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De estas tres exigencias la más importante es la

seguridad, puesto que la mayor parte de los accidentes en


obra son ocasionados por falla de los encofrados.
Principalmente las fallas se producen por no considerar la
real magnitud de las cargas a que están sujetas los
encofrados y la forma cómo actúan sobre ellos, asimismo
por el empleo de madera en mal estado o de secciones o
escuadrías insuficientes y, desde luego, a procedimientos
constructivos inadecuados.
 
La calidad de los encofrados también está relacionada con
la precisión de las medidas, con los alineamientos, el
aplomado y el acabado de las superficies del concreto.
Finalmente, debe tenerse en cuenta la preponderancia
que, en la estructura de los costos de las construcciones,
tiene la partida de encofrados. El buen juicio en la
selección de los materiales, la planificación del uso de la
madera y su preservación, contribuyen notablemente en la
reducción de los costos de construcción.
Tipos de Cargas

•Peso del concreto


•Peso de los ladrillos (en techos
aligerados)
•Cargas de construcción
•Peso propio de los encofrados
•Cargas diversas
•Presión del concreto fresco
Ha sido ya señalado que los encofrados deben ser
considerados como estructuras; en efecto, en tanto el
concreto no alcance las resistencias mínimas exigibles
para proceder a desencofrar, los encofrados tienen que
ser suficientemente resistentes para soportar el peso
del concreto. Pues bien, el concreto es un material de
considerable peso: un metro cúbico de concreto pesa
2,400 kg. de magnitud nada desdeñable; un metro
cuadrado de losa de concreto de 0.15 m de espesor
pesa 360 kg. es decir, más de 8 bolsas de cemento.

El peso de un determinado volumen de concreto se


obtiene multiplicando dicho volumen por el peso
específico del concreto, que como ha sido ya indicado
es de 2,400 kg/m3. Así, por ejemplo, un metro lineal de
una viga de 0.25 x 0.80 m pesa 0.25 x 0.80 x 1.00 x
2,400 = 480 kg.
Espesor de la Peso de un m2
losa de losa
(m) (kg)
   
0.10 240
0.12 288
0.15 360
0.20 480
0.25 600
 
Espesor del Peso de un m2 de
techo techo
(m) (kg)
   
0.17 280
0.20 300
0.25 350
0.30 420
   
Adicionalmente al peso del concreto, los encofrados deben
soportar las cargas de construcción; éstas corresponden
al peso de los trabajadores que participan en el llenado de
los techos y al del equipo empleado en el vaciado.
 
Para establecer las cargas de la naturaleza referida es
usual adoptar, como equivalente, una carga
uniformemente repartida en toda el área de los
encofrados. Para encofrados convencionales y vaciados
con equipo normal se suele tomar el valor de 200 kg/m 2,
magnitud que debe sumarse al peso del concreto. En tal
consideración, la carga por m 2 sobre el encofrado de un
techo aligerado de 0.20 m., será: 300 + 200 = 500 kg., es
decir media tonelada.
 
Cuando se prevea vaciado con equipo mecánico
motorizado el valor indicado debe aumentarse
prudencialmente en 50 %, es decir, en este caso la
magnitud equivalente a las cargas de construcción será de
300 kg/m2.
En encofrados de madera el peso propio tiene
poca significación en relación al peso del
concreto y cargas de construcción; en cambio,
en el caso de encofrados metálicos – por
ejemplo, encofrados de techos con viguetas
metálicas extensibles – el peso que aportan
debe tenerse en cuenta. El peso propio de
encofrados de techos con viguetas metálicas
es aproximadamente 50 kg. por metro
cuadrado de techo. El peso exacto debe
establecerse a partir de la información que
proporcionen los proveedores de este tipo de
encofrado.
Otras cargas que también deben ser previstas y controladas,
especialmente durante el llenado de los techos, son las que
se derivan de la misma naturaleza de los trabajos. Al
respecto debe evitarse excesivas concentraciones de
concreto en áreas relativamente pequeñas de los encofrados
de techos. Este incorrecto procedimiento transferirá cargas
que podrían sobrepasar la resistencia portante prevista de
los pies derechos o puntales ubicados debajo de dichas áreas
o, eventualmente, originar el levantamiento de puntales
contiguos a ellas. Otras cargas, asimismo, constituyen
potencial riesgo, entre ellas, las generadas por el arranque y
parada de motores de máquinas, más aun si estas de alguna
manera están conectadas con los encofrados. También la
acción del viento, principalmente en aquellos lugares donde
pueden alcanzar considerablemente fuerza, debe ser
prevista proporcionando a los encofrados apropiados
arriostramientos.
Al ser colocado en los encofrados el concreto
tiene la consistencia de una masa plástica. A
medida que transcurre el tiempo va
endureciéndose hasta convertirse finalmente en
un material sólido; en este lapso, desde su
colocación hasta su endurecimiento, el concreto
ejerce considerable presión sobre los tableros
de los encofrados de muros y columnas.

