líneas
Un mini-librojuego de
J. L. López Morales
ASESINA: LÍNEAS
Texto de:
Felipe Fernández
Axel Alonso
1
Soy Vlada, antigua combatiente en Bosnia, asesina profesional ahora.
Por un precio, puedo matar a quien sea, sin importar su raza, sexo,
ideología o religión. Para mí, sólo es trabajo.
Después de cinco años de guerra civil, en los que pasé de ser una simple
estudiante a convertirme en una de las mejores tiradoras del ejército,
abandoné mi país y, con el dinero conseguido durante la guerra, me instalé
en los Estados Unidos. Las ruinas, el sufrimiento, los bombardeos, los
cuerpos mutilados, todo quedó atrás y fue substituido por la soleada
California, sus avenidas llenas de palmeras y sus atardeceres de anuncio
de televisión.
Eso fue hace dos años; durante este tiempo he cumplido con cada
trabajo que me han encomendado, y ganado un montón de dinero con ello.
Soy Vlada, una asesina. Hay gente que vende coches, vende
electrodomésticos o vende su cuerpo para vivir. Yo mato a personas,
algunos lo merecen, otros no, pero, ¿quién soy yo para decidirlo?
2
TU FICHA POLICIAL
Descripción
El primer paso es describir cómo es tu personaje. Para ello debes elegir
4 adjetivos de la siguiente lista y apuntarlos en tu Ficha Policial.
Dependiendo de los adjetivos que elijas, tu personaje será más bueno en
unas cosas o en otras. Por ejemplo, si eres Ágil serás bueno esquivando
golpes, corriendo, etc. En cambio, si eliges Guapa, tu atractivo personal te
permitirá obtener información con mayor facilidad. Elige con cuidado los 4
adjetivos que mejor describan cómo es tu personaje.
- Fuerte
- Ágil
- Diestra
- Temeraria
- Guapa
- Lógica
- Fría
- Tenaz
- Violenta
- Culta
Conocimientos
El segundo paso es escoger tus Conocimientos, aquello que has
aprendido durante tu vida. Dispones de 7 Puntos a repartir entre los
siguientes conocimientos, dando un valor máximo de +3 y uno mínimo de 0
a cada uno de ellos:
3
Ejemplo: Puedes repartir tus 7 puntos de conocimientos de la siguiente
forma: +3 a Artes Marciales, +2 a Armas de Fuego, +1 a Atletismo, +1 a
Diplomacia, con lo que Callejeo y Ciencias se quedan con un 0.
Puntos de Drama
Empiezas la historia con 3 Puntos de Drama. Estos puntos representan
aquella situación de peligro o tensión en que decides dar el todo por el todo.
Puedes utilizar cuantos Puntos de Drama desees en cualquier Chequeo,
sumándolos a tu tirada en ese momento. Por supuesto, debes decidir
cuántos Puntos de Drama usas antes de realizar la tirada. Después, no
olvides borrar esos Puntos de tu Ficha Policial.
Ejemplo: Te has metido en una pelea de bar. El otro tipo coge una
botella y te amenaza con ella. Le lanzas un puñetazo, pero quieres estar
segura de dejarlo ko, por lo que decides usar 2 Puntos de Drama. Haces el
Chequeo de forma normal, pero obtienes un +2 a tu tirada por los 2 Puntos
de Drama. Obtienes un Éxito y estampas tu puño en la cara del palurdo.
Después restas los 2 Puntos de Drama de tu Ficha Policial.
Tus Cosas
Esta lista son los objetos que tienes. A medida que vayas encontrando
otros objetos, los puedes apuntar aquí. Empiezas la aventura con tu pistola
con silenciador y dos de los siguientes objetos que puedes elegir a voluntad:
- Granada.
- Puñal.
- Cuerda.
- Ganzúa.
Tus Palabras
En el texto se te indicará que apuntes o borres una serie de Palabras.
Hazlo según se indica y no te preocupes más por este apartado.
CHEQUEOS
Cada vez que intentas hacer algo difícil o cuando hay una posibilidad de
fracasar, tendrás que hacer un Chequeo. Para ello, se te indicará una
Dificultad, el conocimiento que interviene y los modificadores, que
dependen de los adjetivos que has elegido o de los objetos que tengas. Has
de sumar todos los modificadores para obtener el modificador total.
Luego tira 2 dados de 6 caras (2D6), de diferente color (uno blanco y otro
rojo, por ejemplo) donde el blanco es el positivo y el rojo el negativo. El
resultado de ambos dados se obtiene restándole el resultado del negativo al
positivo, con lo que puedes obtener de -5 (horrible) a +5 (¡bien hecho!). A
este número se le suma el modificador que has obtenido antes. Si el
4
resultado final es cero o más, tienes un Éxito en el Chequeo. Si el
resultado es inferior a cero, Fracasas.
