relación entre violencia y dere- trol. Es así que el derecho monopolizará la violen-
cho, su maridaje histórico, su relación dialéctica o cia, la tomará a su exclusivo servicio, por temor
más bien su imbricación perenne. Veremos aquí, a ella, asumiendo entonces la sustancia de la que
se quiere proteger. Benjamin dirá “podría tal vez
que la violencia constituye y conserva derecho, Primera cuestión: considerarse la sorprendente posibilidad de que

40
pero también, que lo amenaza desde su interior.
Seremos testigos de un fenómeno extraño. El Violencia y derecho, constitución el interés del derecho, a monopolizar la violencia
de manos de la persona particular no exprese la
derecho, en un movimiento desesperado de in- y conservación del orden intención de defender los fines del derecho, sino,
ternalización de su afuera, absorberá su propia
negación y generará la anomia dentro del nomos: En 1921 W. Benjamin escribe un ensayo titu- mucho más así, al derecho mismo. Es decir, que la
nacerán así los espacios de excepción. lado “Para una crítica de la violencia”. En éste, el violencia, cuando no es aplicada por las correspon-
autor de ascendencia judeo-alemana esboza una dientes instancias de derecho, lo pone en peligro, 1
Le agradezco a Mauro Benente por las valiosas críticas que
intuición no menos que polémica3: la violencia se no tanto por los fines que aspira alcanzar, sino por le formulara a este trabajo y a Santiago Ghiglione por las
encuentra tras todo el orden del derecho en sus su mera existencia fuera del derecho”.8 sugerencias y correcciones que le realizara a este escrito.
2
orígenes y conservación; en palabras del autor Lo que se hace evidente aquí es que “lo que Esposito, Roberto, Immunitas, Protección y negación de
“toda violencia es, como medio, poder que esta- la vida, Amorrortu, Bs As, 2005, p. 48.
amenaza al derecho no es la violencia sino su
blece y mantiene el derecho”.4 ‘afuera’. El hecho de que exista un afuera-del-de-
3
Decimos que es una intuición porque Benjamin no se
Benjamin distinguirá entre dos formas de vio- preocupara en ninguna parte del ensayo por explicar lo que
recho. Que el derecho no abarque todo; que algo
afirma. Es decir, se trata de una afirmación a priori, tal vez
lencia -Gewalt- en cuanto al derecho: por un lado escape a su alcance”.9 irreductible, de la cual el autor partirá y a partir de la cual
la violencia fundadora, que será aquella que ins- La pregunta será entonces ¿qué es lo que el sacará conclusiones y derivaciones. Lo que nos interesa en
tituye y establece derecho y, por otro, la violencia derecho teme de esta violencia por fuera del de- este punto, es esta intuición fundamental (porque funda,
conservadora, que mantiene, conserva y asegura constituye el ensayo) y no muchas de las derivaciones que
recho? “¿Cuál es la función que hace de la violen- benjamín sacará a partir de ella (sobretodo las relativas a la
la permanencia y aplicabilidad del mismo. Sin em- cia algo tan amenazador para el derecho, algo tan violencia mítica y divina).
bargo, Benjamín no tiene la simple intención de digno de temor?” La respuesta “debe buscarse 4
insistir en la conexión que existe entre norma y Benjamin, Walter, Para una crítica de la violencia y otros
precisamente en aquellos ámbitos en que, a pe- ensayos, Iluminaciones IV, Taurus, Madrid, 1991, p. 23.
violencia, cosa que ya se encuentra en el centro sar del actual orden legal, su despliegue es aun 5
de toda una tradición de pensamiento realista5, “la En la cual se pueden situar Píndaro y Maquiavelo, entre
permitido”.10 Es decir, debemos dirigir la mirada a otros.
novedad radical del punto de vista de Benjamin aquellos espacios, a aquellos rincones del ordena- 6
reside justamente en reconocerlos como modali- miento donde la violencia es permitida más allá de Esposito, R., Immunitas, Protección y negación de la
dades, o figuras, de una misma sustancia -Gewalt- vida, Amorrortu, 2005, p. 46
sus fronteras, en donde con un movimiento de
que adquiere sentido precisamente a partir de su asimilación el derecho admite en su seno la vio-
7
Ibid
superposición”.6 Es que en definitiva, “la violencia lencia, la incorpora, y así la sitúa en un más acá de 8
Benjamin, W., Para una crítica de la violencia y otros
no se limita a preceder al derecho ni a seguirlo, las mismas. ensayos, Iluminaciones IV, op.cit., p. 26 y 27.
sino que lo acompaña- o mejor dicho lo constitu-
Como ámbito, en su despliegue, la huelga se 9
Esposito, R., op. cit., p. 47.
ye- a lo largo de toda su trayectoria con un movi-
nos presenta como un ejemplo paradigmático. La 10
miento pendular que va de la fuerza al poder y del Benjamin, W., Para una crítica de la violencia y otros
violencia de la huelga es permitida por el derecho, ensayos, Iluminaciones IV, op cit. P. 27.
poder vuelve a la fuerza”.7

DERECHOYBARBARIE VIOLENCIA LEGÍTIMA Y LEGÍTIMA DEFENSA


DERECHO Y BARBARIE
pirata o de robo, se despliega siempre en el inte-
rior de la esfera del derecho. Es una anomalía en
el interior de la juridicidad con la cual parecería
romper”.13 La guerra trae en su lógica una violen-
cia que se sitúa por fuera del orden jurídico, en su
aunque de forma limitada. Y el derecho permite exterior. Pero el derecho, al incorporar el derecho Es que, en el fondo, como intuye Benjamin en
esta huelga limitada, porque le teme a la violencia de guerra trae para sí, internaliza, algo que lo nie- la octava tesis sobre el concepto de la historia,
de la huelga sin control, a la huelga más allá de ga. Aquí también vemos que se abre un espacio la excepción es la norma17. Nuestras comunidades
todo limite, a la violencia de la huelga revoluciona- de no derecho, dentro del derecho.14 políticas se pueden considerar constituidas de ex-
ria. De esta manera, el derecho asimila lo que más cepción y norma; norma enmascaradora y excep-
Tercera cuestión:
teme, y de esta manera lo controla en su seno. El
derecho asimila la huelga, la permite bajo ciertos
reparos, la direcciona bajo ciertos carriles, para así
estados de excepción y disciplinas
Con los ejemplos de la huelga y la guerra, Ben-
ción latente. El poder necesita, para sustentarse,
armar un espacio, o mejor, espacios, de anomia,
de ajuricidad, donde los actos del propio poder
43
evitar la violencia mayor de la huelga revolucio- no se rijan por los principios del derecho. De esta
jamin nos muestra lo paradójico del derecho, que
naria. Pero ¿qué es lo que teme el derecho de la manera, el derecho es negado para afirmarse. Se
encierra dentro de sí, dentro de su estructura, ele-
violencia más allá de sí, de la violencia de la huelga niega el derecho para sustentar el orden, el orden
mentos que llevan a su propia negación. Es esto
sin control? “Lo que teme el estado, esto es, el que en definitiva el mismo derecho consagra. Es
lo que esta “podrido”, “corrompido”, dentro del,
derecho en su mayor fuerza, no es tanto el crimen como si el derecho fuera la vestal de los sacrificios
en el corazón del,
o el bandidaje (…) el que el orden exige, en momentos donde peligra
derecho. El de-
estado tiene miedo su propia existencia.
recho concede el
de la violencia fun- De esta manera, los espacios de excepción
derecho a su ne-
dadora, esto es, dentro del nomos, no son más que una faceta de
gación.
capaz de justificar, la excepcionalidad del funcionamiento del poder. En palabras del filósofo francés: “Históricamen-
de legitimar o de Sin embargo,
Podríamos decir que en realidad los estados de te, el proceso por el cual la burguesía ha llegado a
transformar relacio- la total negación
excepción legales no son más que el reflejo de un ser en el curso del siglo XVIII la clase políticamente
nes de derecho, y del orden jurídi-
poder anómico más espectral. Los estados de ex- dominante se ha puesto a cubierto tras la insta-
en consecuencia de co se encuentra
cepción juegan, se concretizan, cuando este po- lación de un marco jurídico explícito, codificado,
presentarse como en el Estado de
der de excepción espectral se torna insuficiente formalmente igualitario, y a través de la organi-
teniendo un dere- Sitio que se pre-
para mantener el orden.
cho al derecho”.11 senta como la

