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Enfoque de Género

Autores:

Colectivo de Revisión y Acompañamiento


Aismin Manaure, Antonio Giardina, Carlos González, Carlos Guedez, Carlos Rodríguez, Enrique
Arrieta, Enrique Valles, Eseario Sosa, Elim Sosa, Eve Zambrano, Henry Parucho, Herlinda
Colmenares, Ingerzon Freites, Kiramara Reyes, Luis Ortega, Magaly Figuera, Marián Alvarado,
Mayi Cumare, Oscar González, Rogelio López, Samuel Vargas, Simón Sosa, Sorocaima Silva,
William Escalona, Yamileth Romero, Yecuana Álvarez, Zaida Suárez.

Abril 2005
PRESENTACIÓN

Venezuela vive momentos estelares. La victoria de agosto de 2004 y la


“Definición del Nuevo Mapa Estratégico” los días 12 y 13 de noviembre
de 2004, en el taller de Alto Nivel, dirigido por la Presidencia de la
República, constituyen el salto adelante para continuar en la
construcción de un nuevo país.
Dentro de los diez grandes objetivos estratégicos definidos, el tercero
plantea:
Avanzar Aceleradamente en la Construcción del Nuevo Modelo
Democrático de Participación Popular, para lo cual se definen como
herramientas las siguientes:
•Programas de formación sociopolítica dirigidos a facilitadores y
participantes de todas las misiones.
•Programas conjuntos de Formación Sociopolítica a los funcionarios
públicos y líderes comunitarios.
El propósito del componente de Formación Sociopolítica de la Misión
Vuelvan Caras, está inscrito en la búsqueda de las definiciones
necesarias para consolidar la Revolución Bolivariana en función de
una sociedad libre, cooperativa, democrática, participativa,
autodeterminada, consciente, que rompa con las relaciones de
dominación propias del modelo capitalista imperante en esta sociedad.
Se trata de una educación liberadora que contribuye a la construcción
del poder popular y a la emancipación social e individual. Es una
Formación para guiar nuestras acciones y nuestras ideas hacia la
afectación de las relaciones de producción capitalista: de Propiedad,
Mercantiles y la División Social del Trabajo. Es un método para un
nuevo ciudadano que actúe con otra manera de organizarse, de
comunicarse, educarse y de abordar la realidad para transformarla en
función del interés emancipador, y se conoce como método
INVEDECOR, siendo una articulación de 4 estrategias: INVestigar,
EDucar, Comunicar y ORganizar, originándose su denominación a
partir de la unión de las letras iniciales de cada una de ellas.
Los Núcleos de Desarrollo Endógeno de la Misión Vuelvan Caras,
serán uno de los campos de aplicación del componente de Formación
Sociopolítica, con sujetos y contextos determinados, enmarcado en el
propósito estratégico del cambio del modelo de producción. Por otro
lado y bajo la misma línea de acción, el componente de Formación
Sociopolítica se perfila hacia las comunidades organizadas y las
instituciones de la administración pública.
El Componente de la Formación S ociopolítica está constituido por los
siguientes ejes temáticos:
• Valores Bolivarianos
• Democracia Protagónica: Nuevas Formas y Escenarios de
Participación Social
• Ejes Claves del Modelo de Desarrollo: Economía Popular y Núcleos
de Desarrollo Endógeno.
• Método INVEDECOR
• Didáctica Investigativa y Estrategias de Aprendizaje
• Estrategia Comunicativa Integral
• El Cooperativismo y otras modalidades de Asociaciones Productivas.
La Cogestión y la Autogestión en la Economía Popular.
• Elementos Culturales de la Revolución Bolivariana
• Enfoque de Género
• Educación Ambiental
• Método de Proyecto
• Resistencia al Cambio y Procesos Motivacionales
• Defensa Integral del Territorio
Cada Eje Temático se aborda en dos cuadernos, uno para facilitadores
y otro para lanceros presentándose propósitos, contenidos y el método
desde el punto de vista didáctico y además se utiliza recursos
audiovisuales de apoyo para complementar la formación.
Al tener una concepción y un método coherentes con el propósito ya
definido creemos estar contribuyendo de manera definitiva y humilde
con el reto planteado, es decir la construcción de una nueva sociedad.
ENFOQUE DE GÉNERO

ELEMENTOS FÚNDANTES

Los elementos que dan origen a la propuesta formativa del eje temático ENFOQUE
DE GÉNERO, están contenidos en los materiales siguientes:

 La Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela

 Plan de igualdad de oportunidades (Elaborado por: INAMUJER)


www.inamujer.gov.ve
 Ley de violencia contra la mujer y la familia

 Las diez líneas estratégicas “El salto adelante” emanadas de la presidencia de la


república bolivariana de Venezuela (Noviembre 2004, Caracas-Fuerte Tiuna)

 Plan de Formación Permanente del MINEP.( ENERO 2005)

 Iniciar y desarrollar en los sujetos un proceso de planteamiento Memoria del 1er.


Taller de Formadores de Formadores, autores Colectivo de Sistematización,
Aragua, Enero 2005.

