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En Jerusalén, Jeffrey Lacker, presidente del banco de la Reserva Federal de Richmond, sostuvo
que la economía de EU ciertamente se estaba contrayendo. La semana pasada, datos mostraron
que la misma se contrajo 0.3% a tasa anual en el tercer trimestre, su mayor contracción en siete
años.
“Creo que en este punto es definitivamente una recesión. (Pero) lo profunda, empinada y extensa
será es algo incierto”, comentó Lacker, quien a partir de 2009 tendrá derecho a voto en las
reuniones en las que la Fed fija su tasa clave de interés.
Por otro lado, en EU la actividad fabril se contrajo fuertemente en octubre, para caer a su
menor nivel en 26 años.
“Bastante sombrío. Significa que estamos en una recesión. Es tan simple como eso (…) una
recesión manufacturera muy sólida”, dijo Robert Macintosh, economista jefe en Eaton Vance Corp.
“La interrogante es, ¿cómo de prolongada o profunda será? ¿Dónde está este grupo de
economistas a cargo de declarar una recesión?”, se preguntó.
Si bien los problemas económicos siguen acaparando la atención de los mercados mundiales, los
inversores de EU se preparaban para las elecciones presidenciales del martes.
Además los mercados están atentos a las pobres cifras sobre las ventas de coches de octubre en
EU, que se teme habrían caído a un mínimo de más de 20 años.
El banco francés Societe Generale reportó una caída de 83.7% en los beneficios netos del tercer
trimestre.
Las ganancias netas se redujeron a 183 millones de euros, golpeadas por el colapso del banco
estadounidense Lehman Brothers y otras amortizaciones que le costaron 1,208 millones de euros a
su resultado antes de impuestos.
El Commerzbank, el segundo mayor banco de Alemania, comentó que recibirá una inyección
estatal de capital de 8,200 millones de euros y otros 15,000 millones de euros para asegurar su
refinanciación. La entidad anotó una pérdida neta trimestral de 285 millones de euros.
El mayor prestamista hipotecario de Reino Unido, HBOS Plc, elevó su nivel de amortizaciones por
activos riesgosos y deudas vencidas a más de 5,000 millones de libras esterlinas, mientras que su
socio Lloyds TSB previó una fuerte caída en las ganancias.
Las pérdidas por instrumentos financieros en derivados y por resultados operativos, ya no son los
únicos estragos que la crisis económica ha propiciado en las empresas. Firmas como Cemex,
Mexichem, ICA y Vitro, por mencionar algunas, ya se comenzaron a apretar el cinturón para hacer
frente a la situación.
Cemex puso en marcha un plan de reducción de costos, que incluye un recorte de 10% de su
planta laboral.
ICA planea recortar sus inversiones el próximo año, al posponer compras de terrenos para la
construcción de viviendas y reduciendo la expansión en aeropuertos.
• También vivienderas
En cuanto al sector vivienda, URBI redujo sus expectativas de crecimiento para el 2008 y el 2009.
Para este año, la viviendera recortó su estimación de ingresos de 21 a 17%, mientras que para el
próximo año la bajó de entre 19 y 21 a 10 y 12 por ciento.
“La demanda no es el problema. Pero, la idea es ser prudentes (…) y ser menos dependientes de
la deuda”, dijo Selene Avalos, directora de Finanzas de URBI.
ARA estimó que para el 2008 sus ingresos no crecerán dado la crisis financiera y el retraso en la
apertura de nuevos desarrollos.
Homex, por su parte, reducirá sus adquisiciones de tierra en el cuarto trimestre y en el 2009 para
limitar su gasto.
La situación se agrava porque también regresarán entre dos y tres millones de personas a nuestro
territorio, dado que ya no encuentran trabajo en el vecino del norte, aunque no retornarán todas
juntas, sino por etapas.
A esa situación hay que agregarle que son 400 mil trabajadores los que anualmente se incorporan
a la Población Económicamente Activa (PEA), los cuales buscan trabajo y tienen entre 20 y 40
años de edad.
"Va a haber una presión sobre el mercado laboral, el desempleo va a subir, y la tasa de creación de
plazas será muy reducida", porque ni el sector formal ni el informal lograrán absorberlos, pues
hasta la generación de puestos en la informalidad tiene límites.
"Por eso debería haber una política pública para atender este problema" de desempleo, apuntó
Máttar, en entrevista exclusiva.
Los programas que puso en marcha el gobierno para reactivar el empleo y la economía del país, si
bien ayudan, sólo van a "paliar" el efecto sobre la economía.
Esos programas gubernamentales ayudan, pero "son paliativos; no son soluciones duraderas ni
muy potentes". Hay que ver cuánto tiempo se puede dedicar recursos para apoyar esos
programas, porque si a la economía le va muy mal, también los recursos fiscales del Estado serán
limitados.
Comentó que se observa una reducción en los precios del crudo, que es una importante fuente de
ingresos para el gobierno federal.
"Si el precio del petróleo no sube de 70 dólares, el presupuesto federal no alcanzará" y habrá que
hacerle ajustes al gasto.
Además tiene que tomarse en cuenta que con el cierre de empresas y baja de la producción
también podrían caerse los ingresos vía impuestos.
La crisis financiera en México se traduce en una menor dinámica de las exportaciones. "Hay
pesimismo en el ánimo de la gente, lo que afecta la inversión y el consumo", y para 2008
podríamos tener un crecimiento menor a 2.5 por ciento.
Será en 2009 cuando se verán los verdaderos efectos de la problemática de Estados Unidos sobre
nuestro país, aunque desde ahora se ve cómo las empresas ya no contratan y se contraen
proyectos de inversión, entre otras cuestiones.
"Aunque lo peor ya debió haber pasado, hasta 2009 veremos los efectos reales sobre la economía
mexicana". Vamos a ver caídas generalizadas de las exportaciones, y en 2009 la situación se va a
mantener así. En dos semanas vamos a ver los datos del PIB del tercer trimestre y esperamos una
desaceleración económica.
Hay otros problemas extras como el crecimiento de la cartera vencida, que es posible que se
deteriore más en la medida en que las condiciones económicas se agudicen.
Las remesas bajarán, pero no será nada que represente un impacto fuerte sobre la economía
mexicana. (Con informción de El Financiero/AYV)