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Ministerio de Justicia
Gendarmería de Chile
UNICRIM
Índice
Lo femenino y lo masculino
en los lesbianismos intrapenitenciarios.
Paula Andrea Silva Jara 93
Resumen
El reconocimiento de los derechos indígenas ha sido un proceso lento, resultado de las constantes
demandas de los Pueblos Indígenas en las principales plataformas de discusión internacional. Estos
avances han permitido cuestionar la base monolítica de los Estados y obtener de manera creciente que
estos reconozcan, a través de Instrumentos Jurídicos de Derechos Humanos, el carácter pluriétnico,
pluricultural y multilingüe de sus sociedades.
A partir de estos principios se han comenzado a formular políticas estatales destinadas a los pueblos
indígenas, que han permitido reformular las políticas criminales admitiendo la necesidad, al menos, de
reflexionar sobre la interculturalidad del derecho penal así como generar políticas penitenciarias que
tengan presente las diferencias culturales.
El presente artículo pretende entregar al menos una parte de esta interesante discusión, así como algunos
elementos a tener en vista al momento de elaborar políticas y acciones en el ámbito penitenciario
para los Pueblos Indígenas de nuestro país.
Abstract
The recognition of native rights has been a hard process, resulting of the constant demands of Native
peoples into the principal fora of international discussion. These advancements have led to pay attention
to the monolithic basis of the States, thus increasingly leading them to recognize, throug Human Rigth’s
Juridic tools, the pluriethnic, pluricultural and plurilingual character of their societies.
From these principles have State’s policies recently been designed, specially devoted to native
peoples, thus permitting to reorient criminal policies when admitting at least the necessity of a
reflection about the intercultural character of penal law and generating penitentiary policies being
conscious of cultural differences, as well.
The present article is an attempt to deliver at least a part of this interesting discussion, as well
as some elements to keep in mind in the planning of penitentiary’s policies and actions for the
native peoples of our country.
PRESENTACIÓN
La diversidad e integridad cultural1 constituyen derechos ejes de los cuales dependen la
supervivencia e identidad de los pueblos indígenas.
Los Estados tienen la obligación de respetar los sistemas culturales y normativos de estos
pueblos, en especial, deben reconocer el derecho de estas colectividades a su propio
derecho, a sus idiomas, filosofías y concepciones lógicas “como componentes de la
cultura nacional y universal”2. En este marco los gobiernos deben establecer mecanismos
y desarrollar acciones sistemáticas destinadas a recoger y respetar los derechos de los
indígenas garantizando el respeto de su integridad, y asegurando que gocen en pie
de igualdad, de los derechos y oportunidades que la legislación nacional otorga a los
demás miembros de la población, promoviendo la plena efectividad de sus derechos
económicos, sociales y culturales3.
1
La Unesco ha adoptado la siguiente definición de cultura: “cultura debe ser considerada como el conjunto
de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad
o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir
juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”. Definición conforme a las conclusiones de la
Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales (MONDIACULT, México, 1982), de la Comisión Mundial
de Cultura y Desarrollo (Nuestra Diversidad Creativa, 1995) y de la Conferencia Intergubernamental
sobre Políticas Culturales para el Desarrollo (Estocolmo, 1998). Declaración Universal de la UNESCO
sobre la Diversidad Cultural.
2
Proyecto de Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Organización de los
Estados Americanos. Artículos VII y VIII.
3
Convenio N° 169 de la OIT. Art. 2.
4
Se denomina pueblos indígenas o aborígenes porque estaban viviendo en sus tierras antes de que vinieran
los colonizadores de otros lugares; según una definición, son los descendientes de las personas que
habitaban un país o una región geográfica en el momento en que llegaron poblaciones de culturas u
orígenes étnicos diferentes. Los recién llegados se convirtieron más tarde en el grupo dominante mediante
la conquista, la ocupación, la colonización o por otros medios. (Naciones Unidas).
5
Se entenderá por Pueblo Indígena lo señalado por el Art. 1 letra (b) del Convenio 169 de la OIT, vale
decir: “los pueblos en países independientes, considerados indígenas por el hecho de descender de
poblaciones que habitaban en el país o en una región geográfica a la que pertenece el país en la
época de la conquista o la colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que,
cualquiera que sea su situación jurídica, conservan todas sus propias instituciones sociales, económicas,
culturales y políticas, o parte de ellas”.
11
Esta situación ha sido reconocida por las Naciones Unidas, que en este ámbito ha
distinguido las siguientes “esferas de interés en materias de derechos humanos para
las poblaciones indígenas”6:
• Derecho a las tierras. Los derechos territoriales constituyen una de las principales
reivindicaciones de los pueblos indígenas. “Esos derechos son el sustrato físico que les
permite sobrevivir como pueblos, reproducir sus culturas, mantener y desarrollar sus
organizaciones y sistemas productivos”7.
• Derecho al reconocimiento de los tratados entre poblaciones indígenas y gobiernos
nacionales.
• Desplazamiento forzado y genocidio cultural.
• Marginación económica y social, incluida la falta de representación política a nivel
nacional. Frente a esta marginación y exclusión los indígenas han creado grupos de
presión destinados a poner de manifiesto sus derechos e intereses en las instancias
de poder internacional, lo que ha permitido que en los documentos finales de las
últimas conferencias celebradas por las Naciones Unidas quede de manifiesto la
situación de los pueblos indígenas.
• Incidencia desproporcionada en el desempleo y la pobreza en las comunidades
indígenas.
• Falta de estructuras básicas de atención de la salud y nivel de educación inadecuado,
con poca consideración a la cultura indígena tradicional en los programas de
educación nacional.
• Falta de protección de la propiedad intelectual y cultural de las poblaciones indígenas.
A este conjunto de condiciones se puede agregar las siguientes:
• Políticas y prácticas discriminatorias y racistas contra personas, comunidades y
pueblos indígenas8.
6
Entre ellas: Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Río de Janeiro,
Brasil), 1° a 12 de junio de 1992), la Conferencia Mundial de Derechos Humanos (Viena, Austria), 14 a
25 de junio de 1993), la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (El Cairo, Egipto),
5 a 13 de septiembre de 1994), la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (Copenhague, Dinamarca), 6 a
12 de marzo de 1995 y la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, China), 4 a 15 de septiembre
de 1995). Documento: Poblaciones Indígenas un Desafío para la comunidad internacional. ONU, y “Los
Derechos Humanos Hoy. Documento de Información de Naciones Unidas”. 1998.
7
Informe del Relator Osvaldo Kreimer. Sesión del Grupo de Trabajo sobre la Sección Quinta del Proyecto
de Declaración con especial énfasis en las “Formas tradicionales de propiedad y supervivencia cultural.
Derecho a tierras y territorios”. (Washington, D.C. 7 y 8 de noviembre de 2002).
8
Consulta Mundial, Ginebra 1988 y Comité para la eliminación de todas las formas de discriminación racial.
Recomendación General XXIII (51) citado por el Informe de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos 1998. En este mismo orden, se ha abordado este tema en las dos Conferencias Mundiales
12
REGULACIÓN INTERNACIONAL
Los indígenas como sujetos de derecho internacional tienen derecho al goce pleno y
efectivo de los derechos humanos y libertades fundamentales establecidas en el Sistema de
Protección Universal y Regional de Derechos Humanos17. No obstante los significativos
avances que representan los tratados de derechos humanos éstos no se condicen
plenamente con la especificidad cultural de los indígenas ni con el carácter colectivo de
los derechos más fundamentales de estos pueblos, los que no han sido recepcionados
en estos instrumentos.
14
El Proyecto de Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas señala en su
Art. XVIII que los pueblos indígenas tienen derecho al reconocimiento de su propiedad y de los
derechos de dominio respecto a las tierras, territorios y recursos que han ocupado históricamente,
así como al uso de aquéllos a los cuales hayan tenido igualmente acceso para realizar sus actividades
tradicionales y sustento.
15
La definición jurídica del término “territorio” tiene diferentes definiciones jurídicas en Canadá, Estados
Unidos y en América Latina. En Canadá la tierra indígena es el área donde un pueblo indígena ejerce su
derecho de propiedad y jurisdicción, mientras que los territorios “son aquellas áreas que no forman parte
de la tierra indígena, donde los pueblos indígenas ejercen otros derechos (uso de tránsito, caza y reunión,
ceremonias sagradas), pero que no son de su propiedad y en las que no puede ejercerse la jurisdicción
indígena”. Informe del Relator. Sesión del Grupo de Trabajo sobre la Sección Quinta del Proyecto de
Declaración con especial énfasis en las “Formas tradicionales de propiedad y supervivencia cultural.
Derecho a tierras y territorios”. (Washington, D.C. 7 y 8 de noviembre de 2002).
16
Existen diferentes concepciones sobre los derechos que comprenden las tierras y los territorios indígenas.
En el sistema norteamericano los territorios son aquellas áreas que no forman parte de la tierra indígena,
donde los pueblos indígenas ejercen otros derechos (uso de tránsito, caza y reunión, ceremonias
sagradas), pero que no son de su propiedad y en las que no puede ejercerse la jurisdicción indígena.
“En América Latina, el significado imperante de “territorio indígena” parece ser un concepto
inclusivo tanto para las tierras como para las otras áreas donde los pueblos indígenas tienen otros
derechos de propiedad”.
17
Es así como les son aplicables especialmente la Carta de la OEA, la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, la Convención de los Derechos del Niño, Declaración y Convención Americana, Protocolo
Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materias de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales Declaración sobre los Derechos de las Personas pertenecientes a Minorías Nacionales
o Étnicas, Religiosas y Lingüísticas.
14
18
Oros instrumentos que se refieren a este tema son: Artículo 2.1 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos: 20.2, 24, 26 y 27. Artículo 4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos;
Párrafo 13 del preámbulo de la Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social, aprobada por
la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 2542 (XXIV) de 11 de Diciembre de
1969; Artículo 2.2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Artículo 2
de la Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social, proclamada por la Asamblea General
de las Naciones Unidas en su resolución 2542 (XXIV) de 11 de Diciembre de 1969, Artículo 1.1
de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos: Los Estados Partes en esta Convención
se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y
pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos
de raza, color, etcétera.
19
Caso Tribu Guahibo, N°1690 Colombia, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, citado por
Ariel Dulitzky. Los Pueblos Indígenas: jurisprudencia del sistema interamericano de protección de los
derechos humanos. Revista IIDH, vol. 26 junio-dic. 1997.
15
(Art. 9.2) así como sus características económicas, sociales y culturales (Art. 10.1) y dar
preferencia a otros tipos de sanción distintas del encarcelamiento. (Art. 10.2)20.
Por otro lado es necesario destacar el trabajo realizado por la Comisión y Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el reconocimiento y protección de los derechos
indígenas. Es así como la Corte (CIDH), interpretando el artículo 29 de la Convención
Americana, ha emitido la opinión consultiva OC-5/85, a través de la cual ha ampliado
el régimen de protección de los derechos humanos, la cual no se restringiría a la sola
Convención sino que al resto de instrumentos internacionales sobre derechos humanos,
prevaleciendo la norma más favorable a la persona humana21. Esta interpretación
constituye un importante precedente en la doctrina cuasijurisprudencial, ya que a través de
ella se abre un “paraguas para el tratamiento de instrumentos específicos de los derechos
indígenas como son los convenios números 107 y 169 de la Organización Internacional
del Trabajo”22. Cabe también destacar la decisión emitida en agosto del año 2001 por
la Corte Interamericana en el caso Awas Tingi, de la comunidad indígena Mayagna
(Sumu), a través de la cual reconoce el derecho del Pueblo Mayagna en Awas Tingi a la
demarcación y titularidad de sus tierras, la decisión de proteger plenamente la Convención
Interamericana sobre Derechos Humanos, en relación con las particulares formas
colectivas de propiedad que las comunidades indígenas mantienen, y la relación especial
que los pueblos indígenas tienen con su hábitat y la importancia de esa relación para
su supervivencia23.
20
Convenio 169 de la OIT. Artículos 8, 9 y 10.
21
Opinión consultiva OC-5/85. Corte IDH. La colegiación obligatoria de periodistas, 13 de noviembre
de 1985, Serie A, N° 5, párrafo 52.
22
Guía Legal sobre utilización del Sistema Interamericano para la defensa de los derechos Indígenas. Gabriela
Olguín. Organización Internacional del Trabajo. Año 2002.
23
Informe del Relator Osvaldo Kreimer. Sesión del Grupo de Trabajo sobre la Sección Quinta del Proyecto
de Declaración con especial énfasis en las “Formas tradicionales de propiedad y supervivencia cultural.
Derecho a tierras y territorios”. (Washington, D.C. 7 y 8 de noviembre de 2002).
24
Política criminal y Estado. Juan Bustos Ramírez. Revista de Ciencias Penales de Costa Rica, diciembre
de 1996, año 8 N° 12.
16
Los Estados Democráticos tienen hoy más que nunca el desafío de generar una Política
Criminal que verdaderamente haga efectiva una política multicultural25, estableciendo una
nueva relación que supere la desigual distribución de la criminalización y el poder de definir
“lo criminal”, lo que en definitiva ha implicado –al desconocer otros sistemas jurídicos–, el
sometimiento de las “otras” culturas, lenguas y formas jurídicas, siendo el caso más claro la
forma cómo el poder penal se ha relacionado con la culturas indígenas26.
Frente a este poder monolítico han surgido nuevas posturas y enfoques que buscan construir
una política criminal coherente con el carácter multilingüe, pluricultural y multiétnico
de los Estados latinoamericanos, discusión que se ha centrado fundamentalmente en
tres cuestiones básicas a resolver:
• Reconocimiento de la jurisdicción y derecho penal indígena.
• Existencia de una justicia penal especial para indígenas.
• Imputabilidad o inimputabilidad del indígena frente a la sanción27.
Avances en la discusión
Estos últimos cincuenta años ha existido un progresivo avance en el reconocimiento de los
derechos de los Pueblos Indígenas en Latinoamérica. Es así como las Constituciones de
Panamá (1971), Nicaragua (1986), Brasil (1988), Colombia (1991), El Salvador (1992),
Guatemala (1992), México (1991), Paraguay (1992), Perú (1993), Argentina (1994),
Bolivia (1994) y Ecuador (1994) han establecido un reconocimiento a los derechos
indígenas a nivel constitucional.
De estos países reconocen algún grado de autonomía Nicaragua, Colombia y México,
que además dan validez al derecho consuetudinario indígena. Este derecho es reconocido
también por Ecuador y Perú.
A partir de la ratificación del Convenio 169 de la OIT en el año 1990, se han introducido
significativos cambios a la legislación mexicana. Uno de las más importantes dice relación
con la reforma constitucional del año 1992.
La Constitución Mexicana en su artículo 2 reconoce y garantiza el derecho de los pueblos
y comunidades indígenas a la libredeterminación y en consecuencia a la autonomía para
decidir, entre otras materias, sus formas internas de convivencia y organización social,
política y cultural; aplicar sus propios sistemas normativos en sus conflictos internos
sujetándose a la Constitución, respeto a garantías individuales, derechos humanos y la
25
Es así como en 1988 el Gobierno de Canadá estableció la Ley de Multiculturalismo para preservar y
realzar el carácter multicultural de ese país.
26
Op. Cit.
27
Stavenhagen Rodolfo, Derecho indígena y derechos humanos en Latinoamérica, México, Colmes,
III, 1988.
17
dignidad e integridad de las mujeres así como acceder plenamente a la jurisdicción del
Estado28. En este último caso la constitución dispone que, para garantizar este derecho
en todos los juicios y procedimientos en que sean parte –individual o colectivamente– los
indígenas, se deberán tomar en cuenta sus costumbres y especificidad cultural respetando
los preceptos de la Constitución. En todo tiempo los indígenas podrán ser asistidos por
intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y cultura.
Por otro lado, es relevante tener presente el pronunciamiento de la Corte Suprema de
la Nación Mexicana, que señaló que los tratados internacionales son jerárquicamente
superiores a las leyes federales “y en un segundo plano respecto de la Constitución Federal”.
El gobierno mexicano, al suscribir el Convenio (169), está obligado a promover la plena
efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales contenidos en éste29.
En cuanto a la legislación penal, el año 1991 se realizaron modificaciones a la normativa
penal destinada a incorporar el derecho de los indígenas a contar con un traductor en
todos los juicios y establecer los peritajes culturales. Los traductores deben concurrir en
todos los procedimientos en los que sean parte los indígenas “con la finalidad de que las
autoridades encargadas de administrar o impartir justicia se entiendan con las personas a
juzgar, y los juzgados con las autoridades que los juzgan”30.
En tanto, los peritajes culturales permiten al juez tener en cuenta los usos y costumbres de
los indígenas sometidos a proceso antes de dictar sentencias, y aplicar de esta manera la
pena que estime justa habida cuenta de los elementos culturales aportados en la causa,
En otras palabras, los peritos culturales explican a las autoridades las expresiones y
significados de la diferencia cultural y su influencia en la comisión de conductas delictivas
sancionadas por las leyes penales”31, posibilitando de esta manera la aplicación del Art.
57 del Código Penal Mexicano32.
28
La situación de Quinta Roo, localidad situada en la Península de Yucatán constituye un ejemplo de la
aplicación legal de la normativa establecida en el Convenio 169 de la OIT y Constitución Méxicana. Es así
como la ley de agosto de 1997 reconoce la jurisdicción indígena, entregando al Consejo de la Judicatura
Indígena la facultad de nombrar a los jueces tradicionales. Está presidido por un magistrado en asuntos
indígenas y cinco representantes de los centros ceremoniales mayas. Su competencia es civil, familiar
y penal. En este último ámbito conocen entre otras materias de abigeato en ganado menor, abusos de
confianza, abandono de personas, daños así como todos los delitos perseguibles por querella; infracciones
cometidas por menores cuya sanción sea de carácter tutelar. Se exceptúan todos los delitos considerados
como “graves”. La resolución dictada se homologa a una sentencia ejecutoriada que tiene el efecto de cosa
juzgada. La apelación se efectúa ante un Tribunal de Asuntos Indígenas.
29
Exposición del Sr. Rodolfo Lara Ponte. Cuarto Visitador General de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos en México. Universidad Central de Chile. 19 de octubre de 2002.
30
Programa Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 2001-2006. Instituto Nacional
Indigenista. México.
31
Op. Cit.
32
Este artículo dispone: “El órgano jurisdiccional, al dictar sentencia, fijará la pena que estime justa, dentro
de los límites establecidos en el código para cada delito, considerando la gravedad del delito y el
grado de culpabilidad del sentenciado, teniendo en cuenta: la edad, la educación, la ilustración, las
costumbres, las condiciones sociales, económicas del sujeto, así como los motivos que lo impulsaron o
18
A pesar de los avances logrados por México, el Instituto Nacional Indigenista advierte que
no existe todavía una práctica institucional que brinde estos servicios a los inculpados y que
garantice la salvaguarda de estos derechos. “Lo común es que los indígenas involucrados
en procesos penales desconozcan sus derechos, carezcan de defensa jurídica adecuada
y queden en estado de indefensión debido a las condiciones de pobreza en que viven,
pobreza que se erige como un obstáculo insalvable para quienes sufren prisión, ya que
la mayoría de los casos se ven imposibilitados para alcanzar la libertad al no contar con
recursos para el pago de fianzas, cauciones sustitutorias penales, multas, reparaciones
de daños. La falta de conocimiento de quienes imparten justicia, la escasa capacitación
en esta materia y las actitudes discriminatorias también inciden sobre los derechos
de los indígenas”33.
A juicio de Salomón Nahmad34, la legislación penal mexicana se hace en agravio a la
población indígena. Esto se funda en la “amplia evidencia que los indígenas son víctimas
persistentes de la ley impuesta por las autoridades mestizas”, así como en la inexistencia
de “mecanismos que permitan asegurar que una causa instruida a un reo indígena no sea
en su propia lengua, lo cual se presta a un sin número de abusos e injusticias... El indígena
es víctima de ser analfabeto... también por ser monolingües35.
A todo ello, se suma la mantención de criterios peligrosistas ya rebasados. Así, el
desconocimiento correlativo de la relevancia de las culturas autóctonas sería una gravísima
violación al principio de culpabilidad36.
Todo lo anterior ha llevado, en el caso Mexicano, a debatir en torno al Ministerio Público
y su intervención en el proceso penal que ha sido sometido a críticas serias “al igual que
los sistemas de recepción y valoración de las pruebas, en especial a la prueba confesional,
advirtiendo que dichas prácticas son violatorias a los derechos humanos”37.
Colombia
La Constitución de Colombia reconoce en su artículo 7 la diversidad étnica y cultural de
la nación colombiana. En tanto el artículo 246 contempla el derecho a la jurisdicción
especial indígena al disponer que “las autoridades de los pueblos indígenas podrán ejercer
funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial, de conformidad con sus propias
normas y procedimientos, siempre que no sean contradictorias a la Constitución y a las
leyes de la República. La ley establecerá la forma de coordinación de esta jurisdicción
especial con el sistema jurídico nacional”. Este derecho se encuentra garantizado además
por la ratificación que hiciera el Estado Colombiano del Convenio 169 de la OIT en el
año 1991 (art. 8 inc. 2 y 9 inc. 1)40.
