ÁREA DE HISTORIA
HISTORIA, MEMORIA E IDENTIDAD
Profesor: Guillermo Bustos
Estudiante: Andrés Luna Montalvo
A la par de ciertos visos de prosperidad y júbilo en la población quiteña por los años
de modernización y severos cambios en la estructura arquitectónica de la ciudad, se
producía una reflexión acerca de cómo Quito iba asimilando estas transformaciones. “La
ciudad se convirtió en el centro de mayor dinamismo relativo del país, por cuanto la gran
captación de los excedentes derivados de las regalías petroleras son manejados por el
Estado, cuya cabeza más visible, la administración pública, tiene por asiento a la capital de
la república”1. Con motivo de las fiestas de fundación, la ciudad de Quito entraba en la
palestra de la escena mediática y su proceso de transformación era motivo de preocupación
de pensadores e intelectuales: “Volví a protestar contra el municipio cuando se preparaba la
demolición de la casa de la Inquisición que tenía uno de los más bellos portales de piedra
labrada, y pedí que se la declarase monumento nacional. Pero se la demolió y en el solar se
levantó un ridículo rascacielos”2.
Mientras esto sucedía, las fiestas de Quito gozaban de celebraciones pomposas que
se adornaban de una serie de conmemoraciones y tradiciones que se han ido perdiendo o
transformando, y mucho de aquello tiene que ver con la bonanza económica de la que se
creía gozar por los setentas y la austeridad relativa que se puede percibir en la actualidad.
De ahí la composición de la pregunta en el presente trabajo: ¿Cuáles son las tradiciones
conmemorativas que se identifican en la sociedad quiteña de principios de los setentas, en
pleno auge del “boom” petrolero, de acuerdo con los testimonios recogidos en el diario “El
Comercio” con motivo de las fiestas de la ciudad en el mes de diciembre?
Y para graficar algunas de las tradiciones conmemorativas, vale citar algunos de los
números que se pudieron apreciar en el célebre desfile de la Confraternidad, el mismo que
para 1970 contó con una presencia masiva de participantes del país y el exterior. Solo por
resaltar algunos mencionamos a la Reina de Cali, la Reina de Fulton, bailarines y artistas
mexicanos, conjunto típico de Saraguro, grupo folklórico chileno, colombiano y de
salasacas, la Banda de la Policía de Guayaquil y Tulcán, grupo de ballet de Imbabura,
1
CARRIÓN MENA, Fernando; “El desarrollo urbano de Quito entre sus crisis urbanas más recientes” en El
Ecuador de la postguerra; Pág. 334.
2 El Comercio, 04 de diciembre de 1970; Editorial: “Quito, ciudad sin plan”, por Jorge Reyes. Pág. 2.
representación artística argentina, entre otros. Y toda esta participación no es casual ni
efímera, pues para el mismo año, investigaciones periodísticas avizoraban una fuerte
migración hacia la ciudad de Quito por el contexto económico de la comercialización
petrolera. “El mismo fenómeno ocurrido a Guayaquil en la década del 50, durante la cual
logró más que duplicar su población, se ha producido en Quito en la década del 60, cuando
le ha tocado el turno de ser el principal centro de atracción de las migraciones internas”3.
3 El Comercio, 06 de diciembre de 1970; “Cifras inusitadas del crecimiento de Quito”, por Bruno Stornaiolo.
Pág. 4.
4
BUSTOS, Guillermo; “La hispanización de la memoria pública en el cuarto centenario de fundación de
Quito” en Etnicidad y poder en los países andinos; Pág. 112.
hispanización de la conmemoración de la fundación de Quito, y así comprender algunas de
las presentaciones del Desfile de la Confraternidad preparado para 1971.
Fue en 1934, año del cuarto centenario de la fundación de Quito, cuando Jacinto
Jijón y Caamaño propuso los siguientes puntos de reflexión para determinar el día de la
celebración que debían conmemorar los capitalinos:
Aunque la sugerencia de Jijón y Caamaño para el cabildo fue considerar la fecha del
28 de agosto, la comodidad y planificación que permitía el mes de diciembre pesó más que
las temáticas investigativas para la celebración. De esta manera, se resaltaba la
hispanización que desde 1934 iba a marcar la tónica de las festividades de la quiteñidad.
Esta exaltación a España, se percibe de manera evidente en las comparsas que
acompañarían al Desfile de la Confraternidad programado para 1971.
5
Ibíd. Pág. 114
Como en ningún otro año, el carácter de la conquista y la fundación fueron la
temática resaltada en el desfile del 5 de diciembre, pues la crónica publicada por “El
Comercio” del día siguiente nos muestra algunos ejemplos de estas representaciones:
“El carro alegórico de la Escuela Municipal Espejo, con una hermosa alegoría
que representaba el tiempo de la conquista y la fundación de esta ciudad. Un
grupo de alumnos, con vestidos de la época, representaban a los soldados,
caballeros, religiosos y otras gentes de esa época (…)” 6
Con estos ejemplos citados, podemos inferir que las tradiciones conmemorativas
que se identifican en la sociedad quiteña de principios de los setentas, de acuerdo con los
testimonios recogidos en el diario “El Comercio”, también están teñidas de un férreo
sentido de españolidad que se hereda no necesariamente de los cuatro siglos y pico que
separan a la fundación de la celebración que se origina a inicios de los setentas, sino del
consenso social que se dio apenas dos décadas atrás para exaltar la hispanización en el mes
de diciembre. “Muchas ciudades del Ecuador contemporáneo conmemoran con gran pompa
sus festividades de fundación española. La festividad actual de fundación de Quito no
proviene directamente de la conmemoración de 1934, cuya memoria ha desaparecido. Más
bien, se origina en un proceso de invención de tradición ocurrido a finales de los años
cincuenta y que se mantiene anualmente cada 6 de diciembre”7.
