Esa es la esencia de la
Pascua.
Por toda la creación
resuenan estas
palabras:
"No está aquí, pues ha
resucitado".
¿Te gustaría vivir en una dimensión eterna en vez
de en el presente, que tu vida contara con vistas a
la eternidad y no se perdiera en el mare mágnum de
los problemas y trivialidades cotidianos? No me
cabe duda de que responderás que sí. Jesús sabe
además que tienes que proyectarte por encima del
plano físico, de la rutina diaria, de la infinidad de
detalles de la vida que te hundirían.
En este momento Él te tiende la
mano y te asegura: "Te amo. Estoy
contigo. Quiero ser parte de tu vida."
Invítalo. Dale cabida en tu corazón.
No dejes de hacerlo. Jamás te
abandonará ni te desilusionará.
Perdonará todos tus pecados, y te
ayudará a superarte en aspectos en
los que quieres mejorar.
¡Él es así de extraordinario!