Hace casi 30 años escribí mi primer libro sobre computación. Era de los pocos
materiales en español sobre el tema.
CeMPro señala: “Hay algunas personas mal informadas que consideran que la
reproducción de textos a través de fotocopias es lo que permite que una parte
significativa de la población pueda tener acceso a la lectura. Ello no es cierto,
dado que la mayor parte de las fotocopias se sacan de materiales de texto, con
fines de estudio y con materiales que no son básicos para practicar la lectura;
aún así, hay que lograr que ésta acción no siga afectando los derechos de la
industria editorial y frenando la justa retribución a la que investigadores y
académicos tienen derecho. El justo reconocimiento de los derechos de autor y
del editor, es lo que permitirá que se siga produciendo cultura y conocimiento”.
Está claro: Hay un círculo que debemos romper y, para ello, se necesita el
esfuerzo de una sociedad mexicana con un re-direccionamiento para entender
que, en la medida que sea rentable producir libros, los tendremos, si no,
muchos de nuestros cerebros privilegiados se irán a otros países entregar su
creatividad y lucidez y, nosotros, nos quedaremos en la cultura de la incultura.