Presentación del Eje Temático

El Enfoque de Género se plantea como un tema en el marco de la formación


sociopolítica, sin embargo parte de una realidad en la que mujeres y hombres
interactuamos constantemente.

CONTENIDOS

GENERO

¿Qué se entiende por Género?


El conjunto de características y normas sociales, económicas, políticas,
culturales, psicológicas y jurídicas asignadas a cada sexo
diferencialmente...” (LAGARDE, M: 1994)
¿Cómo llegamos a construir el Género?
Desde el nacimiento la sociedad asigna características
determinadas a las personas del sexo femenino y masculino
Los valores y costumbres que aprendemos desde pequeños/as en
el proceso de socialización
Por medio de los sentidos se van transfiriendo el conjunto de
saberes y prácticas con respecto al género
Es una atribución cultural y social

Características del Género


 Producto de una Construcción Social: conjunto de rasgos
adquiridos en el proceso de socialización, que diferencian a
hombres y mujeres en una sociedad, es decir son las
responsabilidades sociales, las pautas de comportamiento,
valores, gustos, temores, actividades, expectativas, límites
etc.
 El Género no implica una identidad sexual: es una
concepción basada en la biología, la cual distingue al
hombre y a la mujer resaltando las diferencias de carácter
morfológico y funcional.
 Es diferente al sexo: en el genero las características van a
la diferenciación de mujer y hombre en su comportamiento y
desenvolvimiento dentro de un contexto, en cambio el sexo
va a la conformación biológica que distingue
anatómicamente a un macho de una hembra (órganos
sexuales, rasgos secundarios como la voz, el vello, la
contextura ósea y muscular)
 Es una relación social: modo de ser hombre o ser mujer
en una cultura o sociedad determinada, en donde se derivan
necesidades y requerimientos diferentes para su desarrollo y
realización personales.
 El género implica roles: el comportamiento, actitudes y
formas de accionar de las personas se visualiza de manera
diferente para hombres y mujeres, respondiendo a
determinadas realidades, contextos históricos y culturales.
 Es una construcción psicológica: la mujer y el hombre
desarrollan diferentes capacidades de relación y sentido de
“sí mismos”, como resultado de crecer en una familia en la
cual las mujeres ejercen la maternidad, estas capacidades
de relacionarse de manera diferente y las diferentes formas
de identificación, preparan a los hombres y mujeres a asumir
el papel de género adulto, en una forma que sitúa a la mujer
dentro del ámbito de la reproducción en una sociedad
sexualmente desigual.

Caracterización en las relaciones de Género

 El rol desempeñado por la familia en la estructura


organizativa de la comunidad: incluyen la organización colectiva
de eventos sociales y servicios, celebraciones, actividades para el
mejoramiento de la comunidad, participación en grupos y
organizaciones, en actividades de la política local y de otra índole.
Este tipo de trabajo no es considerado en los análisis económicos
de las comunidades, sin embargo implica una considerable
cantidad de tiempo voluntario y es importante para el desarrollo
cultural y espiritual de las comunidades siendo además un vehículo
para la organización de la comunidad y su autodeterminación.

 La Historia: las reflexiones sobre genero han atravesado distintos


estadios, una revisión a los diferentes cambios facilita la
comprensión conceptual de genero; los períodos marcados
históricamente se establecen en este esquema por el contenido
teórico que se aprecia desde el presente, es decir, vistos desde
principios de los años 90, tiene la entidad como período, tanto la
coyuntura de la ilustración, como la fase clásica de la teoría
feminista contemporánea.
 Los valores socio-culturales:
 Las condiciones sociales, políticas y económicas de las
comunidades

Las Necesidades e Intereses de Género: al tomar conciencia de la


posición y la condición de los géneros en la sociedad y la inequidad
vigente, surgen necesidades e intereses estratégicos, que buscan
cambiar la situación. Estas demandas se basan en el principio de que
esta situación es un producto social e históricamente construido y que por
tanto puede cambiar. Dentro de estas necesidades e intereses
encontramos las siguientes:
Necesidades prácticas de género: son las que se derivan de las
actividades o roles que hombres y mujeres desempeñan, y se orientan a
facilitar el cumplimiento de ese rol, son aquellas necesidades dirigidas a
modificar la situación o calidad de vida a partir de sus requerimientos
inmediatos.

