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Pregunta 1:

Mckenzie J:

Preliminares

Al evaluar una solicitud de revisió n judicial, la primera pregunta que hay que plantearse es si existe la
posibilidad de revisió n judicial. Esto implica responder afirmativamente a cinco preguntas preliminares: ¿Es
el responsable de la toma de decisiones administrativas un organismo pú blico? ¿Tiene el solicitante
"legitimació n" para impugnar la decisió n? ¿A qué tribunal debe solicitar el solicitante la revisió n judicial? ¿Ha
vencido algú n plazo? ¿Ha agotado el solicitante todas las demá s vías de recurso?

Aquí, la respuesta es un sí definitivo a todo. Aunque Martha era empleada de una empresa privada, Scones
and Cakes Ltd, la decisió n que impugna fue tomada por el á rbitro de convenios colectivos que derivaba su
autoridad (de los hechos no sabemos el sexo del á rbitro) de la Ley de Relaciones Laborales de Nuevo
Brunswick ("la Ley"). Por lo tanto, el responsable de la decisió n era un organismo pú blico. Martha Muffin
tiene legitimació n activa porque fue parte en la decisió n y le afecta directamente. Se ha determinado que el
tribunal para la revisió n judicial es el Tribunal de Queen's Bench de Nueva Brunswick, que sí tiene
competencia para conocer de las solicitudes de revisió n judicial como tribunal S.96. De los hechos no se
desprende que Martha Muffin haya incumplido ningú n plazo para interponer un recurso de casació n.
Asimismo, de los hechos se desprende que ha agotado todas las demá s vías de recurso, ya que la Ley no prevé
el derecho de recurso, sino que "todo convenio colectivo deberá prever el arbitraje "definitivo y vinculante"
de los conflictos laborales, y la clá usula 147 del convenio colectivo establece que todo laudo dictado por un
á rbitro sobre una reclamació n es "definitivo y vinculante" para las partes". Así pues, sobre la base de estas
razones, las cuestiones prejudiciales se resuelven afirmativamente.

Motivos de revisión

Dado que se han resuelto las cuestiones preliminares, se pasa a los dos motivos principales de revisió n en
un recurso de casació n. Esos son:

1. Equidad procesal

2. Equidad sustantiva

La equidad procesal se refiere a si el responsable de la toma de decisiones administrativas utilizó los


procedimientos adecuados para llegar a una decisió n, y la equidad sustantiva se refiere a si el responsable de
la toma de decisiones administrativas cometió un error del tipo de magnitud que el tribunal está dispuesto a
abordar.

En este caso, el demandante afirma que el á rbitro había interpretado incorrectamente el acuerdo correctivo
y que el tribunal debería anular el laudo. Por lo tanto, el motivo de revisió n en este caso no se refiere a la
equidad procesal, sino a la equidad sustantiva.

En Administrative Law in Context Audrey Macklin afirma: "Cuando los jueces conocen de recursos contra
decisiones adoptadas por otros jueces sobre la interpretació n o aplicació n de una disposició n legal, su tarea
es sencilla: preguntar si el tribunal inferior obtuvo la respuesta 'correcta' o 'incorrecta'". Sin embargo, en lo
que respecta a las decisiones administrativas, afirma: "La revisió n judicial de la actuació n administrativa
plantea una serie de cuestiones diferentes que no suelen plantearse en la jurisprudencia ordinaria de
apelació n: ¿Existe una ú nica respuesta correcta? ¿Quién está mejor situado para determinar la respuesta, el
decisor especializado de primer nivel o el juez revisor generalista?".

Dado que este á mbito del Derecho es tan polémico, es necesario hacer un repaso histó rico de las
autoridades.

En Dunsmuir contra New Brunswick , el caso se refería a la rescisió n del contrato de un empleado no
sindicado y al modo en que el á rbitro enfocó las obligaciones del gobierno como empleador en virtud de la
legislació n pertinente. En revisió n judicial, la decisió n de los á rbitros de readmitir a Dunsmuir fue anulada y
se concedió a Dunsmuir permiso para apelar ante el Tribunal Supremo. Su recurso fue desestimado.

El caso es significativo porque aclaró la ley sobre el criterio de revisió n reduciendo los criterios de revisió n de
tres a dos e intentó sintetizar la jurisprudencia. En dicho asunto se decidió la siguiente ratio:
1.) En primer lugar, los tribunales comprueban si la jurisprudencia ya ha determinado de manera
satisfactoria el grado de deferencia que debe otorgarse en relació n con una determinada categoría de
cuestiones.

2.) En segundo lugar, cuando la primera indagació n resulta infructuosa, los tribunales deben proceder a
un aná lisis de los factores que permiten identificar el criterio de revisió n adecuado. (Dunsmuir en
62)

Correcció n

Al aplicar el criterio de correcció n, un tribunal revisor no mostrará deferencia hacia el proceso de


razonamiento del responsable de la decisió n, sino que llevará a cabo su propio aná lisis de la cuestió n. En
aná lisis llevará al tribunal a decidir si está de acuerdo con la determinació n del
En caso contrario, el tribunal sustituirá su propia opinió n por la respuesta correcta (Dunsmuir, 50).

