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Noelia María Barrameda García Página 1

Tema 14 Teoría del delito


14.1 Introducción
ACCION TIPICAMENTE ANTIJURIDICA == CULPABLE ==PUNIBLE Acción:
Causas. Ausencia. Acción.
Típicamente antijurídica: Ausencia de tipicidad. Causas de justificación.
Culpable: Causas de inimputabilidad. Causas de exculpabilidad.
Punible: Causas de exclusión de la punibilidad.
La Teoría general del delito estudia las características comunes que debe tener
cualquier conducta (acción u omisión) para ser considerada delito, sea ésta en el caso
concreto un homicidio, una estafa o una agresión sexual.
El Delito y la Pena, junto con el binomio peligrosidad/medidas de seguridad,
constituyen los objetos centrales del Derecho Penal.
En su parte especial el Derecho Penal describe los elementos que diferencian a los
distintos delitos, como el asesinato, el robo, etc., del mismo modo que para cada uno de
ellos se señalan las diferentes penas con que se castigan.
La parte general del Derecho Penal versa sobre una serie de principios y
elementos que son comunes a todo delito o a amplios grupos de delitos; es decir, versará
sobre cuestiones generales acerca del delito y de la pena.
14.2 El Concepto de Delito
La primera tarea a la que se enfrenta la teoría general del delito es la de dar un
concepto de delito que contenga todas las características comunes que debe tener un
hecho para ser considerado como delito y ser sancionado, en consecuencia con una
pena. Para ello se debe partir del Derecho Penal positivo. Todo intento de definir el
delito al margen del Derecho Penal vigente es situarse fuera del ámbito de lo jurídico,
para hacer filosofía, religión o moral.
Se admite generalmente (prescindiendo de divergencias menores) que el delito es
un comportamiento humano típicamente antijurídico y culpable, añadiendo a menudo la
exigencia de que sea punible. Sus dos pilares básicos son:
1) Antijuricidad: el comportamiento humano y su tipicidad pueden verse como
condiciones de la antijuricidad penal.
2) La Culpabilidad.
Antijuricidad significa aquí objetiva contrariedad al Derecho Penal, mientras que
culpabilidad significa posibilidad de imputación personal del hecho antijurídico a un
sujeto responsable.
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Por tanto, se entiende el delito como un hecho penalmente antijurídico y


personalmente imputable. Esta definición tiene dos partes:
1ª.- La antijuricidad penal, exige la tipicidad penal y la ausencia de causas de
justificación.
2ª.- La imputación personal, requiere que el hecho penalmente antijurídico sea
imputable a una infracción personal de la norma primaria por parte de un sujeto
penalmente responsable.
La antijuricidad penal supone una doble exigencia.-
1ª.- La lesión o puesta en peligro de un bien jurídico penal lo suficientemente
grave y necesitada de pena para que el legislador lo haya previsto en un tipo de delito.
En los tipos de delitos se describen las lesiones o puestas en peligro de bienes jurídico-
penales más graves y necesitados de pena. x.j. matar a otro.
2ª.- Que el bien jurídico correspondiente no entre en conflicto con otros intereses
superiores que justifiquen su ataque.
En resumen el Derecho penal: (a) ha de desear evitar lesiones en los bienes
jurídicos más importantes, como la vida, el orden público, etc., aquí tener en cuenta que
no todo ataque típico a un bien jurídico-penal se halla desvalorado por el Derecho como
contrario a sus intereses globales. Las causas de justificación (como x.j. legítima
defensa) excluyen la antijuricidad del hecho. (b) El hecho penalmente antijurídico ha de
ser personalmente imputable a su autor. Ello requiere dos cosas:
-El injusto penal ha de ser imputable a la infracción personal de una norma
primaria.
-Una segunda condición de la imputación personal de la antijuricidad penal es que
pueda atribuirse a un sujeto penalmente responsable. El autor es penalmente
responsable cuando se realiza el hecho en condiciones psíquicas de normalidad
motivacional suficientes para que proceda la imposición de una pena.
No son penalmente responsables, pues, de los hechos penalmente antijurídicos y
antinormativos que cometen, sujetos como los enfermos mentales, los menores de edad
penal, los que actúan con miedo insuperable, etc., Pero tener en cuenta que la
irresponsabilidad penal del sujeto no impide ni la antijuricidad penal del hecho ni la
infracción personal de la norma.
¿Es la punibilidad una categoría autónoma de la definición de delito?: Con
frecuencia las definiciones de delito añaden a las notas de “comportamiento humano
típicamente antijurídico y culpable”, la de que el mismo sea “punible”.
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Algunos autores prefieren estudiar por lo menos una parte de la problemática de la