Los límites al ejercicio de la función jurisdiccional especial indígena han sido configurados
por los fallos del Tribunal Constitucional que ha suplido con su jurisprudencia la ley de
coordinación que menciona el art. 246. En este sentido, la Sentencia de Tutela N° 349
de 1996 señala claramente que los límites que se fijan para el ejercicio de la función
jurisdiccional –conferida de manera potestativa a las autoridades de las comunidades
indígenas– deben interpretarse a la luz del principio de la diversidad cultural, “pues si bien
la Constitución se refiere de manera general a la “Constitución y la ley” como parámetros
de restricción resulta claro que no puede tratarse de todas las normas constitucionales
y legales; de lo contrario, el reconocimiento a la diversidad cultural no tendría más
que un significado retórico”.
Por otro lado, esta Corte ha señalado que en la acción típica se deben considerar dos
elementos, el personal: la pertenencia a una comunidad, y el territorial: la conducta debe
desarrollarse y ocurrir al interior del territorio indígena. Los límites se deben fijar según
cada circunstancia especial, determinándose previamente si la conducta se encuentra o
38
Este órgano está conformado por 5 dependencias del Gobierno Federal Mexicano encabezada por el
Organo administrativo desconcentrado Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Seguridad
Pública. Fuente: Secretaría de Seguridad Pública. Marzo del 2003.
39
Secretaría de Seguridad Pública de México. Marzo año 2003.
40
Aprobado por ley 21 del 4 de marzo de 1991.
20
41
Acción de Tutela contra jueces penal y de familia del Guamo Tolima, año 1999.
42
Sentencia T-254 de 1994 (fundamentos jurídicos 7.1-7.4) que señala esta regla de interpretación
normativa que permite superar los conflictos de aplicación entre ordenamientos jurídicos “diversos”. A esta
se suman las siguientes 3 tales reglas que son, a) “los derechos fundamentales constitucionales constituyen
el mínimo obligatorio de convivencia para todos los particulares”, b) las normas legales imperativas
(de orden público de la República priman sobre los usos y costumbres de las comunidades indígenas,
siempre y cuando protejan directamente un valor constitucional superior al principio de la diversidad
étnica y cultural”, c) “los usos y costumbres de una comunidad indígena priman sobre las normas legales
dispositivas”. Extraído de “Jurisdicción especial indígena y derechos fundamentales a través de una muestra
jurisprudencial: una reseña del caso colombiano”. Carlos Alberto Torres Ruiz. Abril, año 2000. Trabajo
presentado en Doctorado de Derechos Humanos. Universidad Carlos III.
43
Es así como el Art. 11 del Código Procesal Penal dispone que “nadie podrá ser juzgado sino por un
juez o tribunal competente preexistente al acto que se imputa. La jurisdicción indígena se sujetará
a la ley que regule la materia”.
44
Informe centros de Reclusión en Colombia. Alto Comisionado de Naciones Unidas, oficina de
Colombia. Octubre 2001.
21
45
Art. 14 del Decreto 1397 de 1996. Es interesante revisar la sentencia del Tribunal Constitucional
Colombiano, Sentencia T-239. Expediente T-559452. Acción de Tutela instaurada por Carlos Arturo
Niaza Panchi contra el Consejo de Conciliación y Justicia Indígena y el director de la Cárcel de Andes,
Antioquía. En esta acción de tutela el demandante considera que el Consejo de Conciliación y Justicia
Indígena ha violado sus derechos fundamentales al debido proceso al estar recluido en la Cárcel del Circuito
Judicial de Andes, Antioquia y no en un centro especial para indígenas.
46
Esta población sería significativa teniendo en cuenta que los indígenas representan un 2% del total
nacional y que cuentan con una justicia especial. Informe: Centros de Reclusión en Colombia: un
estado de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos”. Alto Comisionado
de Derechos Humanos, octubre 2001.
47
Informe: Centros de Reclusión en Colombia: un estado de cosas inconstitucional y de flagrante
violación de derechos humanos”. Alto Comisionado de Derechos Humanos, oficina en Colombia.
Bogotá, 31 de octubre de 2001.
48
Lo transcrito corresponde a un resumen de lo Informado por este Organismo.
22
49
Este derecho está contenido en los artículos 6 y 7 del Convenio 169 de la OIT.
23
Lugar de encarcelamiento
A pesar de lo dispuesto por el inc. 2 del Art. 10 del Convenio 169 de la OIT, la ley
65 de 1993, art. 29 dispone la existencia de lugares especiales de encarcelamiento
para indígenas. La Corte Constitucional justifica esta situación para que no se amenace,
mediante la reclusión en establecimientos ordinarios, los valores y la cultura indígena que
tienen protección constitucional. No obstante estas normas, la autoridad penitenciaria no se
ha preocupado de hacer efectivos estos derechos, argumentando la falta de reglamentación
y de recursos. La carencia de un espacio común convierte a los indígenas en blanco de
discriminación y abusos “por ser indios” y les dificulta el desarrollo de actividades comunes,
su desenvolvimiento en el marco de su cultura y la protección de sus derechos.
50
Este Informe constata además: “De las entrevistas sostenidas se desprende el desconocimiento de esta
obligación en los operadores de justicia, funcionarios de la administración penitenciaria, jueces de
ejecución de penas e incluso abogados defensores”.
51
Se señala como caso paradigmático el caso de los indígenas presos en la cárcel de Amazonas a quienes la
autoridad penitenciaria les ha negado reiteradamente la práctica de dichos derechos.
24
52
Convenio 169 OIT: Paralizado entre junio 1991 y marzo 1994. Existe un pronunciamiento del Tribunal
Constitucional, de 7 de julio de 2000.
53
Estos se refieren a: Título I: De los Indígenas, sus Culturas y sus Comunidades; Título II: Del Reconocimiento,
Protección y Desarrollo de las Tierras Indígenas; Título III: Del Desarrollo Indígena; Título IV: De la Cultura
y la Educación Indígena; Título V: Sobre la Participación; Título VI: De la Corporación de Desarrollo
Indígena; Título VII: Normas especiales de los Procedimientos Judiciales; Título VIII: Disposiciones
Particulares y por último las Disposiciones Transitorias.
25
Cuando la costumbre deba ser acreditada en juicio podrá probarse por todos los
medios que franquea la ley y, especialmente, por un informe pericial que deberá
evacuar la Corporación a requerimiento del Tribunal.
El Juez encargado del conocimiento de una causa indígena, a solicitud de parte
interesada y en actuaciones o diligencias en que se requiera la presencia personal
del indígena, deberá aceptar el uso de la lengua materna debiendo al efecto hacerse
asesorar por traductor idóneo, el que será proporcionado por la Corporación”.
Antes de abordar el tratamiento del derecho consuetudinario en juicio, es necesario
puntualizar que la ley 19.253 ha reconocido el valor que representa para las etnias indígenas
de Chile sus costumbres. Es así como los Arts. 1 y 7 de esta ley disponen que:
• El Estado chileno reconoce la existencia de los indígenas desde tiempos precolombinos,
que conservan manifestaciones étnicas y culturales propias, que son parte esencial
de las raíces de la Nación chilena, su integridad y desarrollo de acuerdo a sus
costumbres y valores.
• Es deber de la sociedad y del Estado respetar, proteger y promover el desarrollo de los
indígenas, culturas, familias y comunidades, protegiendo las tierras indígenas, velando
por su adecuada explotación, equilibrio ecológico y ampliación.
• El Estado reconoce el derecho de los indígenas a mantener y desarrollar sus propias
manifestaciones culturales, en todo lo que no se oponga a la moral, buenas costumbres
y orden público.
También podemos encontrar reconocimiento y aplicación de las costumbres indígenas
en las siguientes normas:
• La sucesión de las tierras indígenas individuales se sujeta a las normas del derecho
común, con las limitaciones establecidas en esta ley, y la de las tierras indígenas
comunitarias a la costumbre que cada etnia tenga en materia de herencia, y en subsidio
por la ley común (Artículo 16).
• Reconocimiento a los Mapuches Huilliches de su sistema tradicional de Cacicados
y su ámbito territorial (Artículo 61).
• Reconocimiento a la comunidad Rapa Nui de la posesión de sistemas de vida y
organización histórica y manifestaciones culturales autóctonas (Artículo 66).
En lo relativo a la aplicación de las costumbres indígenas en juicio, la ley indígena ha
distinguido dos ámbitos de aplicación: el civil y el penal.
En lo Civil la costumbre hecha valer en juicio entre indígenas pertenecientes a una
misma etnia, constituirá derecho, siempre que no sea incompatible con la Constitución
Política de la República.
26
54
En el ámbito penal los medios por los cuales se acreditan los hechos en un juicio criminal, son:
Los testigos; el informe de peritos; la inspección personal del juez; los instrumentos públicos o privados;
la confesión; y las presunciones o indicios.
55
Art. 456 bis (484) Código de Procedimiento Penal: “Nadie puede ser condenado por delito sino cuando
el tribunal que lo juzgue haya adquirido, por los medios de prueba legal, la convicción de que realmente
se ha cometido un hecho punible y que en él ha correspondido al procesado una participación culpable y
penada por la ley”. Artículo 295 CPP. Libertad de prueba. Todos los hechos y circunstancias pertinentes
para la adecuada solución del caso sometido a enjuiciamiento podrán ser probados por cualquier medio
producido e incorporado en conformidad a la ley.
56
Esta Reforma fue introducida a través de la Ley 19.696, publicada en el Diario Oficial de 12 octubre de
2000. En la IX Región de la Araucanía entra en vigencia el 16 de diciembre de 2000.
57
Esta Defensoría entra en funcionamiento el 10 de marzo de 2001, fecha en que se publicó en el Diario
Oficial la Ley Orgánica de la Defensoría Penal Pública N° 19.718.
58
Esta Defensoría especializada es creada el 21 de agosto del año 2001.
27
59
Código de Procedimiento Penal Chileno: El Ministerio Público está obligado a velar por la protección
y garantía de los derechos de la víctima del delito, en todas las etapas del proceso penal. Es deber de
los fiscales durante todo el procedimiento adoptar medidas, o solicitarlas, para proteger a las víctimas,
facilitar su intervención en el mismo y evitar cualquier perturbación que hubiera de soportar con ocasión
de trámites en que tuviera que intervenir (Art. 6 y 78). El Juez de garantía podrá adoptar de oficio o a
petición de parte, las medidas necesarias para permitir que el imputado ejerza las garantías judiciales
consagradas en la Constitución Política, en las leyes y en los Tratados Internacionales ratificados por
28
forma activa y pasiva, sus derechos lingüísticos, gozando de todas las garantías y derechos
establecidos en el orden internacional. Por disponerlo el Art. 5 de la Constitución Política
de la República60 serian aplicables en estas materias las disposiciones contenidas en el
Derecho Internacional, especialmente61 en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos. Art. 9, 1462 y 27, Convenio 169 de la OIT (1989), Declaración Universal de
los Derechos Lingüísticos (Barcelona, junio 1966) y Declaración de 1992 de la Asamblea
General de Naciones Unidas sobre derechos de las personas pertenecientes a las minorías
lingüísticas, nacionales, étnicas, religiosas.
Chile y que se encuentren vigentes (Art. 10). Todo imputado puede hacer valer hasta la terminación del
proceso, los derechos y garantías que les confieren las leyes. En especial “que se le informe de manera
específica y clara acerca de los hechos que se le imputaren y los derechos que le otorgan la constitución
y las leyes (Art. 93a). El imputado privado de libertad tendrá derecho a “que se exprese específica y
claramente el motivo de su privación de libertad...” (Art. 94a). Derecho del imputado durante todo el
procedimiento y en cualquiera de sus etapas a prestar declaración como medio para defenderse de la
imputación que se le dirigiere. Si el imputado no supiere la lengua castellana, se procederá a tomarle
declaración a través de un medio escrito o a través de intérpretes (Art. 98). Quienes no pudieren hablar
o no lo supieran hacer en el idioma castellano, intervendrán por escrito o por medio de intérpretes;
en la audiencia del juicio oral el acusado será asistido por intérprete que le comunicará el contenido
de los actos del juicio (Art. 291).
60
El Art. 5 de la Constitución Política de la República que señala como un limite a la soberanía el respeto
a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana y un deber para los órganos del Estado
respetar y promover los derechos garantizados en la Constitución, así como por los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.
61
Estos instrumentos tienen relevancia en la delimitación de los alcances y contenidos de los derechos
lingüísticos: Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966), Pacto Internacional para
eliminación de todas las formas de discriminación racial (1965), Convenio sobre los Derechos del Niño
(1989), Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (1978),
Convenio N° 111 de la OIT sobre discriminación en el empleo (1958), Convenio de la UNESCO
contra la discriminación en la educación (1960), Declaración sobre la eliminación de todas las formas
de intolerancia y discriminación basadas en la religión o en otros motivos (1981), Declaración y Plan
de Acción de la conferencia mundial de Derechos Humanos de Viena (1993), Declaración sobre los
principios de la tolerancia (Unesco 1995).
62
Art. 9.2. “Toda persona detenida será informada, en el momento de su detención, de las razones de la
misma, y notificada, sin demora, de la acusación formulada contra ella”. Art. 14.3 “Durante el proceso,
toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
“A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y causas
de la acusación formulada contra ella. A ser asistida gratuitamente por un intérprete, si no comprende o
no habla el idioma empleado en el tribunal. y especialmente el derecho a la defensa, en su forma activa:
actuando por sí en su lengua materna, y en su forma pasiva: utilizando un intermediario (interprete)
que facilite la comunicación entre los operadores, permitiendo el conocimiento de las imputaciones,
actuaciones y demás trámites en su lengua materna.
29
eminentemente colectiva que tienen los derechos indígenas. En el mejor de los casos
estos derechos han encontrado una consagración constitucional. No obstante este
reconocimiento, los países han introducido una serie de límites basados en el fuero
personal y territorial, y la compatibilidad que deben tener con la Constitución Política y los
Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos63.
El ejercicio efectivo de sus derechos por parte de los indígenas se ve obstaculizado por
una serie de factores de carácter interno y externo. Entre ellos, se puede mencionar las
precarias condiciones económicas en que viven aún millones de indígenas, las constantes
violaciones a sus derechos humanos de que son víctimas las comunidades e integrantes
de estos pueblos64, la discriminación de que son objeto sus comunidades y miembros65, el
desconocimiento generalizado de sus derechos y de los mecanismos de ejercicio y
defensa, las debilidades que presentan las organizaciones indígenas para lograr espacios
efectivos de ciudadanía 66 y ejercer aquellas competencias jurisdiccionales que les
entrega el marco normativo oficial, y la incapacidad de conservar o generar sus propios
modelos de justicia indígena.
En el caso de Chile resta aún alcanzar los estándares internacionales mínimos relativos al
reconocimiento de los Derechos Humanos y Derechos Propios de los Pueblos Indígenas.
En el ámbito penal nuestro país debe iniciar una discusión profunda sobre sus políticas
63
Es así por ejemplo que el Convenio 169 de la OIT dispone que:
“1. Al aplicar la legislación nacional a los pueblos interesados deberán tomarse debidamente en
consideración sus costumbres o su derecho consuetudinario.
2. Dichos pueblos deberán tener el derecho de conservar sus costumbres e instituciones propias,
siempre que éstas no sean incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el sistema
jurídico nacional ni con los derechos humanos internacionalmente reconocidos. Siempre que sea
necesario, deberán establecerse procedimientos para solucionar los conflictos que puedan surgir en
la aplicación de este principio.
64
Amnistía Internacional ha puesto de manifiesto que estas violaciones siguen ocurriendo alrededor del
mundo, señalando que pese a su diversidad cultural y étnica existen sorprendentes similitudes en la
discriminación y en los constantes abusos que han y siguen sufriendo. A vía de ejemplo esta entidad
señala, el caso de Brasil y los violentos ataques sufridos en el año 2000 a los grupos Macuxi y Wapixana,
del Estado de Roraima, por parte de los terratenientes que contarían con la complicidad de las autoridades
locales. En: Brasil, Temor por la seguridad (Indice AI:AMR 19/09/00/s).
65
El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial recomendó en el año 2000, al gobierno
Australiano la introducción de cambios en los sistemas de condenas obligatorias que “parecen estar
dirigidas contra la desproporcionada comisión de delitos por aborígenes australianos, especialmente
menores, lo que hace resaltar la discriminación racial en sus tasas de encarcelamiento”. Cita contenida
en documento: CERD/C/304/Add.101.
66
Tal es el caso de Chile. Aún cuando existen espacios de participación reconocidos en la Ley 19.253, ley
indígena, cuestionables o no, estos no han operado en la práctica. Tal es el caso del Art. 34 que señala:
“Los servicios de la administración del Estado y las organizaciones de carácter territorial cuando traten
materias que tengan injerencia o relación con cuestiones indígenas, deberán escuchar y considerar la
opinión de las organizaciones indígenas que reconoce esta ley. Sin perjuicio de lo anterior, en aquellas
regiones y comunas de alta densidad de población indígena, éstos a través de sus organizaciones y cuando
así lo permita la legislación vigente, deberán estar representados en las instancias de participación que
se reconozca a otros grupos intermedios”.
30
67
Op. Cit. Pág. 282.
68
Resolución de Naciones Unidas N°36/21.
31
69
Es así como el Artículo 4 de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural dispone:
“Los derechos humanos, garantes de la diversidad cultural: La defensa de la diversidad cultural es un
imperativo ético, inseparable del respeto de la dignidad de la persona humana. Ella supone el compromiso
de respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales, en particular los derechos de
las personas que pertenecen a minorías y los de los pueblos autóctonos. Nadie puede invocar la
diversidad cultural para vulnerar los derechos humanos garantizados por el derecho internacional,
ni para limitar su alcance.
32
propia medida de prisión lleva consigo. De allí que las personas recluidas deben gozar
del resto de sus derechos. En este tema es necesario tener presente el Derecho que
tienen los indígenas a la protección contra la violación de sus derechos, y a iniciar
procedimientos legales para asegurar el respeto efectivo de sus derechos. De especial
significación para el mundo indígena es el respeto de sus derechos culturales (Artículo
27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Artículos 13 y 15 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales)70. Entre estos derechos
se encuentran aquellos que dicen relación con el derecho a su identidad y pertenencia a
su comunidad de origen, ejercicio de sus prácticas culturales, religiosidad, espiritualidad,
ejercicio de su medicina tradicional, a sus formas de vida y a la educación y trabajo.
Estos derechos conllevan a su vez, la conveniencia de establecer programas laborales
y educacionales que resguarden la pertinencia cultural, el acceso a guías espirituales,
celebración de ceremonias tradicionales, adecuación del sistema alimenticio, diseño y
adecuación de la infraestructura de recintos para asegurar el ejercicio de estos derechos,
fortalecimiento de los vínculos comunitarios y familiares, entre otros.
i. Programas específicos de atención a presos y presas indígenas destinados a
garantizar el debido proceso a todo indígena sometido a un procedimiento
penal y agilizar los beneficios a que tengan derecho. En otros países como
México se han establecido programas especiales de apoyo post-penitenciario en
actividades laborales y de reintegración a su comunidad de origen así como programas
destinados a que los indígenas gocen de medidas alternativas a la prisión o destinados
a la revisión de sus causas ante los tribunales de justicia.
j. Programas de reintegración a su medio comunitario y familiar. Estos
programas resultan fundamentales para evitar el desarraigo y deterioro de los indígenas.
Estas relaciones siguen constituyendo los pilares de las culturas indígenas, dada la
especial relación y significación de la pertenencia a su comunidad como un factor
de identidad y control social.
70
Los derechos culturales son parte integrante de los derechos humanos, que son universales, indisociables
e interdependientes. El desarrollo de una diversidad creativa exige la plena realización de los derechos
culturales. “Toda persona debe, así, poder expresarse, crear y difundir sus obras en la lengua que desee
y en particular en su lengua materna; toda persona tiene derecho a una educación y una formación
de calidad que respete plenamente su identidad cultural; toda persona debe poder participar en la
vida cultural que elija y ejercer sus propias prácticas culturales, dentro de los límites que impone el
respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales”. Declaración Universal de la
UNESCO sobre la diversidad cultural.
