2521 Se compone de dos sistemas: Cardiovascular y Respiratorio Todas las células de nuestro cuerpo necesitan vivir rodeadas de líquido para poder llevar a cabo sus funciones. A este líquido se le llama medio interno. Este medio interno no solo ha de nutrir las células sino permitir que se comuniquen, defenderlas, eliminar desechos, etc. La mayor parte de este medio interno se mueve lentamente entre las células; el llamado líquido tisular. Anatomía general del sistema circulatorio En el aparato circulatorio humano intervienen los siguientes elementos: Sangre. Líquido circulatorio compuesto un 55% por plasma y un 45 por células sanguíneas, de las cuales un 43% son eritrocitos o glóbulos rojos (encargados de transportar O2 y CO2) y un 2% son leucocitos o glóbulos blancos (elementos del sistema inmunitario). Se encuentra siempre en movimiento y siempre viaja por vasos sanguíneos. Vasos sanguíneos. La sangre circula por dentro de los vasos sanguíneos, que son tubos de sección circular. Hay tres tipos: arterias, venas y capilares. Las arterias salen del corazón y debido al latido tienen alta presión sanguínea. *Las venas son vasos que regresan al corazón Los capilares son vasos con paredes muy delgadas, por donde se realiza el intercambio de sustancias con el líquido tisular, es decir, aporta nutrientes y oxígeno a los tejidos y recoge dióxido de carbono y sustancias de desecho de los tejidos. * Corazón. El corazón es el motor de todo el sistema circulatorio. Aunque este órgano es el mayor responsable de la circulación sanguínea, también ayuda la contracción de las arterias y las válvulas de las venas. Formado por dos bombas separadas: un corazón derecho que bombea sangre hacia los pulmones y un corazón izquierdo que bombea sangre hacia los órganos periféricos. Cada uno de estos corazones es una bomba bicameral pulsátil formada por una aurícula y un ventrículo. Existen dos circuitos: La circulación menor, donde la sangre va y regresa de los pulmones, y la circulación mayor, donde la sangre va y regresa del resto del cuerpo. Nuestro organismo tiene unos requerimientos prioritarios, y uno de ellos es abastecer a todas las células de oxígeno. Por ello, la sangre tiene que pasar siempre por los pulmones en cada recorrido (circulación menor). Una vez bien oxigenada, la sangre recorre el resto del cuerpo (circulación mayor). Al llegar a diferentes órganos, la sangre: Filtra los desechos cuando pasa por el riñón. Recoge los nutrientes absorbidos por el intestino cuando pasa por este órgano. Recoge diversas hormonas cuando pasa por glándulas endocrinas. Cede nutrientes y oxígeno y recoge sustancias de desecho y dióxido de carbono en todos los órganos y tejidos. Anatomía y fisiología del sistema circulatorio El corazón está rodeado de una membrana que permite su fijación con posible movimiento: el pericardio. Posee cuatro cavidades llamadas cámaras cardíacas. Las superiores se denominan aurículas y se encargan de recibir la sangre de las venas. Las inferiores se denominan ventrículos y su función es impulsar la sangre por las arterias. Entre ambas aurículas y ambos ventrículos existe un tabique de modo que ambos lados del corazón nunca se comunican. Entre las aurículas y los ventrículos y entre los ventrículos y las arterias existen válvulas, que impiden el retroceso de la sangre para que se produzca su circulación. Válvula auricular derecha: tricúspide Válvula auricular izquierda: bicúspide o mitral Válvula semilunar pulmonar Válvula semilunar aórtica Además, El corazón tiene su propio riego sanguíneo mediante las arterias coronarias. Movimientos del corazón La sangre llega al corazón por una serie de venas. En la aurícula derecha desembocan las venas cavas y en la izquierda las venas pulmonares. La sangre va llenando las aurículas impulsada por las propias venas. Cuando se llenan, ambas aurículas se contraen a la vez (sístole auricular) pasando la sangre cada una a su ventrículo a través de las respectivas válvulas. A continuación se contraen los ventrículos (sístole ventricular). La sangre no puede volver a la aurícula, porque se lo impiden las válvulas y no le queda más remedio que salir por las arterias. Del ventrículo derecho sale la arteria pulmonar y del izquierdo la arteria aorta. A continuación todo el corazón se relaja (diástole general) y vuelve a iniciarse el ciclo. Presión sanguínea En el sistema circulatorio, la presión ha de ser lo suficientemente alta para que la sangre llegue a todo el cuerpo, venciendo la gravedad y la fricción en los capilares. Esta presión la produce el corazón al bombear la sangre y se regula por medio de la concentración de sales y de la musculatura de los vasos sanguíneos. La presión generada en la sístole se llama presión sistólica o máxima. La presión que se genera tras la diástole se llama presión diastólica o mínima. La diferencia entre ambas es la tensión diferencial. Los valores normales de ambas presiones son de 120/80. Sistema respiratorio Este sistema consta de un epitelio, que tiene una gran superficie, donde se realiza el intercambio gaseoso: se difunde el oxígeno del exterior al interior del organismo y el dióxido de carbono del interior al exterior del organismo. El órgano encargado del intercambio de gases es el pulmón. Al proceso de entrada de aire en nuestro sistema respiratorio se conoce como inspiración; al proceso inverso (salida de aire), como espiración. La intensidad y el ritmo respiratorio van a depender de la demanda de oxígeno de nuestro organismo.