Razonabilidad

Un tribunal que realiza un control de razonabilidad indaga en las cualidades que hacen que una decisió n
razonable, refiriéndose tanto al proceso de articulació n de las razones como a los resultados.
En la revisió n judicial, la razonabilidad se refiere sobre todo a la existencia de justificació n,
transparencia e inteligibilidad en el proceso de toma de decisiones. (Dunsmuir en 47)

{aquí (Dunsmuir en 48)] La noció n de deferencia "es


en parte en el respeto a las decisiones gubernamentales de crear ó rganos administrativos con
poderes delegados"(Canada (Attorney General) v. Mossop, [1993] 1 S.C.R. 554, en p. 596),

Determinació n del criterio de revisió n adecuado

-La existencia de una clá usula privativa o preclusiva da lugar a un fuerte indicio
de revisió n con arreglo al criterio de razonabilidad (pero no determinante);

-Cuando la cuestió n es de hecho, discreció n o política, la deferencia normalmente


se aplican automá ticamente(Mossop, en pp. 599-600; Dr. Q, en pá rr. 29; Suresh, en pá rrs. 29-30). {Dunsmuir
en 53}
- Por lo general, se otorgará deferencia cuando
tribunal está interpretando su propio estatuto o estatutos estrechamente relacionados con su funció n, con
con las que estará especialmente familiarizado: Canadian Broadcasting Corp. v. Canada (Labour
Relations Board), [1995] 1 S.C.R. 157, en pá rr. 48; Toronto (City) Board of Education v.
O.S.S.T.F., Distrito 15, [1997] 1 S.C.R. 487, en pá rr. 39.{Dunsmuirat 54}

- La deferencia también puede estar justificada cuando un tribunal administrativo ha desarrollado una
experiencia particular en la aplicació n de una norma general de common law o de derecho civil en relació n
con un contexto legal específico: Toronto (City) v. C.U.P.E., en pá rr. 72. {Dunsmuir en 53}

Una cuestió n de derecho que sea de "importancia central para el ordenamiento jurídico y ajena al á mbito
especializado de conocimientos" del responsable de la decisió n administrativa siempre atraerá una
está ndar de correcció n(Toronto (City) v. C.U.P.E., at para. 62). {Dunsmuir en 55}

La jurisprudencia existente puede ser ú til para identificar algunas


de las cuestiones que generalmente deben determinarse segú n la norma de correcció n
(Cartaway Resources Corp. (Re), [2004] 1 S.C.R. 672, 2004 SCC 26). {Dunsmuir en 57}

Se ha considerado que el control de la correcció n se aplica a las normas constitucionales


cuestiones relativas al reparto de competencias entre el Parlamento y las provincias en la
Ley constitucional de 1867: Westcoast Energy Inc. contra Canadá (Consejo Nacional de la Energía), [1998].
1 S.C.R. 322. {Dunsmuir en 58}

Otras cuestiones constitucionales, está n necesariamente sujetas a revisió n de correcció n debido al papel
ú nico de los tribunales de la s. 96 como intérpretes de la Constitució n: Nova Scotia (Workers' Compensation
Board) v. Martin, [2003] 2 S.C.R. 504,
2003 SCC 54; {Dunsmuir en 58}.

Los tribunales también deben seguir sustituyendo su propia opinió n de la respuesta correcta cuando la
cuestió n en cuestió n es de derecho general "que es a la vez de importancia central para el sistema jurídico en
su conjunto y fuera del á rea de especializació n del á rbitro"(Toronto (Ciudad) v. C.U.P.E., en el pá rrafo. 62, por
LeBel J.). {Dunsmuir en 60}

Cuestiones relativas a las líneas jurisdiccionales entre dos o má s competidores


Los tribunales especializados también han sido objeto de revisió n por motivos de correcció n: Policía de
Regina
Assn. Inc. v. Regina (City) Board of Police Commissioners, [2000] 1 S.C.R. 360, 2000 SCC {Dunsmuir at 61} .

Aplicación de la ley al caso y análisis

En este caso, el leading case Dunsmuir es el punto de partida de la aplicació n al caso que nos ocupa. De
Dunsmuir se desprende que el primer paso para determinar el criterio de revisió n es examinar si la
jurisprudencia ya ha determinado de manera satisfactoria el grado de deferencia que debe otorgarse con
respecto a una categoría particular de cuestiones (Dunsmuir en 62).
En el presente caso, hay un á rbitro que tomó una decisió n sobre la interpretació n de un convenio colectivo
en virtud de la Ley de Relaciones Laborales de Nueva Brunswick que hizo que Martha Muffins no tuviera éxito
en su reclamació n de antigü edad y, por lo tanto, fue despedida.

La cuestió n es cuá nta deferencia debe concederse al á rbitro en este caso. El caso con hechos má s similares al
que nos ocupa es Cupe v New Brunswick. En ese caso, se planteaba la cuestió n de cuá nta deferencia debía
concederse a una junta laboral a la hora de interpretar una clá usula que establecía que el empresario no
sustituiría a los empleados en huelga por otro empleado. La cuestió n allí era que el empresario estaba
sustituyendo a los empleados en huelga por directivos. El Tribunal Supremo en ese caso sostuvo que la
interpretació n de la clá usula "parecería estar ló gicamente en el corazó n de la jurisdicció n especializada
confiada a la Junta." Esta sentencia dio lugar a la famosa sentencia de que un tribunal no debe interferir en la
decisió n de las juntas a menos que sea "tan patentemente irrazonable que su interpretació n no pueda
apoyarse racionalmente en la legislació n pertinente". Dado que la patente irrazonabilidad ya no es un criterio
de revisió n en virtud de Dunsmuir, el criterio de revisió n apropiado es, si uno ha de asumir que la cuestió n
particular es la misma aquí que en CUPE, es la Razonabilidad.