Si el concreto fresco fuera un líquido perfecto y


permaneciera en este estado durante el
vaciado, la magnitud de la presión en un punto
cualquiera del encofrado vendría dada por el
producto de la densidad del concreto por la
altura que hubiera alcanzado el concreto
encima de ese punto. Al respecto, se ha visto ya
que la densidad del concreto es de 2,400 kg/m3.
Fig. 1
Fig. 2
El otro factor determinante de la magnitud de la presión es la
temperatura del concreto: a bajas temperaturas ambientales
el concreto endurece lentamente desarrollándose presiones
muy grandes; por ejemplo, a temperaturas entre 5° y 10°C la
presión es aproximadamente una y media vez mayor que la
que corresponde a una temperatura ambiental de 21°C. En
cambio, si la temperatura durante el vaciado fuera de 30°C,
la presión máxima sería, más o menos, 80% de la producida a
21°C.

Refiriéndonos la velocidad del llenado: cuando ésta es


controlada, que no exceda, por ejemplo de 0.60 m. de altura
por hora, la presión máxima es aproximadamente la mitad de
la presión que cabe esperarse si la progresión del vaciado es
de 2 m/hora. La presión máxima, en kg/m 2, puede
determinarse aplicando las fórmulas que al respecto ofrece
el ACI (American Concrete Institute) y en las que la velocidad
de llenado es expresada en metros de altura que alcanza el
concreto dentro de los encofrados en una hora (m/h). La
temperatura se expresa en grados centígrados (°C).
Ha sido ya señalado que la seguridad o
estabilidad es la condición fundamental que
deben cumplir los encofrados. Sin embargo,
otras exigencias también tienen sustancial
importancia: una de ellas, es que los elementos
de los encofrados no se deflexionen más allá de
los valores máximos admisibles para evitar que,
luego del desencofrado, las superficies del
concreto aparezcan excesivamente curvadas,
especialmente las de concreto expuesto. Los
valores de deflexión generalmente admisibles
son de 2 mm. para entablados, y de 3 mm. para
otros elementos, como soleras, por ejemplo
La Madera

Debido a sus ventajosas propiedades la madera es el material


que frecuentemente se emplea en encofrados. Su bajo peso en
relación a su resistencia, la facilidad para trabajarla, su
ductilidad y su textura, la hacen aparente para su uso en
encofrados. Los encofrados pueden construirse exclusivamente
con madera y también combinándola con equipos metálicos
estándar, por ejemplo, con puntales y/o viguetas extensibles.
 
Las especies de madera comúnmente empleadas en encofrados
son el tornillo, la moena, y el “roble”, entrecomillado este en
razón de que bajo esta denominación se expenden en el
mercado diversas especies no clasificadas. Las especies de
madera, tornillo y moena, poseen resistencias que las hacen
aptas para su uso en estructuras de madera y, desde luego, en
encofrados; no obstante, es exigible que la madera no presente
notorios defectos que puedan afectar su resistencia y el
acabado de las superficies de concreto, tales como: alabeo,
arqueaduras, grietas, rajaduras, exceso de nudos huecos.
Algunos de estos defectos son originados por inapropiado
almacenaje en la obra y/o inadecuada preservación.
Fig. 3
Para obtener los pies cuadrados que tiene
una determinada pieza de madera se
multiplica las medidas de la sección,
expresadas en pulgadas, por la longitud en
pies, el producto se divide entre 12.
 
Así, una pieza de 1” x 8” x 12’ tiene:
 
1” x 8” x 12’ = 8 pies
12
Ejercicio: Cubicar la siguiente relación de
madera
120 piezas de 3” x 3” x 8’
48 piezas de 2” x 4” x 12’
80 piezas de 1 ½” x 8” x 14’
Los encofrados metálicos son empleados como
alternativa de los encofrados de madera, o en todo
caso complementariamente con ellos; por ejemplo,
los fondos, los costados y las tornapuntas de
encofrados de vigas son generalmente de madera,
pero los puntales pueden ser metálicos.
 