42 Pero, es aquí
donde se nos pre-
senta la mayor para-
excepción total,
la excepción de
las excepciones,
Agamben observa que el campo de concen-
tración – que se presenta como la apoteosis del
estado de excepción- es el espacio en el cual es
11
Derrida, Jacques, Fuerza de ley, El fundamento místico
de la autoridad, Tecnos, 1997, p. 89 y 90.
el estado de la posible observar las relaciones de poder desnudas 12
Etwa morsches im Recht., en el original. La traducción es
doja del derecho. En de todos sus elementos enmascaradoradores. Sin
excepción15. Este de Derrida. No tomo la traducción del texto que hasta ahora
este juego de per- embargo, fue Foucault quien vio con mayor cla- seguimos que dice “hay algo corrompido en el derecho”)
implica, lisa y lla-
misión-asimilación el ridad este poder espectral que se extiende tras por considerar mucho más expresiva la de Derrida, J., op.
namente, la sus-
derecho absorbe, en cit, p. 98.
pensión de todo todo el manto de ilusiones, y sobre todo de dere-
sí mismo, aquello que lo amenaza. El orden jurídi- chos y garantías de tinte igualitario que presentan 13
Derrida, J., op cit,, p 99.
el orden jurídico; su anulación desde su interior.
co incorpora algo contrario a su propia lógica, a su nuestros ordenamientos jurídicos. Las técnicas dis- 14
Tanto la huelga como la guerra, tienen la potencialidad,
propia estructura que se sustenta en el monopo- Pero, ¿a quién se le reserva tal derecho que
ciplinarias que se ciernen sobre nuestras comuni- eventualmente, de fundar derecho.
lio de la fuerza, admitiendo en su seno, la violencia niega el derecho en su conjunto?
dades políticas crean espacios de excepcionalidad, 15
El término “estado de excepción” lo tomo de la pluma
de los trabajadores, es decir, violencia externa y Ya a mediados del siglo pasado, Carl Schmitt, de suspensión de la norma, un contraderecho, de Agamben. Es decir, con este término denoto un estado
extraña al derecho. Es aquí, en este punto, donde definía al poder soberano como aquel capaz de que asegura un ejercicio de poder por fuera de la entre la anomia y el derecho. Un espacio donde la norma
el derecho incorpora su propia negación. Es aquí decretar el estado de excepción y así suspender el ley y que en definitiva coadyuva al mantenimiento sigue vigente pero no se aplica, y lo que se aplica no es
donde el orden se convierte en paradoja, donde orden jurídico.16 Es que en determinadas situacio- del orden.
norma vigente. Un espacio, en definitiva, de “anomia-
Benjamin con buen olfato dice “hay algo corrom- nes-Schmitt es un buen ejemplo- el pensamiento legal”. Sin embargo, lo que aquí me interesa no es la
fenomenología del estado de excepción sino cómo es que el
pido en el corazón del derecho”.12 jurídico puso en evidencia, con algo de descaro, derecho incorpora el instituto del estado de sitio -que abre
Lo que amenaza al derecho pertenece enton- la estructura del orden. Él necesita para su pervi- un espacio de violencia por fuera del derecho-, y de esta
ces ya al derecho, es derecho del derecho. En el vencia enmascarar su realidad de funcionamiento, manera, al igual que con la huelga y la guerra incorpora lo
movimiento de asimilación el orden jurídico se velar sus mecanismos y engranajes. El derecho es que niega su propia lógica. De este modo, este trabajo se
el instrumento que él elige para su aceptabilidad, centra en la violencia anómica y sus formas de incorporación
niega a sí mismo, a su lógica, a su estructura, e al derecho, fenómeno que sucede tanto en la huelga y en
internaliza las fuerzas de su propia destrucción. es la máscara que enseña, que encuentra, para la guerra, como en el estado de excepción agambeniano –
Porque en definitiva, en el seno de la huelga con- ocultar sus mecanismos de funcionamiento. Sin fuerza que se aplica, pero no está vigente- (para el concepto
trolada, late, se despliegan, las fuerzas de la huel- embargo, para que el velo no caiga, es necesario de “estado de excepción” ver, Agamben, G., Homo sacer,
que el mismo orden legal se excepcione. De esta El poder soberano y la nuda vida, Pre-textos, Madrid,
ga revolucionaria, de la violencia incontrolada, de 1995 y también Agamben, Giorgio, Estado de excepción,
la violencia fundadora. Por tanto es en el derecho manera se cierra el circulo: la ley se excepciona, y
Adriana Hidalgo, Bs As, 2005).
donde se suspende la lógica del mismo. En su pro- la excepción es ley.
16
En palabras del propio Schmitt “es soberano quien decide
pio interior se abre un espacio anómico, un espa- el estado de excepción” (Schmitt, C., “Teología política I”, en
cio de excepción a las reglas que él establece. Aguilar, O. (comp.), Carl Schmitt, teólogo de la política,
La guerra es otro ejemplo de la aporía inter- FCE, Méjico, 2001, p. 23.- el resaltado es mío).
na del orden jurídico. “La violencia guerrera que 17
Benjamin, W., “Tesis de filosofía de la historia”, en Discursos
se parece al ‘bandidaje’ fuera de la ley, la violencia interrumpidos, Taurus, Madrid, 1979, p. 182.

DERECHOYBARBARIE VIOLENCIA LEGÍTIMA Y LEGÍTIMA DEFENSA


DERECHO Y BARBARIE
Cuarta cuestión:
incorporación y justificación de la anomia
por la legítima defensa
Deberíamos preguntarnos, ahora, cuál es la
lógica por la cual se incorporan al derecho estos
espacios de anomia. En otros términos, cuál es el
mecanismo por el cual el derecho incorpora tanto
a la guerra como a la huelga, y en definitiva al
estado de sitio, en su seno.
La huelga nos dice Benjamin, por más pasiva
que ella sea siempre comporta violencia, en todo
45
caso la violencia del chantaje. Sin embargo, esta
violencia es violencia a otra violencia. Es la res-
puesta violenta de los trabajadores a la violencia
primera de la patronal. De manera que el dere-
cho incorpora la violencia que amenaza su orden
como violencia a otra violencia. Es este el modelo,
es esta la lógica retórica y discursiva que el dere-
cho sigue. Lo mismo sucede con la guerra. El de-
recho de hacer la guerra, sólo se patentiza como
derecho a la respuesta violenta de otra violencia.
Es decir, para que la guerra sea legítima, debe me-
diar una violencia anterior.
Vemos por tanto, que la lógica de la interiori-
zación es la lógica de la defensa a la violencia, y
la lógica de la defensa a la violencia es la lógica de
la legítima defensa20.
Y lo mismo sucede con el estado de sitio. El art. estado de naturaleza; para ver funcionar las disci-
44 48 de la Constitución de Weimar- en la que luego
se basaría la Verordnung zum Schutz von Volk
und Staat nazi-, rezaba así: “El Presidente del Rei-
plinas perfectas, los gobernantes soñaban con el
estado de peste”.22 Y en definitiva defensa de las
pestes. Según Elden23, “la figura del leproso es una
ch podrá, cuando la seguridad y el orden públicos figura simbólica: las figuras reales eran habitual-
se hallen gravemente perturbados o amenazados, mente los mendigos, los locos, los delincuentes”.
adoptar las medidas necesarias para el restableci- La disciplina, espectro tras el derecho, se incorpo-
miento de la seguridad pública, con el auxilio de ra así como medio de defensa social, medio de
las fuerzas armadas si fuera necesario. A este efec- contrarrestar la violencia previa de la peste, del
to puede suspender temporalmente los derechos crimen.
fundamentales contenidos en los artículos […]”21.
De este modo, cuando se halle amenazado
el orden, cuando la violencia ponga en peligro
al estado, el soberano cuenta con la facultad de 18
Foucault, Michel, Vigilar y Castigar, Nacimiento de la
suspender los derechos, para así, restablecer el or- prisión, Siglo XXI, Bs As, p. 225.
den. De esta manera, la negación-suspensión- del 19
Ibid, p 225 y 226 (las cursivas son mías).
derecho se legitima por su conservación, y en úl-
20
tima instancia por la preexistencia de una violencia No utilizo el término legítima defensa en su acepción
que lo amenace. legal. Es decir no me refiero a la construcción dogmática
de la legítima defensa propia del derecho penal liberal-
Vemos, entonces, que la lógica por la cual se burgués. Lo que trato de designar con este termino es el
legitiman los espacios de excepción y por la cual se espíritu, el elemento fundamental, de lo que la construcción
incorporan los mismos al orden legal, es la misma ético-jurídica denota. Según ésta, la legítima defensa es una
violencia justificada por una violencia anterior.
tanto en la huelga como en la guerra y en los esta- Es que no sería conveniente acotarnos a una legítima
zación de un régimen de tipo parlamentario y re- Por este poder disciplinario nuestras socieda- dos de sitio. Sin embargo, cabe hacer notar que, el defensa, siendo que ésta excede en su génesis al derecho
presentativo. Pero el desarrollo y la generalización des quedan insertas entre la excepción y la nor- espectro de la disciplina, poder que se encuentra moderno-burgués. Ésta no es un invento de los sistemas
de los dispositivos disciplinarios han constituido la ma: “Es preciso más bien ver en las disciplinas una en los límites de la excepción, también, se justifi- jurídicos modernos, sino que se encontraba presente en
otra vertiente, oscura, de estos procesos. Bajo la especie de contraderecho. Desempeñan el papel ca e incorpora, de alguna manera, como legítima otros desarrollos religiosos y éticos de tiempos pasados.
forma jurídica general que garantizaba un sistema preciso de introducir unas disimetrías insupera- defensa. Defensa a la peste. Según Foucault los 21
La cita es de Agamben, G., en Homo sacer, El poder
de derechos en principio igualitarios había, subya- bles y de excluir reciprocidades […] en el espacio modelos disciplinaros surgen, se basan, en las for- soberano y la nuda vida, op cit., p. 213.
centes, esos mecanismos menudos, cotidianos y y durante el tiempo en que ejercen su control y mas de controlar el estado de emergencia ante la 22
Foucault, M., Vigilar y Castigar, Nacimiento de la prisión,
físicos, todos esos sistemas de micropoder esen- hacen jugar las disimetrías de su poder, efectúan peste. En palabras del propio Foucault “Para hacer op cit., p 202.
cialmente inigualitarios y disimétricos que consti- una suspensión, jamás total, pero jamás anulada funcionar de acuerdo con la teoría pura los dere- 23
Elden, Stuart, “La peste, el panóptico y la policía”, Revista
tuyen las disciplinas.”18 tampoco, del derecho.”19 chos y las leyes, los juristas se imaginaban en el Nueva Doctrina Penal, N° 2004/B, Bs As, 2004, pp. 509 525.

