En la patria de los pjaros hay todas las especies. Slo faltan los mitrales, que se
forjaron una patria para ellos solos. Con esto evitaron los riesgos de volar. Los
mitrales son voraces y tienen buena voz. Su filosofa es clara: la jaula no encarcela
sino que protege, todo lo que se necesita para ser feliz est del lado de adentro. De
hecho, los que alguna vez salieron no lograron sobrevivir, dicen que porque no
supieron procurarse alimento; pero no es verdad, la inmensidad del aire les paraliz
el corazn. Bien alimentados y seguros en sus jaulas, los mitrales aspiran a ser las
nicas aves. Y en las pocas en que la patria de los pjaros es diezmada por las
balas, deliran de gozo creyendo que lo conseguirn. Entonces, inflan el pecho y
lanzan un silbido tan potente que no deja or el ruido de las alas rotas ni el triste piar
de las aves del cielo que agonizan hundidas en la hierba.