Hay que afirmar que efectivamente no existe ninguna evidencia científica que avale
la teoría genética de la homosexualidad o que la homosexualidad pueda ser
innata. Los estudios que han querido sugerir que uno “nace homosexual” en contra
de “hacerse homosexual” han sido criticados por tener errores metodológicos.
Especialistas en homosexualidad que trabajan en asociaciones científicas como la
NARTH en EE.UU. (asociación nacional de investigación y terapia de la
homosexualidad; http://www.narth.com) afirman que se trata de un desarrollo
inadecuado de la identidad sexual. Deberíamos al menos aceptar que el debate
científico sobre este tema pueda seguir existiendo.
Se dice que una persona tiene una orientación de tipo homosexual cuando le
atraen las personas de su mismo sexo; mientras que tener una actividad de tipo
homosexual significa que dicha persona ya tiene actividades sexuales de tipo
homosexual. Muchas personas con orientación homosexual deciden no tener este
tipo de relaciones sexuales y deben saber que es posible modificar su orientación
sexual. Hay trabajos científicos que así lo demuestran en revistas de psiquiatría.
Es verdad que hay muchas personas que buscan ayuda porque están
insatisfechas con su orientación sexual. Hoy algunos pretenden negarles esta
posibilidad de ayuda. Existen de hecho manifestaciones de colectivos de ex gays
en EE.UU. que protestan contra los colectivos de gays y lesbianas por no aceptar
que quien quiera pueda libremente buscar ayuda para reencontrarse con su
heterosexualidad (http://www.peoplecanchange.com/).