Haz un Chequeo.
Dificultad -4. Artes Marciales. Agil +1. Temeraria +1.
HERIDAS:
5
1
Tumbada al sol en el jardín de mi casa de Bel Air, estoy ojeando una
revista sobre blindaje de coches para vips, cuando mi móvil blanco, el que
uso para el trabajo, emite un pitido. Alargo una mano y veo que tengo un
mensaje nuevo, de Nicolae. Me cita en una cafetería del centro. No dice
nada más. Dejo el teléfono sobre la tumbona y me levanto para darme un
rápido baño en la piscina. Tras nadar un par de largos, entro en la casa
mientras me seco el pelo, largo y rubio como buena chica del este, y lo
envuelvo en una toalla.
Media hora después salgo vestida con un pantalón negro y una ajustada
camiseta blanca, ocultando mis ojos azules tras unas gafas de sol. Subo al
descapotable y conduzco tranquilamente hacia el lugar de la cita con
Nicolae.
Mercenario sin escrúpulos, Nicolae estuvo luchando durante una década
en todas las guerras que se originaron tras la caída de la antigua Unión
Sovietica. Junto a sus compinches, operaba en Bosnia, Chechenia, Georgia
y un largo etcétera de países en conflicto. Le conocí durante la guerra,
cuando yo actuaba como francotiradora en el centro de Sarajevo. Al llegar
a los Estados Unidos, lo primero que hice fue contactar con él, y no me
extrañó encontrarle dirigiendo el tráfico de armas y joyas entre Los
Ángeles y Moscú.
Aparco junto a la cafetería y veo a Nicolae sentado en la terraza, con
una cerveza sin tocar sobre la mesa y echando lentas miradas alrededor.
Es un hombre grande y corpulento, de unos cuarenta años, pelo afeitado y
unos ojos profundos y escrutadores que parecen poder atravesarte el
cerebro sólo con mirarte. Viste un elegante traje blanco con un pañuelo
rojo en el bolsillo de la chaqueta, justo encima del ligero bulto que forma la
pistola que lleva escondida debajo. Se muestra distante y confiado, seguro
de sí mismo hasta resultar repulsivo.
Al verme, levanta ligeramente una mano en señal de saludo y vuelve a
examinar la tranquila avenida.
- Vlada, estás preciosa, como siempre -dice con voz melosa y acaricia mi
brazo levemente mientras me invita a sentarme. Respondo a su halago con
una fría sonrisa y hago un gesto al camarero para que me sirva un agua
mineral.
- El encargo es sencillo -sigue hablando Nicolae una vez se aleja el chico-,
pero eso no significa que sea fácil -entonces extrae una fotografía de su
chaqueta y la tiende sobre la mesa. En ella se ve a un hombre oriental,
gordo como un cerdo, de cara obesa y pequeños ojillos glotones-. Éste es
Xuilei, un conocido mafioso de Hong Kong recién llegado a Los Ángeles.
Parece ser que quiere meterse en varios negocios, cosa que no nos conviene
en absoluto. Él es tu objetivo, elimínalo como quieras, sin importar la
forma. Mátalo a él y a quien sea que esté con él. Eso es lo principal; no
puede haber testigos. Lo último que necesitamos es una guerra con las
tríadas chinas.
6
- ¿Dónde y cuándo? -pregunto, guardándome la fotografía en un bolsillo
del pantalón.
- Xiulei se aloja en la suite del hotel Luxury de Santa Monica. Esta
noche será la última que duerma allí. No debe llegar a mañana.
Asiento levemente y recoloco mis gafas de sol.
- Recuerda: No debe haber testigos -insiste Nicolae, como si hiciese falta
que me lo recordase.
Pasa al 25.
2
El silenciador atenúa el sonido de la muerte. El cuerpo desnudo queda
agrupado sobre el ensangrentado suelo, en posición fetal. Me fuerzo a
apartar la mirada. Una vez terminado el trabajo, me apresuro en salir del
dormitorio. Ya en el pasillo, se oyen gritos y demandas de ayuda. El panel
luminoso de los ascensores indica que uno está subiendo. Más allá se abre
el hueco de las escaleras.
3
De pronto, resuenan unos pasos en el pasillo a mi espalda. Me vuelvo
para encontrarme con otro vigilante chino, vestido también de traje y
cuyos ojos rasgados se abren por la sorpresa al verme junto a la puerta de
la suite. Con un rápido movimiento, saco mi pistola y abro fuego, mientras
él busca bajo su chaqueta su propia arma.
Haz un Chequeo.
Dificultad -3. Armas de Fuego. Diestra +2. Fría +1.