33
ANEXO 1
Poblacion indígena de Chile por region según pueblo / Censo año 2002
V REGIÓN DE VALPARAÍSO
Alacalufe: 128 / Atacameño: 419
Aymara: 567 / Colla: 72
Mapuche: 14.594 / Quechua: 144 REGIÓN METROPOLITANA DE SANTIAGO
Rapa Nui: 2.671 / Yamana: 13 Alacalufe: 669 / Atacameño: 1.379
Aymara: 2.743 / Colla: 292
Mapuche: 182.963 / Quechua: 1.599
VII REGIÓN DEL MAULE Rapa Nui: 1.169 / Yamana: 548
Alacalufe: 56 / Atacameño: 55
Aymara: 107 / Colla: 15
Mapuche: 7.756 / Quechua: 48
Rapa Nui: 47 / Yamana: 73
VI REGIÓN DEL LIBERTADOR
BERNARDO O’HIGGINS
VIII REGIÓN DEL BÍO BÍO Alacalufe: 58 / Atacameño: 97
Alacalufe: 120 / Atacameño: 141 Aymara: 105 / Colla: 47
Aymara: 211 / Colla: 44 Mapuche: 9.485 / Quechua: 57
Mapuche: 53.104 / Quechua: 159 Rapa Nui: 54 / Yamana: 55
Rapa Nui: 125 / Yamana: 173
IX REGIÓN DE LA ARAUCANÍA
X REGIÓN DE LOS LAGOS Alacalufe: 111 / Atacameño: 61
Alacalufe: 434 / Atacameño: 86 Aymara: 94 / Colla: 88
Aymara: 178 / Colla: 62 Mapuche: 203.221 / Quechua: 456
Mapuche: 100.327 / Quechua: 308 Rapa Nui: 102 / Yamana: 62
Rapa Nui: 158 / Yamana: 150
ANEXO 2
Población indígena total en relación a población total de Chile
ANEXO 3
Población indígena según grupo étnico / Total país
Pueblo indígena N° %
Total que se identifica pertenecer a un grupo étnico 692.192 100,0
Alacalufe 2.622 0,4
Atacameño 21.015 3,0
Aymara 48.501 7,0
Colla 3.198 0,5
Mapuche 604.349 87,3
Quechua 6.175 0,9
Rapa Nui 4.647 0,7
Yámana 1.685 0,2
Fuente: Censo año 2002.
ANEXO 4
Población indígena según etnia y sexo
ANEXO 5
Delitos o faltas asociados a imputados mapuches IX Región
REFERENCIAS
Lara R. Exposición del Cuarto Visitador General de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en
México. Universidad Central de Chile, octubre de 2002.
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2001-2006.
Ordóñez JE. Reclamos jurídicos de los Pueblos Indios. México: Universidad Nacional Autónoma de
México, 1993.
Satavenhagen R. Derecho indígena y Derechos Humanos en Latinoamérica. México: Colmes III, 1988.
Bustos J. “Política Criminal y Estado”. En: Revista de Ciencias Penales de Costa Rica, Año 8, N° 12.
Diciembre, 1996.
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una reseña del caso colombiano. Trabajo presentado en Doctorado de Derechos Humanos. España:
Universidad Carlos III, 2000.
Alto Comisionado de Derechos Humanos, Oficina en Colombia. Bogotá. Informe: Centros de Reclusión
en Colombia: Un estado de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos.
Colombia, octubre 2001.
Documento de Información de Naciones Unidas. Los Derechos Humanos Hoy. 1998.
36
Parlamento Europeo. Informe de la Comisión de Asuntos Exteriores y de Seguridad sobre las medidas
internacionales necesarias para una protección efectiva del medio ambiente y de los Pueblos Indígenas.
Documento de sesión 3 de febrero de 1994.
Dulitzky A. “Los Pueblos Indígenas: jurisprudencia del sistema interamericano de protección de los derechos
humanos”. En: Revista IIDH, Vol. 26, junio-diciembre 1997.
Olguín G. Guía Legal sobre utilización del Sistema Interamericano para la defensa de los derechos Indígenas.
Organización Internacional del Trabajo, 2002.
Consulta Mundial, Ginebra 1988 y Comité para la eliminación de todas las formas de discriminación racial.
Recomendación General Sentencias Tribunal Constitucional de Colombia: Sentencias de Tutela N°349 de
1996, T-239/02. Colombia: Tribunal Constitucional, 2002.
37
Resumen
El presente artículo intenta exponer algunos de los aspectos fundamentales de la cultura y la filosofía
mapuche, todo aquello que constituye su cosmovisión y que permite comprender la forma práctica de
relacionarse con el mundo y con los aspectos concretos de la vida.
Dentro de estos se encuentra su ordenamiento social y jurídico, donde se manifiesta la relación
con su cosmovisión, tanto frente a la génesis y clasificación de los delitos como en el análisis y
aplicación de las sanciones.
Abstract
The present article is an attempt to explain some of the basic aspects of the mapuche’s culture
and philosophy, their cosmovision, that explain the different ways of conforming a relationship
with the whole world and the concrete aspects of life, and the juridical and social structures, which
concern their cosmovision in the genesis and classification of offenses and in the analysis and
application of sanctions as well.
INTRODUCCIÓN
Entre los aspectos culturales más importantes del Pueblo Mapuche están su cosmovisión y
su filosofía. Es como la unión de lo pragmático, lo lógico y lo mágico. En el pensamiento
Mapuche hay una tri-dimensión muy especial para analizar el todo y la existencia de la
vida, la existencia humana, la réplica permanente de ese conocimiento de que, “tal como
es arriba es abajo”, chumley ta wenu mapu ka feley ta nag mapu. La dualidad como
principio permanente, dos padres viejos, dos padres jóvenes, la idea del tiempo y el
espacio aquí, allí, allá, donde el espacio es circular y el tiempo es cúbico y siempre así,
el análisis de las cuatro energías acotadas a la idea de Dios, tierra, agua, aire y fuego,
el pragmatismo permanente y la simplicidad para analizar las cosas que normalmente
el sustantivo del lenguaje, es porque de ello nuestro Pueblo Mapuche tuvo y tiene
aun un amplio, y muy desarrollado conocimiento. Por el contrario, si no está, de
ello nada se sabe.
Pues bien, estas dos hipótesis constituyen nuestra base bibliográfica, nuestra declaración
de principios Mapuche. Lo que hemos venido afirmando a partir de estos principios
propios de nuestra cultura, serán el desafío para el futuro, especialmente para que las
Universidades y Académicos comprendan nuestro enfoque, como parte esencial de la
diversidad del conocimiento universal.
Primero debemos aclarar que hoy la palabra Epeu, es traducida como mito o cuento al
castellano. ¡Tremendo error! En mapuzugun se dice Epeu, y los Mapuche entendemos
inmediatamente que es una lectura del pasado. El Epeu, en el Pueblo Mapuche,
comparativamente traducido como mito ha sido un error histórico, que rebaja, que
pierde trascendencia al sentido real de la lengua, de la palabra, tergiversa y daña. El Epeu
es un hecho real –a diferencia del concepto propiamente tal del mito en el concepto
occidental– que es una idea abstracta, no posible, se concibe como algo irreal, “se
dice es un cuento, es un mito”.
En el Pueblo Mapuche el Epeu es una verdad, es un hecho, un suceso real, que narrado
en el tiempo de generación en generación, termina siendo una leyenda, es cierto, pero
es un hecho real. El Epeu de Txeng-Txeng y Kai-Kai por ejemplo, es la lucha universal en
el tiempo de los tiempos, del Agua y la Tierra, y nos preguntamos cuándo se detendrá la
lucha de por vida de preeminencia del agua y la tierra. Hoy sabemos que los glaciares
son formados cada 8.500 a 12.000 años. Hoy gracias a la ciencia occidental se ha
descubierto que hace unos 9 mil a 10 mil años se produjo el último glaciar. Esta lucha
es tan real, que hoy, en pleno siglo 21 aún esta vigente. Sabemos que el mar avanza
hacia los continentes, y estos ceden a la presión de las olas todos los días, quienes en
representación de Kai-kai carcomen cada día las riberas. También y gracias a la ciencia
occidental sabemos que los grandes témpanos de los polos Sur y Norte se están derritiendo
en magnitudes aún impredecibles, y que en el caso de la Antártida, son el producto
de la rotura de la capa de ozono.
Esa lucha, Agua/Tierra, es milenaria, y es el verdadero sentido que tiene el Epeu de
Txen-txen y Kaikai. Los Epeu constituyen una metodología que tuvo y tiene el Pueblo
Mapuche para no olvidar la historia, para dejar la constancia de hechos reales milenarios,
como que sabemos y también lo tienen los hermanos Aymarás, que el desierto de Atacama,
hace unos 12 mil años era parte del Océano Pacífico.
La segunda teoría, para fundamentar nuestra Hipótesis, es el valor de la palabra en el
Pueblo Mapuche, es decir lo que está en la palabra, lo que está en el Mapuzugun, el
verbo del mapuzugun, es porque de él, de esa palabra, de ese verbo, nuestro pueblo tuvo
conocimiento. Por ejemplo: Los porotos existieron en el Pueblo Mapuche y están en la
lengua. En Mapuzugun se dice Següll, esta palabra está en la lengua, y siempre fueron
un producto del Pueblo Mapuche y que además tuvo muchas variedades, lo mismo
40
que las papas, Ponü. Por el contrario lo que no estaba en la lengua, el Mapuche
tomó la palabra del Español y la mapuchizó, como es el caso del caballo, Kawellu,
y la vaca, Waka.
Uno de los grandes problemas que tenemos hoy quienes escribimos sobre nuestra cultura,
es que tenemos que darnos a entender para la cultura occidental, y para ello tenemos que
esforzarnos y recurrir a conceptos occidentales por analogía, de tal forma que muchas
veces caemos en comparaciones no necesariamente reales, de ahí el riesgo de perdernos
en el intento. Si tuviéramos que explicar esto sólo en Mapuzugun, en un mundo propio
para los Mapuche, el resultado desde luego sería diferente.
El concepto Choyün
Los Mapuche concebimos a nuestros hijos como Choyün. Generalmente un padre al
hablar en Mapuzugun cuando se refiere a sus hijos dice Tañi Choyün (mi hijo). Choyün
literalmente en Mapuzugun es brote, de tal forma que nosotros somos concebidos como
brote de la tierra. De ella brotamos, en ella vivimos un tiempo, y luego volvemos a la
1
Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge de nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos
hacemos el mundo. BUDA.
2
Hallan la enzima que nos ayuda a olvidar. Suiza, Zurich: Un equipo de científicos descubrió la proteína
denominada PP1 (Phosphatasel 1). Diario Austral de Temuco, Enero 2002.
43
tierra, el cuerpo, el Kalül, la materia química del cuerpo vuelve a la tierra, y el Püllü y el
Am forman el cuerpo etéreo que trasciende al Wenu-Mapu, a la tierra en una dimensión
superior. Cuando un Mapuche muere al sepultarlo se le dice Feula Mapugetuymi:
Ahora ya eres tierra de nuevo, su Kalül (su cuerpo), su química. Esto nos demuestra
dos cosas muy importantes a analizar:
• Primero: que está implícito el concepto cíclico, que como humano se gira en torno a
la tierra, nacemos de ella, algo así como un brote, y al morir volvemos a la tierra, con
la trascendencia del Püllü y el Am espíritu y alma como cuerpo etéreo. Por eso nadie
se da verdadera cuenta que muere, uno sigue vivo, ve, observa su propio funeral, y
comienza a trascender lentamente a la otra dimensión.
• Segundo: que nos entrega un antecedente muy importante dentro de nuestra filosofía,
cuál es nuestro origen. Si la afirmación permanente de nuestra gente, Inchin Tayiñ
Mapuche Gen, nos indica que no venimos ni del Norte ni del Sur, ni del Este ni del
Oeste, somos Mapuche, gente de aquí, fuimos creados y dejados aquí, somos de aquí
porque brotamos de la tierra, porque nos dejó Dios aquí, es muy importante para
plantear nuestra propia teoría de nuestro origen, y no aceptamos ni la de Menghin, ni
la de Latcham, que tanto daño nos ha hecho como Pueblo.
El concepto Mapu
Mapu se conoce literalmente como la traducción de tierra. Sin embargo en un análisis
filosófico más profundo nos podemos dar cuenta que Mapu, es un efecto Causal. Por lo
que para nosotros los Mapuche constituye el Eje de nuestra Filosofía y de ahí la importancia
de llamarnos Mapu-Che (gente del Mapu), porque Mapu unido al concepto real de Che,
nos indica la grandeza de la filosofía Mapuche, del conocimiento del cosmos, de la realidad
de su cosmovisión, de lo que se imaginan es arriba, se practica tal cual abajo. Del Mapu
deducimos el concepto de materia. El concepto materia propiamente tal en Mapuzugun
no existe, por lo que la esencia de la palabra es Mapu. Mapu implica Materia. En la
Cosmovisión Mapuche como lo veremos más adelante se habla de Wenu Mapu, que
literalmente significa la tierra de arriba, pero como ya lo hemos dicho Wenu Mapu es otra
tierra especial en cuarta dimensión. Esto implica que los Mapuche sabían que arriba hay un
Mapu, es decir una tierra en una dimensión diferente, pero aunque es diferente es materia.
Ese es el punto. La inmaterialidad no existe en el Pueblo Mapuche.
Tenemos narraciones de Machi, que nos han contado que ellas(os) fueron, ascendieron,
estuvieron, fueron llevadas, en fin como sea, conocieron el Wenu-Mapu. Y al
preguntársele cómo es: Afirmaron que es igual a la tierra de acá, pero están todos
nuestros antepasados.
El Concepto Newen
Newen en Mapuzugun significa fuerza. Se dice que toda la naturaleza es Newen. Newen
es la energía. Tienen Newen los ríos, las plantas, las montañas, el Volcán, los animales, las
44
aves, las serpientes, etc., toda la naturaleza es fuerza, es Newen. Existen Newen que son
negativos, y por cierto muchos Newen que son muy positivos. Las fuerzas Newen están
en permanente contienda, en disputa del privilegio de la vida el Küme Newen, disputa la
vida con el Weza Newen. Por tanto Newen es esencia de la vida, es la energía vital, es la
tierra misma, es el Mapu, Tierra, es el Agua, Ko, es el Aire, Kürrüf, es el Fuego,
Kütxal, el principal Newen proviene de la Tierra, de ahí la idea de Nuke Mapu, Madre
Tierra. Meli Newen Müley Wallontu Mapu meu. Sólo cuatro energías existen en el
Universo: Tierra, Agua, Aire y Fuego. La convergencia de las cuatro energías, genera
la vida humana.
LA ESTRUCTURA DE LA COSMOVISIÓN
La idea tridimensional
1. Wenu Mapu. Es el plano superior y es un concepto tan simple que no admite mayor
discusión. Wenu es arriba, y Mapu como ya lo describimos es tierra, es energía, es
materia, es el eje de la filosofía, de la razón de Ser del Mapuche. Por tanto Wenu
Mapu, es la tierra de arriba, y se acabó. Simple, pragmático, sencillo. Tierra de
Arriba. Es igual a la de acá, el planeta donde vive la dimensión humana del hombre.
Desgraciadamente ha sido traducido literalmente como el cielo y muchos estudiosos
del tema así lo han definido, para la cual los cristianos se valieron para evangelizarnos.
Pero Wenu Mapu es una concepción muy diferente y distinta. Para nosotros Wenu
Mapu es más real y más material, es otra tierra, es muy similar a esta tierra que
habitamos, allá hay vida igual.
Por ello para nosotros el Wenu Mapu es el dual de la tierra, es como la copia de la
tierra, exactamente igual a ésta, donde están todos los que se murieron primero, los
parientes, amigos, todos, y están allí cumpliendo una misión especial, al igual que lo
hicieron en la Tierra natural, trabajando en la agricultura, produciendo, sembrando,
cuidando los animales, jugando, haciendo ceremonias, etc. Pero todo en una dimensión
y perfección superior. Las Machis dicen que allí están los Antikus, los Kuifiches,
los antepasados, los entes tutelares, las deidades superiores. Por eso cuando a una
persona le queda poca vida, comienza a soñar que sus antepasados los vienen a buscar.
Generalmente a caballo, o en carreta, y se lo llevan. Se lo llevan a esa tierra de una
dimensión especial, que nos justifica nuestra idea de lo cíclico.
En el Wenu Mapu están las personas que conforman una familia divina, cuatro personas
que conforman la idea de un solo Dios, desde donde proviene la energía positiva:
• Kuze: Diosa Mujer Anciana.
• Fütxa: Dios Hombre Anciano.
• Ülcha: Diosa Mujer Joven.
• Weche: Dios Hombre Joven.
45
Todos ellos conforman un solo Dios, con facultades separadas, pero federadas en un
solo pensamiento cósmico, el Newen (Kiñe Futxa Newen). La gran fuerza creadora. El
Fütxa Püllü, el gran espíritu como le denomina el peñi Armando Marileo, en su análisis
del Mundo Mapuche. En nuestro caso hemos profundizado el análisis y podemos agregar
lo siguiente, relacionando las cuatro energías ya comentadas:
• Kuze: Diosa mujer Anciana. Potestad Elchen. Facultad: Da la vida a la gente.
Representa la tierra = Mapu.
• Fucha: Dios hombre Anciano. Potestad Gunechen. Facultad: Administrador de
la gente. Controlador de la vida de la gente, es como la fuerza del Aura de cada
entidad humana. Representa el agua = Ko.
• Ulcha: Diosa mujer Joven. Potestad Mapun. Facultad: Da la vida a la tierra y a toda
la naturaleza y todo su entorno. Representa el aire = Kürrüf.
• Weche: Dios hombre Joven. Potestad Gunemapun. Facultad: Administrador de la
tierra, controlador de todas las fuerzas naturales de la tierra y de toda la existencia en
el universo, incluido todo el espacio. Representa el fuego = Kütxal.
En el Wenu Mapu entonces está la fuerza positiva, que alimenta de energía a la tierra y
a toda la naturaleza. Allí vive la familia divina, y todas las deidades conjuntamente con
los denominados Kuifiches, antepasados, que lograron traspasar la muerte, y que su
Püllü y su Am conformaron el cuerpo etéreo, para seguir viviendo, inmediatamente
después de la muerte terrenal, cumpliendo misiones de trascendencia en el cosmos,
trabajando y luchando por mantener el equilibrio de la totalidad. Es a estas personas
que se dirigen nuestras Machis en sus oraciones previas a sus rituales de sanación de los
enfermos, hablan de Antikus, de los Kuifiches, los antiguos, los antepasados.
Por eso es que también antiguamente no se lloraba en los funerales, no se sentía la
misma pena de hoy cuando se muere un familiar, por cierto se siente la separación
con ellos, lo extrañan, pero se sabe que ellos ingresan a la dimensión cósmica,
el Malleu Mapu. Los funerales antiguos Mapuche eran de fiesta, de Amul Püllü,
hacer trascender el espíritu para que ese cuerpo etéreo pudiera irse a la cuarta
dimensión o Wenu Mapu.
2. Nag-Mapu. Es la dimensión intermedia, y corresponde a la tierra propiamente
tal, diríamos al planeta en su conjunto, su entorno, la naturaleza, la vida terrícola,
animal, vegetal, mineral, etc.
En el Nag-Mapu habita el hombre, y como ser humano es Che, es gente, concepción
muy importante para diferenciar la vida humana de la vida animal, y de la importancia
que tendrá después la ley de la vida respecto de los animales y de las plantas y de
toda vida en la tierra, como ya lo comentábamos. El Chegen, ser gente, es también
el concepto ordenador del derecho consuetudinario Mapuche. Se hace realidad y se
lleva a la práctica en el Nag Mapu. He aquí el valor del Verbo, y su código de ética y
46
comportamiento en la vida terrenal se debe dar de acuerdo a las normas que le entrega
el Az-Mapu, como lo veremos más adelante. En el Nag-Mapu se cumple un ciclo, el
más importante de la filosofía, desde donde haremos méritos para continuar en otra
dimensión, y a la cuarta generación volveremos de nuevo. Desde el punto de vista
etimológico tiene la siguiente acepción: Nag = abajo / Mapu = tierra.
Por lo tanto el Nag-Mapu es la tierra de abajo. La tierra de la dimensión que conocemos.
Aquí donde nacemos, donde vivimos y donde nos corresponde conocer la Ley. La Ley
está dada, y en la medida de cómo la conocemos, la explicitamos, la hacemos realidad,
la interpretamos, entonces nace la religión.
Y que importante resulta acotar que antes de la religión en el pueblo Mapuche nace
la ley, luego la religión, que interpreta esa ley, que analiza esa ley, dicta normas
particulares respecto de la gran ley dada, se compara hoy como la religiosidad Mapuche.
La religión viene a ser como el reglamento de la gran Ley. La ley es la Naturaleza,
la Religión, la Sanción, la Tierra, el Agua, el Aire y el Fuego, las cuatros fuerzas de
la naturaleza, por las cuales el Mapuche jamás estará en contra, constituyen el eje
ordenador de las sanciones de la ética y la moral, que se explicita y analiza en el
Az-Mapu, como norma. El compendio de esta ley, analizada y explicitada para cada
vida, para cada acción y que conlleva al final al nacimiento de los Ritos, estructurados
en los mitos (del Mito al Rito decíamos), se denomina Az-Mapu: Az = imagen,
esencia de ser. Literalmente es el rostro. / Mapu = tierra, la esencia de la filosofía
Mapuche, la materia.
3. Minche Mapu. Es literalmente las tierras del subterráneo, lo que no se ve. Es
una dimensión especial.
Minche: debajo, subsumido. / Mapu: tierra. / Minche Mapu: las tierras subterráneas.
En el Minche-Mapu están las fuerzas negativas, el signo menos (-), y es exactamente lo
contrario del Wenu Mapu. Aquí cohabitan cuatro fuerzas negativas, con la existencia
de un ente negativo, comparativamente parecido al demonio. Esta fuerza negativa,
se denomina Wekufu. Esta esencia negativa, es la causante de todos los males,
las enfermedades, los desastres naturales, etc. Aquí coexisten cuatro deidades, que
conforman un solo ser que es este denominado Wekufu. Estos son:
• Weza Pullu. Esencia del espíritu malo. Potestad global del mal.
