Marilena Chaui*
I.
La relación entre ética y política es determinante en la filosofía
de Spinoza. Ante todo, la prueba de esa relación se encuentra en los
textos mismos del filósofo, porque tanto los tratados políticos remiten
al texto de la Ética como fundamento, así como el final de la IV parte
de la Ética deduce los conceptos de derecho natural, sociedad y
derecho civil de la idea de la naturaleza humana. No podría ser de
otro modo. La ética spinozista es una ética que identifica libertad y
felicidad y la política spinozista demuestra que la política está
instituida para asegurarle a los hombres la libertad, la seguridad y la
paz. Sin embargo, el lazo que une ética y política es más profundo: lo
que las une es el hecho de que el fundamento ontológico de ambas
es el mismo, es decir, aquello que Spinoza designa con el concepto
de conatus -el esfuerzo de conservación en la existencia- y que, él
demuestra, es la esencia actual de todos los seres.
“La mayor parte de los que han escrito acerca de los afectos y la
manera de vivir de los hombres, parecen tratar no de cosas naturales
que siguen las leyes comunes de la Naturaleza, sino de cosas que
están fuera de la Naturaleza. Más aún, parecen concebir al hombre
como imperio en un imperio (imperium in imperium). En efecto, creen
que el hombre más bien perturba el orden de la Naturaleza; que tiene
una potencia absoluta sobre sus acciones y que no es determinado
por nada más que por sí mismo. Por lo tanto, atribuyen la causa de
la impotencia e inconstancias humanas, no a la potencia común de la
Naturaleza, sino a no sé qué vicio de la naturaleza humana y, por
este motivo, deploran, ridiculizan y desprecian, o, lo que sucede con
más frecuencia, detestan; y se tiene por divino a quien ha sabido
despedazar más elocuentemente o más sutilmente la impotencia del
alma humana” (E III, Praefatio, G. T.II, p.102*).
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sustancial que lleva a la tradición teológica a la elaboración de la
imagen de la relación del hombre con la Naturaleza como la
confrontación de dos imperios, o el imperium in imperio (poder en el
poder). La elección de la palabra imperium no es gratuita.
Significando, originalmente, poder incondicional para promulgar
leyes, hacer que se cumplan y usarla de sable, imperium significa,
en lenguaje moderno, soberanía.
1
N. de la T.: Según definición de Spinoza, él llama causa adecuada a aquella cuyo efecto puede percibirse
clara y distintamente por ella misma. Por el contrario, denomina inadecuada o parcial a aquella cuyo efecto no
puede entenderse por ella sola. (Ética, pág. 103)
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son, sino como a ellos mismos les gustarían que fuesen. He aquí el
por qué -casi todos- en vez de una ética, escribieron sátiras, y no
tuvieron sobre la política ideas que pudiesen ser puestas en práctica,
concibiéndola entonces como quimera o utopía. Por este motivo, se
cree que, de todas las ciencias que poseen aplicación, es en la
política donde la teoría pasa por discrepar más que la praxis, no
habiendo hombres que se estimen menos capaces de dirigir la
república que los teóricos, es decir, los filósofos”.
II
19
Una tercera consecuencia aún, decisiva para la política,
puede ser extraída de la física del individuo y de la psicología que le
corresponde: así como el individuo es unio corporum y conexio
idearum y así como la Naturaleza es un inmenso individuo complejo,
las uniones corporum y las conexiones idearum pueden componer y,
por la acción común, constituir un individuo complejo nuevo: la
multitudo, es decir, la masa. Es ésta que, tanto en el TTP cuanto en
el TP, constituye el sujeto político.
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He aquí, en ese campo intercorporal e intersubjetivo, en ese
campo imaginario y afectivo, en ese espacio pasional que nace y
transcurre la vida política, porque,
“Ninguna cosa puede ser mala por lo que tiene de común con
nuestra naturaleza; sino que en cuanto es mala para nosotros, nos es
contraria”, (E. IV, P30, pág. 195)
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"En cuanto una cosa concuerda con nuestra naturaleza, es
necesariamente buena”, (E. IV, P31, pág. 195).
“En cuanto los hombres están dominados por afectos que son
pasiones, pueden ser contrarios unos a otros” (E. IV, P34, pág. 197).
Y en el TP:
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III
37
¿Qué significa decir que el derecho natural no es suprimido por
el advenimiento del derecho civil? Significa, en primer lugar, que no
permanece -como en Hobbes, en calidad de residuo virtual que se
actualiza in extremis (cuando el soberano amenaza la
autoconservación) o como lo que es permitido por el silencio de las
leyes- sino definiendo la potencia política, define la actividad política
y determina el campo político. El derecho natural es medida,
guardián y amenaza del derecho civil. Medida, porque determina la
proporcionalidad en las relaciones entre los ciudadanos y el poder,
determinando el campo político como sistema de relaciones
reguladas por el derecho civil. Guardián, porque impide el deseo de
los gobernantes de identificarse con el poder, siempre que la
potencia colectiva sea más fuerte que la de ellos y la limite.
Amenaza, porque nadie se despoja del deseo de gobernar y de no
ser gobernado, ni del imaginario que identifica el poder y el
gobernante y por ello, insiste Spinoza, el mayor enemigo del cuerpo
político jamás es externo, sino interno a él: es el particular o un grupo
de particulares que, so pretexto de defender y proteger las leyes,
aumenta sus fuerzas al punto de ocupar el poder y con él
identificarse.
“De ahí que, el pueblo cambie tantas veces de tirano sin abolir
nunca la tiranía, ni sustituir el poder monárquico por otro” (G. III, 227)
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Marilena Chauí, psicoanalista, socióloga y filósofa brasileña. Docente de la PUC/SP Pontifícia
Universidade Católica de São Paulo. Fue la Directora de Tesis de Doctorado de Suely Ronik cuando
presentó en dicha universidad su investigación en el año 1989: “Cartografía Sentimental:
transformaciones contemporáneas del deseo”.