estar al pendiente de nuestro futuro, estableciendo patrones que nos lleven al éxito.
No es por minimizar esta
práctica, ya que la planificación es la llave para un futuro gratificante; pero no vivimos en el futuro, vivimos el presente, el día a día. ACUDIR A DIOS PARA LO QUE ES NECESARIO
En el Padrenuestro Jesús nos enseña Al recibir
está la petición: que debemos diariamente el “Danos hoy el pan acudir a Dios cada pan divino, nuestro de cada día por el pan, la crecen la fe y día” ayuda y el confianza en Dios. sustento, que necesitemos ese día en particular los cuarenta años que pasaron en el desierto el pueblo de Israel antes de entrar en su tierra prometida. Esta gran cantidad de personas tenían que ser alimentadas. Jehová resolvió el problema brindando Su pan ACUDIR A DIOS diario desde el cielo: el maná DIARIAMENTE POR NUESTRAS NECESIDADES NUTRE LA FE Al hacer esto Dios trataba de enseñar la fe perdida en esta nación, a confiar y no dudar de él. El pan de cada día es un bien muy preciado; que el maná de hoy en día CONFIAR EN EL puede ser tan real como SEÑOR: el maná tangible del LAS SOLUCIONES relato bíblico. Aprendí a PUEDEN LLEGAR confiar en el Señor con todo mi corazón; a CON EL TIEMPO caminar con Él día a día. SOLVENTAR LOS GRANDES PROBLEMAS EN PEQUEÑOS BOCADOS DIARIOS
Para atender algo muy “Así que, no os afanéis por
grande, quizás tengamos el día de mañana, porque que tomarlo en pequeños el día de mañana traerá su bocados diarios. A veces afán por sus propias cosas. todo lo que podemos Basta el día para su propio manejar es un día a la vez. mal” (Mateo 6:34). PROCURAR LA AYUDA DEL SEÑOR AL SERVIR A OTROS
No sólo debemos pensar en
nosotros cuando buscamos una medida diaria de pan divino. Si hemos de llegar a ser más como el Maestro, Aquél que vino no “para ser servido, sino para servir” (Marcos 10:45), buscaremos Su ayuda al estar al servicio de nuestro prójimo día a día. JESUCRISTO ES EL PAN DE VIDA
Para finalizar recuerden las palabras de Jesús:
“Yo soy el pan de vida; el que a mí viene nunca tendrá hambre; y el que en mí cree no tendrá sed jamás…