• Weza Kimun. Esencia del conocimiento negativo. Potestad que causa los pensamientos
negativos, envidias, odios, etc.
• Weza Kurruf. Esencia negativa del Aire. Potestad personalizada en el Meulen, viento
que suele pasar al medio día y que suele enfermar a los niños. Agente de la fiebre
súbita, Txafentun en Mapuzugun.
47
• Weza Neyen. Esencia negativa de las vidas ocultas. Es como ciertos respiros
sobrenaturales. Potestad: Afecta a la esencia de la vida. Se cree que cualquier persona
poseída por el espíritu negativo Wekufu, tiene el aliento fuerte.
Estas son pues las tres dimensiones cósmicas de la filosofía y pensamiento Mapuche.
Sobre estas tres fases del conocimiento se debe empezar la educación intercultural
bilingüe, y todo lo que tenga que ver con educación, pues es la esencia de la filosofía
Mapuche, la ideología ordenadora de su propia orientación y pensamiento.
La entidad negativa:
Signo complementario del bien (–) · (+) = (–)
(+) · (–) = (+)
La entidad negativa, materializada, es decir que tiene materia y que representa el mal, se
denomina Wekufü, entidad que se supone es la causante de todos los problemas y dificultades
de la vida. Esta entidad se materializa en diferentes animales, aves o figuras.
1. Witranalwe: Es el más conocido y el que causa más miedo. Es un esqueleto humano
andando, que nunca se le ve la cara. Generalmente anda a caballo, usa espuelas,
manta grande y sombrero. Los mapuche lo tenían para cuidar los animales. Para
los winka es un Zombi.
2. Anchimallen: Es una guaguita que es resucitada cuando muere, y mediante cierta
magia, se transforma en una especie de luz, como una lámpara, que deambula por la
noche, y generalmente cuida el hogar de quienes son sus dueños. La gente al ver volar y
pasear esa luz, causa temor y sabe inmediatamente que es el Anchimallen.
3. Cherrufe: Es una piedra voladora con forma de pescado, que tienen ciertos Ulmenes
o Lonkos Mapuche, y que suele volar por la tarde en el crepúsculo, y anuncia la
muerte de algún líder Mapuche, generalmente otro Lonko de otra comunidad. Es muy
parecido al vuelo de un asteroide o meteorito, por la forma en que cae, con una gran
llamarada de fuego, y luego desaparece.
4. Piuchen Filu: Es una serpiente emplumada, muy parecida en su idea al Ketzatkoatl
Mexicano. En los Mapuche se cree que es una serpiente que causa el mal, porque está
dominada por el Wekufü. El Piuchen Filu suele tener cachos y es generalmente de
color roja o castellana. La gente puede ver una gallina en las orillas de los ríos, pero
cuando quiere tomarla, al momento mismo de tomarla, se vuelve serpiente. Entonces
a todos los niños le aconsejan no perseguir gallina alguna que uno llegare a encontrar
a orillas de los ríos o montes.
5. Renü: Los Renüs, son túneles existentes donde estudian la magia blanca los grandes
iniciados Mapuche. Existieron Renüs famosos, en la Cordillera de los Andes. Literalmente
la palabra significa sólo tomado, pero en la realidad, la persona es tomada y llevada
a esos lugares de una dimensión especial, donde puede encontrarse con ciertos
48
antepasados. Quienes entran a los Renüs, le dan algo así como una varita de la
suerte y será muy afortunado en los negocios, pero la riqueza eventual que adquiera
producto de visitar los Renüs, será retirada toda antes de morir y la persona deberá
morir pobre.
Todos estos entes son el mismo Wekufü, con nombres distintos y tienen por misión
ciertas facultades negativas, para lograr los equilibrios con el bien.
6. Welu Witxau Filu: Serpiente de dos cabezas, que se utiliza siempre como ente
negativo, que causan males a las personas cuando son colocadas en los hogares
para llamar conflictos3.
7. Wüf-Wüf Filu: Es una serpiente voladora, de forma chata, que siempre suele
encontrarse en las orillas de los ríos, son entidades reales que conforman la concepción
de Gen, los dueños por excelencia de las cosas naturales y a las cuales se les debe
mucho respeto4.
3
Lecturas de sanciones graves a quienes atenten contra la naturaleza, que afecta la vida, en verdad.
4
Ibídem.
49
llegamos a la altura del Rewe o Che Mamüll del mismo Guillatuwe, y bajamos a
las profundidades del Minche-Mapu cuando pasamos por detrás de las remadas o
Künis, del mismo Guillatuwe.
Así, suponemos que en el siglo XV, XVI, no podía faltar el Awün, en tan importante
ritual, y nos aventuramos en decir y teorizar, que según indagaciones hechas a
algunos Kimches, sabios ancianos de Vilcún, de Chol-Chol, nos dejan entrever
que este acto ritual, se hacía con los Luan. El Luan es el Wemul, que era utilizado
muy preferentemente en eventos rituales, y su sangre utilizada en forma especial
para ello. La pregunta es: ¿con qué se hacía el Awün en el siglo XIV por ejemplo,
si no teníamos caballo?
El Awün debe estar en cada ritual, lo obliga el Az-Mapu, pero cómo se haga,
qué variables tenga, es una decisión de cada Lof; Con caballos rayados, pintados,
con ramas en el cuello, sin ramas, eso es libre de cada localidad. Esas son pues
las variables de nuestros códigos de comportamientos y normas dadas en esta
dimensión de la vida Mapuche.
6. El Wurwuntun: Son las ofrendas de todos los alimentos que más tarde se compartirán
entre todos los asistentes al guillatun. Hay cientos de formas de generar esta bendición
de alimentos, que nunca falta en cada guillatun, pero sus estilos son libres de cada
Lof. Hay sectores como los de Victoria por ejemplo, donde el Würwürtun se hace
colocando todas las ollas con cazuelas hirviendo, el vapor saliendo hacia las dimensiones
cósmicas, y entonces vienen los Choikes, avestruces, que en forma “pícara”, pasan
y prueban cada olla de comida, y van gritando, tallas, chistes Mapuche, buena onda,
en fin, dicen: Tüfa chi Korrü kümelay, Tüfa kochilay, Túfa soy pichi Kümey, etc. (Esta
comida no sirve, esta no vale, esta no tiene sabor, esta está amarga, esta no tiene sal, la
cocinera no vale... etc.). De esta forma el Nag-Mapu, siendo la tierra en que vivimos,
está íntegramente ligada a la Ley. La Ley está dada. Su sistematización y práctica,
y su estructuración es el Az-Mapu, mediante la cual se da razón y se fundamenta
la sanción, la ética, la moral.
Así todo queda regido, ligado, obligado, en la mente y el corazón, establecido en cada
norma de la localidad, de respetar la esencia de la vida, la naturaleza plena, las plantas,
árboles, flores, semillas, raíces, animales, aves, insectos, bichos, etc., todo debe ser
respetado en las normas del Az-Mapu.
Para analizar estas normas las debemos dividir en dos ramas, a saber: Los Yam
y los Gen. Kimaymi, Lonkontukuaymi, ka Pinkentukuaymi, aprender, saber, y
poner en el corazón; la práctica de la norma era la Ley, y se le decía a los niños y
jóvenes en todo su proceso educativo, y en los consejos prácticos que se le entregaba
a través del Gülamtun.
52
de plantas grandes como robles, coigues, laureles, casi siempre los Gen son serpientes y
aves, Piuchen Filu. Los pastos tienen también Gen, y suelen ser insectos raros, venenosos,
como arañas, palotes, cuncunas, sapos, ranas, lagartijas, etc. Las flores tienen Gen también
de serpientes, de aves, y de insectos. Los principales Gen son:
• Gen Mapu, el dueño por excelencia de la tierra, y sanciona todo tipo de transgresiones
que se le haga a la tierra. Son entidades espirituales, representadas por cualquier
tipo de animales.
• Gen Ko, el dueño por excelencia de las aguas, y sanciona todo tipo de transgresión
a las aguas. Son entidades espirituales representadas por sirenas, peces, culebras,
animales de agua, como los Pononos, los Ngakiñ, los Cueros vivos, denominados
Txülke Wekufü.
• Gen Kütxal, el dueño por excelencia de los fuegos, y sanciona todo tipo de
transgresiones que se hace al fuego. Entidades que cohabitan los volcanes por
excelencia, son denominados los Pillan.
• Gen Kürrüf, el dueño por excelencia del aire y sanciona las transgresiones al Aire,
al viento, a los truenos, a las tempestades, y tiene sus normas para detenerlos,
para hablar con ellos.
• Gen Kullin, dueño por excelencia de los animales, y sanciona esas transgresiones.
• Gen Mawiza, dueño de las montañas, y sanciona esas transgresiones. Se manifiestan
generalmente con sendos ruidos de los árboles que conversan entre ellos, que se envían
mensajes a ciertas horas, y que los Mapuche saben y no acudían a esas horas a las
montañas. En ella tú te puedes perder, te mareas y no te das cuenta donde estás, al
final puedes morir sin poder regresar.
• Gen Lafken, dueño de los mares, y sanciona sus transgresiones. Aquí los Gen
son todo tipo de monstruos peces, de sirenas Sumpall, de animales adecuados
al agua, no siempre bien definidos, que sancionan a los que no piden permiso
para meterse a sacar mariscos en el mar, a pescar sin rogarle primero a las aguas
que les dé peces, etc.
• Gen Üñüm, dueño de los pájaros y aves, y sanciona las transgresiones a las aves
y pájaros, etc.
• Gen Kurra, dueño de las piedras.
• Gen Rayen, dueño de las flores.
• Gen Pirru, dueño de los bichos, insectos, abejas, moscas, tábanos, mosca azul,
zancudos, colihuachos, moscardones, etc., todos tienen nombres en mapuzugun, y
tienen sus normas establecidas en el Az-Mapu.
54
• Gen Che, por cierto los dueños de nosotros, nadie vive sin un dueño, hay un dual que
nos acompaña siempre y muchas veces nos puede salvar de grandes accidentes, es
una entidad espiritual que nos acompaña, que está aprobando o desaprobando nuestro
accionar, es como nuestra conciencia, nos habla a cada rato, y si sabemos escucharlo,
podríamos hacer tremendas obras y evitar muchas cosas negativas.
La Justicia Pública
• Los Sistemas de Wichan Mapu: Estos sistemas consistían en la aplicación de justicia
desde la comunidad, desde el Lof o desde los Rewes. La investigación de los delitos
se realizaba a través de un complejo sistema de información de la totalidad del Lof o
Rewes, donde cada integrante estaba obligado a informar cualquier cosa rara que veía.
Si por esas cosas ocultaba alguna información, hecho o acontecimiento observado, la
sanción del delito no descubierto le recaía a él o ella. Generalmente una vez investigado,
y determinada la culpabilidad mediante diferentes pruebas, se hacían los cargos. Los
Mapuche no dudaban mucho en confesar, bastaba una prueba que le mostraran y
entraban inmediatamente a confesar el delito.
Estos sistemas consistían en juicios públicos en que se ajusticiaba a un imputado de
delito y se aplicaban las sanciones, y se buscaba la forma de reparar las transgresiones
y los delitos establecidos. Generalmente estos eran de un Lof a otro Lof o de un Rewe
a otro Rewe. Los Lof o comunidades eran corresponsables del delito que cometía uno
de sus integrantes, y por ello cuando se descubría al culpable la comunidad entera debía
ayudar a reparar el daño, pagar lo acordado con plazo y tiempo y costo dado. En caso
de robo por ejemplo, se debía pagar el equivalente a lo robado más un 50% de su valor,
y se tenía que disponer –a nivel de la comunidad– de un animal, vaquilla, caballo, para
sacrificarlo y realizar una convivencia, (Misawün), donde se festejaba la reparación del
delito, y se agasajaba a la comunidad o Rewe dañado.
• Los Sistemas de los Norche: Estos eran verdaderos Jueces. Eran gente muy
correcta a la cual por sus años de experiencia se les solicitaba aconsejar una sanción,
generalmente eran ancianos, los que estaban autorizados para ejercer justicia. El
ejercicio de sus sanciones lo aplicaban en forma pública, en las comunidades una vez ya
imputado el delito. De esta forma, muchos transgresores solicitaban que se les diera la
oportunidad de que no fuera la comunidad la que aplicara la sanción, sino los Norche,
en tanto estos podían ser más condescendientes en la sanción dada, y eran aceptados
por el resto de la sociedad Mapuche.
• Sistema de los Lonkos y Ulmenes: Estas eran autoridades políticas que administraban
el territorio Mapuche. El Lonko era el líder de un Lof, y el Ülmen era el líder de un
Rewe. Ambos podían ejercer justicia y eventualmente aplicar sanciones. Especialmente
cuando correspondía aplicar justicia relacionada con la administración territorial y sus
transgresiones. Aquellas transgresiones al protocolo familiar, no respeto de los antiguos
linajes, los delitos de transgresiones éticas a las personas, las insolencias, la falta de
respeto, la falta de ayuda en los trabajos comunitarios, las transgresiones a la naturaleza,
el no respeto a los Gen, que podían traer sanciones espirituales a todo el Lof. Todo
este tipo de transgresiones, relacionadas con las entidades tutelares, las divinidades,
la no-participación en los rituales, no actuar de acuerdo a las normas del Az-Mapu
en los eventos sociales, y rituales, etc., eran sanciones que debía aplicar el Lonko
y los Ulmenes.
56
utilizaba una serie de pócimas, mediante las cuales las personas entraban en una dimensión
extraña, quienes emborrachados podían diagnosticar dónde estaba el animal robado por
ejemplo, si estaba vivo, o si había sido sacrificado, en el caso de robo de animales. El
chamico era considerado la droga de la verdad, y se daba una dosis determinada a un
adolescente, quien lograba llegar exactamente donde estaba el animal robado, incluso
decir quiénes eran los autores del robo.
La Aplicación de Sanciones
Generalmente las sanciones eran aplicadas en forma pública, y ante la presencia de todo
el Lof, si el delito era de esa dimensión territorial, y a nivel de todo el Rewe, si el delito
era cometido en ese nivel jurisdiccional. Así los imputados sabían que la primera gran
sanción era la de toda la comunidad, Lof o Rewe, que sabían quién era quién, que
estaba el compromiso de toda la familia por lo ocurrido, y que el Lof y Rewes, eran
corresponsables de lo sucedido, y de la forma de repararlo, como el extrañamiento por
ejemplo, que se sacaba a la persona de su Lof y se le dejaba en otro Lof, o en otro
Rewe, donde nada le faltaba, ni comida ni dónde vivir, pero todos sabían que estaba
pagando un delito y cada día se lo recordaban, hasta que sentían que su arrepentimiento
era integral. El imputado pagaba con una carga moral extrema, y en un alto porcentaje
lograba reinsertarse a la sociedad, con imagen limpia en el futuro.
Tipos de Delitos
• Lagümchelu: El asesinato o intento de asesinato.
Lagünchefe: Asesino.
58
Complejos Penitenciarios.
Alcance de la relación entre arquitectura y régimen penitenciario
Resumen
Uno de los principales desafíos que presenta la planificación y construcción de nuevos establecimientos
penitenciarios es la creación de unidades de mayor capacidad, motivada por el progresivo aumento de
la población penal, la creciente diversificación y especialización en los programas de tratamiento y la
escasez de predios aptos para nuevas construcciones.
Los complejos penitenciarios pueden ser diseñados para dar respuesta a estas necesidades, manteniendo
las exigencias penológicas orientadas a proporcionar condiciones que faciliten la reinserción de los
internos, generando mejores condiciones laborales para el personal y cumpliendo con las expectativas
depositadas por la comunidad en el sistema penitenciario.
Con estos criterios fueron planificados los Complejos Penitenciarios Federales de reciente construcción
en la República Argentina, a fin de reemplazar las unidades de antiguo diseño existentes en la ciudad
de Buenos Aires. Entre ellos, el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza surge como una nueva
propuesta, en el camino hacia una arquitectura penitenciaria más humana.
Abstract
One of the outstanding challenges in the plannification and construction of new penitentiaries is
the creation of greater unities due to progressive improvement of penal population, the increasing
diversification and specialization of treatment programmes and the lack of lands up to fit new
constructions.
The penitentiaries may be designed to fulfill these necessities although maintaining the penological
requirements to guarantee the prisoners’s reinsertion, generating better labor conditions for the guard
and also carrying out the expectations of community over the penitentiary system.
Under these criteria have the recently constructed Federal Penitentiary Complexes at Argentine
been designed, thus replacing the ancient-design unities sited at Buenos Aires. Among these, the
Federal Penitentiary Complex I of Ezeiza emerges as a new proposal, on the road towards a more
human penitentiary architecture.
* El arquitecto Carlos Alejo García Basalo es Alcaide Mayor (R) del Servicio Penitenciario Federal, fue
Asesor en Arquitectura Penitenciaria de la Secretaría de Política Penitenciaria y Readaptación Social
de la Nación (1994-1999). Es profesor de “Arquitectura Penitenciaria e Institucional” en la Universidad
Argentina John F. Kennedy, Secretario del Subcomité de Seguridad Penitenciaria del IRAM y miembro
de la American Correctional Association, de la American Jail Association y de la International
Corrections and Prison Association.
60
INTRODUCCIÓN
Los Complejos Penitenciarios tienen su origen en la conjunción de todos o algunos de
los siguientes factores: la creciente necesidad de contar con una mayor capacidad de
alojamiento, proporcionar una más amplia variedad de institutos para el cumplimiento
de la pena, la dificultad para obtener predios donde establecer unidades penitenciarias
y la conveniencia de agrupar distintos establecimientos a fin de obtener beneficios
debido a la economía de escala.
El Complejo Penitenciario surge entonces como una alternativa para resolver los problemas
enunciados evitando caer en la construcción de una “súper unidad”, cuya eficiencia y
eficacia no ha sido posible verificar hasta la fecha.
Norman Johnston1, en un reciente trabajo que hasta el presente es el estudio más completo
sobre la historia de la arquitectura penitenciaria, señala a modo de conclusión los aportes
que la arquitectura puede realizar a la penología. Refiriéndose a la capacidad de los
establecimientos penitenciarios apunta: “Las prisiones deben ser moderadas en su tamaño.
La gran capacidad de las instituciones puede no ser la razón principal de su fracaso. Sin
embargo, es posible asegurar que mientras una prisión pequeña no tiene la certeza del
éxito, una muy grande inevitablemente será un fracaso”.
1
El Dr. Johnston ha realizado numerosos trabajos referidos al diseño de establecimientos penitenciarios
y es autoridad mundialmente reconocida en historia de la arquitectura penitenciaria. La afirmación
que citamos pertenece a su reciente trabajo “Forms of Constraint - A History of Prison Architecture”.
University of Illinois Press. Urbana, 2000.
2
Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos de las Naciones Unidas, Regla 68. Naciones
Unidas. Nueva York, 1958.
61
3
Op.Cit. Regla 63,3.
4
El Art. 12, 2 de la Ley Orgánica General Penitenciaria de España fija en 350 el número máximo de
internos por unidad. “Legislación Penitenciaria” Dirección General de Instituciones Penitenciarias,
Ministerio del Interior. Madrid 1996
5
Paiva, Miguel A. “Programa de Ordenamiento y Transformación en la Dirección Nacional de Institutos
Penales, año 1967”. Revista Penal y Penitenciaria, Tomo XXVII. Buenos Aires, 1966. pp, 5.
62
VENTAJAS E INCONVENIENTES
Entre las ventajas de los Complejos Penitenciarios pueden citarse principalmente las
de orden práctico y económico:
• Disminuye la necesidad de obtener nuevos predios para la implantación de futuros
establecimientos. La ubicación de nuevos establecimientos es un proceso conflictivo
debido principalmente a la resistencia de las comunidades a aceptarlos y a la dificultad
en hallar predios de las superficies y características necesarias para este tipo de
emprendimientos.
• Se reducen las distancias de traslados entre los distintos establecimientos que lo
componen.
• Permiten la concentración y participación de servicios tales como alimentación,
lavandería, especialidades médicas y mantenimiento.
• Proveen oportunidades para que el personal pueda desempeñarse en establecimientos
distintos y específicos dentro de la misma localidad.
• Facilitan compartir recursos en caso de emergencias y crear mayores oportunidades de
promoción y capacitación del personal.
• Se amplía la oferta penológica al contar con mayor diversidad de regímenes en
una misma área.
Entre sus desventajas se pueden mencionar el requerimiento de una mayor planificación
y coordinación para un funcionamiento correcto, una mayor presión sobre el personal
debido a la escala de la agrupación y algunas dificultades que pueden surgir en orden
al gerenciamento del conjunto.
los problemas que plantea la gran escala del establecimiento más que el seguimiento y la
evolución del tratamiento de los internos.
Esta capacidad óptima varía según el perfil de la población penal alojada, donde la exigencia
de una mayor supervisión o la necesidad de implantar tratamientos de mayor intensidad
requiere de grupos más reducidos, por ejemplo 150 internos para el caso de jóvenes
adultos, hasta 300 o 400 internos para una unidad de condenados.
