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Entrenamiento de perfeccionamiento

acerca de la vida y la verdad

(4)

La oración y la Palabra

17 de noviembre, 2007
Vaudreuil-Dorion, Quebec, Canada
Mensaje uno

Orar con “dos o tres” en armonía—


Ser vitales, ser compenetrados para interceder
Himnos: 360, 361
Lectura bíblica: Mtt. 18:18-20; Hch. 1:14; 4:31; 1 Ti. 2:1, 8; 2 Ti. 2:22; 1:6; Hch. 2:42; 6:4; Ef. 6:18; Col.
4:2; 1 Ts. 5:17; Lc. 18:41

I. El propósito de los grupos vitales, los “dos o tres”, es vivir la vida del reino al
orar en armonía, tocando al Dios mismo en el cielo mediante nuestra oración
que ata y desata—Mt. 18:18-20:
A. Mateo 18 dice que que si vemos que nuestro hermano pierde la comunión con la
iglesia, debemos orar en armonía, de tal manera que atemos y desatemos—vs. 17-
19a.
B. Todo lo que oremos, nuestro Padre en el cielo lo hará para ganar a tal persona—v.
19b.
C. Donde hayan dos o tres congregados en Su nombre para Su propósito, Él promete
que estará allí en medio de ellos; esta es la realidad de los grupos vitales—v. 20.
II. Para entrar a tal propósito de los grupos vitales, primero tenemos que orar
para llegar a ser vitale—vivientes y activos—Hch. 1:14:
A. Debemos practicar la comunión cabal con el Señor, por medio de la confesión de
nuestros pecados, y una consagración completa al Señor—1 Jn. 1:6-7, 9; Ro. 12:1.
B. Cuando pasamos por las etapas de la comunión, confesión, y consagración,
entramos a la vida de oración.
C. Es en esta vida de oración que oramos para entrar en el Espíritu en su aspecto
esencial y económico; entonces aprendemos a seguir al Espíritu al ejercitar nuestro
espíritu—Hch. 4:31; 13:2-4.
D. Si este es el caso con nosotros, somos verdaderamente vitales.
III. Después debemos edificar la vida de oración con nuestros compañeros
vitales—1 Ti. 2:1, 8; 2 Ti. 2:22:
A. Necesitamos orar a fin de que nuestros espíritus sean ejercitados y fortalecidos—2
Ti. 1:6.
B. Necesitamos orar a fin de rebelarnos contra nuestro ser natural—Gál. 2:20; cf. Mr.
9:29.
C. Necesitamos edificar la vida de oración al perseverar en oración—Hch. 2:42; 6:4.
D. Necesitamos estar alertas a fin de mantener tal vida de oración—Mt. 26:41; Ef.
6:18; Col. 4:2.
E. Necesitamos presupuestar nuestro tiempo, separando tiempos específicos cada día
para la oración personal, y dos o tres veces por semana para orar con dos o tres
compañeros—Dan. 6:10b; Sal. 55:16-17; Hch. 10:9; Mt. 18:18-20.
F. Necesitamos también ejercitar nuestro espíritu a fin de orar sin cesar—1 Ts. 5:16-
17.
IV. Por medio de tal oración con nuestros compañeros vitales seremos
compenetrados:
A. Por medio de mucha y detallada oración seremos compenetrados, como harina fina,
con todos los miembros de nuestro grupo, con el Espíritu como el aceite, la muerte

