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RIESGO Y REGULACION

CRISIS FINANCIERA EN WALL STREET Y SUS


CONSECUENCIAS

1. RESUMEN 2

2. ¿QUE SALIÓ MAL? 3

2.1. INTRODUCCION 3
2.2. HISTORIA DE LA CRISIS 3
2.3. UNA NUEVA CADENA DE RIESGOS 5
2.4. DERIVADOS 5
2.5. AUTOREGULACION 7

3. ¿COMO SE PRODUJO LA CRISIS? 8

3.1. AIG 8
3.2. FONDOS HEDGE 10
3.3. CONSECUENCIAS DE LA CRISIS 10

4. CONCLUSIONES 12

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RIESGO Y REGULACION

CRISIS FINANCIERA EN WALL STREET Y SUS CONSECUENCIAS

1. RESUMEN

Este trabajo está basado en el articulo “What Went Wrong” publicado en el


periódico Washington Post el día miércoles 15 de Octubre del 2007 por los
periodistas Anthony Faiola, Ellen Nakashima and Jill Drew que trata acerca
de historia que dio origen a la crisis financiera internacional.
No solo se ha traducido literalmente el artículo, si no que además se ha
consultado otras fuentes y se ha hecho un trabajo más amplio del tema.
Se comienza con una introducción acerca de cómo se iba gestando la crisis
en la ultima década.
Luego se analiza los conceptos económicos de los derivados, los fondos
hedge, además hay un acercamiento de cómo se inició la crisis desde la
óptica de la especulación.
Al final se expone las consecuencias de la crisis en el ámbito mundial y por
último están las conclusiones del tema.

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2. ¿QUE SALIÓ MAL?

2.1. INTRODUCCION
A lo largo de los años noventa, algunas personas opinaban que los
derivados se habían vuelto tan vastos, interconectados e
inescrutables que requerían una supervisión federal para proteger el
sistema financiero. En reuniones con responsables federales,
célebres apariciones en el Capitolio y discursos ante un público muy
numeroso, Greenspan expresaba su confianza en la buena voluntad
de Wall Street a la hora de autorregularse cuando esquivaba las
restricciones.
Desde que el sector inmobiliario empezara a venirse abajo, el
historial de Greenspan se ha visto sometido a una revisión.
Economistas de todo el espectro ideológico han criticado su decisión
de permitir que el mercado inmobiliario del país siguiera creciendo
gracias al crédito barato, cortesía de los bajos tipos de interés, en
lugar de acabar con las subidas de los precios con tipos más
elevados. Otros han criticado a Greenspan por no meter en vereda a
las instituciones que prestaron dinero de forma tan indiscriminada.
Independientemente de lo que la historia acabe diciendo sobre estas
decisiones, puede que el legado de Greenspan se base en última
instancia en un fenómeno más arraigado y mucho menos examinado:
el espectacular boom y el calamitoso descalabro del comercio de
derivados.
2.2. HISTORIA DE LA CRISIS
En 1997, la Comisión de Negociación de Futuros de Materias Primas,
una agencia que regula las operaciones bursátiles con opciones y
futuros, empezó a explorar la regulación de los derivados. La
comisión, que por aquel entonces estaba dirigida por una abogada
llamada Brooksley E. Born, pidió que le enviaran comentarios sobre
cuál era la mejor forma de supervisar ciertos derivados.
El 21 de abril de 1998, las autoridades financieras federales se
reunieron en el Tesoro en una sala de conferencias forrada de

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madera para debatir la propuesta de Born. Rubin y Greenspan le
imploraron que reconsiderara su opinión, según Greenberger y Levitt.
Ella siguió adelante.
El 5 de junio de 1998, Greenspan, Rubin y Levitt pidieron al Congreso
que evitara que Born actuara antes de que los reguladores más
experimentados hubieran presentado sus recomendaciones. Levitt
afirma que ahora se arrepiente de la decisión. Greenspan y Rubin
estaban "juntos en esto", añade. "No cabe duda de que se oponían a
ello y me convencieron de que sembraría el caos", concluye.
Born no tardó en conseguir un ejemplo. En otoño de 1998, el fondo
de cobertura Long Term Capital Management estuvo a punto de
quebrar arrastrado por apuestas catastróficas con derivados, entre
otras cosas. Más de una docena de bancos hicieron un fondo común
de unos 2,7 millones de euros para un rescate privado que evitara
que el fondo entrara en bancarrota y pusiera en peligro a otras
empresas.
A pesar de este suceso, el Congreso congeló la autoridad reguladora
de la Comisión de Negociación de Futuros de Materias Primas
(CFTC, en sus siglas en inglés) durante seis meses. Al año siguiente,
Born se marchó. En noviembre de 1999, las autoridades reguladoras,
incluidos Greenspan y Rubin, recomendaron que el Congreso retirara
a la CFTC de forma permanente su autoridad reguladora sobre los
derivados.
Greenspan, según los legisladores, utilizó entonces su prestigio para
asegurarse de que el Congreso hiciera lo que él quería.
En 2000, Harkin preguntó qué pasaría si el Congreso debilitaba la
autoridad de la CFTC. Greenspan aseguró que se podía confiar en
Wall Street. "Podemos tener grandes cantidades de regulación y les
garantizo que nada irá mal, pero nada irá bien", explicó.
Ese mismo año, en una vista del Congreso sobre el auge de las
fusiones, sostuvo que Wall Street había domado al riesgo. "Con un
aumento semejante de la concentración de la riqueza, ¿no le
preocupa que, si una de estas enormes instituciones fracasa, esto
vaya a tener un impacto tremendo sobre la economía nacional y