7
4
No alcanzo a los guardias, que disparan sobre mí. Un chispazo de dolor
sacude mi brazo al atravesarme una bala (recibes una Herida). Antes de
que puedan volver a disparar, me lanzo sobre ellos para eliminarlos.
Pasa al 31.
5
Una vez me he deshecho del guardaespaldas, me acerco hacia la gran
puerta que conduce a lo que supongo es el dormitorio de la suite. Al abrirla,
me encuentro en una enorme habitación. La cama revuelta ocupa el centro,
mientras que mullidos sofás se alinean ante un ventanal que ocupa por
completo la pared sur, ofreciendo una magnífica paronámica de la
luminosa noche de Los Ángeles. Apunto con la pistola, buscando al objetivo
que me ha traído hasta aquí.
La puerta del baño se abre en ese momento. Por ella aparece Xiulei,
totalmente desnudo, su blanco y fofo cuerpo cayendo en pellejos colgantes
por encima de su bajo vientre. El puro que cuelga de sus labios está a
punto de caerse cuando me descubre en su habitación. Al instante, da un
grito, en chino, supongo que pidiendo ayuda, mientras se lanza hacia la
mesilla de noche, donde reposa una escopeta de cañones recortados. Le
apunto con la pistola y le disparo antes de que la alcance.
Haz un Chequeo.
Dificultad -2. Armas de Fuego. Diestra +1. Fría +1.
8
6
Saco con rapidez mi pistola y disparo sobre el sorprendido guardia. La
cabeza del chino revienta con un crujido, salpicando de sangre toda la
pared. Por desgracia, el cuerpo cae sobre una de las mesas, derribando una
lámpara al suelo.
Tira 1D6:
7
- ¡Esa mujer! -grita de pronto la vieja, señalándome con el dedo-. ¡Esa
mujer estaba arriba, la vi luchando con los otros hombres! -insiste, tirando
del brazo del policía. El hombre duda un instante, pero otro testigo aparece
y corrobora la versión de la vieja.
Pasa al 40.
8
Me lanzo contra la puerta de la suite y arremeto con una patada frontal,
justo a la altura de la cerradura. La madera se quiebra con un crujido y la
puerta se abre de golpe, dando a un amplio salón abarrotado de muebles,
mesas y sillones. Me lanzo al interior con la pistola preparada, justo para
encontrarme con un guardia que surge tras una de las columnas. El
hombre da un grito, mientras alza su pistola y dispara sobre mí. Las
explosiones retumban en la sala. Con un giro, me vuelvo hacia a un lado y
salto para ponerme a cubierto tras uno de los sillones.
Haz un Chequeo.
Dificultad -3. Atletismo. Ágil +2. Lógica +1.
9
Salto escaleras abajo. Arriba se escuchan los pasos apresurados de
varios chinos que me persiguen, gritando que me detenga. Alcanzo por fin
la planta baja. Un gran revuelo se ha montado en el vestíbulo de entrada:
Los clientes salen por las puertas mientras aseguran a gritos haber oído
9
disparos. Los conserjes intentan mantener la calma y llaman por teléfono.
Un grupo de cuatro policías irrumpe entonces por las puertas giratorias y
se ponen a hablar con el director del hotel. Si quiero salir por la puerta
principal, tendré que cruzarme con esos policías. Durante un instante,
dudo en salir al vestíbulo, cuando veo una puerta lateral que lleva a las
cocinas. Quizás por ellas pueda alcanzar la puerta trasera del hotel.
10
Esquivo la patada del chino y le agarro por debajo, alzándolo para
lanzarlo por encima de mi hombro y hacerle aterrizar de cabeza contra el
suelo. El cráneo cruje al impactar contra las baldosas. Me vuelvo con
rapidez, justo en el momento en que su compañero me apunta con su
pistola. Salto por encima de un mostrador mientras los disparos atruenan
en la cocina y hacen volar en pedazos cacharros y cubiertos. Nada más
caer al otro lado, saco mi pistola y me levanto para devolver el fuego.
Haz un Chequeo.
Dificultad -2. Armas de Fuego. Diestro +1. Fría +1.
10
11
De pronto, el guardia descubre mis intenciones. Su mirada se ilumina
por la sorpresa, antes de darse la vuelta y correr hacia la puerta.
12
Me echo a un lado y abro la puerta metálica de la nevera,
estampándosela en la cara al chino, que recibe el golpe de pleno y se
derrumba sin sentido. Su compañero alza su pistola y abre fuego, pero
salto por encima de un mostrador y esquivo los disparos, que hacen
pedazos la vajilla y los cacharros. Nada más caer al otro lado, saco mi
pistola y me levanto apuntándole.
Haz un Chequeo.
Dificultad -2. Armas de Fuego. Diestro +1. Fría +1.
