Sumario:
Introducción. -1. El principio de capacidad contributiva y el impuesto adicional al
Impuesto a la Renta de cargo de la persona jurídica.- 1.1. ¿Qué debemos entender por
“resulte renta gravable de tercera categoría”?.- 2. ¿Es una sanción impropia el impuesto
adicional al Impuesto a la Renta?.- 3. Casos del artículo 13-B del Reglamento de la Ley del
Impuesto a la Renta no calificados por la Ley como gastos no susceptibles de posterior
control tributario.- Conclusiones.-
Introducción
El objeto del presente artículo es abordar el principio de capacidad contributiva como límite al
impuesto adicional al Impuesto a la Renta de la persona jurídica por las rentas del artículo 24º,
inciso g) del Texto Único Ordenado de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado mediante el
Decreto Supremo Nº 179-2004-PCM (en adelante, la Ley); y si su reglamentación respeta el
principio de legalidad.
La potestad tributaria como poder del Estado para imponer a los particulares el pago de tributos
no puede ser ejercida de forma discrecional o arbitraria, sino que se encuentra sujeta a una serie
de límites de orden legal o constitucional.
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Así, el Tribunal Constitucional ha reconocido que el principio de capacidad contributiva es un
principio constitucional implícito en el artículo
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74º de la Constitución Política que se alimenta
del principio de igualdad en materia tributaria .
La capacidad contributiva tiene un nexo o íntima relación con la capacidad económica de los
sujetos obligados, es decir, siempre que se establezca un tributo éste deberá guardar íntima
relación con la capacidad económica de los sujetos obligados, así se3 respetará la aptitud del
contribuyente para tributar o la capacidad contributiva del sujeto pasivo .
Así, la capacidad contributiva supone una previa valoración del legislador de determinados
hechos reveladores de riqueza (capacidad económica) que son elevados a categoría imponible y,
por consiguiente, el Estado
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podrá exigir el pago del tributo a los sujetos que ostenten esa
capacidad contributiva .
Sobre el tema el Tribunal Fiscal en las resoluciones antes mencionadas mantiene un criterio
uniforme. Solo procede gravar los dividendos presuntos con el impuesto adicional cuando luego
de adicionar los egresos no susceptibles de posterior control tributario e ingresos no declarados
en el balance resulte renta gravable para la persona jurídica.
En ese sentido, el Tribunal Fiscal entiende que el impuesto adicional al Impuesto a la Renta de
cargo de la persona jurídica considerada como tal por el artículo 55º de la Ley solo encuentra
legitimación y justificación si respeta la capacidad contributiva de la persona jurídica.
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Si bien el vigente artículo 55º de la Ley tiene un texto lacónico pues señala que “Las personas
jurídicas se encuentran sujetas a una tasa adicional del cuatro
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punto uno por ciento (4.1%) sobre
las sumas a que se refiere el inciso g) del artículo 24° A” , se entiende que tales sumas serán
gravadas en la medida que resulte renta gravable de tercera categoría de la persona jurídica,
según lo ordena el artículo 24-A inciso g) de la Ley, que dice que para efectos del referido
impuesto son dividendos toda suma o entrega en especie que resulte renta gravable de la
tercera categoría, en tanto signifique una disposición indirecta de dicha renta no susceptible 8
de posterior control tributario, incluyendo las sumas cargadas a gastos e ingresos no declarados .
El texto anterior del reglamento era más prolijo porque establecía que la tasa adicional del 4.1%
alcanzaba a toda suma cargada como gasto que resulte renta gravable o cargo a utilidades o
reservas de libre disposición siempre que el egreso, por su naturaleza, signifique una
disposición indirecta de dicha renta, no susceptible9de posterior control tributario. Incluyendo los
ingresos no declarados detectados por fiscalización .
En consecuencia, el artículo 24-A inciso g) de la Ley reconoce que el impuesto adicional tiene
como límite el principio de la capacidad contributiva cuando dice que “resulte renta gravable de
tercera categoría” en la persona jurídica, por ende, la exigencia del referido impuesto en caso que
la empresa tenga pérdida tributaria, como señala el último párrafo del artículo 13-B del
Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, colisiona con la Ley y el principio de capacidad
contributiva.
1.1. ¿Qué debemos entender por “resulte renta gravable de tercera categoría”?