La gestión de un Complejo Penitenciario necesita una organización particular y distinta de
una unidad clásica, adaptada a sus múltiples funciones y objetivos. Es así que las funciones
directivas del Complejo sólo pueden concentrarse en lo que atañe a coordinación y
dependencia de los servicios comunes.
A nivel de la gestión de los programas de tratamiento y de supervisión de los internos
la autonomía debe ser completa, de la misma forma en lo que respecta al resto de las
funciones que las componen, y de las cuales depende la implementación del régimen
interno de cada uno de los establecimientos y éste aspecto debe verse reflejado en
la solución arquitectónica.
De esta condición depende que se pueda alcanzar el objetivo de individualización del
tratamiento requerido por la legislación y las Reglas Mínimas. Si no existiera separación
en los locales que frecuentan los internos, ni independencia administrativa respecto
de la gestión de la población penal, si se unificara la supervisión y los servicios de
custodia que los controlan, no sería posible instalar un régimen diferenciado o al menos
mantenerlo en el tiempo.
En estos aspectos el concepto de Complejo Penitenciario no coincide con el de Unidad
clásica. Coexisten unidades centralizadas (v.gr.: Coordinación General, Seguridad Externa,
Servicios Generales, los servicios administrativos no vinculados a la aplicación del
régimen) con unidades que necesariamente deben ser descentralizadas (v.gr.: Seguridad
Interna, Programas de Tratamiento y los servicios administrativos vinculados a la gestión
de Internos). Esta particular configuración requiere de un diseño edilicio diferente del
propuesto para las clásicas cárceles y prisiones.
SERVICIOS COMPARTIBLES
Los servicios frecuentemente compartidos en los complejos son los de alimentación,
asistencia médica especializada, mantenimiento y capacitación de personal6.
El almacenaje, la preparación y la distribución de la comida pueden presentar diversas
variantes en su centralización. Del mismo modo pueden compartirse los servicios
de lavandería.
6
“Prison Complexes: An Overview”. National Institute of Corrections. Boulder, 1992.
64
RÉGIMEN PENITENCIARIO
Las condiciones físicas y funcionales para que, en el caso que nos ocupa, un establecimiento
logre independencia funcional de otro comprende al menos las siguientes características:
1. El alojamiento separado de los internos por grupos homogéneos.
2. La independencia del conjunto de locales frecuentado por cada grupo de internos.
3. El personal de custodia y gestión vinculado al tratamiento de los internos asignado
especialmente a dicho grupo humano.
4. La especificidad de la organización funcional y reglamentaria que determine las
actividades de dicho grupo.
Estas condiciones son las que determinan el régimen penitenciario. Cuando no se verifique
algunas de ellas estaremos en presencia de un “establecimiento mixto”. El establecimiento
mixto, como tal, está condenado al fracaso, por resultar altamente dificultoso, si no
imposible, la implementación de distintos regímenes penitenciarios bajo un mismo
reglamento, por el mismo personal o en un mismo espacio físico.
CASOS INTERNACIONALES
Lo que podríamos llamar complejos de primera generación lo constituyen un conjunto de
establecimientos que comparten la ubicación y un limitado número de servicios.
65
7
La prisión de Fresnes, ubicada entonces en las afueras de París, fue proyectada en 1898 por el arquitecto
Henri Poussin y su diseño impuso el sistema llamado “paralelo” o “poste de teléfono”, de amplia aplicación
durante el siglo XX. Cfr.: Poussin, Henri (1900). “Notice avec plans et dessins sur les nouvelles prisons
départementales de Fresnes-lès-Rungis” Libraire de la Construction Moderne, Paris.
8
“Architecture et Justice. Deux siécles d’evolution”. Ministére de la Justice. Paris, 1988.
9
La Maison d’arrêt de Fleury-Mérogis fue proyectada por Guillaume Guillet sobre un predio de 180
hectáreas a 30 kilómetros de París. El proyecto, con un total de 133.500 metros cuadrados, incluyó
una “maison d’arrêt” para 3.112 hombres, un establecimiento para jóvenes adultos de 560 plazas
y una cárcel correccional de mujeres de 430 plazas. El informe de la Asamblea Nacional adjudica
el estado que presenta el establecimiento a la falta de presupuesto suficiente y a la escasez de
personal técnico encargado del mantenimiento, situación ésta que resulta crónica tanto en ése país
como en muchos otros.
66
En los últimos siete años el Federal Bureau of Prisons, debido al crecimiento experimentado
por la población penal federal, ha venido construyendo complejos penitenciarios del
tipo que puede apreciarse en la figura.
Estos complejos, como puede observarse en los planos y croquis adjuntos, conforman
establecimientos independientes en todo lo que se refiere al tratamiento y nivel de seguridad
requerido para cada categoría de internos, conservando una separación física y funcional
acorde con los fines penológicos perseguidos.
68
10
El Complejo Penitenciario de Córdoba consta de cuatro unidades para condenados, dos de máxima
seguridad y dos de seguridad media, una de las cuales incluye una sección independiente para
jóvenes adultos. Fue proyectado en 1997 por el estudio GGMPU arquitectos con una capacidad
total de 1.427 plazas.
11
O’Connor, Juan J. “Plan de Construcciones Carcelarias y organización de los establecimientos”. Revista
Penal y Penitenciaria, Tomo I. Buenos Aires, 1936. pp. 276 y sgtes.
69
12
El subrayado es nuestro.
13
Frías, Jorge H. “Proyecto sobre unificación de la pena y construcciones carcelarias en la República” Revista
Penal y Penitenciaria, Tomo VIII,. Buenos Aires, 1943. pp.107 y sgtes.
14
Dupréel, Jean. “Construcciones Penitenciarias en la Argentina”. Revista Penal y Penitenciaria, Tomo
XXVI,. Buenos Aires, 1964. El señor Jean Dupréel fue Director de Establecimientos Penitenciarios
de Bélgica.
15
El subrayado es nuestro.
70
“Las altas murallas, costosas y deprimentes, serán reemplazadas por otros dispositivos
arquitectónicos. La seguridad será procurada, tanto como sea posible, por el mismo
régimen (disciplina aceptada, conocimiento de los hombres por el personal), de
preferencia a las medidas puramente materiales y exteriores”.
Las plazas del Complejo Penitenciario se distribuían en un 20% de máxima seguridad,
un 50% de mediana seguridad y un 30% de mínima seguridad, más una pequeña
sección de 20 plazas de semilibertad. Además proponía un futuro establecimiento
para jóvenes adultos.
El esquema organizacional propuesto presentaba un Director Principal “encargado de la
coordinación de los diversos servicios y de la administración de los servicios comunes a los
establecimientos”, dos Directores Adjuntos, uno para la sección de máxima seguridad y
otro para la de mediana seguridad, un Subdirector a las órdenes del Adjunto de la sección
de mediana seguridad, un Jefe de Seguridad Interna para cada uno de los establecimientos
y un Jefe de Seguridad Externa dependiendo del Director Principal.
Los Directores Adjuntos “dirigirán sus secciones como si se trataran de establecimientos
independientes, bajo la supervisión del Director Principal, quien sólo asumirá directamente
la administración de los servicios comunes. La finalidad buscada es la de asegurar, desde el
punto de vista penitenciario, la autonomía suficiente de cada una de las secciones”.
Al mismo tiempo adelantaba la necesidad de adaptar los cuadros de funcionarios a las
nuevas modalidades de gestión penitenciaria, debido al desafío que implicaban los cambios
en la naturaleza de las funciones y en la calificación del personal.
En sus conclusiones Dupréel resumía las pautas rectoras del proyecto:
“Asegurar a los reclusos condiciones de vida que, salvo la privación de la libertad, se
aproximen cuanto sea posible a una experiencia normal, con ocasiones de actividad
social y de momentos de calma y soledad. No deshumanizar al recluso es la mejor
manera de preparar su rehabilitación. En esta perspectiva, la arquitectura penitenciaria
juega un importante papel”.
“El fraccionamiento interior de las diversas secciones permitirá, además, individualizar
los regímenes en una muy extensa medida”.
CÁRCELES Y PRISIONES
El Inspector General J. Carlos García Basalo16, al abordar el tema de la organización
penitenciaria sostiene que con “lamentable frecuencia se confunden dos instituciones,
la cárcel y la prisión, totalmente diferentes por su origen, por su misión y por su
16
Ver “Cinco cuestiones de política penitenciaria” y “¿A dónde va la prisión?” en Doctrina y Acción
Postpenitenciaria, Buenos Aires, 1991 y 1993.
71
régimen. Adviértense con más facilidad sus parciales semejanzas externas que sus
íntimas diferencias esenciales”.
Es así que las soluciones arquitectónicas empleadas en un complejo carcelario, destinado
a procesados, no son siempre adecuadas para complejos de condenados, por lo que su
adopción debe ir precedida de un amplio y cuidadoso análisis.
Como se ha señalado el origen, la misión, el régimen y la dinámica de ambas instituciones
son completamente diferentes, por lo que requieren respuestas arquitectónicas y operativas
ajustadas al régimen de cada una de ellas.
Michael O’Toole, especialista en cárceles del National Institute of Corrections de
Norteamérica, destaca que existe la falsa creencia en la comunidad de que cárceles y
prisiones no son demasiado diferentes entre sí y señala que las cárceles son vistas por
el público como un elemento menos sofisticado que las prisiones dentro del sistema de
ejecución penal. A esto ayuda la semejanza física que existe en muchos elementos que
conforman el diseño edilicio de ambas instituciones. De todas formas lo importante,
sostiene, está en sus diferencias y no en sus semejanzas. O’Toole menciona la alta rotación
de la población carcelaria, en contraste con el escaso recambio de internos que existe en las
prisiones, como la más significativa diferencia entre ambas instituciones17.
Un caso particular que no debe confundirse con lo que hemos denominado “establecimientos
mixtos” son los establecimientos multiniveles. En el Servicio Correccional de Canadá,
que posee edificios penitenciarios con los mejores diseños que hemos visto al presente,
han propuesto la creación de institutos multiniveles para resolver las particularidades que
presenta el sistema correccional de ese país, caracterizado por una relativamente baja
población penal y un extenso territorio.
Las características de estos establecimientos son las siguientes: capacidad máxima no
superior a 500 internos; unidades semi-autónomas de hasta 100 internos integradas por
grupos habitacionales identificables de 10 plazas; población objetivo compuesta por no
más de 20% de alojamientos de máxima seguridad y 20% de mínima seguridad, siendo
el resto del establecimiento de seguridad media; preparación y distribución de alimentos
bajo responsabilidad gradual de los internos conforme al nivel de clasificación; programas,
recreación, deportes y visitas organizados en cada unidad semi-autónoma; control de las
llaves de las habitaciones individuales por parte de los internos en media y baja seguridad y
configuración de un perímetro seguro en orden a proteger a la comunidad18.
17
O’Toole, Michael. “Jails and Prisons: The Numbers Say They Are More Different Than Generally
Assumed”. American Jails. Hagerstown, May-June 1997.
18
“Report of the Task Force on Security” Correctional Service of Canada. Disponible en www.csc-
scc.gov.ca.
72
19
Hopkins, Alfred. “Prison and Prison Building”. New York, 1930. El arquitecto Hopkins diseñó varios
penales en donde introdujo algunos cambios por entonces revolucionarios y que serían adoptados
posteriormente. El reemplazo de la clásica muralla por el doble cerco de alambre, distintos tipos de celdas
para diferenciar los alojamientos y los comedores comunitarios figuran entre ellos.
20
Datos del Federal Bureau of Prisons correspondientes a agosto de 2000.
21
Dirección General de Instituciones Penitenciarias, Informe General. Madrid, 1998.
22
El Art. 74 de la Ley Orgánica General Penitenciaria define como “Régimen Abierto” el aplicable a los
clasificados en tercer grado, Régimen Ordinario al correspondiente a los internos de 2° grado y sin
clasificar y “Régimen Cerrado” al aplicable a internos de 1° grado.
73
Hemos visto que para la República Argentina, el Experto de las Naciones Unidas Jean
Dupréel propuso para el proyecto del Complejo de Condenados de Ezeiza las siguientes
proporciones sobre un total de 1.000 internos:
• Máxima Seguridad : 200 plazas 20%
• Mediana Seguridad : 500 plazas 50%
• Mínima Seguridad : 300 plazas 30%
Estas cifras parecen estar en coincidencia con la clasificación de los condenados
según la progresividad de régimen, relevadas por el Servicio Penitenciario Federal
(ver Cuadro 1).
Del análisis de las cifras y considerando su alojamiento en los distintos establecimientos
que respondan a la atenuación de las restricciones inherentes a la pena, surge que 19%
corresponde a Alta y Máxima Seguridad, 71% a Mediana y Baja Seguridad y 9% a
Institutos Abiertos, mientras que, por su régimen, 56% califican para régimen cerrado,
34% para semiabierto y 9% para régimen abierto.
En el caso del proyectado Complejo Federal de Condenados de Agote (Provincia de
Buenos Aires), donde sólo se ubicarán establecimientos cerrados y semiabiertos, resulta
para una población de 800 penados varones la siguiente cantidad de plazas, según el
régimen y el nivel de seguridad:
• Cerrado de Máxima y Alta : 180 plazas (22%)
• Cerrado de Mediana : 320 plazas (40%)
• Semiabierto de Mediana : 150 plazas (19%)
• Semiabierto de Baja : 150 plazas (19%)
Las cifras presentadas parecen estar en línea con los siguientes conceptos: “La criminología,
mediante la investigación de la clínica criminológica demuestra que, por ejemplo, desde
el punto de vista de la seguridad, que suele ser una de las preocupaciones de la opinión
CUADRO 1
23
García Basalo, op.cit.
24
Para ese entonces la ciudad de Buenos Aires contaba tres establecimientos para procesados: la cárcel de
Encausados de la Capital Federal, la Prisión de la Capital Federal y el Instituto de Detención de la Capital
Federal, más conocido como cárcel de Villa Devoto. La Cárcel de Encausados es una torre de 80 metros
de altura y 22 pisos diseñada a comienzos de los ’60 y habilitada en 1979, de una capacidad de 1860
celdas individuales y 85.000 metros cuadrados. A su fracaso como unidad penal contribuyeron la falta de
completamiento del diseño original, nunca se edificó la sede contigua para los tribunales del crimen, la
excesiva duración de los procesos judiciales y la escasa manutención de sus instalaciones, agravadas por
sucesivos motines y disturbios originados en un desvío de las condiciones operativas originales, todo lo cual
había convertido al edificio en inhabitable. La Prisión de la Capital Federal, en realidad un establecimiento
mixto con mayoría de jóvenes adultos, es un antiguo edificio con más de 100 años de servicio, diseñado
para Casa de Corrección de Menores, compuesto por alojamientos colectivos y con una disposición del
tipo “self-enclosed”; y el Instituto de Detención de la Capital Federal, un establecimiento proyectado en
1927 siguiendo los lineamientos de la prisión francesa de Fresnes que funcionó hasta fines de la década
del ’50 como depósito de contraventores de la Policía Federal. Los dos primeros fueron desafectados
mientras que el tercero aún se encuentra en servicio.
25
El Complejo Federal de Condenados originariamente se iba a construir en las afueras de la ciudad
de Campana, al norte de Buenos Aires, pero debido a la resistencia opuesta por los vecinos debió
modificarse su implantación, lo cual habla de la dificultad para obtener predios con este destino y
de la importancia del fenómeno social que en los países sajones se conoce como NIMBY (Not in my
back yard - No en mi patio trasero).
75
De esta forma el Complejo de Ezeiza quedó conformado por seis cárceles y un hospital
penitenciario y el Complejo de Marcos Paz por cinco cárceles.
Para el Complejo Federal de Condenados las pautas fueron diferentes: aquí se trató de
agrupar en una única implantación cuatro prisiones con diversos regímenes para los internos
que, a falta de establecimientos para condenados en el área metropolitana de Buenos Aires,
eran destinados a prisiones en sitios alejados de sus comunidades de origen26.
El Plan Director de la Política Penitenciaria Nacional generó una profunda renovación
del sistema federal de prisiones argentino. Dicho documento, elaborado por la entonces
Secretaría de Política Penitenciaria y de Readaptación Social del Ministerio de Justicia,
partió de un diagnóstico que abarcó todo el arco de la problemática penitenciaria y uno de
cuyos puntos comprendió el área de la infraestructura física.
El cuadro que los edificios penitenciarios administrados por el gobierno nacional
presentaban a ese momento era delicado. Esta situación estaba motivada por décadas
de desinversión, agravada por las destrucciones causadas por los violentos motines
de la década del ’80.
Esta condición afectaba particularmente al área de la Capital Federal cuyos edificios
carcelarios se encontraban al borde del colapso. La Prisión de la Capital Federal, conocida
como la cárcel vieja de la Avenida Caseros, un edificio de más de 100 años de existencia,
estaba superpoblada, con una planta obsoleta y con su infraestructura seriamente dañada.
Su vecina, la Cárcel de Encausados, a sólo 15 años de habilitada, se hallaba interiormente
destruida y con su capacidad reducida en un 50%27.
El Instituto de Detención de Villa Devoto posee un diseño inadecuado para las actuales
exigencias penitenciarias, juntamente con severas deficiencias de funcionamiento. Todos
estos edificios compartían además una inconveniente ubicación en zonas densamente
pobladas del ejido capitalino.
Por otra parte la región metropolitana de Buenos Aires carece de establecimientos para
condenados que permitieran atender las necesidades que genera la ejecución de las penas
privativas de libertad, con institutos que abarcaran todas las etapas de la progresividad del
régimen penitenciario, esto es institutos cerrados, semiabiertos y abiertos28.
26
Desde la demolición de la Penitenciaría Nacional en 1961 la ciudad de Buenos Aires carece de
establecimientos para condenados, sólo existen pequeñas unidades abiertas para internos que transitan
las últimas etapas de sus condenas.
27
A la fecha ambos edificios se hallan en proceso de demolición y la zona fue incluida en un proyecto
de renovación urbana.
28
El Capítulo XV de la Ley 24.660 está dedicado a los Establecimientos Penitenciarios. Allí se requiere los
siguientes tipos de establecimientos: cárceles o alcaidías para procesados, centros de observación para
el estudio criminológico del condenado, instituciones diferenciadas por su régimen para la ejecución
de la pena, establecimientos de carácter asistencial y centros de atención para condenados en el
medio libre. El artículo 182 especifica que el régimen de los establecimientos para condenados será
abierto, semiabierto y cerrado.
76
29
La Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad n° 24.660, sancionada el 8 de julio de 1996,
reemplazó a la Ley Penitenciaria Nacional de 1958. También se promulgaron el Reglamento General
de Procesados (Decreto 303/96), el Reglamento de Disciplina para los Internos (Decreto 18/97), el
Reglamento de Comunicaciones para los Internos (Decreto 1.136/97) y el Reglamento de las modalidades
básicas de la ejecución (Decreto 396/99) junto a otros cuerpos normativos.
77
30
El Complejo Federal de Condenados fue licitado en 1999, presentándose tres proyectos de destacadas
firmas argentinas e internacionales, sin embargo los trabajos no fueron ejecutados.
78
31
Para una descripción más completa de las recientes tendencias arquitectónicas y sus orígenes véase
García Basalo, Carlos Alejo. “La arquitectura penitenciaria de nueva generación” en Revista Chilena de
Criminología y Estudios Penitenciarios N° 4. Santiago de Chile, Mayo de 2002.
32
Siglas de “Crime Prevention Through Environmental Design”, término acuñado por el criminólogo
norteamericano Ray Jeffery en la década del ’70, que define un conjunto de técnicas para reducir mediante
el diseño arquitectónico el crimen urbano. Estas se basan en el control de accesos, la vigilancia casual y el
reforzamiento territorial. En América del Sur estos conceptos están siendo aplicados en varias comunas
de Santiago de Chile. Cfr.: Rau Vargas, M. y Stephen, R. “La Granja y Peñalolén. Informe final de
vulnerabilidad espacial delictiva 2000”, Fundación Paz Ciudadana. Santiago de Chile, 2001.
79
CRITERIOS DE DISEÑO
Paulatinamente la arquitectura penitenciaria va evolucionando hacia modelos cada
vez más mimetizados con la arquitectura civil, abandonando aquellas características
que resultan típicas de los edificios institucionales, originados en la concepción clásica
de las prisiones.
Christian Demonchy33 señala que la prisión clásica ha mantenido a lo largo del tiempo las
siguientes características arquitectónicas:
• Un edificio único, de planta más o menos tentacular, compuesto por las áreas accesibles
a los internos, donde todas las vinculaciones son interiores.
• Cada espacio destinado a los reclusos está concebido como una prisión dentro de la
prisión: celdas, talleres, aulas y patios.
• Todas estas micro-prisiones se encuentran ligadas entre sí por una trama circulatoria
cubierta donde trabaja el personal de vigilancia.
De estas características, concluye, se desprenden las siguientes consecuencias: los internos
y el personal no conviven en el mismo espacio, lo cual refuerza una relación antagónica,
antes que de cooperación. En segundo lugar no existe urbanismo: para los guardias
la prisión es un lugar de trabajo. Para los detenidos, que viven 24 horas los 365 días
del año, la posición relativa de los distintos locales les es indiferente, ya que han sido
planificados para la comodidad del personal.
