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LA INSOLVENCIA TECNICA LABORAL Y EL CONVENIO DE

RECUPERACION ANTE LA CRISIS ECONOMICA Y FINANCIERA

Por José Agustín Rifé y Fernández-Ramos. Secretario de la Jurisdicción Social y


profesor de la U. Alicante

INTRODUCCION.-

Cuando un empresario resulta condenado por Sentencia a pagar una cantidad


elevada por la Magistratura de Trabajo, hoy Juzgado de lo Social, y no tiene liquidez
para acometer la deuda, ni consigue un aval bancario para recurrirla, se produce
inexorablemente la firmeza de la misma y una ejecución laboral, tramitada de oficio
por el Juzgado ante la simple petición del trabajador, que despliega un proceso de
ejecución rápido, que desborda y sorprende al empresario, cumpliendo con la protección
constitucional del “salario vital” del trabajador (“ex art. 35 CE”), con el mandato de
ejecutar lo juzgado del art. 117.3 CE, y 1 LOPJ) ,con la tutela judicial efectiva del art.
24 CE y con el superprivilegio del crédito salarial del ejecutante (art. 32 TRET). Los
bienes inmuebles, muebles, maquinaria, flota de vehículos, cuentas corrientes, acciones,
participaciones y créditos del empresario quedan embargados (conforme al orden del
art.592 LEC y art.252 LPL) para responder de un principal, intereses , costas (art. 249 y
266 LPL) más apremios pecuniarios (art. 239 LPL) que, se prolongará
exponencialmente en el tiempo hasta su total pago. En un escenario de crisis crediticia
global anunciado por el FMI para el próximo año, y pese a la promesa de líneas de
crédito ICO, lo cierto es que, en este semestre, han desaparecido 11.019 sociedades,
un 22,81 % más que el año anterior, con un paro que alcanzará el 13,2% en 2009, la
morosidad empresarial duplicada y 1.168 ejecuciones laborales registradas en Alicante

Los arts. 235 y ss LPL y arts. 538 y ss LEC , establecen un mecanismo de


ejecución laboral quirúrgico, eficaz y equitativo, compatible con los principios de
celeridad y oficialidad (art. 237.2 LPL) en la tramitación procesal, como si de una
rueda dentada se tratase, que hace aparecer a una diosa Themis de mármol, dura, fría, y
ciega,…pero blandiendo una espada , con más imperio que auctoritas, que
inexorablemente cae sobre el patrimonio de la ejecutada, llevándola a la
descapitalización si no se disparan los resortes del empresario para evitarlo. Este
panorama queda equilibrado por el principio de equidad que debe invadir la ejecución
laboral: no se debe producir más daño al ejecutado que el estrictamente necesario para
la satisfacción de la pretensión procesal, coadyuvando a la finalidad del proceso laboral:
la paz social..

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LA EJECUCIÓN LABORAL

Ante esta situación, el empresario debe decidir entre varias opciones, a saber:

1) El cumplimiento voluntario de la obligación pagando la deuda.

2) Solicitar una quita y espera al ejecutante, ofreciendo un pago aplazado a merced de la


aceptación del trabajador con suspensión de la ejecución y de los embargos (art. 242 .1
b) LPL).

3) La poco habitual en el proceso laboral de la administración o intervención judicial de


su empresa (art. 254 LPL).

4) Unida a la obligación de manifestar bienes y derechos susceptibles de traba, con


indicación de sus gravámenes y cargas para garantizar la obligación (art. 247 LPL) con
la posibilidad de ver mejorada la ejecución sobre más bienes si devienen insuficientes
(art. 257 .2 LPL).

5) Acudir al Juez Mercantil con un concurso voluntario (art. 33.3 TRET y arts.22.1 y
50, 55 ss y cc Ley Concursal 22/2003) previa declaración de insolvencia provisional
parcial o total en el Juzgado Social, con subrogación del Fondo de Garantía Salarial
(FOGASA, Organismo dependiente del Mº de Trabajo y financiado con un 0,20%
exclusivamente a cargo de las empresas) en los derechos de los trabajadores (art. 274
LPL) con los limites y topes legales establecidos en el art. 33.1 TRET ( el triple del SMI
diario -20,00 euros/día para 2008- con un máximo de 150 días).

6) Tanto en el proceso concursal como en el laboral, con abono del 40% en las
empresas de menos de 25 trabajadores, previa instrucción de un expediente
administrativo.

7) Comprobar como son enajenados sus bienes en pública subasta judicial – figura
jurídicamente impecable pero económicamente ruinosa- para su transformación en
dinerario a un tipo porcentual sobre una valoración realizada “ex oficio” y un justiprecio
(art. 260 LPL y 666 LEC) de los bienes afectos que, en caso de ser insuficientes se
ampliaría su embargo (art. 253 y ss LPL y 636 y ss LEC).

8) Proponer el Convenio de Realización judicialmente aprobado establecido en el art.


640 LEC para la enajenación de los bienes pignorados, hipotecados y embargados, con
el ejecutante conforme al art. 1255 CC.