13
Sigilosa como un gato, cruzo el salón hasta situarme detrás del guardia,
que sigue leyendo el periódico. Me incoporo a su espalda y, agarrándole
con ambas manos del cuello, le silencio con un violento giro. El cuello se
rompe con un chasquido y el cuerpo cae de lado sobre el sillón.
Pasa al 5.
14
Descargo mi pistola sobre el gordo, pero sólo logro herirle en el brazo.
Inmune al dolor, Xiulei dispara su escopeta, que truena como un
relámpago, alcanzándome de pleno y haciéndome volar un par de metros
hacia atrás. Caigo al suelo sangrando por el estómago (tira 1D6, el
resultado es el número de heridas que recibes). Escupo un espumajo y
meto otro cargador en la pistola. Xiulei cree que ha acabado conmigo. Me
levanto y le demuestro cuan equivocado está.
Pasa al 43.
11
15
Una vez me deshago del guardia, continúo por el pasillo, alerta por si
aparecen más guardaespaldas. Me deslizo con cuidado hasta la entrada de
la suite, una doble puerta cerrada con un lector magnético.
16
Abro fuego con la escopeta, acribillándoles a quemarropa. Los chinos se
retuercen a cámara lenta al ser alcanzados por una lluvia de perdigones:
Sus rostros se quiebran por el dolor, las blancas camisas estallan en
sangrantes erupciones, sus brazos aletean mientras se derrumban al suelo.
Vacío la recamara de la escopeta sobre ellos, el pasillo retumbando con
cada disparo. Al final, sólo quedan los cadáveres sobre el suelo y la
destrozada pared detrás. Arrojo la inservible escopeta (bórrala de Tus
Cosas) y sigo corriendo escaleras abajo.
Pasa al 9.
17
Salto entre una lluvia de disparos, que destrozan el sillón esparciendo
las plumas por doquier. Por desgracia, un proyectil me alcanza en el
hombro (recibes 2 Heridas). Contengo un grito por el dolor, pero reacciono
al instante rodando sobre la moqueta para aparecer al otro lado del sillón,
con el guardaespaldas en mi punto de mira.
Pasa al 26.
18
Fingiendo estar aturdida, me acerco al guardaespaldas a pasos cortitos,
sin dejar de echar nerviosas miradas a uno y otro lado. Nada más verme,
el chino se planta en medio del pasillo y me cierra el paso.
12
- ¿Es esta la habitación de Charles? -le digo, hablando muy rápido,
nerviosa, a la vez que me acerco más a él-. Sí, Charles, ¿le conoces? -sigo
preguntándole, aunque su rostro no expresa la menor emoción-. Ese cerdo
me las va a pagar. Se cree que no sé lo suyo con esa secretaria... como le
encuentre con ella se va a enterar.
El guardia no sabe cómo reaccionar. Por un momento duda entre darse
la vuelta y alertar a los de adentro o esperar y hablar conmigo.
Haz un Chequeo.
Dificultad -2. Diplomacia. Culta +1. Guapa +2.
19
Disparo sobre el guardaespaldas, pero éste se echa a un lado y se cubre
contra la pared, a la vez que dispara su pistola, alcanzándome de refilón
en el brazo (recibes 1 Herida).
Pasa al 32.
20
- Estoy alojada en la habitación 142 -asiento con tono tranquilo,
fingiendo cierto hastío al ser retenida. El policía me observa de arriba
abajo, dudando de mis palabras.
Haz un Chequeo.
Dificultad -2. Diplomacia. Guapa +2. Culta +2.
21
El hombre se precipita hacia la puerta. Con una rápida carrera, intento
detenerle antes de que alcance su objetivo.
Haz un Chequeo.
Dificultad -3. Atletismo. Ágil +1. Fuerte +1. Cuchillo +2.
13
22
Me encuentro a menos de dos metros del guardia, cuando mi brazo
tropieza con una de las lámparas de mesa. El tintineo del metal alerta al
chino, que se incorpora al momento, descubriéndome en medio del salón.
El hombre da un grito, mientras alza su pistola y dispara sobre mí. Las
explosiones retumban en la sala. Con un giro, me vuelvo hacia a un lado y
salto para ponerme a cubierto tras uno de los sillones.
Haz un Chequeo.
Dificultad -3. Atletismo. Ágil +2. Lógica +1.
23
Me arrodillo junto a la puerta y, tras comprobar que nadie se acerca por
el pasillo, extraigo mi ganzúa e introduzco el fino alambre en la cerradura
mecánica de la puerta. Con cuidado, manipulo la ganzúa, sintiendo cómo el
alambre se deforma.
Haz un Chequeo.
Dificultad -1. Ciencias. Diestra +1. Lógica +1.