“punibilidad” al filo de la tipicidad, aunque sea sin una justificación sistemática clara.
No se trata de una categoría unitaria, sino que hace referencia a dos grupos de elementos
de distinta naturaleza:
a) Por una parte, las condiciones objetivas de punibilidad de las que depende la
relevancia jurídico-penal del hecho con carácter objetivo (frente a todos los sujetos que
intervienen en él, sea como autores, sea como partícipes) Afectan al carácter penal de
la antijuricidad del hecho y de ellas depende, pues el injusto penal. La antijuricidad de
un hecho no puede, ciertamente, condicionarse a que sea penal, pero sin este carácter es
evidente que no será penal.
La antijuricidad que importa a la teoría del delito debe ser una antijuricidad penal,
que, en su caso, pueda suponer la imposición de una pena y que se halle prevista en un
tipo de delito. Sólo interesa, pues, el injusto penal típico.
Puesto que el tipo penal es el concepto que sirve para seleccionar los hechos que son
penalmente relevantes, lo más oportuno parece incluir todos los elementos que
condicionan la objetiva punibilidad de un hecho (tanto si afectan a la gravedad del
injusto, como si obedecen a otras razones político-criminales) en el tipo penal. Éste
aparecerá, entonces, no sólo como “tipo de injusto”, sino como “tipo de injusto penal”.
b) Por otra parte, aquellas circunstancias que impiden castigar a una determinada
persona, pero que no excluyen la objetiva relevancia penal del hecho ni, por tanto, la
punibilidad de otras personas que participan en él (así, el artículo 268,2 CP denomina
“delito” a los hurtos y demás hechos entre parientes que considera impunes, y mantiene
la punibilidad de los partícipes que no cuenten entre dichos parientes). Aquí se habla de
excusas absolutorias y de causas personales de exclusión o levantamiento de la pena.
El delito se define como una acción típicamente antijurídica, culpable y además
también para algunos autores, también punible. (No confundir punibilidad con pena).
Punibilidad es algo que se le incorpora al Tipo.
Es preciso que no falte cualquiera de los elementos, si falta alguno de los
elementos no existe delito. Por ejemplo, en la antijuricidad, matar: X mata a Y =
Homicidio; pero no nos podemos detener aquí, porque puede ocurrir que en el proceso
de investigación, la persona actuó en legítima defensa.
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14.3, 14.4 y 14.5 Sentido de la Teoría del Delito.- Evolución del sistema de la Teoría
del delito en la dogmática moderna.- Sistemática adoptada
La Teoría del Delito reúne en un sistema los elementos que, en base al Derecho
positivo, pueden considerarse comunes a todo delito o a ciertos grupos de delitos. La
teoría del Delito es obra de la Doctrina jurídico-penal y constituye la manifestación más
característica y elaborada de la Dogmática del Derecho Penal.
Teoría del Delito: Abstracta, estable, valorativa.
Estudia cada una de las categorías que integran la figura del delito, y es un estudio
abstracto. Basado en la abstracción y la estabilidad (su cierta estabilidad desde el punto
de vista legislativo).
La parte especial es más contingente y variable, y eso es lo que lo diferencia de la
parte general vista en el primer cuatrimestre (que es más abstracta y estable). Pos eso
vemos que en la parte general no hay tantas reformas como las que existen en la parte
especial. Abstracta porque juega como denominador común para todos los grupos o
categorías de delitos.
La Dogmática del Derecho Penal es el estudio de la Teoría del Delito y el estudio
de la Pena.
La dogmática jurídico-penal estudia los aspectos generales y comunes a todos los
delitos. Estas características técnicas es lo que es la teoría del delito.
La dogmática del Derecho Penal tiene como objetivo teórico más elevado la
búsqueda de los principios básicos del Derecho Penal positivo y su articulación en un
sistema unitario. La Teoría del Delito constituye un intento de ofrecer un sistema de
estas características. Es por tanto una elaboración sistemática de las características
generales que el Derecho Positivo permite atribuir al delito, a la vista de la regulación
que aquél efectúa de éste.
Hay que abstraerse de cualquier delito, porque se va a estudiar de manera abstracta
para cualquier delito; es decir, se estudia una categoría que en sí es válida para todos.
Ello no significa, sin embargo, que la doctrina penal no elabore la Teoría del Delito con
un cierto margen de libertad. El Derecho Penal positivo fija un marco que la elaboración
dogmática no puede desbordar, marco que viene determinado por el sentido literal
posible de los preceptos legales, y en cuanto no redunde en perjuicio del reo, por su
aplicación analógica.
Este marco constituye un límite infranqueable para la ciencia jurídico-penal. Más
el interior de dicho marco es a menudo amplio y permite un determinado margen de
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libertad a la doctrina. Cuanto más generales son los principios a considerar, menos
inequívocamente vienen impuestos por los preceptos del Derecho Positivo.
La decisión acerca de tales principios habrá de depender, entonces de las premisas
valorativas, filosóficas y políticas de que parte la doctrina en cada momento histórico-