9) Solicitar el aplazamiento de la subasta, cuando el cumplimiento inmediato de la


obligación pudiera ocasionar a los demás trabajadores dependientes del ejecutado
perjuicios desproporcionados que pusieran en peligro la continuidad de las relaciones
laborales subsistentes, con propuesta de condiciones de pago y acreditación de lo
anterior, bajo supervisión del Juzgado y con condición resolutoria del convenio en caso
de incumplimiento por parte del ejecutado (art. 243 LPL).

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10) Solicitar al FOGASA los representantes de los trabajadores (Art. 250 LPL) la
insolvencia técnica de la empresa con convenio de recuperación , en las condiciones
anteriormente descritas y con los límites y topes legalmente establecidos, por las
cantidades debidas a los trabajadores, con subrogación de sus derechos, cuando los
bienes susceptibles de embargo de la empresa se encuentren afectos al proceso
productivo y ésta continúe su actividad poniendo en peligro las relaciones laborales
existentes, con suspensión de la ejecución por 30 días y previa declaración de
insolvencia (art. 275 LPL). Las dos últimas soluciones son paliativas, pero la primera,
tiene el inconveniente de que necesita el concurso de voluntad del ejecutante.

LA INSOLVENCIA TECNICA Y EL CONVENIO DE RECUPERACION

Y la segunda –la insolvencia técnica mediante el convenio de recuperación- del art.


275 LPL inexplicablemente poco conocida y menos utilizada por los empresarios, es
eficaz instrumento jurídico para evitar el descalabro empresarial, y requiere que sea el
FOGASA, el que lo solicite al Juzgado, o los representantes de los trabajadores en
pugna con los intereses del empresario al borde de un ERE, (quizá como presión de la
negociación del mismo o por canon de negociación sindical). Nada obsta para que el
empresario pertrechado de los argumentos anteriores y de bienes susceptibles de
garantía lo solicite de la Unidad Periférica del FOGASA, que tras su estudio impulsará
el expediente de subrogación y el convenio de recuperación descrito en el RD 505/85,
la OM de 20-8-85 sobre devolución de cantidades y RD 372/2001 y la Directiva CEE
80/987 y el convenio OIT 173 de 1992.

La Unidad con suspensión de la ejecución por 30 días, examinará los bienes en


garantía y fiadores, peritará a su cargo (art. 252 LPL), el valor de las hipotecas
inmobiliarias, mobiliarias, avales bancarios, embargos con seguimiento del plazo de 4
años caducidad, la prenda con o sin desplazamiento, fianza personal, “ex art. 1822 y ss
CC”, condiciones resolutorias, compromisos de cesión de créditos, traspaso, alquileres,
créditos litigiosos, etc. elevándose a Escritura Pública y registrando los bienes a costa
del empresario, diseñando un cuadro de plazos de amortización , cuotas e intereses a
tipo constante creciente o decreciente a medida de la empresa con domiciliación
bancaria para su pago , sujetos a aprobación como propuesta de convenio por la
Secretaría General del Fondo, y tras el análisis de las garantías y su suficiencia se
suscribirá el Anexo del acuerdo con la empresa, ( “ex art. 31 RD 505/85) La empresa
solicitara la devolución aplazada de la deuda, por el importe integro por un periodo
de 2 años, o la devolución fraccionada por un periodo máximo de 8 años y carencia de
6 meses, acompañando documentación acreditativa de la situación financiera, del
empleo y análisis de la idoneidad de las garantías ofrecidas. Necesitando para iniciarse
la negociación el reconocimiento del derecho de garantía salarial, o realizar
preconvenios provisionales sometidos a la condición suspensiva de que el FOGASA
abone las prestaciones mencionadas, para después suscribir y firmar por cuadruplicado
el convenio definitivo, con concreción de la fecha de efectos de los pagos. Solicitará la
insolvencia técnica del art. 275 LPL al Juzgado de lo Social o Mercantil, con vigilancia
del vencimiento de las cuotas y ante el incumplimiento instará la vía de apremio contra

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los bienes afectos al expediente administrativo de recobro de la deuda más los intereses
legales, simultáneamente al reinicio de la ejecución laboral, con petición expresa de
intereses procesales y costas.

Excepcionalmente puede modificarse el convenio, sin suponer quita. Elevándose


a escritura pública, sujeto a condición suspensiva de su cumplimiento y al control de
morosidad, que puede desembocar en una resolución de dudoso cobro o impagado,
produciéndose el anatoicismo de los intereses, (art. 576 LEC), implicando la resolución
del acuerdo y la continuación del la ejecución hasta su total satisfacción. En caso de
pago de la deuda o amortización anticipada por el empresario, total o parcialmente, se
tendrá por cumplido el convenio. Puede darse la dación en pago de deuda de bienes
conforme al art. 1175 y ss CC, previo requisito de su tasación y comprobación del
estado de cargas que se aplicarán a redimir la deuda, previa Escritura Pública de la
dación procurarándose un tratamiento similar a todas las empresas.-

Esta figura es una alternativa empresarial, y la insolvencia por referencia del art.
274.3 LPL extensiva a otras ejecuciones sociales que pervivan pendientes frente al
empresario, y conjuga los principios tuitivos del Derecho del Trabajo, con los intereses
del conflicto, evitando la descapitalización del empresario y manteniendo la
sostenibilidad del empleo (art. 40 CE).-

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