Intereses prácticos de género: responden a necesidades


sentidas que requieren de soluciones rápidas y de corto plazo en
vivienda, salud, educación, alimentación y trabajo, entre otras.
Suelen ser comunes a todos los sectores pobres, pero tienen
especificidades de genero ES UNA ATRIBUCIÓN CULTURAL Y
SOCIAL

Necesidades Prácticas: “...son las que se derivan de


las actividades o roles que hombres y mujeres
desempeñan y se orientan a facilitar el cumplimiento de
ese rol”
Necesidades e Intereses: Se vinculan a la toma de
conciencia para modificar la estructura de poder existente
entre los géneros

Las Necesidades e Intereses de Género


CUADRO DE NECESIDADES PRÁCTICAS Y ESTRATÉGICAS DE GÉNERO

Necesidades Prácticas Necesidades Estratégicas


Tienden a ser a largo plazo
Tienden a ser inmediatas, urgentes
Propias de algunas mujeres y hombres en Son comunes a todas las mujeres
particular
Relacionadas con necesidades diarias Relacionadas con posiciones de desventaja:
(condición): alimentación, alojamiento, ingreso subordinación, falta de recursos y de educación,
económico, salud de los/las hijos/as, entre otros. vulnerabilidad ante la pobreza y la violencia,
ciudadanía, entre otras.
La desventaja subyacente y el potencial de
Fácilmente identificables
cambio no siempre es identificado
Pueden ser satisfechas mediante provisión Pueden encararse mediante: creación de
de insumos específicos: alimentos, bombas conciencia, aumento del auto confianza,
de agua, clínica. educación, fortalecimiento organizacional,
movilización política, ciudadanía plena.

Definición de Sexo

Alude a los aspectos físicos, biológicos y anatómicos que distinguen lo


que es un macho de una hembra.
Diferencia entre sexo y género
Sexo: Diferencias biológicas
Macho
Hembra

Genero: Relaciones Desiguales


Masculino
Femenino

Roles de Género

Nos referimos a los comportamientos, actitudes y formas de accionar de


una persona. Estos comportamientos se visualizan de manera diferente
para un hombre y una mujer y responden a determinadas realidades,
contextos históricos y culturales.
Características de los Roles de Género

Están socialmente construidos


Determinan las actividades sociales y económicas
Difieren por los rasgos biológicos de las mujeres y los hombres
Varían según las regiones y las actividades que desempeñan
Cambian con el tiempo

Roles Productivos

Se refiere a las actividades que se realizan para la producción de bienes y


servicios remunerados en dinero o especie, ejecutados por:

Procesamiento de alimentos
Actividades de servicios
Elaboración y venta de artesanías
Otros

Roles Reproductivos

Son aquellas actividades referidas al mantenimiento de la especie


humana; como: gestación, parto, alimentación, cuidado de los
niños/niñas, limpieza del hogar.

Roles Sociales o de Gestión Comunitaria

Son aquellas actividades que se realizan fuera del ámbito familiar y que
involucra las actividades de esparcimiento y de actividades comunitarias.
Pertenecer a una asociación civil, de vecinos, comités de salud, entre
otros.

¿Por qué es importante reconocer los Roles Masculinos y


Femeninos en las distintas fases del proceso productivo?
Permite identificar cuáles son las necesidades e intereses de
hombres y mujeres en un contexto determinado.
Permite identificar cuáles son las oportunidades y limitaciones que
se presentan a hombres y mujeres para acceder a los recursos
necesarios para producir.
Permite conocer quienes son los beneficiarios directos de los
recursos obtenidos con la actividad productiva
Determina la participación de hombres y mujeres en la toma de
decisiones

Enfoque de Género
Modelo de bienestar social
La mujer como protagonista del desarrollo
Se basa en el rol reproductivo de la mujer
El crecimiento económico es prioritario
Desarrolló políticas de control de natalidad, programas de nutrición
a los niños/as, entre otras.

Enfoque de la Equidad
Se centra en el rol productivo de las mujeres
Busca incrementar las opciones de empleo y de generación de
ingresos de las mujeres
Pretende satisfacer las demandas estratégicas del género
Considera que la desigualdad existente entre hombres y mujeres
es producto de la pobreza
Desarrolló políticas de control de natalidad, programas de nutrición
a los niños/as, entre otras

Enfoque de la Antipobreza
La mujer es un medio para alcanzar el desarrollo
La desigualdad de la mujer se mide a partir del ingreso percibido
Incorpora económicamente a las mujeres. Se centra el en rol
productivo
Atiende las necesidades prácticas de género
Propicia la participación económica y social de la mujer

Enfoque de la Eficiencia
La participación de las mujeres se visualiza como un medio para
alcanzar la equidad
Reconoce el aumento de poder de las mujeres
Énfasis en la organización social de las mujeres
La mujer se considera en su rol productivo, reproductivo y
comunitario
Procura cambios en las mujeres por medio de la educación.

Enfoque de Empoderamiento

Reconoce las desigualdades entre hombres y mujeres


Considera a la familia como el centro de las desigualdades
Considera que el aporte de las mujeres en la economía no se
refleja en las estadísticas
Delimita estrategias para que la mujer se inserte en la actividad
económica
Esta consciente del triple rol de la mujer
Plantea la independencia económica de la mujer
Pretende generar capacidades en las mujeres para que decidan
su propio bienestar

Definición de Equidad
Igualdad de oportunidades para hombres y mujeres Lineamientos/ Políticas /
Programas/ Proyectos

¿Cómo incorporar el Género en Los Proyectos o Programas?

