Síntomas y diagnóstico
Tratamiento
La insuficiencia renal aguda y sus complicaciones inmediatas a menudo se pueden tratar con
éxito. El índice de supervivencia es variable, y oscila desde menos del 50 por ciento para los que
sufren insuficiencia de varios órganos, hasta cerca del 90 por ciento para aquellos con
disminución del flujo de sangre a los riñones causada por la pérdida de líquidos corporales,
producida por una hemorragia, vómitos o diarrea.
Con frecuencia, lo único que se requiere para que los riñones puedan curar por sí mismos es un
tratamiento simple pero meticuloso. El consumo de agua se limita a reemplazar el volumen
perdido por el organismo. Se mide diariamente el peso corpóreo para controlar el consumo de
agua. Cuando el peso aumenta de un día para otro significa que se está tomando demasiado
líquido. Además de alimentos con glucosa o con hidratos de carbono altamente concentrados,
para mantener los valores apropiados de proteínas se administran por vía oral o endovenosa
ciertos aminoácidos (que son los componentes que van a constituir las proteínas). Se debe limitar
estrictamente el consumo de todas las sustancias que se eliminan a través de los riñones,
incluyendo varios fármacos como la digoxina y algunos antibióticos. Dada la capacidad que tienen
los antiácidos, que contienen aluminio, de adherirse al fósforo en el intestino, estos antiácidos se
pueden suministrar para prevenir que el valor sanguíneo del fósforo aumente demasiado. A veces
se administra sulfonato de polistireno sódico por vía oral o rectal, para tratar una concentración
elevada de potasio en sangre.
La insuficiencia renal puede llegar a ser tan severa que la diálisis se vuelve imprescindible para
prevenir graves daños a otros órganos y para controlar los síntomas. En estos casos, la diálisis
se comienza lo más pronto posible una vez efectuado el diagnóstico. La diálisis puede requerirse
sólo temporalmente como ayuda hasta que los riñones recuperen su funcionamiento, lo que
habitualmente puede tardar varios días o semanas. Por otra parte, si los riñones están demasiado
lesionados como para recuperarse, la diálisis puede necesitarse para siempre, a menos que se
efectúe un trasplante de riñón.
Síntomas