Si Fracasas, pasa al 3.
Si tienes Éxito, pasa al 44.
24
Un pitido señala la llegada del ascensor. Las puertas metálicas se abren
a los lados y me encuentro ante tres chinos, trajeados y armados con
pistolas. Por un instante, nos miramos sin hacer nada más. Entonces
reaccionan y alzan sus armas.
14
25
Son pasadas las diez de la noche cuando entro en el vestíbulo del
Luxury. El hotel hace honor a su nombre con un horrible estilismo de
pomposos muebles de madera oscura y lámparas bañadas en oro. El suelo
de mármol blanco reluce brillante y guía mis pasos hasta la recepción.
Tras una breve charla con el recepcionista, me dirijo a los ascensores y
subo en uno hasta la última planta.
Un pitido eléctrico resuena en la cabina al alcanzar mi destino. Las
puertas metálicas de abren dando a un desierto pasillo, alfombrado en
verde y con numerosos cuadros adornando las paredes color crema. Me
dirijo por el corredor hasta el pasillo que lleva a la suit. Desde la esquina,
me asomo levemente y veo a un guardia que vigila el paso. Se trata de un
chino de pelo engominado, vestido con un elegante traje negro. El hombre
camina aburrido de un lado a otro, mientras observa con curiosidad alguno
de los cuadros.
26
Apunto al guardia y abro fuego. Su cabeza se parte con un chasquido y
la sangre salta salpicando de rojo el sillón. Por desgracia, el cadáver cae
sobre una de las bandejas de plata. El ruido de las copas y los cubiertos
resuena en la habitación alertando a cualquiera que esté en el dormitorio
de la suite.
Pasa al 5.
27
Frente a frente, el guardaespadas y yo disparamos nuestras pistolas a
través de las atestadas estanterías. Las ollas saltan por los aires, los
platos se rompen, las sartenes caen entre los estallidos de las armas de
fuego. Acierto al chino con varios impactos en el pecho, que lo lanzan de
espaldas contra los fogones y las cazuelas con agua hirviendo,
derribándolas con estrépito. Tras comprobar que no quedan más enemigos,
cruzo a la carrera la sala y escapo por la puerta de emergencia.
Una vez fuera, observo la multitud que se ha congregado ante el hotel,
curiosos, turistas, vagabundos, todos atraídos por el rumor de un salvaje
tiroteo. Varios coches de policía aguardan aparcados en la acera, sus luces
15
azules dando vueltas. Con prisa, me alejo por la calle y paro un taxi con un
gesto.
28
Caigo sobre la espalda del guardia, que apenas tiene tiempo de
balbucear una palabra antes de que acabe con él silenciosamente. Al
momento, agarro de un brazo el cadáver y lo arrastro hasta esconderlo
debajo de una de las suntuosas mesas que hay junto a la pared.
Pasa al 15.
29
Me lanzo por el pasillo. Los disparos resuenan a mi alrededor: Una
lámpara estalla en pedazos, trozos de pared explotan en una lluvia de yeso,
un cuadro se rompe y cae al suelo. Con un salto alcanzo el hueco de las
escaleras.
Pasa al 49.
16
30
La puerta del baño se abre en ese momento. Por ella aparece Xiulei,
totalmente desnudo, su blanco y fofo cuerpo cayendo en pellejos colgantes
por encima de su bajo vientre. En sus blandas manos sostiene una
escopeta de cañones recortados, con la que me apunta mientras grita algo
en chino. Apenas tengo tiempo de echarme a un lado antes de que dispare.
Haz un Chequeo.
Dificultad -3. Atletismo. Ágil +1. Lógica +1.
31
Mi bota aplasta la cara del primero de los guardias, cuya nariz se
quiebra con un chasquido. Caigo al suelo sobre su cabeza, moviéndome al
instante para alcanzar al otro con una patada que lo lanza contra la
barandilla, precipitándose por el hueco de las escaleras entre gritos de
horror. Una vez eliminados, me apresuro en seguir huyendo.
Pasa al 9.
32
Acierto de pleno al guardia con una serie de tres disparos en el pecho,
salpicando su camisa blanca de manchas rojas. El hombre se retuerce con
cada impacto y acaba derrumbándose en medio del pasillo.
Al instante me olvido de él. Los disparos habrán alertado a cualquiera
que esté dentro de la suite, así que el sigilo ya no es una opción.
Pasa al 8.
33
Alzo la pistola y disparo a bocajarro sobre los chinos.
Haz un Chequeo.
Dificultad -3. Armas de Fuego. Diestro +2. Lógico +1.
Si Fracasas, pasa al 4.
Si tienes Éxito, pasa al 53.