Considerar a mujeres, hombres, jóvenes, niños (as),


ancianos /ancianas.
Incluir al Género en la capacitación.
Considerar las limitaciones de acceso de los hombres y de las
mujeres, adecuar la información, los horarios, transferencia de
tecnología y las condiciones socioculturales

Herramientas para el Análisis de Género

Permite saber como los programas, planes y políticas


afectan de distinta manera a hombres y mujeres.
Facilita el diseño de Planes y/o proyectos acordes con la
realidad de hombres y mujeres en un espacio y contexto
puntual
LECTURAS SUGERIDAS

"La revolución se lleva en el


corazón para morir por ella,
y no en la boca
para vivir de ella"
Ernesto Che Guevar

El enfoque de género es más que una introducción mecánica de elementos


teóricos en los proyectos de desarrollo. Tiene relación con la vida misma,
con la forma en que las mujeres y hombres se relacionan entre sí y con su
entorno, cómo lo modifican y como lo transforman.

Se parte del reconocimiento de que hombres y mujeres son socializados(as) de


manera diferente y, por lo tanto, se les enseña y moldea para asumir funciones
diferentes en la sociedad. Por ejemplo, los hombres aprenden más que todo a ser
agresivos y competitivos, este elemento forma parte de la opresión que viven los
hombres para evitar la expresión de sus afectos; por otro lado, desde niñas las
mujeres aprenden, asumen e incorporan la idea de que son seres inferiores, que
se expresa entre otras formas, en sumisión, pasividad y dependencia.

Desde hace un tiempo muchos proyectos y programas de desarrollo rural han


incluido en su proceso la intervención de los actores locales, poniendo énfasis en
una participación justa y equitativa, sin exclusión. De esta forma, el enfoque o
perspectiva de género se ha convertido en un elemento fundamental para lograr
avances en el fortalecimiento de las organizaciones rurales, la protección de los
recursos naturales y la lucha contra la pobreza, entre otros.

A pesar de que el término género se refiere a hombres y mujeres,


equivocadamente se relaciona con lo femenino. Sin embargo, el enfoque de
género implica no solamente incorporar a la mujer a las actividades productivas,
sino también distribuir equitativamente la carga de trabajo al interior de las casas e
incluir a los hombres en tareas que antes eran propias de las mujeres y, más que
nada, a la condición de poder dentro del ámbito de las decisiones en el hogar y en
la sociedad. Por lo anterior, el enfoque de género al final demanda una distribución
justa del acceso y del control de los medios de que dispone la familia y, en último
término, la sociedad.
El término género, generalmente se tiende a asociar con la mujer, a pesar que
éste se refiere tanto a mujeres como a hombres. Sostiene que esta percepción es
el resultado de un análisis que muchas veces descubre inequidades derivadas de
las diferentes y desiguales relaciones entre hombres y mujeres y que luego se
atienden a través de proyectos especiales, programas de apoyo, y últimamente
con reformas en las políticas públicas e innovados mecanismos de refuerzo
institucional. Además, afirma que, aparte de esta confusión, tampoco se sabe
cómo aplicar el análisis de género dentro de las políticas, los programas y los
proyectos relacionados al medio ambiente, conservación de biodiversidad y
manejo de recursos naturales.
El compromiso con la búsqueda de una sociedad más justa e igualitaria nos lleva
a confrontar la injusticia y desigualdad que afecta al colectivo tanto de hombres
como de mujeres en todo el mundo. La violencia de género, la discriminación
sexual, las desigualdades en el acceso a los recursos, y las desventajas sociales
de partida para las mujeres son una realidad grave y cotidiana, que requiere la
atención y compromiso de mujeres y hombres para su erradicación.
La categoría de género, impulsada por el pensamiento feminista anglosajón de los
años 70, fue creada para explicar que los roles sociales asignados y ejercidos por
las mujeres y los hombres no son producto de diferencias biológicas "naturales" ni
de sexo, sino el resultado de construcciones sociales y culturales asumidas
históricamente.

Desde esta consideración, se entiende que la subordinación a la cual ha estado


sometida la mitad de la población mundial -las mujeres- a través de diversos
períodos históricos es producto de específicas formas de organización de las
sociedades donde lo femenino y lo masculino no es el resultado de una definición
biológica sino la consecuencia de una desigual e injusta jerarquización al respecto
de las prácticas sociales, las funciones y la ubicación que tengamos en la
sociedad.

En otras palabras, los sistemas de género/sexo son los conjuntos de prácticas,


símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades
elaboran a partir de la diferencia sexual-anátomo fisiológica y que dan sentido a la
satisfacción de los impulsos sexuales, a la reproducción de la especie humana y,
en general, al relacionamiento entre las personas (De Barbieri, 1992, pp. 114-115).

La categoría de género además ha permitido demostrar que la desigualdad entre


los sexos es una condición modificable. El análisis de las relaciones entre los
géneros es el análisis de las relaciones de poder entre los hombres y las mujeres
donde el género que posee el poder lo emplea para determinar el comportamiento
del que no lo posee.

