ENTRE A Y B

Difícilmente una joven arquitecta contemporánea puede encontrarse con condiciones de partida más
“chocantes” que las que se daban en el caso del pabellón que había de albergar la exposición “Plaza de la
Encarnación: la plaza y el laberinto”. El “solar” era la propia plaza, un espacio urbano construido en 1948 y
resuelto según los cánones del decimonónico discurso urbano academicista: rígida planta central definida
por un cuadrado inscrito en un círculo, setos vegetales, bancos de piedra, farolas de hierro forjado y una
fuente de mármol.

Se trataba de condiciones radicalmente contrarias a la cultura de vanguardia que inspiró a la modernidad

arquitectónica, condiciones, sin embargo, que Esther Díaz encaró sin prejuicios. En primer lugar aceptó
ubicar el pabellón en una de las semicoronas resultantes de la rancia geometría de la plaza, lo que significaba
asumir una planta en arco tan sólo accesible desde un punto aproximadamente intermedio. En segundo lugar,
y arriesgándose a que la falta de prejuicios deviniera en provocación, optó por acentuar la simetría del diseño
marcando su eje con un acceso monumental enfrentado a un cuerpo saliente. El academicismo de la planta
quedaba así definitivamente consagrado.

Pero las concesiones terminaron aquí. A partir de ese momento la arquitecta asumió la tarea de desactivar la
lógica de la planta, llamémosla A, con el volumen que habría de surgir sobre ella, llamémosle B. La estrategia
utilizada consistió en contestar a las exigencias historicistas de la primera con las respuestas contemporáneas
del segundo. Así, donde A exigía jerarquía, B respondió con un cuerpo uniforme donde el suelo (una
superficie de gravilla) y el techo (un panel de policarbonato) se habían desmaterializado; donde A exigía
tectónica, B respondió con una fachada transparente que permitía que la exposición fuera perceptible desde
el exterior; donde A exigía materiales tradicionales, B respondió con un sándwich de metal deployé y planchas
de metacrilato; donde A exigía sistemas estructurales convencionales, B respondió con una balloon frame
modulada con perfiles tubulares de acero galvanizado. En definitiva, donde A era perfectamente académica,
B estaba decidido a ser perfectamente contemporáneo.

El resultado: un pabellón definido “entre A y B”, es decir, utilizando la explotación de las contradicciones como
instrumento de proyecto. La impresión: un ejercicio de tergiversación arquitectónica tan provocador como
fresco y original.

Carlos García Vázquez

esther díaz

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 CALLE LARAÑA

PLAZA DE
LA ENCARN
ACIÓN CALLE

IMA
GEN

BUS
IGLESIA DE BUS
LA ANUNCIACION
ACULTAD DE
ELLAS ARTES

BUS

BUS

CALLE

UE
LUQ
JOSE

LUIS

N
Y PELLÓ
IA
COMPAÑ

PUENTE

CALLE
CALLE
SERVICIOS MUNICIPALES
AYUNTAMIENTO DE SEVILLA
CALLE

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12

2
3

300 274
7

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6 5

12

SECCIÓN TRANSVERSAL POR ACCESO PABELLÓN

1 METAL DEPLOYE 40x40x2 mm/ 2 PERFIL TUBULAR GALVANIZADO 120.60.2 mm/ 3 METACRILATO DE 3 mm DE ESPESOR/ 4 POLICARBONATO ALVEOLAR DE 16 mm/ 5 C
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 esther díaz

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13,6

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3

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SECCIÓN TRANSVERSAL
CANTO RODADO BLANCO DE 30/50mm/ 6 ENTRAMADO DE METAL DEPLOYE 50x50x5 mm/ 7 TUBO FLUORESCENTE ESTANCO 140 cm
155
156

jesús granada
 jesús granada

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esther díaz esther díaz
 esther díaz
esther díaz
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jesús granada

jesús granada
jesús granada

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