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gAceTA

¿Son los Cyborg´s, el próximo


paso de la e-volución?
JULIO BAUTISTA͘ 

permanecer conectados al juego de la vida.


Hasta aquí, la pregunta pareciera irrelevante,
pero si volteamos al concepto de evolución bioló-
gica —que considera todo avance como un proce-
so continuo de transformación de las especies, a través de
cambios claramente visibles entre distintas generaciones—,
y nos comparamos con nuestros ancestros neandertales —
homínidos que ya se conformaban en sociedades—, notare-
mos que nos hemos estancado en la evolución, sobre todo si
analizamos a los integrantes previos del proceso de ho-
minización, como el homo habilis o el homo erectus.
Más aún, si consideramos que una vez que co-
menzaron a establecerse en grupos, todos nuestros
predecesores utilizaron los medios a su alcance para
Julio Bautista
adaptar el ambiente en el que se encontraban, según

N
o hace muchas décadas, los sus necesidades. En nuestros días, la práctica apunta
seres humanos valoraban lo que peligrosamente hacia una nueva adaptación, pero, en
de manera natural representa- esta ocasión, de la humanidad hacia los esquemas impues-
ba nuestra especie, la memoria no se tos y controlados, básicamente, por sus mismas creaciones e
medía en gigas, ni la vista en mega- inventos orientados a la automatización de las tareas.
pixeles, la comunicación se establecía Por lo tanto debemos cuestionarnos si el uso irracional
de primera mano, nunca vía infrarro- de la tecnología no es, en realidad, una máscara que nos
ja o wi-fi, y el único puerto de alimen- permite disfrazar cierta pausa en el desarrollo humano; mis-
tación al que nos conectábamos esta- mo que cada día, justificándose en lo práctico, realiza un
ba directamente vinculado a aquellos menor esfuerzo físico e intelectual, y que de manera evi-
“alimentos” que llegaban a nuestro dente promueve una fascinación por lo inmediato.
organismo por ingesta directa. Aun- Sin importar que pueda resultar fugaz o inútil, este es-
que parezca increíble, no lo hacíamos quema sigue repitiéndose por la disponibilidad que sus mé-
por bluetooth. todos ofrecen, pues nos permite solucionar —al menos de
Durante el último siglo, la revolu- manera temporal— aquellas necesidades que han sido crea-
ción tecnológica ha acelerado las “ca- das por el sentido de pertenencia a una sociedad “aparen-
pacidades” de los seres humanos para temente moderna”, orillando a los individuos a representar
impulsar —desde el exterior— nues- un número “binario” equiparable al código en el que sólo se
tras posibilidades de desarrollo. La puede estar encendido o apagado.
memoria virtual que incrementa las re- Casi retrógrada podría interpretarse esta posición, ya
ferencias físicas de todo lo que vemos y que de inicio atenta contra los esquemas de consumo que
escuchamos está presente en la mayo- las nuevas generaciones ven con tanta naturalidad. Sin em-
ría de nosotros, y buscamos explotar- bargo, es necesario reconocer que la producción de ideas
la para hacernos más creíbles en un individuales es un concepto que se encuentra en etapa de
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mundo que cada día está más maqui- rezago ante el mar de información que la internet y otros
llado por cables invisibles, a través de medios electrónicos ofertan, haciendo del conocimiento un
los cuales transmitimos nuestro cono- simple proceso de tránsito especializado en la reproducción
cimiento para hacerlo portátil. y parafraseo de trabajos ajenos.
El mito de las películas de sci-fi En favor de la red del conocimiento socializado (inter-
ahora es una realidad que corre pa- net) podríamos decir que quizá sea ésta la “nueva Grecia”,
ralela a la velocidad de los bytes con pero construida por blogs y no por blocks, y que alberga a
los que empatamos todas nuestras la nueva comunidad de pensadores universales. No obstan-
actividades “productivas” en la con- te tendremos que ser cautelosos en relación a la calidad de