DERECHOYBARBARIE VIOLENCIA LEGÍTIMA Y LEGÍTIMA DEFENSA


DERECHO Y BARBARIE
A modo de conclusión
El modelo de la legítima defensa, es decir la
violencia contra otra violencia anterior (ya sea la
patronal, el ataque exterior, la peste), es el modelo
retórico-discursivo, la construcción que se repi-
que, si es cierto lo que decimos, si es cierto que
te como justificativo, para legitimar los espacios
el derecho en su funcionamiento normal siem-
de excepcionalidad (anomia) y a la vez incorpo-
pre recurre al artilugio de la legítima defensa, que
rarlos dentro del espacio jurídico. Mommsen vio
toda violencia por fuera del derecho deba incor-
claramente esto al describir el Iustitium24 roma-
porarse a él, por este mismo medio, por medio de
no como una legitima defensa del Estado, decía:
“como en aquellos casos urgentes, en los cuales
la protección de la comunidad decae, cada ciuda-
la legitima defensa27. De esta manera, la legítima
defensa se convierte en la bisagra, en el punto de
unión, de la violencia legal y de la violencia anómi-
47
dano adquiere un derecho de legítima defensa,
ca. Ambas juegan dentro de un mismo orden dis-
de allí que existe un derecho de legítima defensa
cursivo, ambas se justifican con la misma retórica
inclusive para el estado y para cada ciudadano en
de la violencia a la violencia28.
tanto tal, cuando la comunidad está en peligro y la
función del magistrado viene a faltar”.25 Todo lo dicho nos debería llevar a indagar, en-
tonces, un poco más acerca de esta construcción
Ahora bien, ¿Por qué el poder necesita justi-
ético-jurídica de la legitima defensa y su relación
ficar su violencia anómica por el recurso de la le-
con las formas de justificar la coacción –normal
gítima defensa? ¿Por qué es que la excepción se
o de excepción- en nuestro derecho moderno.
instala como defensa a otra violencia anterior?
En este intento, deberíamos observar antes que
Las respuestas, tal vez, las deberíamos buscar nada, cómo es que la tradición jurídica cooptó di-
en las prácticas discursivas y en los modos por las versos elementos que a la sazón fueron utilizados
cuales se intentó, alguna vez, justificar la violencia. para enmascarar esta aporía interna del derecho,
Todas ellas parecen convergir en una sola respues- para hacer menos evidente, su evidente parado-
ta: la única forma de justificar un acto violento -ya ja. Y deberíamos tener siempre presente que este
sea legal o no- es como respuesta a otro acto modelo discursivo de la legítima defensa ha acom-
violento previo. pañado y acompaña, cual rocinante, a cada acto
En este sentido, Balibar nos dice que: “Cuan- de poder violento que necesita de razones. .
46 to más oímos a historiadores, filósofos, juristas,
politólogos discutir con respecto a la violencia,
mayor es nuestro convencimiento de que el prin-
cipal -acaso único- esquema lógico y retórico que
sirve para legitimar la violencia es el de la con-
traviolencia preventiva”26. La legítima defensa
se presenta así como la mascarada retórica que
necesariamente debe acompañar cada acto de
violencia. De esta manera, la legítima defensa es el
núcleo duro, el modelo discursivo paradigmático
del ejercicio del poder violento.
En este sentido, pareciera ser que todo el or-
den del derecho se mueve con la cadencia, de la 24
Antecedente histórico, del estado de sitio moderno, en la
legítima defensa. De esta forma, el derecho busca lex romana.
incesantemente la violencia anterior a su violencia 25
Mommsen, Theodor, Romisches Staatsrecht, Akademis-
–venidera o presente- ¿Qué son los tribunales sino che Druck,Graz, 1969, vol. I, pp 687 y ss (cit. Agamben, G.
grandes maquinarias de establecer quién es el pri- Estado de excepción, op cit., p. 88).
mer atacante? ¿Qué son, sino usinas productoras 26
Balibar Étienne, Violencias, identidades y civilidad,
de la justificación de la coacción futura? De este Gedisa, Bs As, 2005, p. 114.
modo, el derecho sólo coacciona legítimamente a 27
En este sentido, podemos parafrasear a Derrida y decir que,
quién atacó primero. La coacción civil o penal sólo los estados de excepción no son más que “una anomalía
sobrevendrá después de descubrir la verdad de en el interior de la juricidad con la cual pacerían romper”.El
lo sucedido: el problema es que la búsqueda del término parecería indica aquí que la ruptura no se produce
realmente. Sin embargo, esto no excluye la existencia de una
derecho es unidireccional; la única verdad que le anomalía, una paradoja en el orden interno del derecho.
interesa al derecho es la de quién es el agresor Es por ello que, no hablamos aquí de contradicción, sino
y quién la víctima, quién agredió primero y quién de algo que sin contradecirse no deja de ser anómalo,
sufrió el ataque. No será de extrañar entonces paradójico.
28
De alguna manera, derecho y legítima defensa se
identifican, en tanto la aplicación del primero garantizaría el
sobrevenir de la segunda. De este modo, toda violencia por
fuera del derecho, tan sólo puede ser incorporada al mismo,
en tanto y en cuanto, se produzca su conversión en legítima
defensa.

DERECHOYBARBARIE VIOLENCIA LEGÍTIMA Y LEGÍTIMA DEFENSA


BARBARIE Y DERECHO LIBROS

Notas sobre El Arte, Meninas se pregunta por el espejo de la pintura,


“¿Cómo podríamos evitar ver esta invisibilidad
que está bajo nuestros ojos, ya que tiene en el
ejercicio de crueldad de Georges Bataille cuadro mismo su equivalente sensible, su figu-
ra sellada?”4. Es en este juego de duplicidades, de

| Valeria Tentoni
espejismos, donde se abre el abismo, la herida, el
tajo en el bastidor. La inquietud que genera aque-
lla latencia, aquella apertura que no cierra, sino
49
que disloca el círculo.
La destrucción y el consumo en el arte no se-
Georges Bataille, nació en Francia en los albores taille que si bien el cuadro rían, por caso, más que expresiones modernas de
del siglo XIX. Miembro del movimiento surrealista puede contener, suponga- aquel resabio de inercia de sacrificio, la herencia –
hasta entrar en conflicto con Breton, perteneció al mos, un suplicio, no es el por ejemplo en el arte plástico-. “Lo que siempre
Círculo Comunista Democrático y fundó más tar- enmarcado en aquél su- se espera es una fulguración que consume”5 va
de el Colegio de Sociología Sagrada junto a Roger plicio el juez, es decir, no a decir Bataille, pero esa destrucción siempre será
Caillois y Michel Leiris. Fue el fundador, también, es quien vaya a intentar moderada, acota, ya que el deseo es también mo-
de las revistas Critique, Documents, y Acéphale “amonestarnos”, sino que derado, de un peligro que no se presente “dema-
(la que también compuso una sociedad secreta), nos ubicaremos frente al siado grave”6. Porque, como ya dijo, el sacrificio
y su obra se compone tanto de novelas y poesías, objeto-arte desde aquella es un señuelo, y entonces el público estará some-
como de escritos críticos y filosóficos. lejanía que nos exime del tido, como un pez y un anzuelo, al juego latente
cuadro del que, justamen- de la tanza; es en esa tensión donde se ubica la
Su pensamiento tiene como eje a la experien-
te, somos testigos. Enton- potencia de la crueldad, y no en el filoso –concreta
cia, en un rechazo rotundo (lo que llama “horror”)
ces la atracción y el interés y definitivamente filoso- anzuelo (la imagen total
del mundo cerrado, de lo que anotaba como “de-
se debatirán con cualquier del suplicio, por ejemplo), ni en el obtuso y en-
bilidad del moralismo”. La experiencia, para Bataille,
ceguecido pez. Es en la tanza donde la crueldad
48 se erige en única autoridad; y es por eso que mu- horror posible, surgiendo
como vector el elemento resuelve la caza o no.
chos de sus escritos han sido catalogados como
exposiciones de su propio yo a la experiencia mis- placer. Pero, ¿por qué caemos en morder el anzuelo?
ma. De hecho, Jean-Paul Sartre dijo de La Expe- Bataille va a decir que el arte, si bien se ha li- ¿Por qué “picamos”? Y entonces Bataille vuelve
riencia Interior de Bataille, que era un “ensayo berado del servicio al sacrificio religioso de otrora, a aquello que había propuesto; por el retazo de
mártir”. En esta inteligencia, Bataille llegó a decir permanece atado a la representación de lo repug- “sensación de farsa” que nos queda desde niños,
que la filosofía no era otra cosa que “ponerle un nante. Ejercita un paralelo entre las paradojas de por esa insistencia: todavía no terminamos de
traje a lo que existe, un traje matemático”. la fiesta, de la emoción y del sacrificio, para decir aprehender el universo, y entonces: “Lo que nos
luego que una de las fallas de este mundo es la atrae en el objeto destruido […] es que tiene
El texto que nos ocupa, ha sido publicado re-
última de esas paradojas, la del sacrificio. la capacidad de revocar –y arruinar- la solidez
cientemente en una recopilación del trabajo de
del sujeto”; “lo que esperamos desde la infan-
este pensador que Adriana Hidalgo Editora rea- Propone que la conducta que de niño se tiene
cia es el trastorno del orden en que nos aho-
lizó bajo el nombre de La felicidad, el erotismo ante el mundo se corresponde con una de cons-
gamos”.7
y la literatura. En este libro, además del ensayo tante estado de sospecha; y que en la adultez
que le da nombre, se hacen sitio escritos tan es- aquello se trueca hacia una sensación de posesión Finalmente, el sujeto se debate entre aceptar
tructurales para la obra de Bataille como La au- del mundo y los objetos del mundo –y las ideas del el universo sin preguntas, deteniendo la ingenui-
sencia de mito, La Guerra y la Filosofía de lo mundo y de los objetos del mundo– que detienen dad en el límite que permita tolerar sin continuar
Sagrado, El Soberano, o El erotismo, Sostén de en el ser aquél ejercicio de desconfianza, pueril e la interrogación –alejarse, más y más, del cuadro,
la Moral –donde también vincula placer y horror, ingenuo, el cual permite –en “sólo un pequeño nú- caminando de espaldas a él– o ceder a la trampa,
como en este escrito que tomamos ahora, dicien- mero de nosotros”, dice el autor– descubrir (toda- pero de todas maneras, llegando a un vacío idén-
do que “…no podemos gozar sino a condición vía) aquella esquirla del universo: la que llama “cruel tico; ya que como anota Bataille, de continuar
de seguir sintiendo vergüenza.”1 - ente muchos costumbre del sacrificio”. Desde este panorama, hasta el final siguiendo el señuelo –de navegar
1
otros. anota, la imagen del sacrificio de Jesuscristo en la el río tras en anzuelo y finalmente abrir la boca Bataille, Georges. “La Felicidad, el Erotismo y la
para morderlo– lo que quedaría por destruir sería Literatura”. Adriana Hidalgo Editora. Buenos Aires. Año
“El arte, ejercicio de crueldad” fue original- cruz permanece entre nosotros como una de las 2008. Página 377.
más notables expresiones de la crueldad en el arte. el sujeto. No habría otra manera de exiliarnos del
mente publicado en 1949, y abre diciendo que 2
Luego indica que el sacrificio funciona como un campo de ambigüedad que tanto nos inquieta. La Bataille, Georges. Obra citada, página 117.
“El pintor está condenado a complacer”2, indi-
señuelo; en este sentido, Bataille está advirtiendo misión del arte será entonces la de generar un 3
Benjamin, Walter en “La Obra de Arte en la época de su
cando que desde el inicio el artista no puede bajo
que luego de aquella fascinación que genera, difícil minúsculo rapto, un instante apenas en el que, reproductibilidad técnica”. Editorial Taurus. 1976.
ningún concepto generar aversión con su obra,
es reponerse hacia un estado reflexivo. El sacrificio, al exponernos lo terrible, la cercanía de la muerte 4
Foucault, Michel. Las Meninas, en “Las Palabras y las
salvo que exponga el horror para alejar al público
entonces, enceguece, encandila. nos silbe su aliento álgido en la cara, en un juego Cosas”. Página 14. Siglo XXI Editores. 2002. Buenos Aires.
de éste –el aura de Benjamin: “la manifestación
insondable con los límites, para devolvernos lue- 5
Bataille, Georges. Obra citada, página 120.
irrepetible de una lejanía”3 , en una negociación En este sentido, el Jesús crucificado duplica
go al plácido terruño que es la confianza despre-
subterránea entre el placer, el horror, la obra y la la cruz; es la cruz sobre la cruz, es él mismo la 6
Ídem nota 3.
venida de nuestra (falsa) sensación de propiedad
fulgurante necesidad de repregunta. Anota Ba- cruz. Podríamos traer a Foucault cuando en Las 7
Bataille, Georges. Obra citada, página 124.
del universo. .