17
34
Lentamente, bajo la pistola. No puedo hacerlo. Evito la mirada del niño
y salgo del baño. La policía se ocupará de él. Con rapidez, cruzo el
dormitorio y salgo de la suite. Ya en el pasillo, se oyen gritos y demandas
de ayuda. Miro el panel de los ascensores y veo que uno está subiendo.
Más allá se abre el hueco de las escaleras.
35
Descargo la escopeta a bocajarro sobre los guardaespaldas. Los
perdigones agujerean los bonitos trajes y salpican de sangre toda la pared
del ascensor. Los hombres caen de rodillas, musitan cosas ininteligibles,
tratan de usar sus pistolas. Disparo el último cartucho y ya no queda nadie
con vida en el interior del ascensor. Sin tiempo que perder, arrojo la
inservible escopeta al suelo (bórrala de Tus Cosas) y entro en la cabina.
Por desgracia, los mandos han quedado inutilizados por los perdigones, de
modo que no tengo otra opción que apresurarme hacia las escaleras.
Pasa al 49.
36
El chino es más rápido y me alcanza con un disparo en el brazo (recibes
2 Heridas). Me cubro tras un mueble y me muerdo el labio para no gritar
por el dolor. Agazapada, oigo los pasos del guardaespaldas, acercándose.
En ese momento me levanto de nuevo y vacío mi cargador sobre él.
Pasa al 27.
18
37
Arranco la rejilla que cubre el conducto de ventilación y me alzo con
ambas manos para entrar por él. Reptando, avanzo entre el polvo y la
suciedad que tapiza el metálico túnel, pero continúo por él hasta un ramal
que se abre a un lado. Tras avanzar en silencio otro par de metros, llego a
otra rejilla, que da a un salón profusamente amueblado, con una gran
mesa, varios suntuosos sillones y finas columnas que franquean una
chimenea apagada. Sentado frente a ella, un guardaespaldas chino lee un
periódico mientras tararea una canción entre dientes. Con cuidado, aparto
la rejilla y me descuelgo hasta el suelo, quedando a la espalda del distraído
guardia.
38
Salto entre una lluvia de disparos, que destrozan el sillón esparciendo
las plumas por doquier. Al caer al suelo, ruedo sobre la moqueta y
aparezco por el otro lado del sillón, con el guardaespaldas en el centro de
mi punto de mira.
Pasa al 26.
39
La escopeta atruena en la habitación. Salto a un lado justo a tiempo,
mientras la puerta entreabierta salta convertida en astillas. Me cubro tras
uno de los sillones. Una miríada de esquirlas llueve sobre mí. Cubierta
tras el mueble, aferro mi pistola. Xiulei suelta una carcajada y recarga su
escopeta. Sin darle tiempo a volver a disparar, me alzo y abro fuego sobre
él.
Haz un Chequeo.
Dificultad -2. Armas de Fuego. Diestro +2. Temeraria +2.
19
40
- ¡Detenedla! -ordena el policía a sus compañeros. Antes de que pueda
huir, los hombres me rodean y me esposan las manos, mientras varios
clientes aseguran haberme visto en el piso de arriba, enfrentada a tiros
con varios chinos.
- Tiene derecho a permanecer en silencio... -dice con voz monótona uno
de los policías mientras me dirige hacia el furgón policial que hay
aparacado ante el hotel. Me dejo llevar sin ofrecer resistencia. Está claro
que las cosas no podían haber salido peor.
20
41
Aguardo agazapada en la esquina. El guardaespaldas bosteza
sonoramente y deambula de vuelta por el pasillo, dándome la espalda.
Aprovecho la oportunidad y salgo tras él, deslizándome en silencio sobre el
mullido suelo de moqueta.
Haz un Chequeo.
Dificultad -2. Artes Marciales. Ágil +1. Fría +1. Puñal +2.
42
Antes de que puedan abrir fuego, me apoyo en la barandilla de la
escalera y salto por encima del hueco para caerles encima.
Haz un Chequeo.
Dificultad -3. Artes Marciales. Ágil +1. Temeraria +3. Puñal +2.
Si Fracasas, pasa al 4.
Si tienes Éxito, pasa al 31.
43
Aprieto el gatillo y el disparo borra la mitad de la cara de Xiulei. El
chino grita de dolor, con su rostro colgando y perdiendo sangre a
borbotones. Me acerco hacia él y acabo con su sufrimiento.
El cadáver yace ante la puerta del baño, manchando de rojo la cara
alfombra de pieles. Guardo mi pistola y dudo en coger la escopeta del chino
(si la coges, apunta una Escopeta en Tus Cosas), mientras pienso en que
todo este jaleo habrá atraído la atención de todo el hotel. El tiempo de
respuesta del LAPD en esta zona es de 3 minutos, por lo que debo darme
prisa en irme de aquí.
