INTRODUCCION.-
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LA EJECUCIÓN LABORAL
Ante esta situación, el empresario debe decidir entre varias opciones, a saber:
5) Acudir al Juez Mercantil con un concurso voluntario (art. 33.3 TRET y arts.22.1 y
50, 55 ss y cc Ley Concursal 22/2003) previa declaración de insolvencia provisional
parcial o total en el Juzgado Social, con subrogación del Fondo de Garantía Salarial
(FOGASA, Organismo dependiente del Mº de Trabajo y financiado con un 0,20%
exclusivamente a cargo de las empresas) en los derechos de los trabajadores (art. 274
LPL) con los limites y topes legales establecidos en el art. 33.1 TRET ( el triple del SMI
diario -20,00 euros/día para 2008- con un máximo de 150 días).
6) Tanto en el proceso concursal como en el laboral, con abono del 40% en las
empresas de menos de 25 trabajadores, previa instrucción de un expediente
administrativo.
7) Comprobar como son enajenados sus bienes en pública subasta judicial – figura
jurídicamente impecable pero económicamente ruinosa- para su transformación en
dinerario a un tipo porcentual sobre una valoración realizada “ex oficio” y un justiprecio
(art. 260 LPL y 666 LEC) de los bienes afectos que, en caso de ser insuficientes se
ampliaría su embargo (art. 253 y ss LPL y 636 y ss LEC).
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10) Solicitar al FOGASA los representantes de los trabajadores (Art. 250 LPL) la
insolvencia técnica de la empresa con convenio de recuperación , en las condiciones
anteriormente descritas y con los límites y topes legalmente establecidos, por las
cantidades debidas a los trabajadores, con subrogación de sus derechos, cuando los
bienes susceptibles de embargo de la empresa se encuentren afectos al proceso
productivo y ésta continúe su actividad poniendo en peligro las relaciones laborales
existentes, con suspensión de la ejecución por 30 días y previa declaración de
insolvencia (art. 275 LPL). Las dos últimas soluciones son paliativas, pero la primera,
tiene el inconveniente de que necesita el concurso de voluntad del ejecutante.
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los bienes afectos al expediente administrativo de recobro de la deuda más los intereses
legales, simultáneamente al reinicio de la ejecución laboral, con petición expresa de
intereses procesales y costas.
Esta figura es una alternativa empresarial, y la insolvencia por referencia del art.
274.3 LPL extensiva a otras ejecuciones sociales que pervivan pendientes frente al
empresario, y conjuga los principios tuitivos del Derecho del Trabajo, con los intereses
del conflicto, evitando la descapitalización del empresario y manteniendo la
sostenibilidad del empleo (art. 40 CE).-