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Introducción
El Proyecto de Empresa
Luis Sotillos Sanz Constitución de la Empresa
luis@injef.com La idea empresarial
INJEF ¿Dónde hallar los recursos?
Direcciones de interés
Pues bien, con nuestra Guía para la creación de Empresas pretendemos no sólo
cumplir con la palabra dada a nuestro visitante, sino también ofrecerle a Ud. un
conjunto de útiles consejos y la suficiente información como para resolverle cuantas
dudas pueda tener al respecto y orientarle hacia la consecución de tan difícil
objetivo.
Y decimos difícil, pues no es hoy día en España tarea sencilla crear una empresa.
Son muchos los trámites que hay que seguir para ello, y bastante el tiempo que
puede tardarse en conseguirlo (en ocasiones varios meses, e incluso más de un
año). De ahí que la última sección de esta guía trate de llevarle más allá de estas
páginas hacia organismos cuya función es la de ayudar al promotor de una idea
empresarial hacia la efectiva creación de su negocio.
Concepto
El Proyecto de Empresa es un documento formal, que recogerá de manera
ordenada todas las variables involucradas en la creación de nuestro negocio.
Características
Principalmente un buen plan de empresa habrá de recoger:
El empresario individual
Si optamos por la forma jurídica del empresario individual, habremos de tener en
cuenta los siguientes aspectos:
La sociedad mercantil
Si hemos elegido la constitución de una sociedad mercantil como forma jurídica
para nuestra empresa, habremos de tener en cuenta lo siguiente:
Si desea información más detallada sobre los trámites a seguir, haga click
aquí.
La idea de negocio
Toda pretensión de llevar a cabo la dura tarea de poner en marcha una empresa ha
de girar necesariamente en torno a una idea, una feliz idea que de repente, o tras
largo tiempo de pensar en ello, surge en la mente del que será promotor del
negocio.
Esta idea puede surgir espontáneamente, y parecernos tan adecuada y viable que
por sí sola nos decida a emprender la aventura de constituirnos en empresario. Pero
puede también ser buscada a propósito, y así trataremos de inventar algo nuevo,
sea un producto o un servicio nunca visto antes, o derivarse de proyectos de
investigación, o bien surgir de la simple observación del entorno y las necesidades
reales de mercado que hayamos advertido.
Pero una vez que tenemos la idea, son varias las preguntas que hemos de hacernos
antes de seguir adelante con el proyecto:
• ¿Se trata de una idea realista?
• Las necesidades reales que nuestra idea pretende satisfacer, ¿No están ya
cubiertas de modo suficiente por la competencia ya establecida?
Los promotores
El promotor es la persona que tiene la idea de negocio y se decide a llevarla a la
práctica hasta la creación de la empresa que ha de dirigir (aunque en ciertos casos
esta función de ulterior dirección será llevada a cabo por otras personas).
Esta pregunta es mucho más común de lo que se puede llegar a creer. No piense
Ud. que sólo las personas que ya cuentan con todo el capital necesario para iniciar
una empresa son las únicas en aventurarse a ello. De ser así, la mayoría de las
empresas no habrían nacido nunca.
Ahora bien, si Ud. ya cuenta con un capital, pero tras concluir con la realización del
Proyecto de Empresa advierte que no es suficiente con la cantidad de que dispone
para ponerla en marcha, es el momento de ponerse a trabajar duro para conseguir
la financiación que precisa.
Este ratio o proporción puede ser muy diverso en cada empresa que consideremos.
Podemos decir que el ratio es 1:1 cuando la cuantía de los capitales propios es
exactamente igual que la de los ajenos. Para muchos autores es la situación ideal,
pues la actividad empresarial está siendo financiada a partes iguales por el
empresario y por terceras personas. Esto es muy discutible, y en todo caso no
entraremos aquí en digresiones económicas.
En principio los recursos financieros a corto plazo deben ser destinados a financiar
la actividad típica u ordinaria de la actividad empresarial (compra de materias
primas, pago de suministros, etc.), mientras que los recursos a largo plazo habrían
de financiar la estructura fija de la empresa (elementos del inmovilizado, como la
adquisición de un elemento de transporte o de un equipo informático). Esto no
siempre es así, e incluso es muy conveniente que una parte de los recursos a largo
plazo de la empresa (sean estos propios o ajenos) estén financiando parte de
aquella actividad típica a la que antes hacíamos referencia. Esto es lo que se suele
conocer con el nombre de fondo de rotación o maniobra.
Pues bien, los recursos ajenos a corto plazo pueden provenir, por ejemplo, de los
mismos proveedores de nuestras materias primas, cuando acordamos con ellos el
pago a 90 días, o bien de un banco cuando nos descuenta letras de cambio.Y los
recursos ajenos a largo plazo provendrán asimismo de una entidad bancaria cuando
nos concede un préstamo a un año o más tiempo, o nos abre una línea de crédito
que es renovada continuamente.
Sin embargo, hay que decir que no es en absoluto fácil beneficiarse de estas
ayudas, y paradójicamente en muchas ocasiones es preciso demostrar que la
empresa ya está en marcha.