DERECHOYBARBARIE NOTAS SOBRE “EL ARTE, EL EJERCICIO DE LA CRUELDAD”


BARBARIE Y DERECHO LIBROS

¿Qué es la propiedad?
de Pierre Joseph Proudhon
| Mauro Benente 51
En el primer número de Derecho & Barba- se refieren a su concepción sobre los sucesos en pantes varía constantemente, es imposible consa-
rie comenté, junto a Claudio López, el libro El Francia en 1789 y la relación entre propiedad e grar un derecho de propiedad (PROUDHON, 2007,
anarquismo frente al derecho publicado por igualdad. Respecto al primer asunto, Proudhon, 75-76). Asimismo, destaca que tampoco puede
la editorial Anarres. Allí decíamos que aquel tra- escinde las nociones de revolución –que se pro- tenerse a la ley civil como fundamento de la pro-
bajo podía ser tenido como una excelente intro- duciría cuando nuestras ideas cambian radicalmen- piedad ya que su inspiración fue la igualdad –por
ducción al ideario anarquista. Continuando este te- de la de progreso –que alude a una extensión lo que la ley civil sólo podría justificar la posesión-
sendero, nada lineal por cierto, es que arribamos o modificación de nuestras ideas- (PROUDHON, (PROUDHON, 2007: 66-75).
al primer libro en el que un autor se reconoce 2007:33). Así, afirma, teniendo en cuenta que no Si bien el tercer capítulo pretenderá impug-
anarquista. ¿Qué es la propiedad?, editado por se han abolido la soberanía ni la propiedad privada nar al trabajo como causa eficiente del derecho
libros Anarres, y disponible en forma gratuita en sino que se han repartido en un mayor número, de propiedad, Proudhon criticará también otros
http://www.quijotelibros.com.ar/anarres.htm, que los sucesos acaecidos en Francia a partir de postulados. Dirá que: como la tierra –al igual que
motivo de este breve comentario. 1789, no se corresponden con la categoría de re- el agua y el suelo- es indispensable para la vida,
Pierre-Joseph Proudhon nace el 15 de enero volución sino con la de progreso (PROUDHON, es insusceptible de apropiación (PROUDHON,
de 1809, en Besançon. Luego de dedicarse a la- 2007, 34-38).2 2007:83); el consentimiento no justifica la propie-

50 bores rurales, comienza a trabajar como tipógra-


fo y en 1833, luego de un paso fugaz por Paris,
se incorpora a la imprenta de los Gauthier. Tres
En cuanto al segundo asunto dirá que –y este
será a un eje que travesará gran parte de la obra- los
argumentos que sostienen la propiedad concluye
dad porque no puede renunciarse al trabajo ni a
la libertad –y en tal caso la renuncia debiera ser
recíproca- (PROUDHON, 2007:84); la propiedad no
1
Esta característica también se percibirá en la confianza
depositada en la ciencia como móvil de progreso que
atraviesa varios pasajes de la obra de Proudhon, y también
años más tarde, junto a dos amigos, establece en la igualdad, no son otra cosa que la negación de puede adquirirse por prescripción porque no se estará presente en la de otros anarquistas como Kropotkin
una imprenta y trabajando como imprentero, es la propiedad (PROUDHON, 2007, 38-39). puede poseer a título de propietario y el derecho [1842-1921]. Así el autor ruso veía un progreso en el
maquinismo –producto por excelencia de la ciencia aplicada-
que escribe su primera obra, un anexo a la obra En el segundo capítulo, Proudhon arreme- de posesión es universal, entre otros argumentos
y en su colectivización el goce de alimentación y vestido para
de Bergier titulado Elementos primitivos de la terá contra la noción de propiedad aportada por (PROUDHON, 2007:85-91). todos (KROPOTKIN, 2005:65-97), así como la liberación de la
lengua. En 1838 Proudhon liquida la imprenta y el derecho romano y retomada por el código na- Cuando Proudhon dice analizar el trabajo, se mujer de las tareas domésticas (KROPOTKIN, 2005:123-128).
en 1839 obtiene una beca otorgada por la Acade- poleónico: usar y abusar de las cosas3. A partir de ventilan numerosos argumentos interesantes, Para los caracteres de pensamiento moderno, ver PARDO
mia de Besançon, gracias a un concurso ganado (2000) y para el método como garantía del conocimiento
aquí cobrará relevancia la distinción entre propie- pero los más atractivos pueden reducirse a dos. válido en el marco de la modernidad, ver RIVERA (2003).
con una obra titulada: Discurso sobre la utilidad dad –que aludirá a un uso, abuso y cobro de algún Por un lado, aprueba que el trabajador se haga de 2
de la celebración del domingo en relación a la Dentro del pensamiento del siglo XIX que puede
tipo de interés- y posesión –que aludirá al hecho los frutos, pero no del suelo: la propiedad del pro-
higiene, a la moral, a las relaciones de familia y denominarse revolucionario, los sucesos de Francia de 1789
de ser administrador de un bien o instrumento ducto no supone la propiedad del medio4. Por otro fueron vistos como un proceso que se “quedó a mitad de
de sociedad. Allí Proudhon dirá que toda ganan- para la producción- (ANSART, 1971: 39-40). Proud- lado, postula lo que se ha dado en llamar teoría de camino”. Así, en el Manifiesto Comunista, se alude al carácter
cia obtenida de un tercero sin su consentimien- hon dirá que si bien el discurso legitimante erige el la fuerza colectiva5, entendiéndola como la fuerza revolucionario de la clase burguesa, pero se sostiene que
to es un robo, algo sobre lo que profundizará en derecho de propiedad como un derecho natural, que resulta de la cooperación entre los individuos el proceso se detuvo cuando los intereses de esta clase
¿Qué es la propiedad? Investigaciones sobre el hubiesen comenzado a ser perjudicados (MARX - ENGELS,
presenta notables diferencias en relación a los de- y que sería inexistente sin ésta. Dado que esta
principio del derecho y del gobierno, obra apa- 1998:13-42)
rechos naturales de igualdad, libertad y seguridad: fuerza colectiva no es retribuida por el capitalista
3
recida en 1840. Nada he dicho de los estudios de el derecho de propiedad sólo existe en potencia (PROUDHON, 2007:101), es posible hablar de una Como destaca Ansart, es esta noción de propiedad la que
Proudhon en la Universidad, de sus cátedras. No Proudhon intentará demostrar que es irracional e imposible
para la mayoría de los ciudadanos; es susceptible explotación del hombre sobre el hombre, consis- (ANSART, 1971:39)
es que lo haya olvidado, Proudhon era peón de de transacciones; admite restricciones y no es ab- tente en “que el salario del trabajador no excede 4
campo, obrero, y autodidacta. A mi entender, la construcción argumentativa que lo lleva
soluto (PROUDHON, 2007:45-52). Además, y con nunca de su consumo ordinario y no le asegura el
a tal aseveración padece una falacia de petición de principio.
En el primer capítulo de la obra, Proudhon un potente argumento, asevera que mientras la salario de mañana, mientras que el capitalista halla Dice Proudhon: “apruebo que el trabajador haga suyos los
esbozará la que sea, tal vez, su expresión más libertad y seguridad del rico no se molestan con la en el instrumento producido por el obrero un ele- frutos; pero no comprendo cómo la propiedad de éstos
conocida: la propiedad es un robo. Es intere- libertad y seguridad del pobre –sino que pueden mento de seguridad para su porvenir” (ROSEMBUJ, puede implicar la de la tierra. El pescador que desde la orilla
sante destacar que muy rápidamente, y antes de complementarse-, el derecho de propiedad del 1979:26-27). Finalmente, Proudhon postulará que del río tiene la habilidad de coger más cantidad de peces
que sus compañeros, ¿se convertirá por esa circunstancia,
entrar en asunto, el autor francés plantea su mé- primero debe defenderse de las ansias de propie- en la sociedad todos los salarios debieran ser igua-
en propietario de los parajes en los que ha pescado?”
todo –que será en función del objeto de estudio dad del segundo (PROUDHON, 2007:48). les, básicamente, porque todos somos deudores (PROUDHON, 2007, 94).
(PROUDHON, 2007:19)-, lo que da la pauta que es- Por otro lado, se dirá que sólo si se tiene a la de la sociedad (PROUDHON, 2007: 104-127)–y en En la tarea de averiguar si la apropiación del producto implica
tamos ante un pensador moderno.1 ocupación como fundamento de la propiedad, definitiva la retribución debiera estar limitada tan- la apropiación del medio, Proudhon asume aquello que
to por el aporte realizado a la sociedad como por está intentando averiguar: que la apropiación de los peces
En esta parte se presentan numerosos argu- podrá justificarse la posesión (PROUDHON, 52-66). (productos) no supone la apropiación del paraje (medio).
mentos, quizás no del todo sistematizados, pero Esto es así porque si asumimos que todo hombre la riqueza que ésta reporte-.
5
Así D´AURIA (2007a: 18-19).
sin lugar a dudas, los elementos más atractivos tiene derecho a la ocupación y el número de ocu-

DERECHOYBARBARIE ¿QUÉ ES LA PROPIEDAD?