Sin embargo, los hechos aquí son ligeramente diferentes. En el caso CUPE, fue una junta laboral la que tomó
la decisió n, mientras que aquí la decisió n la tomó un á rbitro. Así pues, la cuestió n que nos ocupa es diferente,
ya que los á rbitros suelen ser nombrados ad hoc y su á mbito de actuació n difiere del de las comisiones
laborales, en el sentido de que éstas interpretan y aplican la administració n de todo el régimen de relaciones
laborales, mientras que la tarea del á rbitro se limita a la interpretació n y aplicació n de un convenio colectivo
concreto. En este caso, el á rbitro fue acordado por las partes, a diferencia del caso CUPE, en el que las partes
no tuvieron voz en la composició n del comité de empresa.

Por lo tanto, dado que los hechos no son lo suficientemente exactos como para determinar si el criterio de
revisió n es el de correcció n o el de razonabilidad, debe procederse a un aná lisis de los factores que permiten
identificar el criterio de revisió n adecuado.

Dunsmuir nos dice que cuando la cuestió n es de hecho, discreció n o política, la deferencia se aplicará
normalmente de forma automá tica (en 53, citando a Mossop, Dr.Q, Suresh). En mi opinió n, se trata de una
cuestió n de hecho. La cuestió n es: ¿Era Martha Muffin una empleada a efectos de estar cubierta por la
antigü edad en virtud del convenio colectivo? Se trata de una cuestió n de hecho, no de derecho. Por lo tanto,
debe aplicarse la deferencia. Ademá s, Dunsmuir, en el apartado 55, afirma: "La consideració n de los
siguientes factores llevará a la conclusió n de que debe otorgarse deferencia al responsable de la toma de
decisiones y aplicarse un criterio de razonabilidad:

1. Una clá usula privativa

2.Un régimen administrativo discreto y especial en el que el responsable de la toma de decisiones tiene
conocimientos especializados (relaciones laborales, por ejemplo).
3.La naturaleza de la cuestió n de derecho........ una cuestió n de derecho que no alcance este nivel [ser de
importancia central para el sistema jurídico] puede ser compatible con un criterio de razonabilidad cuando
los dos factores anteriores así lo indiquen.

Basá ndonos en lo anterior, de los hechos no se desprende que exista una clá usula privativa, sino una clá usula
de firmeza. Aunque las clá usulas de firmeza son ligeramente diferentes de las clá usulas privativas en el
sentido de que las clá usulas privativas pretenden excluir específicamente a los tribunales de interferir en las
decisiones sustantivas tomadas por un responsable administrativo, las clá usulas de firmeza simplemente
pretenden poner fin a la disputa, Sin embargo, a las clá usulas de firmeza, como a las clá usulas privativas, se
les debe una deferencia curial, aunque quizá s no en toda la medida de las clá usulas privativas.

Ademá s, aplicando la directriz Dunsmuir, el á rbitro tiene una experiencia especial en relaciones laborales y
no parece haber una cuestió n de derecho que sea de importancia central en este caso. En el caso Art Hauser
, se declaró :

El contexto en el que se plantea esta decisió n es el de las relaciones laborales. La decisió n a revisar
es la de un á rbitro laboral, elegido por las partes en virtud de un proceso establecido en un convenio
colectivo. Hay una larga lista de casos que podrían citarse en apoyo de la proposició n de que a los á rbitros
laborales consensuales se les debe conceder un alto grado de deferencia. (Hauser en 23)

De ahí que se pueda concluir que el criterio de revisió n correcto en este caso es el de razonabilidad.

¿Fue la decisió n razonable o irrazonable?

En Dunsmuir, se dijo: "Un tribunal que lleva a cabo una revisió n de la razonabilidad indaga en las
cualidades que hacen que una decisió n sea razonable, refiriéndose tanto al proceso de articulació n de las
razones como a los resultados. En la revisió n judicial, la razonabilidad se refiere sobre todo a la existencia de
justificació n, transparencia e inteligibilidad en el proceso de toma de decisiones". (Dunsmuir en 47)

Entonces, ¿está justificada, es transparente e inteligente la decisió n de los á rbitros? En mi opinió n, es


por la siguiente razó n. El á rbitro sostuvo que el término "empleados" significaba empleados cubiertos por el
convenio colectivo y que la antigü edad se aplicaba sobre la base del período durante el cual el empleado en
cuestió n estaba cubierto por el convenio. Se trata de una afirmació n razonable si se tiene en cuenta que el
convenio colectivo "excluye explícitamente a los empleados a tiempo parcial". Me parece transparente e
inteligente siguiendo la dicta en el caso Dr.Q donde McLachlin sostuvo:

Cuando el criterio de revisió n es la razonabilidad, la funció n del juez revisor no es plantear


interpretaciones alternativas de las pruebas, sino determinar si la interpretació n del Comité
no es razonable.
Ademá s, en Southam, Iacobucci declaró : "Aunque no esté de acuerdo, como cuestió n de "hecho" empírico, [en
que el aná lisis del tribunal sobre estos puntos] sea exhaustivo, creo que no carece de razones". Y añ adió :
"Afortunadamente para el tribunal, su decisió n só lo tiene que ser razonable y no necesariamente correcta".
(pá rrafo 68).

Por ú ltimo, en Canadá (Ciudadanía e Inmigració n contra Khosa), que se refería a una expulsió n por participar
en carreras callejeras en Vancouver, Binnie J declaró : "Puede haber má s de un resultado razonable. Sin
embargo, mientras el proceso y el resultado se ajusten có modamente a los principios de justificació n,
transparencia e inteligibilidad, un tribunal revisor no puede sustituirlos por su propia opinió n sobre un
resultado preferible.

Conclusión

En resumen, yo sostendría que la decisió n de los á rbitros se mantiene y que Martha Muffin carece de
recurso.

