Los arqueros de la tribu de Efram, que retrocedieron el da de la guerra, no mantuvieron su alianza con Dios (77, 9-10).
Sabemos esto por experiencia: en nuestra juventud florecieron intensamente las herejas y pareca ser que fueron muchos los que se reunieron alrededor de ellas. Todos aquellos que eran fieles a las enseanzas de Cristo, no abandonando entonces a los sabios maestros de la Iglesia, a causa de su hambre, imitaron a aquellos que en la hambruna se dan a comer carne humana. Si separamos esto de la sana doctrina, adhiriendo a cualquier discurso, entonces comienzan a formarse las escuelas de los herejes. Sin embargo, cuando la gracia de Dios irradi su enseanza ms abundante, las herejas se deshicieron da tras da y aquellas que se presentan como enseanzas secretas fueron sacadas a luz y han demostrado ser blasfemas y discursos impos y ateos.
Les dio el pan del cielo, el hombre comi el pan de los ngeles (77, 24)
Sin embargo t no puedes competir y no quieres soportar los golpes que Dios inflige con su castigo queriendo hacer de ti un atleta? T no quieres depender de la dieta del atleta, mientras transcurre un da entero sin los cuales el alma recibe su alimento. Qu digo un da! Yo dira que dos, tres, cuatro aos y todava no es suficiente. A menudo pasan seis o siete das sin que t tomes alimento. Si tan slo pudieras acercarte a la casa del Seor para recibir el alimento espiritual y ser llamado a la salvacin, no por siete das, sino a travs de muchos das del Seor! Hemos llegado al punto de que algunos han mostrado as poco cuidado quedndose sin comer durante todo el ao y venir slo en esos pocos das de fiesta que se llaman la Fiesta de Pascua, para alimentarse con ocasin de ellas. Piensan que pueden correr, piensan que puede luchar contra los malos espritus, si descuidan as su propio alimento? No podrn tener fuerza, si no se toman los nutrientes que dan la fuerza.