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 Lanariz es el órgano

responsable por el sentido


del olfato por el cual
penetran, detectan y
procesan todos los olores que
sentimos,

 Elolfato (Del latín olfactus)


es el sentido encargado de
detectar y procesar
los olores
Este sentido es un quimiorreceptor en el que
actúan como estimulante las partículas
aromáticas u odoríferas desprendidas de los
cuerpos volátiles que ingresan por el epitelio
olfatorio ubicado en la nariz y son procesadas
por el sistema olfativo.

Por medio de este sentido percibimos los olores


que nos ayudan a identificar los cuerpos,
objetos y sustancias a nuestro alrededor.
El SENTIDO DEL OLFATO reside en
la porción superior de las fosas nasales,
exactamente en una membrana
amarillenta denominada PITUITARIA
amarilla o región olfatoria.

En ella se encuentran los RECEPTORES


OLFATIVOS que se localizan en
unas células epiteliales especiales, éstas
se extienden con fibras nerviosas
correspondientes al primer par craneal u
olfatorio, y que a través de la cintilla
olfatoria, alcanzan la corteza cerebral.
Cada FOSA NASAL se divide en dos
partes:

• La ANTERIOR, cubierta por la


membrana epitelio olfativo.

• La POSTERIOR, recubierta por la


mucosa nasal, que es donde se
encuentran los receptores olfativos que
permiten captar los olores.
Su estructura es la siguiente:

1. ABERTURAS NASALES: que estas están


recubiertas por dentro de piel.
2. PITUITARIA: es de color rojo y en la parte
más alta adquiere un color amarillo.
3. BULBO OLFATORIO: es una región del
cerebro de vertebrados en la cual se
interpretan las aferencias sensoriales de
las terminaciones nerviosas de los
receptores estimulados por olores,
(zona interior del cerebro que participa
en la percepción de olores y manda
señales al cerebro).
4. TABIQUE NASAL: es la parte
estructurada de la nariz humana,
estructura laminada en la parte media
de la pirámide nasal que forma la pared
de ambas fosas nasales.
El SENTIDO DEL
OLFATO es capaz de
desencadenar en
nuestro organismo
reacciones como: abrir
el apetito, eliminar el
apetito, recuerdos de
ciertos momentos o
personas especiales,
reacciones físicas y
muchas más.
Nuestro olfato nos acompaña y
ayuda a tomar decisiones a lo largo
de nuestra vida, tanto es así que
desde que nacemos, nuestro olfato
nos ayudará a algo tan importante
como identificar a nuestros padres,
más adelante nos guiará a la hora de
apreciar el gusto de un buen guiso,
nos alertará si un alimento se ha
descompuesto o nos condicionará
para elegir pareja.
1. Las moléculas del olor en forma de vapor
(compuestos químicos) que están flotando en
el aire llegan a las fosas nasales y se
disuelven en las mucosidades (que se ubican
en la parte superior de cada fosa nasal).
2. Debajo de las mucosidades, en el epitelio
olfativo, las células receptoras
especializadas, también llamadas neuronas
receptoras del olfato, detectan los olores.
Estas neuronas son capaces de detectar
miles de olores diferentes.
3. Las neuronas receptoras del olfato
transmiten la información a los bulbos
olfatorios, que se encuentran en la parte de
atrás de la nariz.
4. Los bulbos olfatorios tienen receptores
sensoriales que en realidad son parte del
cerebro que envían mensajes directamente
a:
o los centros más primitivos del cerebro donde se
estimulan las emociones y memorias (estructuras
del sistema límbico) y
o centros “avanzados” donde se modifican los
pensamientos conscientes (neocorteza).

5. Estos centros cerebrales perciben olores y


tienen acceso a recuerdos que nos traen a
la memoria personas, lugares o situaciones
relacionadas con estas sensaciones
olfativas.
El sentido del olfato, al igual
que el sentido del gusto, es un
sentido químico. Se denominan
sentidos químicos porque
detectan compuestos químicos
en el ambiente, con la
diferencia de que el sentido del
olfato funciona a distancias
mucho más largas que el
sentido del gusto. Estos
sentidos llegan a perderse
temporalmente cuando una
persona esta resfriada y la
membrana mucosa se inflama,
por esto no se perciben olores y
los sabores no se distinguen.
Hoy por hoy aunque hemos perdido
gran parte de nuestro instinto olfativo,
distinguimos millones de olores
diferentes y más de 1000 genes de
nuestro ADN se ocupan de esta tarea.
“La memoria es capaz de percibir hasta
10.000 aromas distintos, aunque
únicamente es capaz de reconocer 200
olores”, ha explicado la psicóloga Silvia
Álava, quien afirma que “al oler se
estimula el sistema límbico”, un
complejo conjunto de estructuras
cerebrales que procesa las respuestas
fisiológicas a los estímulos
emocionales.
El bulbo olfatorio es una
de las estructuras del
sistema límbico y es una
parte muy antigua del
cerebro, la información
capturada por el sentido
del olfato pasa del bulbo
olfatorio a otras
estructuras del sistema
límbico.
El sistema límbico es una red de
estructuras conectadas entre sí que se
encuentra cerca de la parte media del
cerebro y está conectada con el sistema
nervioso central.
Estas estructuras “trabajan en conjunto
para tener efecto en un amplio rango de
comportamientos que incluyen las
emociones, la motivación y la memoria.”
(Athabasca University, Tutoriales
Avanzados de Psicología y Biología).
Este sistema maneja las respuestas
instintivas o automáticas y tiene muy poco,
o posiblemente nada, que ver con los
pensamientos conscientes o la voluntad.