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Un sector de la doctrina considera que el importe de los egresos no suceptibles de posterior
control tributario e ingresos no declarados son tratados o se convierten para la persona jurídica
que incurrió en ellos en rentas de tercera categoría por lo que resulta innecesaria la existencia de
utilidades al final del ejercicio, posición que con todo respeto no comparto.
Creemos que cuando el artículo 24-A, inciso g) indica “Toda suma o entrega en especie que
resulte renta gravable de la tercera categoría, en tanto signifique una disposición indirecta
de dicha renta…” (el énfasis es agregado) para que el egreso o ingreso no declarado resulte
gravado con el impuesto adicional11 al Impuesto a la Renta debemos remitirnos al concepto de
renta gravable de tercera categoría , previsto en la Ley.
Sobre el concepto de renta el profesor Medrano expresa lo siguiente: “Es por ello que ganancias
que, de suyo, no serían consideradas como renta conforme a la teoría de la 12fuente, resultan
gravables por voluntad del legislador que tiene que declararlo en forma expresa” .
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La renta de las empresas se adscribe a la teoría del flujo de riqueza, que incluye la teoría de
renta-producto, con algunos matices de la teoría del consumo más incremento patrimonial, 13
al
considerar como renta al resultado por exposición a la inflación y determinadas rentas fictas .
Así la ganancia empresarial puede ser una nueva riqueza generada por la fuente y también puede
estar integrada por el resultado de la enajenación de bienes de capital que dejan de integrar
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la
fuente generadora de la renta así como por los flujos provenientes de personas o entidades .
Ahora bien, para determinar la renta gravada de tercera categoría se deduce de la renta bruta los
gastos y costos necesarios para producirla y mantener su fuente productora, es decir, se
determinará la “renta neta”.
En ese sentido García Mullin, precisa que “es esencia del concepto mismo de renta su carácter de
“neta”, es decir, que el concepto implica la idea de la deducción de las erogaciones que15se
realicen para obtener esa renta, así como para conservar la fuente en condiciones de producir” .
Entonces la “renta gravable de tercera categoría” a que se refiere el artículo 24-A, inciso g) de la
Ley no puede ser otra que la renta neta, conforme al concepto de renta recogido por nuestra Ley.
El artículo 55º de la Ley establece que las personas jurídicas se encuentran sujetas a una tasa
adicional del 4.1% sobre las sumas a que se refiere el inciso g) del Artículo 24-A.
Es decir, las personas jurídicas excepcionalmente estarán sujetas a una tasa adicional del 4.1% en
caso realicen entregas de dinero o bienes respecto de los cuales no se pueda acreditar quien los
ha recibido por no contar con la adecuada sustentación haciendo imposible un posterior control
tributario, la misma consecuencia sería con la detección de ingresos no declarados.
Entonces se interpreta que la tasa adicional del 4.1 % a que hace referencia el artículo 55º de la
Ley es una sanción anómala a la persona jurídica por haber realizado dichas entregas.
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Estaríamos de acuerdo con la posición expuesta si el legislador hubiera gravado tales
desembolsos simplemente como egresos sin adecuada documentación e ingresos no declarados
sin remitirlos al principio de la capacidad contributiva “en tanto resulten renta neta de tercera
categoría” en la persona jurídica y no le diera el tratamiento de dividendo tributario en el artículo
24-A de la Ley, sino uno aparte para ser congruentes en cobrar el impuesto adicional en la
cabeza de la persona jurídica por incurrir en dichos egresos e ingresos no declarados
independientemente de los resultados del ejercicio.
Como expresa Altamirano “Si se pretende sancionar una conducta deplorable del contribuyente,
en honor17 al principio de tipicidad esa conducta debe encontrarse normativizada como una
sanción” .
3. Casos del artículo 13-B del Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta no
calificados por la Ley como gastos no susceptibles de posterior control tributario.
El artículo 13-B primer párrafo del Reglamento del Impuesto a la Renta señala, respecto del
inciso g) del artículo 24-A de la Ley, que “constituyen gastos que significan “disposición
indirecta de renta no susceptible de posterior control tributario” aquellos gastos susceptibles de
haber beneficiado a los accionistas, participacionistas, titulares y en general a los socios o
asociados de personas jurídicas a que se refiere el artículo 14º de la Ley, entre otros:
• Los gastos particulares ajenos al negocio,
• Los gastos de cargo de los accionistas, participacionistas, titulares y en general socios o
asociados que son asumidos por la persona jurídica”.