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de Cristo como la sal, y la resurrección de Cristo como el incienso en una masa
para el Señor—1 Co. 5:6-7a; Lv. 2:1-4, 13; cf. Jue. 7:13-14.
B. Como compañeros vitales debemos esforzarnos a participar tanto en las reuniones
de oración de compañeros como la oración de la iglesia al:
1. Ejercitar nuestro espíritu y también al liberar el espíritu orando oraciones
cortas, pidiéndole al Señor exactamente lo que deseemos—Lc. 18:41.
2. Estas oraciones cortas, en las que todos podemos liberar el espíritu, pueden ser
seguidas con facilidad, se puede continuar y edificar sobre ellas; de esta manera,
en este espíritu liberado, podremos ser compenetrados juntos.
C. Para que la compenetración llegue a ser práctica, la oración mutua y la intercesión
con los compañeros vitales también necesitan un fundamento de intimidad y
completa comunión, con cuidado y pastoreo mutuo.
V. Cuando nos compenetramos por medio de la comunión, oración y cuidado
mutuos seremos capaces de coordinar para tener el pastoreo de los jóvenes,
de los nuevos creyentes, de los descarriados, de los amigos para el evangelio
y de los que han recibido Biblia:
A. Cada semana debemos tener comunión sobre la situación de los que estan bajo
nuestro cuidado, estudiar sus casos, y orar por sus necesidades específicas.
B. Estas oraciones específicas, que siguen a nuestro estudio, llegarán a ser muy
prácticas útiles y vitales.
C. Entonces, esta intercesión específica, llega a ser la base para nuestra coordinación
con nuestros compañeros con la intención de tener contacto con la gente y
pastorearlos.
D. Por medio de este ciclo de comunión, intercesión y coordinación con pastoreo,
nuestro grupo vital se reproducirá por si mismo, haciendo que aquellos que
cuidamos sean iguales que nosotros en verdad, vida y servicio en los grupos vitales.

Extractos del ministerio:

Necesitamos leer y considerar con oración lo que el Señor dice en Mateo 18:15-22, lo cual
revela cómo podemos llevar la vida del reino … El versículo 18 dice: “De cierto os digo que todo
lo que atéis en la tierra, habrá sido atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, habrá
sido desatado en el cielo”. Debemos ver la relación entre el versículo 17 y el versículo 18. El
versículo 17 es muy bajo, pues dice que debemos tenerle al pecador que no quiere escuchar a la
iglesia por gentil y recaudador de impuestos. Pero el versículo 18 dice que debemos tocar al cielo
con nuestra oración que ata y desata. Esta es la oración del grupo vital. El versículo 19 dice:
“Otra vez, de cierto os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de
cualquier cosa que pidan, les será hecho por Mi Padre que está en los cielos”. Esta es la práctica
de un grupo vital en el cual dos o tres personas, estando en armonía, tocan a Dios, que está en
los cielos. Estas son los dos o tres mencionados en el versículo 16: “Mas si no te oye, toma
contigo a uno o dos más…” Estos son los miembros de un grupo vital.
Si un hermano peca contra nosotros, debemos relacionarnos con él primero en amor. Si no
tenemos éxito, debemos llevar con nosotros a uno o dos más, para ponernos en contacto con él. Si
todavía no tenemos éxito, debemos decírselo a la iglesia, y si la iglesia no tiene éxito, entonces el
hermano pecador perderá la comunión de la iglesia. Pero esto no es todo. Después tenemos que
orar atando y desatando, y tenemos que orar en armonía. Todo lo que pedimos en oración,
nuestro Padre que está en los cielos lo efectuará para ganar a esa persona. El versículo 20 dice:
“Porque donde están dos o tres congregados en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos”. Ésta
es la realidad de los grupos vitales. Estos dos o tres están congregados en el nombre del Señor
para Su propósito, no en su propio nombre para sus propósitos.

