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Después de la demora volvamos a edificar

7 Así ha dicho Jehová de los Ejércitos:


"Reflexionad acerca de vuestros caminos. 8
Subid al monte, traed madera y reedificad el
templo. Yo tendré satisfacción en ello y seré
honrado, ha dicho Jehová. 9 Pero vosotros
buscáis mucho y halláis poco; y lo que lleváis
a casa, de un soplo yo lo hago desaparecer.
¿Por qué?, dice Jehová de los Ejércitos.
Porque mi casa está en ruinas, mientras que
cada uno de vosotros se ocupa de su propia
casa. 10 Por eso, por causa vuestra, los
cielos retuvieron la lluvia, y la tierra retuvo
su fruto. 11 Además, llamé la sequía sobre la
tierra y sobre los montes; sobre el trigo,
sobre el vino nuevo, sobre el aceite y sobre
todo lo que la tierra produce; sobre los
hombres, sobre el ganado y sobre todo
trabajo de las manos." (Hg. 1:7-11)

Introducción

El profeta Hageo queda perfectamente situado


históricamente gracias a las referencias de sus profecías y a
las noticias del libro de Esdras (4:24-5:1). El año 538 firmó
Ciro el primer decreto a favor de los hebreos, permitiendo la
repatriación, reconstituyendo objetos sagrados y añadiendo
dinero para la reconstrucción del templo. Al poco tiempo,
unos 40.000 repatriados, guiados por el descendiente davídico
Zorobabel y el sumo sacerdote Josué, tornaban a Judea para
reconstruir el templo y reorganizar la vida del pueblo en su
patria.

En estas circunstancias se sitúa la actividad profética de


Hageo y Zacarías. Más exactamente durante el reinado de
Darío, entre Junio y Diciembre del 520.

Pero desde el 535 al 520 a.C., el edificio quedó inconcluso


por eso:

I. El llamado a la acción.

“El primer día del mes”, siendo el de la aparición de la


luna nueva, era una festividad religiosa, y un día de
peregrinación religiosa (2 Reyes 4:23). En consecuencia, el
profeta habrá tenido un gran auditorio para escuchar su
mensaje. También estarían más sensibilizados acerca de su
fracaso en la construcción del templo.

A.- Llamado a deshacerse de la negligencia pecaminosa.

• El pueblo estaba aguardando para construir el templo en


un momento conveniente, el cual decían que aún no
había llegado. Había sido erigido el altar y se
desarrollaba un ritual sencillo. Por el momento
consideraban suficiente esto. Parece que también les
había impedido terminar el templo una meticulosa
interpretación de la mención de los 70 años de Jeremías
(Jer. 25:11) que creían no se habían completado todavía

• Otra razón que se sugiere para su demora era que el


Señor no los había bendecido con buenas cosechas, lo
cual indicaba que aún estaba enojado con ellos, por lo
tanto, no ha llegado aún el tiempo. De acuerdo con esta
opinión, la providencia no había creado condiciones
favorables para la edificación.

• Una razón más para la falta de interés en la renovación


de los esfuerzos de edificación puede haber sido el
miedo a los samaritanos. Estos se habían opuesto antes
a la obra, con el pretexto de que los judíos no les
permitían tomar parte en la construcción. Este
resentimiento se mostró en sus sucesivos intentos para
impedir que los judíos consiguieran madera para la
construcción. Este obstáculo desapareció cuando cesó la
obra del templo, y al parecer no había habido objeción a
que los judíos edificaran sus propias casas. Pero
reanudar la construcción del templo sin duda haría que
los samaritanos renovaran su oposición.

Mientras descuidaban el templo por las razones antes


expuestas, los exiliados hallaban tiempo y conveniencia para
edificar sus propias casas (4).
Ahora el Señor le pide al pueblo: “Meditad sobre vuestros
caminos” (5)

Esta es una frase característica que aparece cuatro veces


en el libro. Literalmente significa: “Aplicad vuestro corazón
a vuestros caminos”, “considerad cómo os habéis
comportado” ¿Cuales son los resultados de este trágico
descuido? La consecuencia es quíntuple: (6).