En todo el recorrido, pero sobre todo en la cavidad
nasal, el aire se calienta y humedece si la temperatura externa es fría. Dicho aire se limpia de impurezas. Anatomía y fisiología del aparato respiratorio Laringe. Está formada por varios cartílagos articulados, revestidos de mucosa y movidos por músculos. Internamente se encuentra la glotis, limitada lateralmente por unas cintillas membranosas, las cuerdas vocales. Los músculos de la laringe movilizan los cartílagos en el acto de la deglución, cerrando la abertura laríngea para evitar que el bolo alimenticio penetre en las vías respiratorias Bronquios y bronquiolos. Los bronquios son la continuación de la parte conductora del aire que van desde la tráquea hasta los alveolos. Por ello, la tráquea se ramifica inicialmente en dos bronquios principales, dirigidos a los pulmones. A continuación aparecen los bronquios lobares primarios (3 en el pulmón derecho y 2 en el izquierdo). A continuación vienen los bronquiolos: bronquios secundarios y terciarios, y finalmente, los bronquios respiratorios, que acaban en los alveolos. Alveolos. Son los sacos terminales del árbol bronquial, en los que tiene lugar el intercambio gaseoso entre el aire inspirado y la sangre. Los alveolos son sacos recubiertos en su pared interna por líquido y un surfactante con propiedades tenso activas (reduce la tensión superficial, favorece la difusión de gases y evita el colapso de los alveolos). Llevan asociados capilares sanguíneos en íntima relación.
Pulmones. El conjunto de bronquio, bronquiolos, alveolos,
venas, arterias, capilares sanguíneos y tejido conjuntivo que los une se denomina pulmón. Poseemos dos pulmones de diferente tamaño que rodean en su parte inferior e interna al corazón, situados dentro de la caja torácica, protegidos por las costillas. Están cubiertos por una doble membrana lubricada (serosa) llamada pleura. Entre ambas capas existe una pequeña cantidad (unos 15 cc) de líquido lubricante denominado líquido pleural. El sistema respiratorio carece de musculatura propia para su movimiento. Para captar aire, utilizamos los músculos intercostales y el diafragma. Este sistema es involuntario. En la inspiración, el diafragma desciende y las costillas se levantan, aumentando así la cavidad torácica. En la espiración, el diafragma y las costillas regresan a su posición relajada y la caja torácica disminuye su volumen. Además, se puede expulsar más aire durante la espiración, mediante los músculos abdominales, que se contraen, empujan las vísceras hacia arriba y hace que los pulmones se contraigan. Intercambio gaseoso Después de que los alveolos se hayan ventilado con aire limpio, la siguiente fase del proceso respiratorio es la difusión del oxigeno desde los alveolos hacia la sangre pulmonar y la difusión del dióxido de carbono en la dirección opuesta, desde la sangre. El proceso de difusión es simplemente el movimiento aleatorio de moléculas que entrecruzan su trayectoria en todas las direcciones a través de la membrana respiratoria y los líquidos adyacentes. La hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos de la sangre, recoge el oxigeno del aire inspirado y lo transporta al corazón, desde donde se distribuye, a través de las arterias, a todas las células del organismo. Los glóbulos rojos recogen el dióxido de carbono de las células y lo transportan por las venas hasta el corazón.