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Muchas veces pensamos que cierto santo es un caso que no tiene esperanza, y nos
detenemos con este sentir para con él en nuestros grupos pequeños. Siempre concluimos nuestra
reunión de grupo pequeño en el versículo 17. No queremos tomar a Cristo como la escalera
celestial del versículo 18 para subir a los cielos con oración que ate a Satanás y desate al
hermano pecador. Nosotros y la iglesia tal vez no tengamos éxito con este hermano, pero
¿debemos darnos por vencidos? El Señor Jesús dijo que debemos tenerle por gentil y recaudador
de impuestos. Pero el Señor añadió que tenemos que atar a Satanás. Tenemos que atar al que
ata y desatar al que está atado, orando juntos en armonía.
No debemos introducir ninguna opinión revelando la condición caída de aquel por quien
oramos. Debemos atar al que ata, Satanás, y debemos desatar al pecador, a aquel atado por
Satanás, por medio de la oración que hacemos en armonía. Estar en armonía es como los sonidos
musicales de una armonía. Cuando se toca el piano adecuadamente, las muchas teclas del piano
son tocadas de una manera que produzca música armoniosa. Cuando oramos en armonía por
ciertos pecadores que se han retrocedido, nuestra oración que tiene como fin recobrarlos llega a
ser como música a los oídos del Padre que está en los cielos. (Los grupos vitales, págs. 4-5)
A fin de tener una buena vida de oración, también debemos hallar compañeros con quien
orar. Esto hará que nuestra oración sea fortalecida y también nos ayudará a mantener nuestra
vida de oración. Muchos cristianos no pueden orar sin tener a otros con quien orar.
Especialmente es difícil para los que tienen una mente divagante que se puedan calmar para
poder orar a solas. Si pueden orar con dos o tres les es más fácil concentrarse y estar mas
calmados. De esta manera pueden orar por tiempos más largos.
Si siempre oramos a solas, las lecciones que aprenderemos no serán adecuadas. Si varias
personas oran juntas, habrá mas aprendizaje en nuestra oración. En 2 Ti. 2:22 Pablo exhorta a
Timoteo a seguir “con los que de corazón puro invocan al Señor”. Es mejor si cada hermano y
hermana gasta tiempo en oración con otros, además de su tiempo de oración individual.
Los cristianos también deben asistir a las reuniones de oración. Hay muchas lecciones
sobre la oración que debemos aprender en las reuniones de oración. (Lessons for New Believers,
p. 106)
Hemos dejado en claro que la manera de producir los grupos vitales es que cada uno de
nosotros debe tomar la iniciativa para ser vital. Para poder ser vitales, primeramente
necesitamos tener comunión de manera detallada con el Señor. Luego esa comunión hará que
nos demos cuenta de que somos totalmente pecaminosos. Entonces seremos llevados a tener una
confesión minuciosa de nuestros pecados. Espontáneamente nos consagraremos de nuevo.
Oraremos así: “Señor, hoy me quiero consagrar a Ti de nuevo”. Esto nos conducirá a una vida de
oración. Nadie puede orar sin cesar a menos que haya alcanzado esta etapa. Cuando pasamos
por las etapas de comunión, confesión y consagración entramos a una vida de oración. Es en esta
vida de oración donde oramos para estar en el Espíritu, el Espíritu esencial, el Espíritu
económico, el Espíritu todo inclusivo. Luego aprendemos a seguir a este Espíritu ejercitando
nuestro espíritu. Si hacemos esto seremos verdaderamente vitales. En realidad, todo esto es
revelado en el Nuevo Testamento, especialmente en las epístolas de Pablo. (Comunión en cuanto
a la urgente necesidad de los grupos vitales, pág. 239)
En Efesios 6:18 Pablo dice que necesitamos orar en todo tiempo en el espíritu, y velar para
ello con toda perseverancia. Necesitamos ser vigilantes, estar alerta, para mantener nuestra
vida de oración. La oración debe ser seguida de la vigilancia. A parte de orar necesitamos velar
en nuestra oración. Después de que decidamos orar, muchas cosas se levantarán para
desviarnos de la oración. Es por esto que necesitamos velar en nuestra oración con toda
perseverancia. Velar significa que estamos en el campo de batalla. La batalla arrecia, y los
enemigos nos rodean.
Si queremos perseverar en oración, necesitamos programar y aun administrar nuestro
tiempo en la manera que haríamos con nuestro dinero. Si no administramos nuestro dinero, lo
gastaremos sin control. Así como administramos nuestro dinero, debemos administrar nuestro
tiempo. En la administración de nuestro tiempo, debemos establecer por lo menos dos o tres
momentos de oración. En la mañana, podemos orar al menos por quince minutos. Luego
conforme a nuestro programa, podemos dedicar otro tiempo para orar a media mañana, a la
tarde o en la noche. Luego podemos asignar otro tiempo para antes de acostarnos. Debemos
asignar estos tres momentos para orar.