Entre los criterios que son aplicados al diseño de las nuevas cárceles y prisiones, y que
tienen incidencia en la calidad de vida tanto de los internos como del personal, están
los que se mencionan a continuación.
La celda va perdiendo el carácter de lugar de reclusión y aislamiento que le asignaba
la penología del siglo XIX. Hoy en día constituye el espacio personal del interno a
partir del cual construye su identidad. La celda se transforma así en refugio de su
33
Christian Demonchy es arquitecto y ha diseñado, junto a Noële Janet, la prisión francesa de Mauzac para
240 detenidos utilizando el partido “campus plan”, proyecto obtenido por concurso en 1984.
80
Integración
El Complejo Penitenciario Federal I posee una composición modular, integrada por
unidades semi-autónomas que incluyen cuatro Módulos Residenciales de 300 plazas cada
81
34
Posteriormente fue adicionado, en el remate de la avenida central, un quinto módulo de residencia con
una capacidad de 120 plazas, no previsto en el plan original de la obra.
82
por la gran concentración edilicia, los espacios reducidos y las dificultades para
orientarse en su interior.
Los cercos perimetrales de los Módulos se encuentran convenientemente separados
unos de otros por distancias que en ningún caso son inferiores a 30 metros. A su vez
los edificios interiores conservan una distancia de 20 metros respecto del perímetro
del Módulo.
Esto hace que la separación efectiva entre celdas de distintos módulos supere los
70 metros, mientras que la celda más próxima a la vía pública se encuentra a más
de 140 metros.
El Módulo Tipo
El Módulo Tipo35 se desarrolla a partir de un gran espacio central abierto de forma
triangular en torno al cual se han ubicado los volúmenes edilicios, respondiendo
35
El Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza fue proyectado por los arquitectos Spillis, Candela &
Partners y el partido arquitectónico del Módulo Tipo se encuentra inspirado en el Federal Correctional
Complex de Coleman, Florida.
83
Unidades Residenciales
Cada Módulo cuenta con seis unidades habitacionales (pabellones) completamente
separadas entre sí. Cada una de ellas posee 50 celdas en dos niveles, las cuales rodean
un amplio espacio central destinado a salón de estar, de doble altura y 200 metros
cuadrados de superficie. Desde aquí es posible acceder en forma directa a un patio
abierto de 160 metros cuadrados.
El puesto del agente conforma un local seguro que concentra las líneas visuales a todos los
sectores del salón de día y del patio. Desde aquí también puede observarse la totalidad de
los accesos a las celdas y a los locales sanitarios. Esta disposición permite que cada
unidad sea operada bajo la modalidad de vigilancia remota, con un agente dentro
del puesto de control, o de supervisión directa con vigilancia adicional, mediante la
asignación de un agente en el interior de la unidad para que interactúe durante las
horas diurnas con los internos.
85
La unidad habitacional cuenta también con ocho duchas ubicadas en boxes individuales,
un lavadero para prendas personales y locales de servicio destinados a la conservación
de la higiene. Los internos también cuentan con un grifo de provisión de agua caliente
para preparar infusiones.
En materia de seguridad estructural todos los locales se hallan rodeados por una envolvente
segura, la cual conforma una sub-zona dentro del Módulo. El ingreso, desde el corredor
anular del Módulo, se realiza a través de una esclusa con doble puerta de apertura
alternativa y remota. Posee también una puerta de emergencia ubicada en el extremo
opuesto del salón que permite una rápida evacuación.
También cuenta con dispositivos que hacen a la seguridad instrumental. Todas las
puertas de las celdas poseen comando de apertura a distancia con sensores de posición.
Asimismo son remotos los accionamientos de los equipos de iluminación, calefacción y
comunicaciones. La carpintería fue fabricada bajo normas de seguridad penitenciaria,
lo cual motivó que el IRAM (Instituto Argentino de Normalización) desarrollara normas
técnicas36 para determinar el grado de prestación y resistencia de puertas, ventanas,
cerraduras, vidriados y otros sistemas de seguridad carcelaria.
36
Las normas técnicas penitenciarias homologadas por IRAM son las siguientes: 3861, 3863 y 3868 sobre
aberturas de visión, puertas y vidriados de seguridad; 3864 de artefactos sanitarios antivandálicos; 3865
sobre cerraduras penitenciarias y 3867 y 3869 sobre planchuelas y barrotes de alta resistencia.
86
Las celdas individuales poseen una superficie de ocho metros cuadrados y se hallan
equipadas con cama, escritorio, banco y armario. Un artefacto combinado de acero
inoxidable presta los servicios sanitarios. Todas tienen una ventana de seguridad abierta
hacia los espacios exteriores cuyas visuales resultan mejoradas mediante el empleo de
alambrados perimetrales que permiten una perspectiva más amplia del entorno rural. Un
sistema de comunicación lo vincula con el puesto del agente. Una celda por pabellón es
apta para ser ocupada por personas con movilidad reducida.
para internos que deban estar bajo vigilancia permanente debido al riesgo que presentan
de autoagresión y suicidio.
Los pabellones presentan características y envolventes de máxima y alta seguridad a
los efectos de permitir el alojamiento de los internos seleccionados según los riesgos
y necesidades que presenten. Cada pabellón posee salón de día y un patio abierto
directamente accesible, los cuales –junto con el resto de los locales– se encuentran
dispuestos de forma tal que resultan visibles desde el puesto de control. Adicionalmente
en la esclusa de seguridad de acceso al pabellón se ubicaron salas de entrevistas y
reuniones para el trabajo de los profesionales con los internos y para conducir las
sesiones de terapia grupal.
El edificio de Programas y Servicios se estructura sobre un eje materializado por una
circulación semicubierta que se abre a un espacio ajardinado interior, permitiendo que
tanto internos como personal accedan visualmente a ellos.
Los programas de tratamiento, que cubren tanto actividades pasivas como activas,
se llevan a cabo en espacios para grupos pequeños y manejables de internos. En su
diseño se contemplaron las necesidades de los internos, las actividades que desarrollan
y la flexibilidad de uso.
Seguridad perimetral
La seguridad estructural del Complejo Penitenciario Federal I comprende una serie de
perímetros concéntricos que van desde el doble cerco perimetral del conjunto hasta la
envolvente de seguridad de la celda, pasando por sucesivas circunvalaciones intermedias.
Este tipo de envolventes se conoce como “cáscara de cebolla”, donde los distintos
perímetros resultan concéntricos unos de otros.
El sistema de seguridad perimetral es del tipo dinámico, que prescinde en su casi
totalidad del empleo de los tradicionales puestos fijos elevados que han caracterizado
a las cárceles hasta el presente.
En su lugar se emplean dobles alambrados de seguridad junto con sensores de alerta
temprana cuya función es detectar, obstaculizar y demorar los intentos de fuga. En forma
complementaria y exterior existen caminos de ronda por donde circulan patrullas móviles,
equipadas para recibir señales de alerta y con dispositivos aptos para controlar eficazmente
las diversas situaciones que se pudieran producir.
El empleo de patrullas móviles contribuye también a mejorar los costos operativos
del complejo y a generar una mayor profesionalización de los cuadros destinados a
la vigilancia exterior.
89
CONCLUSIÓN
El estado del conocimiento coincide en afirmar que los establecimientos cerrados de escala
reducida tienen mayores posibilidades de resultar exitosos en lograr una mejor reinserción
de los internos y por lo tanto una disminución de la reincidencia criminal, cuestión que
resulta improbable, sino imposible, en los grandes establecimientos clásicos.
Si bien los complejos penitenciarios difieren de los conceptos ideales presentados, resultan
una alternativa en el presente para las grandes aglomeraciones urbanas, donde las
restricciones existentes conspiran para la instalación de pequeñas unidades independientes
con un diseño que reproduzca, de la mejor forma, las condiciones de la vida libre.
37
Para una descripción de los Principios y Dinámicas de la Supervisión Directa véase García Basalo,
Carlos Alejo op.cit.
90
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Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios
N° 6 - Mayo 2003 - Santiago de Chile
93 - 122
Lo femenino y lo masculino
en los lesbianismos intrapenitenciarios*
Resumen
El presente estudio exploratorio tuvo como objetivo conocer y comprender, a partir de una perspectiva
de género, el comportamiento lésbico intrapenitenciario. Principalmente se indagó en la articulación de
las relaciones de género al interior de un sistema penitenciario, el vínculo existente entre el lesbianismo
y las relaciones de poder y dominación, la adopción de roles de género en sus relaciones socio-sexuales,
la manera en que asumen las mujeres recluidas su sexualidad, cómo influye el contexto sociocultural de
la subcultura carcelaria y de la cultura del hampa en la articulación y rearticulación de la conformación
identitaria, la articulación del tipo de acto delictual con el comportamiento lésbico intramuros y,
finalmente, la resolución a nivel identitario de tensiones y conflictos subjetivos e intersubjetivos que
generan las experiencias lésbicas, contrastándolas con la feminidad hegemónica.
Abstract
The objective of the present exploratory study was knowing and understanding –from a genre
perspective– the intrapenitentiary lesbian behavior, specially the articulation of genre relations within the
penitentiary system, the entailment existing between lesbianism and the power/domination continuum,
the adoption of genre roles in their social and sexual relations and how women assume their sexuality,
the influence of the particular social context of prison’s culture over their identity’s re-structuration
process, the relation between the differents types of offense and prison’s lesbian behavior and, finally,
the identity’s resolution of tensions and conflicts –subjective and intersubjectives as well– generated by
the lesbian experience in contrast with hegemonic feminity.
INTRODUCCIÓN: TEMATIZACIÓN
La sexualidad es un ámbito de significación que varía según las culturas. A lo largo de
la historia de Occidente se han elaborado concepciones y teorizaciones respecto
a su naturaleza, principalmente porque se ha pretendido controlar este ámbito de
relaciones instintivas y sociales ya sea desde el espacio religioso, político y/o científico,
controlando las acciones de los sujetos y otorgando así al mundo social un carácter
ordenado y predecible.
* Tesis para optar al título de socióloga. Dirigida por Sonia Montecino, antropóloga Universidad de Chile.
94
El carácter normativo, desviado o delictual de los sujetos respecto a las normas y valores
varía significativamente de una cultura a otra. Cada contexto social mantiene su propio
sistema de valores respecto a la moral, por lo cual comportamientos considerados
inadecuados para un yo social pueden ser absolutamente aceptados en otro contexto.
Dependiendo del contexto sociocultural y asociado a los valores y normas de su comunidad,
emergen diferentes maneras de situarse frente a la realidad y constituir la identidad
social de los individuos. Uno de estos posicionamientos, que aparece típicamente
como opuesto a las normas y valores dominantes, es lo que se rotula como “subcultura
homosexual”, área temática-teórica que surge junto al desarrollo de la ciencia como
legitimación del conocimiento.
La conducta sexual y las respectivas diferencias de género son definidas social y
culturalmente por una sociedad situada en un espacio y tiempo determinados. El rótulo
de los y las homosexuales constituyen construcciones de las ciencias en su intento de
clasificar, categorizar y controlar el cuerpo humano. Foucault afirma que no hay duda de
que la aparición, en el siglo diecinueve, en la psiquiatría, la jurisprudencia y la literatura, de
toda una serie de discursos sobre las distintas especies y subespecies de homosexualidad,
inversión, “hermafroditismo psíquico”, etc., hicieron posible un fuerte avance de los
controles sociales en el área de las “perversiones”; pero también hizo posible la formación
del discurso inverso: la homosexualidad empezó a hablar por sí misma y a demandar
que es legítimo ser conocido (Foucault, M. 1998). Por primera vez en la historia surge la
posibilidad de identificarse con una serie de espacios sociales que cuestionan la cultura
dominante, que conforman subculturas al interior de una comunidad y que, si bien
pertenecen a dicha comunidad, son capaces de originar una propia identidad al tiempo
de influir en la cultura dominante.
La conformación de una subcultura implica la existencia de ciertas estructuras valóricas
que, integrando otro sistema más amplio y central, ha cristalizado aparte. En este sentido,
“surgen valores compartidos que los miembros de la subcultura aprenden, adoptan e
inclusive exhiben, y que difieren en cantidad y calidad de los de la cultura dominante”
(Wolfgang, M.E. y Ferracuti, F. 1971).
En nuestra cultura occidental, los comportamientos humanos se encuentran bajo la
presión de lo dicotómico, siendo clasificados según sean evaluados como buenos o malos,
permitidos/prohibidos, públicos/privados, hombres/mujeres; pasivos/activos, arriba/abajo,
etc., internalizando en los sujetos tal visión de mundo. Sin embargo, los comportamientos
humanos no se ajustan a las expectativas socialmente esperadas, alejándose en muchas
ocasiones de las normas y valores establecidos, siendo rotulados socialmente de “desviados”,
y sometiéndolos a sanciones ya sean formales o informales. Actualmente, los sujetos
que no cumplen las reglas establecidas son formalmente castigados, clasificándolos de
delincuentes y/o criminales y luego encarcelándolos y privándolos/as de libertad. Así
también se castiga formalmente a toda persona que no cumple las reglas implícitas
y/o explícitas de comportamientos sexuales “normales”, rotulándolos de homosexuales
95
REFERENCIA TEÓRICA
La investigación empírica sobre el comportamiento femenino lésbico intrapenitenciario
implicó revisar y discutir esta área temática a partir de un conjunto de paradigmas, teorías
y conceptos teórico-analíticos que permitieron su comprensión y aprehensión. Con tal
finalidad se abordó la problemática en estudio desde las teorías de Género y la
categoría de género, lo que permitió comprender y aprehender las construcciones
socio-simbólicas que dan forma a los comportamientos lésbicos y conformaciones
identitarias intrapenitenciarias, para luego acercarnos al universo carcelario que contiene
y estructura la cultura lésbica.
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Para Moore, H. existen dos formas de conceptuar el género, aquella que lo define como
una construcción cultural o simbólica y la que lo considera como construcción social. La
primera remite a un análisis simbólico, que nos indica acerca del comportamiento ideal
de hombres y mujeres en sus respectivos papeles sociales y de las representaciones de lo
femenino y masculino (Moore, H. 1991).
En el marco de lo simbólico se sitúa Sherry Ortner quien, utilizando el modelo
naturaleza/cultura, sostiene que la asociación en el ámbito simbólico de la mujer con la
naturaleza y del hombre con la cultura, coloca a la mujer en una posición subordinada. Esta
proximidad de las mujeres con la naturaleza estaría dada por su capacidad reproductiva
(Ortner, S. 1979). Sin embargo, luego de una serie de críticas que apuntan a considerar
su postura como etnocéntrica, tendiente a generalizar dicha oposición y su reproducción
estructuralista al estilo de Levi-Strauss, la autora da respuesta a dichas críticas señalando
que el prestigio es el elemento clave para entender el orden social como diferencias de
género, pues las relaciones de género son en sí relaciones de prestigio. Por lo tanto se
debe atender a las estructuras de prestigio presentes en las culturas, las que son resultado
de una evaluación social concreta, constituyéndose en la condición necesaria para la
reproducción de los sistemas de status en una determinada sociedad. Las estructuras de
prestigio estarían acentuadas en determinadas fuentes de prestigio que se plasman en un
sistema de oposiciones significativas.
Así también en el análisis simbólico está el trabajo de Rosaldo. La autora, utilizando el
modelo teórico doméstico/público, vincula la identificación denigrante de la mujer con
lo doméstico, el que se encuentra subvalorado en relación con la esfera pública, que está
dominada por el hombre. La mujer estaría asociada a lo privado por su función reproductora,
su rol de madre responsable de la crianza de los hijos. (Rosaldo M. 1974).
En el ámbito nacional y desde una perspectiva simbólica de género se sitúa el trabajo de
Sonia Montecino, quien señala que nuestro ser latinoamericano se arraiga en nuestro
origen mestizo fruto de una relación entre una madre india y un padre español, ausente
y desconocido. Este núcleo modélico familiar, de una madre sola y sus hijos, díada
madre/hijo, permite a la cultura mestiza construir lo femenino desde el modelo de la madre
presente y lo masculino a partir del modelo de hijo o padre ausente, creando en nuestro
imaginario un orden de géneros. Esta matriz de significado generará para el “huacho” un
campo de tensiones con las mujeres/madres, en su intento de superar su estadio de hijo y
acceder al de hombre. Globalmente, la madre se constituye en el único referente del origen
y socialización de nuestro modo cultural latinoamericano (Montecino, S. 1991).
Ahora bien, la orientación teórica que considera el género como construcción social se
sitúa en las relaciones sociales, en lo que “hacen” los individuos, en la división sexual del
trabajo y en el control y acceso diferencial de los sexos a los medios de producción. Se
sostiene que el acceso igualitario a los medios de producción conllevaría a la igualdad entre
los sexos. En este ámbito encontramos el trabajo teórico de Sacks.
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algún lugar o posición privilegiada, las que tenderán a asumir el rol masculino como
forma de reconocimiento social.
Pero, ¿por qué en ciertas relaciones sociales dentro de la cárcel entre mujeres lesbianas,
donde algunas mujeres asumen un rol femenino y otras un rol masculino, se estarían
reproduciendo los esquemas de percepción dominantes y dicotómicos femenino/masculino?
Probablemente estas mujeres están aplicando a su realidad carcelaria y a las relaciones
que establecen sexual y socialmente con otras mujeres, los mismos esquemas mentales
dominantes en las relaciones de poder establecidos en la sociedad mayor y que se explican
en las oposiciones fundadoras del orden simbólico, principalmente porque no conocen y no
configuran, en consecuencia, otra posible relación de pareja. Estos esquemas dicotómicos
se encuentran internalizados, apreciándose la realidad a partir de ellos.
Aun cuando quebrantan la hegemonía de la heterosexualidad, en cuanto orientación del
deseo y como posibilidad de encontrar amor y satisfacción sexual, reproducen las relaciones
de dominación y poder a las que están expuestas fuera del sistema carcelario, “cuando
los dominados aplican a lo que les domina unos esquemas que son el producto de la
dominación, o, en otras palabras, cuando sus pensamientos y sus percepciones están
estructurados de acuerdo con las propias estructuras de la relación de dominación
que se les ha impuesto, sus actos de conocimiento son, inevitablemente, unos actos
de reconocimiento, de sumisión...” (Bourdieu, P. 1998).
Probablemente, re-producir el rol masculino en el contexto de la subcultura lésbica
intrapenitenciaria les permite a estas mujeres mantener una posición dentro del sistema de
distribución de prestigio y status carcelario, pues sus esquemas de percepción atribuyen la
dominación y el poder al ámbito masculino, reproduciendo las relaciones que se establecen
en el ámbito societal. A su vez, las mujeres lesbianas que asumen el rol femenino, siendo
parejas de mujeres cuyo rol es el masculino, también reproducen la distribución de roles y
status “dominadores” dentro del sistema penitenciario, simplemente por estar expresando
en sus relaciones la dicotomía masculina/femenina imperante en la sociedad.
Ahora bien, interesante es la comprensión de las relaciones sociales y de pareja que se
establecen entre mujeres lesbianas que se identifican con el género femenino. En este tipo
de situación sociocultural ¿Cómo se establecen las relaciones sexuales y sociales entre
ellas? ¿Asumen comportamientos dicotómicos o construyen otro tipo de relación? Este
tipo de relación que construyen ¿Internaliza patrones de dominación y poder?, ¿Cómo
se estructura y posiciona dentro de la subcultura lésbica y carcelaria? Es probable que
hipotéticamente, a través de este tipo de relaciones entre lesbianas se esté intentando
re-definir el campo simbólico de relaciones sociales entre mujeres que practican el
lesbianismo intrapenitenciario, y entre éste campo social y la cultura carcelaria. Sin
embargo, sobre los lesbianismos intrapenitenciarios bien poco se conoce, para lo cual y
por lo cual se requiere un trabajo minucioso de naturaleza empírica para lograr descifrar
el tipo de relación social que se establece entre estas mujeres y su dinámica al interior
del mundo sociocultural carcelario.
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o de Electra, en el caso de las mujeres, y la castración imaginaria, hecho que puede derivar
tanto hacia la heterosexualidad como hacia la homosexualidad.
Dado que Freud plantea que todo sujeto es básicamente bisexual, éste considera la
homosexualidad como una peculiar elección del objeto sexual, tan válida como la
heterosexualidad, es decir, ambas son el resultado de un proceso psíquico y no “natural”.
La homosexualidad es un proceso inconsciente de elección de objeto y no un instinto
constitucional pervertido, la patología aparece cuando el sujeto cobra conciencia de que
su orientación sexual se sitúa fuera de la normatividad, siendo socialmente inaceptado.
La homosexualidad es vivida como “anormal”, tratando de establecer relaciones
heterosexuales, en un intento de ser socialmente aceptado.
Específicamente la identidad de género se establece más afianzadamente alrededor de los
dos o tres años, mediante el proceso de atribución e identificación genérica, posteriormente
se produciría el proceso de orientación del deseo y la pulsión sexual que devendría en
la elección de un objeto sexual. De tal elección resulta una orientación sexual hétero
u homosexual, determinando posteriormente los desarrollos de la sexualidad en el
ámbito psíquico y social.