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mundial?", le preguntó Bernard Sanders, representante
independiente de Vermont.
Greenspan replicó: "No. Creo que el crecimiento general de las
grandes instituciones ha tenido lugar en el contexto de una estructura
subyacente de mercados en la que muchos de los riesgos principales
están drásticamente, o debería decir completamente, cubiertos".
La Cámara de Representantes aprobó por inmensa mayoría la ley
que mantuvo los derivados al margen de la supervisión de la CFTC.
Pero seguía habiendo operaciones. Cuando Greenspan empezó a oír
hablar de la burbuja inmobiliaria, hizo caso omiso de la amenaza.
Wall Street estaba usando los derivados, comentó en un discurso de
2004, para compartir los riesgos con otras empresas.
A medida que la crisis inmobiliaria creció y las hipotecas dejaron de
pagarse, los derivados magnificaron la crisis.
El cataclismo en Wall Street que se ha llevado por delante a
empresas como Bear Stearns y Lehman Brohters y ha puesto en
peligro al gigante asegurador American International Group se ha
visto acelerado por el hecho de que tanto ellos como sus clientes
estaban vinculados por los derivados. -
2.3. UNA NUEVA CADENA DE RIESGOS
Los contratos a futuro, una de las primeras formas de un derivado,
durante mucho tiempo han sido asociados con grandes deficiencias
del mercado.
El futuro que se prevé resultó aún más arriesgado de lo que imaginó
Born. El auge inmobiliario y el crédito fácil en los últimos 10 años
dieron a luz a los más complejos valores y derivados, esta vez
inflando el valor de millones de viviendas compradas por los
estadounidenses que en última instancia no pueden pagarlos.

2.4. DERIVADOS
Un contrato derivado financiero, como su nombre lo indica, “deriva”
su valor ya sea de un activo subyacente (por ejemplo, la variación en
el precio de las acciones de IBM) o de un evento determinado (por
ejemplo, las variaciones en las tasas de interés o el riesgo de

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incumplimiento de pago). Como supondrán, al haber una enorme
cantidad de activos y de eventos, hay un gran abanico de
posibilidades que se le presentan al alquimista financiero para crear
derivados. Puede, también, construir un derivado sobre un derivado;
del mismo modo, puede construir un derivado sobre un derivado
sobre otro derivado. ¿Caótico? Claro que sí, y esto fue,
precisamente, lo que se hizo en el mercado inmobiliario
norteamericano. Y es por eso que los bancos comerciales y firmas
bursátiles están en serios, muy serios problemas.
Y, como si de un oráculo se tratara, Warren E. Buffett comentó hace
cinco años que los derivados eran "armas financieras de destrucción
masiva que entrañaban peligros que, aunque ahora estén latentes,
pueden llegar a ser mortíferos".
No obstante, una figura eminente del mundo de las finanzas pensó lo
contrario durante mucho tiempo. Y su opinión dominaba los debates
sobre la regulación y el uso de los derivados, contratos exóticos que
prometían proteger a los inversores de las pérdidas, lo cual estimuló
prácticas más arriesgadas que desencadenaron la crisis financiera.
Durante más de una década, el ex presidente de la Reserva Federal
Alan Greenspan ha manifestado tajantemente su oposición siempre
que los derivados se sometían a examen. "Lo que hemos visto a lo
largo de los años en el mercado es que los derivados han sido un
vehículo extraordinariamente útil para transferir el riesgo de las
personas que no deberían asumirlo a aquellas que están dispuestas
y son capaces de hacerlo", afirmó Greenspan ante el Comité de
Banca del Senado de Estados Unidos en 2003. "Sería un error"
(regular estos contratos de una forma más estricta), añadió.
Hoy, con el mundo atrapado en una tormenta económica que
Greenspan describió hace poco como "el tipo de crisis financiera
desgarradora que se produce sólo una vez cada siglo", su fe en los
derivados sigue siendo inquebrantable,
El mercado de derivados tiene hoy un valor de unos 390 billones de
euros, casi cinco veces más que hace seis años. En teoría, estaban
destinados a limitar el riesgo y evitar los problemas financieros. En la