vivencia de las sociedades tecnológi- opiniones que por ella circulan, debido a que no siempre
cas. Nos hemos convertido en hombres existen los avales suficientemente sustentables para corro-
—mitad humanos y mitad máquinas— borar los datos que en ella se proporcionan.
que requieren baterías externas para 
http :// es .wikipedia .org / wiki /Evoluci%C3%B3n _ biol%C3%B3gica
REPortAJE
En su mayoría, los lí- la compañía que te brinda el servicio,
deres de este medio son bajo ningún pretexto debes perder tu
representantes de empo- número celular —gracias a la portabi-
rios comerciales que se lidad numérica—, que representa una
han encargado de explo- especie de folio para un archivo en el
tar sus beneficios como que, de ser dado de baja, representa
una extensión de sus ne- perder un medio seguro para seguir
gocios, “regalando” in- en contacto con quienes han transita-
formación y contenidos do por tu vida.
multimedia para clientes Agregaremos que si el chip de da-
potenciales que, cega- tos no ha sido respaldado en la arcai-
dos por los Leds, asumen ca, pero segura anotación de papel
que la información que —llámese directorio—, difícilmente
no está publicada aquí, te acordarás de esos datos, pues el
simplemente no existe. número de tus contactos queda ocul-
Por otro lado es válido reconocer que este medio, igua- to por la marcación rápida, de voz, o
litariamente promocionado por su carácter democrático encriptado por el sistema de anticipa-
(para quienes pueden costear esta tecnología), trae consigo ción de escritura (T9).
un conocimiento muy específico, técnicamente hablando, Paradójicamente, y a pesar de to-
pues un joven que lo utiliza de manera regular está ente- dos los incidentes en los que experi-
rado y domina formatos de video, audio y otros codecs de mentamos una pérdida importante de
imagen, desconocidos para muchos adultos de edad media, información, continuamos apostando
mismos que no logran dominarlos ni para cuando éstos ya una gran parte de nuestra dinámica
han desaparecido. a los terrenos de la energía eléctrica,
En ese tenor, chips y nanotecnología se unen para man- arriesgándonos por una evolución sin
tener enganchado a quien se acerque a ellos, no sólo con la cables, pero invadida de redes que
computadora, sino a través de todos los aparatos (teléfonos atraviesan, con diferentes radiacio-
celulares, iPods, cámaras digitales, discos duros portátiles, nes, nuestro cuerpo, sin la certeza de
memorias USB, relojes inteligentes, agendas multi-task y saber cuáles serán los efectos colate-
otros modernos accesorios) en los que de manera micros- rales para nuestra salud en el futuro,
cópica éstos se ocultan y que nos mantienen encadenados como consecuencia de cargar todo el
a la electricidad. Todo esto termina por convertirnos en un día con conexiones ajenas a nuestra
puerto orgánico entre la PC y los cables de corriente. naturaleza.
Como si se tratase de un acto de higiene básica, la vida Dormir con celular y alimentarnos
moderna nos está orillando a mantenernos pendientes del de comida calentada por microon-
beep que asusta porque indica low-batt (batería baja). Que, das es una discusión mínima cuando
con suerte, nos avisa también de manera gráfica y recurrente nos damos cuenta que, sin los bene-
sobre los pocos minutos de omnipresencia con los que con- ficios de la electricidad quedamos al
tamos y amablemente nos recuerda la obligación que ad- desnudo —o quizá deberíamos decir
quirimos con el producto: cargar la pila para mantenernos muertos—, ya que de prolongarse un
activos en el mapa de algún satélite, reiniciando un acto
que nunca termina.
De esta forma la alerta se convierte en una orden que
aparece a cualquier hora y cada uno de los días que pasan
desde que decidimos comenzar a “vivir civilizadamente”
como puertos paralelos y al mismo tiempo universales que,
en casos extremos, derivan en una obsesión por no desapa-
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recer de un plano en el que quedamos prácticamente cie-