Lamas nos recuerda los procesos culturales que naturalizan la heterosexualidad, haciéndola
coincidir con la identidad de género. Sin embargo “...La relación entre lo psíquico y lo
social, o sea, entre construcción mental y exigencias culturales, es conflictiva porque los
mandatos culturales nunca satisfarán las demandas psíquicas y la vida psíquica nunca
encajará fácilmente en las exigencias culturales” (Lamas, M. 1995).
Aun cuando es importante indagar en los procesos psíquicos de adquisición de la identidad
de género, esta investigación profundiza en los procesos sociales y culturales. Dado el
hecho de la existencia de muchas personas que no se identifican con el papel en el que
se las ha socializado, se ha ido demostrando que la identidad no depende únicamente
del género que se asigne, por ende, se sostiene la existencia de múltiples identidades
entre lo femenino y lo masculino.
Por cierto, el lesbianismo problematiza las identidades genéricas que relacionan a las
mujeres con ser femeninas y a los varones como masculinos. El lesbianismo probablemente
puede ser una identificación diferente de los sujetos ante el género masculino y el femenino,
pues si bien algunas externalizan un rol masculino o femenino en sus relaciones sociales
y de pareja, muchas no han renunciado a su socialización femenina para ser lesbianas.
Por ésto se tiende a pensar que la manera en que estas mujeres viven su lesbianismo y
su identificación genérica varía significativamente entre las distintas mujeres, a la vez de
identificarse en un continuo de género masculino-femenino. Por lo cual, existen múltiples
formas de actualizar el lesbianismo, siendo más apropiado hablar de lesbianismos o
diversos tipos de lesbianismos.
Los lesbianismos intrapenitenciarios serían construcciones identitarias de género.
Identidades de naturaleza dinámica en la medida en que se conforman gradualmente
104
y se desarrollan como personas. La cárcel las priva de libertad, las encierra y segrega
de la sociedad, todo bajo pena de coacción física. Este lugar de residencia obligatoria
no es internamente estático en la medida que allí se gestionan, confluyen y articulan
una diversidad de interacciones sociales de acuerdo al mundo social que cada mujer trae
consigo y del cual participaba en su medio libre, a la vez de conformarse una particular
cultura carcelaria con sus consiguientes mundos subculturales.
Básicamente en la sociedad moderna existe un ordenamiento social en que “el individuo
tiende a dormir, jugar y trabajar en distintos lugares, con diferentes co-participantes,
bajo autoridades diferentes, y sin un plan racional amplio” (Goffman, 1992). La
Institución Total, esencialmente, rompe las barreras de estos tres ámbitos (descanso,
recreación y trabajo) de la vida social común.
Dentro de ciertas características genéricas de la Institución Total, se puede señalar que en
ella todos los aspectos de la vida se desarrollan en el mismo lugar, bajo la misma autoridad
única, y en compañía inmediata de un gran número de otros a quienes se da el mismo
trato. A su vez, todas las etapas de las actividades diarias están estrictamente programadas
mediante un sistema de normas formales y un cuerpo de funcionarios (organización
burocrática), integrándose las diversas actividades obligatorias en un solo plan racional,
deliberadamente concebido para el logro de los objetivos propios de la institución.
Por tanto, la Institución Total es un híbrido social, en parte comunidad residencial y en
parte organización formal; de ahí su particular interés sociológico. En nuestra sociedad,
“son los invernaderos donde se transforma a las personas; cada una es un experimento
natural sobre lo que puede hacérsele al yo” (Goffman, E. 1992).
Es característico que las mujeres lleguen al establecimiento con una “cultura de presentación”
derivada de un mundo habitual, un estilo de vida y una rutina de actividades que se
daban por supuesto en la sociedad civil. Las Instituciones Totales, para el logro de sus
objetivos, “crean y sostienen un tipo particular de tensión entre el mundo habitual y el
institucional, y usan esta tensión persistente como palanca estratégica para el manejo
de los hombres” (Goffman, 1992). Por lo tanto, se puede sostener que la Institución Total
en el caso de las cárceles es un lugar de enfrentamiento entre mundos culturales, por un
lado entre el mundo de la mujer en el medio libre y el mundo de la cultura carcelaria, con
la diversidad de construcciones subculturales, y por otro, entre el mundo de la mujer en la
cárcel y el mundo del personal encargado de vigilarlas.
Específicamente, al ser privadas de libertad y sometidas a la normativa intrapenitenciaria
y en la medida que ingresan en la cultura carcelaria, estas mujeres se ven despojadas
de sus disposiciones sociales estables, presentando como consecuencia una serie de
efectos en el ámbito psicológico y físico, tales como depresiones, stress y angustia, e
incluso degradaciones, humillaciones y profanaciones del Yo, sobre todo si pertenecen
a contraculturas delictuales, subculturas y/o políticas contestatarias. Este es el proceso
conocido como “mortificación general del yo”, que a continuación se expone en sus
diferentes fases:
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personal. Otra estrategia que tienen las mujeres para la reconstrucción personal en la
Institución Total es la solidaridad del grupo interno, sentimiento producto de los procesos
de ajustes secundarios. Los procesos de “ajustes secundarios”, permiten a estas mujeres
obtener satisfacciones prohibidas, o bien alcanzar satisfacciones lícitas por medios
prohibidos. Para que ocurran estos procesos secundarios, se necesita solidaridad en
el mundo de la mujer-recluida.
De acuerdo a lo anterior y en relación directa a la situación social de las mujeres que
practican el lesbianismo intrapenitenciario, las agencias de control social o grupos sociales
pueden llegar a cambiar la autoidentidad, el autoconcepto y la autopercepción que
una persona tiene de sí misma y provocar un vuelco progresivo hacia esa conducta,
produciéndose una “reorganización simbólica del yo”. Por diversos medios rotulan a
estas mujeres de desviadas, asociando a estas personas con una serie de características
negativas propias del estereotipo de desviada, tales como “despreciable”, “odiosa” o
“siniestra”, llegando incluso a cambiar la percepción que una individua tiene de sí misma,
reemplazando al otro generalizado, que empieza a adquirir las consignas de quienes están
en el poder de discriminar y controlar.
Pero, ¿qué sucede a nivel del yo sujeto, ese que está encargado de seleccionar, revisar,
reagrupar, suspender y transformar los significados que el mi acepta como dados?
¿Es que acaso las mujeres lesbianas sólo se autoperciben negativamente incorporando
pasivamente las definiciones de quienes las rotulan como desviadas? Si nos guiamos
por las proposiciones teóricas centrales del Interaccionismo Simbólico la respuesta es
negativa. ¿De qué manera, entonces reacciona el yo sujeto de la mujer lesbiana frente a las
reacciones de reprobación, rotulación y marginación de la sociedad?
Sostenemos que la respuesta aparece junto con el concepto de subcultura lésbica
intrapenitenciaria, entendida como propia de un subgrupo dentro de la cárcel, compuesta
por aquellas personas que se autoperciben como lesbianas, donde las normas, los roles y
las relaciones de que disponen al interior del grupo, sirven de apoyo en la conformación
de una identidad positiva, siendo posible, incluso, la generación de nuevos valores,
motivaciones y normas, alternativas y paralelas al sistema.
Principalmente la construcción del sí mismo, si bien es social y es definida a partir del
otro generalizado, no es, por así decirlo “pasiva”, sino por el contrario, la habituación es
solamente una organización primaria del sujeto, que no resiste la aparición de divergencias
que van en contra de lo habitual y que obliga a la conformación de un nuevo sí mismo. No
debemos olvidar, entonces, que el sí mismo no está sólo constituido por el mí, sino también
por el yo que es capaz de jugar un rol activo frente al otro generalizado, y llegar incluso, si
fuese necesario, a crear una nueva conformación del sí mismo.
Desde este punto de vista no es difícil afirmar que lo que sucede en el caso de la
conformación de la subcultura lésbica intrapenitenciaria, desde la perspectiva de la
construcción del sí mismo, es que el yo reacciona frente a la exclusión y la estigmatización
de la que es objeto por parte de las agencias de control social y de la sociedad entera.
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Esto ocurre, en general, buscando apoyo en aquellas individuos que también presentan
la condición rotulada, generándose un nuevo otro generalizado, donde la concepción
del sí mismo como desviado y del ambiente en el que se desenvuelven los individuos
marginalizados adquiere un carácter más positivo, e incluso de resistencia, en relación
a las percepciones que la sociedad mantiene respecto a dichos comportamientos y su
mundo, llegándose incluso, a la conformación de nuevos roles, normas, motivaciones y
autopercepciones alternativas o paralelas a la cultura matriz.
Para terminar, me gustaría señalar que si bien estas reflexiones son de carácter general
frente a las diversas identidades y relaciones de género que se articulan en la particularidad
carcelaria, sólo la investigación empírica nos permitió conjugar teoría y práctica en
una suerte de universo descriptivo-explicativo, ampliándose nuestros conocimientos
sobre las diversas articulaciones socioculturales en la construcción social del lesbianismo
intrapenitenciario.
A medida que nos acercábamos a las secciones, al ritmo de una cumbia se realizaban los
aseos generales de éstas, de sus habitaciones o los lavados de sus ropas, otras mujeres en
pijamas conversaban al calor de los primeros rayos de sol, y ya unas vestidas con ropa
de calle demandaban a las gendarmes por una visita con la asistente social o señalaban
alguna excusa para salir de sus recintos. Mi visita causaba extrañeza pues a través de las
rejas me preguntaban si era asistente social, si les convidaba un cigarrito o les hacia algún
favor. Esta primera visita permitió un acercamiento al mundo carcelario, observando cómo
transcurre una mañana en las dependencias, al tiempo de generar en mí una serie de
cuestionamientos frente a este mundo.
Luego de esta visita y ya obtenida toda la información cuantitativa sobre las mujeres
recluidas con comportamientos lésbicos intrapenitenciarios, el trabajo estuvo orientado
a entrecruzar variables para identificar tendencias, para luego seleccionar a un grupo
a entrevistar, el que fue subseleccionado conjuntamente con la gendarme informante.
Posteriormente vino la etapa más difícil: lograr que las mujeres seleccionadas desearan
participar de la entrevista.
El acercamiento a ellas se realizó durante una mañana. Fui recorriendo sección por
sección, contactando a mujer por mujer. El primer lugar visitado y a la primera mujer que
intenté contar mis intenciones, me rechazó sin siquiera escuchar, esto significó una gran
desilusión pues pensé que esta experiencia sería el patrón de esta etapa. Sin embargo,
a medida que fui conversando con otras mujeres, éstas mostraron mejor receptividad y
voluntad de participación, incluso en uno de los lugares donde estuve realizando contactos
(que era a la salida de tres secciones), se encontraban unas jóvenes que estaban haciendo
aseo y por curiosidad se acercaron y me preguntaron mi intención. Les conté y se
ofrecieron para la entrevista, poniéndonos de acuerdo sobre el día y la hora de ésta,
al igual que con las demás mujeres ya concertadas, las que aún no sumaban el total de
mujeres que deseaba entrevistar.
Durante la semana siguiente se fueron realizando las entrevistas, generalmente una en
la mañana y otra en la tarde. El lugar para su realización fue una oficina situada en la
escuela, espacio que permitió la privacidad suficiente para generar un clima adecuado
para conversar con las entrevistadas. Luego de hacer las entrevistas me quedaba un
rato en el patio de la escuela donde conversaba con otras mujeres recluidas, las que no
necesariamente mantenían comportamientos lésbicos. Sin embargo, en uno de los tantos
días que fui hacia el lugar de las entrevistas, se acercó una de las ya entrevistadas mujeres
–”Chananá”–, nos pusimos a conversar informalmente y se acercaron unas amigas de
ella, Margarita y su pareja Catalina, las cuales ya sabían de mi existencia e intención y
me preguntaron que cuándo las iba a entrevistar, yo les pregunté si no les molestaba
hablar de su sexualidad y me dijeron que no. Así, dejamos acordado el día y la hora
para la realización de éstas.
Cuando llegó el día para entrevistarlas, me encontré con Margarita en la escuela quien me
pidió que la acompañara a su sección para avisar a Catalina de la entrevista. Me invitó a su
110
habitación para que conociera donde dormía. Llegamos al dormitorio y éste se encontraba
subdividido con mantas a modo de murallas en varias habitaciones pequeñas.
Ella dormía junto a tres compañeras más en una habitación con dos camarotes (todas
Machos). Luego visitamos el dormitorio de su pareja, quien dormía junto a las mujeres
que tenían salida dominical, pero iba a su cama todas las noches. Ahí tuve la oportunidad
de compartir con ellas en su propio espacio, lo que permitió sentirme impregnada, a lo
menos por un rato, de la cultura carcelaria.
Otra experiencia sumamente enriquecedora que se vivió dentro de este recinto, fue durante
la semana previa al 18 de septiembre (y en la cual casi se dejó de lado las entrevistas pues
las actividades no permitían contactarlas en las tardes), en la que se realizaron varios tipos
de actividades, tanto dentro de algunas secciones como en todo el penal. Se competía por
alianzas que correspondían a las secciones, se elegía a reina y rey feo (los reyes realmente
eran estereotipadamente varones), se obtenía puntaje por la mantención de secciones
limpias y ordenadas, gymkhana, actividades de fútbol, etc. Las actividades eran para todas
las mujeres recluidas; era un momento de esparcimiento y una oportunidad para que
compartieran casi todas las mujeres de las secciones. Esa semana estuvo impregnada de
entusiasmo y alegría, siendo yo una observadora pasiva de ese momento. Era bastante
interesante observar cómo se conjugaban las relaciones entre las mujeres, cómo se
mostraban y escondían las distinciones, los roles y estereotipos de género, en la forma
de bailar, en la forma de moverse y vestirse se delineaban las particulares relaciones
e interacciones sociales.
Una vez finalizada la semana de actividades, se retomaron las entrevistas, llegando al
fin de esta primera etapa, experiencia que deja un universo aún por aprehender y/o
comprender. Cada mujer entrevistada se constituyó en un mundo, cada palabra era un
abismo interminable, cada conversación marcó mi vida.
1
Se comprenderá por Procesada a la persona recluida bajo la custodia de Gendarmería de Chile, a la
cual el Tribunal correspondiente ha abierto proceso y sometido a prisión preventiva por un determinado
delito; y como Condenada a la persona recluida bajo la custodia de Gendarmería de Chile, la cual cumple
la condena que ha dispuesto el Tribunal.
111
• Mirna: 48 años, casada, con 5 hijas. Procesada por tráfico de estupefacientes. Lleva
un año en reclusión. Reincidente judicial y criminológica. Vivía en San Miguel junto a
sus hijas. Se encuentra cursando 8° año Básico en reclusión.
• Juana: 53 años, casada pero separada de hecho, con 3 hijos. Condenada a 5
años y un día por tráfico de estupefacientes. Lleva 4 años en reclusión. Reincidente
judicial y criminológica. Vivía en la comuna de Santiago junto a sus hijos. Tiene
4° año Básico.
De acuerdo a lo anteriormente expuesto se puede señalar que, del total de 13 mujeres
entrevistadas con lesbianismo intracarcelario2 (por medio de la técnica de “entrevista
semi-estructurada”), 9 de ellas son mujeres entre 18 y 35 años de edad, solteras con hijos
(5 casos), solteras sin hijos (3 casos) y casada con hijo (1 caso), condenadas y/o procesadas
por delitos contra la propiedad, específicamente en robos con intimidación y/o violencia.
A su vez del total de mujeres entrevistadas, 3 de ellas son mujeres entre los 40 y 55 años
de edad, casadas con hijos (2 casos) y soltera sin hijos (1 caso) condenadas y/o procesadas
por tráfico de drogas, existiendo sólo una mujer de 39 años, soltera sin hijos, quien se
encuentra condenada tanto por el primero como por el segundo delito nombrado3. Es
decir, en su mayoría se entrevistó a mujeres entre los 18 y 35 años de edad condenadas
por el delito de robo con intimidación y/o violencia. Casi en su totalidad se trata de
mujeres reincidentes criminológicas (a excepción de Margarita P. quien es primeriza
judicial y criminológica) y en casi igual proporción nos encontramos con mujeres
reincidentes judiciales.
2
Al referirnos al lesbianismo intrapenitenciario, estamos haciendo alusión a todas aquellas mujeres recluidas
en la Unidad penal CPF de Santiago con comportamientos lésbicos, incluyendo tanto a mujeres con
lesbianismo circunstancial como a mujeres que conforman una identidad como lesbianas.
Se estima que el lesbianismo intrapenitenciario en el CPF de Santiago, el cual abarca mujeres con
lesbianismo circunstancial y definitivo, corresponde a un 26% de la población femenina, incluidas mujeres
condenadas y mujeres procesadas. Dado que el presente estudio no tiene por finalidad cuantificar a la
población con comportamientos lésbicos intrapenitenciarios, sino más bien comprender cualitativamente
las relaciones socio-culturales que subyacen a este comportamiento, a partir de un pequeño grupo, esta
cifra carece de la rigurosidad estadística necesaria. Sin embargo, sirve como referente empírico a la
visibilidad del lesbianismo dentro de las unidades penales. Las fuentes para la conformación de esta
cifra estimativa se sustentan en el criterio de las mujeres gendarmes que trabajan con la población
penal femenina, las cuales poseen un alto conocimiento empírico de la realidad que subyace a los
muros de la unidad penal del CPF de Santiago, obviamente esta cifra puede ser mayor, dado que no
se ha rastreado a todas las mujeres con comportamientos lésbicos intrapenitenciarios, pues muchas
escapan a la mirada de las gendarmes.
3
La población femenina recluida en el CPF de Santiago, según el departamento de clasificación, asciende
a un 56,4% en el delito de tráfico de drogas, y a un 30% por delitos contra la propiedad, de los cuales
el 61,3% corresponde a robos con intimidación y/o violencia. Sin embargo de la población total (26%)
identificada con comportamientos lésbicos intrapenitenciarios, el 63,4% está condenada por delitos
contra la propiedad, de los cuales un 73,7% son delitos de robo con intimidación y/o violencia, y
un 27,7% por delitos de tráfico de drogas. Es decir, de la población global identificada que presenta
comportamientos lésbicos intrapenitenciarios, la mayoría son mujeres condenadas por delitos contra la
propiedad, mayoritariamente en delitos de robo con intimidación y/o violencia (lo que nos hizo pensar en
una posible relación entre el tipo de delito y el lesbianismo penitenciario).
113
HIPÓTESIS EXPLORATORIAS
La presente investigación se ha desarrollado de acuerdo a un marco teórico que nos ha
permitido comprender las conductas lésbicas intrapenitenciarias y en relación con
ciertos objetivos e hipótesis exploratorias, dispuestas a guiar la construcción de la
información y no como relación supuesta entre variables estáticas. A la luz de éstas es
que se desarrolla el siguiente acápite.
Las mujeres con lesbianismo circunstancial y/o definitivo adhieren a los patrones culturales
carcelarios. No obstante, la búsqueda de un marco de pertenencia e identificación impulsa
la construcción de un universo social y simbólico que otorga significación a las experiencias
sociales y sexuales con personas de su mismo sexo. La cultura lésbica intrapenitenciaria
se constituye en aquel referente que permite significar la experiencia como mujer
lesbiana dentro del sistema penal.
Aun cuando se construye un referente común, la cultura lésbica está lejos de conformar
experiencias homogéneas y estáticas, más bien estamos en presencia de un universo
en construcción y en constante cambio, el cual alberga una diversidad de experiencias
identitarias que se construyen y re-construyen constantemente de acuerdo a cada mujer y
a los espacios de género que en ella se articulan.
La cultura lésbica intramuros se constituye en un espacio social impregnado de relaciones
de género. En ella se reproducen las desigualdades, existiendo espacios netamente
masculinos de poder y dominación y otros netamente femeninos de subordinación y
sumisión, independientemente de que todos estos espacios sean ocupados por personas
del mismo sexo. Las mujeres encarceladas que practican el lesbianismo se ven insertas en
un entramado social y simbólico, que construye las diferenciaciones entre lo que debe ser y
hacer cada mujer en función del espacio social de género que ocupe.
mientras participan de este espacio carcelario. Si bien existen mujeres que tanto en el
mundo libre como intracarcelariamente han sido lesbianas, conformando su identidad
sobre la base de su orientación sexual, la gran mayoría presenta un lesbianismo
circunstancial, y dependiendo del peso individual y social de la ideología lésbica imperante,
re-construyen su identidad en función de esta nueva realidad; pero su mantención
identitaria post-carcelaria es incierta.
Sin lugar a dudas, la hipótesis planteada nos explica sólo el lesbianismo circunstancial,
pues aquella mujer que manifiesta un lesbianismo abiertamente situacional tiende a
comportamientos lésbicos genéricamente femeninos, en contraposición a las mujeres que
en un intento de posicionarse de mejor modo en la cultura lésbica carcelaria esconden
la circunstancialidad de su lesbianismo, re-articulando su pasado e identidad al asumir
un rol genéricamente masculino y una identidad de género como lesbiana, a lo menos
intracarcelariamente. La diferencia entre ambos casos se explica principalmente porque
las primeras mujeres no requieren demostrar y re-afirmar su identidad en términos de su
orientación sexual hacia personas del mismo sexo; e incluso, muchas prefieren mantener
un comportamiento genéricamente femenino en la medida que les permite conservar su
identidad, rol y estereotipo de género propio de su vida en el mundo libre y no dificultar
su retorno heterosexual una vez fuera de la cárcel.
