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Leyendas urbanas

Red Bull.

No hay refresco que se precia que no tenga su leyenda urbana. La palma se la


lleva la Coca-Cola. Se ha dicho de todo incluso que entre sus componentes se
encontraba el ántrax. Todos hemos oído algunas al
respecto. Por ejemplo ¿Quién no ha escuchado que
no se puede mezclar el güisqui Bailys con un
refresco? Dice la leyenda que si se hace la bebida se
solidifica y se convierte en una piedra dentro del
estómago de ahí a la muerte va un paso.
Afortunadamente no es cierto. Hoy nos ocupamos de
una de las bebidas de moda. Dicen que da alas, así
asegura la publicidad. Y que además es una bebida
energizante. También nos dicen que sus propiedades
sirven para mantenernos despiertos ante una larga
noche de trabajo. Es el Red Bull, el toro rojo. Ya ha
llegado con éxito a cien países. Todos en los últimos años. De hecho se descubridor
se ha convertido en uno de los quinientos hombres más ricos del mundo. Se trata del
austriaco Dietrich Mateschitz, su fortuna se ha calculado en más de mil millones de
dólares.

Desde marzo del pasado año un mensaje en español en formato de Power


Point está alcanzando un extraordinario poder de difusión. Como todas las leyendas
urbanas modernas circula a gran velocidad y genera una creencia falsa que incluso se
modifica con el tiempo. El mensaje en cuestión redactado a modo de informe científico
señala que el Red Bull es una bebida extraordinariamente peligrosa para la salud.
Según estas informaciones puede provocar infartos fulminantes, hemorragias
cerebrales o enfermedades nerviosas irreversibles. Aparentemente la información ha
sido avalada por la Universidad Complutense de Madrid gracias a una investigación.
En concreto la responsable de ese estudio seria la catedrática de la unidad de
farmacología Casilda Rodríguez Fernández.

El primer hecho extraño es que la catedrática existe en realidad pero dicha


unidad pertenece a la facultad de veterinaria y no a la facultad de medicina como
cabria esperar. En declaraciones a la revista Discovery Salud la doctora Casilda
Rodríguez asegura he hecho todo lo que está en sus manos para desmentir el

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Leyendas urbanas

contenido de esta leyenda urbana asegura que desconoce el origen de estas


informaciones y quien ha utilizado su nombre para inicial el bulo. Además advierte, con
toda lógica, que ella se dedica a la salud animal no a la humana. Sin embargo, cuando
se profundiza en le leyenda urbana que hace alusión al Red Bull, descubrimos que su
nombre fue incorporado en la versión hispana del mito que, en realidad, comenzó a
circular por Estados Unidos en el año 2000.

Según el relato original el peligro del Red Bull radica en una sustancia llamada
glucoromeractone y que está entre sus ingredientes. En aquel escrito se señala que
los usuarios no conocen la tétrica historia de esta sustancia química. Al parecer este
estimulante artificial fue desarrollado en los años sesenta por el ejercito de los Estados
Unidos y se utilizó para administrárselo a los soldados de la guerra de Vietnam con
objeto de elevar la moral de los combatientes y luchar contra la fatiga que sufrían. Sin
embargo el experimento habría salido mal y varios soldados fallecieron como
consecuencia de la ingesta de este químico. Además, en la versión original de la
leyenda, el producto habría sido denunciado en el diario medico del Reino Unido por
un equipo de especialistas en un amplio trabajo.

Pero cualquier comprobación de los datos invalida la leyenda. Por un lado el


diario medico jamás publicó ningún articulo de estas características. No existe. Pero
hay más el glucoromeractone no es un producto químico artificial, se trata de un
metabólico natural producido por el ser humano. Además no existe constancia en
ninguna fuente de información sobre la utilización en Vietnam de una sustancia así.
Por si fuera poco el mensaje original que desató la falsa creencia asegura que los
peligros de ese ingrediente en el Red Bull han sido la causa por la que el refresco ha
sido prohibido en países como Francia o Dinamarca. En parte también esto es
mentira. En parte porque toda leyenda que se precie requiere de un punto de
veracidad. Efectivamente en Francia y Dinamarca no se ha podido comercializar al
Red Bull.

Pero la causa de esa prohibición no tendría que ver los peligros que tiene para
la salud este refresco la causa real es que en parte, por la presión de la industria
cafetera, en estos países está prohibidas las bebidas que contengan cierta cantidad de
cafeína. Efectivamente el Red Bull tiene cafeína pero en cantidades comunes. Una
lata de Red Bull equivale a una taza de café grande solo. Pero esta cantidad de
cafeína jamás se ha demostrado perjudicial para la salud. Es más, los trabajos
realizados al respecto señalan que para notar los efectos perniciosos del Red Bull

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serían necesarios beber unas ciento veinticinco latas seguidas. Esto significa que es,
incluso, menos perjudicial que otras bebidas refrescantes.

Además se sabe perfectamente que el origen de la bebida no está en ningún


experimento militar sino en un viaje que su pseudo inventor hizo a Hong-Kong en los
años ochenta. Allí descubrió que existía una bebida que tenía relevancia popular y a
que era de origen casero. Estaba compuesta por cafeína y taurina. Lo que hizo el
empresario fue importar la formula y después hacerse rico. Pero incluso la leyenda
urbana ha ido más lejos aun. Precisamente su contenido en taurina ha generado más
habladurías. Se dice que está extraído del testículo del todo, de ahí que la bebida
tenga un fuerte efecto para estimular nuestro aguante físico. También esto es falso. En
realidad la taurina no es ningún producto de origen animal sino que es una síntesis
animal de varios productos naturales.

De todos los estudios realizados por los investigadores sólo uno parece
representar algo llamativo. Se trata de una investigación realizada por la Universidad
de Paraná en Brasil. En la que se descubrió que la percepción del alcohol y de sus
efectos se reducían cuando la bebida usada en una mezcla era, precisamente, el Red
Bull. Pero no representaba más peligro. También laboratorios farmacéuticos españoles
han hecho trabajos al respeto. Es una buena demostración del poder de las leyendas
urbanas. Se han tenido que hacer exámenes científicos que son falsos aún sabiendo
que eran leyendas.

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