B.- Desafío a actuar. 1:7-11

En el 7 tenemos otra vez la vibrante declaración: “Así ha


dicho Jehová de los ejércitos”. Es interesante notar que
adjetivo que define a Dios: “El Dios de los ejércitos”, es
decir, el Dios que lucha por su pueblo porque está a favor de
su pueblo a pesar de la importancia de los enemigos y de los
obstáculos. Y otra vez viene el desafío: “Meditad sobre
vuestros corazones”. “Salid de esta indolencia e indiferencia
e id inmediatamente a las colinas a juntar madera para el
trabajo”. Las piedras del templo de Salomón estarían aún
esparcidas en el lugar del templo, pero la madera habría sido
quemada. Si ellos entraban en acción se manifestaría el favor
de Dios hacia ellos.

Nosotros no somos llamados a edificar un Templo con


piedras, madera y piedras preciosas, sino a edificar el Templo
espiritual de Dios formado por redimidos. ¿Dónde están esos
redimidos, además de en la iglesia? Subid al parque Torres y
tratad de ver esas personas esparcidas por toda Cartagena.

C.- Respuesta al desafío, 1:12-15.

(Hg. 1:12-15)

“Y temió el pueblo delante de Jehová” (12) e


inmediatamente pusieron manos a la obra para reconstruir el
templo. Tan pronto como comenzó el trabajo, el profeta
expresó una promesa de parte de Dios: “Yo estoy con
vosotros” (13). La obra es de Dios y por consiguiente El no
será un mero espectador interesado; será un Participante
activo en la tarea.

II. Llamado a tener valor (2:1-9)

(Hg 2:1-9)

El profeta predicó su segundo mensaje después de un


lapso de un mes. Aparentemente el trabajo se había
suspendido. La ocasión de este discurso fue, como la
primera, una asamblea pública (fiesta tabernáculos). La razón
de la demora de la obra fue que el templo había sido
suficientemente reconstruido como para que el pueblo lo
comparase con el templo de Salomón, y la comparación era
desalentadora. Veían que era un pobre sustituto de la
magnífica estructura que anteriormente se levantara sobre el
monte de Sión. El profeta habló para contrarrestar el
desaliento, ahora necesitaban alguna esperanza.

A.- Demora en el trabajo.

En las palabras del verso 3 se refleja el desaliento del


pueblo y su origen Evidentemente la pobre comunidad de los
exiliados que habían vuelto no estaría preparada para duplicar
tan extravagante estructura.

Su mensaje tiene dos caras: (a) el pueblo debe cobrar


ánimo y trabajar; pero mientras lo hacen, (b) Dios les
promete: yo estoy con vosotros.

La más fuerte seguridad que Israel tiene de la presencia y


el poder de Jehová para ayudarles es que es el mismo Dios
que los libró de Egipto (5). Hageo, como la mayoría de los
profetas, le recuerda al pueblo que Dios había hecho un pacto
con ellos, una relación que El no quebrantaría.

B.- Promesa de bendición presente.

El tercer discurso de Hageo es de Nov-Dic, 520.

Por una comparación ritual, 10-14, el profeta demostró


que el templo abandonado y en ruinas, como un insulto a
Dios, había hecho que tanto la adoración como las ofrendas
de ellos resultaran impuras.
Mientras una cosa santa no santifica a otras, aquello que
es sucio, corrompe todo lo que toca. Así será con el pueblo.

El acto de volverse limpios, por así decirlo, lograría el


favor del Señor y constituiría una solución para los
apremiantes problemas económicos entre ellos (15-19)

Conclusión

En muchas ocasiones nosotros podemos encontrarnos


desalentados igual que el pueblo de Israel por diferentes
motivos; cada uno de los presentes puede aducir un motivo
más o menos razonable. Pero la exhortación de no abandonar
el trabajo en la obra de Dios mientras no abandonemos
nuestro trabajo secular.

Podemos recibir las mismas palabras de aliento que


recibió el pueblo: “ánimo, yo estoy con vosotros hasta el fin”.
Si Dios está tremendamente comprometido con nosotros, el
mismo compromiso hemos de mostrar nosotros hacia él.

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