Por eso, para situar nuestro "examen de conciencia" en su contexto apropiado como
ejercicio típicamente cristiano, comenzamos por reconocer la venida de Dios a
nuestras vidas, sus dones, su gracia, su acción dentro de nosotros: le damos gracias
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
de Mello, sj
2.- Experiencia
Dentro de ese contexto típicamente cristiano empezarnos nuestro ejercicio de
discernimiento. Lo cual quiere decir que primero nos fijamos en la experiencia real
del día, sea positiva o negativa. Si hemos de afrontarla, tenemos que hacernos
conscientes de ella, y luego aceptarla como es.
Tenemos que detenernos en esta fase de la aceptación porque con harta frecuencia
se da por hecha. Deberíamos distinguir claramente entre "aprobar" y "aceptar":
"aprobar" o "desaprobar" implica un juicio, mientras que "aceptar" o "no aceptar" es
una actitud. Hay muchas cosas que Dios no puede "aprobar" en lo que digo o hago,
y no obstante me "acepta" incondicionalmente en esas mismas cosas. Estoy
certísimo de ello. Esta actitud de Dios para conmigo la debo tener también yo. La
experiencia me ha enseñado que o confundimos "aprobación" y "aceptación",
"desaprobación" y "no aceptación". o damos por descontado que la "conciencia" o
"caer en la cuenta" de una experiencia supone ipso facto su "aceptación". Lo que
pasa de hecho es que tenemos una especie de dinámica interna espontánea de "no
aceptación" que funciona en cada uno de nosotros. Y uno de los grandes frutos de
mi experiencia de dirección espirituales es haber visto que la "no aceptación" de la
experiencia humana real es un obstáculo fundamental que en tanta gente de buena
voluntad bloquea el crecimiento efectivo humano y espiritual.
Ahora bien, para demostrar que en mi "Examen de Conciencia" tengo que tratar no
solamente los casos de experiencia "negativa" sino también "positiva", tomemos
este ejemplo: veo que he sido verdaderamente servicial. También aquí puedo tomar
una de dos posturas extremas: o comienzo a "sentirme incómodo por sentirme
complacido" en el sentido que no me atrevo a reconocer que he obrado bien (se me
ha acostumbrado a no reconocer lo bueno que hago por temor de enorgullecerme);
o hasta tal punto exagero mi experiencia que me considero como un modelo de
virtud por haber sido tan amable (me encuentro dispuesto a que se proponga como
modelo), que no son sino otras tantas formas sutiles de "no aceptación.
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
de Mello, sj
entregarse al Señor, es decir, hacerse "libre" para el Señor, abrírsele, y a los demás
en Él en la experiencia humana concreta y real.
La fase específicamente "cristiana" del "Examen de Conciencia" es, por tanto, que
al llegar aquí nos pongamos en la actitud de nuestra "vocación personal", la cual
nos "liberará" de nosotros mismos para llegar hasta el Señor en y por medio de
nuestra experiencia real y concreta. Y ello tanto en las experiencias llamadas
"negativas" como en las "positivas”.
Poniendo juntos todos estos pasos, puedo ahora ofrecer esta definición o
descripción del "Examen de Conciencia": es, en la oración, una reorientación del
corazón que comienza por la acción de gracias, y pasa seguidamente a centrarse en
el Señor por medio de la propia experiencia real y conscientemente aceptada.
La mejor manera es concentrarse en una o dos zonas que la práctica fiel del
examen de conciencia nos revele como particularmente necesitadas. El
arrepentimiento se concentra así en una zona concreta, y la gracia del sacramento
se canaliza también hacia la misma, lo que nos ayuda a crecer en ese preciso
aspecto de la vida y servicio cristianos. La experiencia ha demostrado que,"en la
práctica, la "confesión de devoción" no surte sus efectos de vida cristiana a causa
de la disgregación del esfuerzo en demasiadas zonas y un terreno demasiado
amplio.