Pregunta 2
Memorá ndum

¿Existe alguna base para la revisió n judicial de Magic en esta fase del proceso?

Para que una demanda de revisió n judicial prospere en esta fase, Magic tendrá que demostrar que
existe un deber de imparcialidad y cuá l es el contenido de dicho deber. La principal dificultad a primera vista
es que el Ministro no ha tomado ninguna decisió n que inhabilite a Magic para licitar por un contrato pú blico.
Má s bien só lo una recomendació n del Director de la política de Salarios Justos recomendando la
inhabilitació n. Esto hace imposible una revisió n por motivos de fondo.

Se trata de una situació n ú nica en lo que respecta a la revisió n judicial, porque ésta se basa
tradicionalmente en la existencia de una revisió n de una decisió n. En Guay contra Lafleur, Lafleur estaba
autorizado, en virtud de la Ley del impuesto sobre la renta, a investigar los asuntos financieros de varios
contribuyentes, entre ellos Guay. Lafleur comenzó a interrogar a los testigos y Guay solicitó estar presente y
ser representado por un abogado durante estos interrogatorios. Lafleur se negó y Guay solicitó una orden
judicial. El Tribunal Supremo sostuvo que Guay no tenía derecho a una audiencia porque la funció n era
"puramente administrativa".

En este caso, ¿fue la investigació n del Director una mera funció n administrativa como en Guay y, por tanto,
no surge ningú n deber de imparcialidad?

No necesariamente. En el caso inglés re Pergamon Press, la Junta de Comercio nombró inspectores para
investigar los asuntos de Pergmon Press. Los directores de Pergamon exigieron ver las transcripciones de las
pruebas de los testigos adversos a ellos, la oportunidad de repreguntar y la oportunidad de responder a las
conclusiones propuestas. Lord Denning en ese caso sostuvo:
Los inspectores deben actuar con imparcialidad. Es un deber que les incumbe, como a muchos otros
organismos, aunque no sean judiciales, sino só lo administrativos. Los inspectores pueden obtener
informació n de la forma que crean má s conveniente, pero antes de condenar o criticar a un hombre,
deben darle una oportunidad justa de corregir o contradecir lo que se dice en su contra. No necesitan
citar capítulo y versículo. Normalmente basta con un resumen de la acusació n.

Canadá tuvo su propio caso sobre si la equidad procesal podía aplicarse a las investigaciones y
recomendaciones en Re Abel and Advisory Board Review. En ese caso, el demandante solicitó la revisió n
de las decisiones adoptadas por la Junta Consultiva de Revisió n, de conformidad con la Ley de Salud Mental, de
no divulgar los expedientes de los pacientes durante las audiencias de revisió n anual.

En ese caso, el Tribunal admitió la solicitud porque la decisió n de la Junta era muy importante y, como declaró
el juez Grange en ese asunto, "es prá cticamente la ú nica oportunidad (aunque sea una oportunidad anual) que
tienen los solicitantes de evitar una pena de prisió n de por vida";

Abel debe contrastarse con Dairy Producers' Co-operative v Saskatchewan, que se refería a una denuncia
de acoso sexual en el lugar de trabajo. En ese caso, la Comisió n de Derechos Humanos de Saskatchewan había
designado a un funcionario para que investigara y presentara a la comisió n un informe sobre si había base
suficiente para recomendar el nombramiento de una comisió n de investigació n que se pronunciara sobre las
denuncias. El agente informó de que existía "causa probable" para creer que se había producido una
infracció n de la Ley. La Comisió n intentó entonces zanjar el asunto. Al fracasar los intentos de acuerdo, se
creó una comisió n de investigació n.

La empresa solicitó al tribunal que anulara la constitució n de la comisió n de investigació n y el informe del
investigador, segú n el cual existía "causa probable". El recurso se basaba en alegaciones de infracció n de las
normas de equidad procesal.

En ese caso, el tribunal, por analogía con las investigaciones policiales que dan lugar a la formulació n de
cargos penales, no estaba dispuesto a imponer ninguna obligació n de equidad procesal al funcionario
encargado por la comisió n de investigar una denuncia de violació n de una disposició n del Có digo de Derechos
Humanos.

Así que, basá ndonos en las autoridades anteriores, ¿dó nde sitú a eso a Magic? En mi opinió n, a Magic se le
debe un deber de imparcialidad porque, tanto re Pargamon Press, como Re Abel fueron decisiones del
Tribunal de Apelació n en Inglaterra y en Ontario respectivamente mientras que Dairy Producer's fue Sask
Court of Queens Bench. Ademá s, al igual que en el asunto Abel, en el que la decisió n del consejo de
administració n era muy importante, en este caso la decisió n también es muy importante en el sentido de que
la empresa no podrá licitar durante dos añ os para un contrato pú blico. Por tanto, existe un deber de
equidad.

¿Cuá nta equidad procesal se debe?

