al menos por cuestión de terminología, está relacionado
con el concepto de orden y el de derecho, pero el análisis de cada uno de los términos llevaría bastante mas lejos de lo que estas páginas permiten. La seguridad jurídica como realidad social está interpelada por la doctrina y la vida de los pueblos. En la medida en que los ciudadanos tienen conciencia de los derechos humanos, éstos comienzan a exigir a la autoridad pública el respeto y la garantía de los mismos. La confluencia de una serie de factores favorecieron que a finales del siglo XVIII se produjera la toma de conciencia y la defensa de los derechos humanos, poniendo en marcha la positivación de los mismos y la consolidación de los derechos fundamentales. (Valle Labrada, 1999) LA SEGURIDAD JURÍDICA En una Jornada de «Seguridad Jurídica» (2014), el director general del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de España, Benigno Pendás, manifestó que “los españoles podemos sentirnos orgullosos de la seguridad jurídica preventiva que proporcionan notarios y registradores, lo que les convierte en un elemento clave para la vida económica”. LA SEGURIDAD JURÍDICA Para Díez-Picazo, “seguridad jurídica es ante todo seguridad normativa, previsibilidad y confianza; poder predecir con garantía el resultado del litigio futuro”. Para Martínez “el sistema español de seguridad jurídica preventiva, que integran notarios y registradores, ha demostrado un altísimo nivel de eficiencia, solidez y excelencia incluso en tiempos de crisis” LA SEGURIDAD JURÍDICA José Alberto Marín, notario de Barcelona, basó su intervención en la vigencia del sistema notarial: “Sin ninguna duda: Sí, sigue siendo válido. El Notariado ha respondido a todos los retos que se le han planteado. Ha adaptado su funcionamiento a los tiempos y participa en un sistema de seguridad jurídica preventiva eficiente y a un coste para el ciudadano más que emite su declaración de voluntad, perfecciona un negocio o establece una relación jurídica, la certeza sobre su legalidad y eficacia” LA SEGURIDAD JURÍDICA José Alberto Marín, notario de Barcelona, basó su intervención en la vigencia del sistema notarial: “Sin ninguna duda: Sí, sigue siendo válido. El Notariado ha respondido a todos los retos que se le han planteado. Ha adaptado su funcionamiento a los tiempos y participa en un sistema de seguridad jurídica preventiva eficiente y a un coste para el ciudadano más que emite su declaración de voluntad, perfecciona un negocio o establece una relación jurídica, la certeza sobre su legalidad y eficacia” LA SEGURIDAD JURÍDICA Domingo García Belaunde (2005) «...Y lo sucedido aquí, no hace más que incidir en lo que todos saben, pero que pocos se atreven a decir: que los jueces en el Perú, salvo las excepciones que nunca faltan, no son confiables, es decir, no tienen en la población la estima, el respeto y la confianza que sí se ve en otras partes. Y aun cuando el entuerto se corrija, como efectivamente se hizo, llama la atención el tiempo que tomó hacerlo, lo cual demuestra que los jueces no son conscientes del importante papel que juegan en el desarrollo armónico del mercado.» LA SEGURIDAD JURÍDICA En relación al caso Lan Perú, García Belaunde sostiene que «da que pensar que aquí entre nosotros puede surgir, por virtud de un írrito mandato de un Juez de primera instancia, una dictadura en el peor sentido de la palabra. Es decir, una autoridad judicial a quien el Estado ha otorgado sagradas funciones que cumplir, se explaya en exabruptos y en excesos que causan malestar, atemorizan a la sociedad y paralizan un importante servicio público. Y esto es algo que debe seriamente preocuparnos.» LA SEGURIDAD JURÍDICA Atienza, citado por Bustos Ramírez (2006), señala que por seguridad jurídica en sentido estricto «debe entenderse ( ... ) la capacidad de un determinado ordenamiento jurídico para hacer previsibles, es decir, seguros, los valores de libertad e igualdad». Es decir, siempre que nos encontramos con el concepto de seguridad, aparece su carácter referencial y siempre aparece en esa referencia la libertad. LA SEGURIDAD JURÍDICA En relación a la seguridad jurídica, la definición de Atienza y la concepción de Pérez Luño respecto a la seguridad, dicen de la relación con el sistema jurídico en el sentido que el Estado establezca todas las condiciones jurídicas necesarias en el sistema, de modo de hacer posible o de promover el libre ejercicio de los derechos a las personas. LA SEGURIDAD JURÍDICA García Quinteros (2013), la organización estatal justifica su existencia desde variados puntos de vista pero particularmente resaltan aquellos que enfatizan que es la única forma de lograr la vida armónica en sociedad. No basta con tener un ordenamiento jurídico si éste no es claro, preciso, coherente y susceptible de ser entendido por aquellos a quienes va dirigido ya que de otra manera la seguridad jurídica no se alcanza y con ello tampoco se ve alcanzado uno de los fines más preciados para el Estado como debe ser la justicia. LA SEGURIDAD JURÍDICA La seguridad jurídica se erige en principio y como tal ésta debe verse en sus dos vertientes: Como deber del Estado en cuanto a su efectiva observancia y como derecho del particular de poder exigir su plena observancia. Ello lleva irremediablemente a analizar la correlación existente entre tutela judicial y seguridad jurídica en el entendido que si dicha seguridad jurídica no es respetada o bien se ve violada, necesariamente el particular ha de acudir a las instancias judiciales que le garanticen el respeto o la restituyan cuando su inobservancia ha ocurrido. Pérez Luño (2012), el cambio en el significado y función de la seguridad jurídica en los ordenamientos jurídicos actuales, se ha manifestado a través de unas mutaciones, que tienen un sentido paradójico y que muestran las diferencias del concepto actual de la seguridad jurídica respecto al que tuvo en el pasado. El cambio paradójico en el sentido de la seguridad jurídica, afecta a sus principales garantías, como la necesaria publicidad de las normas, como requisito ineludible de su conocimiento por los destinatarios (lex promulgata); la exigencia de claridad y precisión en el lenguaje normativo (lex manifesta); la garantía del carácter pleno del ordenamiento jurídico para evitar las lagunas legales (lex plena); el respeto a la jerarquía normativa y a la reserva de ley (lex stricta); el principio de la irretroactividad de las leyes desfavorables o restrictivas de derechos (lex previa); y la adecuada estabilidad y persistencia del Derecho (lex perpetua). Según Echevarría (2010), la seguridad jurídica es el valor imprescindible para la realización de la Justicia. La Ley ha jugado históricamente un papel fundamental para alcanzar ambos valores, pero la proliferación desmedida y desordenada de normas ha creado un laberinto inextricable, donde la Ley ni siquiera puede ser conocida. Es necesario acometer una recodificación que simplifique el sistema normativo y garantice su aplicación, es decir la seguridad jurídica perdida.