Formas de examinarse
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
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Está bueno poner por escrito (veo que escribir no te cuesta mucho, igual ojo con
que escribir no se convierta en tentación, por ejemplo nunca escribir durante la
oración!!!) todos nuestros exámenes porque el ponerlo por escrito nos ayuda a
confrontarlo luego con nuestro acompañante y poder nosotros mismos ver por
donde nos habla Dios y por donde nos ataca el mal espíritu.
Según San Ignacio el Señor (y el mal espíritu también) nos habla por medio de
pensamientos y los sentimientos asociados a ellos.
Pensamientos
1. Que vienen de dentro, de mi libertad, dependen de mi voluntad.
Examen oración
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
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1. dar gracias.
Sin esta actitud no puedo examinarme. Conectarme dando gracias por los bienes
recibidos.
2. pedir gracia.
Para reconocer y rechazar los pecados. Pido porque no tengo. Dios me tiene que
mostrar mis pecados. Actitud de sinceridad conmigo, quiero ver!!! Pero ojo
quiero ver mis pecados con tus ojos!!!
4. pedir perdón
Dejando de echar la culpa a los demás, sin tratar de justificarnos. Aceptar la
culpa, reconocerla.
5. pedirle ayuda
Para lo que viene, con fe de que puedo mejorar con él. Previsión de lo que
viene, lo que voy a hacer mas adelante.
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
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ORACION RESUMEN
Dios todopoderoso y eterno, dame fuerzas de espíritu para reconocer mis
pecados a la luz de la historia de tu amor para conmigo.
Que me vea, Jesús, con tus ojos. Hazme caer en la cuenta de lo que significa
cerrarme a la conciencia que me has dado, por querer proteger intereses
falsos, aparentes y pasajeros...
Concédeme un conocimiento lúcido y sereno de mi realidad de pecador
perdonado, purificado y llamado por ti.
Enséñame a llorar por los sufrimientos que he infligido a mis hermanos, y en
ellos, al mismo Jesús.
Por favor, Señor, quiero realmente vivir consciente de cómo he dejado que
esta raíz terrible del mal haya crecido tanto en mí y dado frutos tan
nefastos. Necesito imperiosamente tu ayuda, pues soy pequeño, frágil y
débil. ¡Y a veces muy sucio!
Que tu perdón y tu fortaleza me dejen tan agradecido, que quede para
siempre a tu entera disposición.
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
de Mello, sj
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
de Mello, sj
Sabemos que lo importante en esta experiencia de los EVC no es sólo lo que nos pasa
en la oración, sino que todo el día es importante. Por lo tanto te proponemos que
hagas, al final del día, un pequeño examen de cómo te ha ido:
• En ambiente de acción de gracias, le pido a Jesús que ilumine mi mente para ver
mis defectos de forma que pueda corregirlos y mis cualidades para que las
desarrolle y sepa ponerlas al servicio.
• Examino mi día, tal vez un poco sistemáticamente, por periodos de tiempo o
lugares… Ante Dios identifico lo que no aprueba mi conciencia y le pido que me
perdone.
• Miro al futuro y decido cómo voy a hacer mañana, si Dios me diese este don.
Termino con un Padre Nuestro.
Basta dedicarle unos minutos. A veces puedo centrarme en algún defecto
concreto que quiero corregir o una cualidad que quiero fomentar. Es lo que
Ignacio llama examen particular.
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
de Mello, sj
Por el dolor creyente que brota del que a quien dio por mí la vida
pecado. no es bien que yo se la venda.
Por haberte querido de todo corazón. Prometo dejar mi engaño
Por haberte, Dios mío, tantas veces con el amor de quereros,
negado; y doy con más desengaño
tantas veces pedido, de rodillas, palabra de no ofenderos
perdón. con el miedo de mi daño.
Por haberte perdido; por haberte
Lope de Vega
encontrado.
Porque es como un desierto nevado
Señor, yo sé de la belleza…
mi oración.
¡Porque es como la hiedra sobre el Señor, yo sé de la belleza
árbol cortado tuya, porque es igual
el recuerdo que brota cargado de al hueco que en mi espíritu
ilusión! tiene escarbada la inquietud sin paz.