Para determinar cuá nta equidad se debe, hay que tener en cuenta la síntesis de Baker.

i. Cuanto má s judicial sea el proceso de toma de decisiones, mayor será la equidad procesal
requerida. En este caso, dado que no hubo decisió n alguna, sino só lo una recomendació n, la
equidad procesal es escasa.
ii. La naturaleza del esquema estatutario, a partir de los hechos, parece no haber requisitos
procedimentales que requieran que un director conceda una audiencia, o notifique; por lo que se
debe poca equidad procedimental;
iii. La importancia para las personas. En este caso, si a Magic no se le permite licitar durante dos
añ os, la solvencia de la empresa puede estar en peligro o su reputació n manchada, pero no hay
mucho que los individuos como en Baker frente a la deportació n por lo que una baja equidad
procesal se debe;
iv. En este caso no hay expectativas legítimas, por lo que no se debe ninguna elevació n de la equidad
procesal;
v. Ni la Ley ni el Reglamento establecen que deban cumplirse determinados requisitos
procedimentales y, puesto que no se ha tomado una decisió n, parece que se debe mayor
deferencia y, por tanto, una mínima equidad procedimental;

Por lo tanto, parece que Magic tiene tres preocupaciones de:

1. Falta de notificació n por parte del Director


2. Tener la oportunidad de explicar sus acciones
3. Temor razonable de parcialidad por el có nyuge de uno de los empleados denunciantes;
Debe darse poca equidad procesal.

En cuanto a la notificació n, en mi opinió n, el Director cumplió con la equidad procesal al enviar por correo
una copia del informe a Magic. Como demuestran Re Webb y Knight, no es necesaria una forma específica de
notificació n.

En cuanto a la oportunidad de tener una audiencia, como ya se ha dicho, se debe poca equidad procesal.
Ademá s, la credibilidad de la empresa no es tan importante como en el caso Khan, y este caso es má s
parecido al de Masters contra Ontario, en el que se sostuvo que la investigació n no fue injusta ni parcial.
Una vez má s, la decisió n aú n no se había tomado, y es posible, aunque improbable, que el Ministro permita a
Magic presentarle alegaciones, ya sea por escrito o en una audiencia oral. Por lo tanto, no es necesario
presentar alegaciones en este momento.

En cuanto al argumento de la sospecha razonable de parcialidad, es improbable que prospere porque la


cuestió n, tal como se establece en la sentencia Committee for Justice and Liberty v Nation Energy board
se plantea:

"si un observador bien informado que vea el asunto de forma realista y prá ctica tiene una percepció n
de parcialidad por parte del ó rgano de administració n? '

Una vez má s se recuerda que la escasa equidad procesal se debe a los hechos en cuestió n. En este caso, es
dudoso que una persona bien informada le dé mucha importancia al hecho de que el có nyuge del denunciante
trabaje en el despacho de los ministros y sea uno de los seis empleados. La razó n es que se estaría
suponiendo que el có nyuge fue influido en primer lugar por el denunciante, para influir en el Ministro a fin de
que tomara una decisió n sesgada. Eso es darle demasiadas vueltas al asunto. En mi opinió n, es totalmente
circunstancial y está demasiado lejos como para dar una impresió n razonable de parcialidad.

Conclusió n
En resumen, si bien es posible sostener que Abel impone un deber de equidad, es probable que el contenido
de dicho deber sea muy limitado. Sería mejor esperar a que el ministro tome realmente una decisió n, y
proceder en el punto para que la reclamació n tenga má s éxito.

Pregunta 3

En este caso se plantea la cuestió n de si DeMuth y Kyoto tienen alguna base por medio de la revisió n
judicial para impugnar la de la Junta:

A. Negativa a permitir que Kyoto represente a De Muth

B. Se declara incompetente para conocer de las impugnaciones de la Carta

En primer lugar, hay que abordar las cuestiones preliminares de si la revisió n judicial está siquiera
disponible. En segundo lugar, hay que decidir qué motivo de revisió n debe aplicarse a las cuestiones
planteadas; en tercer lugar, hay que aplicar la ley y llegar a una conclusió n sobre si es posible que prospere
una demanda sobre la cuestió n.

1. Preliminares: Si existe o no el control jurisdiccional

La primera cuestión que hay que plantearse para saber si cabe la revisió n judicial es si el responsable
de la decisió n es un organismo pú blico. En este caso, el ó rgano decisorio administrativo es el Consejo de
Disciplina de Dentistas, cuya autoridad se deriva de la Ley de Odontología de Alberta. Por ello, la Junta es un
organismo pú blico.

La segunda cuestión que hay que plantearse es si DeMuth y Kyoto está n legitimados para interponer un
recurso de casació n. En este caso, la decisió n del Presidente de que la junta só lo permitirá a los abogados
actuar como asesores afecta directamente tanto a Kyoto como a Demuth, y por lo tanto ambos tienen
legitimació n.

La tercera pregunta que hay que hacerse es ante qué tribunal se presentaría la solicitud de revisió n judicial.
Dado que este caso se encuentra en Alberta, sería el Tribunal de Queens Bench.

La cuarta pregunta que hay que hacerse es si se ha cumplido algú n plazo. En Alberta este límite es de 6
meses. De los hechos no se desprende que haya transcurrido el plazo de prescripció n de 6 meses.

Por último, ¿han agotado los demandantes todas las demá s vías de recurso? Esto se debe a que no parece
haber derecho a recurrir la decisió n de la junta, ni defensor del pueblo al que consultar, ni ningú n otro
mecanismo interno a la Ley para impugnar la decisió n.

Por lo tanto, se han cumplido los requisitos preliminares para la revisió n judicial.

2. Motivos de revisió n

Hay dos motivos principales de revisió n en una demanda de revisió n judicial: la equidad procesal y el
criterio de revisió n.
La equidad procesal se refiere a si el responsable de la toma de decisiones administrativas utilizó los
procedimientos adecuados para llegar a una decisió n, y la equidad sustantiva se refiere a si el responsable de
la toma de decisiones administrativas cometió un error del tipo de magnitud que el tribunal está dispuesto a
abordar.

En este caso, se abordará el tercer motivo de revisió n, que se refiere a la segunda impugnació n de la decisió n
de la Junta de que no está facultada para conocer de impugnaciones de la Carta. Ese motivo de revisió n es el
Recurso de Inconstitucionalidad.

