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La Jornada

•miércoles 22 de octubre de 2008

José Steinsleger

México: la gran estafa de las Afore


En angustiada misiva a El Correo Ilustrado, la señora Diana Velázquez Ortiz
escribe: “Quiero saber si alguien me puede aclarar o adónde debo recurrir
para saber cómo operan las Afore, pues en mis fondos de pensión existe un
déficit de casi 40 mil pesos… el 6 de octubre mi fondo total era de 343 mil
pesos y para el día 17 de ese mes la cifra es de 306 mil pesos” (La Jornada,
19/10/08).

Mi estimada señora: me solidarizo con su situación porque es la mía, y la de


aproximadamente 15 millones de trabajadores que fueron obligados a
“escoger” una de las 20 administradoras de fondos para el retiro (Afore). Así
es que los 40 mil pesos que le andan faltando forman parte de las llamadas
“minusvalías” que de enero a junio pasado “desaparecieron” de nuestros
fondos de retiro: 50 mil millones de pesos, según la Comisión Nacional del
Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

Usted se preguntará por qué. Bueno… ¡porque nos obligaron a ser


“modernos”! Recuerde que hacia 1989, Carlos Salinas de Gortari erigió en la
Plaza Mayor el nuevo altar del sacrificio global (pero esta vez en masa),
haciendo del Estado una eficiente empresa de demolición del sector público.
Recuerde aquella campaña de propaganda y pragmatismo encefalocraneano
que se puso a especular con la fragilidad natural de las personas frente a la
salud y la jubilación.
“¡Como hicieron en Chile!”, dijeron. En efecto, el modelo de las Afore
empezó por allá con represión, tortura y muerte. Y luego, en relativa
paz, el llamado “régimen de capitalización individual” fue copiado en
Perú (1993), Argentina y Colombia (1994), Uruguay (1996), Bolivia y
México (1997), El Salvador (1998), Costa Rica (2001) y República
Dominicana (2003). Hasta diciembre de 2007, eran 76 millones los
afiliados en América Latina. En México, 51 por ciento.

Entonces, los fondos de retiro de los países latinoamericanos pasaron a ser


controlados por grupos empresariales cuya mayoría de acciones, al
calor de las privatizaciones, quedaron en manos de consorcios
financieros extranjeros. En México: Afore Banamex (Citigroup de
Estados Unidos, con 5.9 millones de afiliados), Afore ING (Holanda,
5.3 millones), Afore Bancomer (España, 5.1 millones).

Gente que “sabe” y “piensa en nosotros”: si los valores suben, la pensión


sube. ¿Y si hay pánico financiero, eso que los “especialistas” llaman
“turbulencias”? Lo siento: los fondos acumulados durante la vida
activa “desaparecen” en fracción de segundos. Por esto, a raíz de las
últimas “turbulencias”, el Consar recomienda a usuarios mantener su
Afore: “Hay que esperar a que se recuperen las inversiones y regrese la
curva de rendimientos”. Pero, ¿y si no se recuperan, y si no regresa? Mi
señora: seamos optimistas.

¿Quién determina los rendimientos y cobro de comisiones? Los propios


bancos, faltaba más. ¿Y la Consar? Nada. La Consar se encarga del
“diseño de portafolios de inversión” (¿?) y la propaganda: “Las
inversiones que realizan los fondos son a largo plazo y las crisis
coyunturales pueden ser compensadas con periodos de bonanza a lo
largo del tiempo”.
En una excelente y reveladora investigación, la periodista Alba Martínez
sostiene que las Afore de México registraron las más altas comisiones
en el cobro por manejo de cuentas individuales. En contraste, los
rendimientos para los trabajadores bajaron aún más de lo que
presentaron a partir de 1997, cuando se “modernizó” el esquema de
pensiones con la promesa que los asalariados serían “los principales
beneficiados” (Contralínea, No.101, 1/5/08).

“En los recientes seis años –dice Martínez– las Afore incorporaron a sus
ganancias 25 por ciento de los ahorros de los asegurados. Y es que los
trabajadores tienen que pagar unas de las cuotas más altas del mundo
para que las Afore les ‘administren’ sus fondos de pensión.”

Los “administradores”, en tanto, obtuvieron ganancias por 2 mil 664


millones de pesos (2006) y 2 mil 283 (2007). Y, en algunos casos, esas
ganancias son producto de la sustracción de casi 30 por ciento de los
ahorros de los trabajadores. Más del doble de lo que sus pares
latinoamericanos pagan a sus respectivas Afore. Un buen “retiro”…
para ellos.

“El monto total acumulado de las Afore mexicanas rebasa las reservas del
Banco de México”, afirma Martínez. Esto representa 9 por ciento del
PIB del país. Seis años atrás, en 2002, representaban 5.3 por ciento. Y
en una de las fuentes consultadas por la periodista de la revista
Contralínea (Boletín estadístico 18, emitido por la Asociación
Internacional de Organismos de Supervisión de Fondos de Pensiones)
supimos que las administradoras del país obtuvieron mil 330.6 millones
de dólares por… ¡cobro de comisiones!

¿Qué hacer? Al momento de redactar estas líneas nos enteramos de que


Argentina dará por terminado el sistema de pensiones privadas. El
gobierno de Cristina Fernández teme que con la actual crisis global de
crédito desaparezcan totalmente los fondos de pensión. El Estado
argentino absorberá el sistema de pensiones privado. ¿Seguirá México
el ejemplo?

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