Diversos equipos de encofrados metálicos son
ofrecidos – mayormente en alquiler – por
proveedores de este tipo de encofrados,
principalmente puntales y viguetas extensibles.
 
Cuando se opte por la utilización, aun cuando sea en
parte, de este tipo de encofrado, la selección de los
equipos, la dirección y el control de los trabajos
estarán a cargo del ingeniero de la obra, quien debe
coordinar con los ingenieros de las firmas
proveedoras.
La Fig. 4 muestra el
encofrado de una columna y
los elementos que lo
constituyen. Los tableros de
los encofrados de columnas
están formados por tablas de
1” o de 1 ½” de espesor y de
anchos variables de acuerdo
a las secciones de las
columnas. También,
especialmente para
encofrados de columnas de
concreto expuesto, se
emplea paneles de “triplay”.

Para las abrazaderas o


collarines se utilizan
barrotes de 2” x 4”, 3” x 3” o
de 3” x 4”, en largos que
dependen de las secciones Fig. 4 Encofrado de columna
de las columnas y el sistema
de sujeción que se adopte.
Fig. 5 Espaciamiento de abrazaderas o Fig. 6 Espaciamiento de abrazaderas o
collarines, tableros de 1” collarines, tableros de 1 ½”
Fig. 7 Encofrado de columna con varal
Respecto a la habilitación de la madera, un aspecto
importante es determinar apropiadamente los
anchos de los tableros o paneles. El ancho de los
tableros de las compuertas corresponderá a la
dimensión del lado menor de la sección de la
columna; en cambio, los tableros del lado mayor de
la columna deberán tener un ancho igual a este lado,
adicionando, al menos, el espesor de tablas o
paneles de las compuertas (Fig. 8). Desde luego, la
habilitación de los barrotes de las abrazaderas o
collarines también debe merecer la mayor atención.
La longitud de los barrotes depende del sistema del
encofrado para determinar el largo de los barrotes.
 
El procedimiento del encofrado se inicia aplomando
uno de los tableros, luego de asegurarlo a los fierros
de la columna mediante fijador de alambre negro.
Previamente se habrán realizado los trazos en los
tableros con la finalidad de ubicar y fijar
correctamente las compuertas. Las correcciones del
aplomado y la verificación final se ejecuta mediante
la plomada y las tornapuntas (Fig. 9).
Fig. 8 Habilitación de maderas de
encofrados de columna

Fig. 9 Aplomado de tableros de


encofrado
Fig. 10 Modelo de encofrado de columnas de
concreto expuesto

Fig. 11 Encofrado de columna


circular
La Fig. 12 muestra un encofrado típico de
muros y la denominación usual de sus
elementos componentes. Los tableros están
constituidos por tablas o paneles de “triplay”;
las tablas son de 1” o 1 ½”, en anchos de 6”,
8” o 10”. El triplay empleado para los paneles
es de ¾” (19 mm.) de espesor, y especificado
para este tipo de trabajo.

Las escuadrías usuales de los parantes y


varales son de 2” x 4”, 2” x 6”, 3” x 3” y hasta
3” x 4”. Para facilitar la labor, tanto en el
encofrado como en el desencofrado, cada varal
está formado por dos piezas.
Fig. 12 Encofrado de muro
Los tornapuntas o puntales, además de asegurar el
aplomado de los encofrados le confieren
arriostramiento. Las escuadrías de los tornapuntas
son de 3” x 3”, 2” x 4” y 3” x 4”.
 
En muros en los que la impermeabilización
constituye requisito esencial y también en muros de
contención de tierra encofrados sólo por una cara,
no es procedente el empleo de pasadores. La
solución a adoptarse en estos casos es mediante
tornapuntas, cuya función es resistir la presión que
ejerce el concreto fresco sobre los tableros de los
encofrados. Los puntales o tornapuntas deben tener
las escuadrías apropiadas y su espaciamiento será
cuidadosamente analizado; además, serán
debidamente arriostrados para evitar su pandeo.
 
Previendo el eventual levantamiento de los tableros
por efecto del rebote, originado por caída libre del
concreto, es recomendable afirmar el encofrado
mediante alambre negro N° 8 previamente anclado
en el cimiento o en las losas de entrepisos.
Los sistemas de encofrados de vigas son diversos, según el tipo
de vigas de que se trate (peraltadas hacia abajo, invertidas,
chatas de borde, etc. Cabe, además, distinguir entre
encofrados, que reciben sólo el peso de las vigas, de aquellos
que sustentan parte del peso de los techos, como es el caso de
encofrados con viguetas metálicas extensibles.
 