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práctica, han agudizado la inseguridad y han extendido el riesgo,
además de sembrar dudas en torno a cómo los evalúan las
empresas.
2.5. AUTORREGULACIÓN
Como presidente de la Reserva Federal durante mucho tiempo, el
estratega económico más poderoso del país, Greenspan abogó por
los poderes ilimitados y creadores de riqueza del mercado. Libertario
confeso, entre sus influencias formativas incluía a la novelista Ayn
Rand, que retrató el poder colectivo como una fuerza maligna
contrapuesta al interés ilustrado de los individuos. Por su parte, el ex
presidente de la Fed demostró una fe inquebrantable en que los que
participaran en los mercados financieros actuarían de forma
responsable.
Tras examinar más de dos décadas del historial de Greenspan sobre
la regulación financiera y sobre derivados, queda claro hasta qué
punto subordinó la salud de la economía del país a esa fe. Cuando el
mercado naciente de derivados se estableció a principios de los años
noventa, sus detractores denunciaron la ausencia de normas que
obligaran a las instituciones a revelar su situación y a apartar fondos
como una reserva para protegerse de las malas apuestas.
Una y otra vez, Greenspan -figura adorada a la que se apodaba El
Oráculo- proclamó que los mercados podían manejar los riesgos. "Él
y varios responsables del Tesoro rechazaban por sistema las
propuestas para imponer una regulación por minimalista que fuera",
recuerda Alan S. Blinder, ex miembro del consejo de la Reserva
Federal y economista de la Universidad de Princeton. "Mi recuerdo
de él es que no hacia más que corear en favor de los derivados".

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3. COMO SE PRODUJO LA CRISIS

3.1. AMERICAN INTERNATIONAL GROUP (AIG)

La American International Group (A.I.G.) subscribió pólizas de


seguros de todo tipo solicitados por la gente y por el mundo de los
negocios: seguros de vivienda y de propiedad, seguros
agropecuarios, incluso seguros para cubrir el arrendamiento
aeronáutico. Ese rentabilísimo negocio no fue el problema. (Por eso
mismo, será con toda probabilidad saldado para poder pagar las
apuestas fallidas de la compañía.) La caída de A.I.G. vino de los
440.000 millones de dólares –casi medio billón— que le quedaron
colgados al asegurar garantías a fondos hedge de libre inversión. En
otras palabras: si dos partes jugaban un juego de suma cero,
apostando la una contra la otra por la subida o la bajada del dólar
frente a la libra esterlina o el euro, o si aseguraban una cartera
hipotecaria o hipotecas basura para tener garantías de que se
cobrarían, entonces pagaban una minúscula comisión a A.I.G. por
una póliza que prometía pagar si, pongamos por caso, el mercado
hipotecario norteamericano de 11 billones de dólares llegaba a
“tropezar”, o si los perdedores que habían colocado billones de
dólares en apuestas a derivados del mercado internacional de divisas
o a derivados financieros de acciones u obligaciones terminaban en
una situación parecida a la que se hallan muchos patronos de Las
Vegas, esto es, incapaces de cubrir sus deudas en efectivo.

A.I.G. cosechó miles de millones de dólares con esas pólizas. Y


gracias al hecho de que las compañías aseguradoras son un paraíso
friedmaniano –no regulado por la FED, ni por ninguna otra agencia de
alcance nacional, y por lo tanto, capaces de acceder a la proverbial
barra libre sin supervisión pública—, la suscripción de esas pólizas se
hacía por la vía del listado informático, y la compañía cosechaba
enormes cantidades de honorarios y comisiones sin apenas poner

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capital de su parte. A eso es a lo que se llama “autorregulación”. Y así
es como se supone que funciona la mano invisible del mercado.

Las máquinas financieras que desarrollaron el comercio que terminó


en la quiebra de la A.I.G. estaban programadas por ejecutivos
financieros para actuar con la velocidad de la luz en operaciones de
comercio electrónico que a menudo no duraban sino unos cuantos
segundos, y eso, millones de veces al día. Sólo una máquina podría
calcular la distribución de probabilidades matemáticas a partir de la
observación de ínfimas variaciones, arriba y abajo, de tasas de
interés, tasas de cambio y precios de acciones y obligaciones… y
precios de hipotecas empaquetadas. Y estos últimos paquetes, cada
vez más, cobraron la forma de hipotecas basura, pretendidamente
deudas pagables pero, en realidad, eran cáscara huera.