Sin embargo, primero se tratará el primer desafío, que es la negativa de la junta a permitir que Kyoto
represente a DeMuth porque no es abogado. Esto encaja perfectamente con el deber de imparcialidad y, en
concreto, con el derecho a la asistencia letrada. Esta cuestió n se abordará en primer lugar.

Derecho a la asistencia letrada

Antes de abordar el derecho a la asistencia letrada, debe examinarse en primer lugar el umbral para
determinar si existe un deber de imparcialidad y, en caso afirmativo, si el contenido de ese deber incluye
efectivamente el derecho a la asistencia letrada.

En el caso Knight contra Indian Head School, el tribunal se pregunta en primer lugar si la propia ley
establece si existe o no una obligació n. De los hechos se desprende que la Ley de Odontología de Alberta no
dice nada sobre la equidad procesal de un miembro sancionado. Ni excluye la representació n no letrada, ni la
permite. No obstante, se prevé que la Junta sea asistida por un abogado. Por lo tanto, es necesario realizar
una investigació n má s profunda para determinar si existe una obligació n general de derecho consuetudinario.

Knight muestra un aná lisis contextual de los tres factores siguientes para determinar si se debe un deber de
imparcialidad:

1.naturaleza de la decisió n adoptada por el ó rgano de administració n

2. La relació n entre el ó rgano de administració n y el individuo

3. El impacto de la decisió n en los derechos del individuo.

En este caso, dado que la decisió n del Presidente en la audiencia previa era de naturaleza administrativa y no
legislativa, y afectaba al posible derecho de Demuth a un abogado que puede influir en el resultado de la
audiencia posterior, existe claramente un deber de imparcialidad.

Contenido de la equidad procesal

¿Es el derecho a un abogado, un derecho permitido a un malhechor en este contexto?

En Baker, el tribunal aplicó cinco factores contextuales para determinar el nivel de contenido que debía tener
un deber de imparcialidad.

1. Si el proceso de toma de decisiones tiene un cará cter má s judicial, se requerirá una mayor equidad
procesal.

2. Si la naturaleza del régimen legal prevé medidas preliminares, los requisitos de equidad será n mínimos.
Este no es el caso aquí, como ya se ha dicho, la ley no dice nada sobre el infractor.
3. Cuanto mayor sea la importancia de la decisión para el individuo, mayor será la equidad procesal
debida.

4. Si hay una expectativa legítima de que se permitirá a Demuth utilizar Kyoto basá ndose en que Kyoto
representó anteriormente a dentistas, entonces se puede deber má s justicia procesal.

5. Si el tribunal tiene una buena razó n para excluir a Kyoto por motivos de conveniencia, entonces se debe
menos equidad procesal, ya que se requiere má s deferencia. Sin embargo, este no es el caso aquí, ya
que de los hechos se desprende que Kyoto ha representado a otros dentistas en numerosas ocasiones.

Si se sopesan los factores de Baker, puede demostrarse que existe un alto grado de equidad procesal y,
como tal, puede incluirse el derecho a la asistencia letrada.

Sin embargo, la equidad procesal no implica necesariamente el derecho a asistencia letrada, ni siquiera a
costa propia(Re Men's Clothing Association). En el asunto Re: Howard y Presiding Officer el ó rgano de
administració n debe considerar: 1. 1. La gravedad del procedimiento 2. Naturaleza del procedimiento 3. La
capacidad de la persona afectada para presentar su caso. 4. La complejidad técnica de las cuestiones. La
necesidad general de imparcialidad, para determinar si debe proporcionarse abogado.

Parece que el ó rgano de administració n ya lo ha tenido en cuenta y considera que los abogados pueden
asistir a la vista. La cuestió n es negar a los no abogados tal Kioto para representar. Esto parece ser lo
contrario de Re Men's Clothing Association, donde la cuestió n era que el á rbitro no permitía que el asesor
legal representara. Parece que en ese caso, los demandantes querían la experiencia de la representació n
legal y el tribunal se la concedió . Segú n los hechos de este caso, parece que Demuth quiere a Kioto por su
experiencia en este tipo de adjudicaciones. Aunque parece extrañ o que Demuth no quiera ser representado
por un abogado si el tribunal tiene su propio abogado, considero que la ratio en Men's clothing es una buena
ley cuando Southey J afirma, "como regla general, en mi opinió n, una parte con derecho a ser representada
por un agente ante un tribunal nacional no puede ser restringida por el tribunal en la elecció n de su agente,
en ausencia de una norma aplicable o de un acuerdo que contenga tal restricció n". Por lo tanto, creo que el
presidente de la Junta se equivocó al decir que Kyoto no podía representar a DeMuth.

Cuestión de los desafíos de la Carta

En lo que respecta a la impugnació n de la Carta, la cuestió n es si el Consejo de Disciplina de Dentistas,


como creació n estatutaria, tiene autoridad para interpretar y aplicar la Carta a su legislació n
habilitante con el fin de negarse a dar efecto a las disposiciones que se considere que violan la Carta.
Esta cuestió n se examinó inicialmente en una trilogía de asuntos: Douglas/Kwantlen Facutly Assn.
v Douglas College, Cuddy Chicks Ltd v Ontario (Labour Relations Board) y Tetreault-Gadoury v
Canada (Employment and Immigration Commission).