NOTAS FINALES
La presente investigación empírica de naturaleza cualitativa nos ha permitido acercarnos al
“mundo de la vida” de mujeres con comportamientos lésbicos, las cuales han pasado largo
tiempo recluidas en el Centro Penitenciario Femenino de Santiago. Lo interesante de este
trabajo investigativo es que a partir de la buena voluntad de las mujeres protagonistas y
por medio de sus propios discursos nos ha sido posible aprehender el particular modo en
que experimentan su vida y simbolizan el mundo, recorriendo su vida tanto en el medio
libre como al interior de un recinto penal.
El recorrido por su vida pre-carcelaria nos permitió la conformación de un diálogo
impregnado de humanidad y empatía que posibilitó conformar una instancia acogedora y
121
REFERENCIAS
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123
Resumen
El presente artículo está referido al ámbito de la intervención y tratamiento de población penal
compuesta específicamente por Jóvenes Adultos de 18 a 21 años, procesados y condenados, del
Complejo Penitenciario Federal I del Servicio Penitenciario Federal Argentino, en que la autora ejerce
la labor de Jefa del Centro de Diagnóstico.
El artículo examina las características de los jóvenes adultos en general, y de este segmento
de la población en sus características particulares de reclusión, lo que conforma, a juicio de la
autora, una orientación en cuanto a los diferentes programas propuestos durante la reclusión
–los que son expuestos de manera clara y concisa– y a las expectativas de reinserción para el
momento de su egreso.
Abstract
The present article is refered to the intervention and treatment programmes with young prisoners, aged
18 to 21, who were processed and condemned at the Federal Penitentiary Complex I of the Argentine
Federal Penitentiary Service: the author’s work at the Diagnosis Centre, sited in the Complex.
The article examines the youth’s characteristics in relation with the reclusion condition, for that,
according to the authors, must guide the application of programmes –which are described here in
a concise and clear manner– during the reclusion period as well as the reinsertion’s expectations
for the time they’ll leave.
INTRODUCCIÓN
Situándome en la propuesta temática del Tercer Seminario Institucional de Gendarmería
de Chile, realizado en Noviembre de 2002, centrado en poblaciones especiales, y su
* Para un exhaustivo seguimiento de la evolución del modelo en el ámbito Federal se puede consultar
en la Revista Penal y Penitenciaria: “Metodología Pedagógica Socializadora en el año 2001, Alcaide
Mayor Ernesto Barrios, talleres gráficos del Complejo Penitenciario Federal 1, Ezeiza, octubre de
2001- pp.27/58.
124
relación específica con la población con la que trabajo actualmente (jóvenes adultos, de
18 a 21 años, procesados y condenados, alojados en el Módulo para Jóvenes Adultos
(J.A.) del Complejo Penitenciario Federal I del Servicio Penitenciario Federal Argentino),
se me plantearon algunas interrogantes:
1. ¿Cuáles son aquellas particularidades que distinguen a los J.A. del resto de la población
(mayores) y que por lo tanto los incluye en el grupo de “especiales”?
2. ¿Cómo adecuar el tratamiento penitenciario?
3. ¿Cuál puede ser el nivel de eficacia de este abordaje? ¿Cómo contrarrestar desde las
intervenciones en su constitución subjetiva, la influencia determinante del entorno
hogar-calle, durante los primeros años de vida? ¿Cómo contrarrestar el armado de
los primeros códigos? ¿Cómo revertir el peso de las revinculaciones patogénicas (u
orfandades) una vez dejada la institución carcelaria?
diferencia radica en que en el caso de los mayores, se trata de su pasado (con el que
ya “se las han arreglado de alguna manera”). En cambio, en el caso de estos jóvenes,
la historia es su presente, la están transitando, está vívida, es actual, reciente, está
“caliente”, los está atravesando, disparando efectos y exigiendo mecanismos defensivos
primitivos, rápidos, “poco pulidos”.
• Rasgos característicos de la etapa: El signo distintivo por excelencia es el desafío a
la autoridad, la caída de sus figuras parentales, agregamos la decepción, la pérdida
de identificaciones e intensa búsqueda de otras nuevas, el cuestionamiento, el
oposicionismo, la rebelión, el rebrote pulsional en toda su fuerza, la falta de anclaje,
la ausencia de referencias (por el cuestionamiento y la pérdida de las anteriores), la
búsqueda desesperada de lugares de reconocimiento para suturar lo que se ha caído,
perdido, la necesidad de romper sujeciones, de cortar amarras. Es necesario que el
adolescente se desilusione de sus padres, que vea a sus figuras antes idealizadas, como
imperfectas, falibles e incompletas, para pasar a ser un adulto, para que una sociedad
progrese. De otra manera siempre habría niños, dependientes, incapaces de tomar
decisiones, inseguros, supeditados a alguna otra autoridad.
• Necesitan (más que necesitar exigen) confrontar, y para ello deben tener con qué
confrontar, lo buscan, lo exigen y lo provocan. Para este punto voy a remitirme
brevemente a un trabajo –de mi autoría– recientemente publicado por la Revista de
Estudios Criminológicos y Penitenciarios de UNICRIM (“Confrontacion y Desafio,
una necesidad que exige rival” 2002-N°4), en el que tomo una idea de D. Winnicott
en que expresa la necesidad de que los adolescentes asesinen (simbólicamente) a sus
padres para poder ocupar el lugar de adultos, a través de un proceso de confrontación
paulatino con ellos, para el cual sus progenitores deben prestarse al combate y ofrecer
batalla sin retacear armas. Pero muchas veces ellos se corren, abdican antes de tiempo,
regalando su trono sin mérito (es decir, dando las facultades de decisión, de autogestión,
prematuramente). Y la madurez no es la mera personificación del adulto por la ausencia
del mismo. Es muy habitual escuchar en el discurso de los jóvenes delincuentes este
tipo de interacción con sus figuras parentales, que los dejan en un lugar de desamparo,
de desprotección. Se les deja optar, no tiene sentido su rebelión. No pueden asesinar al
padre pues no hay batalla donde hacerlo ni motivo. Deben encarnar el lugar de adulto
antes de tiempo y asumirlo sin estar preparado. Allí donde existe el desafío del joven
en crecimiento, que haya un adulto para encararlo.
• Dice Winnicott: “El niño cuyo hogar no logra darle un sentimiento de seguridad,
busca las cuatro paredes fuera del hogar (...) busca a su madre, y al mismo tiempo la
autoridad paterna que ponga un límite al efecto concreto de su conducta impulsiva, y a la
actuación de las ideas que surgen en su mente cuando está excitado..”.
• Se aprecia un hueco, un agujero en la función paterna, el que no ha podido aun ser
suplantado, obturado por algún mecanismo integrado a su personalidad. En la gran
mayoría de los casos se encuentra en los discursos de los jóvenes, padres ausentes
126
Se reflexiona acerca de todos estos datos con él, de manera que se sienta principal
responsable por los guarismos merecidos. Se intenta que comprenda que las
calificaciones que obtiene, así como los dictámenes sobre beneficios solicitados, están
estrechamente relacionados con cada una de sus elecciones en su modo de conducirse,
se efectúan señalamientos sobre la repetición de patrones así como los esfuerzos
por intentar mejores posiciones, quedan al descubierto discursos falaces y a la vez
encuentran la oportunidad para hablar abiertamente de sus dificultades o sus necesidades
de modificar algunos puntos del tratamiento.
Los internos procesados también tienen la oportunidad de ser protagonistas en la
búsqueda de mejoras en su tratamiento, por ejemplo solicitando su traslado al Complejo
para Jóvenes Adultos de Marcos Paz, a fin de integrarse a la Metodología Pedagógica
Socializadora o incluirse en el Régimen de Ejecución Anticipada Voluntaria.
c. Un tiempo de armado. La detención debe significar un tiempo de armado frente al
caos de su historia, roles borrosos, relaciones vinculares familiares desjerarquizadas,
confusas, con figuras intercambiables que salen y entran en escena según el capricho de
sus padres quienes irresponsablemente forman nuevas parejas, confiriendo un estatuto
de estabilidad prematura, propiciando vínculos que luego rápidamente deben disolver
como por arte de magia; límites arbitrarios, cambiantes o inexistentes, demasiada
“desprolijidad” para su estructuración como sujeto. Ellos suelen utilizar la frase (de la
jerga carcelaria) “Subirse a un bondi” (“colectivo” en lunfardo argentino), refiriéndose
con esto a “meterse en problemas”, “involucrarse en conflictos”. Al reflexionar sobre
la expresión, entiendo que el bondi (colectivo) es el movimiento, es dejar de pisar tierra
firme, es el tiempo muerto de un viaje, en que no se puede hacer otra cosa que viajar, es
la mente en blanco, es el recreo hasta nuevo puerto, es subirse arriba de algo que no sé
demasiado bien a qué puerto me lleva, pero me lleva, y me dejo llevar, sin participación
propia, sin poder bajar. Quedarse abajo del “bondi”, no subir, implicaría entonces,
tranquilidad, paz, una pausa, no participar en problemas, poner los pies en la tierra,
ir para el lado que uno decide y no donde decide el colectivo, que lleva la masa,
atentando así contra su individuación.
Habría que intentar entonces, desde nuestra labor profesional, inducir a permanecer
abajo del “bondi” y favorecer que este tiempo de pérdida de libertad, no sea un tiempo
perdido, sino un tiempo de armado en que se articule su historia desmembrada, que
se dé un orden distinto que coloque al sujeto frente a otras posibilidades de elección.
Se pierde la libertad de caminar de las rejas para afuera, pero nunca la libertad de
accionar sobre el armado de la propia historia.
El rol del psicólogo es un rol privilegiado para trabajar este tema desde su disciplina. El
área educativa también puede ayudar a la construcción y al armado desde la utilización
de los saberes previos, la valoración y el reconocimiento de los mismos, la cronología de
los nuevos conocimientos, la construcción paulatina y progresiva.
130
El área laboral puede contribuir, indagando quién es ese sujeto, qué sabe hacer, qué
puede aprender a hacer, qué quiere hacer. Cuál es su historia laboral extramuros, cuáles
fueron sus incentivos, sus obstáculos, sus modelos.
d. Un aprendizaje nuevo: lo previsible, lo anticipable. Decíamos más arriba que
la ley que rige a las familias es “la lógica del humor parental”, cambiante, imprevisible,
que no permite ordenar, anticipar, estructurar.
En ese aquelarre de contradicciones y límites autodesautorizados, el joven encuentra
campo propicio para tomar sus propias decisiones, andar caminos y desandarlos, sin
que los rija un proyecto coherente y sólido. Se busca la satisfacción inmediata, pues
mañana no se sabe cuál será la política a seguir, el humor es otro, la premisa es
otra; nada nos permite anticiparla. Cuál es el camino que da frutos mas rápido y
tapona la necesidad?: El delito, una forma de imponer la lógica propia, arbitraria,
tirana, asimétrica al entorno.
¿Cuál es su contrapartida?: La pérdida de libertad. Un lugar donde impera la norma,
las reglas, lo impuesto. Si se quebranta la norma habrá una sanción, una consecuencia
anticipable, inevitable. En lugar de la angustiante imprevisibilidad de las reglas paternas
(transgredibles, sin costo), nos encontramos con un Reglamento que establece con
objetividad qué se puede, qué no y cuáles son las consecuencias de la transgresión, de
modo de poder evaluar sus efectos.
El sujeto sabe cómo manejarse y cómo accionar sobre un medio cuyas leyes conoce.
Muchas veces se busca romper este equilibrio para repetir el caos ya conocido.
Un mundo donde la ley es la falta de ley, donde no se sostiene la norma, es un mundo
arbitrario, por lo tanto violento e injusto.
Refiere el criminólogo Osvaldo Tieghi, que el proceso de socialización familiar incluye
la enseñanza, práctica y refuerzo de valores, significaciones y normas. Las reglas de
modelamiento operan por señales verbales (consejos), así como por el ejemplo de
los padres (modelo conductual) y finalmente, por la concordancia entre éstos y el
reforzamiento de aprobación o desaprobación, lo que será puesto a prueba,
luego fuera del hogar. Hay un modelamiento social de la conducta criminal. En su
aprendizaje familiar, individual y sociocultural, el niño va analizando (por las leyes
llamadas de refuerzo), todas las relaciones causales significativas, y al mismo tiempo, las
consecuencias o el impacto de su propia conducta, es decir: cuál es elogiada y premiada
(refuerzo positivo), cuál es desaprobada o castigada (refuerzo negativo); cuándo cesa
de ser desaprobada o aprobada (lo cual también se constituye en refuerzo por el
retiro del contrario). “En un punto crítico, cuando las normas, los valores y las
significaciones sociales, la conducta emitida por los demás y los efectos de nuestra
propia conducta pierden su correspondencia, el aprendizaje criminal halla su
campo más propicio”.
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Hasta aquí hemos descripto los ejes que nos parecen de fundamental importancia en las
intervenciones con jóvenes adultos desde un marco general y desde una postura psicológica
e ideológica. Ahora veamos cómo aplicar los cuatro puntos mencionados en la estadía
del interno intramuros para favorecer su tratamiento. Se complica en demasía deslindar
ejemplos para cada uno de ellos con exclusividad, puesto que están los cuatro íntimamente
relacionados y entrecruzados; sólo nos es fácil separarlos con fines didácticos, pero
no así en las situaciones prácticas.
Por tal motivo el siguiente recorrido sobre el tratamiento con jóvenes adultos alude, en
forma superpuesta, a los cuatro ejes o a algunos de ellos.
las normas, que participan en mayor cantidad de tareas laborales y educativas. También
se trata de un grupo estable que ya conformó su hábito de trabajo, estudio, contactos
familiares, con perspectivas de pronto egreso en muchos casos.
Existe una gama de jóvenes que también son objeto de abordaje pero que tienen la
posibilidad, de acuerdo a su perfil y voluntad manifiesta, de emprender un camino más
comprometido con el tratamiento.
Para ellos se ofrece la posibilidad de acceder voluntariamente a programas de tratamiento
especializados como el diseñado para drogadependientes y el de Metodología Pedagógica
Socializadora, ambos en práctica en el Complejo de Jóvenes Adultos de Marcos Paz.
Para trabajar en la conformación de estos grupos es necesario previamente lograr una
aproximación individual, para tratar de precisar cuál es el posible grado de aceptación
a los diseños de convivencia que cada uno está dispuesto a recorrer, cómo percibe
al entorno desde su propia historia, teniendo en cuenta también cuál es el grado de
permeabilidad del grupo de destino.
En este sentido es multiplicador el aporte del equipo interdisciplinario pues el enfoque
se enriquece cuanto mayor sea el grado de intervención de los profesionales. Al correcto
uso de recursos (por ejemplo un equipo entrenado de operadores terapéuticos es mejor
aprovechado en un módulo integrado por internos que manifiestan voluntariamente
su acceso a tratamiento y no en un grupo de refractarios profesionales a la norma)
se le suma la combinación de abordajes individuales y grupales para hacer dinámica
esta progresividad.
A su vez la riqueza en las dinámicas grupales será apreciada cuanto mayor sea el grado de
entrenamiento de los celadores y operadores y cuanto mejor sea el flujo de intercambio
con el resto del equipo interdisciplinario.
etc. Todo ello singulariza al sujeto que tenemos frente a nosotros, a los fines de su
abordaje específico.
Durante la entrevista es de fundamental importancia brindar explicación acerca del
contenido del tratamiento, del recorrido progresivo interno, las formas de acceso a
información necesaria (visita, requisa, educación, trabajo, actividad religiosa). Es útil
garantizar que los requerimientos esenciales serán satisfechos, pero también advertir del
esfuerzo conveniente para que el joven logre insertarse en un esquema de convivencia
acordando aquellas actitudes positivas, señalando las negativas. Por ejemplo acordar
lo que implica hacer “conducta” (respondiendo a diferentes expectativas en los
distintos pabellones) y acordar pautas que logren atravesar los códigos carcelarios o
delincuenciales. La información debe ser veraz, suficiente y capaz de crear un valor
adicional de confianza.
En el caso de los jóvenes es fundamental lograr un buen “rapport” buscando un
equilibrio entre el mantenimiento de la distancia (para lograr respeto y disciplina) y el
desacartonamiento utilizando los términos apropiados del medio, cuidando de no herir
susceptibilidades ni discriminar (para lograr confianza y seguridad).
Generalmente los diálogos son lo suficientemente abiertos tanto con aquellos que admiten
voluntariamente su vinculación con el delito como con aquellos que sólo tienen “calle”
o reproducen mecanismos verbales de “evasión” (“lo hice por la viejita o los pibes”;
“yo no tengo maldad”, etc.).
No es útil tampoco pactar minuciosamente todos los aspectos relacionales entre
administración-administrado, en virtud que hay que observar cuál es el grado de compromiso
del joven con la propuesta de convivencia dejando para sucesivas entrevistas los ajustes
del plan de trabajo. En este sentido es adecuado hacer coincidir las pautas de conducta
esperadas y especificadas con el sector de alojados. La mecánica debe ser tan comprendida
por los jóvenes como por el personal de tratamiento y para esto se ha demostrado el
valor del cuidado en los cambios de alojamientos teniendo en cuenta las motivaciones
(la posibilidad de obtener trabajo, mejor concepto, familiaridad con otros integrantes,
mejor imagen del espacio, etc.) utilizando siempre mecanismos para el logro de
consensos y compromiso de mejoramiento. Esto es válido aun para el primer escalón
de la progresión.
El progreso hacia los distintos sectores requiere asiduas “charlas de preparación” donde se le
pueden proponer nuevos objetivos, teniendo en cuenta el tipo de conformación intergrupal
y la mayor intervención del personal de tratamiento en las actividades cotidianas.
De la misma manera, el no cumplimiento de las pautas comprometidas puede dar lugar al
retroceso en los sectores siempre que no involucre ningún agravamiento en las condiciones
de detención; es decir que tendrá en su nuevo alojamiento la misma comida, recreos,
comunicación y actividades. Se explicitan las fallas observadas, actitudes negativas de
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poca colaboración, falta de aseo, intolerancia inter-grupal, etc. que no siempre alcanzan a
configurar faltas; las que se manejan a través de sanciones formales.
• Al egreso, regreso inevitable a la subcultura y sus códigos, así como a las familias
disfuncionales.
• Medios de comunicación masivos, campañas publicitarias que jerarquizan el consumo
extremo, y responden al paradigma “si no tenés, no sos”. Esto marca la contradicción
“te doy las metas, pero no los medios”, con la consecuente frustración y acción
compensatoria (teoría criminológica de Merton).
• Se alienta desde los medios y desde el paradigma de la era tecnológica, el sentirse
mejor con las cosas que con las personas.
• Realidad social y económica creadora de mayores niveles de pobreza. Sentimientos de
impunidad e injusticia respecto de algunos sectores políticos.
• Sociedad individualista y poco solidaria. Sociedad temerosa y desconfiada.
• Déficit en campañas de asistencia familiar, que operen sobre su funcionalidad y sobre
programación familiar (para evitar niños no deseados, descuidados, maltratados...
¿futuros sujetos con trastornos asociales de la personalidad? ¿futuros delincuentes?).
• Políticas criminológicas que ponen el acento en cómo combatir la delincuencia, una
vez que ésta se cristalizó, una vez que el ilícito se cometió, que el sujeto es detenido,
deliberando sobre variaciones en los montos de las penas, en las edades mínimas de
imputabilidad y en la medida del castigo. Si tenemos en cuenta que sólo un pequeño
porcentaje de delincuentes sufre castigo o sanción, encontramos que la mayoría son
premiados o reforzados positivamente: pueden gozar del producto del delito, con lo
que aumenta la fuerza y la frecuencia del impulso, dando lugar a una reproducción
geométrica de la criminalidad.
La eficacia en la intervención con jóvenes adultos no puede ser mensurada con las
herramientas que tradicionalmente se nos ofrecen. Para hablar de efectividad del sistema
en función de la sociedad no sólo se debe tener en cuenta el índice de reincidencia o
reiterancia, sino también las variables arriba mencionadas.
Para estas poblaciones especiales el sistema penitenciario, lejos de constituirse en un muro
infranqueable, aspira a ofrecer una serie de programas que se acomoden a los grupos de
jóvenes permitiendo un sistema de relaciones que sitúe a la persona en un espacio común
en la búsqueda de lograr un lugar en la comunidad.
Desde las herramientas del tratamiento penitenciario, aun a sabiendas de estar interviniendo
sobre una (o unas pocas) de las piezas del rompecabezas de la conducta criminal
multideterminada, haciendo el recorte de un tiempo de su vida y sobre un nivel (el
penitenciario), todo lo cual empobrece notablemente el campo de acción y relativiza
la eficacia, podemos decir que la aplicación de adecuadas técnicas de intervención
permite lograr:
142
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