6
El Comercio, 06 de diciembre de 1971; “Cálido homenaje se rindió a Quito en el desfile de ayer”. Pág. 7.
7
BUSTOS, Guillermo; “La hispanización de la memoria pública en el cuarto centenario de fundación de
Quito” en Etnicidad y poder en los países andinos; Pág. 116.
Indigenismo en las fiestas
Por un lado, se percibe una atmósfera de distinción para con los aborígenes
valerosos y combatientes de la era de la conquista, al tiempo que se los despoja de un
protagonismo significativo en las celebraciones de diciembre. No es menos relevante que la
población indígena para la década de los setentas promediaba casi el 40% de los habitantes
de la ciudad. “Los latinoamericanos están siempre dispuestos a asumir como suyos los
grandes momentos de las culturas precolombinas, azteca, inca, maya, pero no establecen
ningún nexo entre este esplendor pretérito y los indios pobres, explotados, despreciados,
que les sirven como esclavos”8. Muestra de aquello es que mientras se noticiaba el reportaje
del desfile de la confraternidad, “Conquista y Fundación”, páginas atrás “El Comercio”
publicaba su tradicional editorial “Quito y la Unidad Nacional”, de donde abstraemos lo
siguiente:
Aunque no existe mucho por citar del diario en cuestión acerca de la participación
de una cosmovisión indigenista protagonista en la celebración quiteña, entre lo poco nos
encontramos con citas “menos alegres” que la señalada en el editorial anterior:
8
BURGOS, Elizabeth [y MENCHÚ, Rigoberta]; Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia; Pág. 14.
9
El Comercio, 06 de diciembre de 1971; “Quito y la Unidad Nacional; Pág. 4.
corte señorial. Aún los pobres “indianos” rematan sus festividades con la danza –
al compás de tambores y pingullos-, olvidándose, aunque sea por breves y
fugases momentos, de sus deudas ancestrales y el dolor de su raza avasallada”10.
Conclusiones:
10
Ibíd.; “Así fue mi Quito del ayer”, por Bolívar Erazo Silva; Pág. 14.
11
BEVERLY, John; “Anatomía del Testimonio”, en Del Lazarillo al Sandinismo; Pág. 157.
Se podía además interpretar la percepción de años prósperos para la ciudad y el país,
pues en el desarrollo de este estudio nos encontramos con una serie de datos que ratificaban
la idea de un proceso de urbanización acelerado que se llevaba a cabo en Quito y se
reflejaba en sus festividades. “Para la década del setenta el proceso (de urbanización) se
consolida bajo un nuevo signo del desarrollo capitalista sustentado en los ingresos
derivados de la comercialización petrolera, la modernización de la estructura agraria y del
Estado, la formación de ciertas condiciones mínimas para la inversión foránea y el
crecimiento del proletariado y de las capas medias de la población urbana”12. No era
extraño entonces que se desarrollaran pomposas celebraciones con delegaciones de toda
América y que los discursos políticos fueran de corte optimista, como bien lo puede
constatar el presidente José María Velazco Ibarra en uno de sus últimos discursos
pronunciados como primer mandatario, tres meses antes de ser derrocado por la dictadura
del General Guillermo Rodríguez Lara:
Finalmente, quisiera exponer una reflexión acerca del tema investigado, y se trata de
pensar que si bien Quito ha perdido en la actualidad esa expectativa de un mañana cada vez
más floreciente y el matrimonio con la explotación de los recursos naturales está bastante
resquebrajado, existen tradiciones que han perdurado desde la década abordada hasta la
actualidad. Hay muchas coincidencias y también divergencias con aquella época, pero
todas éstas son de forma más no de fondo, por lo que considero oportuno ratificar que son
las tradiciones y no los recursos lo que se conserva en las celebraciones de la fundación de
la ciudad. Puede existir más o menos inversión pero las retretas se realizarán, los desfiles
no desmayarán, los artistas, sean o no reconocidos, jamás brillarán por su ausencia, y es que
la tradición nos invita a “entender una serie de prácticas regidas habitualmente por unas
normas aceptadas explícita o tácitamente y por un ritual de naturaleza simbólica, que tratan
de inculcar a partir de su reiteración constante determinados valores y normas de
12
CARRIÓN, Fernando; La renovación urbana en Quito; Pág. 13.
13
El Comercio, 04 de diciembre de 1971; “Al grito de viva Quito meditemos en la patria”; Pág. 4.
comportamiento, lo que automáticamente implica un vínculo con el pasado”14. De manera
que lo que fue, seguro seguirá siendo, aunque sus matices se vean decorados y adornados
como causa de un “boom”, o deslucidos y desaliñados por la carestía de turno.
BIBLIOGRAFÍA:
CARRIÓN MENA, Fernando; “El desarrollo urbano de Quito entre sus crisis urbanas más
recientes” en El Ecuador de la postguerra; Banco Central del Ecuador; Quito; 1992.
HOBSBAWM, Eric J.; “Inventando tradiciones”, en Historia Social No. 40; Valencia;
2001.
Páginas web:
www.quito.gov.ec/
www.inec.gov.ec/
14
HOBSBAWM, Eric J.; “Inventando tradiciones”, en Historia Social No. 40; Pág. 203.