cultural. De ahí que la evolución histórica de la teoría del delito refleje fielmente la
evolución más general de las ideas.-
1) El Positivismo = desde el último tercio del siglo XIX hasta comienzos del
S.XX.
2) El Neokantismo = desde principios del siglo XX hasta la 2ª Guerra Mundial.
3) El Ontologismo fenomenológico = Desde los años 30 a los 60.
4) El Funcionalismo = En Derecho Penal desde los años 70 hasta la actualidad.
El entendimiento o la conceptuación de la Teoría del Delito ha evolucionado de tal
forma que las 4 fases más características de la moderna teoría del delito son las vistas
anteriormente.
El Neokantismo advirtió la dimensión valorativa de las categorías de la teoría del
delito, pero no su significado político. Desde los años 70 se reconoce que la
construcción teórica del delito debe partir de la función político-criminal del Derecho
Penal (funcionalismo). En la época actual parte del funcionalismo que arranca de los
trabajos de Klaus Roxin, pone de manifiesto que la teoría del delito tiene una función
político criminal que cumplir, y que lógicamente va a depender del modelo de Estado en
el que nos encontremos. Aquí la teoría del delito no es algo aséptico, sino que es
valorativa. Importa, pues, desvelar claramente la vinculación axiológica de la teoría del
delito y sus conceptos a una determinada concepción filosófico-política del Derecho
Penal como cometido del Estado.
Valorativa porque va a depender del Estado donde se aplica, no es lo mismo en la
Dictadura que en un Estado Democrático.
La imagen del Estado social y democrático de derecho debe ofrecer el punto de
partida para determinar la función del Derecho Penal, pero ésta a su vez debe servir de
base no sólo de la teoría de la pena, sino también de la teoría del delito. Si el modelo de
Estado debe determinar una concepción del Derecho Penal, ésta ha de ofrecer el soporte
de sus dos componentes básicas, la pena y el delito  Estado, Derecho Penal, pena y
delito se hallan en una estricta relación de dependencia.
La teoría del delito constituye, en efecto, la determinación de las fronteras
mínimas de lo que puede ser prohibido y penado por el Derecho Penal, y da respuesta a
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la pregunta de cuáles son los elementos que deben concurrir, como mínimo y con
carácter general, para que algo sea jurídico-penalmente prohibible y punible.
La función de prevención que corresponde al Derecho Penal de un Estado Social y
Democrático de Derecho, ha de estar sujeta a ciertos límites. El principio de legalidad
impone, por una parte, que el delito se determine con la suficiente precisión: El delito ha
de estar específicamente tipificado, y, por otra parte, exige que el delito constituya
infracción de una norma primaria.
El principio de exclusiva protección de bienes jurídicos obliga a concebir el delito
como un ataque a un bien jurídico-penal, cuando dicho ataque no esté justificado por la
necesidad de salvaguardia de otro bien jurídico prevalente.
El principio de culpabilidad (en sentido amplio) exige que dicho ataque pueda
imputarse objetiva, subjetiva y personalmente a su autor en determinadas condiciones.
Finalmente, el carácter de última ratio del Derecho Penal ha de condicionar la
punibilidad del hecho a que manifieste una suficiente gravedad y necesidad de pena.
Estos son los elementos que trata de articular en un sistema la teoría del delito.
La relación causa efecto es muy clara en caso de bienes individuales, pero esa
relación se complica cuando esa relación la trasladamos a los bienes jurídicos
supraindividuales (como Medio Ambiente, Tráfico). Por eso muchas veces se le da
mayor aplicación al sentido objetivo (imputación objetiva) que a la propia relación de
causalidad en la teoría del delito. (para evitar de este modo que el Derecho Penal se
quede anquilosado).
El Derecho Penal nuclear es el Derecho Penal clásico decimonónico.
14.6 El Delito en el Código Penal Español
El concepto de delito como conducta castigada por la ley con una pena es, sin
embargo, un concepto puramente formal que nada dice sobre los elementos que debe
tener esa conducta para ser castigada con una pena. El Código Penal español de 1995
dice en su artículo 10: “son delitos o faltas las acciones y omisiones dolosas e
imprudentes penadas por la ley”. Ciertamente no es una definición puramente formal,
ya que en ella se destaca que las acciones y omisiones penadas por la ley (concepto
formal) deben ser dolosas o imprudentes; lo que implica ya unas valoraciones
materiales que van más allá de lo puramente formal.
En resumen, corresponde al jurista, a la ciencia del Derecho Penal y más
exactamente a la Dogmática jurídico-penal, elaborar ese concepto de delito en el que
estén presentes las características generales comunes a todos los delitos en particular.
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Para ello hay que partir de lo que el Derecho Penal positivo considera como delito; no
sólo de la definición general del mismo contenida en el Código Penal, sino de todos los
preceptos legales que se refieren al delito, deduciendo las características generales
comunes a todo delito (concepto dogmático de delito).
La Teoría del delito es la parte fundamental de la parte general junto con la teoría
de la Pena.

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