Las desigualdades de género han estado presentes en todas las formaciones


sociales, el predominio del hombre sobre la mujer es el resultado de la
combinación de una serie de aspectos económicos, sociales, culturales y
simbólicos que tienen como eje la división sexual del trabajo. Durante el desarrollo
del período histórico capitalista hemos evidenciado uno de los más fuertes
desequilibrios, desigualdades y discriminaciones entre las clases sociales y la
división social del trabajo.

El enfoque de género nos ha permitido desarrollar conocimientos y cuestionarlos


sobre las condiciones de inequidad en que viven la gran mayoría de las mujeres
en el mundo, las situaciones vitales que desarrollan la capacidad productiva, la
educación, la salud y la política son algunas de las dimensiones en las cuales se
expresan estas desigualdades.

Tres elementos importantes explican estas inequidades en el desarrollo actual de


la sociedad vista desde la perspectiva de género:

• La reproducción humana, el control del cuerpo y la sexualidad se entretejen


en esta dimensión para asignar a las mujeres un rol que nos discriminan en
funciones no valoradas como las de ama de casa, madre y esposa, que nos
excluyen de la dimensión pública relegándonos al lugar de lo privado y lo
doméstico donde las posibilidades de autorealización y producción de mercancía
son menores. Mientras que los hombres se asumen en las actividades productivas
y públicas en una sociedad que valora y privilegia la producción, el dinero, el
poder, la libertad.

• En la división social del trabajo también el género muestra sus diferencias,


para las mujeres quedó la esfera del trabajo invisible, para los hombres el trabajo
visible, productivo, y remunerado, ellos son excluidos de la realización de las
labores domésticas y de las responsabilidades de la crianza de los hijos. "La
división del trabajo especializó a los hombres concentrando en sus manos la
creación del plusproducto... permitiéndoles dedicar todas sus fuerzas a la
producción social y a la actividad pública. Así el trabajo del hombre cristalizó en
objetos y mercancías económicas y socialmente visibles. El trabajo femenino en el
seno de la familia no producía directamente un plusproducto ni mercancía visible,
permaneciendo invisible hasta nuestros días." (Larguia y Dumoulin, 1970, p. 12).

• Las relaciones de poder entre los géneros expresan también las formas de la
desigualdad social y están articuladas con otras variables de clase social, etnia,
generación o raza. Esta situación alude no sólo a las prácticas sociales macro
como la estructura política sino a la esfera de la vida cotidiana, de la subjetividad,
del espacio doméstico, del hogar. Las oportunidades en cuanto a las opciones de
poder en la sociedad actual son mínimas en comparación con la de los hombres,
las sociedades patriarcales han establecido cuotas de poder para los hombres en
todas las esferas tanto del Estado y de su estructura política como en cualquier
espacio social que implique autoridad.

Es evidente que la construcción teórica del sistema género-sexo ha aportado


importantes consideraciones en el análisis de la realidad social y es objeto de
reflexión absolutamente imprescindible en la concepción de desarrollo,
planificación y elaboración de políticas que tengan como meta el progreso
humano.

Desde la década de los años sesenta la CEPAL consideró en sus estrategias de


desarrollo la participación de las mujeres. Casi todos los enfoques de desarrollo
han integrado a sus programas políticas de incorporación de la mujer, entre los
más conocidos (Cfr. Moser y Levi, 1989):

• El enfoque del bienestar, considera a la mujer como la responsable de la


supervivencia de la familia, del crecimiento de la población y la hace la principal
beneficiaria de los programas sociales. El enfoque de bienestar se conoce luego
de la segunda guerra mundial, como favoreciendo una concepción asistencialista
a los países afectados por la guerra o de fluctuantes economías, la mujer se
incluía dentro de los "grupos vulnerables" y su dependencia seguía siendo
reforzada y su papel no superaba el rol de la reproducción como eje principal.

• El antipobreza surgido a mediados de los 70 elabora estrategias de crecimiento


económico dirigidas a la redistribución del ingreso, el énfasis está en lograr
aumentar la productividad de la mujer por medio del acceso al empleo y los
recursos productivos fortaleciendo las ocupaciones de carácter típicamente
femenino.

• El de la igualdad que surge después de la conferencia mundial de Naciones


Unidas realizada en Nairobi para evaluar el progreso del decenio 1975-1985
reconoce el papel productivo de la mujer y demanda su derecho a una
participación equitativa en la fuerza laboral.

Si bien no podemos omitir los signos de cambios en la -situación de la mujer:


incorporación progresiva de la fuerza de trabajo, capacitación y empleo, aumento
de la prosecución escolar y mayor acceso a los sistemas de salud, especialmente
a los de salud reproductiva, avances importantes en el campo de lo legal, social y
político, ellos no han significado logros substanciales de inserción en los
organismos de toma de decisiones, donde persisten las desigualdades, en la
mayoría de los países persisten las actitudes discriminatorias especialmente de
quienes toman las decisiones, elaboran las políticas y los programas.

4. Hacemos referencia a la reproducción desde diversas situaciones, en primer


lugar la procreación en la cual la mujer asume el proceso de la fecundación, el otro
la reproducción física referida a la reproducción diaria de la fuerza de trabajo en la
casa, la cocina, el cuidado de los hijos, y una tercera, la reproducción social
mediante la cual se extiende el trabajo de la mujer a la comunidad.