Los elementos principales de los encofrados de vigas son: fondo
del encofrado, costados, tes o caballetes de madera o puntales
metálicos. El fondo generalmente está formado por tablas o
tablones de 1 ½”, el ancho corresponde el ancho de las vigas.
También suele emplearse, principalmente cuando se trate de
superficies de concreto expuesto, paneles de “triplay”. El fondo
se apoya sobre los cabezales de las tes o de los caballetes.
 
Para los costados se emplean tablas de 1” o de 1 ½” montadas
sobre barrotes de 2” x 3”, 2” x 4”, o de 3” x 3”. Para obtener
superficies de concreto expuesto son utilizados paneles de
“triplay”.
 
Las tes, los caballetes de madera y los puntales metálicos
cumplen la función de soportar las cargas. Los pies derechos de
las tes y caballetes son de 3” x 3” o de 3” x 4”.
 
Fig. 13 Encofrado de vigas
Respecto a la seguridad, ciertas recomendaciones
deben tenerse presente; por ejemplo, cuando se trate
de encofrados de techos empleando viguetas metálicas
apoyadas en los encofrados de las vigas, es preciso
asegurarse que las cargas que transmiten las viguetas
sean apropiadamente transferidas a los cabezales de
las tes o caballetes. Para lograr esta indispensable
condición, las viguetas deben apoyarse en soleras o
largueros dispuestos adecuadamente en los costados
de los encofrados y de ninguna manera apoyados sólo
en el canto de los tableros de los costados de las
vigas. Las soleras o largueros se apoyarán en barrotes,
y estos, a su vez, sobre los cabezales, o en todo caso
sobre solera corrida en la parte baja de los costados de
los encofrados.
 
Otra importante recomendación es proporcionar
consistentes apoyos a los pies derechos o puntales,
especialmente cuando se trate de vigas de gran
peralte, más aún si los encofrados de las vigas reciben
parte importante del peso de los techos, como es el
caso de encofrados de techo con viguetas metálicas.  
Al respecto, es imprescindible compactar el suelo y
construir falsos pisos antes de proceder a encofrar;
incluso, en algunos casos, podría ser necesario
construir solados para el apoyo de los pies derechos o
puntales, o interponer durmientes de madera de
escuadrías apropiadas, entre los pies derechos o
puntales y los falsos pisos.

La escuadría de los pies derechos y la separación de la


tes o caballetes dependen de las cargas que se
impongan a los encofrados y de la altura o longitud de
los pies derechos. Por otra parte, el arriostramiento
lateral de los pies derechos o puntales metálicos
favorece la estabilidad de los encofrados.
La Fig. 14 muestra, en corte, el techo denominado “aligerado”,
que está constituido por viguetas, losa y ladrillos huecos.
 Los ladrillos son de arcilla cócida y también de concreto
vibrado; el alto de los ladrillos es generalmente 0.15, 0.20,
0.25 m. (Fig. 15).

Fig. 14 Techo aligerado, mostrado en


corte

Fig. 15 Ladrillos huecos para


techos aligerados
Considerando el espesor de la losa del aligerado, el alto
de los ladrillos es 5 cm. menor que el espesor del techo
correspondiente: por ejemplo, si se trata de aligerado
de 0.25 m., el alto de los ladrillos será 0.20 m.
 
Las escuadrías comúnmente empleadas en los
encofrados de techos aligerados son:
 
Tablas: 1” o 1 ½”, en anchos de 8” mínimo.
Soleras: 2” x 4”, 3” x 3” y 3” x 4”.
Pies derechos: 3” x 3” o de 3” x 4”. No emplear pies
derechos de 2” x 3” o de 2” x 4”.
Frisos: 1” y 1 ½” en anchos variables
según el espesor del techo aligerado.
 
En encofrados de losas macizas de concreto armado el
tablero está constituido por tablas de 1” o 1 1/2 “, de
anchos de 6”, 8” o 10”. Se emplean también paneles de
“triplay”, montados en piezas de 2” x 3”, 2” x 4” y 3” x
3”.
Como en todo encofrado sujeto a cargas verticales,
el apoyo de los pies derechos y puntales debe
concitar especial atención. El suelo debe ser
firmemente compactado y la construcción de falsos
pisos es indispensable, previamente a la ejecución
de los encofrados.
 
