Y harn un
santuario
para m, y
habitar en
medio de
ellos
(xodo, 25: 8)
Hoy, a pesar de que ya no hay un Santuario terrenal donde Dios habite en medio de su pueblo,
tenemos la seguridad de su presencia.
Cada vez que nos reunimos para adorar a Dios, l est en medio de nosotros (Mateo, 18: 20).
Esta es una buena razn para alegrarnos.
Adems, nosotros mismos somos templo del Seor y l se complace en habitar en nosotros.
(1 de Pedro, 1: 18-19)
Y de all me declarar a
ti, y hablar contigo de
sobre el propiciatorio, de
entre los dos querubines
que estn sobre el arca
del testimonio, todo lo
que yo te mandare para
los hijos de Israel
Mas el Consolador, el
Espritu Santo, a quien el
Padre enviar en mi
nombre, l os ensear
todas las cosas, y os
recordar todo lo que yo
os he dicho (Juan, 14: 26)