Es en ese momento cuando le veo, a través de la puerta del baño,
sollozante y asustado, acurrucado en un rincón. Se trata de un niño, de no
más de ocho años, desnudo y con unos ojos enormes que me miran
aterrorizados. De pronto siento unas náuseas horrendas. No pienso en lo
que el asqueroso gordo le habrá hecho. Intento no mirar esos húmedos ojos.
Sólo recuerdo las palabras de Nicolae: “No puede quedar nadie con vida”.
Tras un momento de duda, entro en el baño y alzo la pistola,
apuntándole. El niño gimotea, incapaz de articular palabra. Le apunto a la
cabeza. Debo darme prisa. Él balbucea algo, “por favor”, sus ojos
suplicantes clavados en mí. Nunca he matado a un niño. Es una línea que
nunca he cruzado, hasta ahora. “Por favor”, repite él.
21
Para dispararle, pasa al 2.
Para huir sin matarle, pasa al 34.
44
La cerradura se abre con un leve chasquido. Con cuidado, empujo la
puerta, que se abre a un salón profusamente amueblado, con una gran
mesa, varios suntuosos sillones y finas columnas que franquean una
chimenea apagada. Sentado frente a ella, un guardaespaldas chino lee un
periódico mientras tararea una canción entre dientes.
45
Respiro profundamente y atravieso el vestíbulo, directa hacia la puerta
y sin hacer caso de la gente que les grita a los policías. Metro a metro, me
acerco a la salida, y casi estoy a punto de llegar a ella, cuando una voz me
detiene.
- ¡Señorita! -me llama uno de los policías.
Me vuelvo lentamente, como si todo el ajetreo no fuese conmigo. El
policía aparta a una histérica mujer y se acerca.
- ¿De dónde viene? -me pregunta, cerrándome el paso hacia la salida-.
¿Sabe algo de lo que ha pasado?
46
Busco la pistola en la parte trasera de mi pantalón, pero el puño del
chino me alcanza de pleno en el rostro (recibes 1 Herida), abriéndome el
labio en un sangrante corte. El guardaespaldas se dispone a acabar el
trabajo, y lanza una patada alta directa a la cabeza.
Haz un Chequeo.
Dificultad -3. Artes Marciales. Fuerte +1. Violenta +1.
22
47
Me echo a un lado mientras los guardaespaldas disparan sus pistolas
sobre mí.
Haz un Chequeo.
Dificultad -3. Atletismo. Ágil +2. Temeraria +1.
48
Lentamente, cruzo el salón entre los muebles hacia el despistado
vigilante.
Haz un Chequeo.
Dificultad -2. Artes Marciales. Ágil +1. Fría +1. Puñal +2.
49
Bajo por las escaleras saltando los escalones de cuatro en cuatro. Los
gritos se escuchan por todas partes. Paso como una exhalación por el
siguiente piso y sigo bajando. Doblo otro recodo y de pronto me topo con
dos guardaespaldas del chino, que suben a la carrera, vestidos de negro y
armados con pistolas.
50
Recostada en el asiento trasero del taxi, le doy una dirección al
conductor, un parking de las afueras donde tengo un coche para
emergencias. Observo mis heridas y golpes, aunque ninguna es grave.
Entonces me viene una imagen, repentina y directa como un relámpago: el
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rostro del niño, desnudo en el lavabo, suplicando por su vida. Cierro los
ojos, pero la imagen permanece. Remordimiento. El sentimiento me abrasa
el estómago como ácido. Jamás lo había sentido hasta ahora. Niego con la
cabeza y aparto el pensamiento. Matar es mi trabajo, no importa quién sea
la víctima. ¿O si?
- ¿Está segura de que quiere ir tan lejos? -me pregunta el conductor, un
hispano con pinta de hablador.
- Sí, lejos -asiento, y cierro los ojos e intento no pensar, y, simplemente,
me dejo llevar, lejos.
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El disparo de la escopeta atruena en el dormitorio. Me arrojo al suelo,
mientras la nube de perdigones me alcanza de pleno (tira 1D6, el resultado
es el número de heridas que recibes). Caigo al suelo sangrando por varias
heridas. Xiulei suelta una estruendosa risa a la vez que recarga su
escopeta, dispuesto a acabar conmigo. Me pongo en pie con dificultad, justo
cuando él vuelve a abrir fuego.
Pasa al 39.
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El policía me indica con un gesto que salga.
- Rápido, fuera de aquí. Ha habido un tiroteo en las plantas superiores y
esta zona no es segura.
Le doy las gracias y me apresuro hacia la puerta. Una vez en la calle,
atravieso el cerco de curiosos que se agolpa ante el hotel y me monto en
uno de los taxis que hay aparcados en la acera.