Para regular la altura de los pies derechos se suele
interponer, entre los pies derechos y los falsos pisos
o las losas de los entrepisos, cuñas de madera. Debe
evitarse el empleo de ladrillos en sustitución de las
cuñas o apoyos de madera.
 
Cuando se opte por encofrados metálicos es
imprescindible el asesoramiento de las firmas
proveedoras de este tipo de equipo, como ha sido ya
señalado.
 
Los pies derechos son piezas esbeltas, es decir, las
escuadrías o secciones de los pies derechos son
pequeñas en relación a su longitud. La eventual
falla de los mismos se produce por un pandeo, más
que por comprensión o aplastamiento.
 
La capacidad de carga de piezas esbeltas depende
mayormente de la relación entre las dimensiones
de la sección, principalmente del canto, y de su
longitud. Es sustancialmente menor cuanto mayor
sea su esbeltez. Por ejemplo, si un pie derecho de
3” x 3” y 2 m. de longitud tiene una capacidad de
carga de 1,600 kg. ésta será sólo de 400 kg si la
longitud se duplica, es decir, la capacidad de carga
se reduce a la cuarta parte.
 
 Lo expuesto demuestra la inconveniencia
de emplear pies derechos de excesiva
esbeltez sin apropiado arriostramiento
lateral y aprobación del ingeniero
residente. Por ello no es recomendable
seleccionar pies derechos de 2” x 3” o de
2” x 4”, tal como ha sido señalado.
Las separaciones entre soleras de encofrados de techos aligerados no
deben ser mayores que las indicadas en la siguiente tabla.

Tabla 3. Espaciamientos máximos de soleras de encofrados de


techos aligerados.

 
Espaciamie
Aligerado Tablas nto
Máximo (m)
 
     
0.20 1” x 8” 0.80
0.20 1 ½” x 8” 0.90
0.25 1 x 8” 0.75
0.25 1 ½” x 8” 0.85
 
Para encofrados convencionales de 0.20 y 0.25 m. cuya
altura, de piso a techo, no sobrepase de 3.00 m. la
separación máxima entre pies derechos será de 1.00 m.
siempre y cuando los pies derechos sean de 3 de 3” x
3”, y las soleras de 2” x 4”, 3” y 3” o de 3” x 4”. Se
reitera la conveniencia de no emplear pies derechos de
2” x 3” o de 2” x 4”.
 
Arriostramiento
 
Ya se ha visto que el diseño y la construcción de
encofrados de techos deben asegurar que cada uno de
los elementos sea suficientemente resistente; sin
embargo, también es indispensable arriostrar
apropiadamente los encofrados para conferirles
estabilidad ante las acciones que suelen manifestarse
debido al empleo de equipos (winches, vibradores, etc.)
empleaos para el vaciado de concreto y también por
colocación no uniforme de concreto durante el llenado
de los techos.
Ciertamente, en la práctica de obra es poco probable conseguir
que las medidas de los diversos componentes de las
estructuras de concreto correspondan exactamente con las
exigidas en los correspondientes planos. Lo mismo ocurre con
la verticalidad, nivelación y alineamientos de dichos elementos.
La Tabla 7.4 indica los márgenes de error admisibles.
TOLERANCIAS ADMISIBLES EN LOS
ENCOFRADOS

mm.
 
Verticalidad de superficies de columnas, muros, placas y en aristas
En cualquier longitud de 3 m
6
Máxima en toda la altura
25
Nivelación de las superficies inferiores de losas y fondos de vigas,
alineamiento de aristas

En cualquier tramo hasta de 3 m.


6
En cualquier tramo de 6 m.
10
En toda la longitud
20
Dimensiones de las secciones de columnas y vigas y en el espesor
de losas y muros
No menos de
6
Ni más de
12
 
Como regla general ningún elemento o parte de la estructura
deberá desencofrarse antes de que el concreto alcance la
resistencia para soportar su propio de peso y las cargas
propias de la construcción. Encofrados de columnas, placas,
muros no sujetos a flexión, caras de vigas, frisos, pueden
desencofrarse cumplidas 24 horas a partir del vaciado del
concreto. En el caso de elementos delgados o esbeltos y en
muros de contención de suelos inestables es necesario
mantener los encofrados hasta que el concreto adquiera la
resistencia requerida en cada caso.
 
