Carotenoides.
Clorofilas.
Pigmentos fenólicos: flavonoides, antocianinas y taninos.
Betalaínas.
Hemopigmentos.
Otros pigmentos naturales.
Los cuatro primeros son de fuentes vegetales, aun cuando llegan a estar
presentes en alimentos de origen animal, a los que ingresan a través de la
dieta.
Los carotenos son muy solubles en éter de petróleo y poco en etanol; entre éstos
destacan los a, b y g-carotenos y el licopeno.
Las xantofilas pueden resentarse como ácidos, aldehídos o alcoholes y son solubles en
etanol, metanol y éter de petróleo; ejemplo de estos compuestos son la fucoxantina,
la luteína y la violaxantina.
Los ácidos fenólicos tienen un solo anillo, mientras que los flavonoides
tienen dos anillos fenólicos unidos por un anillo heterocíclico. Los
pigmentos fenólicos reaccionan fácilmente con un ácido orgánico o un
azúcar, como los flavonoides y las antocianinas, o entre sí para formar
polímeros, como los taninos.
Flavonoides:
Los flavonoides (del latín flavus, amarillo) y las antocianinas son
compuestos fenólicos solubles en agua, metanol y etanol, con
características de glucósidos; contienen como aglucón un núcleo
flavilo al cual se une una fracción azúcar por medio de un enlace b-
glucosídico.