JUEGO EXPERIENCIAL
• La terapia de juego experiencial es una forma de terapia que activa el cerebro. La
actividad de dicha forma de terapia estimula varios aspectos de los procesos
cerebrales
• La terapia de juego experiencial incorpora una perspectiva del desarrollo del niño.
Este método incluye los procesos de memoria que afectan al cerebro, por lo que el
niño revelará y comunicará al terapeuta sus experiencias conflictivas. Cuando los
niños hacen regresión, el terapeuta de juego experiencial debe considerar de
inmediato la etapa de desarrollo cerebral que está siendo comunicada y las
disfunciones neurológicas que se están llevando a cabo o motivando las conductas
y pensamientos inapropiados.
CINCO ETAPAS DE LA TERAPIA DE JUEGO
EXPERIENCIAL
• La etapa exploratoria: abarca las primeras sesiones. Este lapso se utiliza para
familiarizarse con el cuarto de juego, el terapeuta y el tono general. En la mayoría
de los casos, los niños entran al cuarto de juego con cautela, ya que no están
seguros de lo que pueden esperar y de lo que se espera de ellos.
• La etapa de prueba de protección: El niño se percata de que se le otorgan
libertades en su conducta que no se le permitirían fuera del cuarto de juego.
También entiende que recibe toda la atención del terapeuta, quien respeta las
expresiones de sus batallas.
• La etapa de dependencia: Es la etapa de trabajo emocionalmente intensa del
proceso de la terapia de juego. Durante este tiempo, dado que el niño sabe que
está a salvo, está preparado para enfrentar su confusión emocional.
• La etapa de crecimiento terapéutico: el niño lamenta brevemente la pérdida de la
persona del trauma. Durante este duelo, mostrará un afecto aplanado y se moverá
por el cuarto como lo hizo en la etapa exploratoria. Aquí el terapeuta reasume una
postura reflexiva a medida que el juego del niño evoluciona lentamente al uso de
los juguetes para el dominio de la habilidad más que para la recapitulación de su
trauma. Avanza a la reexperimentación de las etapas perdidas de su desarrollo
desde una sensación de bienestar y seguridad recién descubierta.
• La etapa de terminación: Esta etapa representa la pérdida de una relación
importante para el niño.
• Se requieren varias sesiones para que éste sienta el cierre completo de la
experiencia y la relación.
• Es importante que el terapeuta introduzca el tema de la terminación durante los 10
o 15 minutos iniciales de la sesión; de este modo, el niño tiene tiempo de reaccionar
a la idea de la pérdida.
• También es momento para que le diga adiós a su juego; puede regresar y revisar
parte del juego anterior como si dijera: “Mira hasta dónde he llegado”. La confianza
en la relación se convierte de nuevo en un problema. En este momento el niño ya
no depende del terapeuta
• El terapeuta le debe de comunicar la importancia de la relación para él. Sin
embargo, después de ello debería alentar la capacidad del niño para seguir
adelante sin el terapeuta.
• La terminación debe completarse en el proceso sin promesas de un contacto futuro
mientras el terapeuta hace pasar al niño de esta relación a la interacción social en
su ambiente.
• PODERES TERAPÉUTICOS DEL JUEGO EN LA TERAPIA DE JUEGO
EXPERIENCIAL
• El juego es el espíritu y la esencia del niño. Una razón por la que
juega es tratar de resolver las presiones internas.
• Un niño no juega sin expresar las necesidades y motivaciones que
influyen en sus creencias sobre sí mismo y en la seguridad y el
sentido del self que guían sus respuestas al mundo que lo rodea
• Se permite que el niño entre a una relación de confianza que le
permite expresar su sentido interno del ser con respeto y
dignidad.
• Cuando el sentido del self ha sido afectado o amenazado, el niño
expresa el conflicto interno por medio del juego.
• En este ambiente terapéutico, el niño puede jugar de cualquier
forma que cumpla su propósito de expresar la falta de armonía
interna que interrumpió sus expresiones del self y las afiliaciones
significativas en el mundo.
PARTICI PACIÓN DE LOS PADRES EN LA TERAPIA DE JUEGO
EXPERIENCIAL
APLICACIONES CLÍNICAS
• cLa terapia de juego familiar se presta a un uso amplio cuando
se trabaja con niños de todas las edades. En ocasiones niños
de cuatro a ocho años pueden participar de manera más plena
y rápida, pero no se deben subestimar las capacidades de los
niños mayores, los preadolescentes y los adolescentes para
dejar de lado sus vacilaciones y participar en algo nuevo y
emocionante con sus padres. Para algunos niños mayores que
se alejan de las peticiones de comunicación verbal puede ser
un grato alivio diversas formas de juego dinámico, físico,
creativo o artístico. En mi experiencia, cuando se trabaja con
los abuelos y otros miembros adultos de la familia, al inicio se
observa cierta timidez o ansiedad ante el desempeño, la cual
parece disminuir cuando se les asegura de manera constante
que el produto es menos importante que disfrutar el proceso
del juego