Laforest J redactó las razones mayoritarias en cada una de estas decisiones. Sostuvo que, dado que el
artículo 52(1) de la Ley Constitucional de 1982 declara que la Constitució n es la ley suprema del país y que
las leyes incompatibles no tienen fuerza ni efecto, los responsables de la toma de decisiones administrativas
facultados para interpretar la ley también deben interpretar y respetar esta ley.
Por lo tanto, sostuvo que, aunque los responsables de la toma de decisiones administrativas no pueden
declarar invá lidas las disposiciones legales infractoras (facultad reservada a los tribunales), el artículo 52 (1)
les autoriza tanto a aplicar la Carta a su legislació n habilitante como a negarse a dar efecto a las disposiciones
que determinen incompatibles con ella.
El Tribunal Supremo señ aló que conservaba la facultad de revisar las decisiones de los organismos sobre
cuestiones relativas a la Carta con arreglo al criterio de revisió n menos deferente: el de correcció n.
Sin embargo, en Cooper contra Canadá (Comisión de Derechos Humanos), Lamer CJ expresó su
preocupació n por el hecho de que el reconocimiento de la competencia de los organismos (responsables de la
toma de decisiones administrativas) sobre la Carta socavara la separació n de poderes segú n la cual el poder
legislativo elabora la ley y el ejecutivo la aplica: permitir que los organismos apliquen la Carta a su legislació n
habilitante parecía, dijo, dejar que el ejecutivo decidiera los límites de su propia jurisdicció n.
Lamer sostuvo que permitir que los tribunales conozcan de impugnaciones de la Carta contra su legislació n
habilitante significa que "el ejecutivo puede derrotar las leyes del legislativo". En el caso Cooper, el asunto se
centraba en si la Comisió n Canadiense de Derechos Humanos o un tribunal creado en virtud de la misma tenía
competencia para aplicar el artículo 15 de la Carta al artículo 15( c ) de la Ley Canadiense de Derechos
Humanos. La S.15 (c ) estipulaba que no era una prá ctica discriminatoria que un empresario despidiera a una
persona si ésta alcanzaba la edad normal de jubilació n de los empleados que ocupaban un puesto similar
(piloto de línea aérea en este caso). Laforest J, sostuvo que la legislació n no confería a la comisió n una
competencia explícita para examinar cuestiones de derecho, y que tal competencia no estaba implícita en el
régimen legal porque la funció n de la comisió n dentro de él era examinar las denuncias en lugar de
adjudicarlas.
En este caso McLachlin J hizo su famoso disenso declarando:
La Carta no es un santo grial que só lo puedan tocar los iniciados judiciales del tribunal superior. La Carta
pertenece al pueblo. Todas las leyes y los legisladores que tocan al pueblo deben ajustarse a ella. Los
tribunales y comisiones encargados de decidir cuestiones jurídicas no son una excepció n.
Cooper fue muy criticado y lo que siguió fue una serie de casos que confirmaron la opinió n de los disidentes.
El principal caso fue el de Nueva Escocia (Junta de Compensación de los Trabajadores) contra Martin.
En Martin, la Ley de Indemnizació n por Accidentes de Trabajo de Nueva Escocia y sus reglamentos excluían a
las personas que padecían dolores cró nicos de la percepció n de prestaciones con arreglo al sistema ordinario
de indemnizació n por accidentes de trabajo y preveían, en lugar de las prestaciones normalmente disponibles
para los trabajadores lesionados, un programa de restablecimiento funcional de cuatro semanas de duració n
a partir del cual no se podía acceder a ninguna otra prestació n. Como consecuencia de la exclusió n legal, la
Junta de Indemnizació n por Accidentes de Trabajo denegó las prestaciones a dos trabajadores que sufrían
dolores cró nicos.
Los trabajadores recurrieron la decisió n de las juntas ante el Tribunal de Apelació n de Indemnizaciones por
Accidentes de Trabajo. Alegaron que la legislació n infringía el artículo 15(1) de la Carta al negarles la
igualdad ante la ley y discriminarles por razó n de su discapacidad. El tribunal de apelació n se declaró
competente para conocer del argumento de la Carta y concluyó que la exclusió n estatutaria violaba la Carta,
tal y como alegaban los demandantes.
En ese asunto, el Tribunal Supremo declaró que "se presume que los tribunales administrativos que tienen
competencia -explícita o implícita- para decidir sobre cuestiones de derecho derivadas de una disposició n
legislativa tienen competencia concomitante para decidir sobre la validez constitucional de dicha
disposició n".
El tribunal se basó en la antigua trilogía y anuló Cooper en la medida en que iba en sentido contrario.

Aplique Martin aquí entonces, la pregunta que debe hacerse es, "si la legislació n habilitante otorga implícita o
explícitamente al tribunal la jurisdicció n para interpretar o decidir cualquier cuestió n de derecho".
Si bien es cierto que la Ley de Odontología de Alberta no otorga explícitamente jurisdicció n para considerar
cuestiones de derecho, la jurisdicció n puede estar presente implícitamente y deducirse de una serie de
factores: "el mandato estatutario del tribunal en cuestió n y si decidir cuestiones de derecho es necesario para
cumplir este mandato de manera efectiva; la interacció n del tribunal en cuestió n con otros elementos del
sistema administrativo; si el tribunal es de naturaleza adjudicativa; y consideraciones prá cticas, incluyendo la
capacidad del tribunal para considerar cuestiones de derecho".

En este caso, se argumenta que Martin es aplicable porque la Ley de Odontología de Alberta confiere al
Consejo Disciplinario autoridad para decidir cuestiones de derecho en cumplimiento de su mandato. Por
ejemplo, si un dentista infringe la legislació n penal, el consejo disciplinario puede decidir denegarle la licencia
en funció n de la gravedad de la infracció n. Ademá s, el Consejo de Disciplina tiene un cará cter eminentemente
jurisdiccional. Por lo tanto, es adecuado razonar aquí que es competencia de las Salas, basá ndose en Martin ,
considerar los argumentos de la Carta a menos que puedan rebatir las afirmaciones con pruebas de que el
legislador presumía excluir tales impugnaciones.