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Si usted toma la decisión de comenzar mañana a orar en ciertos momentos, prepárese para
las cosas que se levantarán en su derredor para estorbarlo. Cuando empiece a orar, tal vez
alguien llame a la puerta. Durante todos los días del año, nadie llamó a su puerta a esa hora del
día excepto después que usted tomó la decisión de usar esa hora para orar. Cuando usted va a la
puerta para ver quién es, tal vez descubra que el que llamó se había equivocado de dirección.
Eso puede causar que usted se enoje y así pierda el interés de orar. Entonces, los quince
minutos que usted apartó para orar serán anulados. Si usted decide orar a las 10:00, tal vez
vengan a visitarlo tres amigos a esa hora para pasar una hora con usted. Debemos ver que tales
cosas son el ataque del enemigo contra nuestra oración.
La oración apropiada siempre nos libera. Si oramos y nuestro espíritu no es ejercitado y
liberado, nuestra oración está mal. La oración debe ejercitar y liberar nuestro espíritu. Cuando
nuestro espíritu es liberado por medio de nuestra oración, somos personas liberadas. Cuando ya
no estamos atados sino liberados, estamos siempre alegres. Por esta razón Pablo dijo: “Estad
siempre gozosos. Orad sin cesar” (1 Ts. 5:16-17). Estar gozoso todo el tiempo se relaciona con
orar sin cesar.
Además, si no estamos liberados, no podemos compenetrarnos con otros. Si venimos a la
reunión con un espíritu callado, estamos atados. Si asistimos a las reuniones del grupo vital de
esta manera, no habrá posibilidad de que nos compenetremos. Cuando usted está liberado,
cuando yo estoy liberado, y cuando todos están liberados, habrá la verdadera compenetración.
La manera de compenetrarnos es la oración que libera nuestro espíritu. (Ibid., pp. 110-111, 112)
Orar meramente en nuestras reuniones de grupo vital no es adecuado. A fin de ser
compenetrados necesitamos orar día y noche. Primero, necesitamos orar solos, en privado.
Podemos compenetrarnos orando mucho y minuciosamente, como la harina fina de trigo, con
todos los miembros del grupo, con el Espíritu como el aceite, por medio de la muerte de Cristo
como la sal, y en la resurrección de Cristo como el incienso, y ser una masa para el Señor (1 Co.
5:6-7a; Lv. 2:1-13). Necesitamos orar, si es posible de rodillas: “Señor Jesús, compenétrame.
Compenétrame, Señor. Dame la oración apropiada que necesito. Realmente no sé que es orar
mucho y minuciosamente, pero dame la experiencia de ser compenetrado. Señor, tal como la
harina fina de trigo, compenétrame con otros”. Debemos orar hasta llegar al punto en que
podamos compenetrarnos. (Ibid., págs. 95-96)
Para los grupos vitales, lo primero es nuestra oración. Por lo tanto, el primer asunto
tratado en este entrenamiento será adiestrar a los miembros de los grupos vitales a orar de una
nueva manera para suplir la nueva necesidad. Primero, no debemos repetir nuestras viejas
oraciones. Nuestro modo de orar se ha convertido en una rutina; semana tras semana oramos de
una manera monótona, repitiéndole al Señor las mismas oraciones. Esa clase de oración no es
genuina. Cuando oremos, debemos simplemente decirle al Señor de una manera directa lo que
queremos: “Señor, queremos ser avivados. Estamos muertos y fríos. Queremos ser fervientes”.
Es suficiente decir esto. En la Biblia no encontramos ejemplos de oraciones de repeticiones
monótonas. En Lucas 18:41 el Señor Jesús le preguntó al ciego: “¿Qué quieres que te haga?”. Y
él dijo: “Señor, que reciba la vista”. Y Jesús le dijo: “Recíbela”, y al instante el ciego recibió la
vista (vs. 42-43). En la reunión de la mesa del Señor podemos orar: “Señor Jesús, Tú eres
hermoso. Tú eres señalado entre diez mil; te amo Señor”. Esto es suficiente. No hay necesidad
de orar largas oraciones en las cuales enseñamos, explicamos y disertamos acerca de las
Escrituras ante el Señor. (Ibid., pág. 67)
Si vamos a compenetrarnos, no deberemos olvidar la comunión. La comunión es la base de
la compenetración. Por consiguiente, debemos tener comunión. Al hacer esto estableceremos el
fundamento para la compenetración. Sin embargo, en vez de tener comunión, hemos practicado
la hipocresía por años; nos hemos estado escondiendo bajo una máscara. Sin el fundamento de la
comunión íntima y completa, no puede haber compenetración. (Ibid., pág. 88)
En primer lugar, la reunión de grupo debe ocuparse de la comunión adecuada. Muchas
cosas debieron de haber sucedido desde la reunión de grupo de la semana anterior. Por tanto,
cuando nos reunimos, debemos tener comunión unos con otros. Este tipo de comunión puede
espontáneamente volverse intercesión de unos por otros. Luego, después de la intercesión,
podemos tener algo de cuidado mutuo… (El ejercicio y la práctica de la manera ordenada por
Dios, pág. 272)

