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Su pensamiento es claramente ecléctico.

Su método tiene las características


deductivo-matemáticas. El objetivo de su
matematización es la de analizar términos
complejos para llegar a otros más simples e
indefinibles, los cuales serían simbolizados
al punto de crear un lenguaje universal que
(al ser utilizado mediante claras reglas
deductivas), impediría la aparición de
nuevas teorías.
Fue uno de los grandes pensadores
del siglo XVII y XVIII, y se le
reconoce como el "último genio
universal". Realizó profundas e
importantes contribuciones en las
áreas de metafísica, epistemología,
lógica, filosofía de la religión, así
como a la matemática, física,
geología, jurisprudencia e historia.
En el tiempo en que Europa busca un
"equilibro de fuerzas", basado
principalmente en le conflicto, la unidad
de los espíritus, representará su
pluralidad, se basa en la idea de armonía
en donde intereses contrapuestos pueden
complementarse solidariamente, propone
una unificación de todas las ciencias, pero
su intención va más allá: la unificación de
la ciencia abrirá el camino a la unificación
de los espíritus
Verá en éste un mundo necesario sino
uno de los tantos posibles de concebir
en la mente divina. No es posible, por
lo tanto, deducir la existencia del
mundo, es algo contingente (no
necesario), y una verdad "de hecho".
No es factible explicar por qué es así y
no de otro modo. Entonces, de todos
los mundos posibles, Dios elije "el
mejor".
Al concebir el mundo como "el mejor
posible", es razonable esperar que
deba reinar en él la más perfecta
armonía.
Y en este mundo en perfecta armonía,
los espíritus pueden hallar una armonía
aún superior en la medida que son
también "imágenes de la divinidad y
capaces de conocer el sistema del
universo".
Intentará probar la existencia
de ideas innatas.
Estas ideas serían las "semillas"
que permitirían llegar a un
acuerdo entre todo los hombres.
Multiplicidad infinita de substancias
individuales que están constantemente
desplegando sus predicados. Pero esos
predicados no son sino la explicitación de
Dios, en la que Dios está de algún modo
determinado. Los predicados individuales
no expresan totalmente a Dios, sino que
lo hacen sólo parcial y unilateralmente;
cada uno de ellos es, no obstante, una
unidad relativa en la que todo existe de
una manera individual, parcial.
En virtud del cual juzgamos falso lo que encierra
contradicción, y verdadero, lo opuesto o
contradictorio a lo falso.
Toda proposición idéntica o analítica (es decir, toda
proposición en la que la noción del predicado está
contenida en el sujeto) es verdadera, y su
contradictoria es falsa.
Es un principio innato, se halla en el alma humana sin
necesidad de haber sido aprendido.
Afirma que no se produce ningún hecho sin que haya una
razón suficiente para que sea así y no de otro modo. De
ese modo, sostiene que los eventos considerados azarosos
o contingentes parecen tales porque no disponemos de un
conocimiento acabado de las causas que lo motivaron.
Es el fundamento de toda verdad, porque nos permite
establecer cuál es la condición de la verdad de una
proposición. Para Leibniz, sin una razón suficiente no se
puede afirmar cuándo una proposición es verdadera. Y
dado que todo lo que sucede, sucede por algo, es decir, si
todo lo que sucede, responde siempre a una razón
determinante, conociendo esa razón se podría saber lo que
sucederá en el futuro.
No hay muerte; sólo hay transformación. Lo que
ocurre es que no podemos percibir las
mutaciones de las almas ni tampoco de los
cuerpos, puesto que estas adquieren de nuevo y
mediante una involución, la forma y el aspecto
que tenían antes de "aparecer" bajo su aspecto
conocido.
El nombre "alma" va a quedar reservado sólo
para aquellas mónadas que además de tener
percepciones y apetitos, tengan también
memoria.
Anula la distinción prevista por Descartes respecto a la
extensión y el pensamiento y propone una multiplicidad
infinita en el universo. Se dirá pues que, habiendo múltiples
substancias compuestas, cada una de ellas se compone, de
otras substancias.
Critica el concepto cartesiano de "cuerpo" o substancia
corpórea.
Postula, en cambio, que las substancias compuestas son
divisibles. Sin embargo, esta divisibilidad no es infinita, al
llegar a sus últimos elementos o partes ya indivisibles, ya
no hay extensión, ni figura, ni divisibilidad. Estos
elementos simples son también substancias (átomos de la
Naturaleza), es decir unidades: mónadas.
Elemento diferenciador de la substancia.
Cada mónada tiene percepciones distintas, es decir,
representaciones del "mundo externo" que son
cualitativamente diferentes y tienen distintos grados
de claridad o confusión.
Son pasajeras.
Elemento diferenciador de la substancia.
Lo que diferencia a unas mónadas de otras,
todos la poseen.
Cambio o tránsito de una percepción a otra.
Son necesarias.
El universo es indestructible e indivisible, y
abarca en sí a la pluralidad de los entes, de
las substancias, constituyéndose en una unidad
total y absoluta preformada por Dios.
El universo es una unidad de unidades, un todo
de partes ellas mismas indivisibles,
independientes y cerradas.
Dios ha creado un mundo que se basta por sí
mismo aunque esto no lo asemeja, ni mucho
menos, a una máquina artificial. El mundo es
como un gran organismo vivo que se regula a sí
mismo y que perdura en su identidad a través
de sus múltiples cambios.

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