BARBARIE Y DERECHO LIBROS
El capítulo cuatro puede que sea el más im-
pactante de su obra, ya que intentará demostrar
matemáticamente la imposibilidad de la propiedad;
a lo largo de la obra Proudhon intenta demostrar
las contradicciones del discurso legitimante del
derecho de propiedad, y en este capítulo acudi-
rá a la autoridad de los números para hacerlo. Al
comienzo del capítulo Proudhon aclara nueva-
mente qué ataca cuando propone un embate al
derecho de propiedad y la asimila con el derecho
de albarranía (PROUDHON, 2007:130-133), que po-
demos decir que designa todos los casos en los
cuales –arriendo tratándose de tierras, alquiler
53
tratándose de casas, renta tratándose de capitales
inmovilizados, etc.- la propiedad permite la apro-
piación del trabajo ajeno (ROSEMBUJ, 1979:27). Si
bien nuestro autor intenta probar la imposibilidad
de la propiedad a través de 10 proposiciones, en
esta breve reseña, debiera decirse que compro-
bado que no puede consumirse más de lo que se
produce, sólo puede haber individuos que por ser
propietarios viven del trabajo ajeno en la medida
en que lo producido alcance para la subsistencia
de quienes trabajan y la de los zánganos (PROUD-
HON, 2007:140-147). Empero, si todos quisieran
ser propietarios y vivir del trabajo ajeno, la propie-
dad se autodestruiría.
En el capítulo quinto, Proudhon intentará
descubrir por qué queremos la propiedad –aun
siendo ésta odiosa e imposible- y por qué no sa-

52 bemos realizar la igualdad (PROUDHON 2007: 185,


205). El autodidacta oriundo de Besançon inten-
tará descubrir en qué nos diferenciamos de los
animales en nuestra socialización. En el primer
grado de socialización no hay diferencias: tanto el
hombre como el animal se acercan a sus prójimos
magnéticamente (PROUDHON, 2007:185-190).
En el segundo grado, el de la justicia -entendida
como “reconocimiento en el prójimo de una
personalidad igual a la nuestra” (PROUDHON,
2007:190)- hay igualdad en el plano del pensa-
miento, pero sólo el humano puede tener una idea
sobre ella. Esta sentencia abre la distinción entre el
humano y los demás animales: mientras que en
su labor el trabajador se encuentra en constan-
te intercambio de ideas con el prójimo, entre los
animales no hay comunicación y cada uno realiza Bibliografía
su labor sin esperar la cooperación del prójimo ANSART, Pierre (1971), Sociología de Proudhon, Ed. Proyección, Bs. As.
(PROUDHON, 2007:196-197). Ahora bien, en este D´AURIA, Aníbal (2007a) “Introducción al ideario anarquista” en GRUPO DE ESTUDIO SOBRE EL ANARQUISMO, El anar-
contexto, el error que nos ha llevado a consagrar quismo frente al derecho, Libros Anarres, Bs. As.
la propiedad tiene como origen la facultad de re- GUÉRIN, Daniel (S/D), El anarquismo, Libros Anarres, Bs. As.
6
Proudhon afirma que puede que el hombre quiera flexión que tienen los individuos, la que puede lle-
KROPOTKIN, Piotr A. (2005), La conquista del pan, Libros Anarres, Bs. As.
someterse a la ley, servir a la patria, pero debe hacerlo cuando varlos a comportamientos egoístas (PROUDHON,
le plazca; quiere ser útil por raciocinio, no por mandato MARX, Karl, ENGELS, Friedrich (1998), Manifiesto Comunista, Ed. Debate, Barcelona.
2007:205- 211). Proudhon dirá que no es posible
imperativo (PROUDHON, 2007:213-214). Una crítica similar al PARDO, Rubén H. (2000), Verdad e historicidad. El conocimiento científico y sus fracturas en DÍAZ, Esther (edi-
comunismo estatista pareciera presentarse en Stirner. Guérin un gobierno ni una administración pública que no
tora), La posciencia,Ed. Biblios, Bs. As.
afirma que “según Stirner, para el comunista sólo existe el tenga como fundamento a la propiedad (PROUD-
PROUDHON, Pierre Joseph (2007), ¿Qué es la propiedad? Investigaciones sobre el principio del derecho y del
trabajador como tal; es incapaz de ver más allá, de pensar HON, 2007:226) y concluirá el capítulo con un em- gobierno, Libros Anarres, Bs. As. Título original: Qu´ est-ce que la propieté?, 1840, traducción de A. Gómez Pa-
en el hombre, en el ocio del hombre. Descuida lo esencial: bate a la idea de comunidad –por ese entonces dilla.
permitirle gozar de sí mismo como individuo después de
asociada al estatismo de Louis Blanc [1811- 1882]6- RIVERA, Silvia (2003), La epistemología y sus formas cambiantes, en BERGALLI, Roberto y MARTYNIUK, Claudio
cumplida su tarea como productor. Stirner entrevé, sobre
todo, el peligro que implica una sociedad comunista, en la y con diez puntos que podrían entenderse como (compiladores), Filosofía, política, derecho. Homenaje a Enrique Marí, Ed. Prometeo, Bs. As.
que la apropiación colectiva de los medios de producción una suerte de “ingeniería constitucional anarquis- ROSEMBUJ, Tulio (1979), Conocer Proudhon y su obra, Ed. Dopesa, Barcelona.
conferiría al Estado poderes mucho más exorbitantes que ta” –si es que esto no es una contradicción-. .
los que posee en la sociedad actual” (GUÉRIN, S/D:49)

DERECHOYBARBARIE ¿QUÉ ES LA PROPIEDAD?


BARBARIE Y DERECHO LIBROS

No hay mejor defensa que un buen ataque:


comentario a “Defendiendo a la humanidad”
de George Fletcher y Jens Ohlin 55
| Claudio López*
Para George Fletcher y Jens Ohlin cuatro he- Esta peculiar decisión metodológica es justi- frente a un ataque. Es sobre esta última situación
chos recientes han revelado la existencia de una ficada a partir de que tanto los individuos como que enfocan su atención. Su análisis toma como
falta de comprensión del concepto de legítima los estados “…son agentes libres, capaces de punto de partida los artículos 2.4 y 51 de la Carta
defensa aplicado al derecho internacional: la inva- deliberar, de tomar decisiones y pueden ser res- de las Naciones Unidas. El primero prohíbe el uso
sión norteamericana en Afganistán, la ocupación ponsabilizados por sus acciones”. Conscientes de de la fuerza contra cualquier Estado y el segundo
de Irak también por parte de los Estados Unidos, lo problemático que es afirmar que un estado es reconoce el derecho a la legítima defensa frente a
la incursión militar israelí en el Líbano en 2006 y la un agente moral individual2 los autores proponen un ataque armado.
guerra civil en Darfur. Tal vez esta lista de hechos postergar la discusión y partir del hecho de que De modo bastante exhaustivo la obra inten-
-a la que podríamos añadir, sin demasiado temor así son tratados en el ámbito del derecho inter- tará, en primer lugar, desentrañar los principios
a una oposición por parte de los autores, el re- nacional. que rigen a la legítima defensa en los sistemas
ciente ataque del Estado de Israel a la franja de Sin lugar a demasiada duda, la lectura de esta penales internos de cada estado. Para ello presta-
Gaza- refleje el principal mérito de Defendiendo a obra estará condicionada por la postura que adop- rá singular atención a los desarrollos doctrinales y
la Humanidad (Hammurabi 2009), su oportunismo. te el lector frente a la metodología propuesta. In- jurisprudenciales del medio anglosajón y germa-
De la academia al café, de la oficina al noticiero, en cluso podríamos decir que la falta de una mínima no. En esta tarea se detendrán en el renombrado