Porque es como la hiedra, déjame que Te conozco, Señor, por lo que siento
te abrace, que me sobra en deseo y en afán:
primero amargamente, lleno de flor ¡porque el vacío de mi descontento
después, tiene el tamaño de tu inmensidad!
y que a mi viejo tronco poco a poco José María Pemán
me enlace,
y que mi vieja sombra se derrame a Huellas
tus pies; Anoche tuve un sueño.
¡porque es como la rama donde la Soñé que caminaba por la playa
savia nace, en compañía del Señor.
mi corazón, Dios mío, sueña que tú lo En la pantalla de la noche
ves! se proyectaban los días de mi vida.
Leopoldo Panero Miré hacia atrás y vi huellas sobre la
arena:
En mi alma el desengaño una huella mía y otra del Señor.
Un desengaño nacido Cuando se acabaron mis días
de los engaños pasados, me paré y miré hacia atrás.
buen Jesús, en que he vivido, Vi que en algunos sitios había sólo
hoy a vuestros pies sagrados una huella.
con lágrimas me ha traído. Esos sitios coincidían
Vuestra cruz en ellas baño; con los días de mayor angustia, de
alzad, Señor, la cabeza, mayor miedo,
mirad piadoso mi daño, de mayor dolor de mi vida.
para que tenga firmeza Entonces pregunté al Señor:
en mi alma el desengaño. "Tú dijiste que ibas a estar conmigo
todos los días de mi vida…
Si anduve loco y altivo ¿Por qué me dejaste solo,
entre perdidos esclavos, justo en los peores momentos…?"
ya no seré fugitivo, El Señor me respondió:
asido de vuestros clavos "Los días que has visto una sola
y de vuestro amor cautivo. huella sobre la arena,
Mis lágrimas doy en prenda han sido los días
a vuestra sangre vertida; en los que te he llevado en mis
desde aquí juro la enmienda; brazos".
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
de Mello, sj
¿Qué es la reconciliación?
Se trata de un encuentro, del más extraordinario de todos: ¡Del encuentro con
Cristo, en la más maravillosa de todas las modalidades! Es el encuentro del enfermo
con el Médico; del pecador con el Santo; del afligido con el Consolador; del
humillado con el que eleva a los humildes; del que padece hambre con el que sacia
toda hambre<; del que se ha extraviado con el que deja las 99 ovejas para buscar
ala que se ha perdido.
En suma, es el encuentro entre el que navega en las tinieblas y Aquel que afirma
ser la Luz. Entre el que ha perdido la ruta y Aquel que dice ser el Camino. Entre el
solitario y Aquel que quiere ser el Amigo Verdadero.»
1. La reconciliación, sacramento esencial.
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sus propios pecados"
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
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Reflexiones en torno al
SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
de Mello, sj
Ahora fue ella la que se quedó callada. Y en ese preciso momento, ambos comprendimos que el
Sacramento de la Reconciliación era algo mucho más profundo.
Se trata de un encuentro, del más extraordinario de todos: ¡Del encuentro con Cristo, en la más
maravillosa de todas las modalidades! Es el encuentro del enfermo con el Médico; del pecador con el
Santo; del afligido con el Consolador; del humillado con el que eleva a los humildes; del que padece
hambre con el que sacia toda hambre<; del que se ha extraviado con el que deja las 99 ovejas para buscar
a la que se ha perdido.
En suma, es el encuentro entre el que navega en las tinieblas y Aquel que afirma ser la Luz. Entre
el que ha perdido la ruta y Aquel que dice ser el Camino. Entre el solitario y Aquel que quiere ser el
Amigo Verdadero.»
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"El arrepentimiento alcanza su plenitud cuando uno consigue agradecer
sus propios pecados"
de Mello, sj
La experiencia nos dice a todos que cuando la confesión se ha hecho con un sacerdote, de forma
sincera y motivada por el deseo de amistad con Dios... hemos llegado a experimentar la gracia no
sólo del perdón, sino de la gracia de la «reconstrucción personal». Una confesión así supone un
volver a empezar radical, olvidando el paso y con deseos de crecer en el futuro. Cuando esto último
no se da, es porque nuestra confesión no ha sido sincera, no ha sido como Dios hubiese deseado.
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