Las aguas subterráneas proceden, en su
mayoría, de la infiltración de las aguas
de lluvia, del deshielo, de los ríos,…
El agua infiltrada penetra en el
subsuelo hasta encontrar una capa
impermeable sobre la que se acumula
formando una capa freática o subsuelo.
La pendiente del terreno: cuando la
pendiente es fuerte, el agua corre
superficialmente y la cantidad de
agua que se infiltra es pequeña.