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Mensaje dos

Propagar la verdad divina


al distribuir la Versión Recobro
y al hablar el contenido de la verdad interpretada

Lectura bíblica: Nm. 11:29; 1 Co. 14:31; 9:16-17; Hch. 6:4; 4:31; 8:4; 2 Ti 4:2; Mt. 24:45
I. Necesitamos ve dos deseos que Dios tiene en Su corazón:
A. Dios desea que todos los hombres vengan al pleno conocimiento de la verdad—1 Ti. 2:4.
B. Dios desea que todo Su pueblo hable por Él—Ef. 4:29.
1. En el Antiguo Testamento Moisés expresó el deseo de Dios de que todo el pueblo de
Dios fuesen profetas—Nm. 11:29.
2. En el Nuevo Testamento, Pablo expresó el deseo de Dios de que todos los creyentes
puedan de profetizar uno por uno—1 Co. 14:31.
3. El deseo que Dios tiene de que Su pueblo hable por Él se prueba por la experiencia de
los creyentes—1 Co. 9:16-17a:
II. Debemos complementar nuestro hablar de la palabra de Dios con oración—Hch. 6:4:
A. Sin oración nuestro hablar de la palabra de Dios no será efectiva; por lo que es imperativo
que tengamos la palabra y que seamos un hombre de oración.
B. Debemos ser personas que oran regularmente, los que tienen comunión con Dios—quienes
eliminan la contaminación del mundo.
C. Aun cuando le hablamos a otros, debemos hacerlo en el espíritu de oración.
III. Debemos estar llenos del Espíritu Santo al hablar la palabra de Dios—Hch. 4:31:
A. A fin de hablar por el Señor, debemos esar llenos del Espíritu.
B. Cuando vamos a hablar la palabra de Dios, debemos tener fe, pidiéndole al Espíritu del
Señor que el Espíritu económico esté con nosotros.
C. Cuando nos ejercitamos para hablar la palabra de Dios a otros, debemos creer que tenemos
el Espíritu interiormente, y que también lo tenemos sobre nosotros.
IV. Necesitamos hablar la palabra de Dios en todo lugar y a todo—Hch. 8:4; 2 Ti. 4:2.
V. Necesitamos hablar las diez categorías principales de la palabra de Dios:
A. La palabra de gracia—Hch. 20:32.
B. La palabra de verdad—Ef. 1:13.
C. La palabra del evangelio—Hch. 5:42.
D. La palabra de vida—Fil 2:16.
E. La palabra sana—1 Ti. 6:3; 2 Ti. 1:13.
F. La palabra que edifica—Ef. 4:29.
G. La buena palabra—He. 6:5.
H. La palabra de justicia—He. 5:13.
I. La palabra de conocimiento—1 Co. 12:8.
J. La palabra de sabiduría—1 Co. 12:8.
VI. Necesitamos relacionarnos con la gente, ayudarlos y conocerlos:
A. Necesitamos seguir el guiar del Espíritu para acercarnos a lagente—Hch. 8:29-30.
B. Necesitamos ayudar a la gente a conocer las Santas Escrituras—Hch. 8:30-31, 34-35.
C. ecesitamos conocer el carácter de la gente su modo de ser, espíritu e ir mas alla de sus
necesidades para hablarles de la necesidad que tienen de Dios.
VII. Por medio delhablar de todos, la palabra de Dios aumentará, se multiplicará,
yprevalecerá:
A. Necesitamos orar para que se abra y se propague la palabra de Dios—Col. 4:3; 2 Ts. 3:1.
B. Mientras hablamos la palabra de Dios aumentará y se propagará—Hch. 6:7; 12:24; 19:20.
C. Entonces, cuando continuamos hablando, la palabra será prevaleciente; la palabra de Dios
que hablamos hoy en día es el Señor Jesús, quien por medio de nuestro hablar continuo
saldrá como el guerrero que pelea por Su reino—Apo. 19:11-16.

