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El Miedo al Éxito

Seguramente por el interés que produce estudiar y tratar el tema, existen muchas definiciones
sobre el éxito. En términos básicos, lo defino como la capacidad de lograr objetivos de manera
estable, consciente y ecológica. Como la posibilidad realizable de combinar bienestar y logros. Este
éxito, ya sea visto como camino o proceso, o como destino o meta, es perfectamente lograble por
quienes puedan alinear conciencia, confianza, responsabilidad, voluntad y creatividad.

Sin embargo, pese a la certeza de poseer ese potencial, muchas personas con opción de éxito, se
auto sabotean con inacción, dispersión o inconstancia, con lo que terminan por frenando su propio
progreso. Esto, que desde el punto de vista psicológico revela baja autoestima, puede asociarse
con bloqueos internos, con temores ocultos, de los cuales revisaremos los que estimo más
frecuentes: Miedo a no llegar, miedo a perder lo obtenido, miedo a la envidia, y miedo a lo nuevo.

El miedo a no llegar o a no lograr, es frecuente en los procesos de avance que ponen a prueba
nuestra autoconfianza. Muchos creen que no tienen la capacidad para alcanzar lo que persiguen y
tienden a quedarse a mitad de camino. Esa debilidad de la voluntad encuentra fácilmente excusas
y justificaciones: "la vida es dura", "los ricos están completos", es preferible ser pobre pero
honrado, "no es el momento", "es muy difícil", etc.

El miedo a perder, es común en una sociedad en la que tanta gente busca afanosamente objetos,
estatus, prestigio y poder. Aferrarse a esta manera de vivir, hace que algunos mantengan un nivel
mediocre desde el punto de vista material, y que arriesguen bastante menos de lo que podrían.
Suelen fijarse en lo que los demás pierden y buscan verificaciones a sus desastrosas teorías sobre
los peligros que corren. Los que viven así, llegan al piso cuatro pudiendo llegar al diez. Su
creatividad es usada para defenderse y no para avanzar y mejorar un poco más.

El miedo a la envidia, es uno de los más limitantes en una sociedad dividida en clases sociales
donde hay gente con mucho y gente con poco. Los desposeídos, son presa fácil de este bajo
sentimiento que proyectan hacia los que han logrado acumular ganancias o mejoras en cualquier
área. Alguien dijo un día : "Nada es de nadie mientras exista alguien que lo ansíe". De manera que
para no tener que ser blanco de las mirada recelosas, los comentarios agrios y las acciones
desleales, hay gente que prefiere seguir en el anonimato y dejar de lado aquello que anhela.

El miedo a lo nuevo, se basa en que como seres de hábitos, nos incomoda todo lo que no
conocemos ni manejamos. Preferimos estar con lo conocido, con lo que tenemos experiencia y
destrenza, con lo predecible. Evitamos lo que nos produce inseguridad, duda o necesidad de
mayores esfuerzos.

Es pertinente decir que el miedo al éxito puede darse en cualquier área de nuestra vida: en el
trabajo, en las relaciones y hasta en la salud. Por ejemplo, es fácil que despreciemos la
oportunidad de un mejor trabajo con la excusa de no estar preparados o de que la sede está muy
lejos de nuestra casa; o que decidamos no salir con alguien que nos agrada y elijamos buscarle
defectos para no tener que arriesgarnos. En el plano de la salud, es frecuente que, sanada una
enfermedad, nos autosaboteemos y la promovamos de nuevo, si eso hace que encontremos apoyo
de la gente que nos rodea o nos evita tener que actuar de forma independiente.

Para vencer estos obstáculos hay que ir hasta el fondo, donde están nuestras creencias; buscar lo
que nos enseñaron sobre el éxito y el fracaso, y modificar lo que nos decimos a nosotros mismos y
al mundo en general. Se hace indispensable trabajar en el desarrollo de la autoconfianza. Para eso
se requiere pensar positivamente, dejar de compararse, ir ampliando los logros de lo más pequeño
a lo más ambicioso, premiarse cada vez que se logra algo, no "regar a los cuatro vientos" lo que
estás planeando, y aceptar que cada persona es responsable de su propia vida. Es recomendable
comprender que las cosas y el dinero pasan de mano; que no se puede evitar tener algo hoy y
perderlo mañana.

Existe una ley de funcionamiento del universo a la cual se refirió Hermes Trimegistos hace miles de
años: la ley de flujo y reflujo , que nos dice que todo se mueve de un lado a otro en un ir y venir.
Quien acepta esta ley vive mejor y más tranquilo. Recordemos que al final todo se lo llevará el
tiempo.

Así que busca en tu interior y descubre si alguno de estos fantasmas te atemorizan y comienza
desde ya a combatirlo. Lo que Dios te ha dado es para que lo uses, para que vivas bien y ayudar a
otros a vivir dignamente. Crece y ayuda a crecer.

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