Este año que termina, han ocurrido muchas cosas en nuestro país
que van a pasar sin pena ni gloria, y que el pueblo adormilado por los
problemas cotidianos actúa como sino le afectara. Pues si afecta y
mucho, la primera víctima es el ser humano que no nace después la
madre, el padre, los hermanos, la familia, el torno laboral y en
definitiva la sociedad en general.
Hoy los que estamos aquí es porque en nuestro corazón hay un nudo
que nos hace conscientes de esta realidad, pero no debemos de
perder la esperanza de que el bien triunfara sobre el mal. El mal
siempre termina por destruirse a si mismo. Los inocentes desde el
cielo velan por las gentes de buena voluntad.