Pregunta 4

Si la S.7 se aplica a los procedimientos ante la junta

El artículo 7 de la Carta establece que "todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de
su persona, y a no ser privado de ellas sino conforme a los principios de la justicia fundamental".

En este caso, para acceder a las garantías procesales en el contexto del artículo 7, los demandantes deben
superar primero el "umbral" de demostrar que sus intereses en materia de "vida, libertad o seguridad" se ven
perjudicados por la decisió n en cuestió n. Si la persona afectada no puede demostrar que la decisió n
impugnada afecta a un interés de conformidad con el artículo 7, la equidad procesal puede ser debida, pero
como una cuestió n de derecho consuetudinario y no como consecuencia del artículo 7 y los principios de
justicia fundamental.

A la vista de los hechos, es improbable que la S.7 se vea comprometida en este caso porque la vida, la libertad
o la seguridad de DeMuth no corren peligro alguno. A diferencia de Singh, donde la seguridad de la persona
estaba en peligro, o de la libertad de Charkaoui, lo má ximo a lo que se enfrentaría DeMuth por su mala
conducta sería una reprimenda, una suspensió n o una multa.

Aunque se ha afirmado que la S.7 ya no se limita a la mera libertad frente a la restricció n física, y se aplica
siempre que la ley impida a una persona tomar decisiones personales fundamentales, como en el caso de
Blencoe parece difícil argumentar aquí que el Estado esté impidiendo a Demuth tomar decisiones personales
al autorizar al Presidente tanto a dirigir una investigació n como a presidir una vista posterior.

Mientras que los tribunales inferiores pueden afirmar que la libertad del artículo 7 incluye el derecho al
trabajo(Wilson), el profesor Hogg afirma que se trata de una ley erró nea y que debería permanecer en el
á mbito de los derechos econó micos fuera del alcance del artículo 7.

Por lo tanto, se puede argumentar que la S.7 no es aplicable.

En cuanto a la S.11 (d), de "presunció n de inocencia hasta que se pruebe la culpabilidad conforme a la ley en
una audiencia justa y pú blica por un tribunal independiente e imparcial", es poco probable que esta
disposició n se aplique también en este caso porque se ha sostenido que se requieren consecuencias penales
antes de que pueda aplicarse(Alex Couture). Como ya se ha dicho, no hay posibilidad de encarcelamiento
para DeMuth en este caso.
Sin embargo, los principios R v Valente (que establecían principios para la independencia judicial)
aplicados en Alex Couture sí se aplican a los tribunales administrativos en general, como se afirmó en
Canadian Pacific Ltd v Matsqui Indian Band, donde Lamer CJ declaró : "aunque los tribunales
administrativos está n sujetos a los principios Valente, la prueba de la independencia institucional dependerá
de la naturaleza del tribunal, de los intereses en juego y de otros índices de independencia, como el juramento
del cargo".

Aquí, ya se ha mencionado que se debe un alto deber de imparcialidad porque el ó rgano es de naturaleza
adjudicativa, y Demuth tiene la posibilidad de perder su licencia para ejercer la odontología. Así pues,
examinando los principios de 1. Seguridad de tenencia 2. 3. Seguridad financiera Control administrativo
¿Puede decirse que el tribunal es independiente?

La esencia de la seguridad en el cargo es la tenencia, ya sea hasta una edad de jubilació n, por un plazo fijo o
para una tarea adjudicativa específica que esté asegurada contra la interferencia del ejecutivo u otra
autoridad nominadora de manera discrecional o arbitraria. En este caso, de los hechos expuestos se
desprende que la titularidad de los presidentes está garantizada para la tarea jurisdiccional de decidir
cuestiones disciplinarias.

La esencia de la seguridad financiera es que el derecho al salario y a la pensió n debe establecerse por ley y no
estar sujeto a injerencias arbitrarias del ejecutivo que puedan afectar a la independencia judicial. De los
hechos no se desprende que el salario o la pensió n financiera de los Sres. Así que hay suficiente seguridad
financiera.

La esencia del control administrativo significa que el tribunal debe limitarse a ser independiente del gobierno.
Aquí, de los hechos se desprende que el tribunal no está siendo coaccionado por el gobierno de ninguna
manera.

Así que, prima facie, parece que se ha superado la prueba de la independencia administrativa. Sin embargo,
puede no ser imparcial, ya que el presidente investiga y luego adjudica. En otras palabras, el presidente
puede no ser imparcial respecto a las partes(Matsqui). En Matsqui, esta falta de imparcialidad fue suficiente
para que el tribunal considerara que no se había demostrado la independencia, algo así como una cuarta
condició n para la prueba de independencia. En este caso, es posible que se diga lo mismo del Presidente, que
no es independiente o imparcial debido a su doble papel de investigador y adjudicador, lo que puede dar
lugar a un indicio de parcialidad.

Sin embargo, hay que señ alar que el estatuto permite explícitamente esta doble funció n. Como tal, esto se
parece mucho al caso de Brosseau, en el que el tribunal sostuvo que no hay temor razonable de parcialidad
cuando se actú a en virtud de la ley. En mi opinió n, debido a la ratio en Brosseau, y el hecho de que el
criterio Valente se hace fuera, no hay falta de independencia o sospecha razonable de parcialidad por parte
del presidente.

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