54 menor o mayor medida, con mayor o menor pre-


cisión y agudeza, se discute sobre estos hechos y
aparece, en forma explícita o no, la pregunta acer-
simpatía hacia ella hará ciertamente escabroso el
trayecto hacía su conclusión. En nuestro caso el
esfuerzo imaginario orientado a encontrar cir-
caso “Goetz”, de gran trascendencia en el mundo
anglosajón3. Las reflexiones en torno a este caso,
que ya habían sido plasmadas en un trabajo previo
ca de la legitimidad del uso de la fuerza por parte cunstancias que permitan emparentar, tal como por parte de Fletcher4, servirán de referencia per-
de un estado. La obra que comentamos propone propone el libro, las relaciones entre individuos y manente a lo largo de toda la obra. Este proce-
inmiscuirse en esta discusión desentrañando los los vínculos entre estados en las sociedades mo- so les permitirá reconstruir los seis principios que
alcances de la legítima defensa en las relaciones dernas, nos lleva a la sospecha de que quizás haya para ellos rigen la reflexión en torno a la legítima
interestatales. una manera más atractiva de reconstruir la analo- defensa: la existencia de un ataque evidente, ile-
Alguna aclaración sobre los autores que tal vez gía propuesta. Tal vez si pensáramos a las relacio- gitimo e inminente al que se responde con una
pueda arrojar luz a la decisión de comentar un li- nes entre individuos en las sociedades modernas, defensa necesaria, proporcional e intencional.
bro con un título tan particular. George Fletcher no como un vínculo entre pares iguales y autó- A partir de estos elementos tratarán de re-
es conocido en nuestro medio por sus investiga- nomos, sino como relaciones de sometimiento de flexionar sobre incidentes bélicos reales, intentan-
ciones en materia de derecho comparado; parti- unos sobre otros, y supusiéramos que el ordena- do determinar si ellos pueden ser encuadrados en
cularmente por su intento de llevar las ideas de miento jurídico reproduce, constituye o enmasca- un uso legítimo de la defensa o si, por el contrario,
la dogmática penal continental (especialmente la ra esta circunstancia, podríamos pensar también constituyeron un acto de agresión. En este ejerci- *
Médico cirujano, ex secretario general del grupo
alemana) al ámbito del derecho anglosajón, traba- que esta específica forma de vincularse se repite cio, pondrán a prueba las categorías propuestas anarcosindicalista de Laferrere “Los panaderos de
jo que se vio plasmado en el ya clásico Rethinking en las relaciones entre estados. En este sentido, se en hechos recientes como las invasiones norte- Kropotkin”, circunstancialmente miembro auxiliar de la
Criminal Law (Little Borwn, 1978)1. Jens Ohlin fue podría sostener, tal vez guiados por cierta mirada americanas en Afganistán e Irak, pero también en revista Derecho y Barbarie.
alumno del Profesor Fletcher en la Universidad de conspirativa-imperialista, que las relaciones entre acontecimientos más remotos como la llamada 1
Quizás esta circunstancia explique la particular propuesta de
Columbia donde se doctoró en filosofía. estados son relaciones de sometimiento de unos crisis de los misiles cubanos o la guerra de los seis trabajo desde la que se desarrolla la obra que comentamos.
sobre otros y que el derecho internacional repro- días. 2
Ya es suficientemente problemático predicarlo respecto de
El argumento central de los autores es que la
duce, constituye o enmascara esta circunstancia. un sujeto individual.
falta de comprensión del concepto de legítima En el capítulo VI los autores explorarán la po-
En cualquier caso, este modo de emparentar unas 3
defensa en el derecho internacional puede ser so- sibilidad de que el derecho a defenderse legíti- En 1984 en el subterráneo de la ciudad de Nueva York
relaciones con otras poca utilidad hubiera repor- Bernhard Goetz fue abordado por 4 adolescentes de
lucionada utilizando los principios desarrollados en mamente de un ataque no pertenezca sólo a los
tado para la propuesta de trabajo que ensayan los color, uno de los cuales le pidió cinco dólares, ante esta
torno a este instituto en los distintos ordenamien- Estados sino también a lo que ellos entenderán
autores y tampoco está exenta de muchas de las circunstancia Goetz sacó un revolver 38 Smith & Wesson
tos jurídicos nacionales. De este modo, toman los como pueblos o naciones. La postura que adoptan y disparó contra los cuatro jóvenes, ninguno murió pero
críticas que puedan hacerse al que ellos sostie-
lineamientos desarrollados en torno a este insti- en este sentido cobra trascendencia dentro de su uno quedó paralizado de por vida. En el juicio Goetz fue
nen.
tuto del derecho penal por las jurisprudencias y sistema, pues si las naciones tienen este atributo absuelto de los cargos de asalto y tentativa de homicidio, y
doctrinas locales (especialmente las de Alemania De acuerdo a Fletcher y Ohlin en el derecho los estados, o incluso otras naciones, podrían rea- condenado por una infracción legal vinculada con el arma
internacional el uso de la fuerza sobre un estado que portaba.
y Estados Unidos) e intentan adaptarlos a los con- lizar una incursión militar justificada en uso de los
tornos propios del derecho internacional. sólo se encuentra permitido en dos circunstan- autores llaman “legítima defensa colectiva”, ya sea
4
Ver Fletcher George, “A Crime of Self-Defense: Bernhard
cias: ante una resolución del Consejo de Seguri- que la agresión hacia la nación auxiliada provenga Goetz and the law on Trial”, University of Chicago Press,
dad de la ONU que lo autorice o como defensa Chicago, 1988.

DERECHOYBARBARIE NO HAY MEJOR DEFENSA QUE UN BUEN ATAQUE


BARBARIE Y DERECHO LIBROS
de un enemigo externo o del propio estado que
la alberga. Estos conceptos serán utilizados para
analizar conflictos recientes y actuales como los
de Rwanda, Kosovo y Darfur.
De especial interés resulta el capítulo VII dedi-
cado al análisis de las doctrinas de los ataques pre-
ventivos y las guerras anticipatorias. La reflexión
respecto a este tema girará entorno a la noción de
inminencia. Para plantar la discusión en este lugar
deberán primero sortear un importante obstáculo
y es que el artículo 51 de la Carta de las Naciones
Unidas exige para habilitar una defensa legítima
que haya ocurrido un ataque armado5. Una vez
57
más los autores se hacen cargo de la dificultad y
ofrecen una respuesta. Según ellos “…nadie puede
proponer racionalmente una doctrina de la legíti-
ma defensa que se encuentre limitada únicamen-
te a atacar después de haber sido aplastado por
bombas o misiles nucleares guiados”. Aun cuando
el argumento no haya sido planteado con la mejor
buena fe la respuesta todavía podría ser afirma-
tiva, sí alguien puede hacerlo y de hecho lo hizo
(racionalmente o no) cuando redactó el artículo 51
de la manera en que lo hizo. Tal vez se podría agre-
gar que nadie puede pensar que un cuerpo legal
que pretende establecer relaciones pacíficas en-
tre los estados admita que se puede atacar a otro
estado por el sólo temor de ser atacado, porque
lejos de fomentar la paz se estaría incentivando las
acciones bélicas. En cualquier caso, la admisión de

56 la inminencia como correctivo del ataque efectivo,


no necesariamente justifica los ataques preventi-
vos en cualquier caso y, de hecho, tampoco lo ha-
cen los autores en esta obra.
La sensación al finalizar un primer recorrido
por “Defendiendo a la Humanidad” es que son más
nuestras diferencias que nuestras coincidencias.
En un artículo publicado en esta misma edición
de la revista se ha dicho que “(l)a guerra trae en
su lógica una violencia que se sitúa por fuera del
orden jurídico, en su exterior. Pero el derecho, al
incorporar el derecho de guerra trae para sí, in-
ternaliza, algo que lo niega. Aquí también vemos
que se abre un espacio de no derecho, dentro del
derecho”6. Tal vez esta paradoja pueda explicar las
dificultades de pensar las acciones bélicas de los
estados en términos normativos y los problemas
en establecer acuerdos al respecto. Si bien es cier-
to que similares contradicciones emergen frente
al ejercicio de la violencia individual legal éstas
se agudizan en el caso de las acciones estatales;
pues aún cuando las acciones individuales defen-
sivas puedan llevar una violencia potencialmente
fundante de derecho, todavía hay espacio para
afirmar que no constituyen un desafío al derecho
sino su reafirmación. En cambio la violencia esta-
tal en general, pero en particular la ejercida contra
5
otro estado, pareciera ser siempre un acto pre- La versión en inglés dice “…if an armed attack occurs…”
tendidamente soberano y con capacidad de fun- que fue traducida al castellano como “…en caso de ataque
dar derecho, aún cuando (o precisamente porque) armado…”.
pretenda reafirmar la vigencia del (su) derecho 6 Alvarez Nakagawa, Alexis, “Violencia legítima y legítima
defensa (cuatro cuestiones en torno a una intuición
(soberano). .
benjaminiana)”.

DERECHOYBARBARIE NO HAY MEJOR DEFENSA QUE UN BUEN ATAQUE


BARBARIE Y DERECHO CINE
3. Construir reflejos. La literatura, el teatro y
el cine comparten con el derecho su carácter de
reproducción de imaginarios y ficciones sociales
(Marí: 1993). A veces, ficciones proféticas. A veces
anuncia, a veces denuncia. Otras veces presencia.
En un primer momento refleja la realidad, en un

Sus ojos en tus ojos. segundo momento la construye y en un tercer


momento la reemplaza, se convierte en ella, pero
los momentos son tres y uno al mismo tiempo.
No se pueden diferenciar. Es un espejo con mu-
Notas introductorias sobre cine y derecho ( I ) chas caras, muchos reflejos, y tantas interpreta-
ciones como intérpretes haya. 59
| Lucas Arrimada1 El derecho, a pesar de que muchos lo postu-
len -por conveniencia, por pereza o por convic-
ción- no es un contenido pétreo, inmodificable,
“Formas que se encaminan es resultado de una actividad creativa, de una ins-
hacia la palabra piración colectiva, siempre sujeto a reconfigura-
con más precisión ción, fuerzas interpretativas siempre en pugna, en
una forma que piensa el régimen de la circulación de los discursos, en
que el cine haya sido hecho ante todo el conflicto de las interpretaciones. Como el cine,
para pensar”. el derecho también puede ser (aunque no siem-
Jean-Luc Godard, Historia(s) del cine.
pre eso ocurra) una construcción social inmersa
ver), el derecho moderno no puede explicar sino
“Originada por el hacedor de vértigos,
en una práctica colectiva de inter-subjetividades,
a través de ficciones y argumentos de autoridad
inscrita en los muros de la casa negra, incluso generacionalmente ligadas. Estos son los
porqué está ahí y se nos impuso con su ilegítima
una palabra inmola, momentos en los cuales el derecho, junto a la
legalidad, que se convierte, tantas veces, en vio-
a la de ojos feroces”. moral y a la política (como postulará Nino:1997 y
Alejandra Pizarnik, Una palabra.
lencia sistemática, límites irrazonables y opresivo
de forma ligeramente diferente Habermas:1998)
autoritarismo.
pueden construir bases para edificar legitimidad
El mejor derecho supera la mera ficción, y legal, una moral social que en la práctica democrá-
1. La palabra. Una palabra. Los mejores libros se parece a la mejor ficción cuando es práctica, tica del debate más inclusivo posible resulte una

