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La Deuda del Estado Chileno con los

Pueblos Originarios.
Antes de empezar.
 Luego de haber pasado tantos años desde la conquista de
nuestro país, aun permanece en nuestro territorio un
mundo complejo y único relacionado con los “Pueblos
originarios”.
Es solo mirar nuestro entorno para
descubrir las similitudes y las
características de quienes formaron
la base poblacional de Chile. Es
seguro que en alguna oportunidad
junto con tus compañeros pensaron
en un cahuín, ir de vacaciones a
Pichilemu o al río Tinguiririca,
visitar el Morro de Arica, caminar
por Curicó, o comentar sobre lo
bien que la pasaste ese invierno en
el Aconcagua o en Angol.
¿Queda claro?, Si, están en
nuestra geografía, o para ser
precisos en la toponimia de
nuestro país. Pero eso no es
todo, puedes tener una polola,
comer porotos, papas, paltas;
o sencillamente ir a jugar a la
cancha.

 Nuestro idioma es rico en palabras indígenas, y estamos formados por su manera


de ver las cosas, en ello radica la convivencia cotidiana y el respeto por quienes
viven hoy con estas tradiciones y formas de vida más “pura”.
Etnia, Nación y Estado


En Chile existen comunidades cuya
lengua, religión, valores e historia
difieren del resto de la población.
Desde hace siglos ocupan (y se
identifican) con el mismo territorio. Se
les conoce con el nombre de etnias
indígenas: Aymará, mapuche,
Qawasqar, Yámana, Quechua, Colla,
Atacameños y Rapa Nui.
El Estado chileno reconoce la existencia de etnias pero
no de pueblos indígenas. Hablar de pueblo equivaldría,
en su opinión, a reconocer la existencia de varias
naciones al interior de un mismo territorio, lo cual
atentaría contra la visión clásica de una sola nación y un
solo Estado.
Como contrapartida, las organizaciones
indígenas y los defensores de los
derechos indígenas, plantean que las
etnias sí constituyen pueblos, por historia,
identidad étnica, religiosa, lingüística y
territorial
Históricamente, los Estados han privilegiado la
vinculación del poder político con una sola
nación o etnia, negando la existencia de otras
comunidades culturales en su territorio o
promoviendo su rápida asimilación
Mal que les pese a muchos, las
etnias indígenas existen. Este
hecho obliga a repensarnos como
nación y como Estado para
abrirnos a una realidad que no
puede seguir desconociéndose:
que en Chile conviven diversos
pueblos. El reconocimiento es
fundamental para valorar el
aporte de las culturas originarias y
avanzar hacia políticas de Estado
que aseguren el respeto y la sobre
vivencia de las comunidades
indígenas
Pueblos Originarios y el Estado de
Chile.
La problemática de los pueblos
originarios con el Estado de Chile
ha sido constante a lo largo de la
historia, las demandas por
territorialidad y el ejercicio de
derechos fundamentales han
tomado una gran relevancia; no
tan solo en Chile, si no a nivel de
América Latina
La Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas, suscrita por Chile en 2007: “ Los
pueblos indígenas tienen derecho a la libre
determinación. En virtud de ese
derecho determinan libremente su
condición política y persiguen
libremente su desarrollo económico,
social y cultural (art. 3)”
De acuerdo a la encuesta Casen, un
68,9% de la población indígena es urbana.
Un 77% no habla ni entiende lenguas
originarias y sólo un 12% habla y
entiende, siendo la mayoría de ellos
mayores de 60 años. Por otra parte, un
20% de la población indígena en
Chile vive en pobreza, y en promedio
perciben sueldos más bajos que una
persona con el mismo nivel educacional
no perteneciente alguna etnia
El Estado de Chile hoy en día sigue imponiendo
su soberanía nacional por encima de la
soberanía de los pueblos originarios: Lo que se
ve reflejado en la pérdida de la lengua, en la
perdida de los eventos ancestrales

Hoy en día, Chile desconoce a través de su


Constitución la multiculturalidad; la
plurinacionalidad que enfrenta la realidad del
contexto nacional es uno de los desafíos, para
que se promueva la integración y el respeto a
nuestros pueblos ancestrales
“Las políticas llevadas a cabo por el Estado Chileno a través de las
legislaciones indígenas han sido caracterizadas por algunos investigadores
como anti-indígenas. Ha tendido sistemáticamente a privarles de sus
derechos, en una primera etapa (1813-1827) en nombre del Estado y de
sus derechos soberanos, sobre todo el territorio nacional; y, en un
segundo período, a pretexto de incorporar al indígena a la nacionalidad.
Ha desconocido la realidad objetiva e incuestionable, cual es que los
mapuches y en general todos los pueblos indígenas constituyen
culturas distintas del resto de la sociedad chilena” (Navarro, 2012).
El Estado chileno tiene un gran desafío, una deuda con los
pueblos originarios. Basta de criminalizar esta lucha
constante, faltan voluntades para abordar la
temática. Es necesario el reconocimiento constitucional,
escuchar y debatir la demanda para que el mapudungún
sea reconocida como lengua oficial en el sur del país.
Respeto y dignidad para la ciudadanía y los pueblos
indígenas.
Chile y su deuda con los pueblos
indígenas

 Hoy el mundo indígena ha cambiado. La


masa de familias que emigraron a las
ciudades en busca de mejores horizontes,
después de ser expulsados de sus tierras, ha
dado paso a nuevas generaciones de
profesionales indígenas que han ido
ocupando diversos espacios del
desarrollo. Hay una generación renovada
de indígenas que no aceptarán fácilmente
una nueva reducción, que no se conforman
con estar excluidos del sistema político y que
no aceptan como solución única las
respuestas materiales del Estado.
En 208 años de vida republicana solo dos
personas de origen indígena han llegado al
Senado, en siglo y medio sólo cinco han
logrado ser diputados. Nunca un indígena ha
sido nombrado embajador de nuestro país. Las
Escuelas matrices de las Fuerzas Armadas
excluyen de su planta de oficiales del Estado
Mayor a descendientes de indígenas. Ese es el
tipo de Chile real para los indígenas.
Hemos cumplido dos siglos de historia, no podemos decir a las
generaciones presentes y futuras que el Chile democrático fue
capaz de restañar las heridas, cicatrizar los dolores y abrir
nuevos caminos.
En octubre de 2013, cuando era candidata presidencial,
Bachelet presentó un conjunto de 50 medidas, las que
concretaría durante los primeros 100 días de su gobierno.

Dentro de estos compromisos se encontraba la creación


de un Ministerio de Asuntos Indígenas, un Consejo de
Pueblos Indígenas y la agenda para el desarrollo de los
pueblos originarios, que incorporaría medidas en las áreas
de educación, salud, tierras y desarrollo productivo.
Sin embargo, en junio del año 2014, y sólo a pocos
días que se cumpliera la fecha autoimpuesta por
Bachelet, el gobierno informó que ninguna de esas
iniciativas sería concretada
Conclusión
 Los pueblos originarios son la base de nuestra cultura, en
cada rincón de nuestra geografía y en nuestro idioma esta
presente su legado.
 El estado chileno no reconoce la existencia de Pueblos
Indígenas, solo de Etnias.
 El Estado de Chile hoy en día sigue imponiendo su
soberanía nacional por encima de la soberanía de los
pueblos originarios: Lo que se ve reflejado en la pérdida
de la lengua.
 No existe voluntad política para restituir los derechos
que los pueblos originarios.

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