Los mensajes olfativos influyen de forma


importante en el desarrollo de
determinados sentimientos reacciones
físicas.
El sistema límbico también está
relacionado con la interpretación de los
datos sensoriales obtenidos de la
neocorteza (la parte del cerebro donde se
elabora el pensamiento) para convertirla
en las motivaciones del comportamiento.
Tiene una función central que es la
mediación entre el reconocimiento de un
evento por una persona, su percepción
como una situación que provoca ansiedad
y la reacción fisiológica que resulta de la
misma, todo mediado a través del sistema
endocrino.
Los estímulos son procesados
conceptualmente en la corteza y pasan al
sistema límbico donde son evaluados y se
elabora una respuesta motivada.
Los órganos de los sentidos son los encargados
de captar la información que nos permite ver,
escuchar, olfatear, saborear y tener sensibilidad
táctil, es en el cerebro donde se producen todas
las sensaciones e imágenes que percibimos a
cada minuto casi de manera inconsciente.

En la imagen se muestra la ubicación en el cerebro de los


centros nerviosos de cada uno de los sentidos, en color
marrón observamos el del gusto y olfato:
Los receptores del olor son sensibles a los olores
primarios, en los años 50 un científico llamado
John Amoore propuso su teoría de que existían
siete tipos de olores primarios y que los demás
olores son una combinación de estos:

• Alcanfor
• Almizcle
• Éter (productos de limpieza),
• Flores
• Menta
• Acre (vinagre)
• Podrido
Estudios recientes de los científicos
de las universidades de Bates y
Pittsburgh analizaron 144 olores y
llegaron a la conclusión de que las
percepciones olfativas pueden
clasificarse en diez categorías
mínimas
Las 10 categorías identificadas son:

1. Fragante O Floral
2. Leñoso O Resinoso
3. Frutal (No Cítrico)
4. Químico
5. Mentolado O
6. Refrescante
7. Dulce
8. Quemado O
9. Ahumado (Como Las Palomitas De Maíz)
10. Cítrico
11. Podrido
12. Acre O Rancio
Según los científicos, es probable
que cualquier olor natural sea una
mezcla compleja o una
combinación de estas categorías.
Las personas recuerdan hasta el 35
por ciento de lo que huelen y
solamente el 5 por ciento de lo que
ven, según la psicóloga Silvia Álava,
que dirigió el estudio “Los olores y
las emociones”, en el que
participaron 1.000 sujetos de
ambos sexos, de entre 25 y 45
años.
El 83% de los entrevistados para este
estudio aseguran que evocan
momentos felices con ciertos olores,
y un 46,3 por ciento reconoce que,
volver a disfrutar por el olfato algo
familiar como el material escolar de
la infancia o la crema solar de las
vacaciones pasadas, les influye más
que volver a verlo o escucharlo
“Es un sentido con poder evocador, ya que
a ocho de cada diez personas los olores
les hacen recordar algo y les genera
recuerdos”, afirma la psicóloga Mariana
Segura, que presentó otro estudio sobre
el olfato.
Según este informe, los recuerdos
vinculados a través del olfato suelen
asociarse a situaciones vividas, a la
infancia o a personas conocidas, aunque
algunas personas los relacionan también a
ciudades visitadas, amigos y anteriores
parejas.
“Cuatro de cada diez personas asocian un
perfume con alguien y uno de cada tres
señala que existe una relación directa
entre dicho perfume y el recuerdo de ese
sujeto”.

La retentiva y el olfato comparten algunas


zonas en el cerebro.
Según un estudio de la Escuela de
Medicina de la Universidad de Nueva
York (EE. UU.) apunta a que la pérdida
de olfato podría ser un síntoma previo
de dolencias neurodegenerativas como
el Alzheimer y el Parkinson con lo que
medir la capacidad olfativa podría
convertirse en un sistema de
diagnóstico precoz de estas
enfermedades.
Una simple prueba basada en examinar el
sentido del olfato de una persona
exponiéndola a un mismo olor a lo largo
del tiempo, podría ayudar en el
diagnóstico precoz del Alzheimer.

Los expertos creen que la formación de


unas alteraciones cerebrales llamadas
placas amiloides y ovillos neurofibrilares,
contribuyen a la degradación de las
neuronas en el cerebro y los síntomas
posteriores de Alzheimer.

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