58 que leí, los mejores profesores que tuve, mis me-


jores amigas y amigos, las personas increíbles que
conocí, la música que descubrí, los lugares que vi-
cuando esa ficción es generalizada y se diluye su
frontera con la realidad. Frontera que, de existir,
es bien porosa, nada hermética. Así como no nos
verdad inter-subjetiva, contingente pero sólida,
inherentemente frágil como toda creación huma-
na pero honesta, que sea reflejo de las diferentes
sité, me cambiaron la vida. Lo mismo me pasó con pueden gustar las películas que no vimos, no nos esferas de autogobiernos privados y públicos en
las mejores películas que vi. El cine te puede cam- puede gustar el derecho escrito que no es prácti- debate perpetuo, en tensión constante.
biar la vida. No hay duda de eso. Ese poder trans- ca social. Eso sería como disfrutar de la lectura de
formador, de intereses, de preferencias, es propio para expresar los mundos de la vida. Todo eso y un guión y pensar que vimos la película. El cine y
de los mejores films de la historia del cine. Imagen más puede ser el cine. Cambio es la palabra y, a la el derecho son prácticas, son fragmentos de rea- 4. Pocas verdades. Shakespeare escribía tea-
en movimiento que revoluciona en una alianza es- vez, una palabra en acción. lidad ficcionalizada, si no se viven como tales tien- tro, literatura, historias para sus contemporáneos,
tratégica de sentimientos y pensamientos, razo- den a morir en el olvido, a vivir sólo en nuestras pero reflejó situaciones atemporales, universales.
2. Muchas ficciones. El derecho puede ser
nes y -las mejores- sinrazones que le dan sentido al mentes. Ahora, uno lo lee, lo presencia en una obra de tea-
considerado una gran fábrica de ficciones. Fábrica
seguir pensando, sintiendo, experimentando, que Lo falso depende de lo verdadero, la ficción tro o lo admira en una imagen que se solapa con su
ficticia que fabrica ficciones y teorías para esas fic-
es una invitación a la reflexión apasionada y apasio- de la realidad, y viceversa. El engaño está ahí, ante siguiente en, por ejemplo, modernas (re)versiones
ciones, que hace derechos con palabras (Austin).
nante. Dejarse sorprender por el cine es un pro- nuestros ojos, en las mismas reglas que nos pre- cinematográficas de Hamlet (Polanski:1971),
Constituciones, leyes, sentencias, las normas en
ceso deliberativo, que genera diálogos, construye senta el autor, como Orson Welles en F for Fake Macbeth/Othello/Chimes at Midnight (We-
general y las teorías que se supone las fundamen-
puentes, abre horizontes para explorar nuevos (1974), con sus juegos del lenguaje. Engaño con- lles:1948, 1952, 1966), Ran (Kurosawa:1985), Sue-
tan sólo existen si las transformamos en acción.
mundos, cambiar los conocidos, hacer los nuevos. sentido, eso también puede ser el cine. Pero hay ños de una noche de verano (Bergman:1955) o
Si las llevamos con nosotros, en nuestro actuar y
Ese cine puede ser ejercicio de indagación, de inte- así superan, sobre todo en nuestra tradición con- que estar atentos de evitar el autoengaño, por-
rrogación y auto-cuestionamiento, para ponerse a tinental de derecho escrito, la mera letra, vacía de que como diría Wittgenstein (1995:176): “nada es
prueba, para encontrar las preguntas correctas, las sentido, fría, opaca, distante de la Ley. El derecho más difícil que no engañarse”. En esa línea, mu-
que nos hagan arder en fuego intenso, para mirar es verdadero si y sólo si pensamos que es verda- chos minimalistas del derecho penal, por ejemplo,
en lugar de leer, para un sentir reflexivo, para pen- dero y si lo traducimos al lenguaje sin palabras de creen que pueden engañar al poder, a ese poder
sar desde los ojos, para poner nuestros ojos fuera la práctica social. Por obra de quienes lo toman punitivo en el que la mayoría son operadores pri-
de nosotros, para tomar otros prestados. Puede en serio, lo practican, lo ejercen, lo defienden, lo vilegiados. El peligro consiste en que ese engaño
ser verbo y una ética aplicada al mirar, para hacer expanden, gracias a sus guardianes practicantes, a se transforme en autoengaño. Mientras dan clases
ver, ver distinto. La palabra y la imagen unidas en los protectores cotidianos de su vigencia, el dere- de abolicionismo supremo, intentando minimizar
la acción, para la acción. Una acción -y en ella una cho, existe. -como operadores- la lesividad y la irracionalidad,
omisión- responsable y consciente, innovadora- pueden estar legitimando (mínima pero suficien-
Nacido -supuestamente- de un contrato social
mente tradicional y una mirada, varias miradas, temente) el poder, el dolor, la misma irracionalidad
hipotético, con teorías políticas que intentan jus-
puestas en un tiempo y un espacio, pero despla- que -supuestamente- limitan. El engaño está en
tificarlo (de Hobbes a Rawls) y ocultar la violencia
zadas de todo contexto, fusionadas en la pantalla, nosotros. Nadie nos puede engañar mejor, ni una
fundacional, en su máxima expresión, de los mo-
impresas en la retina, proyectadas para provocar, película, ni un argumento persuasivo, ni una sen-
mentos constituyentes (Arendt, Benjamin o Co-
tencia definitiva, que nosotros mismos.

DERECHOYBARBARIE SUS OJOS EN TUS OJOS


BARBARIE Y DERECHO CINE
The Tempest (Jarman: 1979) y puede encontrar, “diálogos”, falsos diálogos, que no se comunican injusticias -como nos toca vivir, sufrir- y si la aca-
una minima moralia, grandes pero limitadas sino con sus dobles, como espejos atrapados en demia legal quiere tener una actitud académica
verdades (Jackson:2000). El cine puede proyectar sus reflejos, formulando preguntas que incluyen moderna, contemporánea -y no medieval-, su fin,
y construir verdades, pero sobre todo le resulta sus respuestas, como jugando con dados marca- su misión, sus objetivos serán la crítica sistemática
más fácil -y factible- desnudar, desenmascarar lo dos, donde sabemos qué números saldrán. y metódicamente constructiva (Habermas: 1990).
peor: la codicia, la bajeza, la traición y la hipocre- canismo” humano del mirar y recordar (Marrati, A pesar de eso, desde el llano en llamas, desde “No vengo a abolir nada/ por el contrario/ a per-
sía. Puede mostrar lo que a través de palabras es 2004:105). Vivir y vivir el cine, es indistinto. Cada el derecho, podemos ver esas prácticas en la ex- feccionarlo”, Godard señala la forma de hacerlo.
muy difícil definir: lo radicalmente injusto, el mal uno es director de su propia vida, parafrasean- periencia cotidiana, en la calle, en cualquier lado. Estudiar derecho, pensar el derecho, vivir el de-
extremo, lo terrible en su máxima potencia. Lo ra- do al director de Blow up (1966), Michelangelo Y en el cine como parte de esa realidad en la que recho, si lo hacemos en serio, es riesgoso. Es más,
zonable rara vez puede determinarse, vivimos en Antonioni (2002:45), para mí, hacer cine es vi- estamos. Es por eso que el deber crítico, reflexi- siempre fue riesgoso y siempre lo será. “Ya es hora
el desacuerdo sobre lo razonable, un desacuerdo
razonable, esperable. Debemos esperar el disenso
entre razones, no el consenso (Rawls). Pocas veces
vir: mirando, recordando, recortando, actuando,
omitiendo, editando y por supuesto, modificando
el guión en el montaje, hacia atrás y hacia delan-
vo, hacia el derecho, desde el derecho, hacia sus
consecuencias, hacia sus prácticas nefastas, hacia
sus omisiones lesivas, hacia el poder que expresa
de que el pensamiento/ vuelva a ser lo que es/
en realidad/ peligroso para el pensador/ transfor-
mador de lo real” (Godard, 2007: 156). Ello, como
61
sabemos claramente qué es bueno, bello, justo, te. Hasta que la cinta se acabe. Pensar y pensar y cómo éste se distribuye, es un desafío siempre siempre, no dependerá de palabras, ni de estas, ni
correcto. No sabemos qué es el bienestar pero, el cine, no tienen diferencias. Nuestros ojos, no- inconcluso, siempre vigente tanto en las aulas de ninguna. Dependerá de nosotr@s, depende de
por el contrario, sí el malestar. En ese contraste, sotros, somos la cuarta pared del cine. Hacemos como en las diferentes esferas de los operadores la acción, del compromiso y la intensidad del vivir
lo que sí sabemos, es lo que es irrazonable en cine sin saberlo. del derecho. La actividad del profesor difícilmente de los ojos que esto acaban de leer. .
extremo, y esto puede ser criterio para designar podría ser legitimante en un contexto de radicales
lo incorrecto moralmente: genocidio, subordina-
ción, esclavitud, desapariciones, hambre, pobreza 6. Peligros y riesgos. Después del teatro de
y explotación, en un listado extenso; sí sabemos: Bertolt Brecht, Antonin Artaud, Henrik Ibsen o
son injusticias radicales. Y así, la imaginación Samuel Beckett, después de ver una película de
puesta en imágenes puede ayudar- Lars Von Trier, de Luis Buñuel, Hans Jur-
nos a graficar, como ejercitando gen Syderberg o Pier Paolo Passolini
una herramienta pedagógica, uno tiene que quedar preocupa-
las pocas verdades -nada in- do, conmocionado, consciente
significantes- que en ese que algo “ahí afuera”, de esa
extremo encontramos. sala de teatro, de ese cine,
está muy mal. El cine nos
aleja de la ficción diaria y
5. Tod@s hacemos
60 cine. El cine no es una
representación, aclara
nos eyecta sin paracaídas a
la realidad. Nos despierta
de la alienación, es terre-
Deleuze (2005), es una moto del habitual estado
mirada, imagen en mo- de somnolencia. Es raro
vimiento, imagen en el que una clase de cualquier
tiempo, para ser mirada. facultad de derecho nos
En sí misma una interpre- produzca esa sensación. En-
tación. Godard sostiene que tramos y salimos igual de dor-
el “travelling”, el trabajo de la midos, igual de apáticos, igual de
cámara, es una cuestión moral. insensibles. Nunca uno se retira con
Una decisión política: “…el único/ la sensación de indignación, conmoción,
gran problema/ del cine/ me parece que de necesidad de cambiar las cosas, con ganas
es/ dónde y por qué/ comenzar un plano/ y dón- de construir algo diferente y sobre todo con he-
de / y por qué/ terminarlo” (Godard, 2007:185). rramientas para hacerlo, con el músculo cerebral
El pensamiento cinematográfico existe por- estimulado, listos para el desafío de la praxis vivifi-
que dialogamos con esas ficciones que la pantalla cante. Y eso sucede, extrañamente, en los cursos,
proyecta. Las más superficiales películas pueden en las materias, en los que hay más necesidad de Bibliografía
tener una lectura vivificante de los más inteligen- trabajo, de construcción, de concreción o de pro- Antonioni, Michelangelo (2002), Para mí, hacer cine es vivir, Paidós, Buenos Aires.
tes espectadores. Las más lúcidas películas, las tección de derechos, de llevarlos a la práctica. Deleuze, Gilles (2005), La imagen-movimiento. Estudios sobre cine 1, Paidós, Buenos Aires.
más logradas, pueden vivir en la incomprensión Los profesores repiten ficciones que ni siquie- Deleuze, Gilles (2005), La imagen-tiempo. Estudios sobre cine 2, Paidós, Buenos Aires.
de ojos autistas, insensibles. Sin embargo, estas ra ellos se toman en serio, que ni ellos comple- Jackson, Russell (2000) The Cambridge companion to Shakespeare on film, Cambridge University Press,
últimas pueden conspiran secretamente contra la tamente entienden, ni pretenden entender. En el Cambridge.
estupidez y despertar inquietudes, dudas, pueden peor de los casos, castigan a quienes los critican, Godard, Jean-Luc (2007), Historia(s) del cine, Caja Negra, Buenos Aires.
dinamitar las certezas de la racionalidad cotidiana, temen de forma patética el pensamiento diferen- Habermas, Jürgen, (1990), Conocimiento e interés, Taurus, Buenos Aires.
generadora de todas las banalidades del mal. te, silencian el debate, monologan en el sinsenti- Habermas, Jürgen, (1997), Facticidad y validez, Trotta, Madrid.
Para Deleuze “el mecanismo” de hacer cine, la do, censuran los diálogos y reaccionan premiando
Marí, Enrique (1993), “Racionalismo y ficcionalismo en los criterios de legitimación de poder” y “Racionalidad
toma y los negativos, es muy parecido a “el me- la obsecuencia, el respeto a una tradición de es- e imaginario social en el discurso del orden”, en Papeles de Filosofía, Editorial Biblos, Buenos Aires.
tudio memorístico, repetitivo. Esto consolida una Marratti, Paola (2004), Gilles Deleuze: Cine y filosofía, Nueva visión, Buenos Aires.
tendencia, impuesta por la inercia histórica, de pa-
Nino, Carlos S (1997), La constitución de la democracia deliberativa, Gedisa, Buenos Aires.
sividad, silencio y complicidad con el status quo
Wittgenstein, Ludwig (1995), Aforismos, Espasa-Calpe, Madrid.
y refuerza los incentivos que generan esas prácti-
cas. A veces, en el “mejor” de los casos, se generan

