VIOLENCIA FAMILIAR
“Malos tratos” (Continuación)
La última clase la acabamos con las lesiones de los órganos de los sentidos. Hoy continuamos con las
lesiones esqueléticas. Os recuerdo la clasificación:
LESIONES ESQUELÉTICAS
Las lesiones esqueléticas junto con las cutáneas son las más características
de los casos de malos tratos. Son detectadas, en muchas ocasiones, por
traumatólogos o radiólogos. Lo más frecuente son las fracturas de huesos
largos. Los huesos más lesionados por orden decreciente son húmero, tibia
y fémur.
Los niños más pequeños presentan con más frecuencia lesiones en la zona
metafisaria, generalmente producidas por tirones o torsiones de los
miembros. En niños mayores es más frecuente la fractura de la diáfisis,
generalmente, por golpes directos sobre los miembros. Aunque suelen ser
los miembros (superiores e inferiores) las zonas más afectadas, también
podemos encontrar lesiones en la pelvis (especialmente en la rama
isquiopubiana) o en la columna vertebral.
La dirección del trazo de fractura nos puede ayudar a conocer cuál fue el
mecanismo de producción.
Algo muy característico, sobre todo, en los menores de edad es que un
golpe o agresión sobre una zona ósea puede no producir una fractura y en
su lugar aparecer un hematoma perióstico; se produce porque en los
menores el periostio está menos adherido al hueso que en los adultos. De
manera que tras un golpe en un hueso puede empezar a salir sangre en esa
zona, se levanta el periostio de la zona afectada y se forma un hematoma
alrededor del hueso. Esta sangre radiológicamente no es visible hasta que
no pasen dos semanas y se calcifique. Tras esas dos semanas
aproximadamente, cuando ya ha tenido lugar la calcificación, si hacemos
Prof. Mª Dolores Pérez Cárceles Medicina Legal / 6º 30-11-2007 2/11
LESIONES TORÁCICAS
Las lesiones torácicas son poco frecuentes. Pueden aparecer con pocas
manifestaciones externas.
El mecanismo de producción de estas lesiones puede ser:
• Por golpes directos sobre la caja torácica.
LESIONES CRANEALES
Prof. Mª Dolores Pérez Cárceles Medicina Legal / 6º 30-11-2007 3/11
Las lesiones craneales más frecuentes en niños que sufren malos tratos son:
• Fracturas craneales. Casi siempre debidas a golpes directos
• Hematomas subdurales. Con frecuencia van acompañados de
hemorragias retinianas masivas bilaterales.
• Hematomas epidurales. Son 2-3 veces más frecuentes que los
hematomas subdurales y, suelen ir asociados a fracturas craneales.
• Hemorragia parenquimatosa.
• Edema cerebral. Es la manifestación más frecuente por TCE.
LESIONES ABDOMINALES
NEGLIGENCIA
Quizás la negligencia sea incluso más frecuente que los casos de malos
tratos. Como ya dijimos en la última clase, todo lo que veamos puede ser
extrapolado a cualquier tipo de víctima (mujer, niño o anciano). Aunque,
obviamente, las personas más vulnerables van a ser niños y ancianos.
MALTRATO QUÍMICO
Prof. Mª Dolores Pérez Cárceles Medicina Legal / 6º 30-11-2007 6/11
Hasta hace muy poco sólo se había dado en niños, ahora ya se conocen
casos descritos en ancianos.
“Isabel Padilla Márquez, conocida como «la envenenadora de La Unión». Esta mujer, madre de ocho
hijos, y a punto de cumplir 50 años, fue detenida en noviembre de 1991, acusada de haber matado a su
marido y a dos hijos y haberlo intentado con otros dos de sus descendientes.
Durante 20 años les suministró productos antidiabéticos, tanto en su domicilio como en los hospitales,
originándoles graves crisis de hipoglucemia que les conducían al cementerio. En su peregrinaje por los
hospitales de Cartagena, Murcia, Valencia y Madrid junto a sus parientes enfermos llegó, según se recoge
en la sentencia, a manipular los goteros, para introducir en los cuerpos de las víctimas importantes
cantidades de insulina.
Fue en 1972 cuando empezó a suministrar medicamentos a sus familiares. La primera víctima fue su hijo
Pedro Eusebio, quien tras varias hospitalizaciones, con extirpación del pancreas incluido, falleció en
1982. En 1983 comenzó a suministrar antidiabéticos a su hija Susana, de apenas un año. La niña, tras
nueve años de peregrinaciones por hospitales, falleció en 1991. Su marido, Pedro Pérez, según la
sentencia, fue otra de las víctimas. Al tener un problema de diabetes ella se encargaba de suministrale
los medicamentos. Otros dos hijos sufrieron episodios similares, pero la detención de la madre paralizó el
proceso.
Este síndrome, según el informe de los forenses, no es una enfermedad mental, por lo que es
perfectamente consciente de lo que hace. «No afecta a sus facultades intelectuales o volitivas». Según
los forenses, si no hubiera sido detenida «habría acabado con toda su familia».”
1. La historia clínica.
2. El examen físico.
3. El examen radiológico.
• Fracturas múltiples.
• Fracturas ocultas (para las que no se buscó, en su día, asistencia
sanitaria).
• Fracturas con diferente estado de consolidación (o sea, una
fractura más reciente junto a otra menos reciente).
Para terminar la profesora nos mostró numerosas imágenes de maltrato infantil que eran
absolutamente espeluznantes.