En particular, las máquinas empleadas por los fondos hedge han


dado un nuevo significado al capitalismo de casino. Hace mucho que
se aplicaba a los especuladores que jugaban en el mercado de
valores. Consistía en hacer apuestas cruzadas, perder algo y ganar
algo,… y en dejar que el Estado rescatara a los no pagadores. El giro
observable en la turbulencia de las dos últimas semanas es que los
ganadores no pueden recoger las ganancias de sus apuestas, a
menos que el gobierno pague las deudas contraídas por los
perdedores, incapaces de satisfacerlas con su propio dinero.

Uno habría pensado que todo eso requiere algún grado de control por
parte del Estado, que probablemente este tipo de actividad no
debería haberse autorizado jamás. De hecho, nunca fue autorizada, y
por lo mismo, tampoco regulada. Pero parecía haber una buena
razón para ello: los inversores de los fondos de cobertura, o hedge
founds, habían firmado un papel diciendo que eran lo bastante ricos
como para permitirse perder su dinero en este juego financiero. A los
papás y mamás comunes y corrientes no les estaba permitido
participar. A pesar del alto rendimiento generado por millones de
minúsculas operaciones comerciales, se consideraban demasiado

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arriesgadas para principiantes carentes de fondos fiables para entrar
en el juego.

3.2. FONDOS HEDGE

Un fondo hedge, o fondo de cobertura o de inversión libre, no gana


dinero produciendo bienes y servicios. No avanza fondos para
comprar activos reales, ni siquiera presta dinero. Lo que hace es
tomar prestadas enormes sumas para apalancar sus apuestas con
crédito prácticamente ilimitado. Sus ejecutivos no son ingenieros
industriales, sino matemáticos que programan computadoras para
hacer apuestas cruzadas o straddles sobre cómo se comportarán las
tasas de interés, las tasas de cambio de divisas o los precios de las
acciones y las obligaciones… o los precios de las hipotecas
empaquetadas por los bancos. Los préstamos empaquetados pueden
tener contenido o ser basura. No importa. Lo único que importa es
ganar dinero en un mercado en el que el grueso de las operaciones
comerciales dura apenas unos segundos. Lo que genera ganancias
es la fibrilación de los precios, la volatilidad.

La crisis ha llevado a replantear pensamientos. Goldschmid, el ex


comisionado del S.E.C. mira hacia atrás, a la larga historia de
oportunidades perdidas y suspira “En retrospectiva, no hay duda de
que habría sido mejor si hubiéramos regulado los derivados”
3.3. CONSECUENCIAS DE LA CRISIS
1. El duro golpe recibido por la ideología que objeta la intervención
del Estado. El Gobierno de Estados Unidos ha decidido aceptar
un gigantesco costo para cubrir las pérdidas financieras,
esperando minimizar la crisis.
2. Yo creo que iremos mucho más allá de la crisis financiera, la
quiebra financiera. Ahora estamos entrando en la recesión con
posibilidades de ir hacia una depresión. Eso es lo primero.
Tenemos la tormenta perfecta, donde hay una convergencia
entre quiebras financieras de los Bancos más importantes junto

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con el retroceso de los principales sectores económicos en su
conjunto.
3. Esta quiebra con crisis es a largo plazo. No es algo que vaya a
haber una recuperación en dos o tres años.
4. Es una crisis que va afectar todos los países del Tercer Mundo
que han tomado el camino de exportadores de agro minerales.
Ya los precios están cayendo verticalmente. El precio del
petróleo está bajando casi a la mitad del máximo precio
alcanzado, y todavía sigue bajando y va a caer más, por el hecho
de que las economías de Europa, Estados Unidos, Asia, van a
bajar las importaciones y van a afectar gravemente las
economías en América Latina, África, Asia que dependen de este
rubro.
5. Los efectos de las caídas económicas en Europa, en Estados
Unidos y Asia van a terminar provocando una gran crisis en
América Latina. Dentro de seis meses los gobiernos que ponen
el énfasis en el mercado mundial van a sufrir enormes golpes.
Esos gobiernos van a clamar que hay que poner disciplina,
orden. Van a cargar toda la crisis sobre los empleados y obreros
y luego cortarán los gastos sociales.

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4. CONCLUSIONES

1. EEUU pierde liderazgo mundial. Esta crisis financiera anuncia el fin


de la hegemonía de Estados Unidos como superpotencia mundial.
2. Estados Unidos iba a perder su estatus de superpotencia del sistema
financiero mundial, que pasaría a ser "multipolar".
3. El equilibrio de poderes mundial está siendo alterado
irrevocablemente. La era de liderazgo global norteamericano iniciada
en la II Guerra Mundial se terminó.
4. La crisis también se está llevando lo que quedaba en pie del
‘consenso de Washington’; es decir, el credo liberal preconizado por
Estados Unidos.

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