Por su parte, el artículo 24-A inciso g) de la Ley presume renta gravable de la persona jurídica
toda suma o entrega en especie incluyendo las sumas cargadas a gasto e ingresos no declarados
que :
1. Signifiquen una disposición indirecta de dicha renta, es decir, se pueda presumir que el
dinero entregado por la empresa ha sido recibido por los socios, asociados, titulares o
personas que integran la persona jurídica, ya que no se puede determinar o conocer
plenamente quienes son los destinatarios.
2. No sea susceptible de posterior control tributario, la SUNAT no pueda comprobar que
efectivamente el dinero o desembolso ha sido recibido por un tercero por falta de
documentación sustentatoria.
Es decir, el legislador parte de una presunción iuris tantum de que las sumas cargadas al gasto no
susceptible de control tributario posterior son aquellas que la empresa no puede plenamente
acreditar su destinatario, a razón de qué salieron esas sumas, por no contar con documentación
adecuada, presumiéndose que ha habido disposición indirecta de la renta a favor de los titulares o
accionistas de la empresa.
Por su parte el reglamentador incluye en la hipótesis de incidencia tributaria otro supuesto con
categoría de presunción iure et de iure como son que aquellos gastos particulares o cargo de
accionistas o titulares asumidos por la empresa sustentados adecuadamente y cuyo destinatario se
puede identificar constituyen “disposición indirecta de renta no susceptible de posterior control
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tributario”. Es decir, el articulo 13-B del Reglamento dispone que los gastos particulares o cargo
de accionistas o titulares asumidos por la empresa (hecho A) es presunción de “disposición
indirecta de renta no susceptible de posterior control tributario” (hecho B).
Conclusiones.-
- El artículo 24-A, inciso g) de la Ley reconoce que el impuesto adicional tiene como límite el
principio de la capacidad contributiva que no es otro que “resulte renta gravable de tercera
categoría” en la persona jurídica, por lo que la exigencia del referido impuesto en caso que la
empresa tenga pérdida tributaria, como señala el último párrafo del artículo 13-B del Reglamento
de la Ley del Impuesto a la Renta, colisiona con la Ley
- Nos parece que la presunción prevista en el Reglamento sobre aquellos gastos que constituyen
“disposición indirecta de renta no susceptible de posterior control tributario” debería ser
incorporada en el aspecto material de la hipótesis de incidencia tributaria establecida en la Ley
del Impuesto a la Renta.
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9 Artículo sustituido por el artículo 17° de la Ley N° 27804, publicada el 2 de agosto de
2002.
10 HERNANDEZ BERENGUEL, Luis. “Los egresos no susceptibles de posterior control
tributario y dividendos”. En: Revista Foro Jurídico. Año 1, Nº 2, 2003, págs. 192 a 195, y
MEDRANO, Humberto. “Dividendos en el Derecho Tributario y en el Derecho Mercantil:
Algunas consideraciones”. En: Cuadernos Tributarios. Nº 9, junio, 1990.
11 En ese mismo sentido, CEVASCO, Rolando. “Empresas con pérdidas y dividendos
presuntos”. En: Revista Análisis Tributario, noviembre 2004, págs. 20 y 21.
12 MEDRANO, Humberto. “Impuesto a la Renta”- Simposio Sistema tributario
peruano:Propuesta para el 2000. En: Revista IPDT, IFA, IPIDET Nº 26, mayo 2000. págs. 1 y 2.
13 BRAVO CUCCI, Jorge. “La renta como materia imponible en el caso de actividades
empresariales y su relación con la contabilidad”. En: Cuadernos Tributarios. IFA, Nº 28, junio
2003, pág. 68.
14 GRELLAUD, Guillermo. “La ganancia empresarial y el Impuesto a la Renta”. En: Temas de
Derecho Tributario y de Derecho Público. Libro Homenaje a Armando Zolezzi Moller. Palestra
Editores, Lima, 2006, pág. 966.
15 GARCÍA MULLIN, Juan Roque. Manual del Impuesto a la Renta, CIET-DOC Nº 872.
Buenos Aires, Argentina, pág. 62.
16 ALTAMRANO, Alejandro. “Sanciones anómalas o impropias en el Derecho Tributario”. En:
Tratado de Derecho Tributario. Palestra Editores, 2003, pág. 258. BRAVO, Jorge. “Las
sanciones anómalas en el Impuesto General a la Ventas”. En: Suplemento Jurídica. Diario El
Peruano, 7 de marzo de 2006, pág. 9.
17 Idem, pág. 262.