EL DEBATE Y LA PROBACIÓN
No se puede debatir ningún proyecto de ley que no tenga dictamen, ni
ningún dictamen que no haya sido debidamente publicado por lo menos
una semana antes del debate en el pleno del congreso. Si la proposición
de ley o resolución legislativa es rechazada, el presidente del congreso
ordenara su archivo. De aprobarse la proposición de ley o resolución
legislativa, la oficina especializada de la oficialía mayor redactará la
autógrafa, la misma que será afirmada de inmediato por el presidente y
uno de los vicepresidentes.
PROMULGACIÓN, PUBLICACIÓN Y VIGENCIA
La autógrafa de la proposición de la ley aprobada será enviada al
presidente de la república para su promulgación, dentro del plazo de
15 días útiles.
Si fue observada por el presidente, el expediente que dio origen a la
ley observada y su reconsideración por el congreso requiere del
voto favorable de más de la mitad del número legal de congresistas.
Si no tiene observaciones, el presidente de la republica promulga la
ley, ordenando su publicación. Si venció el término de 15 días, el
presidente de la república no promulga la proposición de ley enviada,
la promulga el presidente del congreso.
El constitucionalista ENRIQUE BERNALES BALLESTEROS, indica
de que "una Constitución sabiamente elaborada tiene que inspirarse
en la historia, apelar al conocimiento Sociológico y al Derecho
Constitucional Comparado, pero buscando en la combinación de
elementos y en la proporción que garantice el equilibrio de las
partes, que ella sea clara, concisa y eficiente". Al parecer, los
constituyentes del CCD, se olvidaron o no quisieron consultar la
historia. De haberlo hecho, probablemente habrían trabajado con
mayor criterio de justicia y de equidad el capítulo de los derechos
económicos o no se hubieran atrevido a aprobar (por ejemplo) la
reelección inmediata del presidente de la República.
• La adopción de un parlamento unicameral de tan sólo 120
representantes.
• Liberalismo a ultranza en lo económico y autoritarismo
presidencial en lo político.
• También el Presidente de la República dispone ahora de absoluta
libertad para el nombramiento de embajadores, sin necesidad de
ratificación del Congreso (Art. 118, inc. 12).
• Lo mismo ocurre con la aprobación de los ascensos a los rangos
superiores de las Fuerzas Armadas o altos rangos militares, sin
necesidad de ratificación del Congreso (Art. 172).
• Por último la modificación introducida en el artículo 112 (Ley N°
27365) la cual permite la reelección inmediata del Presidente
para un período adicional.