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VIII. Necesitamos ver que la palabra de Dios es paralela con el testimonio de Jesús, esto
quiere decir que el testimonio del Señor y la palabra de Dios no pueden ser
separadas—Apo. 1:2, 9:
A. Cuando hablamos la palabra de Dios testificamos la persona, el vivir y la obra del Señor
Jesús como el testimonio de Dios.
B. Al padecer tribulación por la palabra de Dios, ganaremos el reino—Apo. 1:9.
IX. A fin de continuar hablando tambien necesitamos leer; si solamente hablamos
agotaremos la spalabras que tenemos y no tendremos mas que decir:
A. No es suficiente tener la Biblia en nuestras manos, debemos leerla, estudiarla y
profundizarnos en ella.
B. A fin de mantener nuestro hablar, debemos aplicar los siguientes principios al leer la Biblia:
1. Debemos entender la Palabra de Dios literalmente—Lc. 24:45.
2. Debemos orar-leer la palabra con nuestro espíritu—Ef. 6:17-18.
3. Debemos comer, beber, y respirar el espíritu de vida en la palabra de Dios—Jer. 15:16;
1 P. 2:2; 2 Ti. 3:16.
4. Debemos ir mas allá de la letra, los eventos históricos, las personas y las cosas para
explorar su profundidad y recibir la revelación de vida—2 Cor. 3:6.
5. Debemos cuidar del contexto.
6. Debemos usar toda la Biblia para interpretar la Biblia, debemos exponer la palabra de
Dios con la palabra de Dios.
7. Debemos aprender de los santos del pasado—Los hermanos de las Asambleas, los de la
vida interior, etc.
8. Estos principios sobre como leer la Biblia pueden ser aplicados de forma práctica con la
ayuda de la Versión Recobro y los Estudios-vida.
X. Debemos llevar la responsabiliad de propagar las verdades divinas que entendemos
por medio de distribuir la Versión Recobro—Mt. 28:19:
A. Es necesario hoy en día propagar las verdades divinas traducidas, interpretadas, y
entendidas por el recobro del Señor.
B. El entendimiento apropiado de la Biblia ha sido recolectado ennuestros escritos a fin de que
los estudiemos, aprendamos, y propaguemos las verdades divinas; la notas que hemos
publicado en la Versión Recobro sn la suma total del entendimiento adecuado del Nuevo
Testamento.
C. El encargo presente del Señor para todos nosotros debe ser de ir y enseñar a todas las
naciones que la era presente puede ser consumada; debemos de enseñarle a la gente del
Dios Triuno, de la economía de Dios y Su impartición, Su proceso maravilloso, la redención
de Cristo, y la salvación de Dios en vida, todos los aspectos de la iglesia, y la consumación
final en la Nueva Jerusalén.
D. El Señor nos ha dado estas verdades preciosas para que las propaguemos no solo a los
cristianos, sino también a los incrédulos.
E. Lo que el Señor necesita hoy es que miles de Sus queridos santos que lo aman, quienes
viven para Él, y que no saben nada mas que Su recobro, tomen un solo camino para
propagar las mismas verdades al impartir las mismas verdades que están corporificadas en
la Versión Recobro.
F. Solamente vayan con todas las verdades y la Versión Recobro para leérselos a la gente;
abran la Versión Recobro y léanle una nota a la gente hambrienta.
G. Si propagamos estas verdades, seremos los siervos fieles que sirven comida al pueblo de
Dios en el tiempo apropiado; entonces estaremos cumpliéndola comisión del recobro del
Señor—Mt. 24:45.
(Outline for this message was based on Everyone Speaking the Word of God,
IX. B. 1-7 from The Full Knowledge of the Word of God, pp. 19, 29
X. from The World Situation and the Direction of the Lord’s Move, pp. 31-35;
Elders’ Training, Book 8, pp. 123-127, Witness Lee. published by Living Stream Ministry)

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