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El primero de los chinos cae con tres balazos en el pecho. El otro dispara
su pistola, pero me arrojo al suelo y vacío el cargador sobre él. El hombre
recibe los impactos tambaleándose hacia atrás, hasta que acaba cayendo
de espaldas por el hueco de las escaleras. Al instante, me incorporo con
rapidez y sigo mi huída.
Pasa al 9.
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Me lanzo a través de las puertas batientes de la cocina. Dentro se
respira un caluroso ambiente de humedad y olor a especias. Estrechos
pasillos se abren entre armarios y estanterías repletos de ollas y sartenes.
Varias cazuelas bullen en los fuegos, olvidadas por los cocineros al saltar
la alarma sobre el tiroteo. Una señal luminosa indica la salida de
emergencia que hay al fondo de la cocina. Me dirijo hacia allí, cuando las
puertas se abren a mi espalda y los dos guardaespaldas irrumpen tras de
mí. Apenas tengo tiempo de echarme a un lado para evitar el ataque del
primero, un rápido chico de apenas veinte años, cuyo puño se estrella
contra el lateral de una nevera industrial. A pesar del dolor, se vuelve
furioso con un nuevo puñetazo.
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La patada es certera, en plena sien. Un chispazo y mi visión se ilumina
por una luz cegadora. Poco a poco, las sombras me envuelven, mientras
siento como mi cuerpo, algo distante y que no me pertenece, se derrumba
sobre los cacharros que abarrotan uno de los mostradores. A punto de
perder la consciencia, observo con ojos vidriosos a los dos guardaespaldas,
que sacan sus pistolas para rematarme.
En ese momento sucede algo, y los dos chinos huyen a la carrera.
Policías uniformados entran en mi ángulo de visión. Uno de ellos me ayuda
a levantarme, mientras habla y habla sin que logre oír ninguna de sus
palabras.
- ¿Quién es usted? -consigo entenderle al fin.
Balbuceo una mentira, diciendo que esos hombres querían robarme. El
que encuentren mi pistola no ayuda a corroborar mi versión.
Pasa al 40.
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- A ver, ¿qué le ocurre, señorita? -pregunta el guardia, con un fuerte
acento extranjero.
Tengo que evitar esbozar una sonrisa al ver cómo ha caído en la trampa.
- Es Charles, mi novio -asiento con tono inseguro, a la vez que llego
hasta su lado-. El muy idiota... -y en ese momento, agarro al sorprendido
guardia por el cuello. El hombre emite un gruñido, pero antes de que
pueda gritar, le giro la cabeza hacia un lado. El cuello se rompe con un
chasquido sordo y el cuerpo sin vida se derrumba sobre la alfombra. Acto
seguido, tiro de un brazo del cadáver y lo arrastro hasta esconderlo debajo
de una de las suntuosas mesas que hay junto a la pared.
Pasa al 15.
57
No soy lo suficientemente rápida y una bala me alcanza en la pierna
(recibes 2 Heridas). A pesar del dolor, logro seguir corriendo mientras las
pistolas ladran a mi espalda.
Pasa al 29.
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- Soy una cocinera del hotel -respondo, exagerando mi acento extranjero.
El policía me observa de arriba a abajo, dudando de mis palabras, aunque
queda claro que mis ropas y aspecto no se corresponden con las de una
simple cocinera.
Haz un Chequeo.
Dificultad -4. Diplomacia. Tenaz +2. Guapa -2.
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Saco la granada y la arrojo al interior de la cabina (borra la Granada de
Tus Cosas). Los chinos abren fuego con sus pistolas, pero me lanzo a un
lado y me cubro tras la pared. En ese instante, una explosión sacude el
pasillo. Un estruendo y una bola de fuego surge enfurecida por la abertura
del ascensor, esparciendo los restos de los guardaespaldas por todas partes,
que caen como una sangrienta lluvia de despojos humanos. Sin tiempo que
perder, me apresuro hacia las escaleras.
Pasa al 49.
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Recostada en el asiento trasero del taxi, le doy una dirección al
conductor, un parking de las afueras donde tengo un coche para
emergencias. Durante el largo trayecto pienso en el niño que había en el
lavabo. Ese instante de debilidad puede salirme muy caro. Las palabras de
Nicolae fueron claras: nada de testigos. He fallado, y sé muy bien lo mal
que se toma Nicolae los fracasos. De todas formas, prefiero no pensar en
ello. Observo mis heridas y golpes, aunque ninguna es grave. Luego miro
por la ventanilla del taxi y veo pasar la larga avenida, los comercios
iluminados con luces de neón. Muy arriba, la luna se adivina entre la
bruma de contaminación que cubre el cielo nocturno de la ciudad.
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