El concepto de desarrollo de los años 90 se caracteriza por ser una concepción


renovadora que sitúa su opción en función de la gente, de los hombres y las
mujeres. No se trata por más tiempo de producir sólo indicadores de crecimiento
económico, se trata de identificar las desigualdades y ampliar las oportunidades
que redunden en mejor calidad de vida, de educación, de empleo, de salud, de
ingreso. Ampliar el concepto hacia el desarrollo humano es apostar a las
capacidades del ser humano para obtener de allí el tan deseado crecimiento
económico.
El enfoque de género en el desarrollo5 procura incidir en las causas que
estructuran la subordinación y que dan origen a un acceso, control y ejercicio
inequitativo de la satisfacción de las necesidades humanas. (De Los Ríos, 1993)
Nos permite explicar los distintos intereses de las mujeres y los hombres y da
lugar a una visión más realista y acertada sobre el funcionamiento de la sociedad.
Bajo esta óptica del desarrollo han sido producidos los cinco informes por el
Programa de Naciones Unidas. El informe de 1990 parte de la consideración que
el eje de todo modelo de desarrollo debe ser "el ser humano", los siguientes han
igualmente contribuido a la definición de este concepto que considera como
indicador del bienestar el progreso del género humano. Su propósito es medir la
prosperidad de las naciones y aportar nuevos patrones de referencia que permitan
entre otras, captar las disparidades que existen entre los países ricos y pobres, al
interior de un mismo territorio geográfico entre las zonas rurales y urbanas, y la
desigualdad de oportunidades entre los sexos en un mismo país.
El informe sobre el Desarrollo Humano de 1995 marca un hito en la demostración
de la desigualdad de oportunidades de las que han participado y aún mantienen
los sexos en todos los países del mundo. Su mensaje convoca a la necesidad de
que se incorpore la condición de los sexos como requisito para el logro del
desarrollo y evidencia la discriminación de que han sido objeto las mujeres en
todos los países del mundo.
Sí el propósito del Desarrollo Humano es ampliar las oportunidades de todos, la
continua exclusión de las mujeres respecto de muchas oportunidades económicas
y políticas entraña un continuo acto de acusación contra el progreso moderno
(PNUD, 1 995a, p. l).
Existe, en todos los países del mundo, una discriminación hacia las mujeres en
todas las áreas del desarrollo, pero en la política y en la economía éstas son más
evidentes y resistentes a la incorporación. Esta situación que muestra informe de
Desarrollo Humano 1995 con gran precisión, señala: el 70 % de los pobres del
mundo son mujeres, la mayor parte de su tiempo de trabajo sigue sin reconocerse
y sin valorarse, lo que significa así mismo desigualdad en el ingreso y por ende en
el acceso a mejoras a la calidad de vida (íbidem).
En su capítulo dos titulado "Persisten las desigualdades en el mundo", el informe
plantea con dramática claridad que no hay actualmente en el mundo ninguna
sociedad donde las mujeres dispongan de las mismas oportunidades que los
hombres. A pesar que durante las dos anteriores décadas la mujer ha superado
las tasas de analfabetismo, entre 1970 y 1990, doce países en desarrollo
aumentaron la alfabetización femenina en 30 puntos, en América Latina y el
Caribe se están aproximando a los niveles de los países industrializados en
materia de educación, la experiencia nos demuestra que ello no garantiza la
igualdad de oportunidades en el trabajo y en los salarios.
El mismo panorama lo encontramos en el capítulo cuatro referido a la valoración
del trabajo de la mujer, 6 demostrando que gran parte de la faena remunerada de
la mujer está subvalorado desde el punto de vista económico, no reconocido
socialmente además que debemos agregar que la figura de trabajo doméstico
sigue sin ser considerado como tal.
Los diversos Informes de Desarrollo Humano producidos por el PNUD han
permitido observar a través de sus indicadores de medición que las desigualdades
presentes entre las regiones, los distintos países y los sexos no son
exclusivamente producto del crecimiento económico y que éstas pueden ser
modificadas a través de una política que amplíe las posibilidades y las
capacidades de los seres humanos. Las desigualdades entre los hombres y las
mujeres pueden ser reducidas si se le da igual valoración al trabajo y mayor
posibilidades de participación en la esfera productiva para lograr en las mujeres
una condición de potenciación de sus capacidades.
El informe sobre el Desarrollo Humano 1995, es una excelente muestra de la
necesidad de ir más allá de la producción de información empírica. Si bien los
indicadores presentados son una contundente muestra de las diferencias y
discriminaciones sexuales, la explicación de estas diferencias se encuentra en los
elementos socioculturales que potencian la vida de los hombres y las mujeres.
Para superar estas desigualdades se requiere de algo más que crecimiento
económico, se necesita de un compromiso social, cultural económico y
especialmente político.
Se requiere de la intervención de los gobiernos en el diseño de políticas que den
cuenta de estas iniquidades y quieran corregirlas ya sea a través de elaboración
de instrumentos jurídicos que se hagan cumplir y no sólo quedando en hermosos
e indicativas leyes y decretos, se necesita de una sociedad civil organizada que
asuma el compromiso de la igualdad de opciones para las mujeres implementando
programas de capacitación, estimulando la inserción en el sistema económico
productivo y fomentando la potenciación.7

