Etiopía, país ubicado en el oriente de África, en la región de Kaffa, es de allí de donde viene el nombre con el que hoy en día lo conocemos. El café pasó desde Arabia a Medina y la Meca, en manos de peregrinos que poco a poco lo irán posicionado en territorio europeo. “Debido al interés por el café, los holandeses fueron los primeros en hacer grandes plantaciones en Java, para competir con el monopolio- tuco-árebe. Luego llevaron a la Guayana. Más tarde Luis XIV envió unos granos para cultivo en Martinica, y fue por donde finalmente ingreso al continente Americano. Con la revolución en Haití, muchos refugiados fueron a Brasil y llevaron consigo el café, para convertir a este país en primer productor mundial. En Colombia se plantaron las primeras semillas en 1732, a cargo de misioneros Jesuitas españoles (Echeverri, 2005, p.2)”. El café es un productos que se ha desarrollado en un proceso de idas y vueltas, adaptación, transformación y formas de comercio, que hoy se tornan en modos de vida. En Colombia la variedad se da entre la especie “Caturra, Colombia, Borbón, Típica, Maragopire”, lo cual, constituye una amplia variedad de rubiáceas, esto teniendo en cuenta que dicha familia está delimitada a su vez por 50 especies silvestres que pueden derivar en café y de este sólo existen 10 aptas para el consumo humano y cultivadas por el hombre: Caturra, Borbón, Maragopire, Colombia, Aganda, Kuilli, Excelso, Estenofilia, Típica,Robusta(Echeverri,2005,p,3). ¡GRACIAS! ANDERSON ARENAS PIDRAHITA