gos, sordos y mudos, pues ya hemos delegado todas esas fun-
ciones a nuestros acompañantes de vestimentas metálicas.
Ensordecemos cuando nos desconectamos del mundo
para escuchar con los audífonos, enmudecemos cada vez
que ingresamos al Messenger y nos quedamos ciegos cuan-
do el psp, nuestro Nintendo DS o los juegos del celular dis-
traen nuestra atención de lo que sucede a nuestro alrede-
dor, convirtiéndonos a voluntad en el chip que falta para
complementar todas estas tecnologías.
Para entenderlo mejor —con más terror—, hablemos del
número en el que “telefónicamente” nos hemos convertido,
pues ahora lo que menos importancia tiene es tu nombre o
gAceTA
a los que estamos leyendo no nos toque ver los frutos de
todo lo que a través de ésta se logre, pero siempre es bueno
detenerse un poco y contextualizar la forma en la que el
desarrollo moldea nuestras sociedades, para conocer hacia
dónde encaminamos nuestra evolución. Mantener encendi-
das las luces en las que depositamos nuestro desarrollo no
es tarea única de los gobiernos, es una responsabilidad que
nos compete a todos por igual si deseamos seguir en este
planeta.
No se trata de crear nuevos seres humanos, pero sí de
equiparar la evolución tecnológica con un desarrollo inte-
lectual y biológico que demuestre un avance en nuestros sis-
temas de convivencia que haga sustentable el desarrollo de
las futuras generaciones, y demuestre que Charles Darwin
y los evolucionistas no estaban equivocados. Seguro es que
podemos dar más, pues el rumor de que sólo ocupábamos

el 10% de nuestra capacidad cerebral ha sido derrumbado,
y hoy se sabe que el cerebro tiene distintos periodos de acti-
vidad que difícilmente pueden ser estandarizados bajo una
estadística.
apagón, sería evidente que de poco Los métodos que se han encontrado para utilizar el cuer-
ha servido nuestro progreso. po como fuente de energía representan en sí un uso exten-
Para nada servirá tener el celular dido de nuestra composición genética, por lo que este tipo
más costoso, una computadora con do- de investigaciones sucederán en lo futuro al desciframiento
ble núcleo, internet de banda ancha o profundo de nuestra mente y cuerpo, regresándole al ser
satélites que exploren otros planetas, humano su categoría de la máquina perfecta, apoyándonos
si todavía no solucionamos lo que ver- principalmente en los terrenos de la ciencia, que por encima
daderamente importa. Sin embargo, de la tecnología, tiene un camino más escarpado, pero de
únicamente estamos atendiendo las mayor relevancia.
necesidades coyunturales que comer-
cialmente nos sirven para fugarnos de
los problemas que aquejan a la huma-
nidad.
Entendamos que si no producimos
inventos de verdadera relevancia, y
hacemos conciencia de nuestro de-
venir por el planeta, ni toda la tec-
nología reunida nos salvará de las
hambrunas, la guerra, el vih-sida o los
distintos tipos de cáncer que, hoy por
hoy, evidencian lo perdido de la con-
dición humana. El revestirnos de elec-
trónica no nos hará mejores como es-
pecie, pero tampoco tendría por qué
retrasarnos.
Comencemos a hacer un mejor
uso de los recursos con los que con-
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tamos y, sobre todo, recordemos que


los beneficios de la computación sur-
gieron de un proceso vertiginoso que
comenzó a nivel masivo entre 1977

y principios de los 80 con el modelo
Comodore VIC-20, año en el que este
modelo de computadora personal
(pc) comenzó su ingreso masificado a
los hogares clasemedieros de los Esta-
dos Unidos.
Como en todo proceso evolutivo,
la transformación es larga y quizá, 
http :// zamzaraopina .wordpress .com /2006/08/19/¿es- verdad - que- solo - usamos- el-10- de-

http :// es .wikipedia .org / wiki /Computador _ personal nuestra- capacidad - cerebral /

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