5. Hacemos referencia a una concepción que busca superar las limitaciones de la


propuesta integracionista-desarrollista de la década 75-85, considerando la
necesidad de incidir en las relaciones de poder-subordinación caracterizadas en
nuestra región por el dominio de lo masculino sobre lo femenino a partir de
connotaciones histórico-culturales particulares. Se señala que lo más importante
de la planificación en género es que reconoce que las intervenciones sectoriales
individuales tienen limitaciones y que se necesita un esquema integral para
asegurar que se tenga en cuenta el triple del rol de la mujer, en el hogar, en la
comunidad y su trabajo (Beali, 1994, p.91). Sugerimos para la ampliación de este
planteamiento el trabajo de Caroline Moser (1985). Género en desarrollo; el de
Evangelina García Prince (1992). Políticas en el enfoque de Género en América
Latina y El Caribe; Rebeca de los Ríos (1993). Del integracionismo al enfoque de
Género en las concepciones sobre la salud de la mujer.
6. Una interesante estimación en una muestra de 31 países (industrializados y en
desarrollo) del tiempo total de trabajo de las mujeres y los hombres evidenció que:
en los países industrializados unos dos tercios de los hombres se dedican a las
actividades remunerables y computadas en el sistema de cuentas nacionales
(SCN) y un tercio a actividades no remuneradas, mientras que en el caso de las
mujeres la proporción es a la inversa. En los países en desarrollo más de las tres
cuartas partes del trabajo masculino se realizan en actividades computadas en el
SCN por lo que el ingreso que reciben y la contribución económica es la mejor
mientras que la mayor parte del trabajo femenino sigue sin remunerar. PNUD
(1995a), Informe sobre Desarrollo Humano. P. 99.
7. Potenciación y empoderamiento son las dos traducciones al español más
comunmente utilizadas para describir el término inglés empowerment, el
significado se traduce como la capacidad que ha adquirido una persona (hombre o
mujer) de acceder a los niveles de decisión y de poder a fin de participar en los
procesos de desarrollo públicos y personales.
Los datos que ofrece el Informe sobre Desarrollo Humano en Venezuela sobre la
participación política de las mujeres venezolanas sirven para repensar el carácter
de la democracia en el país, sin perspectiva de equidad entre los géneros.
Nuestra democracia sigue estando caracterizada por patrones de comportamiento
propios de una sociedad patriarcal y machista donde las mujeres ascienden en
pequeñísimas cuotas a los aparatos de decisión y quienes allí acceden deben
ejercer el comportamiento de una cultura del poder basada en cierto tipo de
"valores", caracterizados por el autoritarismo, la dominación, cultura del
estereotipo masculino que concibe el poder como ejercicio de dominación y
manipulación hechos no asociados a los roles típicamente femeninos de
subordinación e incompatibles con nuestras responsabilidades (tiempo de trabajo,
ejercicio doméstico, cuidado de los hijos, e.o.)
La composición porcentual de la participación de la mujer en la esfera política del
país para 1993 es escasamente de 5 senadoras, lo que significa un porcentaje de
6.5% contra 45 hombres que representan el 93.75%, lo cual demuestra las pocas
oportunidades que tienen las mujeres de acceder a los escaños más relevantes de
toma de decisiones en el estado.
En cuanto a la delegación de diputadas/os para el año 1993 solo 13 mujeres
alcanzaron esta representación, para una participación del 6.4% dejando a los
hombres el 93.6% de la contribución.
A un rango menor del poder político, como son las Alcaldías-, encontramos un
porcentaje bastante bajo de participación, para 1992 se eligieron 18 alcaldesas en
todo el territorio nacional lo cual significa un 6,38% del total nacional, el número de
hombres alcaldes alcanzó a 264 para un porcentaje de 93.62%, una diferencia
extremadamente significativa.
La situación es algo diferente en los cargos de concejales donde podríamos
señalar un pequeño incremento que puede bien responder a su rol como
trabajadora comunal que la hace conocerse un poco más allá del espacio
doméstico, le podría dejar mejores frutos, pero de un total de 1963 concejales, las
mujeres ocuparon sólo 364 curules que significa un 17.2%. Este es un resultado
bien lamentable puesto que desde 1945 las mujeres venezolanas tienen el
derecho al voto y a ser elegidas en los consejos municipales.9
Esta situación demuestra que la política sigue siendo considerada como el espacio
del hombre, exceptuando el caso de Noruega donde la participación de las
mujeres alcanza un 40%, en el ámbito mundial la situación es parecida; el
promedio de la representación femenina en los parlamentos es de 10% en el
mundo en desarrollo y 12% en el mundo industrializado (PNUD, 1995a, p. 50).
Un análisis desde la perspectiva de género nos indica que es necesario entender
que las mujeres, debido a la ya mencionada división sexual del trabajo hemos
permanecido en los espacios privados y la política corresponde al espacio de lo
público donde nuestra inserción apenas comienza, el mundo de lo público sigue
siendo aún de los hombres, en éste se deciden los asuntos más importantes. Las
disposiciones en materia de formulación de planes y programa de desarrollo se
producen en el país desde la estructura política y mientras las mujeres
venezolanas no participemos de esas decisiones estaremos excluidas de los
cambios más significativos que puedan producirse en materia de igualdad de
oportunidades.