DERECHOYBARBARIE SUS OJOS EN TUS OJOS


BARBARIE Y DERECHO TESTIMONIOS
concentración: son depósitos de personas, luga- nuestros saberes y capacidades específicas y las
res de no derecho, máquinas de deshumanizar. Ya necesidades concretas que se presentan.
ni siquiera esconden su función detrás de discur- Por otra parte, el campo de producción
sos re. Su fracaso como institución para el control ideológica y formación de los operadores del
de la criminalidad es rotundo, aunque paradójica- sistema penal, la academia, se constituye en el

Talleres de educación popular en cárceles:


mente funcional: los muros de las prisiones siguen segundo ámbito de transformación. Desenmas-
en pie y son cada día más gruesos. carar su actitud esquizofrénica –discurso pseudo
Ante esta realidad, cruel y cotidiana, la aca- crítico por un lado, actitud colaboracionista con el
demia se encierra dentro de sus propios muros. sistema de exclusión por el otro- exige una inter-
reflexiones sobre la necesidad de articular un discurso crítico con una Adentro, en las aulas, se diserta sobre derechos vención activa. Los mecanismos de incidencia son

práctica social alternativa


humanos; afuera, en las cárceles, el sistema penal
continúa llevando adelante su lento genocidio. So-
bre la realidad, las castas de tecnócratas guardan
variados: desde la participación y organización de
clases públicas, jornadas y congresos que sirvan
para reflexionar críticamente sobre la problemá-
63
un cómodo silencio, que oculta a veces su direc- tica; la publicación de investigaciones, informes,
ta complicidad como engranajes de la maquinara denuncias, etc. sobre la realidad penitenciaria;
Participantes del taller de educación popular punitiva. o la colaboración con organizaciones que litigan
en la Unidad 31 SPB de Florencio Varela casos de sistemáticas violaciones a los derechos
humanos en el ámbito carcelario. Finalmente,
3. Razones para intervenir concebimos como necesaria consecuencia de
esta intervención, la disputa de los espacios ins-
Consideramos necesaria y posible una resigni-
titucionales de la Universidad, fundamentalmente
ficación del binomio seguridad/inseguridad, que
1. Presentación voz de los detenidos, y con ello su dignidad, con-
revalorice los mecanismos que permitan disminuir
en las aulas, que hasta el momento son ocupados
formándonos colectivamente como sujetos críti- mayoritariamente por los sostenedores del status
Desde mediados del año 2008, un grupo de es- cos, autónomos y democráticos. la inseguridad social (acceso al trabajo, educación,
quo.
tudiantes, ayudantes de cátedra1 y graduados de salud, etc.) y reduzca hasta la eliminación los me-
Lo que sigue a continuación son algunas re-
universidades estatales, participamos de un pro- canismos de intervención punitivos (en nuestro
flexiones –aún en proceso de discusión y elabo-
caso histórico concreto, la cárcel). Estos objetivos
grama de extensión universitaria llevado adelante
por el colectivo La Cantora2 en diversas cárceles
ración colectiva- sobre la experiencia desarrollada,
sólo pueden ser pensados a condición –y como
5. Cómo intervenir
que intentan sintetizar ciertos aprendizajes y orien-
de la provincia de Buenos Aires. Invitados a parti- parte de- un proceso de cambio más amplio y Somos muchos los que sentimos la necesidad
tar la práctica futura. Partimos de la intuición de
cipar en ese espacio como talleristas, tomamos profundo de la estructura social y económica im- de rebelarnos contra la crueldad organizada. Sin
que no existe un discurso verdaderamente crítico

62 contacto con la práctica de educación popular perante. embargo, muchas veces no logramos pasar de
sin un correlato en una práctica social alternativa,
intramuros, desarrollando un taller de alfabeti- En este contexto, la convicción de que una este sentimiento y nos vence la impotencia. Su-
como tampoco puede existir ésta última sin un
zación jurídica y derechos humanos en la Unidad formación profesional crítica carece de sentido perar formas de violencia institucionalizada histó-
discurso que la explique y le de proyección.
Nº 31 SPB, de Florencio Varela. La experiencia se de no ser aplicada a la realidad que se pretende ricamente no es una tarea fácil. Requiere, según
extendió hasta fines de noviembre, y contó con modificar, exige una intervención directa a partir creemos, cambios profundos en nuestra sociedad.
Eso refuerza nuestra convicción de que la única
la asistencia de decenas de personas privadas de
la libertad, entre estudiantes de distintos niveles
2. Seguridad sin cárceles de una praxis alternativa al discurso hegemóni-
forma de lograr esos objetivos es a través de la
co. Ello implica, a su vez, la necesidad de pensar
y presos de “población”3. El taller se caracterizó El último avance de la derecha, bajo el rótulo la Universidad -principal productora de discursos participación. Somos conscientes que la actividad
por la metodología de educación popular, la ac- de neoliberalismo –o neoconservadurismo- legitimantes y formadora de operadores del siste- que hacemos es esencialmente política, aunque
tiva participación de compañeros del colectivo La , ha naturalizado la existencia del par dialéctico ma penal-, como un elemento fundamental a ser no aspiramos a constituir una nueva agrupación
Cantora que se encuentran privados de su libertad seguridad/inseguridad, donde ambos términos transformado a través de una intervención activa. universitaria. También creemos que nuestra acción
dentro del establecimiento y la reflexión perma- adquieren nuevos significados, reduciéndose el sólo podrá tener un sentido trasformador –y no
nente sobre la temática de los derechos humanos segundo exclusivamente al delito –peor aún, a meramente testimonial- en la medida que logre
a partir de las experiencias concretas del encierro. ciertos delitos-. 4. Ámbitos de intervención articularse con las experiencias de otras organiza-
De este modo, el espacio pretendía recuperar la Las “inseguridades” más profundas, determi- ciones que tiendan a los mismos objetivos. En este
De acuerdo a lo que venimos sosteniendo, en sentido, esta modesta participación en Derecho y
nadas por la precariedad del trabajo, la pauperiza-
tanto colectivo, es fundamental la intervención Barbarie –cuyo espacio agradecemos y valoramos
ción de la educación, la carencia de alimentación
simultánea en dos ámbitos diferentes, pero con- enormemente-, es un pequeño pero importantí-
adecuada de amplios sectores de la población, la
comitantes: simo paso que nos acerca y nos permite caminar
falta de servicios elementales de salud, etc., son
reemplazadas por una “inseguridad” cuyo único El campo de actuación concreta del sistema juntos. Aspiramos a la construcción de esos con-
significado es el accionar de los “enemigos” de la penal, la cárcel, donde la violencia e irracionalidad sensos amplios para seguir avanzando4. .
sociedad (internos o externos). Esta mutación de se manifiesta con mayor crudeza. Allí la interven-
significados es reforzada por monstruosas cam- ción alternativa se torna imprescindible, tanto por
pañas mediáticas, montadas sobre hechos de vio- la necesidad de una contención inmediata de la 1
Participan de la experiencia ayudantes de cátedra y
lencia existentes, que magnifican una sensación catástrofe punitiva, como por el valor de la expe- ex alumnos de la comisión “Historia del pensamiento
redituable de peligro y miedo. riencia directa que otorga insustituibles elemen- criminológico”, a cargo de Iñaki Anitua. Para más información
tos de análisis para la comprensión de la realidad ver www.catedrahendler.org.
Esta manera de definir la “inseguridad” deter-
del sistema penal y la construcción de un discurso 2
Para más información sobre el Colectivo La Cantora ver
mina los mecanismos de intervención –estatal o www.lacantora.org.ar.
crítico. Por el momento, nuestra principal herra-
no- sobre el problema. El único mecanismo que ha 3
Así se denomina en la jerga penitenciaria a los pabellones
mienta de intervención en este ámbito son los
quedado en pie es la reproducción de un discurso destinados al alojamiento de personas privadas de libertad
talleres de alfabetización jurídica y derechos hu-
punitivo, exacerbado en períodos electorales, que que no tienen acceso a estudios avanzados o universitarios.
manos intramuros. La propia experiencia irá reve-
sólo atina a responder con más violencia. Así, las 4
Si te interesa contactarte con nosotros escribinos a
lando otros instrumentos posibles, en función de
cárceles se parecen cada vez más a los campos de talleresintramuros@gmail.com.

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