En losas y vigas, los plazos mínimos para proceder al
desencofrado son los siguientes:
 
Losas y techos aligerados
Luces hasta de 6 m. 7 días
Luces mayores de 6 m. 10 días
 
Vigas
Luces hasta de 6 m. 14 días
Luces mayores de 6 m. 21 días
Cuando la temperatura ambiental es menor de 10°C los
lapsos deberán ser prudencialmente ampliados. También
podrán varias si se emplea cementos que no sean Tipo I,
o se use aditivos acelerados o retardadores de fragua.
 
En los casos señalados, u otros en particular, los plazos
mínimos para desencofrar deben ser autorizados por el
ingeniero residente.
 
La secuencia de los desencofrados tiene también
sustantiva importancia; el objetivo principal es no
generar, durante el desencofrado de los diversos
elementos de concreto armado, esfuerzos no
considerados en el diseño de las estructuras. Al respecto,
contribuyen n el propósito señalado las siguientes
secuencias de desencofrado.
 
•En vigas y losas en voladizo, la remoción de pies
derechos o puntales debe hacerse desde el extremo libre
de los elementos hacia el apoyo empotrado, para no
originar esfuerzos en la zona inferior de los elementos.
 
•En vigas y losas de remoción de las tes o pies derechos
debe hacerse desde el centro hacia los apoyos.
Puntos a tenerse en cuenta respecto a la preservación
de la madera empleada en los encofrados:
 
•No excederse innecesariamente en el número de clavos
para fijar o empalmar las diversas piezas de madera de
los encofrados.
 
•Emplear clavos de las menores dimensiones,
compatibles con la rigidez y resistencia requeridas, pero
que no dañen indebidamente la madera.
 
•Cortar la madera sólo si fuera comprobadamente
necesario; antes de cortar una pieza cerciorarse que no
hay otras que puedan utilizarse.
 
•Planificar la secuencia y los métodos de desencofrado,
y ejecutarlo cuidadosamente, sin maltratar la madera.
 
Los andamios son
estructuras provisionales
para ejecutar trabajos en
alturas, principalmente en
fachadas de edificaciones.
 
Comúnmente se emplean
en obra: andamios de
madera, igualmente
andamios tubulares de
acero y, de acuerdo a las
características del trabajo
previsto, los andamios
son autoportantes, en
voladizo o colgantes.
 
La Fig. 16 muestra un
andamio típico de madera
y las escuadrías de las
piezas de madera
constituyentes.

Fig. 16 Andamio de madera


Diversas consideraciones o
recomendaciones han de
tenerse en cuenta respecto
a la ejecución de los
andamios, entre ellos:
 
•La madera será de
resistencia comprobada –
tornillo, por ejemplo - , seca
sin alabeos, arqueaduras,
grietas, rajaduras, exceso
de nudos huecos.
 
•A los efectos de asegurar
eficaz transmisión de las
cargas, los empalmes de los
parantes serán ejecutados a
tope. Las caras de los
extremos o empalmes serán
planas y perpendiculares al
eje longitudinal de los
parantes (Fig. 17). El
empalme puede
complementarse con
Fig. 17 Empalmes de parantes a alambre negro N°
tope 8atortolado o abrazaderas
metálicas.
El apoyo de los parantes se hará interponiendo durmientes de
madera entre los parantes y el terreno, de modo de reducir la
presión sobre este.
 
•Los travesaños o puentes, sobre los que se monta la
plataforma serán asegurados mediante clavos o pernos.
 
•Los largueros corridos horizontalmente que arriostran los
parantes y refuerzan los apoyos de los puentes o travesaños
serán clavados a los parantes por la parte inferior.
 
•La plataforma debe ocupar todo el ancho comprendido entre
parantes, con la finalidad de evitar la caída de materiales o
herramientas y los riesgos inherentes.
 
 Los tablones de las plataformas sobresaldrán de los
travesaños de los extremos no menos de 15 cm. pero no más
de 30 cm.
 
Los tablones de las plataformas sobresaldrán de los travesaños
de los extremos no menos de 15 cm. pero no más de 30 cm.
 
Los empalmes de tablones estarán ubicados sobre los
travesaños y tendrán 60 cms. De longitud por lo menos (Fig.
18).
 
•Los andamios deben estar convenientemente fijados al edificio,
a los efectos de conferirles la necesaria estabilidad durante la
ejecución de los trabajos.

Fig. 18 Empalme de tablones de la plataforma

El desmontaje de los andamios se hará con sumo cuidado, de arriba hacia abajo y
desclavando apropiadamente de manera de no dañar los elementos de madera
componentes de los andamios.

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