9. En 1945 las mujeres obtienen en el país el derecho a ser elegidas pero sólo en
los consejos municipales; para 1947 es cuando se obtiene el derecho al voto en
las mismas condiciones que el hombre.

Nada hace más evidente las diferencias de sexo que las disparidades que
presentan los indicadores de ingreso promedio relacionados con la mujer.
Expresados en dólares de paridad de poder adquisitivo (PPA), las cifras difieren de
un total de $ 5.251 para los hombres a un $ 3.440 para las mujeres. Si sumamos a
esto, el trabajo doméstico no valorado y no contabilizado realizado por las mujeres
y el porcentaje de ellas que son jefas de hogar, en el país la cifra nos mostraría
una situación más compleja. Una investigación realizada por el Banco Central de
Venezuela estimó que, las mujeres constituyen una minoría de la población activa
pero trabajan en total más que los hombres (íbidem, p. 104).

La actividad laboral de las mujeres en el país ha crecido a un ritmo mayor que la


de los hombres y a pesar de ello sigue siendo inferior. Para 1992 sólo
representaba un 31,87 % de la fuerza de trabajo, cabe agregar aquí que la rama
de actividad económica donde mayormente se insertan es la de "servicios" con un
53,7% de incorporación femenina.

Es indudable que la intervención de las mujeres en la estructura ocupacional del


país ha aumentado de manera significativa en las últimas décadas, pero no así su
calificación ni su remuneración, y el ingreso proviene de la combinación de estas
dos instancias.

De mantenerse estas condiciones, es poco probable que las mujeres accedan en


igualdad de condiciones y oportunidades al mercado de trabajo, se requieren de
cambios sustanciales en el patrón de comportamiento masculino, que ellos
compartan las tareas domésticas y el cuidado de los hijos, funciones que le han
sido asignadas culturalmente a las mujeres. Igualmente se necesita un cambio en
el modelo de desarrollo económico para que este adopte transformaciones que
reconozcan la reproducción de la fuerza de trabajo femenina a través de la
realización de las tareas domésticas que éstas también tengan un valor. Sólo de
esta manera se podrá hablar de equidad.

Para no obviar el área de la salud haremos referencia al otro indicador que


conforma la trilogía del índice de Desarrollo Humano: la esperanza de vida más
larga, es una de las pocas ventajas que el sistema patriarcal brinda a las mujeres,
el diferencial se debe probablemente a muertes violentas muchísimas veces más
comunes entre los hombres y a las diferencias de un estilo de vida más
competitivo.

Pero también esta ventaja adquiere cierta ambigüedad. ¿Significa ésto que las
mujeres tenemos mejor y mayor control de nuestros cuerpos, de nuestras
opciones de vida, de salud, de tiempo para la recreación?. ¿Significa ésto un
mejor trato desde el sistema de asistencia social, mayor tranquilidad y estabilidad
en la vejez, aprovechamiento de sus experiencias y conocimientos?. ¿Toda una
vida de trabajo doméstico no reconocido ni valorado tampoco es acompañada de
una seguridad social satisfactoria y una mejor calidad de vida?. Estas son
preguntas que ameritan respuestas en términos de género y de clases sociales.

El Indice de Desarrollo Humano que hemos comentado está construido con una
metodología que permite a través de la medición de algunos indicadores,
-educación, ingreso, esperanza de vida-, evaluar las potencialidades de bienestar
que una nación puede ofrecer a sus habitantes. Es evidente que la situación de las
mujeres frente a estos indicadores, el logro de una mayor equidad y el desarrollo
no parecen estar muy cercanos.

En nuestro país los cambios de la estructura económica están también precedidos


de las vocaciones políticas de nuestros gobernantes provistos a su vez, de una
visión sexista del progreso humano. Frente a este panorama las mujeres debemos
producir fórmulas de potenciación dirigidas a la superación de las desigualdades;
no podemos dejar de participar en la elaboración de políticas públicas que
impliquen un componente de género pues es con el apoyo y la contribución de
quienes hoy ostentan la capacidad de decisión que lograremos vencer la
persistencia de la desigualdad, Ello implica una convocatoria de género que
permita a los hombres entender que el desarrollo de un país y que su crecimiento
económico no es una tarea masculina, y que sólo es posible si se incorpora a la
mujer en las mismas condiciones de producción y decisión, aunque sea esto un
reto solo comparable al de la transformación de la sociedad... Este es el reto para
los próximos siglos...

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